lunes, 29 de febrero de 2016

¡Cómo alcanzar la Bendición de Dios!

 




20 de Febrero

¡Creyéndole a Dios! ¡Creyendo Su Palabra!

Por Riqui Ricón*

La bendición de Jehová es la que enriquece, Y no añade tristeza con ella (Pro 10.22).

En estos tiempos tan desafiantes (emocionantes diría yo), mucha gente quiere saber dónde está y cómo obtener la Bendición de Dios. Piensan que si logran conseguir que Dios los bendiga entonces serán capaces de vencer los retos que enfrentan.

Las palabras Bendición y Bendecir provienen de la unión de dos palabras: las palabra bien, y la palabra decir o dicho. Así, la palabra Bendición (del latín bene dictus), significa bien dicho o buen dicho; y la palabra Bendecir (del latín bene dicere), significa bien decir.

Entonces, en base a sus orígenes, la Bendición de Dios no es otra cosa más que el Buen dicho de Dios, esto es, las cosas buenas que Dios ha dicho.

Entonces Jehová respondió a Moisés: ¿Acaso se ha acortado la mano de Jehová? Ahora verás si se cumple mi palabra, o no (Núm 11.23).

La Bendición de Dios son las palabras de bien que Dios ha dicho, acerca de ti, en Su Palabra, La Biblia. Y todas ellas, se cumplirán.

El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán (Luc 21.33).

Primero el cielo y la tierra dejarán de existir, antes que Dios deje de cumplir una sola de Sus Palabras de Bendición que Él ha expresado en Su Palabra, La Biblia.

Ahora pues, Jehová Dios, tú eres Dios, y tus palabras son verdad, y tú has prometido este bien a tu siervo. Ten ahora a bien bendecir la casa de tu siervo, para que permanezca perpetuamente delante de ti, porque tú, Jehová Dios, lo has dicho, y con tu bendición será bendita la casa de tu siervo para siempre (2 S 7.28-29).

La Palabra de Dios, La Biblia, es La Verdad, y puesto que tú sabes que todas las Palabras que salen de la Boca de Dios se cumplen, sin faltar alguna de ellas, entonces, por simple lógica, TODAS las buenas Palabras que Dios ha dicho acerca de ti se van a cumplir, ¡sin lugar a dudas!

Y vino a él, y he aquí que él estaba junto a su holocausto, y con él los príncipes de Moab; y le dijo Balac: ¿Qué ha dicho Jehová?  Entonces él tomó su parábola, y dijo: Balac, levántate y oye; Escucha mis palabras, hijo de Zipor: Dios no es hombre, para que mienta, Ni hijo de hombre para que se arrepienta. Él dijo, ¿y no hará? Habló, ¿y no lo ejecutará? He aquí, he recibido orden de bendecir; El dio bendición, y no podré revocarla (Núm 23.17-20).

¡La Bendición de Dios ES irrevocable!

La Biblia es la Palabra de Dios y no miente, contiene TODA la Bendición de Dios, pues en ella están las Palabras que han salido de la boca de Dios.

Así que, la Bendición de Dios, que es la que enriquece y no añade tristeza en ella, está a tu alcance y mucho más cerca de lo que te imaginas.

Sal 119:89-90 NVI  Tu palabra, SEÑOR, es eterna, y está firme en los cielos.  (90)  Tu fidelidad permanece para siempre; estableciste la tierra, y quedó firme.

La Palabra de Dios es infalible, eterna e inmutable; La Bendición YA fue dicha y puedes darte cuenta que Dios no necesita estar pendiente de tu conducta para ver si eres digno merecedor de una Palabra de Bendición. ¡No! La Palabra de Dios es la Bendición de Dios y tiene poder y autoridad para hacerse cumplir a sí misma.

¡La Bendición es la Palabra de Amor que Dios ha proferido acerca de ti!

Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis (Jer 29.11).

Dios te desea paz y no mal, por eso Él te ha bendecido, Él ha hablado y decretado el bien para tu vida.

No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta (Rom 12.2).

Por lo tanto, no amoldes tus pensamientos a la forma como el mundo piensa, sino cambia tu forma de pensar, renueva tu pensamiento con La Palabra de Dios, con la Bendición, para que compruebes la voluntad de Dios.

¡Su voluntad para contigo es buena, agradable y perfecta!

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él (Jua 3.16-17).

¡Dios te ama tanto que prefirió entregar a su propio Hijo antes que perderte a ti!

MIREN CUÁNTO NOS ama el Padre celestial que permite que seamos llamados hijos de Dios. ¡Y lo mas maravilloso es que de veras lo somos! Naturalmente, como la mayoría de la gente no conoce a Dios, no comprende por qué lo somos  (1 Jua 3.1 BAD).

Dios te ama tanto que aunque tú estabas muerto(a) en delitos y pecados, te dio vida juntamente con Cristo Jesús para llamarte (bendecirte), Su propio(a) Hijo(a).

He aquí yo envío mi Ángel delante de ti para que te guarde en el camino, y te introduzca en el lugar que yo he preparado (Exo 23.20).

La Buena Palabra de Dios (La Bendición) ha enviado ángeles delante de ti para que te guarden y te guíen en todos tus caminos.

Mas a Jehová vuestro Dios serviréis, y él bendecirá tu pan y tus aguas; y yo quitaré toda enfermedad de en medio de ti. No habrá mujer que aborte, ni estéril en tu tierra; y yo completaré el número de tus días (Exo 23.25-26).

Ahora, gracias a lo que Jesús hizo por Amor a ti, al morir en esa cruz y resucitar para justificarte, perdonarte y darte Nueva Vida, eres un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo y La Bendición de Dios enriquece tu Vida otorgándote salud y larga vida.

Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma (3 Jua 2).

¡La Bendición ya fue dicha! Es Palabra de Dios y está ahí, a tu alcance, cerca de ti, para seguirte y alcanzarte: Que seas prosperado(a) en todas las cosas, que tengas salud y que prospere tu alma.

El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas? (Ro 8.32).

¡Todas las cosas!

Si puedes creer, ¡al que cree todo le es posible!

Oremos en voz audible:

Amado Padre celestial, que hermoso es saberme tan amado(a) por Ti. ¡Gracias por tanto y tan grande Amor! En verdad te estoy muy agradecido(a). Gracias porque el principio de la sabiduría es este Amor que nos relaciona a Ti y a mí. Gracias por hacerme Tu Hijo(a). Gracias porque a pesar de mis circunstancias Tú me aumentas mis días y me añades años de vida. Señor Jesús, por Tu sacrificio de Amor, por tu Sangre preciosa derramada hasta la última gota, ahora yo he pasado de muerte a vida y ¡Tú me has trasladado de las tinieblas a Tu Luz admirable! ¡Puedo vivir la Vida que compraste para mí! Así que, en todo problema, enfermedad o aflicción, yo, ____________ (tu nombre aquí), soy más que vencedor(a), pues TODO lo puedo en Cristo que me fortalece y aunque ande en valle de sombra y de muerte NO VOY A TEMER mal alguno porque Tú, Jesús, estás conmigo. Tu vara y tu cayado me infundirán aliento. Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores; Unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando. Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, Y en Tu casa, oh Señor, moraré por largos días. ¡Soy sano(a)! ¡Soy libre! ¡Soy próspero(a)! ¡Soy dichoso(a)! ¡Soy un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo! En el nombre de Jesús. Amén.

 Nota Importante:

¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco una relación con el Todopoderoso?

Sólo haz la siguiente oración en voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a Dios:

Señor Jesús, yo creo que eres el Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.

*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2011

 


Lectura y Meditación de la Palabra de Dios

Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.

Febrero 20            Mat 2 /  Ex 22-23 /  Pro 10

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

jueves, 25 de febrero de 2016

¡Cómo alcanzar la sabiduría!

 



19 de Febrero
¡Creyendo!
Por Riqui Ricón*
El temor de Jehová es el principio de la sabiduría, Y el conocimiento del Santísimo es la inteligencia. Porque por mí se aumentarán tus días, Y años de vida se te añadirán (Pro 9.10-11).
La mejor manera que he encontrado para definir el temor de Jehová o temor de Dios es como el Amor reverente que profesa un hijo hacia su padre con el cual tiene una muy buena relación de amigos con respeto y admiración. Así que, el temor de Dios no es miedo a Dios sino el conocimiento del Santísimo. Esto es,  tener una relación íntima con Él, pues sólo así se puede tener el conocimiento de Su Santidad.
Este tipo de temor, este tipo de relación, es el principio de la sabiduría y contiene una preciosa promesa: Porque por mí se aumentarán tus días, Y años de vida se te añadirán.
Esta sabiduría y temor de Dios sólo se pueden obtener mediante una relación estrecha y constante con tu Padre celestial mediante la oración, la adoración y la lectura y meditación de Su Palabra. Y aunque todo esto requiere dedicación y constancia NO son el producto de una obligación adquirida sino de una relación cultivada.
Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar (Mat 11.28).
Toda relación con Dios, sea para adquirir sabiduría o para alcanzar misericordia, se basa en el Amor que Él siente por ti y no en el cumplimiento de deberes o tareas asignadas. De hecho, Jesús está más que dispuesto a ayudarte con tus cargas y trabajos.
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él (Jn 3.16-17).
Dios te ama tanto que prefirió entregar a Su propio Hijo, para pagar todos tus pecados, antes que perderte a ti. Jesús vino a salvarte, ¡nunca a condenarte!
MIREN CUÁNTO NOS ama el Padre celestial que permite que seamos llamados hijos de Dios. ¡Y lo mas maravilloso es que de veras lo somos! Naturalmente, como la mayoría de la gente no conoce a Dios, no comprende por qué lo somos  (1 Jua 3.1 BAD).
El único interés que Dios tiene en tu persona es el de relacionarse contigo de una forma tan personal que aprendas a mirarlo como a tu verdadero Padre.
Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre! (Rom 8.15).
Entonces, el temor de Dios es el principio de la sabiduría, y esto significa: tener una relación de íntima confianza, respeto y admiración con tu Padre celestial.
Jehová de los ejércitos, Dichoso el hombre que en ti confía (Sal 84.12).
Es este temor de Dios, esta confianza, lo que te garantiza una vida dichosa. Es este principio de sabiduría, y no el dinero, ni el éxito, lo único que te puede dar el gozo y la dicha de vivir la vida que te toco vivir.
Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí (Jua 14.6).
La buena noticia del día de hoy es que el Camino de la sabiduría está abierto y es un Camino de Vida y Verdad.
Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo, por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne, y teniendo un gran sacerdote sobre la casa de Dios, acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura (He 10.19-22).
Así es, mi amado(a), por el sacrificio de Amor de Cristo Jesús, tú tienes todo el derecho y la libertad para entrar al lugar de Su Presencia. Puedes acercarte a Dios, tu Padre, con plena certeza de fe que Él no te va a rechazar. Si no te rechazó antes, mucho menos lo hará ahora que eres Su Hijo(a) legítimo(a).
Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó,  aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo  (por gracia sois salvos), y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús (Efe 2.4-6).
El temor de Dios es ese amor, gratitud, reverencia y admiración que tú sientes por Aquel que te ha amado tanto. Es parte de tu Nueva Naturaleza y te impulsa a orar y leer la Biblia como la base, el fundamento, de tu relación con Él. ¡Este ES el principio de la Sabiduría!
Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien (Jos 1.8).
Así que, sea cual sea el problema, la enfermedad o la situación que estés enfrentando el día de hoy, hazlo con sabiduría. No dejes de orar y platicar con tu Padre celestial. Pon la Palabra de Dios en tu mente, boca y corazón. Y prepárate a salir más que vencedor(a) en todas los cosas, pues se aumentarán tus días, Y años de vida se te añadirán.
¡Harás prosperar tu camino y todo te saldrá bien!
Oremos en voz audible:
Amado Padre celestial, que hermoso es saberme tan amado(a) por Ti. ¡Gracias por tanto y tan grande Amor! En verdad te estoy muy agradecido(a). Gracias porque el principio de la sabiduría es este Amor que nos relaciona a Ti y a mí. Gracias por hacerme Tu Hijo(a). Gracias porque a pesar de mis circunstancias Tú me aumentas mis días y me añades años de vida. Señor Jesús, por Tu sacrificio de Amor, por tu Sangre preciosa derramada hasta la última gota, ahora yo he pasado de muerte a vida y ¡Tú me has trasladado de las tinieblas a Tu Luz admirable! ¡Puedo vivir la Vida que compraste para mí! Así que, en todo problema, enfermedad o aflicción, yo, ____________ (tu nombre aquí), soy más que vencedor(a), pues TODO lo puedo en Cristo que me fortalece y aunque ande en valle de sombra y de muerte NO VOY A TEMER mal alguno porque Tú, Jesús, estás conmigo. Tu vara y tu cayado me infundirán aliento. Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores; Unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando. Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, Y en Tu casa, oh Señor, moraré por largos días. ¡Soy sano(a)! ¡Soy libre! ¡Soy próspero(a)! ¡Soy dichoso(a)! ¡Soy un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo! En el nombre de Jesús. Amén.
 Nota Importante:
¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco una relación con el Todopoderoso?
Sólo haz la siguiente oración en voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a Dios:
Señor Jesús, yo creo que eres el Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2011
 

Lectura y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Febrero 19                 Mat 1 /  Ex 20-21 /  Pro 9
 

 
 
 
 
 
 
 
 
 

miércoles, 24 de febrero de 2016

¡Cómo vivir más allá de lo posible!

 



18 de Febrero

¡Al que cree, todo le es posible!

Por Riqui Ricón*

Ahora, pues, si diereis oído a mi voz, y guardareis mi pacto, vosotros seréis mi especial tesoro sobre todos los pueblos; porque mía es toda la tierra. Y vosotros me seréis un reino de sacerdotes, y gente santa (Ex 19.5-6a).

Todas las peticiones que Dios, tu Padre, te hace continuamente en Su Palabra, la Biblia, contienen un gran Amor para contigo. “Pon atención a mí voz”, “escucha mí Palabra”, “medítala de día y de noche”, “busca mi Palabra”, “guárdala”, “atesórala” y muchas otras más, como la que encabeza esta reflexión,  demuestran una y otra vez que la Voluntad de Dios para tu vida es bendecirte.

Dios, el Todopoderoso, no necesita creaturas obedientes, ¡ya tiene millones! ¡Y puede crear más! Él lo que quiere, y pide de ti, es que le creas. Que creas Su Palabra y confíes en Él como un Hijo confía en su Padre, que le ama.

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él (Jn 3.16-17).

¡El Nuevo Pacto, en la Sangre de Jesús, es un pacto de Amor! Esto es lo primero que tienes que creerle, que a pesar de como tú hayas sido o lo que hayas hecho con tu vida, Dios te ama tanto que prefirió entregar a Su propio Hijo, para pagar todos tus pecados, antes que perderte a ti.

Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos), y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús (Efe 2.4-6).

Todas tus faltas, fracasos y pecados ya fueron pagados en esa cruz. Ahora, has sido trasladado(a) de muerte a vida, de la potestad de las tinieblas a la luz admirable de Cristo Jesús.

¡Porque Él vive, tú vives! ¡Tienes una Vida totalmente Nueva juntamente con Jesús!

De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas (2 Co 5.17).

¿Puedes creer esto? ¿Puedes creer que lo que dice La Biblia es en Verdad La Palabra de Dios? ¿Puedes creerle a Dios?

Mar 9:23 SyEspañol  Y Jesús le dijo: Si puedes creer, al que cree todo le será posible.

La diferencia entre ser una creatura obediente y ser llamado(a) especial tesoro o Hijo(a) Amado por Dios, estriba en que ahora conoces y CREES la Palabra de Dios. Ahora le CREES a Dios, quien te dice que Él te ha hecho una persona totalmente nueva.

2Co 5:17 NTV  Esto significa que todo el que pertenece a Cristo se ha convertido en una persona nueva. La vida antigua ha pasado, ¡una nueva vida ha comenzado!

La vieja naturaleza, corrupta y pecadora, que te tenía atado(a) al pecado, está muerta, está clavada en la cruz de Cristo.

Gál 2:20 RV60  Con Cristo estoy juntamente crucificado,  y ya no vivo yo,  mas vive Cristo en mí;  y lo que ahora vivo en la carne,  lo vivo en la fe del Hijo de Dios,  el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.

Por favor entiende esto, no importa si tú no te sientes así, o si sigues pensando que eres el (la) mismo(a) pecador(a) que antes eras. Esta Nueva Vida no depende de lo que tu hagas o sientas, sino de lo que Jesús hizo por Amor a ti, al morir en esa cruz. ¡Su sacrificio es perfecto, completo y suficiente! ¡Está escrito! Es la Palabra de Dios contra tus emociones, nociones o sentimientos. Es la Palabra de Dios contra tu forma de juzgarte a ti mismo(a). ¡Es la Palabra de Dios y es la Verdad!

¡Fíjense qué gran amor nos ha dado el Padre,  que se nos llame hijos de Dios!  ¡Y lo somos!  El mundo no nos conoce,  precisamente porque no lo conoció a él (1 Jn 3.1 NVI).

El Amor de Dios para contigo es tan asombroso que ahora, a través de Jesucristo, Él mismo te ha llamado Su Hijo(a). ¡Y eso es lo que eres, un(a) Hijo(a) Amado(a) de Dios!

siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre (1 P 1.23).

Así es, ahora eres una Nueva especie de ser que no existía antes, eres un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo, y no de una semilla corruptible, sino de la incorruptible semilla que es la Palabra de Dios, que vive y permanece para siempre.

El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia (Jn 10.10).

Todo esto es a lo que Dios te pide prestes atención cuando te dice des tu oído a Su Voz (Su Palabra) y guardes Su Pacto.

Heb 8:6 NTV  Pero ahora a Jesús, nuestro Sumo Sacerdote, se le ha dado un ministerio que es muy superior al sacerdocio antiguo porque él es mediador a nuestro favor de un mejor pacto con Dios basado en promesas mejores.

Pues es por la Sangre del Nuevo Pacto en Jesús, que ahora gozas de la Vida Eterna de los Hijos de Dios y, a pesar de lo que el diablo o el mundo te quieran hurtar y matar y destruir, tienes todo el derecho para hacer de tu Nueva Vida una vida Plena y Abundante.

porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré; de manera que podemos decir confiadamente: El Señor es mi ayudador; no temeré Lo que me pueda hacer el hombre (He 13.5b-6).

Todo esto, y mucho más, es lo que te hace ser el Especial Tesoro de tu Padre celestial. Ten por seguro que tú puedes confiar en Él. Todo lo que Dios ha dicho en Su Palabra, La Biblia, acerca de ti, Él lo va hacer. Todo lo que Dios ha hablado acerca de ti en Su Palabra, La Biblia, Él lo va a ejecutar. Pues, primero el cielo y la tierra dejan de existir, antes que Dios deje de cumplirte Su Palabra.

Jehová de los ejércitos, Dichoso el hombre que en ti confía (Sal 84.12).

Aprende a confiar en Dios, créele a Su Palabra y serás la persona más feliz del planeta.

Antes eras un(a) perdido(a) pecador(a) destinado(a) a sufrir por toda la eternidad en el infierno, pero ahora has sido perdonado(a) y comprado (a) con la Sangre de Jesús por lo cual has sido constituido(a) en el Especial Tesoro de tu Padre celestial.

Si puedes creer, ¡Al que cree, todo le es posible!

Oremos en voz audible:

Amado Padre celestial, en verdad que eres asombroso. Escucharte decir en Tu Palabra (a pesar de lo que hice con mi vida), que yo soy tu especial tesoro, tu Hijo(a) Amado(a), me hace sentir tanto Amor y gratitud por Ti, mi Dios. Señor Jesús, muchas, muchísimas gracias por todo lo que has hecho por mí. Hoy quiero decirte que te amo con todo mi corazón, que te estoy infinitamente agradecido. He aceptado este Nuevo Pacto en Tu Sangre y voy a vivir de acuerdo a Tu Palabra, la Biblia. ¡Yo soy, y seré siempre, la persona que Tú, oh Dios, dices, en Tu Palabra, que yo soy! ¡Más que vencedor(a), por medio del Amor de Cristo! ¡Todo lo Puedo en Ti, mi Señor, que me fortaleces! ¡Mayor eres Tú, Espíritu Santo, que estás en mí, y conmigo, que cualquier problema, enfermedad o circunstancia! Tú, mi amado Jesús, llevaste mis enfermedades y sufriste mis dolores, y por tus llagas yo ya fui sanado(a). Por lo tanto, me declaro, sano(a), libre y próspero(a) para hacer de mi Nueva Vida esa vida Plena y Abundante que Tú, Señor Jesús, pagaste para mí. Nada, ni nadie, en este mundo, puede evitar que cumpla Tu propósito, mi Dios. ¡Soy Tu Especial Tesoro! ¡Soy Tu Hijo(a) Amado(a)! En el nombre de Jesús. Amén.

 Nota Importante:

¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco una relación con el Todopoderoso?

Sólo haz la siguiente oración en voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a Dios:

Señor Jesús, yo creo que eres el Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.

*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2011

 


Lectura y Meditación de la Palabra de Dios

Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.

Febrero 18                    Heb 13 /  Ex 18-19 /  Pro 8