viernes, 31 de enero de 2020

¿Cómo orar de tal forma que obtengas la Victoria!













31 de Enero


   
¿Cómo orar de tal forma que obtengas la Victoria!

¡Levántate y ora!
Por Riqui Ricón*
Cuando se levantó de la oración, y vino a sus discípulos, los halló durmiendo a causa de la tristeza; y les dijo: ¿Por qué dormís? Levantaos, y orad para que no entréis en tentación (Luc 22.45-46).
Ya sea con tristeza, desilusión, temor, angustia, resentimiento, soledad, depresión enfermedad, pobreza o cualquier tipo de aflicción, Satanás pretende, con todos sus recursos, mantenerte dormido(a), en una especie de sopor o letargo espiritual, con el propósito de evitar, a toda costa, que despiertes y te des cuenta quién ahora tú eres en Cristo Jesús.
¿Por qué no entendéis mi lenguaje? Porque no podéis escuchar mi palabra. Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. El ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira. Y a mí, porque digo la verdad, no me creéis. ¿Quién de vosotros me redarguye de pecado? Pues si digo la verdad, ¿por qué vosotros no me creéis? El que es de Dios, las palabras de Dios oye; por esto no las oís vosotros, porque no sois de Dios (Jn 8.43-47).
De acuerdo a la Biblia, que es la Palabra de Honor de Dios, quien no miente, la buena noticia es que Satanás es mentiroso, padre de mentira y no hay verdad en él, por lo tanto, ninguno de los recursos que esté utilizando en tu contra son realmente verdad.
La mejor noticia es que Jesús sólo habla la Verdad y, en consecuencia, puedes poner toda tu confianza en Su Palabra.
La excelente noticia es que tú, mi amado(a), eres de Dios, comprado(a) por Amor al precio de la Sangre de Su Hijo Jesucristo, para ser hecho(a) un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo y, sin lugar a dudas, tú escuchas la voz de tu Padre y Su Palabra tiene un lugar en tu nuevo corazón.
Así que, ¡no te dejes engañar! Siempre que te sientas triste, angustiado(a), temeroso(a), deprimido(a), solo(a) o simplemente preocupado(a), debes hacerte un par de preguntas, ¿de dónde vienen estos sentimientos y emociones que rigen mi estado de ánimo y llegan afectar mi relación con Dios y los demás? ¿Qué voz estoy escuchando en estos momentos?
Así es, debes hacerte esas preguntas recordando que la voz de tu Padre SIEMPRE te dirá lo importante, capaz y valioso(a) que ahora tú eres. La voz del Padre te da identidad, NUNCA te la quita. Siempre le escucharás decirte, Hijo(a) mío(a), Yo he decretado en mi Palabra que tú TODO lo puedes en Cristo Jesús que te fortalece; que tú eres mío(a) y ya has vencido porque mayor Soy Yo, que estoy en ti y contigo, que el que está en el mundo; que en TODAS las cosas eres más que vencedor(a) por medio de Aquel que te ha amado, mi Hijo, Cristo Jesús.
El pasaje inicial de este devocional, donde Jesús encuentra a sus discípulos durmiendo mientras Él oraba, nos destaca la importancia de orar. Y esto es verdad, es de vital trascendencia orar sin desmayar, PERO, ¿cómo orar cuando estás cargado(a) de tristeza, miedo y ansiedad? A lo mucho podrás clamar desesperadamente ¡ayúdame Señor! Lo hermoso es que Él SIEMPRE te va a responder porque Él es fiel y no faltará JAMÁS a Su Palabra.
En ti, oh Jehová, he confiado; no sea yo confundido jamás; Líbrame en tu justicia. Inclina a mí tu oído, líbrame pronto; Sé tú mi roca fuerte, y fortaleza para salvarme. Porque tú eres mi roca y mi castillo; Por tu nombre me guiarás y me encaminarás (Sal 31.1-3).
La verdadera enseñanza acerca de la oración es que, si confías en Dios, si le crees a Su Palabra, no serás confundido(a) jamás; Él será tu roca y tu castillo; por Su Nombre te guiará y  te encaminará.
Jehová de los ejércitos, Dichoso el hombre que en ti confía (Sal 84.12).
Por lo tanto, antes de orar tienes que creer, creerle a Él, creerle a Su Palabra, la Biblia, para llegar delante de Su Presencia con toda certeza y plena confianza.
Tú que eres de Dios, escucha la Palabra de Dios, tu Padre y háblala. Así es, cuando estés orando con tu Padre celestial hazlo con Sus propias Palabras. Pórtate como un(a) verdadero(a) Hijo(a) y recuérdale a tu Padre las promesas que te ha hecho en Su Palabra tocante a tu necesidad. Desde luego que para esto necesitas conocer y saber dónde están esas promesas de la Palabra de Dios.
Estudia constantemente este libro de instrucción. Medita en él de día y de noche para asegurarte de obedecer todo lo que allí está escrito. Sólo entonces prosperarás y te irá bien en todo lo que hagas (Jos 1.8 NTV).
Te puedo asegurar que esta es la única forma de obtener la Victoria mediante la oración.
Oremos en voz audible:
Amado Padre celestial, a Ti nada te es oculto pues Tu Palabra, la Biblia, dice que aún no están las palabras en mi boca y Tú ya las conoces todas; así que, vengo en el nombre de Tu Hijo Jesucristo a declarar mi victoria sobre todo problema y circunstancia. Tú has establecido que a los que te amamos TODAS LAS COSAS les ayudan a bien y yo lo creo. Por eso declaro que estos problemas que hoy estoy viviendo, tarde que temprano, se volverán en un bien para mi vida, en el nombre de Jesús. Gracias Señor, porque no hay forma en que yo vaya a perder, pues esta es la victoria que ha vencido al mundo, mi fe. Mi fe en Ti, Padre eterno. Mi fe en Tu Palabra. Gracias Padre porque no me has dejado nunca, ni me dejarás, porque me has amado con tan grande amor y me has hecho Tu Hijo(a). Por lo que Tú hiciste en la cruz, Señor Jesús, y por Tu Palabra, ¡Soy sano(a)! ¡Soy libre! ¡Soy próspero(a)! ¡Soy más que vencedor(a)! ¡Todo lo puedo en Cristo! Y, por la Sangre de Jesús, soy dichoso(a) para vivir una vida plena y abundante. Muchas gracias, Señor Jesús. Gracias por esta Nueva Vida en Plenitud que ahora tengo. Gracias por mi sanidad. Gracias por mi salud. Gracias por mi prosperidad. Gracias por el Amor, la paz y el gozo que ahora disfruto. En el nombre de Jesús. Amén.
 Nota Importante:
¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco una relación con el Todopoderoso?
Sólo haz la siguiente oración en voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a Dios:
Señor Jesús, yo creo que eres el Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2012


Lectura y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Enero 31                              Luc 22.39-71  /  Gen 40  /  Sal 31







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jueves, 30 de enero de 2020

¿Qué es el Nuevo Pacto en la Sangre de Jesús?












30 de Enero


   
¿Qué es el Nuevo Pacto en la Sangre de Jesús?


¡Eres Hijo(a) de Dios! ¡Eres Hijo(a) del Nuevo Pacto!
Por Riqui Ricón*
Y tomó el pan y dio gracias, y lo partió y les dio, diciendo: Esto es mi cuerpo, que por vosotros es dado; haced esto en memoria de mí. De igual manera, después que hubo cenado, tomó la copa, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que por vosotros se derrama (Luc 22.19-20).
En la actualidad existen muchos creyentes que no tienen un conocimiento correcto acerca del significado del Nuevo Pacto al cual Jesucristo hacía referencia cuando instituyó la Santa Cena. Muchos piensan que se trata de la vida que ahora puedes llevar en base al Nuevo Testamento de tu Biblia, otros llegan a afirmar que sus vidas ya no están más regidas por la ley del Antiguo Testamento sino por la Gracia del Nuevo Testamento.
La lectura bíblica del día de hoy nos ofrece un buen momento para reflexionar acerca de lo que realmente es el Nuevo Pacto y lo que éste significa.
el ladrón no viene sino para hurta y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia (Jn 10.10)
El problema al ignorar el verdadero significado del Nuevo Pacto se presenta cuando te das cuenta que la realidad imperante en tu vida es una ausencia o carencia de esa abundancia o plenitud de vida que debieras experimentar de acuerdo a las Palabras de Jesucristo.
¿Qué es lo que sucede? Que desconoces lo que el Nuevo Pacto es y, por lo tanto,  sin saberlo ni quererlo, cedes ante el adversario el derecho que te asiste para vivir una vida plena y abundante.
Veamos, en el Antiguo Testamento, la promesa del Nuevo Pacto y sus implicaciones.
He aquí que vienen días, dice Jehová, en los cuales haré nuevo pacto  con la casa de Israel y con la casa de Judá. No como el pacto que hice con sus padres el día que tomé su mano para sacarlos de la tierra de Egipto; porque ellos invalidaron mi pacto, aunque fui yo un marido para ellos, dice Jehová. Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jehová: Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo. Y no enseñará más ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce a Jehová; porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice Jehová; porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de su pecado (Jer 31.31-34).
Al prometer un Nuevo Pacto, Dios se comprometió a que haría algo tan rotundo y contundente que quitaría definitivamente el pecado de en medio de tu relación con Él. Dios prometió que pondría Su Ley, la Palabra, en tu mente y corazón. Esto significaría, según Dios, un cambio tan profundo e interno en tu ser que ya no necesitarás ser enseñado acerca de Él pues, así, se establecería una relación tan íntima entre tú y Él como la de un Padre con su hijo.
Sin embargo, aún estaba pendiente de resolver el asunto del pecado.
Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro (Ro 6.23).
Para poder realizar el Nuevo Pacto, con Su propia Sangre, Jesucristo pagó el justo castigo por tus pecados, regalándote, con su muerte, la Vida Eterna que es un derecho exclusivo de los Hijos de Dios.
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él (Jn 3.16-17).
Así que por Su Gran Amor con que te amó, el Padre te ofrece vida y plenitud por medio de Su Hijo, Jesucristo, en lugar de muerte y condenación.
Pero, ¿cómo se logró esto? Por el Nuevo Pacto que actuó en tu vida cuando recibiste a Jesús como Señor y Salvador, y, conforme a lo establecido por Dios en Su Palabra, la Biblia, en ese momento varios milagros sucedieron dentro de ti:
Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne. Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra (Eze 36.26-27).
Dios resolvió el asunto del pecado en tu vida de una forma drástica y contundente: el hombre (la mujer) de pecado tendría que morir, tendría que ser destruido(a), y en su lugar Dios creo otro(a) totalmente nuevo(a). Al aceptar a Jesucristo como Señor y Salvador, aceptaste el Nuevo Pacto en Su Sangre, Su muerte y Su resurrección. Entonces, Dios, en cumplimiento a Su Palabra, te hizo un espíritu nuevo, te dio un nuevo corazón y puso dentro de ti, y contigo, Su Espíritu Santo.
siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre (1 P 1.23).
Esto, mi amado(a), representa la Sangre del Nuevo Pacto, la esencia de un Pacto donde Dios, a través de la fe en Su Palabra y en el sacrificio de Jesús, te ha hecho nueva criatura; te ha hecho un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo y no de una semilla corruptible, sino de la simiente incorruptible que es Su Palabra que vive y permanece para siempre.
Pero ahora tanto mejor ministerio es el suyo, cuanto es mediador de un mejor pacto, establecido sobre mejores promesas (He 8.6).
Porque Él cumplió Su promesa de hacer un Nuevo Pacto, establecido con mejores promesas mediante la Sangre de Su Hijo Jesús, ahora tú tienes Vida Eterna y eres un(a) Hijo(a) de Dios.
De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas (2 Cor 5.17).
Tienes Vida Eterna y eres un(a) Hijo(a) de Dios porque, en cumplimiento al Nuevo Pacto en la Sangre de Jesús, todos tus pecados fueron pagados y Dios te hizo nueva creatura, creando TOTALMENTE NUEVO el espíritu que ahora tú eres. De esta forma, Dios te dio un corazón NUEVO en el cual pudo ya escribir Su Ley y además, puso como garantía al Espíritu Santo dentro de ti por amigo y ayudador tuyo.
En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa, que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida, para alabanza de su gloria (Efe 1.13-14).
Esto te coloca en la verdadera dimensión de la plenitud y la vida abundante que tu Padre proveyó para ti, pues esta vida no  se trata de lo que estés percibiendo, sintiendo o enfrentando en este preciso momento, sino que esta vida se trata de lo que Dios dice acerca de ti, se trata de la Verdad infalible e inalterable de la Palabra de Dios.
¡Eres Hijo(a) de Dios! ¡Eres Hijo(a) del Nuevo Pacto!
Oremos en voz audible:
Amado Padre celestial, que asombroso es Tu Amor por mí. Te doy las gracias por haber dado a Tu Hijo Jesús como el precio justo y correcto por la redención de mi vida y de mi existencia. Señor Jesús, por el Nuevo Pacto en Tu Sangre, ahora yo tengo Vida Eterna y todo el derecho a hacer de ella una Vida Plena y Abundante. Por el Nuevo Pacto en Tu Sangre he sido justificado(a), perdonado(a), santificado(a) y perfeccionado(a) para ser hecho(a) un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo. ¡Gracias! ¡Muchas gracias, Señor Jesús! Sin importar las circunstancias que hoy estoy enfrentando, ahora sé que de todas ellas saldré más que vencedor(a), pues soy, efectivamente, un(a) Hijo(a) del Rey y todo lo puedo en Cristo que me fortalece. Así que, creo y declaro que ¡soy sano(a)! ¡Soy libre! ¡Soy próspero(a) para vivir una Vida Plena y Abundante! ¡Recibo Tu Amor! ¡Recibo Tu Gozo! ¡Recibo Tu Paz! ¡Por la Sangre de Jesús, la Sangre del Nuevo Pacto, que no hay forma que yo pueda perder en esta vida! ¡Amén!
 Nota Importante:
¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco una relación con el Todopoderoso?
Sólo haz la siguiente oración en voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a Dios:
Señor Jesús, yo creo que eres el Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2012



Lectura y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.

Enero 30                              Luc 22.1-38  /  Gen 39  /  Sal 30






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miércoles, 29 de enero de 2020

¿Te salvarás sólo por ser Hijo(a) de Dios?












29 de Enero



   
 ¿Te salvarás sólo por ser Hijo(a) de Dios?


¡No temas! ¡Tú eres el (la) amado(a) de Dios!
Por Riqui Ricón*
Mas seréis entregados aun por vuestros padres, y hermanos, y parientes, y amigos; y matarán a algunos de vosotros; y seréis aborrecidos de todos por causa de mi nombre. Pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá. Con vuestra paciencia ganaréis vuestras almas… Cuando estas cosas comiencen a suceder, erguíos y levantad vuestra cabeza, porque vuestra redención está cerca (Luc 21.16-19, 28).
Al ignorar las Escrituras y el poder de Dios, muchos Hijos de Dios viven con temor a los últimos tiempos y a la segunda venida de nuestro Señor Jesucristo. Sin embargo, vivir en los últimos tiempos debe ser todo lo contrario, estar gozosos y expectantes, pues la Biblia, que es la Palabra de Dios y no miente, dice claramente que ni aún uno de tus cabellos perecerá y que con tu paciencia, con tu constancia y persistencia, ganarás tu alma.
Jehová de los ejércitos, DICHOSO el hombre que en ti confía (Sal 84.12).
La mejor forma (realmente es la única forma), de ganar tu alma, esto es, tener paz, gozo y plenitud en la vida, es por medio de tu fe. Lo cual significa creerle a Dios, creyendo Su Palabra, ya que si Él dice que ninguno de tus cabellos perecerá, entonces, efectivamente, ninguno de tus cabellos perecerá. ¡Él es Dios! ¡No miente ni se arrepiente!
Dios no es hombre para que mienta, ni hijo de hombre para que se arrepienta. El dijo, ¿y no lo hará? Habló, ¿y no lo cumplirá? He aquí, yo he recibido la orden de bendecir. El ha bendecido, y no lo puedo revocar (Num 23.19-20 Reina Valera Actualizada RVA).
Así que, tienes asegurada la victoria por la Palabra de Honor de tu Dios y Padre, y sin importar las circunstancias o situaciones que estés viviendo, puedes erguirte y levantar tu cabeza, pues ya has sido redimido(a), comprado(a) a precio de sangre, por el Amor que Dios siente por ti.
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él (Jn 3.16-17).
Tan grande y excelente es Su Amor que prefirió entregar a Su propio Hijo antes que perderte a ti.
Y, desde luego que Dios no pagó tan grande precio por ti para después olvidarse de ti y tirarte por ahí en algún lado.  Dios no pagó tan grande precio por ti para tenerte en angustia, ni en temor, ni en condenación o enfermedad sino, como dice claramente la Escritura, Él lo hizo para darte VIDA ETERNA.
El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia (Jn 10.10).
Comprende, de una vez por todas, que el deseo, la voluntad de Dios para contigo es buena, agradable y perfecta. Que por Cristo Jesús tienes derecho a llevar una vida plena y abundante aquí, sobre el planeta Tierra.
Hay quienes objetan diciendo, -pero, pero, Riqui Ricón, es que tú no sabes quién soy yo y todas las cosas malas que hecho, si lo supieras sabrías que Dios no me puede amar tanto.
En primer lugar, la Biblia dice que Él ya te perdonó y olvidó TODOS tus pecados no por lo que tu hayas hecho o puedas hacer sino por lo que Cristo Jesús hizo por Amor a ti al morir en esa cruz derramando hasta la última gota de Su Sangre como precio de tu salvación.
Y no enseñará más ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce a Jehová; porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice Jehová; porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de su pecado (Jer 31.34).
En segundo lugar, una vez perdonado(a), Dios te ha hecho Su Hijo(a) y te ama de la misma forma que ama a Jesucristo.
Sin importar que tan malo(a) hayas sido, ¡Jesucristo pagó por ti y Dios ya te ha perdonado!
MIREN CUÁNTO NOS ama el Padre celestial que permite que seamos llamados hijos de Dios. ¡Y lo mas maravilloso es que de veras lo somos! Naturalmente, como la mayoría de la gente no conoce a Dios, no comprende por qué lo somos  (1 Jua 3.1 BAD).
Ahora, por la Palabra de Dios, has Nacido de Nuevo y eres llamado(a) legítimamente Hijo(a) de Dios.
yo en ellos y tú en mí.  Permite que alcancen la perfección en la unidad,  y así el mundo reconozca que tú me enviaste y que los has amado a ellos tal como me has amado a mí (Jn 17.23 NVI).
¡Dios te ama con el mismo amor que ama a Jesús!
Entonces, si Dios todopoderoso, dueño, Señor y creador de todo lo visible y lo invisible te ama tanto que hasta te hizo Su propio(a) Hijo(a), ¿cuál es el problema?
¡No temas, tú eres el (la) amado(a) de Dios! Sólo tienes que creer lo que Él dice en Su Palabra acerca de ti.
estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo (Fil 1.6).
Así que yérguete y levanta tu cabeza pues tu redención ya se ha efectuado mediante la Sangre del Nuevo Pacto, ¡la Sangre de Jesús!
¡Lo mejor de tu vida está por comenzar!
Oremos en voz audible:
Amado Padre celestial, te doy muchas gracias porque sé que puedo confiar en Ti, sé que puedo confiar en Tu Palabra y eso, mi Señor, me hace dichoso(a). Hoy puedo declarar con toda certeza que yo, __________ (tú nombre aquí) habito al abrigo del Altísimo y moro bajo la sombra del Omnipotente. Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y castillo mío; Mi Dios, en Ti confío. Tú me librarás del lazo del cazador, De la peste destructora. Con Tus plumas me cubrirás, Y debajo de Tus alas estaré seguro(a); Escudo y adarga es Tu Verdad, Tu Palabra es la Verdad. No temeré el terror nocturno, Ni saeta que vuele de día, Ni pestilencia que ande en oscuridad, Ni mortandad que en medio del día destruya. Caerán a mi lado mil, Y diez mil a mi diestra; Mas a mí no llegará. Ciertamente con mis ojos miraré Y veré la recompensa de los impíos. Porque te he puesto a Ti, Jehová, que eres mi esperanza, a Ti, Altísimo, por mi habitación, No me sobrevendrá mal, Ni plaga tocará mi morada. Pues a Tus ángeles mandarás acerca de mí,  Que me guarden en todos mis caminos. En las manos me llevarán, Para que mi pie no tropiece en piedra. Sobre el león y el áspid pisaré; Hollaré al cachorro del león y al dragón. Por cuanto en Ti yo he puesto mi amor, Tú también me librarás; me pondrás en alto, por cuanto he conocido Tu nombre. Te invocaré, y Tú me responderás; Conmigo estarás Tú en la angustia; Me librarás y me glorificarás. Me saciarás de larga vida, Y me mostrarás Tu salvación. Gracias, Señor Jesús, pues Tú lo has hecho posible. ¡Soy sano(a)! ¡Soy libre! ¡Soy próspero(a)! ¡Soy dichoso(a)! ¡Soy un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo! En el nombre de Jesús. Amén.
 Nota Importante:
¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco una relación con el Todopoderoso?
Sólo haz la siguiente oración en voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a Dios:
Señor Jesús, yo creo que eres el Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2012



Lectura y Meditación de la Palabra de Dios
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Enero 29                              Luc 21  /  Gen 38  /  Sal 29








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martes, 28 de enero de 2020

¡Cómo hacer tus sueños realidad!











28 de Enero



   
¡Cómo hacer tus sueños realidad!

¡Lo mejor de tu vida lo puedes soñar!
Por Riqui Ricón*
Cuando ellos lo vieron de lejos, antes que llegara cerca de ellos, conspiraron contra él para matarle. Y dijeron el uno al otro: He aquí viene el soñador.  Ahora pues, venid, y matémosle y echémosle en una cisterna, y diremos: Alguna mala bestia lo devoró; y veremos qué será de sus sueños (Gen 37.18-20).
La obra de tu enemigo, el diablo, siempre ha sido la de matar tus sueños para así poder robarte tu identidad como un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo. Sin embargo, tu Padre celestial, primero te creó dándote la vida y luego te predestinó para ser heredero(a) de Eterna salvación  al darte la identidad de Hijo(a) Suyo(a) por medio de Jesucristo.
en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad (Efe 1.5).
Así, una vez que Cristo hizo todo lo que Dios le mandó, se convirtió en el salvador que da vida eterna a todos los que lo obedecen (He 5.9 BLS).
Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si hijo, también heredero de Dios por medio de Cristo (Ga 4.7).
En cuanto a los sueños perdidos, en una ocasión el profeta Eliseo le dijo a la mujer sunamita (la cual era estéril y no tenía hijos, y además había tratado tan bien a Eliseo que hasta un cuarto les había construido):
El año que viene, por este tiempo, abrazarás un hijo. Y ella dijo: No, señor mío, varón de Dios, no hagas burla de tu sierva. Mas la mujer concibió, y dio a luz un hijo el año siguiente, en el tiempo que Eliseo le había dicho (2 R 4.16-17).
Esta mujer ya había perdido toda esperanza de ver realizado su sueño de ser madre. Su sueño había muerto y ella no consideraba posible volverlo a pensar siquiera. Por eso, recriminaba al profeta de hacer burla de su lamentable situación.
La realidad era que ella no podía tener hijos a causa de su esterilidad, pero la verdad fue que el profeta habló en el nombre de Dios y ella pudo ver hecho realidad su sueño, ¡a pesar que no tenía fe para creerlo!
¿Cómo pudo suceder esto? ¿Cómo puede alguien recuperar el hilo de una vida ya gastada? ¿Cómo puede un sueño ya perdido hacerse realidad? Todo comenzó con el deseo de esta mujer de retener bajo su techo al profeta de Dios y, por lo tanto, tener acceso a la Palabra de Dios.
Y ella dijo a su marido: He aquí ahora, yo entiendo que éste que siempre pasa por nuestra casa, es varón santo de Dios. Yo te ruego que hagamos un pequeño aposento de paredes, y pongamos allí cama, mesa, silla y candelero, para que cuando él viniere a nosotros, se quede en él (2 R 4.9-10).
Ella recuperó sus sueños y su vida al anhelar y atesorar al profeta y a su mensaje, esto es, atesorar la Palabra de Dios.
A causa de la vida que llevaron, a muchos cristianos, que son Hijos de Dios Nacidos de Nuevo, les parece, que ya han perdido la oportunidad de realizar sus sueños y se resignan a llevar una vida “normal” carente de sentido o significado. Pero recuerda,
El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia (Jn 10.10).
Nada está más lejos de la Verdad que la resignación. Eres un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo y tienes todo el derecho a retomar el hilo de tu vida. Tienes todo el derecho a volver a soñar y creer, pues al que le cree a Dios TODO le es posible.
Dios escogió a José para dar cumplimiento a Su Palabra empeñada a Abraham, Isaac y Jacob; y aunque los hermanos de José trataron de matar sus sueños vendiéndolo como esclavo, Dios fue fiel a Su Palabra con el hombre que había escogido.
Y sabemos que Dios hace que todas las cosas ayuden para bien a los que le aman, esto es, a los que son llamados conforme a su propósito (Ro 8.28 RVA).
¿Sabías que tú has sido escogido(a), llamado(a), por Dios? La Biblia lo dice así y lo realmente trascendente es si tú en Verdad lo crees así.
Gracias a Cristo Jesús, tú, mi amado(a) hermano(a), puedes aspirar, a partir de este instante, a vivir una vida abundante en la plenitud de Dios.
No le permitas al diablo robarte tus sueños y determínate a vivir en la certeza de tu fe, pues si Dios lo dijo, entonces, Él lo va hacer, si Él lo habló, entonces, Él lo va a cumplir.
El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán (Mar 13.31).
¡No existe la más mínima posibilidad de que Dios deje de cumplirte Su Palabra!
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él (Jn 3.16-17).
No hay fundamento más grande en el cual puedas cimentar tu fe, no hay demostración más grande de Amor, que saber que Dios prefirió entregar a Su propio Hijo, para pagar TODOS tus pecados, antes que perderte a ti.
MIREN CUÁNTO NOS ama el Padre celestial que permite que seamos llamados hijos de Dios. ¡Y lo mas maravilloso es que de veras lo somos! (1 Jn 3.1a).
Y por el gran Amor con que  Dios te ha amado, no sólo pagó TODOS tus pecados para hacerte justo sino que decidió hacer de ti Su propio(a) Hijo(a).
Para Dios eres muy importante y Él no desea que vivas padeciendo aflicciones que ya fueron pagadas con la Vida de Su Hijo Jesús; por eso, deja de poner tu atención en los problemas, enfermedades o aflicciones que estés enfrentando y pon TODA tu atención a lo que Dios te dice hoy, por medio de esta reflexión y de Su Palabra: Que tú eres importante para Él; que Él no te ha dejado, ni te dejará; que te ama tanto que prefirió entregar a Su propio Hijo, Jesucristo, antes que perderte a ti. Qué Él está contigo y que de todo problema, enfermedad o aflicción tú saldrás más que vencedor(a).
Hoy Dios, tu Padre, te dice que es tiempo de regresar a casa y recuperar tus sueños.
Oremos en voz audible:
Amado Padre celestial, en esta hora quiero darte las gracias por tanto y tan grande Amor con que me has amado. Gracias, Señor Jesús, por haber pagado por mí el precio de todos mis pecados y haberme dado la Vida Eterna. Hoy puedo levantarme con la cabeza erguida y el corazón agradecido, pues, por lo que hiciste por mí en la cruz, ahora soy un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo. ¡Soy nueva creación! Las cosas viejas pasaron, he aquí que todas son hechas nuevas en mi vida. En el nombre de Jesús, yo le llamo a la sanidad y a la salud de mi cuerpo; llamo a la estabilidad emocional en mi vida, pues ahora sé quién yo soy: le llamo a mi libertad financiera. Creo y declaro que soy la persona que Tú, mi Dios y Padre, dices en Tu Palabra que yo soy. Soy libre y dichoso(a), pues el Todopoderoso está conmigo. Voy a volver a soñar para realizar todo aquello a lo que he sido llamado(a) a ser. En el nombre de Jesús. Amén.
 Nota Importante:
¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco una relación con el Todopoderoso?
Sólo haz la siguiente oración en voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a Dios:
Señor Jesús, yo creo que eres el Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2012



Lectura y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.

Enero 28                              Luc 20.27-47  /  Gen 37  /  Sal 28







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