¡Alégrate!
Por Riqui Ricón*
Pero alégrense todos los
que en ti confían; Den voces de júbilo para siempre, porque tú los defiendes (Sal 5.11a).
La Biblia, que es la Palabra de Dios, y no miente, es muy
clara respecto al estilo de vida que Dios, tu Padre, desea que vivas en este
mundo. Y el júbilo y la alegría pueden ser, y deben ser, una característica en
tu vida.
Pero, ¿cómo puedes tener júbilo y alegría cuando estás
enfrentando problemas, enfermedades, aflicciones o retos que te abruman?
Entérate, la única manera posible para enfrentar tus problemas, enfermedades,
aflicciones o retos con júbilo y alegría durante todo este año que comienza es
confiando en Dios.
Estas
cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción;
pero confiad, yo he vencido al mundo (Jn 16.33).
Es poniendo toda tu confianza en Dios, sabiendo que Él jamás
va a faltar a Su Palabra, que, a pesar de las aflicciones, puedes tener paz y
estar alegre.
Y sabemos que a los que
aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a
su propósito son llamados (Rom 8.28).
Así es, tú puedes, literalmente, estar alegre en medio de
las aflicciones, con esa paz que sobrepasa todo entendimiento, porque sabes,
que sabes, que Dios está contigo, que no te ha dejado, ni te dejará y que de
todas las cosas saldrás más que vencedor(a), porque todo lo puedes en Cristo que te fortalece. ¡Escrito está!
¡Es
la Palabra de Dios!
En ti se
regocijen los que aman tu nombre. Porque tú, oh Jehová, bendecirás al justo;
Como con un escudo lo rodearás de tu favor (Sal 5.11b-12).
Tú eres un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo y la
Bendición de tu Padre está sobre ti. La Bendición incluye la protección y el
favor de Dios. El favor de Dios es la Gracia de Dios. Teniendo el favor de Dios
puedes tener el deseo y el poder de Dios para hacer su voluntad con gozo. Este
deseo y poder de Dios para hacer Su Voluntad con gozo son un escudo de
bendición alrededor de ti.
Porque de tal
manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel
que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su
Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él (Jn 3.16-17).
Efectivamente, este año te vas a regocijar porque tú le amas
y Él te ama tanto que prefirió entregar a Su propio Hijo, Jesús, para que
pagara todos tus pecados, y hacerte justo(a). Y dice la Escritura que Dios
bendecirá al justo. Este año vivirás con un escudo, rodeado(a) del favor y de
la Gracia de tu Padre celestial.
Pero sin fe es
imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea
que le hay, y que es galardonador de los que le buscan (Heb 11.6).
Lo único que Jesús te pide es que confíes en Él, que le
creas a Él, que creas Su Palabra sin dudar. La Biblia dice que Abraham creyó a
Dios y eso, creerle a Dios, le fue contado por justicia, es decir, fue hecho
justo por creer la Palabra de Dios.
Entonces le
respondió Pedro, y dijo: Señor, si eres tú, manda que yo vaya a ti sobre las
aguas. Y él dijo: Ven. Y descendiendo Pedro de la barca, andaba sobre las aguas
para ir a Jesús. Pero al ver el fuerte viento, tuvo miedo; y comenzando a
hundirse, dio voces, diciendo: ¡Señor, sálvame! Al momento Jesús, extendiendo
la mano, asió de él, y le dijo: ¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste? (Mat
14.28-31).
Ante el desafío de caminar sobre el agua, Pedro solo
necesitó una Palabra del Señor Jesús: ¡Ven! Inicialmente Pedro creyó la Palabra
de Jesús y comenzó a caminar sobre el agua, pero la realidad (la fuerza del
viento) lo distrajo de la Verdad (la Palabra de Dios) y dudó de la Palabra y
comenzó a hundirse.
La clave de todo esto está en que, cuando los problemas,
enfermedades o aflicciones, soplan tan fuerte NO dejes de ver a Jesús, NO dejes
de atender y creer Su Palabra, pues si lo haces, entonces mirarás las
circunstancias y recibirás al miedo, que anulará tu fe.
¡No, mi
amado(a)! ¡Este año es un año decisivo en tu vida! Dile a esa situación: yo sé en quien he creído y jamás seré
avergonzado(a) de haber confiado en la Palabra de Dios. ¡Voltéale la
espalda! ¡Déjala de ver! Y pon tus ojos en Jesús, el autor y consumador de tu
fe.
Alégrate y da voces de júbilo cada día de este año, porque,
en Cristo Jesús, tú eres un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo, y tienes la
Palabra de Honor de tu Padre celestial que nada, ni nadie, te podrán hacer
frente en todos los días de tu
vida, pues de la misma forma que Él estuvo con Jesucristo,
así está contigo. Caerán a tu lado mil y diez mil a tu diestra, mas a ti no
llegará, y aunque andes en valle de sombra y de muerte, NO TEMERÁS mal alguno
porque Dios está contigo.
¿Qué, pues,
diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros? (Ro
8.31).
Este año estás destinado(a) a tener más victorias de las que
tuvo Josué, sólo haz de la Biblia la norma máxima de tu vivir; poniéndola en tu
mente, boca y corazón. Es lo único y lo más importante que debes hacer.
Nunca se apartará
de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él,
para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque
entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien (Jos 1.8).
Si haces esto, entonces (no antes, ni después, ni de ningún
otra forma), ¡harás prosperar tu camino y todo te saldrá bien!
Oremos en voz audible:
Amado Padre celestial, puedo ver en Tu
Palabra, la Biblia, que Tu Voluntad expresa para mi vida es Amor, gozo, paz y
libertad. Sé, además, que Tú, Jesucristo, ya pagaste para darme esa vida, plena
y abundante, que es la Vida Eterna, la cual, yo,
(tu nombre aquí), tengo todo el
derecho a experimentar cada día, pues, por el Nuevo Pacto en Tu Sangre, Jesús,
yo soy un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo. Así que, tengo toda certeza y
convicción que este año saldré más que vencedor(a) en todas las cosas. No voy a
permitir que aflicción alguna me robe mi gozo y mi paz, pues conozco el final
de la historia, ¡ya leí el final del
libro! ¡Saldré victorioso(a)! ¡Todo lo puedo en Ti, mi Señor Jesús! Llamo al
gozo y a la alegría a mi vida, pues, Jehová de los ejércitos, Dichoso el hombre que en ti confía. Por tanto, creo y declaro
que, ¡Soy sano(a)!
¡Soy libre! ¡Soy próspero! ¡Soy dichoso(a)! ¡Soy Hijo(a) del
Rey! En el nombre de Jesús. Amén.
Nota Importante:
¿Cómo
me hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco una relación con el Todopoderoso?
Sólo
haz la siguiente oración en voz audible poniendo toda tu atención y corazón a
lo que le estás diciendo a Dios:
Señor
Jesús, yo creo que eres el Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen
María para pagar todos mis pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por
eso, te digo el día de hoy que sí acepto. ¡Sí acepto tu
sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa derramada hasta la última
gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a entrar porque quiero,
Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi único y suficiente
Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios Poderoso, pues con esta
simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a Vida, he sido
trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido de Nuevo!
¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre!
¡Nunca más estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En
el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo
C. Peredo Jaime © 2012
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Lectura y Meditación de la Palabra de
Dios
Haz
estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Enero
5 Luc 7.18-50 /
Gen 11 / Sal 5
RV60
Lectura y Meditación de la Palabra de
Dios
Haz
estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Enero
5 Luc 7.18-50 /
Gen 11 / Sal 5
San Lucas 7.18-50
Los mensajeros de Juan el Bautista
(Mt. 11.2–19)
18Los
discípulos de Juan le dieron las nuevas de todas estas cosas. Y llamó Juan a
dos de sus discípulos, 19y los envió a Jesús, para preguntarle:
¿Eres tú el que había de venir, o esperaremos a otro? 20Cuando,
pues, los hombres vinieron a él, dijeron: Juan el Bautista nos ha enviado a ti,
para preguntarte: ¿Eres tú el que había de venir, o esperaremos a otro? 21En
esa misma hora sanó a muchos de enfermedades y plagas, y de espíritus malos, y
a muchos ciegos les dio la vista. 22Y respondiendo Jesús, les dijo:
Id, haced saber a Juan lo que habéis visto y oído: los ciegos ven, los cojos
andan, los leprosos son limpiados,
los sordos oyen,a los muertos son
resucitados, y a los pobres es anunciado el evangelio;b 23y bienaventurado es aquel que no halle
tropiezo en mí.
24Cuando se fueron los mensajeros de
Juan, comenzó a decir de Juan a la gente: ¿Qué salisteis a ver al desierto?
¿Una caña sacudida por el viento? 25Mas ¿qué salisteis a ver? ¿A un
hombre cubierto de vestiduras delicadas? He aquí, los que tienen vestidura preciosa
y viven en deleites, en los palacios de los reyes están. 26Mas ¿qué
salisteis a ver? ¿A un profeta? Sí, os digo, y más que profeta. 27Este
es de quien está escrito:
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a a 7.22:
Is. 35.5–6.
b b 7.22: Is. 61.1.
He
aquí, envío mi mensajero delante de tu faz, El cual preparará tu camino delante
de ti.c
28Os digo que entre los nacidos de
mujeres, no hay mayor profeta que Juan el Bautista; pero el más pequeño en el
reino de Dios es mayor que él. 29Y todo el pueblo y los publicanos,
cuando lo oyeron, justificaron a Dios,
bautizándose con el
bautismo de Juan. 30Mas los fariseos y los
intérpretes de la ley desecharon los designios de Dios respecto de sí mismos, no siendo bautizados por Juan.d
31Y dijo el Señor: ¿A qué, pues,
compararé los hombres de esta generación, y a qué son semejantes? 32Semejantes
son a los muchachos sentados en la plaza, que dan voces unos a otros y dicen:
Os tocamos flauta, y no bailasteis; os endechamos, y no llorasteis. 33Porque
vino Juan el Bautista, que ni comía pan ni bebía vino, y decís: Demonio tiene. 34Vino
el Hijo del Hombre, que come y bebe, y decís: Este es un hombre comilón y bebedor de vino,
amigo de publicanos y de
pecadores. 35Mas la sabiduría es justificada por todos sus hijos.
Jesús en el
hogar de Simón el fariseo
36Uno
de los fariseos rogó a Jesús que comiese con él. Y habiendo entrado en casa del
fariseo, se sentó a la mesa. 37Entonces una mujer de la ciudad, que
era pecadora, al saber que Jesús estaba a la mesa en casa del fariseo, trajo un
frasco de alabastro con perfume; 38y estando detrás de él a sus
pies, llorando, comenzó a regar con lágrimas sus pies, y los enjugaba con sus cabellos; y besaba sus
pies, y los ungía con el perfume.e
39Cuando vio esto el fariseo que le había convidado, dijo para
sí: Este, si fuera profeta, conocería quién y qué clase de mujer es la que le
toca, que es pecadora. 40Entonces respondiendo Jesús, le dijo:
Simón, una cosa tengo que decirte. Y él le dijo: Di, Maestro. 41Un
acreedor tenía dos deudores: el uno le debía quinientos denarios, y el otro
cincuenta; 42y no teniendo ellos con qué pagar, perdonó a ambos. Di,
pues, ¿cuál de ellos le amará más? 43Respondiendo Simón, dijo:
Pienso que aquel a quien perdonó más. Y él le dijo: Rectamente has juzgado. 44Y
vuelto a la mujer, dijo a Simón: ¿Ves esta mujer? Entré en tu casa, y no me
diste agua para mis pies; mas ésta ha regado mis pies con
lágrimas, y los
ha enjugado con
sus cabellos. 45No me diste beso; mas ésta, desde que
entré, no ha
cesado de besar
mis pies. 46No ungiste mi cabeza con aceite; mas ésta ha
ungido con perfume mis pies. 47Por lo cual te digo que sus muchos
pecados le son perdonados, porque amó mucho; mas aquel a quien se le perdona
poco, poco ama. 48Y a ella le dijo: Tus pecados te son perdonados. 49Y
los que estaban juntamente sentados a la mesa, comenzaron a decir entre sí:
¿Quién es éste, que también perdona pecados? 50Pero él dijo a la
mujer: Tu fe te ha salvado, ve en paz.1
Génesis 11
La torre de Babel
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c c 7.27: Mal. 3.1.
d d 7.29–30:
Mt. 21.32; Lc. 3.12.
e e 7.37–38:
Mt. 26.7; Mr. 14.3; Jn. 12.3.
1 Reina
Valera Revisada (1960)------------------------------------------------------------------ 50
11
1Tenía entonces toda la tierra una
sola lengua y unas mismas palabras. 2Y aconteció que cuando salieron
de oriente, hallaron una llanura en la tierra de Sinar, y se establecieron allí. 3Y se dijeron unos a otros:
Vamos, hagamos ladrillo y cozámoslo con fuego. Y les sirvió el ladrillo en
lugar de piedra, y el asfalto en lugar de mezcla. 4Y dijeron: Vamos,
edifiquémonos una ciudad y una torre, cuya cúspide llegue al cielo; y hagámonos
un nombre, por si fuéremos esparcidos sobre la faz de toda la tierra. 5Y
descendió Jehová para ver la ciudad y la torre que edificaban los hijos de los
hombres. 6Y dijo Jehová: He aquí el pueblo es uno, y todos éstos
tienen un solo lenguaje; y han comenzado la obra, y nada les hará desistir
ahora de lo que han pensado hacer. 7Ahora, pues, descendamos, y
confundamos allí su lengua, para que ninguno entienda el habla de su compañero. 8Así los
esparció
Jehová desde allí sobre la faz de toda la tierra, y dejaron de edificar la
ciudad. 9Por esto fue llamado el nombre de ella Babel, porque allí
confundió11 Jehová el
lenguaje de toda la tierra, y desde allí los esparció sobre la faz de toda la tierra.
Los descendientes de Sem
(1 Cr. 1.24–27)
10Estas
son las generaciones de Sem: Sem, de edad de cien años, engendró a Arfaxad, dos
años después del diluvio. 11Y vivió Sem, después que engendró a
Arfaxad, quinientos años, y engendró hijos e hijas. 12Arfaxad vivió
treinta y cinco años, y engendró a Sala. 13Y vivió Arfaxad, después
que engendró a Sala, cuatrocientos tres años, y engendró hijos e hijas. 14Sala
vivió treinta años, y engendró a Heber. 15Y vivió Sala, después que
engendró a Heber, cuatrocientos tres años, y engendró hijos e hijas. 16Heber
vivió treinta y cuatro años, y engendró a Peleg. 17Y vivió Heber,
después que engendró a Peleg, cuatrocientos treinta años, y engendró hijos e
hijas. 18Peleg vivió treinta años, y engendró a Reu. 19Y
vivió Peleg, después que engendró a Reu, doscientos nueve años, y engendró
hijos e hijas. 20Reu vivió treinta y dos años, y engendró a Serug. 21Y
vivió Reu, después que engendró a Serug, doscientos siete años, y engendró
hijos e hijas. 22Serug vivió treinta años, y engendró a Nacor. 23Y
vivió Serug, después que engendró a Nacor, doscientos años, y engendró hijos e
hijas. 24Nacor vivió veintinueve años, y engendró a Taré. 25Y
vivió Nacor, después que engendró a Taré, ciento diecinueve años, y engendró
hijos e hijas. 26Taré vivió setenta años, y engendró a Abram, a
Nacor y a Harán.
Los
descendientes de Taré
27Estas
son las generaciones de Taré: Taré engendró a Abram, a Nacor y a Harán; y Harán
engendró a Lot. 28Y murió Harán antes que su padre Taré en la tierra
de su nacimiento, en Ur de los caldeos. 29Y tomaron Abram y Nacor
para sí mujeres; el nombre de la mujer de Abram era Sarai, y el nombre de la
mujer de Nacor, Milca, hija de Harán, padre de Milca y de Isca. 30Mas
Sarai era estéril, y no tenía hijo. 31Y tomó Taré a Abram su hijo, y
a Lot hijo de Harán, hijo de su hijo, y a Sarai su nuera, mujer de Abram su
hijo, y salió con ellos de Ur de los caldeos, para ir a la tierra de Canaán; y
vinieron hasta Harán, y se quedaron allí. 32Y fueron los días de
Taré doscientos cinco años; y murió Taré en
Harán.2
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11 Compárese
la palabra hebrea balal, confundir.
2 Reina Valera Revisada (1960).................................................................... Gn 10.32-11.32
Salmo 5
Plegaria pidiendo protección
Al
músico principal; sobre Nehilot. Salmo de David.
1 Escucha, oh Jehová, mis palabras; Considera mi gemir.
2 Está atento a la voz de mi clamor, Rey mío y Dios mío, Porque a ti oraré.
3 Oh Jehová, de
mañana oirás mi voz;
De mañana me
presentaré delante de ti, y esperaré.
4 Porque tú no eres un Dios que se
complace en la maldad; El malo no
habitará junto a ti.
5 Los insensatos no estarán delante de tus ojos; Aborreces a todos los que hacen iniquidad.
6 Destruirás a los que hablan mentira;
Al hombre
sanguinario y engañador abominará Jehová.
7 Mas yo
por la abundancia de tu misericordia entraré en tu casa; Adoraré hacia
tu santo templo en tu temor.
8 Guíame, Jehová, en tu justicia, a causa de mis enemigos; Endereza delante de mí tu camino.
9 Porque en la boca de ellos no hay
sinceridad; Sus entrañas son maldad,
Sepulcro abierto es su garganta, Con su lengua hablan lisonjas.a
10 Castígalos, oh Dios; Caigan por sus mismos consejos;
Por la multitud de sus transgresiones échalos fuera, Porque se
rebelaron contra ti.
11 Pero alégrense todos los que en ti confían;
Den voces de júbilo para siempre, porque tú los defiendes; En ti se
regocijen los que aman tu nombre.
12 Porque tú, oh Jehová, bendecirás al
justo; Como con un escudo lo rodearás de tu favor.3

a a 5.9: Ro. 3.13.
3 Reina
Valera Revisada (1960)------------------------------------------------------------------ 5.12
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