jueves, 31 de diciembre de 2020

¿Qué dice Dios del Año Nuevo?

                                                                              <ENGLISH>




31 de Diciembre

 

¿Qué dice Dios del Año Nuevo?


¡Año de Esplendor!

Por Riqui Ricón*

Cuando terminó de hablar, dijo a Simón: Boga mar adentro, y echad vuestras redes para pescar. Respondiendo Simón, le dijo: Maestro, toda la noche hemos estado trabajando, y nada hemos pescado; mas en tu palabra echaré la red. Y habiéndolo hecho, encerraron gran cantidad de peces, y su red se rompía. Entonces hicieron señas a los compañeros que estaban en la otra barca, para que viniesen a ayudarles; y vinieron, y llenaron ambas barcas, de tal manera que se hundían (Luc 5.4-7).

Hoy es un día para creer y declarar. Creer y declarar lo que la biblia, la Palabra de Dios que no miente, dice acerca de ti y del tiempo donde estás viviendo.

Por esto, creo y declaro que el año próximo es el año en que reinarás utilizando la Gracia abundante que está sobre ti. ¡Será un año donde alcanzarás el Esplendor de la Gloria del Señor!

En este día en especial, cuando todo el mundo celebra la llegada de un nuevo año, ante las crecientes amenazas de crisis financieras, problemas de salud, violencia y crimen organizado por todos lados, crisis en la familia, la pérdida total y absoluta de los valores humanos, cambio climático, calentamiento global, hambruna, guerras, huracanes, tsunamis, migración ilegal, etc., es buen momento para recordar aquel padre de familia que, desesperado, buscó a Jesús para pedirle AYUDA por su hijo enfermo a quien ni los discípulos pudieron sanar:

Jesús preguntó al padre: ¿Cuánto tiempo hace que le sucede esto? Y él dijo: Desde niño. Y muchas veces le echa en el fuego y en el agua, para matarle; pero si puedes hacer algo, ten misericordia de nosotros, y ayúdanos. Jesús le dijo: Si puedes creer, al que cree todo le es posible (Mar 9.21-23).

¡Vaya cara dura! Decirle a Jesús, “si puedes hacer algo”. Bueno, a lo mejor tú estás enfrentando este año nuevo con la misma súplica hacia Él. No lo sé, quizá tus problemas y necesidades te estén agobiando a tal punto que no encuentras otra salida más que clamar a Él: ¡si puedes hacer algo ten misericordia de mí y ayúdame!

Pues bien, te tengo muy buenas noticias; mira la respuesta que Jesús dio a aquel padre tan agobiado: ¡Si puedes creer, al que cree todo le es posible!

Y cuando Jesús dice “todo” quiere decir, precisamente, TODO.

Jesús respondió: Tened fe en Dios, porque ciertamente cualquiera que tenga fe y no albergue dudas en su corazón, sino que crea que ha de cumplirse lo que dice, podrá mandarle a este monte que se quite de donde está y se arroje al mar, y el monte le obedecerá. Por eso os aseguro que todo lo que pidáis en oración, si ponéis vuestra fe en que habéis de recibirlo, lo recibiréis (Mar 11.22-24 CST).

No importa si tus circunstancias dicen lo contrario, pues tus circunstancias jamás podrán cambiar la verdad, pero, con Cristo Jesús y la Verdad de Su Palabra, tenlo por seguro, tus circunstancias siempre cambiarán.

Simón Pedro había estado trabajando toda la noche sin pescar nada y ante una realidad de escasez y trabajo sin frutos, Jesús le pidió a Pedro que bogara mar a dentro y echara LAS redes (en plural), pues tenía planeado para ellos un año de abundante plenitud. Sin embargo, aunque Pedro aclaró que lo haría por Su Palabra, solamente echo LA red (en singular), una sola red y LA red se rompía.

Interesante, ¿no? Mientras que Dios planea que vivas tu vida en Su Bendición abundante, todas las fuerzas del infierno y su realidad aparente trabajan para que tú NO lo creas y como Pedro, actúes displicentemente arrojando una sola y vieja red.

Ensancha el espacio de tu carpa, y despliega las cortinas de tu morada. ¡No te limites! Alarga tus cuerdas y refuerza tus estacas. Porque a derecha y a izquierda te extenderás; tu descendencia desalojará naciones, y poblará ciudades desoladas. »No temas, porque no serás avergonzada. No te turbes, porque no serás humillada. Olvidarás la vergüenza de tu juventud, y no recordarás más el oprobio de tu viudez. Porque el que te hizo es tu esposo; su nombre es el SEÑOR Todopoderoso. Tu Redentor es el Santo de Israel; ¡Dios de toda la tierra es su nombre! (Isa 54.2-5 NVI).

Lo hermoso de la historia es que Jesús no le recriminó a Pedro su incredulidad sino que, aunque poco le faltó para perder la pesca más asombrosa y abundante que jamás hayan tenido, Jesús se la concedió con Su Amor y corazón de Padre.

MIREN CUÁNTO NOS ama el Padre celestial que permite que seamos llamados hijos de Dios. ¡Y lo mas maravilloso es que de veras lo somos! Naturalmente, como la mayoría de la gente no conoce a Dios, no comprende por qué lo somos (1 Jn 3.1 BAD).

A pesar de toda circunstancia o realidad que te encuentres viviendo en este preciso momento, disponte a recibir el Año Nuevo con alegría, gozo y expectación, pues el próximo año es el año en que reinarás para realizar grandes obras en el Reino de Dios mediante la Gracia abundante que está sobre ti.

¡Será un año de Esplendor! ¡La Gloria de Jehová volverá a brillar sobre de ti!

»Porque tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna. Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para salvarlo por medio de él (Jn 3.16-17 NVI).

Esto será así mediante tu fe, pues Dios sólo te pide que creas, que le creas a Él, que creas Su Palabra, la Biblia. Y es la Biblia la que te dice claramente que Dios te ama tanto que prefirió entregar a Su propio Hijo antes que perderte a ti.

Si Dios no nos negó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó a la muerte por todos nosotros, ¿cómo no habrá de darnos también, junto con su Hijo, todas las cosas? (Ro 8.32 DHH).

Así que, sostente firmemente plantado en la Palabra de Dios y declara con voz audible sobre tu  Año Nuevo:

Amado Padre celestial, en este último día del año, encaro mi futuro sabiendo perfectamente quién soy: ¡Tu Hijo(a) Amado(a)! En Tu Palabra, la Biblia, establezco que este Nuevo Año:

o   ¡Todo lo puedo en Cristo que me fortalece!

o   ¡Yo soy de Dios y he vencido pues mayor es el que está en mí que el que está en el mundo!

o   ¡Ciertamente Cristo Jesús llevó mis enfermedades y sufrió mis dolores y por sus heridas YA HE SIDO sanado(a)!

o   ¡En todas las cosas soy más que vencedor(a) por medio de Aquel que me amó, Cristo Jesús!

o   ¡Aquel que fue engendrado por Dios, Jesucristo, me guarda y el maligno no me toca!

Señor mi Dios, el próximo año será para mí un año de Realización mediante Tu Gracia abundante. ¡Será año de Esplendor! Así que, viviré este próximo año, de enero a diciembre:

o   En salud, libre de enfermedades.

o   Sin temor alguno pues no voy a fracasar.

o   No tendré temor de malas noticias, pues mi corazón está firme, confiado en Ti, Señor, y en Tu Palabra de Honor. ¡Asegurado está mi corazón!

Rechazo la pobreza y la escasez y declaro que todo el año que entra lo voy a transitar con Tu Bendición, y bienes y riquezas habrá en mi casa. Establezco el Amor, la Paz y el Gozo en mi familia y en todas mis relaciones. Tú y yo, Espíritu Santo, haremos del Año Nuevo el mejor año de mi vida. ¡No voy a temer! Tú, Señor, eres mi luz y mi esperanza. ¡Tú eres la fortaleza de mi vida! ¿De quién he de atemorizarme? Ante todo posible problema económico o social, yo sé bien que caerán a mi lado mil y diez mil a mi diestra mas a mí no llegará. Por cuanto en Ti, oh Dios, he puesto mi amor,  Tú también me librarás; me pondrás en alto,  por cuanto he conocido Tu nombre. En el año que entra, te invocaré,  y Tú me responderás; conmigo estarás Tú en la angustia; me librarás y me glorificarás. Me saciarás de larga vida, y me mostrarás Tu salvación. ¡Año Nuevo! Voy a reinar y a realizar grandes obras para el Reino de Dios mediante Su Gracia abundante. ¡Voy a vivir el Esplendor de la Gloria de Jehová en mi vida! En el nombre de Jesús. Amén.

 Nota Importante:

¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco una relación con el Todopoderoso?

Sólo haz la siguiente oración en voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a Dios:

Señor Jesús, yo creo que eres el Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.

*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2012

 


Lectura y Meditación de la Palabra de Dios

Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.

Diciembre 31                                   Luc 5.1-26   /  Ez 48 /  Isa 66

    

Cápsula del día.





Puedes escuchar o descargar la lectura de la  Biblia en audio del día de hoy, la tenemos para ti en dos versiones: 


RV60 



NVI 





Lectura y Meditación de la Palabra de Dios

Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.

Diciembre 31                                   Luc 5.1-26   /  Ez 48 /  Isa 66

 

San Lucas 5.1-26

La pesca milagrosa

(Mt. 4.18–22; Mr. 1.16–20)

5

1Aconteció que estando Jesús junto al lago de Genesaret, el gentío se agolpaba sobre él para oír la palabra de Dios. 2Y vio dos barcas que estaban cerca de la orilla del lago; y los pescadores, habiendo descendido de ellas, lavaban sus redes. 3Y entrando en una de aquellas barcas, la cual era de Simón, le rogó que la apartase de tierra un poco; y sentándose, enseñaba desde la barca a la multitud.a 4Cuando terminó de hablar, dijo a Simón: Boga mar adentro, y echad vuestras redes para pescar. 5Respondiendo Simón, le dijo: Maestro, toda la noche hemos estado trabajando, y nada hemos pescado;b mas en tu palabra echaré la red. 6Y habiéndolo hecho, encerraron gran cantidad de peces,c y su red se rompía. 7Entonces hicieron señas a los compañeros que estaban en la otra barca, para que viniesen a ayudarles; y vinieron, y llenaron ambas barcas, de tal manera que se hundían. 8Viendo esto Simón Pedro, cayó de rodillas ante Jesús, diciendo: Apártate de mí, Señor, porque soy hombre pecador. 9Porque por la pesca que habían hecho, el temor se había apoderado de él, y de todos los que estaban con él, 10y asimismo de Jacobo y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón. Pero Jesús dijo a Simón: No temas; desde ahora serás pescador de hombres. 11Y cuando trajeron a tierra las barcas, dejándolo todo, le siguieron.

Jesús sana a un leproso

(Mt. 8.1–4; Mr. 1.40–45)

12Sucedió que estando él en una de las ciudades, se presentó un hombre lleno de lepra, el cual, viendo a Jesús, se postró con el rostro en tierra y le rogó, diciendo: Señor, si quieres, puedes limpiarme. 13Entonces, extendiendo él la mano, le tocó, diciendo: Quiero; sé limpio. Y al instante la lepra se fue de él. 14Y él le mandó que no lo dijese a nadie; sino ve, le dijo, muéstrate al sacerdote, y ofrece por tu purificación, según mandó Moisés,d para testimonio a ellos. 15Pero su fama se extendía más y más; y se reunía mucha gente para oírle, y para que les sanase de sus enfermedades. 16Mas él se apartaba a lugares desiertos, y oraba.

Jesús sana a un paralítico

(Mt. 9.1–8; Mr. 2.1–12)

17Aconteció un día, que él estaba enseñando, y estaban sentados los fariseos y doctores de la ley, los cuales habían venido de todas las aldeas de Galilea, y de Judea y Jerusalén; y el poder del Señor estaba con él para sanar. 18Y sucedió que unos hombres que traían en un lecho a un hombre que estaba paralítico, procuraban llevarle adentro y ponerle delante de él. 19Pero no hallando cómo hacerlo a causa de la multitud, subieron encima de la casa, y por el tejado le bajaron con el lecho, poniéndole en medio, delante de Jesús. 20Al ver él la fe de ellos, le dijo: Hombre, tus pecados te son perdonados. 21Entonces los escribas y los fariseos comenzaron a cavilar, diciendo: ¿Quién es éste que habla blasfemias? ¿Quién puede perdonar pecados sino sólo Dios? 22Jesús entonces, conociendo los pensamientos de ellos, respondiendo les dijo: ¿Qué caviláis en vuestros corazones? 23¿Qué es más fácil, decir: Tus pecados te son perdonados, o decir: Levántate y anda? 24Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados (dijo al paralítico): A ti te digo: Levántate, toma tu lecho, y vete a tu casa. 25Al instante, levantándose en presencia de ellos, y tomando el lecho en que estaba acostado, se fue a su casa, glorificando a Dios. 26Y todos, sobrecogidos de asombro, glorificaban a Dios; y llenos de temor, decían: Hoy hemos visto maravillas.[1]

 

 

Ezequiel 48

48

1Estos son los nombres de las tribus: Desde el extremo norte por la vía de Hetlón viniendo a Hamat, Hazar-enán, en los confines de Damasco, al norte, hacia Hamat, tendrá Dan una parte, desde el lado oriental hasta el occidental. 2Junto a la frontera de Dan, desde el lado del oriente hasta el lado del mar, tendrá Aser una parte. 3Junto al límite de Aser, desde el lado del oriente hasta el lado del mar, Neftalí, otra. 4Junto al límite de Neftalí, desde el lado del oriente hasta el lado del mar, Manasés, otra. 5Junto al límite de Manasés, desde el lado del oriente hasta el lado del mar, Efraín, otra. 6Junto al límite de Efraín, desde el lado del oriente hasta el lado del mar, Rubén, otra. 7Junto al límite de Rubén, desde el lado del oriente hasta el lado del mar, Judá, otra.

8Junto al límite de Judá, desde el lado del oriente hasta el lado del mar, estará la porción que reservaréis de veinticinco mil cañas de anchura, y de longitud como cualquiera de las otras partes, esto es, desde el lado del oriente hasta el lado del mar; y el santuario estará en medio de ella. 9La porción que reservaréis para Jehová tendrá de longitud veinticinco mil cañas, y diez mil de ancho. 10La porción santa que pertenecerá a los sacerdotes será de veinticinco mil cañas al norte, y de diez mil de anchura al occidente, y de diez mil de ancho al oriente, y de veinticinco mil de longitud al sur; y el santuario de Jehová estará en medio de ella. 11Los sacerdotes santificados de los hijos de Sadoc que me guardaron fidelidad, que no erraron cuando erraron los hijos de Israel, como erraron los levitas, 12ellos tendrán como parte santísima la porción de la tierra reservada, junto al límite de la de los levitas. 13Y la de los levitas, al lado de los límites de la de los sacerdotes, será de veinticinco mil cañas de longitud, y de diez mil de anchura; toda la longitud de veinticinco mil, y la anchura de diez mil. 14No venderán nada de ello, ni lo permutarán, ni traspasarán las primicias de la tierra; porque es cosa consagrada a Jehová.

15Y las cinco mil cañas de anchura que quedan de las veinticinco mil, serán profanas, para la ciudad, para habitación y para ejido; y la ciudad estará en medio. 16Estas serán sus medidas: al lado del norte cuatro mil quinientas cañas, al lado del sur cuatro mil quinientas, al lado del oriente cuatro mil quinientas, y al lado del occidente cuatro mil quinientas. 17Y el ejido de la ciudad será al norte de doscientas cincuenta cañas, al sur de doscientas cincuenta, al oriente de doscientas cincuenta, y de doscientas cincuenta al occidente. 18Y lo que quedare de longitud delante de la porción santa, diez mil cañas al oriente y diez mil al occidente, que será lo que quedará de la porción santa, será para sembrar para los que sirven a la ciudad. 19Y los que sirvan a la ciudad serán de todas la tribus de Israel. 20Toda la porción reservada de veinticinco mil cañas por veinticinco mil en cuadro, reservaréis como porción para el santuario, y para la posesión de la ciudad.

21Y del príncipe será lo que quedare a uno y otro lado de la porción santa y de la posesión de la ciudad, esto es, delante de las veinticinco mil cañas de la porción hasta el límite oriental, y al occidente delante de las veinticinco mil hasta el límite occidental, delante de las partes dichas será del príncipe; porción santa será, y el santuario de la casa estará en medio de ella. 22De este modo la parte del príncipe será la comprendida desde la porción de los levitas y la porción de la ciudad, entre el límite de Judá y el límite de Benjamín.

23En cuanto a las demás tribus, desde el lado del oriente hasta el lado del mar, tendrá Benjamín una porción. 24Junto al límite de Benjamín, desde el lado del oriente hasta el lado del mar, Simeón, otra. 25Junto al límite de Simeón, desde el lado del oriente hasta el lado del mar, Isacar, otra. 26Junto al límite de Isacar, desde el lado del oriente hasta el lado del mar, Zabulón, otra. 27Junto al límite de Zabulón, desde el lado del oriente hasta el lado del mar, Gad, otra. 28Junto al límite de Gad, al lado meridional al sur, será el límite desde Tamar hasta las aguas de las rencillas, y desde Cades y el arroyo hasta el Mar Grande. 29Esta es la tierra que repartiréis por suertes en heredad a las tribus de Israel, y estas son sus porciones, ha dicho Jehová el Señor.

30Y estas son las salidas de la ciudad:a al lado del norte, cuatro mil quinientas cañas por medida. 31Y las puertas de la ciudad serán según los nombres de las tribus de Israel: tres puertas al norte: la puerta de Rubén, una; la puerta de Judá, otra; la puerta de Leví, otra. 32Al lado oriental cuatro mil quinientas cañas, y tres puertas: la puerta de José, una; la puerta de Benjamín, otra; la puerta de Dan, otra. 33Al lado del sur, cuatro mil quinientas cañas por medida, y tres puertas: la puerta de Simeón, una; la puerta de Isacar, otra; la puerta de Zabulón, otra. 34Y al lado occidental cuatro mil quinientas cañas, y sus tres puertas: la puerta de Gad, una; la puerta de Aser, otra; la puerta de Neftalí, otra. 35En derredor tendrá dieciocho mil cañas. Y el nombre de la ciudad desde aquel día será Jehová-sama.6[2]

       

Isaías 66

 

Los juicios de Jehová y la futura prosperidad de Sion

66

1Jehová dijo así: El cielo es mi trono,a y la tierra estrado de mis pies;b ¿dónde está la casa que me habréis de edificar, y dónde el lugar de mi reposo?c 2Mi mano hizo todas estas cosas, y así todas estas cosas fueron, dice Jehová; pero miraré a aquel que es pobre y humilde de espíritu, y que tiembla a mi palabra.

3El que sacrifica buey es como si matase a un hombre; el que sacrifica oveja, como si degollase un perro; el que hace ofrenda, como si ofreciese sangre de cerdo; el que quema incienso, como si bendijese a un ídolo. Y porque escogieron sus propios caminos, y su alma amó sus abominaciones, 4también yo escogeré para ellos escarnios, y traeré sobre ellos lo que temieron; porque llamé, y nadie respondió; hablé, y no oyeron, sino que hicieron lo malo delante de mis ojos, y escogieron lo que me desagrada.

5Oíd palabra de Jehová, vosotros los que tembláis a su palabra: Vuestros hermanos que os aborrecen, y os echan fuera por causa de mi nombre, dijeron: Jehová sea glorificado. Pero él se mostrará para alegría vuestra, y ellos serán confundidos.

6Voz de alboroto de la ciudad, voz del templo, voz de Jehová que da el pago a sus enemigos.

7Antes que estuviese de parto, dio a luz; antes que le viniesen dolores, dio a luz hijo.d 8¿Quién oyó cosa semejante? ¿quién vio tal cosa? ¿Concebirá la tierra en un día? ¿Nacerá una nación de una vez? Pues en cuanto Sion estuvo de parto, dio a luz sus hijos. 9Yo que hago dar a luz, ¿no haré nacer? dijo Jehová. Yo que hago engendrar, ¿impediré el nacimiento? dice tu Dios.

10Alegraos con Jerusalén, y gozaos con ella, todos los que la amáis; llenaos con ella de gozo, todos los que os enlutáis por ella; 11para que maméis y os saciéis de los pechos de sus consolaciones; para que bebáis, y os deleitéis con el resplandor de su gloria.

12Porque así dice Jehová: He aquí que yo extiendo sobre ella paz como un río, y la gloria de las naciones como torrente que se desborda; y mamaréis, y en los brazos seréis traídos, y sobre las rodillas seréis mimados. 13Como aquel a quien consuela su madre, así os consolaré yo a vosotros, y en Jerusalén tomaréis consuelo. 14Y veréis, y se alegrará vuestro corazón, y vuestros huesos reverdecerán como la hierba; y la mano de Jehová para con sus siervos será conocida, y se enojará contra sus enemigos. 15Porque he aquí que Jehová vendrá con fuego, y sus carros como torbellino, para descargar su ira con furor, y su reprensión con llama de fuego. 16Porque Jehová juzgará con fuego y con su espada a todo hombre; y los muertos de Jehová serán multiplicados.

17Los que se santifican y los que se purifican en los huertos, unos tras otros, los que comen carne de cerdo y abominación y ratón, juntamente serán talados, dice Jehová.

18Porque yo conozco sus obras y sus pensamientos; tiempo vendrá para juntar a todas las naciones y lenguas; y vendrán, y verán mi gloria. 19Y pondré entre ellos señal, y enviaré de los escapados de ellos a las naciones, a Tarsis, a Fut y Lud que disparan arco, a Tubal y a Javán, a las costas lejanas que no oyeron de mí, ni vieron mi gloria; y publicarán mi gloria entre las naciones. 20Y traerán a todos vuestros hermanos de entre todas las naciones, por ofrenda a Jehová, en caballos, en carros, en literas, en mulos y en camellos, a mi santo monte de Jerusalén, dice Jehová, al modo que los hijos de Israel traen la ofrenda en utensilios limpios a la casa de Jehová. 21Y tomaré también de ellos para sacerdotes y levitas, dice Jehová.

22Porque como los cielos nuevos y la nueva tierrae que yo hago permanecerán delante de mí, dice Jehová, así permanecerá vuestra descendencia y vuestro nombre. 23Y de mes en mes, y de día de reposo* en día de reposo,* vendrán todos a adorar delante de mí, dijo Jehová.

24Y saldrán, y verán los cadáveres de los hombres que se rebelaron contra mí; porque su gusano nunca morirá, ni su fuego se apagará,f y serán abominables a tod



a a 5.1–3: Mt. 13.1–2; Mr. 3.9–10; 4.1.

b b 5.5: Jn. 21.3.

c c 5.6: Jn. 21.6.

d d 5.14: Lv. 14.1–32.

[1] Reina Valera Revisada (1960). Miami : Sociedades Bı́blicas Unidas, 1998, S. Lc 4.44-5.26

a a 48.30–34: Ap. 21.12–13.

6 Esto es, Jehová allí.

[2] Reina Valera Revisada (1960). Miami : Sociedades Bı́blicas Unidas, 1998, S. Ez 47.23-48.35

a a 66.1: Mt. 5.34; 23.22.

b b 66.1: Mt. 5.35.

c c 66.1: Hch. 7.49–50.

d d 66.7: Ap. 12.5.

e e 66.22: Is. 65.17; 2 P. 3.13; Ap. 21.1.

f f 66.24: Mr. 9.48.


miércoles, 30 de diciembre de 2020

¿Qué te espera el próximo año?

                                                                             <ENGLISH>




30 de Diciembre

 

¿Qué te espera el próximo año?


¡Este año nuevo tú reinarás!

Por Riqui Ricón*

Porque he aquí que yo crearé nuevos cielos y nueva tierra; y de lo primero no habrá memoria, ni más vendrá al pensamiento. Mas os gozaréis y os alegraréis para siempre en las cosas que yo he creado; porque he aquí que yo traigo a Jerusalén alegría, y a su pueblo gozo. Y me alegraré con Jerusalén, y me gozaré con mi pueblo; y nunca más se oirán en ella voz de lloro, ni voz de clamor (Isa 65.17-19).

Ahora que estás terminando un año y a punto de comenzar otro totalmente nuevo es importante recordar que el plan de Dios para tu vida es hacerla toda totalmente nueva.

Sólo con una Vida totalmente Nueva podrás mirar y entrar a disfrutar esos nuevos cielos y esa nueva tierra que, prometidos por Dios, sin duda están a punto de hacerse realidad.

Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios. Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer? Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es (Jn 3.3-6).

La Buena Noticia es que por el Amor que Dios te tiene y por la muerte y resurrección de Jesucristo tú has entrado a la dimensión del Espíritu naciendo de Nuevo como un(a) Hijo(a) de Dios.

Sin embargo, Dios es tan rico en misericordia y nos ha amado tanto que, a pesar de estar ya muertos a causa de los pecados, nos dio nueva vida juntamente con Cristo (¡sólo por la gracia de Dios somos salvos!) (Efe 2.4-5 CST).

Así es, por el Amor de dios, tu Padre, Cristo Jesús pagó todos tus pecados y pagó también la consecuente muerte eterna a la que irremisiblemente te dirigías ofreciéndote el regalo de la vida abundante que solamente un(a) Hijo(a) de Dios puede tener: ¡La Vida Eterna!

El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia (Jn 10.10).

Porque si bien la paga del pecado es muerte, el regalo que nos da Dios es vida eterna a través de Jesucristo nuestro Señor (Ro 6.23 BAD).

Así que puedes creerlo y debes declararlo y gritarlo a voz en cuello: ¡En Cristo Jesús tengo todo el derecho de hacer mi vida una vida plena y abundante!

Y claro que puedes conseguirlo si comienzas a vivir y actuar como si en verdad le creyeras a Dios, creyendo Su Palabra, pues tú haz sido hecho(a) justo(a) y el (la) justo(a) por su fe vivirá [por creerle a Dios, creyendo Su Palabra].

porque ahora tienen una nueva vida, vida que no recibieron de sus padres y que jamás se desvanecerá. Esta nueva vida de ustedes es eterna, porque se la dio Cristo, el vivo y eterno Mensaje de Dios (1 P 1.23 BAD).

Encarar un año nuevo siempre será emocionante si conoces la Verdad (la Biblia): Que tú eres un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo, y no de una simiente corruptible sino de la incorruptible semilla que es la Palabra de Dios, que vive y permanece para siempre.

No trabajarán en vano, ni darán a luz para maldición; porque son linaje de los benditos de Jehová, y sus descendientes con ellos. Y antes que clamen, responderé yo; mientras aún hablan, yo habré oído (Isa 65.23-24).

Así que, ¡Prepárate! Porque en este año que entra no trabajarás en vano, ni darás a luz para maldición pues tú  eres linaje de los benditos del Señor, y tus hijos juntamente contigo. Antes de que le pidas a Dios cualquier cosa, Él te va a responder, mientras aún hables Él ya te habrá escuchado.

MIREN CUÁNTO NOS ama el Padre celestial que permite que seamos llamados hijos de Dios. ¡Y lo mas maravilloso es que de veras lo somos! Naturalmente, como la mayoría de la gente no conoce a Dios, no comprende por qué lo somos (1 Jn 3.1 BAD).

En este año que va a comenzar, Dios está muy interesado en que te enteres, y creas, que por la Sangre de su Hijo Jesús, Él te ha redimido de toda maldición y te ha comprado para que tú seas legal y legítimamente Su Hijo(a). Pues sólo de esta manera Él podrá cumplir Su deseo explícito en toda la Biblia: Que tú vivas una Vida plena y abundante.

Sed sobrios,  y velad;  porque vuestro adversario el diablo,  como león rugiente,  anda alrededor buscando a quien devorar (1 P 5.8).

El propósito del ladrón es robar, matar y destruir. Mi propósito es dar vida eterna y abundante (Jn 10.10 BAD).

También es importante que recuerdes que ahora tú no eres de este mundo y, por lo tanto, estás en guerra contra el mundo. Tienes un enemigo que a base de engaños y mentiras hará todo lo posible para que le creas a él y así pueda llenarte de miedo e incredulidad para evitar, a toda costa, que le creas a Dios.

Sin embargo, no tienes nada de qué preocuparte,

Y a vosotros,  estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne,  os dio vida juntamente con él,  perdonándoos todos los pecados, anulando el acta de los decretos que había contra nosotros,  que nos era contraria,  quitándola de en medio y clavándola en la cruz, y despojando a los principados y a las potestades,  los exhibió públicamente,  triunfando sobre ellos en la cruz (Col 2.13-15).

La Buena Noticia es que ese enemigo y todos sus secuaces están vencidos y mueren de miedo de pensar que tú te enteres y creas quien ahora tú eres en Cristo Jesús.

Estaba en la sinagoga un hombre que tenía un espíritu de demonio inmundo, el cual exclamó a gran voz, diciendo: Déjanos; ¿qué tienes con nosotros, Jesús nazareno? ¿Has venido para destruirnos? Yo te conozco quién eres, el Santo de Dios (Luc 4.33-34).

Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo (1 Jn 3.8b).

Efectivamente, Jesús está en tu vida para deshacer todas las obras del diablo, obras de temor, angustia, enfermedad, pobreza, amargura, dolor, depresión y soledad. Por el Nuevo Pacto en Su Sangre ahora eres Nueva Creación y el glorioso Espíritu Santo vive en ti y contigo para darte una Vida totalmente Nueva, Vida abundante, Vida Eterna.

Porque he aquí que yo crearé nuevos cielos y nueva tierra; y de lo primero no habrá memoria, ni más vendrá al pensamiento. Mas os gozaréis y os alegraréis para siempre en las cosas que yo he creado; porque he aquí que yo traigo a Jerusalén alegría, y a su pueblo gozo. Y me alegraré con Jerusalén, y me gozaré con mi pueblo; y nunca más se oirán en ella voz de lloro, ni voz de clamor (Isa 65.17-19).

Así que, antes de terminar este año, prepárate para recibir un año nuevo. ¡Alégrate! No le creas más al diablo. Tú no tienes por qué seguir pagando ningún precio. El sacrificio de Amor que Jesús hizo por ti es completo, perfecto y acabado. Así como con tu fe le has recibido como Señor y Salvador de tu vida, de la misma forma recibe la Nueva Vida que Él ya dispuso para ti.

Mas vosotros sois linaje escogido,  real sacerdocio,  nación santa,  pueblo adquirido por Dios,  para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable (1 P 2.9).  

Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia,  y todas estas cosas os serán añadidas (Mat 6.33).

Así que el pecado reinó sobre el hombre y lo condujo a la muerte, pero ahora, por la justicia de Dios, reina su gracia salvadora para dar vida eterna mediante nuestro Señor Jesucristo (Ro 5.21 CST).

¡Este año nuevo es el año en que reinarás mediante la Gracia abundante para que realices grandes obras en el Reino de Dios!

¡Será un año de Esplendor!

Oremos en voz audible:

Amado Padre celestial, muchas gracias porque hoy puedo terminar este año en la victoria que Cristo Jesús ganó para mí. Señor Jesús, gracias por la Vida Nueva que me has dado para gozarme y alegrarme eternamente. Por lo que hiciste por mí en la cruz, por la Nueva naturaleza que ahora tengo y disfruto, creo y declaro que este próximo año, no trabajaré en vano, ni daré a luz para maldición pues yo soy linaje de los benditos del Señor, y mis hijos juntamente conmigo. Antes de que te pida cualquier cosa, mi Dios, Tú me vas a responder, mientras aún hable Tú ya me habrás escuchado. No voy a escuchar voces de desánimo y fracaso. No daré lugar en mi vida a la incredulidad, ni al temor. Con Tu ayuda, Espíritu Santo, voy hacer del próximo año el año que comenzaré a reinar mediante Tu Gracia Abundante. Voy hacer del próximo año el año del Esplendor de Tu Gloria dentro de mí. Así que, de todo problema, enfermedad o aflicción saldré más que vencedor(a), pues TODO lo puedo en Cristo que me fortalece. Por lo tanto, resisto, ato, reprendo y echo fuera de mi vida la enfermedad, la pobreza, la escasez, los conflictos familiares, la soledad, la angustia, la depresión, el miedo y toda obra de mentira. ¡Soy sano(a)! ¡Soy libre! ¡Soy próspero(a)! ¡Soy dichoso(a)! ¡Soy un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo! En el nombre de Jesús. Amén.

 Nota Importante:

¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco una relación con el Todopoderoso?

Sólo haz la siguiente oración en voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a Dios:

Señor Jesús, yo creo que eres el Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.

*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2012

 


Lectura y Meditación de la Palabra de Dios

Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.

Diciembre 30                                   Luc 4.31-44   /  Ez 46-47  /  Isa 65

    

Cápsula del día.





Puedes escuchar o descargar la lectura de la  Biblia en audio del día de hoy, la tenemos para ti en dos versiones: 


RV60 



NVI 




Lectura y Meditación de la Palabra de Dios

Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.

Diciembre 30                                   Luc 4.31-44   /  Ez 46-47  /  Isa 65

 

San Lucas 4.31-44

Un hombre que tenía un espíritu inmundo

(Mr. 1.21–28)

31Descendió Jesús a Capernaum, ciudad de Galilea; y les enseñaba en los días de reposo.* 32Y se admiraban de su doctrina, porque su palabra era con autoridad.k 33Estaba en la sinagoga un hombre que tenía un espíritu de demonio inmundo, el cual exclamó a gran voz, 34diciendo: Déjanos; ¿qué tienes con nosotros, Jesús nazareno? ¿Has venido para destruirnos? Yo te conozco quién eres, el Santo de Dios. 35Y Jesús le reprendió, diciendo: Cállate, y sal de él. Entonces el demonio, derribándole en medio de ellos, salió de él, y no le hizo daño alguno. 36Y estaban todos maravillados, y hablaban unos a otros, diciendo: ¿Qué palabra es esta, que con autoridad y poder manda a los espíritus inmundos, y salen? 37Y su fama se difundía por todos los lugares de los contornos.

Jesús sana a la suegra de Pedro

(Mt. 8.14–15; Mr. 1.29–31)

38Entonces Jesús se levantó y salió de la sinagoga, y entró en casa de Simón. La suegra de Simón tenía una gran fiebre; y le rogaron por ella. 39E inclinándose hacia ella, reprendió a la fiebre; y la fiebre la dejó, y levantándose ella al instante, les servía.

Muchos sanados al ponerse el sol

(Mt. 8.16–17; Mr. 1.32–34)

40Al ponerse el sol, todos los que tenían enfermos de diversas enfermedades los traían a él; y él, poniendo las manos sobre cada uno de ellos, los sanaba. 41También salían demonios de muchos, dando voces y diciendo: Tú eres el Hijo de Dios. Pero él los reprendía y no les dejaba hablar, porque sabían que él era el Cristo.

Jesús recorre Galilea predicando

(Mr. 1.35–39)

42Cuando ya era de día, salió y se fue a un lugar desierto; y la gente le buscaba, y llegando a donde estaba, le detenían para que no se fuera de ellos. 43Pero él les dijo: Es necesario que también a otras ciudades anuncie el evangelio del reino de Dios; porque para esto he sido enviado. 44Y predicaba en las sinagogas de Galilea.[1]

 

 

Ezequiel 46-47

46

1Así ha dicho Jehová el Señor: La puerta del atrio interior que mira al oriente estará cerrada los seis días de trabajo, y el día de reposo* se abrirá; se abrirá también el día de la luna nueva. 2Y el príncipe entrará por el camino del portal de la puerta exterior, y estará en pie junto al umbral de la puerta mientras los sacerdotes ofrezcan su holocausto y sus ofrendas de paz, y adorará junto a la entrada de la puerta; después saldrá; pero no se cerrará la puerta hasta la tarde. 3Asimismo adorará el pueblo de la tierra delante de Jehová, a la entrada de la puerta, en los días de reposo* y en las lunas nuevas. 4El holocausto que el príncipe ofrecerá a Jehová en el día de reposo* será seis corderos sin defecto, y un carnero sin tacha; 5y por ofrenda un efa con cada carnero; y con cada cordero una ofrenda conforme a sus posibilidades, y un hin de aceite con el efa. 6Mas el día de la luna nueva, un becerro sin tacha de la vacada, seis corderos, y un carnero; deberán ser sin defecto. 7Y hará ofrenda de un efa con el becerro, y un efa con cada carnero; pero con los corderos, conforme a sus posibilidades; y un hin de aceite por cada efa. 8Y cuando el príncipe entrare, entrará por el camino del portal de la puerta, y por el mismo camino saldrá.

9Mas cuando el pueblo de la tierra entrare delante de Jehová en las fiestas, el que entrare por la puerta del norte saldrá por la puerta del sur, y el que entrare por la puerta del sur saldrá por la puerta del norte; no volverá por la puerta por donde entró, sino que saldrá por la de enfrente de ella. 10Y el príncipe, cuando ellos entraren, entrará en medio de ellos; y cuando ellos salieren, él saldrá.

11Y en las fiestas y en las asambleas solemnes será la ofrenda un efa con cada becerro, y un efa con cada carnero; y con los corderos, conforme a sus posibilidades; y un hin de aceite con cada efa. 12Mas cuando el príncipe libremente hiciere holocausto u ofrendas de paz a Jehová, le abrirán la puerta que mira al oriente, y hará su holocausto y sus ofrendas de paz, como hace en el día de reposo;* después saldrá, y cerrarán la puerta después que saliere.

13Y ofrecerás en sacrificio a Jehová cada día en holocausto un cordero de un año sin defecto; cada mañana lo sacrificarás. 14Y con él harás todas las mañanas ofrenda de la sexta parte de un efa, y la tercera parte de un hin de aceite para mezclar con la flor de harina; ofrenda para Jehová continuamente, por estatuto perpetuo. 15Ofrecerán, pues, el cordero y la ofrenda y el aceite, todas las mañanas en holocausto continuo.

16Así ha dicho Jehová el Señor: Si el príncipe diere parte de su heredad a sus hijos, será de ellos; posesión de ellos será por herencia. 17Mas si de su heredad diere parte a alguno de sus siervos, será de él hasta el año del jubileo,a y volverá al príncipe; mas su herencia será de sus hijos. 18Y el príncipe no tomará nada de la herencia del pueblo, para no defraudarlos de su posesión; de lo que él posee dará herencia a sus hijos, a fin de que ninguno de mi pueblo sea echado de su posesión.

19Me trajo después por la entrada que estaba hacia la puerta, a las cámaras santas de los sacerdotes, las cuales miraban al norte, y vi que había allí un lugar en el fondo del lado de occidente. 20Y me dijo: Este es el lugar donde los sacerdotes cocerán la ofrenda por el pecado y la expiación; allí cocerán la ofrenda, para no sacarla al atrio exterior, santificando así al pueblo.

21Y luego me sacó al atrio exterior, y me llevó por los cuatro rincones del atrio; y en cada rincón había un patio. 22En los cuatro rincones del atrio había patios cercados, de cuarenta codos de longitud y treinta de ancho; una misma medida tenían los cuatro. 23Y había una pared alrededor de ellos, alrededor de los cuatro, y abajo fogones alrededor de las paredes. 24Y me dijo: Estas son las cocinas, donde los servidores de la casa cocerán la ofrenda del pueblo.

Las aguas salutíferas

47

1Me hizo volver luego a la entrada de la casa; y he aquí aguas que salían de debajo del umbral de la casaa hacia el oriente; porque la fachada de la casa estaba al oriente, y las aguas descendían de debajo, hacia el lado derecho de la casa, al sur del altar. 2Y me sacó por el camino de la puerta del norte, y me hizo dar la vuelta por el camino exterior, fuera de la puerta, al camino de la que mira al oriente; y vi que las aguas salían del lado derecho.

3Y salió el varón hacia el oriente, llevando un cordel en su mano; y midió mil codos, y me hizo pasar por las aguas hasta los tobillos. 4Midió otros mil, y me hizo pasar por las aguas hasta las rodillas. Midió luego otros mil, y me hizo pasar por las aguas hasta los lomos. 5Midió otros mil, y era ya un río que yo no podía pasar, porque las aguas habían crecido de manera que el río no se podía pasar sino a nado. 6Y me dijo: ¿Has visto, hijo de hombre?

Después me llevó, y me hizo volver por la ribera del río.7Y volviendo yo, vi que en la ribera del río había muchísimos árboles a uno y otro lado. 8Y me dijo: Estas aguas salen a la región del oriente, y descenderán al Arabá, y entrarán en el mar; y entradas en el mar, recibirán sanidad las aguas. 9Y toda alma viviente que nadare por dondequiera que entraren estos dos ríos, vivirá; y habrá muchísimos peces por haber entrado allá estas aguas, y recibirán sanidad; y vivirá todo lo que entrare en este río. 10Y junto a él estarán los pescadores, y desde En-gadi hasta En-eglaim será su tendedero de redes; y por sus especies serán los peces tan numerosos como los peces del Mar Grande. 11Sus pantanos y sus lagunas no se sanearán; quedarán para salinas. 12Y junto al río, en la ribera, a uno y otro lado, crecerá toda clase de árboles frutales; sus hojas nunca caerán, ni faltará su fruto. A su tiempo madurará, porque sus aguas salen del santuario; y su fruto será para comer, y su hoja para medicina.

Límites y repartición de la tierra

13Así ha dicho Jehová el Señor: Estos son los límites en que repartiréis la tierra por heredad entre las doce tribus de Israel. José tendrá dos partes. 14Y la heredaréis así los unos como los otros; por ella alcé mi mano jurando que la había de dar a vuestros padres; por tanto, esta será la tierra de vuestra heredad.

15Y este será el límite de la tierra hacia el lado del norte; desde el Mar Grande, camino de Hetlón viniendo a Zedad, 16Hamat, Berota, Sibraim, que está entre el límite de Damasco y el límite de Hamat; Hazar-haticón, que es el límite de Haurán. 17Y será el límite del norte desde el mar hasta Hazar-enán en el límite de Damasco al norte, y al límite de Hamat al lado del norte.

18Del lado del oriente, en medio de Haurán y de Damasco, y de Galaad y de la tierra de Israel, al Jordán; esto mediréis de límite hasta el mar oriental.

19Del lado meridional, hacia el sur, desde Tamar hasta las aguas de las rencillas; desde Cades y el arroyo hasta el Mar Grande; y esto será el lado meridional, al sur.

20Del lado del occidente el Mar Grande será el límite hasta enfrente de la entrada de Hamat; este será el lado occidental.

21Repartiréis, pues, esta tierra entre vosotros según las tribus de Israel. 22Y echaréis sobre ella suertes por heredad para vosotros, y para los extranjeros que moran entre vosotros, que entre vosotros han engendrado hijos; y los tendréis como naturales entre los hijos de Israel; echarán suertes con vosotros para tener heredad entre las tribus de Israel. 23En la tribu en que morare el extranjero, allí le daréis su heredad, ha dicho Jehová el Señor.[2]

       

Isaías 65

 

Castigo de los rebeldes

65

1Fui buscado por los que no preguntaban por mí; fui hallado por los que no me buscaban.a Dije a gente que no invocaba mi nombre: Heme aquí, heme aquí. 2Extendí mis manos todo el día a pueblo rebelde,b el cual anda por camino no bueno, en pos de sus pensamientos; 3pueblo que en mi rostro me provoca de continuo a ira, sacrificando en huertos, y quemando incienso sobre ladrillos; 4que se quedan en los sepulcros, y en lugares escondidos pasan la noche; que comen carne de cerdo, y en sus ollas hay caldo de cosas inmundas; 5que dicen: Estate en tu lugar, no te acerques a mí, porque soy más santo que tú; éstos son humo en mi furor, fuego que arde todo el día. 6He aquí que escrito está delante de mí; no callaré, sino que recompensaré, y daré el pago en su seno 7por vuestras iniquidades, dice Jehová, y por las iniquidades de vuestros padres juntamente, los cuales quemaron incienso sobre los montes, y sobre los collados me afrentaron; por tanto, yo les mediré su obra antigua en su seno.

8Así ha dicho Jehová: Como si alguno hallase mosto en un racimo, y dijese: No lo desperdicies, porque bendición hay en él; así haré yo por mis siervos, que no lo destruiré todo. 9Sacaré descendencia de Jacob, y de Judá heredero de mis montes; y mis escogidos poseerán por heredad la tierra, y mis siervos habitarán allí. 10Y será Sarón para habitación de ovejas, y el valle de Acorc para majada de vacas, para mi pueblo que me buscó. 11Pero vosotros los que dejáis a Jehová, que olvidáis mi santo monte, que ponéis mesa para la Fortuna, y suministráis libaciones para el Destino; 12yo también os destinaré a la espada, y todos vosotros os arrodillaréis al degolladero, por cuanto llamé, y no respondisteis; hablé, y no oísteis, sino que hicisteis lo malo delante de mis ojos, y escogisteis lo que me desagrada.

13Por tanto, así dijo Jehová el Señor: He aquí que mis siervos comerán, y vosotros tendréis hambre; he aquí que mis siervos beberán, y vosotros tendréis sed; he aquí que mis siervos se alegrarán, y vosotros seréis avergonzados; 14he aquí que mis siervos cantarán por júbilo del corazón, y vosotros clamaréis por el dolor del corazón, y por el quebrantamiento de espíritu aullaréis. 15Y dejaréis vuestro nombre por maldición a mis escogidos, y Jehová el Señor te matará, y a sus siervos llamará por otro nombre. 16El que se bendijere en la tierra, en el Dios de verdad se bendecirá; y el que jurare en la tierra, por el Dios de verdad jurará; porque las angustias primeras serán olvidadas, y serán cubiertas de mis ojos.

Cielos nuevos y tierra nueva

17Porque he aquí que yo crearé nuevos cielos y nueva tierra;d y de lo primero no habrá memoria, ni más vendrá al pensamiento. 18Mas os gozaréis y os alegraréis para siempre en las cosas que yo he creado; porque he aquí que yo traigo a Jerusalén alegría, y a su pueblo gozo. 19Y me alegraré con Jerusalén, y me gozaré con mi pueblo; y nunca más se oirán en ella voz de lloro, ni voz de clamor.e 20No habrá más allí niño que muera de pocos días, ni viejo que sus días no cumpla; porque el niño morirá de cien años, y el pecador de cien años será maldito. 21Edificarán casas, y morarán en ellas; plantarán viñas, y comerán el fruto de ellas. 22No edificarán para que otro habite, ni plantarán para que otro coma; porque según los días de los árboles serán los días de mi pueblo, y mis escogidos disfrutarán la obra de sus manos. 23No trabajarán en vano, ni darán a luz para maldición; porque son linaje de los benditos de Jehová, y sus descendientes con ellos. 24Y antes que clamen, responderé yo; mientras aún hablan, yo habré oído. 25El lobo y el cordero serán apacentados juntos, y el león comerá paja como el buey; y el polvo será el alimento de la serpiente. No afligirán, ni harán mal en todo mi santo monte, dijo Jehová.f[3]

 



k k 4.32: Mt. 7.28–29.

[1] Reina Valera Revisada (1960). Miami : Sociedades Bı́blicas Unidas, 1998, S. Lc 4.30-44

a a 46.17: Lv. 25.10.

a a 47.1: Zac. 14.8; Jn. 7.38; Ap. 22.1.

[2] Reina Valera Revisada (1960). Miami : Sociedades Bı́blicas Unidas, 1998, S. Ez 45.25-47.23

a a 65.1: Ro. 10.20.

b b 65.2: Ro. 10.21.

c c 65.10: Jos. 7.24–26.

d d 65.17: Is. 66.22; 2 P. 3.13; Ap. 21.1.

e e 65.19: Ap. 21.4.

f f 65.25: Is. 11.6–9.

[3] Reina Valera Revisada (1960). Miami : Sociedades Bı́blicas Unidas, 1998, S. Is 64.12-65.25