miércoles, 20 de enero de 2021

¡Tu identidad de Hijo(a)!

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20 de Enero

¡Tu identidad de Hijo(a)! 

Por Riqui Ricón*

Y Jacob se acercó, y le besó; y olió Isaac el olor de sus vestidos, y le bendijo,

diciendo: Mira, el olor de mi hijo, Como el olor del campo que Jehová ha bendecido; Dios, pues, te dé del rocío del cielo, Y de las grosuras de la tierra, Y abundancia de trigo y de mosto. Sírvante pueblos, Y naciones se inclinen a ti; Sé señor de tus hermanos, Y se inclinen ante ti los hijos de tu madre. Malditos los que te maldijeren, Y benditos los que te bendijeren (Gen 27.27-29).

 

Las lecturas del día de hoy son sumamente interesantes y esclarecedoras del gran Amor con que Dios te ama. Comencemos con la cita de arriba que representa la bendición que Isaac le dio a Jacob, y que es la mismísima bendición de Abraham.

 

¿Qué tiene que ver contigo? ¡Mucho!

 

Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero), para que en Cristo Jesús la bendición de Abraham alcanzase a los gentiles, a fin de que por la fe recibiésemos la promesa del Espíritu… Y si vosotros sois de Cristo, ciertamente linaje de Abraham sois, y herederos según la promesa (Gal 3.13-14, 29).

 

Ten por cierto que has sido redimida(o) de toda la maldición de la ley, esto es: pobreza, enfermedad, tribulación, derrota, vergüenza, etc. Y ahora, en Cristo Jesús, la bendición de Abraham es tuya por derecho de sangre, pues eres linaje de Abraham y heredero(a) según la promesa.

 

¡Así lo dice la Biblia!

 

¿A qué promesa se refiere? A la promesa del Espíritu. ¿Cuándo prometió Dios al Espíritu? Lo hizo cuando prometió que haría contigo un Nuevo Pacto, establecido sobre mejores promesas.

 

He aquí que vienen días, dice Jehová, en los cuales haré nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá. No como el pacto que hice con sus padres el día que tomé su mano para sacarlos de la tierra de Egipto; porque ellos invalidaron mi pacto, aunque fui yo un marido para ellos, dice Jehová. Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jehová: Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón; y yo seré a  ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo. Y no enseñará más ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce a Jehová; porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice Jehová; porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de su pecado (Jer 31.31-34)


Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne. Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra (Ez 36.26-27).

 

Asimismo tomó también la copa, después de haber cenado, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre (1 Co 11.25a).

 

Así que, por la Sangre de Jesús, tú fuiste justificado(a), perdonado(a) de todos tus pecados y santificado(a) con el propósito expreso, departe de Dios, de ser creado(a) de nuevo, recibir la Vida Eterna y ser hecha un(a) Hijo(a) de Dios, lo cual te hace, legalmente, heredero(a) de la Bendición.

 

Jehová te oiga en el día de conflicto; El nombre del Dios de Jacob te defienda. Te envíe ayuda desde el santuario, Y desde Sion te sostenga. Haga memoria de todas tus ofrendas, Y acepte tu holocausto. Selah Te dé conforme al deseo de tu corazón, Y cumpla todo tu consejo. Nosotros nos alegraremos en tu salvación, Y alzaremos pendón en el nombre de nuestro Dios; Conceda Jehová todas tus peticiones (Sal 20.1-5).

 

Por lo que Jesús hizo en la cruz, por Amor a ti, tienes todo el derecho a ser escuchado por tu Padre celestial en el día de conflicto. Ten por seguro que Él te va enviar ayuda desde el santuario y cumplirá todas tus peticiones, por Amor a ti y a Su Palabra.

 

La salvación es de Jehová; Sobre tu pueblo sea tu bendición (Sal 3.8).

 

¡Nunca más estará la maldición sobre tu vida! ¡Tuya es, por derecho, la Bendición del Señor!

 

La bendición de Jehová es la que enriquece, Y no añade tristeza con ella (Pro 10.22).

 

Si puedes creer la Palabra de Dios, pues al que le cree a Dios, TODO le es posible.

 

Me levantaré e iré a mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti. Ya no soy digno de ser llamado tu hijo; hazme como a uno de tus jornaleros. Y levantándose, vino a su padre. Y cuando aún estaba lejos, lo vio su padre, y fue movido a misericordia, y corrió, y se echó sobre su cuello, y le besó. Y el hijo le dijo: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti, y ya no soy digno de ser llamado tu hijo. Pero el padre dijo a sus siervos: Sacad el mejor vestido, y vestidle; y poned un anillo en su mano, y calzado en sus pies. Y traed el becerro gordo y matadlo, y comamos y hagamos fiesta; porque este mi hijo muerto era, y ha revivido; se había perdido, y es hallado. Y comenzaron a regocijarse… Entonces se enojó, y no quería entrar. Salió por tanto su padre, y le rogaba que entrase. Mas él, respondiendo, dijo al padre: He aquí, tantos años te sirvo, no habiéndote desobedecido jamás, y nunca me has dado ni un cabrito para gozarme con mis amigos. Pero cuando vino este tu hijo, que ha consumido tus bienes con rameras, has hecho matar para él el becerro gordo. Él entonces le dijo: Hijo,


siempre estás conmigo, y todas mis cosas son tuyas. Mas era necesario hacer fiesta y regocijarnos, porque este tu hermano era muerto, y ha revivido; se había perdido, y es hallado (Luc 15.18-24, 28-32).

 

Dios te ama tanto que prefirió entregar a Su propio Hijo antes que perderte a ti.

 

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él (Jua 3.16-17).

 

Él no necesita siervos, ¡tiene millones! Y tú, mi amado(a), eres, de acuerdo a la Escritura, un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la Palabra de Dios que vive y permanece para siempre, por lo tanto, sábete y mírate a ti mismo(a), bendecido(a) y amado(a) por tu Padre. No seas como los hijos de la parábola y tú recibe tu identidad de Hijo(a) amado(a) de Dios; recibe el Amor y la Bendición que Cristo Jesús compró para ti.

 

Oremos en voz audible:

 

Amado Padre celestial, ¡qué grande y maravilloso es Tu Amor por mí! No tengo forma de pagártelo y sólo puedo agradecértelo. ¡Gracias, muchas gracias! Señor Jesús, en verdad que mucho más abundantemente de lo que yo pueda pedir o entender, así ha sido la redención de mi vida a través del Nuevo Pacto en Tu Sangre. Hoy quiero honrar este Nuevo Pacto declarando con toda certeza que Tú, Jehová de los ejércitos, mi Dios y Padre, me oyes en el día de conflicto; Tu nombre, oh Dios de Jacob, me defienda. Envíame ayuda desde el santuario, Y desde Sion me sostienes. Haz memoria de todas mis ofrendas, Y acepta mi holocausto. Dame conforme al deseo de tu corazón, Y cumple todo mi consejo. Yo me alegrare en Tu salvación, Y alzaré pendón en Tu nombre, oh Dios; Concédeme, Jehová, todas mis peticiones. Ahora conozco que Tú, Jehová, salvas a Tu ungido(a); Me oirás desde Tus santos cielos Con la potencia salvadora de Tu diestra. Estos confían en carros, y aquéllos en caballos; Mas yo del nombre de Jehová mi Dios tendré memoria. Ellos flaquean y caen, Mas yo me levanto, y estoy en pie. Salva, Jehová; Tú, mi Rey, me oyes en el día que Te invoco. Por lo tanto, hoy recibo y declaro Tu pronto auxilio. ¡Soy sano(a)! ¡Soy libre! ¡Soy próspero(a)! Recibo el Amor, el gozo y la paz que mi Padre celestial compró para mí al precio del Nuevo Pacto en la Sangre de Su Hijo Jesús. ¡Soy dichoso(a)! En el nombre de Jesús. Amén.

 

 Nota Importante:

 

¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco una relación con el Todopoderoso?

 

Sólo haz la siguiente oración en voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a Dios:

 

Señor Jesús, yo creo que eres el Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa derramada


hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.

 

*Ricardo C. Peredo Jaime © 2011

 

Lectura y Meditación de la Palabra de Dios

Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.

 

Enero 20                                  Luc 15 / Gen 27.1-45 / Sal 20

   

Cápsula del día.






Puedes escuchar o descargar la lectura de la  Biblia en audio del día de hoy, la tenemos para ti en dos versiones: 


RV60 



NVI 





Lectura y Meditación de la Palabra de Dios

Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.

 

Enero 20                                  Luc 15 / Gen 27.1-45 / Sal 20

 

 

 

San Lucas 15

Parábola de la oveja perdida

(Mt. 18.10–14)

15

1Se acercaban a Jesús todos los publicanos y pecadores para oírle, 2y los fariseos y los escribas murmuraban, diciendo: Este a los pecadores recibe, y con ellos come.a

3Entonces él les refirió esta parábola, diciendo: 4¿Qué hombre de vosotros, teniendo cien ovejas, si pierde una de ellas, no deja las noventa y nueve en el desierto, y va tras la que se perdió, hasta encontrarla? 5Y cuando la encuentra, la pone sobre sus hombros gozoso; 6y al llegar a casa, reúne a sus amigos y vecinos, diciéndoles: Gozaos conmigo, porque he encontrado mi oveja que se había perdido. 7Os digo que así habrá más gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente, que por noventa y nueve justos que no necesitan de arrepentimiento.

Parábola de la moneda perdida

8¿O qué mujer que tiene diez dracmas, si pierde una dracma, no enciende la lámpara, y barre la casa, y busca con diligencia hasta encontrarla? 9Y cuando la encuentra, reúne a sus amigas y vecinas, diciendo: Gozaos conmigo, porque he encontrado la dracma que había perdido. 10Así os digo que hay gozo delante de los ángeles de Dios por un pecador que se arrepiente.

Parábola del hijo pródigo

 

 


a a 15.1–2: Lc. 5.29–30.


11También dijo: Un hombre tenía dos hijos; 12y el menor de ellos dijo a su padre: Padre, dame la parte de los bienes que me corresponde; y les repartió los bienes. 13No muchos días después, juntándolo todo el hijo menor, se fue lejos a una provincia apartada; y allí desperdició sus bienes viviendo perdidamente. 14Y cuando todo lo hubo malgastado, vino una gran hambre en aquella provincia, y comenzó a faltarle. 15Y fue y se arrimó a uno de los ciudadanos de aquella tierra, el cual le envió a su hacienda  para  que  apacentase cerdos. 16Y deseaba llenar su vientre de las algarrobas que comían los cerdos, pero nadie le daba. 17Y volviendo en sí, dijo: ¡Cuántos jornaleros en casa de mi padre tienen abundancia de pan, y yo aquí perezco de hambre! 18Me levantaré e iré a mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti. 19Ya no soy digno de ser llamado tu hijo; hazme como a uno de tus jornaleros. 20Y levantándose, vino a su padre. Y cuando aún estaba lejos, lo vio su padre, y fue movido a misericordia, y corrió, y se echó sobre su cuello, y le besó. 21Y el hijo le dijo: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti, y ya no soy digno de ser llamado tu hijo. 22Pero el padre dijo a sus siervos: Sacad el mejor vestido, y vestidle; y poned un anillo en su mano, y calzado en sus pies. 23Y traed el becerro gordo y matadlo, y comamos y hagamos fiesta; 24porque este mi hijo muerto era, y ha revivido; se había perdido, y es hallado. Y comenzaron a regocijarse.

25Y su hijo mayor estaba en el campo; y cuando vino, y llegó cerca de la casa, oyó la música y las danzas; 26y llamando a uno de los criados, le preguntó qué era aquello. 27Él le

dijo: Tu hermano ha venido; y tu padre ha hecho matar el becerro gordo, por haberle recibido bueno y sano. 28Entonces se enojó, y no quería entrar. Salió por tanto su padre, y le rogaba que entrase. 29Mas él, respondiendo, dijo al padre: He aquí, tantos años te sirvo, no habiéndote desobedecido jamás, y nunca me has dado ni un cabrito para gozarme con mis amigos. 30Pero cuando vino este tu hijo, que ha consumido tus bienes con rameras, has hecho matar para él el becerro gordo. 31Él entonces le dijo: Hijo, tú siempre estás conmigo, y todas mis cosas son tuyas. 32Mas era necesario hacer fiesta y regocijarnos, porque este tu hermano era muerto, y ha revivido; se había perdido, y es hallado.1

 

Génesis 27.1-45

Jacob obtiene la bendición de Isaac

27

1Aconteció que cuando Isaac envejeció, y sus ojos se oscurecieron quedando sin vista, llamó a Esaú su hijo mayor, y le dijo: Hijo mío. Y él respondió: Heme aquí. 2Y él dijo: He aquí ya soy viejo, no sé el día de mi muerte. 3Toma, pues, ahora tus armas, tu aljaba y tu arco, y sal al campo y tráeme caza; 4y hazme un guisado como a mí me gusta, y tráemelo, y comeré, para que yo te bendiga antes que muera. 5Y Rebeca estaba oyendo, cuando hablaba Isaac a Esaú su hijo; y se fue Esaú al campo para buscar la caza que había de traer.

6Entonces Rebeca habló a Jacob su hijo, diciendo: He aquí yo he oído a tu padre que hablaba con Esaú tu hermano, diciendo: 7Tráeme caza y hazme un guisado, para que coma, y te bendiga en presencia de Jehová antes que yo muera. 8Ahora, pues, hijo mío, obedece a mi voz en lo que te mando. 9Ve ahora al ganado, y tráeme de allí dos buenos cabritos de las


1 Reina Valera Revisada (1960)--------------------------------------------------------------- 15.32


cabras, y haré de ellos viandas para tu padre, como a él le gusta; 10y tú las llevarás a tu padre, y comerá, para que él te bendiga antes de su muerte. 11Y Jacob dijo a Rebeca su madre: He aquí, Esaú mi hermano es hombre velloso, y yo lampiño. 12Quizá me palpará mi padre, y me tendrá por burlador, y traeré sobre mí maldición y no bendición. 13Y su madre respondió: Hijo mío, sea sobre mí tu maldición; solamente obedece a mi voz y ve y tráemelos. 14Entonces él fue y los tomó, y los trajo a su madre; y su madre hizo guisados, como a su padre le gustaba. 15Y tomó Rebeca los vestidos de Esaú su hijo mayor, los preciosos, que ella tenía en casa, y vistió a Jacob su hijo menor; 16y cubrió sus manos y la parte de su cuello donde no tenía vello, con las pieles de los cabritos; 17y entregó los guisados y el pan que había preparado, en manos de Jacob su hijo.

18Entonces éste fue a su padre y dijo: Padre mío. E Isaac respondió: Heme aquí; ¿quién eres, hijo mío? 19Y Jacob dijo a su padre: Yo soy Esaú tu primogénito; he hecho como me dijiste: levántate ahora, y siéntate, y come de mi caza, para que me bendigas. 20Entonces Isaac dijo a su hijo: ¿Cómo es que la hallaste tan pronto, hijo mío? Y él respondió: Porque Jehová tu Dios hizo que la encontrase delante de mí. 21E Isaac dijo a Jacob: Acércate ahora, y te palparé, hijo mío, por si eres mi hijo Esaú o no. 22Y se acercó Jacob a su padre Isaac, quien le palpó, y dijo: La voz es la voz de Jacob, pero las manos, las manos de Esaú. 23Y no le conoció, porque sus manos eran vellosas como las manos de Esaú; y le bendijo. 24Y dijo:

¿Eres tú mi hijo Esaú? Y Jacob respondió: Yo soy. 25Dijo también: Acércamela, y comeré de la caza de mi hijo, para que yo te bendiga; y Jacob se la acercó, e Isaac comió; le trajo también vino, y bebió. 26Y le dijo Isaac su padre: Acércate ahora, y bésame, hijo mío. 27Y Jacob se acercó, y le besó; y olió Isaac el olor de sus vestidos, y le bendijo, diciendo:

Mira, el olor de mi hijo,

Como el olor del campo que Jehová ha bendecido;

28        Dios, pues, te dé del rocío del cielo, Y de las grosuras de la tierra,

Y abundancia de trigo y de mosto.

29        Sírvante pueblos,

Y naciones se inclinen a ti; Sé señor de tus hermanos,

Y se inclinen ante ti los hijos de tu madre. Malditos los que te maldijeren,

Y benditos los que te bendijeren.a,b

30Y aconteció, luego que Isaac acabó de bendecir a Jacob, y apenas había salido Jacob de delante de Isaac su padre, que Esaú su hermano volvió de cazar. 31E hizo él también guisados, y trajo a su padre, y le dijo: Levántese mi padre, y coma de la caza de su hijo, para que me bendiga. 32Entonces Isaac su padre le dijo: ¿Quién eres tú? Y él le dijo: Yo soy tu hijo, tu primogénito, Esaú. 33Y se estremeció Isaac grandemente, y dijo: ¿Quién es el que vino aquí, que trajo caza, y me dio, y comí de todo antes que tú vinieses? Yo le bendije, y será bendito. 34Cuando Esaú oyó las palabras de su padre, clamó con una muy grande y muy amarga exclamación, y le dijo: Bendíceme también a mí, padre mío. 35Y él dijo: Vino tu hermano con engaño, y tomó tu bendición. 36Y Esaú respondió: Bien llamaron su nombre


a a 27.29: Gn. 12.3.

b b 27.27–29: He. 11.20.


Jacob, pues ya me ha suplantado dos veces: se apoderó de mi primogenitura,c y he aquí ahora ha tomado mi bendición. Y dijo: ¿No has guardado bendición para mí? 37Isaac respondió y dijo a Esaú: He aquí yo le he puesto por señor tuyo, y le he dado por siervos a todos sus hermanos; de trigo y de vino le he provisto; ¿qué, pues, te haré a ti ahora, hijo mío? 38Y Esaú respondió a su padre: ¿No tienes más que una sola bendición, padre mío? Bendíceme también a mí, padre mío. Y alzó Esaú su voz, y lloró.d

39Entonces Isaac su padre habló y le dijo: He aquí, será tu habitación en grosuras de la tierra, Y del rocío de los cielos de arriba;

40        Y por tu espada vivirás, y a tu hermano servirás; Y sucederá cuando te fortalezcas,

Que descargarás su yugo de tu cerviz.e,f

Jacob huye de Esaú

41Y aborreció Esaú a Jacob por la bendición con que su padre le había bendecido, y dijo en su corazón: Llegarán los días del luto de mi padre, y yo mataré a mi hermano Jacob. 42Y fueron dichas a Rebeca las palabras de Esaú su hijo mayor; y ella envió y llamó a Jacob su hijo menor, y le dijo: He aquí, Esaú tu hermano se consuela acerca de ti con la idea de matarte. 43Ahora pues, hijo mío, obedece a mi voz; levántate y huye a casa de Labán mi hermano en Harán, 44y mora con él algunos días, hasta que el enojo de tu hermano se mitigue; 45hasta que se aplaque la ira de tu hermano contra ti, y olvide lo que le has hecho; yo enviaré entonces, y te traeré de allá. ¿Por qué seré privada de vosotros ambos en un  día?2

 

Salmo 20

 

Oración pidiendo la victoria

Al músico principal. Salmo de David.

1        Jehová te oiga en el día de conflicto; El nombre del Dios de Jacob te defienda.

2        Te envíe ayuda desde el santuario, Y desde Sion te sostenga.

3        Haga memoria de todas tus ofrendas, Y acepte tu holocausto.

Selah

4        Te dé conforme al deseo de tu corazón,


c c 27.36: Gn. 25.29–34.

d d 27.38: He. 12.17.

e e 27.40: 2 R. 8.20; 2 Cr. 21.8.

f f 27.39–40: He. 11.20.

2 Reina Valera Revisada (1960). Miami : S-------------------------------------------------- 27.45


Y cumpla todo tu consejo.

5        Nosotros nos alegraremos en tu salvación,

Y alzaremos pendón en el nombre de nuestro Dios; Conceda Jehová todas tus peticiones.

6        Ahora conozco que Jehová salva a su ungido; Lo oirá desde sus santos cielos

Con la potencia salvadora de su diestra.

7        Estos confían en carros, y aquéllos en caballos;

Mas nosotros del nombre de Jehová nuestro Dios tendremos memoria.

8        Ellos flaquean y caen,

Mas nosotros nos levantamos, y estamos en pie.

9        Salva, Jehová;

Que el Rey nos oiga en el día que lo invoquemos.3

 

3 Reina Valera Revisada (1960)----------------------------------------------------------------- 20.9


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