jueves, 31 de enero de 2013

¡Cómo consigues ser bienaventurado(a)!

 

Viernes 1 de Febrero de 2013.
¡Bienaventurado(a) en Verdad!
Por Riqui Ricón*
Y Pilato dijo a los principales sacerdotes, y a la gente: Ningún delito hallo en este hombre. Pero ellos porfiaban, diciendo: Alborota al pueblo, enseñando por toda Judea, comenzando desde Galilea hasta aquí…  Entonces Pilato, convocando a los principales sacerdotes, a los gobernantes, y al pueblo, les dijo: Me habéis presentado a éste como un hombre que perturba al pueblo; pero habiéndole interrogado yo delante de vosotros, no he hallado en este hombre delito alguno de aquellos de que le acusáis. Y ni aun Herodes, porque os remití a él; y he aquí, nada digno de muerte ha hecho este hombre. Le soltaré, pues, después de castigarle… Él les dijo por tercera vez: ¿Pues qué mal ha hecho éste? Ningún delito digno de muerte he hallado en él; le castigaré, pues, y le soltaré... Entonces Pilato sentenció que se hiciese lo que ellos pedían; y les soltó a aquel que había sido echado en la cárcel por sedición y homicidio, a quien habían pedido; y entregó a Jesús a la voluntad de ellos. (Luc 23.4-5, 13-16, 22, 24-25).
¡Tres veces reconoció Pilatos que Jesús era inocente de todo lo que le acusaban! Al final, cedió a la presión de los religiosos judíos para cometer un acto de injusticia. Sin embargo, esa falta de justicia humana fue la que satisfizo la justicia de Dios. Jesús, el unigénito Hijo del Padre, pagó, con su propia vida, el justo castigo por todos tus pecados.
Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios, siendo a la verdad muerto en la carne, pero vivificado en espíritu (1 P 3.18).
Lo que finalmente consiguió Jesús al morir en esa cruz por Amor a ti, sólo Dios te lo puede ofrecer, pues va mucho más allá de la misericordia divina.
Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo  (por gracia sois salvos), y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús, para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús (Efe 2.4-7).
¡Dios, al resucitar a Jesucristo, te resucitó a ti también y te dio un lugar en el cielo, junto a Cristo Jesús!
No solamente es que te salvó de haberte perdido en el infierno por toda la eternidad a causa de lo que tú hiciste con tu vida, sino que, el acto de justicia y amor fue tan pleno y abundante, que ahora te permite recibir la Vida Nueva que Dios siempre deseo para ti como un(a) Hijo(a) Suyo(a).
Bienaventurado aquel cuya transgresión ha sido perdonada, y cubierto su pecado. Bienaventurado el hombre a quien Jehová no culpa de iniquidad, Y en cuyo espíritu no hay engaño (Sal 32.1-2).
Ese hombre, esa mujer, a quien ahora Dios no culpa de iniquidad eres tú, ¡sí tú! Su Hijo(a) amado(a). Y, por lo tanto, de acuerdo a las Escrituras, esto te hace una persona Bienaventurada, lo cual significa, que estás habilitado(a) por la Palabra de Dios para vivir una vida plena y abundante y ser mil veces feliz.
El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia (Jn 10.10).
Dios te ama tanto que prefirió entregar a Su propio Hijo para que pagara todos tus pecados antes que perderte a ti.
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él (Jua 3.16-17).
Con Su muerte Jesucristo pagó todos tus pecados haciéndote justo delante de Dios. Así como tú moriste con Él en esa cruz para tu justificación, de la misma forma resucitaste con Él para recibir la Vida Eterna de un(a) Hijo(a) de Dios.
Por tanto, mediante el bautismo fuimos sepultados con él en su muerte, a fin de que, así como Cristo resucitó por el poder del Padre, también nosotros llevemos una vida nueva (Rom 6.4 NVI).
Ahora, por esa falta de justicia humana que satisfizo la justicia de Dios en la cruz, con toda justicia, Dios mismo te llama su propio(a) Hijo(a). Y en honor a la Verdad que eso, exactamente, es lo que tú eres: ¡Un(a) Hijo(a)  de Dios Nacido(a) de Nuevo!
MIREN CUÁNTO NOS ama el Padre celestial que permite que seamos llamados hijos de Dios. ¡Y lo mas maravilloso es que de veras lo somos! Naturalmente, como la mayoría de la gente no conoce a Dios, no comprende por qué lo somos  (1 Jua 3.1 BAD).
Oremos en voz audible:
¡Gracias Señor, por tu gran amor con que me amaste. Cada día, al leer y meditar más en Tu Palabra, me doy cuenta de cuánto me has amado y lo bienaventurado(a) que en Verdad soy! Ahora sé que, por lo que Tú hiciste por mí en la cruz, Señor Jesús, no sólo fui perdonado(a) de todos mis pecados, sino que, y sobre todo, Dios, el Todopoderoso, me ha adoptado como Hijo(a) Suyo(a), según el puro  afecto de Su Voluntad. Yo estoy en Cristo y las cosas viejas ya pasaron he aquí que TODA mi vida es hecha Nueva. Gracias amado Padre celestial, muchas gracias. Hoy puedo levantarme y hacer frente a cualquier circunstancia adversa en mi vida, porque sé que sé, que Tú, mi Dios estás conmigo. Y qué pues diremos a esto, si Dios es conmigo, ¿quién contra mí? El que no escatimo ni a Su propio Hijo sino que lo entregó por amor a mí, ¿cómo no me dará, juntamente con Él, todas las cosas? ¡Gracias Abba, Padre! Hoy oro a Ti para declarar en plena certeza de fe, que en todas las cosas soy más que vencedor(a) por medio de Aquel que me ha amado, Cristo Jesús. Así que, TODO lo puedo en Cristo que me fortalece. Yo soy Tu Hijo(a) y ya he vencido, porque mayor eres Tú, que estás en mí, que el que está en el mundo. ¡Soy sano(a)! ¡Soy libre! ¡Soy próspero(a)! ¡Soy dichoso(a)! ¡Soy Hijo(a) del Rey! En el nombre de Jesús. Amén.
 Nota Importante:
¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco una relación con el Todopoderoso?
Sólo haz la siguiente oración en voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a Dios:
Señor Jesús, yo creo que eres el Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2011
 

Lectura y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Febrero 1                               Luc 23.1-25  /  Gen 41  /  Sal 32
 


¡Cómo orar de tal forma que obtengas la victoria!

 
Jueves 31 de Enero de 2013.
¡Levántate y ora!
Por Riqui Ricón*
Cuando se levantó de la oración, y vino a sus discípulos, los halló durmiendo a causa de la tristeza; y les dijo: ¿Por qué dormís? Levantaos, y orad para que no entréis en tentación (Luc 22.45-46).
Ya sea con tristeza, desilusión, temor, angustia, resentimiento, soledad, depresión enfermedad, pobreza o cualquier tipo de aflicción, Satanás pretende, con todos sus recursos, mantenerte dormido(a), en una especie de sopor o letargo espiritual, con el propósito de evitar, a toda costa, que despiertes y te des cuenta quién ahora tú eres en Cristo Jesús.
¿Por qué no entendéis mi lenguaje? Porque no podéis escuchar mi palabra. Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. El ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira. Y a mí, porque digo la verdad, no me creéis. ¿Quién de vosotros me redarguye de pecado? Pues si digo la verdad, ¿por qué vosotros no me creéis? El que es de Dios, las palabras de Dios oye; por esto no las oís vosotros, porque no sois de Dios (Jn 8.43-47).
De acuerdo a la Biblia, que es la Palabra de Honor de Dios, quien no miente, la buena noticia es que Satanás es mentiroso, padre de mentira y no hay verdad en él, por lo tanto, ninguno de los recursos que esté utilizando en tu contra son verdad.
La mejor noticia es que Jesús sólo habla la verdad y, en consecuencia, puedes poner toda tu confianza en Su Palabra.
La excelente noticia es que tú, mi amado(a), eres de Dios, comprado(a) por Amor al precio de la Sangre de Su Hijo Jesucristo, para ser hecho(a) un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo y, sin lugar a dudas, tú escuchas la voz de tu Padre y Su Palabra tiene un lugar en tu nuevo corazón.
Así que, ¡no te dejes engañar! Siempre que te sientas triste, angustiado(a), temeroso(a), deprimido(a), solo(a) o simplemente preocupado(a), debes hacerte un par de preguntas, ¿de dónde vienen estos sentimientos y emociones que rigen mi estado de ánimo y llegan afectar mi relación con Dios y los demás? ¿Qué voz estoy escuchando en estos momentos?
Así es, debes hacerte esas preguntas recordando que la voz de tu Padre SIEMPRE te dirá lo importante, capaz y valioso(a) que ahora tú eres. La voz del Padre te da identidad, NUNCA te la quita. Siempre le escucharás decirte, Hijo(a) mío(a), Yo he decretado en mi Palabra que tú TODO lo puedes en Cristo Jesús que te fortalece; que tú eres mío(a) y ya has vencido porque mayor Soy Yo, que estoy en ti y contigo, que el que está en el mundo; que en TODAS las cosas eres más que vencedor(a) por medio de Aquel que te ha amado, mi Hijo, Cristo Jesús.
El pasaje inicial de este devocional, donde Jesús encuentra a sus discípulos durmiendo mientras Él oraba, nos destaca la importancia de orar. Y esto es verdad, es de vital trascendencia orar sin desmayar, PERO, ¿cómo orar cuando estás cargado(a) de tristeza, miedo y ansiedad? A lo mucho podrás clamar desesperadamente ¡ayúdame Señor! Lo hermoso es que Él SIEMPRE te va a responder porque Él es fiel y no faltará JAMÁS a Su Palabra.
En ti, oh Jehová, he confiado; no sea yo confundido jamás; Líbrame en tu justicia. Inclina a mí tu oído, líbrame pronto; Sé tú mi roca fuerte, y fortaleza para salvarme. Porque tú eres mi roca y mi castillo; Por tu nombre me guiarás y me encaminarás (Sal 31.1-3).
La verdadera enseñanza acerca de la oración es que, si confías en Dios, si le crees a Su Palabra, no serás confundido(a) jamás; Él será tu roca y tu castillo; por Su Nombre te guiará y  te encaminará.
Jehová de los ejércitos, Dichoso el hombre que en ti confía (Sal 84.12).
Por lo tanto, antes de orar tienes que creer, creerle a Él, creerle a Su Palabra, la Biblia, para llegar delante de Su Presencia con toda certeza y plena confianza.
Oremos en voz audible:
Amado Padre celestial, a Ti nada te es oculto pues Tu Palabra, la Biblia, dice que aún no están las palabras en mi boca y Tú ya las conoces todas; así que, vengo en el nombre de Tu Hijo Jesucristo a declarar mi victoria sobre todo problema y circunstancia. Tú has establecido que a los que te amamos TODAS LAS COSAS les ayudan a bien y yo lo creo. Por eso declaro que estos problemas que hoy estoy viviendo, tarde que temprano, se volverán en un bien para mi vida, en el nombre de Jesús. Gracias Señor, porque no hay forma en que yo vaya a perder, pues esta es la victoria que ha vencido al mundo, mi fe. Mi fe en Ti, Padre eterno. Mi fe en Tu Palabra. Gracias Padre porque no me has dejado nunca, ni me dejarás, porque me has amado con tan grande amor y me has hecho Tu Hijo(a). Por lo que Tú hiciste en la cruz, Señor Jesús, y por Tu Palabra, ¡Soy sano(a)! ¡Soy libre! ¡Soy próspero(a)! ¡Soy más que vencedor(a)! ¡Todo lo puedo en Cristo! Y, por la Sangre de Jesús, soy dichoso(a) para vivir una vida plena y abundante. Muchas gracias, Señor Jesús. Gracias por esta Nueva Vida en Plenitud que ahora tengo. Gracias por mi sanidad. Gracias por mi salud. Gracias por mi prosperidad. Gracias por el Amor, la paz y el gozo que ahora disfruto. En el nombre de Jesús. Amén.
 Nota Importante:
¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco una relación con el Todopoderoso?
Sólo haz la siguiente oración en voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a Dios:
Señor Jesús, yo creo que eres el Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2011
 

Lectura y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Enero 31                                Luc 22.39-71  /  Gen 40  /  Sal 31
 


¿Quién, en Verdad, eres tú?

 
Miércoles 30 de Enero de 2013.
¡Eres Hijo(a) de Dios! ¡Eres Hijo(a) del Nuevo Pacto!
Por Riqui Ricón*
Y tomó el pan y dio gracias, y lo partió y les dio, diciendo: Esto es mi cuerpo, que por vosotros es dado; haced esto en memoria de mí. De igual manera, después que hubo cenado, tomó la copa, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que por vosotros se derrama (Luc 22.19-20).
En la actualidad existen muchos creyentes que no tienen un conocimiento correcto acerca del significado del Nuevo Pacto al cual Jesucristo hacía referencia cuando instituyó la Santa Cena. Muchos piensan que se trata de la vida que ahora puedes llevar en base al Nuevo Testamento de tu Biblia, otros llegan a afirmar que sus vidas ya no están más regidas por la ley del Antiguo Testamento sino por la Gracia del Nuevo Testamento.
La lectura bíblica del día de hoy nos ofrece un buen momento para reflexionar acerca de lo que realmente es el Nuevo Pacto y lo que éste significa.
el ladrón no viene sino para hurta y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia (Jn 10.10)
El problema al ignorar el verdadero significado del Nuevo Pacto se presenta cuando te das cuenta que la realidad imperante en tu vida es una ausencia o carencia de esa abundancia o plenitud de vida que debieras experimentar de acuerdo a las Palabras de Jesucristo.
¿Qué es lo que sucede? Que desconoces lo que el Nuevo Pacto es y, por lo tanto, cedes, sin saberlo ni quererlo, el derecho que te asiste para vivir una vida plena y abundante.
Veamos, en el Antiguo Testamento, la promesa del Nuevo Pacto y sus implicaciones.
He aquí que vienen días, dice Jehová, en los cuales haré nuevo pacto  con la casa de Israel y con la casa de Judá. No como el pacto que hice con sus padres el día que tomé su mano para sacarlos de la tierra de Egipto; porque ellos invalidaron mi pacto, aunque fui yo un marido para ellos, dice Jehová. Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jehová: Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo. Y no enseñará más ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce a Jehová; porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice Jehová; porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de su pecado (Jer 31.31-34).
Al prometer un Nuevo Pacto, Dios se comprometió a que haría algo tan rotundo y contundente que quitaría, definitivamente, el pecado de en medio de tu relación con Él. Dios prometió que pondría Su Ley, la Palabra, en tu mente y corazón. Esto significaría, según Dios, un cambio tan profundo e interno que ya nadie más necesitaría ser enseñado acerca de Él pues, así, se establecería una relación tan íntima con Él como la de un Padre con su hijo.
Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro (Ro 6.23).
Jesucristo pagó el justo castigo por tus pecados, regalándote, con su muerte, la Vida Eterna que es un derecho exclusivo de los Hijos de Dios.
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él (Jn 3.16-17).
Así que por Su Gran Amor con que te amó, el Padre te ofrece vida y plenitud por medio de Su Hijo, Jesucristo, en lugar de muerte y condenación.
Pero, ¿cómo se logró esto? Por el Nuevo Pacto que actuó en tu vida cuando recibiste a Jesús como Señor y Salvador, y, conforme a lo establecido por Dios en Su Palabra, la Biblia, en ese momento varios milagros sucedieron dentro de ti:
Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne. Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra (Eze 36.26-27).
Dios resolvió el asunto del pecado en tu vida de una forma drástica y contundente: el hombre (la mujer) de pecado tendría que morir, tendría que ser destruido(a), y en su lugar Dios creo otro(a) totalmente nuevo(a). Al aceptar a Jesucristo como Señor y Salvador, aceptaste el Nuevo Pacto en Su Sangre, Su muerte y Su resurrección. Entonces, Dios, en cumplimiento a Su Palabra, te hizo un espíritu nuevo, te dio un nuevo corazón y puso dentro de ti, y contigo, Su Espíritu Santo.
siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre (1 P 1.23).
Esto, mi amado(a), representa la Sangre del Nuevo Pacto, la esencia de un Pacto donde Dios, a través de la fe en Su Palabra y en el sacrificio de Jesús, te ha hecho nueva criatura: un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo, no de una semilla corruptible, sino de la simiente incorruptible que es Su Palabra que vive y permanece para siempre.
Pero ahora tanto mejor ministerio es el suyo, cuanto es mediador de un mejor pacto, establecido sobre mejores promesas (He 8.6).
Ahora, tienes Vida Eterna y eres un(a) Hijo(a) de Dios porque Él cumplió Su promesa de hacer un Nuevo Pacto, establecido con mejores promesas mediante la Sangre de Su Hijo Jesús.
De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas (2 Cor 5.17).
Tienes Vida Eterna y eres un(a) Hijo(a) de Dios porque, en cumplimiento al Nuevo Pacto en la Sangre de Jesús, todos tus pecados fueron pagados y Dios te hizo nueva creatura, creando NUEVO el espíritu que, ahora, tú eres; dotándote de un corazón NUEVO donde Él ya pudo escribir Su Ley; y, además, como garantía, puso al Espíritu Santo dentro de ti por amigo y ayudador tuyo.
En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa, que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida, para alabanza de su gloria (Efe 1.13-14).
Esto te coloca en la verdadera dimensión de la plenitud y la vida abundante que tu Padre proveyó para ti, pues esta vida no  se trata de lo que estés percibiendo, sintiendo o enfrentando en este preciso momento, sino que esta vida se trata de lo que Dios dice acerca de ti, se trata de la Verdad infalible e inalterable de la Palabra de Dios.
¡Eres Hijo(a) de Dios! ¡Eres Hijo(a) del Nuevo Pacto!
Oremos en voz audible:
Amado Padre celestial, que asombroso es Tu Amor por mí. Te doy las gracias por haber dado a Tu Hijo Jesús como el precio justo y correcto por la redención de mi vida y de mi existencia. Señor Jesús, por el Nuevo Pacto en Tu Sangre, ahora yo tengo Vida Eterna y todo el derecho a hacer de ella una Vida Plena y Abundante. Por el Nuevo Pacto en Tu Sangre he sido justificado(a), perdonado(a), santificado(a) y perfeccionado(a) para ser hecho(a) un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo. ¡Gracias! ¡Muchas gracias, Señor Jesús! Sin importar las circunstancias que hoy estoy enfrentando, ahora sé que de todas ellas saldré más que vencedor(a), pues soy, efectivamente, un(a) Hijo(a) del Rey y todo lo puedo en Cristo que me fortalece. Así que, creo y declaro que ¡soy sano(a)! ¡Soy libre! ¡Soy próspero(a) para vivir una Vida Plena y Abundante! ¡Recibo Tu Amor! ¡Recibo Tu Gozo! ¡Recibo Tu Paz! ¡Por la Sangre de Jesús, la Sangre del Nuevo Pacto, que no hay forma que yo pueda perder en esta vida! ¡Amén!
 Nota Importante:
¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco una relación con el Todopoderoso?
Sólo haz la siguiente oración en voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a Dios:
Señor Jesús, yo creo que eres el Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2011
 

Lectura y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Enero 30                                Luc 22.1-38  /  Gen 39  /  Sal 30
 


martes, 29 de enero de 2013

¿Te salvarás sólo por ser Hijo(a) de Dios?

 
Martes 29 de Enero de 2013.
¡No temas! ¡Tú eres el (la) amado(a) de Dios!
Por Riqui Ricón*
Mas seréis entregados aun por vuestros padres, y hermanos, y parientes, y amigos; y matarán a algunos de vosotros; y seréis aborrecidos de todos por causa de mi nombre. Pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá. Con vuestra paciencia ganaréis vuestras almas… Cuando estas cosas comiencen a suceder, erguíos y levantad vuestra cabeza, porque vuestra redención está cerca (Luc 21.16-19, 28).
Al ignorar las Escrituras y el poder de Dios, muchos Hijos de Dios viven con temor a los últimos tiempos y a la segunda venida de nuestro Señor Jesucristo. Sin embargo, vivir en los últimos tiempos debe ser todo lo contrario, estar gozosos y expectantes, pues la Biblia, que es la Palabra de Dios y no miente, dice claramente que ni aún uno de tus cabellos perecerá y que con tu paciencia, constancia, persistencia, ganarás tu alma.
Jehová de los ejércitos, DICHOSO el hombre que en ti confía (Sal 84.12).
La mejor forma (realmente es la única forma), de ganar tu alma, esto es, tener paz, gozo y plenitud en la vida, es por medio de tu fe. Esto es, creerle a Dios, creerle a Su Palabra, pues si Él dice que ninguno de tus cabellos perecerá, entonces, efectivamente, ninguno de tus cabellos perecerá. ¡Él es Dios! ¡No miente ni se arrepiente!
Así que, tienes asegurada la victoria por la Palabra de Honor de tu Dios y Padre, y sin importar las circunstancias o situaciones que estés viviendo, puedes erguirte y levantar tu cabeza, pues ya has sido redimido(a), comprado(a) a precio de sangre, por el Amor que Dios siente por ti.
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él (Jn 3.16-17).
Tan grande y excelente es Su Amor que prefirió entregar a Su propio Hijo antes que perderte a ti. Y, desde luego que Dios no pagó tan grande precio por ti para después olvidarse de ti y tirarte por ahí en algún lado.  Dios no pagó tan grande precio por ti para tenerte en angustia, ni en temor, ni en condenación o enfermedad sino, como dice claramente la Escritura, Él lo hizo para darte VIDA ETERNA.
El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia (Jn 10.10).
Comprende, de una vez por todas, que el deseo, la voluntad de Dios para contigo es buena, agradable y perfecta. Que por Cristo Jesús tienes derecho a llevar una vida plena y abundante aquí, sobre el planeta Tierra.
Hay quienes objetan diciendo, -pero, pero, Riqui Ricón, es que tú no sabes quién soy y yo y todas las cosas malas que hecho, si lo supieras sabrías que Dios no me puede amar tanto.
En primer lugar, la Biblia dice que Él ya te perdonó y olvidó TODOS tus pecados no por lo que tu hayas hecho o puedas hacer sino por lo que Cristo Jesús hizo por Amor a ti al morir en esa cruz derramando hasta la última gota de Su Sangre como precio de tu salvación; en segundo lugar, una vez perdonado(a), Dios te ha hecho Su Hijo(a) y te ama de la misma forma que ama a Jesucristo.
Y no enseñará más ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce a Jehová; porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice Jehová; porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de su pecado (Jer 31.34).
Sin importar que tan malo(a) hayas sido, ¡Jesucristo pagó por ti y Dios ya te ha perdonado!
MIREN CUÁNTO NOS ama el Padre celestial que permite que seamos llamados hijos de Dios. ¡Y lo mas maravilloso es que de veras lo somos! Naturalmente, como la mayoría de la gente no conoce a Dios, no comprende por qué lo somos  (1 Jua 3.1 BAD).
Ahora, por la Palabra de Dios, has Nacido de Nuevo y eres llamado(a) legítimamente Hijo(a) de Dios.
yo en ellos y tú en mí.  Permite que alcancen la perfección en la unidad,  y así el mundo reconozca que tú me enviaste y que los has amado a ellos tal como me has amado a mí (Jn 17.23 NVI).
¡Dios te ama con el mismo amor que ama a Jesús!
¡No temas, tú eres el (la) amado(a) de Dios! Sólo tienes que creer lo que Él dice en Su Palabra acerca de ti.
estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo (Fil 1.6).
Así que yérguete y levanta tu cabeza pues tu redención ya se ha efectuado mediante la Sangre del Nuevo Pacto, ¡la Sangre de Jesús!
Oremos en voz audible:
Amado Padre celestial, te doy muchas gracias porque sé que puedo confiar en Ti, sé que puedo confiar en Tu Palabra y eso, mi Señor, me hace dichoso(a). Hoy puedo declarar con toda certeza que yo, __________ (tú nombre aquí) habito al abrigo del Altísimo y moro bajo la sombra del Omnipotente. Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y castillo mío; Mi Dios, en Ti confío. Tú me librarás del lazo del cazador, De la peste destructora. Con Tus plumas me cubrirás, Y debajo de Tus alas estaré seguro(a); Escudo y adarga es Tu Verdad, Tu Palabra es la Verdad. No temeré el terror nocturno, Ni saeta que vuele de día, Ni pestilencia que ande en oscuridad, Ni mortandad que en medio del día destruya. Caerán a mi lado mil, Y diez mil a mi diestra; Mas a mí no llegará. Ciertamente con mis ojos miraré Y veré la recompensa de los impíos. Porque te he puesto a Ti, Jehová, que eres mi esperanza, a Ti, Altísimo, por mi habitación, No me sobrevendrá mal, Ni plaga tocará mi morada. Pues a Tus ángeles mandarás acerca de mí,  Que me guarden en todos mis caminos. En las manos me llevarán, Para que mi pie no tropiece en piedra. Sobre el león y el áspid pisaré; Hollaré al cachorro del león y al dragón. Por cuanto en Ti yo he puesto mi amor, Tú también me librarás; me pondrás en alto, por cuanto he conocido Tu nombre. Te invocaré, y Tú me responderás; Conmigo estarás Tú en la angustia; Me librarás y me glorificarás. Me saciarás de larga vida, Y me mostrarás Tu salvación. Gracias, Señor Jesús, pues Tú lo has hecho posible. ¡Soy sano(a)! ¡Soy libre! ¡Soy próspero(a)! ¡Soy dichoso(a)! ¡Soy un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo! En el nombre de Jesús. Amén.
 Nota Importante:
¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco una relación con el Todopoderoso?
Sólo haz la siguiente oración en voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a Dios:
Señor Jesús, yo creo que eres el Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2010
 

Lectura y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Enero 29                                Luc 21  /  Gen 38  /  Sal 29