¡Mucho más que un(a) Hijo(a) de Abraham!
Por Riqui Ricón*
Cuando Jesús la vio, la llamó y le dijo: Mujer, eres libre
de tu enfermedad… Y a esta hija de Abraham, que Satanás había atado dieciocho
años, ¿no se le debía desatar de esta ligadura en el día de reposo? (Luc 13.12, 16).
Muy
interesante e ilustrativa es la forma en que Jesús se dirigió a esta mujer
enferma pues no le dijo se libre o te desato de tu enfermedad sino que le
aclaró, le enseñó, algo que aparentemente no sabía: ¡ella ya era libre de su
enfermedad!
De hecho, una de las versiones más antiguas de la biblia, la
Septuaginta, lo expresa así: Y
viéndola Jesús, voceóle y díjole: «Mujer, libre estás de tu enfermedad».
Lo
que Jesús estaba enseñando es que, una hija de Abraham está bajo el pacto de
bendición que Dios estableció con Abraham y su simiente y, por lo tanto, tiene
todo el derecho legal y espiritual de ser y estar sana, pues Dios jamás ha
faltado, ni faltará, a Su Palabra.
Ahora
bien, si el antiguo pacto era un pacto de bendición y funcionaba, ¿cuánto más
el Nuevo Pacto en la Sangre de Jesús? ¿Cuánto más el Nuevo Pacto que es un
mejor pacto, establecido sobre mejores promesas?
Cristo nos redimió de la maldición de
la ley, hecho por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que
es colgado en un madero), para que en Cristo Jesús la bendición de Abraham
alcanzase a los gentiles, a fin de que por la fe recibiésemos la promesa del
Espíritu… Y si vosotros sois de Cristo, ciertamente linaje de Abraham sois, y
herederos según la promesa (Ga 3.13-14, 29).
Necesitas
comprender que tú eres de Cristo y, además de haber sido comprado(a) y
redimido(a) al precio de la Sangre de Jesucristo, ahora eres hijo(a), linaje,
de Abraham y heredero(a) de las promesa del Espíritu.
Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios,
éstos son hijos de Dios. Pues no habéis
recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos:
¡Abba, Padre! El Espíritu mismo da testimonio a nuestro
espíritu, de que somos hijos de Dios. Y si hijos, también herederos; herederos
de Dios y coherederos con Cristo (Rom 8.14-17a).
El
Nuevo Pacto se estableció con el propósito expreso de hacer de ti un(a) Hijo(a)
de Dios Nacido(a) de Nuevo y que no vivas, nunca más, bajo maldición del pecado
sino en la bendición de Dios.
Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en
Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.
Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del
pecado y de la muerte (Rom 8.1-2).
Es
por todo esto que puedes presentarte con toda confianza y seguridad delante de
tu Padre y recibir de Él TODO lo que te ha prometido.
Guárdame, oh Dios, porque en ti he confiado. Oh alma mía,
dijiste a Jehová: Tú eres mi Señor; No hay para mí bien fuera de ti (Sal 16.1-2).
Tu
confianza, garantía y plena seguridad fluye de la Biblia, la Palabra de Dios,
pues Él no miente ni se arrepiente y TODAS Sus promesas se cumplirán, sin
faltar una de ellas.
Y daré
por respuesta a mi avergonzador, Que en tu palabra he confiado (Sal 119.42).
Así
que, sea cual sea la situación o problema que estás enfrentando hoy, te puedo
decir con toda seguridad, no temas, cree solamente pues Aquel que no escatimó a
Su propio Hijo sino que lo entregó por amor a ti, Él mismo te responderá y te
dará junto con Jesús TODAS LAS COSAS. Dios no te ha dejado ni te dejará jamás.
El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó
por todos nosotros,
¿cómo no nos dará también con él todas las cosas? (Ro 8.32).
Aunque
mi padre y mi madre me dejaran, Con todo, Jehová me recogerá (Sal 27.10).
¿Se
olvidará la mujer de lo que dio a luz, para dejar de compadecerse del hijo de
su vientre? Aunque olvide ella, yo nunca me olvidaré de ti (Isa 49.15).
La
pura Verdad es que Dios te ama tanto que prefirió entregar a Su Propio Hijo
antes que perderte a ti.
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su
Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga
vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo,
sino para que el mundo sea salvo por él (Jua 3.16-17).
Ningún
problema, enfermedad o necesidad que estés enfrentando el día de hoy es
voluntad de tu Padre celestial. Lo que sí es Su Voluntad es que te levantes y
enfrentes esas situaciones sabiendo que de todas ellas saldrás más que
vencedor(a).
Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y
que tengas salud, así como prospera tu alma. Pues mucho me regocijé cuando
vinieron los hermanos y dieron testimonio de tu verdad, de cómo andas en la
verdad (3 Jn 2-3).
La
Palabra de Dios, la Biblia, es la Verdad y el que tú camines en la Verdad
siempre le produce gozo a Dios.
Se
comienza sabiendo que la Voluntad de Dios para tu vida es buena, agradable y perfecta.
Después, decides creerlo puesto que sabes que Dios no miente y que lo que Él
dice en Su Palabra lo va a cumplir ya que Dios si tiene Palabra de Honor. Por
último actúas conforme a lo que crees y sabes.
Si
la Biblia dice que todo lo puedes en Cristo, entonces, sábete, siéntete y actúa
como uno(a) que todo lo puede en Cristo; si la Biblia dice que en todas las
cosas eres más que vencedor(a), entonces, sábete, siéntete y actúa como uno(a)
que es más que vencedor(a) en todas las cosas. Si la Biblia dice que Dios te
ama tanto que pagó todos tus pecados con la Sangre de Su Hijo Jesús para
perdonarte y llamarte Hijo(a), entonces, sábete, siéntete y actúa como un(a)
Hijo(a) Amado(a) de Dios.
El
ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que
tengan vida, y para que la tengan en abundancia (Jn 10.10).
¡Utiliza
la Palabra de Dios! Ponla en tu corazón, en tu mente y en tu boca. Resiste al
miedo, a la ansiedad, a la soledad, a la tristeza, a la depresión, a la
pobreza, a la enfermedad y todo lo que te quiera robar tu identidad como un(a)
Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo y amado(a) del Padre. Ahora, en Cristo Jesús
tienes todo el derecho a una vida plena y abundante.
Estas
cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción;
pero confiad, yo he vencido al mundo (Jn 16.33).
¿Qué,
pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros? (Ro 8.31).
Jehová
de los ejércitos, Dichoso el hombre que en ti confía (Sal 84.12).
La
vida como un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo no estará carente de
problemas o aflicciones, pero puedes confiar en Jesús, Él ya venció por ti y
para ti; ¡Dios está contigo! Y si Dios está contigo, en verdad, ¿quién contra
ti?
En
medio de lo que estés enfrentando el día de hoy ten paz y dicha, y pon toda tu
confianza en el Señor.
Acerquémonos,
pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar
gracia para el oportuno socorro (He 4.16).
Así
que, acércate, hoy, confiadamente al trono de la gracia y recibe el oportuno
socorro. Recibe tu sanidad, restauración y liberación en el nombre de Jesús.
Pon tu confianza en Dios, Él es el que te guarda. Tú eres más que un(a) Hijo(a)
de Abraham, eres un(a) Hijo(a) del único Dios y no hay para ti bien fuera de
Él.
Oremos en voz audible:
Amado
Padre celestial, te doy gracias porque hoy sé que puedo enfrentar con confianza
cualquier problema, enfermedad o necesidad que venga a mi vida. Gracias por
tanto y tan grande amor, que estando yo muerto(a) en delitos y pecados me diste
vida juntamente con Cristo. Gracias porque la vida que me has dado es la Vida
Eterna, la Vida Plena y Abundante que sólo tus hijos podemos gozar. Gracias, Señor
Jesús, muchas gracias. Por esto me determino, con toda la ayuda que Tú,
Espíritu Santo, me puedas dar, a vivir esta vida en plenitud, en certeza de fe,
con gozo, sabiendo que saldré más que vencedor(a) en todas las cosas. ¡Resisto
a Satanás! ¡Resisto a sus engaños y mentiras! ¡Yo soy la persona que Tú, mi
Dios y Padre, dices en Tu Palabra que yo soy! ¡Todo lo puedo en Cristo que me
fortalece! ¡En todas las cosas soy más que vencedor(a) por medio de Aquel que
me amó, Cristo Jesús! ¡Mi Dios, pues, suplirá todo lo que me falta conforme a
Sus riquezas en gloria! ¡Caerán a mi lado mil y diez mil a mi diestra mas a mí
no llegará, porque aunque ande en valle de sombra y de muerte no temeré mal
alguno, porque Tú, Señor, mi Dios, estás conmigo! ¡Soy sano(a)! ¡Soy libre!
¡Soy próspero(a)! ¡Soy feliz! En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C. Peredo Jaime © 2011
Lectura y Meditación
de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la
Biblia.
Enero 16 Luc 13.1-17 / Gen 23
/ Sal 16
RV60
Lectura y Meditación
de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la
Biblia.
Enero 16 Luc 13.1-17 / Gen 23
/ Sal 16
Lectura y Meditación
de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la
Biblia.
Enero 16 Luc 13.1-17 / Gen 23
/ Sal 16
San Lucas 13.1-17
Arrepentíos o pereceréis
13
1En
este mismo tiempo estaban allí algunos que le contaban acerca de los galileos
cuya sangre Pilato había mezclado con los sacrificios de ellos. 2Respondiendo
Jesús, les dijo:
¿Pensáis
que estos galileos, porque padecieron tales cosas, eran más pecadores que todos
los galileos? 3Os digo: No; antes si no os arrepentís, todos
pereceréis igualmente. 4O aquellos dieciocho sobre los cuales cayó
la torre en Siloé, y los mató, ¿pensáis que eran más culpables que todos los
hombres que habitan en Jerusalén? 5Os digo: No; antes si no os
arrepentís, todos pereceréis igualmente.
13
1En
este mismo tiempo estaban allí algunos que le contaban acerca de los galileos
cuya sangre Pilato había mezclado con los sacrificios de ellos. 2Respondiendo
Jesús, les dijo:
¿Pensáis
que estos galileos, porque padecieron tales cosas, eran más pecadores que todos
los galileos? 3Os digo: No; antes si no os arrepentís, todos
pereceréis igualmente. 4O aquellos dieciocho sobre los cuales cayó
la torre en Siloé, y los mató, ¿pensáis que eran más culpables que todos los
hombres que habitan en Jerusalén? 5Os digo: No; antes si no os
arrepentís, todos pereceréis igualmente.
Parábola de la
higuera estéril
6Dijo
también esta parábola: Tenía un hombre una higuera plantada en su viña, y vino
a buscar fruto en ella, y no lo halló. 7Y dijo al viñador: He aquí,
hace tres años que vengo a buscar fruto en esta higuera, y no lo hallo;
córtala; ¿para qué inutiliza también la tierra? 8Él
entonces,
respondiendo, le dijo: Señor, déjala todavía este año, hasta que yo cave
alrededor de ella, y la abone. 9Y si diere fruto, bien; y si no, la
cortarás después.
6Dijo
también esta parábola: Tenía un hombre una higuera plantada en su viña, y vino
a buscar fruto en ella, y no lo halló. 7Y dijo al viñador: He aquí,
hace tres años que vengo a buscar fruto en esta higuera, y no lo hallo;
córtala; ¿para qué inutiliza también la tierra? 8Él
entonces,
respondiendo, le dijo: Señor, déjala todavía este año, hasta que yo cave
alrededor de ella, y la abone. 9Y si diere fruto, bien; y si no, la
cortarás después.
Jesús
sana a una mujer en el día de reposo
10Enseñaba
Jesús en una sinagoga en el día de reposo;* 11y había allí una mujer
que desde hacía dieciocho años tenía espíritu de enfermedad, y andaba
encorvada, y en ninguna manera se podía enderezar. 12Cuando Jesús la
vio, la llamó y le dijo: Mujer, eres libre de tu enfermedad. 13Y
puso las manos sobre ella; y ella se enderezó
luego, y glorificaba
a Dios. 14Pero el principal de la sinagoga, enojado de que
Jesús hubiese sanado en el día de reposo,* dijo a la gente: Seis días hay en
que se debe trabajar; en éstos, pues, venid y sed sanados, y no en día de
reposo.a* 15Entonces
el Señor le respondió y dijo: Hipócrita, cada uno de vosotros ¿no desata en el
día de reposo* su buey o su asno del pesebre y lo lleva a beber? 16Y
a esta hija de Abraham, que Satanás había atado dieciocho años, ¿no se le debía
desatar de esta ligadura en el día de reposo?* 17Al decir él estas
cosas, se avergonzaban todos sus adversarios; pero todo el pueblo se regocijaba
por todas las cosas gloriosas hechas por él.1
10Enseñaba
Jesús en una sinagoga en el día de reposo;* 11y había allí una mujer
que desde hacía dieciocho años tenía espíritu de enfermedad, y andaba
encorvada, y en ninguna manera se podía enderezar. 12Cuando Jesús la
vio, la llamó y le dijo: Mujer, eres libre de tu enfermedad. 13Y
puso las manos sobre ella; y ella se enderezó
luego, y glorificaba
a Dios. 14Pero el principal de la sinagoga, enojado de que
Jesús hubiese sanado en el día de reposo,* dijo a la gente: Seis días hay en
que se debe trabajar; en éstos, pues, venid y sed sanados, y no en día de
reposo.a* 15Entonces
el Señor le respondió y dijo: Hipócrita, cada uno de vosotros ¿no desata en el
día de reposo* su buey o su asno del pesebre y lo lleva a beber? 16Y
a esta hija de Abraham, que Satanás había atado dieciocho años, ¿no se le debía
desatar de esta ligadura en el día de reposo?* 17Al decir él estas
cosas, se avergonzaban todos sus adversarios; pero todo el pueblo se regocijaba
por todas las cosas gloriosas hechas por él.1
Génesis 23
Muerte y sepultura de Sara
23
1Fue la vida de Sara ciento veintisiete años; tantos fueron los años de
la vida de Sara. 2Y
murió
Sara en Quiriat-arba, que es Hebrón, en la tierra de Canaán; y vino Abraham a
hacer duelo por Sara, y a llorarla. 3Y se levantó Abraham de delante
de su muerta, y habló a los hijos de Het, diciendo: 4Extranjero y
forastero soy entre vosotros;a
dadme propiedad para sepultura entre vosotros,b y sepultaré mi muerta de delante de mí. 5Y
respondieron los hijos de Het a
Abraham, y le dijeron: 6Oyenos,
señor nuestro; eres un príncipe
de Dios entre
*
Aquí equivale a sábado.
* Aquí equivale a sábado.
a a 13.14:
Ex. 20.9–10; Dt. 5.13–14.
*
Aquí equivale a sábado.
* Aquí equivale a sábado.
* Aquí equivale a sábado.
1 Reina
Valera Revisada (1960)-------------------------------------------------------------------- 13.17
a a 23.4: He.
11.13.
b b 23.4: Hch.
7.16.
nosotros;
en lo mejor de nuestros sepulcros sepulta a tu muerta; ninguno de nosotros te
negará su sepulcro, ni te impedirá que entierres tu muerta. 7Y
Abraham se levantó, y se inclinó al pueblo de aquella tierra, a los hijos de Het,
8y habló con ellos, diciendo: Si tenéis voluntad de que yo sepulte
mi muerta de delante de mí, oídme, e interceded por mí con Efrón hijo de Zohar,
9para que me dé la cueva de Macpela, que tiene al extremo de su
heredad; que por su justo precio me la dé, para posesión de sepultura en
medio de
vosotros. 10Este Efrón estaba entre los hijos de Het; y
respondió Efrón heteo a Abraham, en presencia de los hijos de Het, de todos los
que entraban por la puerta de su ciudad, diciendo: 11No, señor mío,
óyeme: te doy la heredad, y te doy también la cueva que está en ella; en
presencia de los hijos de mi pueblo te la doy; sepulta tu muerta. 12Entonces
Abraham se inclinó delante del pueblo de la tierra, 13y respondió a
Efrón en presencia del pueblo de la tierra, diciendo: Antes, si te place, te
ruego que me oigas. Yo daré el precio de la heredad; tómalo de mí, y sepultaré
en ella mi muerta. 14Respondió Efrón a Abraham, diciéndole: 15Señor
mío, escúchame: la tierra vale cuatrocientos siclos de plata; ¿qué es esto entre
tú y yo? Entierra, pues, tu muerta. 16Entonces Abraham se convino
con Efrón, y pesó Abraham a Efrón el dinero que dijo, en presencia de los hijos
de Het, cuatrocientos siclos de plata, de buena ley entre mercaderes.
17Y quedó la heredad de Efrón que
estaba en Macpela al oriente de Mamre, la heredad con la cueva que estaba en
ella, y todos los árboles que había en la heredad, y en todos sus
contornos,
18como propiedad de Abraham, en presencia de los hijos de Het y de
todos los que entraban por la puerta de la ciudad. 19Después de esto
sepultó Abraham a Sara su mujer en la cueva de la heredad de Macpela al oriente
de Mamre, que es Hebrón, en la tierra de Canaán. 20Y quedó la
heredad y la cueva que en ella había, de Abraham, como una posesión para
sepultura, recibida de los hijos de Het.2
23
1Fue la vida de Sara ciento veintisiete años; tantos fueron los años de
la vida de Sara. 2Y
murió
Sara en Quiriat-arba, que es Hebrón, en la tierra de Canaán; y vino Abraham a
hacer duelo por Sara, y a llorarla. 3Y se levantó Abraham de delante
de su muerta, y habló a los hijos de Het, diciendo: 4Extranjero y
forastero soy entre vosotros;a
dadme propiedad para sepultura entre vosotros,b y sepultaré mi muerta de delante de mí. 5Y
respondieron los hijos de Het a
Abraham, y le dijeron: 6Oyenos,
señor nuestro; eres un príncipe
de Dios entre
*
Aquí equivale a sábado.
* Aquí equivale a sábado.
a a 13.14:
Ex. 20.9–10; Dt. 5.13–14.
*
Aquí equivale a sábado.
* Aquí equivale a sábado.
* Aquí equivale a sábado.
1 Reina
Valera Revisada (1960)-------------------------------------------------------------------- 13.17
a a 23.4: He.
11.13.
b b 23.4: Hch.
7.16.
nosotros;
en lo mejor de nuestros sepulcros sepulta a tu muerta; ninguno de nosotros te
negará su sepulcro, ni te impedirá que entierres tu muerta. 7Y
Abraham se levantó, y se inclinó al pueblo de aquella tierra, a los hijos de Het,
8y habló con ellos, diciendo: Si tenéis voluntad de que yo sepulte
mi muerta de delante de mí, oídme, e interceded por mí con Efrón hijo de Zohar,
9para que me dé la cueva de Macpela, que tiene al extremo de su
heredad; que por su justo precio me la dé, para posesión de sepultura en
medio de
vosotros. 10Este Efrón estaba entre los hijos de Het; y
respondió Efrón heteo a Abraham, en presencia de los hijos de Het, de todos los
que entraban por la puerta de su ciudad, diciendo: 11No, señor mío,
óyeme: te doy la heredad, y te doy también la cueva que está en ella; en
presencia de los hijos de mi pueblo te la doy; sepulta tu muerta. 12Entonces
Abraham se inclinó delante del pueblo de la tierra, 13y respondió a
Efrón en presencia del pueblo de la tierra, diciendo: Antes, si te place, te
ruego que me oigas. Yo daré el precio de la heredad; tómalo de mí, y sepultaré
en ella mi muerta. 14Respondió Efrón a Abraham, diciéndole: 15Señor
mío, escúchame: la tierra vale cuatrocientos siclos de plata; ¿qué es esto entre
tú y yo? Entierra, pues, tu muerta. 16Entonces Abraham se convino
con Efrón, y pesó Abraham a Efrón el dinero que dijo, en presencia de los hijos
de Het, cuatrocientos siclos de plata, de buena ley entre mercaderes.
17Y quedó la heredad de Efrón que
estaba en Macpela al oriente de Mamre, la heredad con la cueva que estaba en
ella, y todos los árboles que había en la heredad, y en todos sus
contornos,
18como propiedad de Abraham, en presencia de los hijos de Het y de
todos los que entraban por la puerta de la ciudad. 19Después de esto
sepultó Abraham a Sara su mujer en la cueva de la heredad de Macpela al oriente
de Mamre, que es Hebrón, en la tierra de Canaán. 20Y quedó la
heredad y la cueva que en ella había, de Abraham, como una posesión para
sepultura, recibida de los hijos de Het.2
Salmo 16
Una herencia escogida
Mictam
de David.
1 Guárdame, oh Dios,
porque en ti he confiado.
2 Oh alma mía, dijiste a Jehová: Tú
eres mi Señor;
No hay para mí bien fuera de ti.
3 Para los santos que están en la tierra,
Y para los
íntegros, es toda mi complacencia.
4 Se multiplicarán los dolores de aquellos
que sirven diligentes a otro dios.
No ofreceré yo sus libaciones de sangre,
Ni en mis labios
tomaré sus nombres.
5 Jehová es la porción de mi herencia y de
mi copa; Tú sustentas mi suerte.
6 Las cuerdas me
cayeron en lugares deleitosos,
2 Reina
Valera Revisada (1960).-------------------------------------------------------------------- 23.20
Y es hermosa la
heredad que me ha tocado.
7 Bendeciré a Jehová que me aconseja; Aun
en las noches me enseña mi conciencia.
8 A Jehová he puesto siempre delante de mí;
Porque está a mi diestra, no seré conmovido.
9 Se alegró por tanto mi corazón, y se gozó mi alma; Mi carne también reposará
confiadamente;
10 Porque no dejarás mi alma en el Seol,a Ni permitirás que tu santo vea corrupción.b
11 Me
mostrarás la senda de la vida; En tu
presencia hay plenitud de gozo; Delicias
a tu diestra para siempre.c3
a a 16.10: 1 Co. 15.4.
b b
16.10: Hch. 13.35.
c
c
16.8–11: Hch. 2.25–28.
3 Reina
Valera Revisada (1960)------------------------------------------------------------------- 16.11
Mictam
de David.
1 Guárdame, oh Dios,
porque en ti he confiado.
2 Oh alma mía, dijiste a Jehová: Tú
eres mi Señor;
No hay para mí bien fuera de ti.
3 Para los santos que están en la tierra,
Y para los
íntegros, es toda mi complacencia.
4 Se multiplicarán los dolores de aquellos
que sirven diligentes a otro dios.
No ofreceré yo sus libaciones de sangre,
Ni en mis labios
tomaré sus nombres.
5 Jehová es la porción de mi herencia y de
mi copa; Tú sustentas mi suerte.
6 Las cuerdas me
cayeron en lugares deleitosos,
2 Reina
Valera Revisada (1960).-------------------------------------------------------------------- 23.20
Y es hermosa la
heredad que me ha tocado.
7 Bendeciré a Jehová que me aconseja; Aun
en las noches me enseña mi conciencia.
8 A Jehová he puesto siempre delante de mí;
Porque está a mi diestra, no seré conmovido.
9 Se alegró por tanto mi corazón, y se gozó mi alma; Mi carne también reposará
confiadamente;
10 Porque no dejarás mi alma en el Seol,a Ni permitirás que tu santo vea corrupción.b
11 Me
mostrarás la senda de la vida; En tu
presencia hay plenitud de gozo; Delicias
a tu diestra para siempre.c3
a a 16.10: 1 Co. 15.4.
b b
16.10: Hch. 13.35.
c
c
16.8–11: Hch. 2.25–28.
3 Reina
Valera Revisada (1960)------------------------------------------------------------------- 16.11
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