29 de Enero
¡No temas!
¡Tú eres el (la) amado(a) de Dios!
Por Riqui Ricón*
Mas seréis entregados aun por
vuestros padres, y hermanos, y parientes, y amigos; y matarán a algunos de
vosotros; y seréis aborrecidos de todos por causa de mi nombre.
Pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá. Con vuestra
paciencia ganaréis vuestras almas… Cuando estas cosas comiencen a suceder,
erguíos y levantad vuestra cabeza, porque vuestra redención está cerca (Luc
21.16-19, 28).
Al ignorar
las Escrituras y el poder de Dios, muchos Hijos de Dios viven
con temor a los últimos tiempos y a la segunda venida de nuestro Señor
Jesucristo. Sin embargo, vivir en los últimos tiempos debe ser todo lo
contrario, estar gozosos y expectantes, pues
la Biblia, que es la Palabra de Dios y no miente, dice claramente que ni
aún uno de tus cabellos perecerá y que con tu paciencia, con tu constancia y
persistencia, ganarás tu alma.
Jehová de los ejércitos,
DICHOSO el hombre que en ti confía (Sal 84.12).
La mejor forma
(realmente es la única forma), de ganar tu alma, esto es, tener paz, gozo y
plenitud en la vida, es por medio de tu fe. Lo cual significa creerle a Dios, creyendo
Su Palabra, ya que si Él dice que ninguno de tus cabellos perecerá, entonces,
efectivamente, ninguno de tus cabellos perecerá. ¡Él es Dios! ¡No miente ni se
arrepiente!
Dios no es hombre para que mienta, ni hijo de hombre para que se
arrepienta. El dijo, ¿y no lo hará? Habló, ¿y no lo cumplirá? He aquí, yo he
recibido la orden de bendecir. El ha bendecido, y no lo puedo revocar (Num
23.19-20 Reina Valera Actualizada RVA).
Así que, tienes
asegurada la victoria por la Palabra de Honor de tu Dios y Padre, y sin
importar las circunstancias o situaciones que estés viviendo, puedes erguirte y
levantar tu cabeza, pues ya has sido redimido(a), comprado(a) a precio de
sangre, por el Amor que Dios siente por ti.
Porque
de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo
aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque
no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo
sea salvo por él (Jn 3.16-17).
Tan grande y excelente es Su Amor
que prefirió entregar a Su propio Hijo antes que perderte a ti.
Y, desde luego que Dios no pagó
tan grande precio por ti para después olvidarse de ti y tirarte por ahí en
algún lado. Dios no pagó tan grande
precio por ti para tenerte en angustia, ni en temor, ni en condenación o
enfermedad sino, como dice claramente la Escritura, Él lo hizo para darte VIDA
ETERNA.
El ladrón no viene sino para
hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la
tengan en abundancia (Jn 10.10).
Comprende, de una vez por todas,
que el deseo, la voluntad de Dios para contigo es buena, agradable y perfecta.
Que por Cristo Jesús tienes derecho a llevar una vida plena y abundante aquí,
sobre el planeta Tierra.
Hay quienes objetan diciendo, -pero,
pero, Riqui Ricón, es que tú no sabes quién soy y yo y todas las cosas malas
que hecho, si lo supieras sabrías que Dios no me puede amar tanto.
En primer lugar, la Biblia dice
que Él ya te perdonó y olvidó TODOS tus pecados no por lo que tu hayas hecho o
puedas hacer sino por lo que Cristo Jesús hizo por Amor a ti al morir en esa
cruz derramando hasta la última gota de Su Sangre como precio de tu salvación.
Y no enseñará más ninguno a su
prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce a Jehová; porque todos me
conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice Jehová; porque perdonaré la maldad de ellos, y
no me acordaré más de su pecado (Jer 31.34).
En segundo lugar, una vez
perdonado(a), Dios te ha hecho Su Hijo(a) y te ama de la misma forma que ama a
Jesucristo.
Sin importar
que tan malo(a) hayas sido, ¡Jesucristo pagó por ti y Dios ya te ha perdonado!
MIREN CUÁNTO NOS ama el Padre celestial que permite que seamos llamados
hijos de Dios. ¡Y lo mas maravilloso es que de veras lo somos! Naturalmente,
como la mayoría de la gente no conoce a Dios, no comprende por qué lo somos (1 Jua 3.1 BAD).
Ahora, por la Palabra de Dios,
has Nacido de Nuevo y eres llamado(a) legítimamente Hijo(a) de Dios.
yo en ellos y tú en mí. Permite
que alcancen la perfección en la unidad,
y así el mundo reconozca que tú me enviaste y que los has amado a ellos tal como me has amado a mí (Jn 17.23 NVI).
¡Dios te ama con el
mismo amor que ama a Jesús!
Entonces, si Dios todopoderoso,
dueño, Señor y creador de todo lo visible y lo invisible te ama tanto que hasta
te hizo Su propio(a) Hijo(a), ¿cuál es el problema?
¡No temas, tú eres el (la) amado(a)
de Dios! Sólo tienes que creer lo que Él dice en Su Palabra acerca de ti.
estando persuadido de esto,
que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de
Jesucristo (Fil 1.6).
Así que
yérguete y levanta tu cabeza pues tu redención ya se ha efectuado mediante la
Sangre del Nuevo Pacto, ¡la Sangre de Jesús!
¡Lo mejor de
tu vida está por comenzar!
Oremos en voz audible:
Amado Padre celestial, te doy
muchas gracias porque sé que puedo confiar en Ti, sé que puedo confiar en Tu
Palabra y eso, mi Señor, me hace dichoso(a). Hoy puedo declarar con toda
certeza que yo, __________ (tú nombre aquí) habito al
abrigo del Altísimo y moro bajo la sombra del Omnipotente. Diré yo a Jehová:
Esperanza mía, y castillo mío; Mi Dios, en Ti confío. Tú me librarás del lazo
del cazador, De la peste destructora. Con Tus plumas me cubrirás, Y debajo de Tus
alas estaré seguro(a); Escudo y adarga es Tu Verdad, Tu Palabra es la Verdad. No
temeré el terror nocturno, Ni saeta que vuele de día, Ni pestilencia que ande
en oscuridad, Ni mortandad que en medio del día destruya. Caerán a mi lado mil,
Y diez mil a mi diestra; Mas a mí no llegará. Ciertamente con mis ojos miraré Y
veré la recompensa de los impíos. Porque te he puesto a Ti, Jehová, que eres
mi esperanza, a Ti, Altísimo, por mi habitación, No me sobrevendrá mal, Ni
plaga tocará mi morada. Pues a Tus ángeles mandarás acerca de mí, Que me guarden en todos mis caminos. En las
manos me llevarán, Para que mi pie no tropiece en piedra. Sobre el león y el
áspid pisaré; Hollaré al cachorro del león y al dragón. Por cuanto en Ti yo he
puesto mi amor, Tú también me librarás; me pondrás en alto, por cuanto he
conocido Tu nombre. Te invocaré, y Tú me responderás; Conmigo estarás Tú en la
angustia; Me librarás y me glorificarás. Me saciarás de larga vida, Y me
mostrarás Tu salvación. Gracias, Señor Jesús, pues Tú lo has hecho posible. ¡Soy
sano(a)! ¡Soy libre! ¡Soy próspero(a)! ¡Soy dichoso(a)! ¡Soy un(a) Hijo(a) de
Dios Nacido(a) de Nuevo! En el nombre de Jesús. Amén.
Nota Importante:
¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo
establezco una relación con el Todopoderoso?
Sólo haz la siguiente oración en
voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a
Dios:
Señor Jesús, yo creo que eres el Hijo
de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis
pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí
acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa
derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a
entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi
único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios
Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a
Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido
de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más
estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C. Peredo
Jaime © 2012
Lectura
y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al final
de un año habrás leído toda la Biblia.
Enero
29 Luc 21
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Gen 38 / Sal 29