miércoles, 26 de octubre de 2016

¡Cómo alcanzar la Redención!

 


24 de Octubre
¿Quién lo va hacer?

Por Riqui Ricón*
Y el Señor os haga crecer y abundar en amor unos para con otros y para con todos, como también lo hacemos nosotros para con vosotros, para que sean afirmados vuestros corazones, irreprensibles en santidad delante de Dios nuestro Padre, en la venida de nuestro Señor Jesucristo con todos sus santos (1 Tes 3.12-13).
En esta porción de la Escritura, la lectura del día de hoy te muestra cómo Dios lleva a cabo Su Plan Perfecto para tu redención. Tú HAS NACIDO DE NUEVO mediante la fe en Jesucristo, y es Él, el Señor tu Dios, quien te hace crecer y abundar en amor unos para con otros. No eres tú, no son tus actos  ni tu esfuerzo por agradarle lo que desarrolla el Amor en tu vida. ¡Es Él! ¡Solamente Él! ¡Es Su Plan!
O, ¿acaso puede mentir la Escritura cuando dice, de ti que eres renacido(a) (nacido(a) de nuevo) no de simiente corruptible, sino de simiente incorruptible por la Palabra de Dios que vive y permanece para siempre (1 P 1.23)?
Y es la Biblia, la Palabra de Dios que no miente, quien te dice claramente,  y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado (Ro 5.5).
Es el Amor de Dios, que ya ha sido derramado en tu corazón, y NO TUS ACCIONES, lo que te permite ser afirmado(a) e irreprensible en santidad delante de Dios TU Padre. ¿Te das cuenta? ¡Es Él! ¡Es el Espíritu Santo en ti!
No hay Amor tan grande, bueno, sublime y perfecto como el Amor que Dios siente por ti. Éste es el Amor Ágape, el Amor que todo lo espera, el que todo lo soporta, el que todo lo cree y nunca deja de ser. Es el Amor del Pacto Eterno mediante el cual Dios ha decidido amarte aunque tú no lo ames a Él.
Si dejamos de ser fieles, él seguirá siendo fiel, pues no puede negarse a sí mismo (2Ti 2.13 PDT).
Durante milenios la humanidad había estado desafiando a Dios invalidando Su Pacto y Él, ¿qué hizo? No nos destruyó ni aniquiló como bien hubiera podido hacer. ¡No! Sino que se propuso hacer un Nuevo Pacto, un mejor pacto establecido sobre mejores promesas. Un Nuevo Pacto que no será invalidado.
Y haré un pacto eterno con ellos: nunca dejaré de hacerles bien. Pondré en el corazón de ellos el deseo de adorarme, y nunca me dejarán (Jer 32:40 NTV).
Este Nuevo Pacto es establecido entre Dios y Su propio Hijo Jesús, quien pagando TODOS los pecados de la humanidad mediante el derramamiento de Su Sangre y de Su Vida, te da completo acceso a la Redención.
Dios te ama tanto que prefirió entregar a Su propio Hijo antes que perderte a ti.
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él (Jn 3.16-17).
¡Él lo prometió en la Biblia y Él lo cumplió!
Ahora bien, lo realmente hermoso del Evangelio, de las Buenas Noticias de Jesucristo, es que sucede exactamente lo mismo con la santidad que con la redención, pues la santidad no es algo que puedas alcanzar por esfuerzos propios sino que es un estado espiritual, una posición delante de Dios, que ya se te ha entregado cuando NACISTE DE NUEVO como un(a) Hijo(a) de Dios.
Algunos de ustedes antes eran así. Pero fueron limpiados; fueron hechos santos; fueron hechos justos ante Dios al invocar el nombre del Señor Jesucristo y por el Espíritu de nuestro Dios (1Co 6:11 NTV).
Recuerda que DE NINGUNA MANERA eres un(a) pecador(a) salvo(a) por gracia. O eres pecador(a) o eres salvo(a), no puedes ser las dos cosas al mismo tiempo. ¡Eras pecador(a) y ahora eres salvo(a) por Su Gracia! De la misma forma, Su Gracia incluye tu santificación y santidad. ¡Esto es el Nuevo Pacto!
He aquí que vienen días, dice Jehová, en los cuales haré nuevo pacto  con la casa de Israel y con la casa de Judá.  No como el pacto que hice con sus padres el día que tomé su mano para sacarlos de la tierra de Egipto; porque ellos invalidaron mi pacto, aunque fui yo un marido para ellos, dice Jehová.  Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jehová: Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón;  y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo (Jer 31.31-33).
Yo te pregunto ¿Quién lo va hacer, tú o Él?
Oremos en voz audible:
Amado Padre celestial, es muy hermoso y confortante saber que Tú eres Dios y que, por lo tanto, vas a cumplir en mi vida todas y cada una de Tus Palabras que has hablado respecto de mí. ¡Gracias! Puedo asegurar, conforme a Tu Palabra, que dichoso(a) es la mujer o el hombre que en Ti confía. Hoy hablo sanidad y vida a todo mi ser, espíritu, alma y cuerpo. Declaro que mi familia, todos mis seres queridos, vendrán a Ti, Señor Jesús. Creo y recibo la victoria, la vida nueva, la Vida Eterna plena y abundante que ganaste para mí, al morir pagando todos mis pecados y resucitar para darme la Vida Eterna. Soy un(a) Hija(o) de Dios Nacida(o) de Nuevo y nada ni nadie en este mundo me podrá hacer frente pues Tú, Jesús, estás conmigo. Todo problema, enfermedad o circunstancia que esté enfrentando en estos momentos la voy a vencer pues mayor eres Tú, Espíritu Santo, que vives en mí y conmigo, que el que está en el mundo. Me niego a temer pues yo estoy lleno(a) del Amor de Dios y el perfecto Amor echa fuera el temor. Padre, de acuerdo a Tu Palabra y mediante la muerte y resurrección de Tu Hijo Jesucristo (mi Señor y Salvador), Tú me has hecho justo(a), santo(a) y perfecto(a). Por eso, creo y declaro que lo mejor de mi Vida está por venir. ¡Soy sano(a)! ¡Soy libre! ¡Soy próspero! ¡Soy dichoso(a)! ¡Soy un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo! En el nombre de Jesús. Amén.
 Nota Importante:
¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco una relación con el Todopoderoso?
Sólo haz la siguiente oración en voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a Dios:
Señor Jesús, yo creo que eres el Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2012



Lectura y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.

Octubre 24               1 Tes 2.17-3.13  /  Isa 17-19 / Sal 114
 
 

lunes, 24 de octubre de 2016

¿Qué es la Biblia?

 

23 de Octubre

¡La Verdad es eterna e inmutable!

Por Riqui Ricón*

Por lo cual también nosotros sin cesar damos gracias a Dios, de que cuando recibisteis la palabra de Dios que oísteis de nosotros, la recibisteis no como palabra de hombres, sino según es en verdad, la palabra de Dios, la cual actúa en vosotros los creyentes (1 Tes 2.13).

La fuerza de la costumbre nos puede jugar muy malas pasadas, sobre todo si esa costumbre está basada en una mentira o pretende cubrir la verdad. ¿A qué me refiero? En particular a aquellas declaraciones que hacemos por costumbre, sin pensar lo que realmente significan, como, por ejemplo: la Biblia es la Palabra de Dios.

Ciertamente, si estás leyendo este devocional, sabes que la Biblia es la Palabra de Dios, pero ¿tiene esto significado para ti? En esta expresión no cabe otro significado más que el que literalmente tiene. Sin embargo, la fuerza de la costumbre, nos hace perder conciencia del compromiso y del poder que encierran dichas palabras.

¡La Biblia ES la Palabra de Dios!

Por esto, el Espíritu Santo, a través de Pablo, daba gracias a Dios, de que un grupo de creyentes recibieran la Palabra de Dios según es en verdad.

1.    ¡La Palabra de Dios es la Verdad!

2.    ¡La Biblia es la Palabra de Dios!

3.    Decir que la Biblia es la Palabra de Dios significa CREER que las palabras que están en la Biblia han salido de la boca de Dios y por lo tanto, TODAS SE CUMPLEN.

Así que, por ejemplo, si la Biblia dice:

Porque de tal manera amó Dios al mundo (aquí va tu nombre), que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel (aquí va tu nombre) que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.  Porque no envió Dios a su Hijo al mundo (aquí va tu nombre) para condenar al mundo (aquí va tu nombre), sino para que el mundo (aquí va tu nombre) sea salvo por él (Jn 3.16).

Entonces, es evidente que Dios te ama tanto que prefirió entregar a Su propio Hijo antes que perderte a ti.

Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios (1 Jn 3.1a).

Si por el Amor que siente por ti, Dios mismo te llama Hijo(a), entonces, sin lugar a dudas, tú ERES un(a) legítimo(a) y auténtico Hijo(a) de Dios.

Amado (aquí va tu nombre), yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma (3 Jn 2).

Si Dios dice en Su Palabra que Su Voluntad y deseo es que tú seas prosperado(a) en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma, entonces, está claro que ninguna adversidad, problema, enfermedad o aflicción que tú estés encarando en estos días, la estás enfrentando por Voluntad de Dios, tu Padre. ¡No! ¡Nada de eso!

Aunque mi padre y mi madre me dejaran, Con todo, Jehová me recogerá (Sal 27.10).

Dios ha comprometido Su Palabra de Honor a que Él NUNCA te dejará.

Y cuando llegó la noche, trajeron a él muchos endemoniados; y con la palabra echó fuera a los demonios, y sanó a todos los enfermos; para que se cumpliese lo dicho por el profeta Isaías, cuando dijo: El mismo tomó nuestras enfermedades, y llevó nuestras dolencias (Mat 8.16-17).

En esa cruz, Jesús mismo tomo tus enfermedades y llevó tus dolencias. Por lo tanto, tienes todo el derecho a la sanidad divina. ¡Por sus heridas tú ya fuiste sanado(a)!

Aunque ande en valle de sombra de muerte, No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; Tu vara y tu cayado me infundirán aliento (Sal 23.4).

Aunque te encuentres en medio de la más terrible de las aflicciones, puedes confiar en que Dios está contigo. Puedes CREER y resistir al miedo y al temor para echarlos fuera de tu Vida, pues si Dios lo dijo, entonces Él lo va a cumplir; si Dios lo habló, entonces Él lo va a ejecutar. Así que, ¡No temas, CREE solamente!

Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo (1 Jn 4.4).

Así que, te tengo muy, pero muy Buenas Noticias, la Biblia SÍ ES la Palabra de Dios. La Biblia ES la Verdad y no está limitada por tus circunstancias ni por tus sentimientos o emociones sino por lo que Dios ya ha determinado acerca de ti.

Las circunstancias pueden cambiar y de hecho, han de cambiar alineándose con la Verdad. ¡La Verdad nunca cambia! ¡La Verdad es Eterna! La verdad es la Biblia, la Palabra de Honor del único Dios vivo y verdadero, quien es tu Padre que te ama.

Oremos:

Amado Padre celestial, hoy, una vez más, estoy muy agradecida(o) Contigo pues me has dado la Biblia, me has dado Tu Palabra, y puedo declarar con toda certeza y veracidad que Tú me amas, que en Cristo Jesús he Nacido de Nuevo para recibir Vida Eterna. Una vida nueva plena y abundante para vivirla de acuerdo a tu voluntad para conmigo que es buena, agradable y perfecta. Creo y recibo la prosperidad que me deseas. Creo y recibo la salud que me deseas. Señor Jesús, creo y recibo el gozo y la paz que compraste al pagar con Tu Sangre el castigo que yo merecía. ¡Tú pagaste por mi! Yo ya no tengo que pagar. No voy a temer mal alguno, en Ti ya he vencido pues mayor eres Tú, que estás aquí, en mí y conmigo, que el que está en el mundo. Gracias Padre, hoy, en el nombre de Jesús, declaro que voy a vivir, conforme a la Verdad, esa vida plena y victoriosa que Tu Amor me ha merecido. Amén.

 Nota Importante:

¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco una relación con el Todopoderoso?

Sólo haz la siguiente oración en voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a Dios:

Señor Jesús, yo creo que eres el Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.

*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2011

 


Lectura y Meditación de la Palabra de Dios

Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.

Octubre 23                   1 Tes 2.1-16  /  Isa 14-16 / Sal 113

 
 
 
 


sábado, 22 de octubre de 2016

¡Cómo adquirir un buen seguro!

 

22 de Octubre

¡Dios lo dice!

Por Riqui Ricón*

Bienaventurado el hombre que teme a Jehová, Y en sus mandamientos se deleita en gran manera… No tendrá temor de malas noticias; Su corazón está firme, confiado en Jehová. Asegurado está su corazón; no temerá, (Sal 112.1, 7-8a).

¿Sabías que el primer pecado, el pecado original, allá en el paraíso, no fue la desobediencia? Así es, el primer pecado fue la incredulidad a la Palabra de Dios.

Pero la serpiente  era astuta, más que todos los animales del campo que Jehová Dios había hecho; la cual dijo a la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto?  Y la mujer respondió a la serpiente: Del fruto de los árboles del huerto podemos comer;  pero del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: No comeréis de él, ni le tocaréis, para que no muráis.  Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis;  sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal (Gen 3.1-5).

Pon mucha atención, pues al primer intento de engaño de Satanás, -¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto?-  la mujer contestó correctamente, pero ante la segunda mentira, ella sucumbió ante la duda. Puedo imaginármela pensando: “¿quién dirá la verdad, este bicho raro que habla o Dios quien me creo?” Y ellos decidieron CREER al diablo y por lo tanto hicieron mentiroso al Señor.

Desde ese día hasta la fecha, el dilema del ser humano (y a veces de los Hijos de Dios), ha sido siempre el mismo: ¿a quién le voy a creer? ¿Al diablo y sus mentiras o a la Palabra de Dios?

Y oyeron la voz de Jehová Dios que se paseaba en el huerto, al aire del día; y el hombre y su mujer se escondieron de la presencia de Jehová Dios entre los árboles del huerto.  Mas Jehová Dios llamó al hombre, y le dijo: ¿Dónde estás tú?  Y él respondió: Oí tu voz en el huerto, y tuve miedo, porque estaba desnudo; y me escondí (Gen 3.8-10).

Cuando haces caso a la mentira terminarás por creerla y automáticamente entrará el temor a tu vida, y con el temor vendrá la duda que concebirá la desobediencia.

Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: !!Abba, Padre! (Ro 8.15).

Sin embargo, la Biblia, que es la Palabra de Dios que no miente, te enseña claramente que los Hijos de Dios NACIDOS DE NUEVO pueden y deben llevar sus vidas sin temor ni duda pues no has recibido el espíritu de esclavitud para estar OTRA VEZ en temor, sino que has recibido el espíritu de ADOPCION por el cual puedes decirle a Dios, Abba, Papá, Papito.

Miren con cuánto amor nos ama nuestro Padre que nos llama sus hijos, ¡y eso es lo que somos! Pero la gente de este mundo no reconoce que somos hijos de Dios, porque no lo conocen a él  (1 Jn 3.1 NTV).

Lo maravilloso del Amor de Dios es que al Hacer de ti un(a) Hijo(a) Suyo, por medio de la muerte y resurrección de Jesucristo, Dios mismo te coloca en una posición de intimidad y confianza recíprocas, pues ahora Él es tu verdadero Padre: ¡Puedes confiar en Él! ¡Puedes creerle a Su Palabra!

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él  (Jn 3.16-17).

¿No es asombroso? Dios, el creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible, te ama tanto que prefirió entregar a Su propio Hijo antes que perderte a ti, y esto lo hizo con tal de tener una relación contigo de Padre a Hijo(a) y que le puedas decir con familiaridad, papá, papito.

¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz, para dejar de compadecerse del hijo de su vientre? Aunque olvide ella, yo nunca me olvidaré de ti (Isa 49.15).

Así que, Dios, tu Padre, no te ha dejado ni te dejará en manos de la enfermedad, el temor, la violencia, el fracaso ni ninguna otra calamidad. ¡Tú eres Su Hijo(a)!

Aunque mi padre y mi madre me dejaran, Con todo, Jehová me recogerá (Sal 27.10).

Al recibir la noticia de la muerte de su hija, era muy probable que Jairo perdiera toda esperanza, sin embargo, Jesús le dijo: “Jairo, NO TEMAS, sólo tienes que CREER.”

Entonces vino un varón llamado Jairo, que era principal de la sinagoga, y postrándose a los pies de Jesús, le rogaba que entrase en su casa; porque tenía una hija única, como de doce años, que se estaba muriendo.  Y mientras iba, la multitud le oprimía…   Estaba hablando aún, cuando vino uno de casa del principal de la sinagoga a decirle: Tu hija ha muerto; no molestes más al Maestro. Oyéndolo Jesús, le respondió: No temas; cree solamente, y será salva (Luc 8.41-42, 49-50).

Y, como sabrás, Jesús resucitó a la pequeña.

Entonces, sin importar los problemas, enfermedades o aflicciones que el día de hoy estés enfrentando, si decides CREERLE a Dios, CREYENDO a Su Palabra, tú puedes llevar una vida firme y confiada pues tienes asegurado tu corazón y no tendrás temor de malas noticias.

¡Dios lo Dice! Y si Dios lo dice, entonces Él lo va a cumplir, si Dios lo habló, entonces Él lo va a ejecutar.

He aquí Dios es salvación mía; me aseguraré y no temeré; porque mi fortaleza y mi canción es JAH Jehová,  quien ha sido salvación para mí (Isa 12.2).

Así que, la clave para la existencia es que, para obedecer a Dios primero le tienes que creer. ¡Creerle a Él, creyendo Su Palabra!. Esto es, CREER que Dios te ama tanto que ha dado Su palabra de Honor en que te irá bien en esta vida pues Su voluntad para contigo es buena, agradable y perfecta.

Jehová de los ejércitos, Dichoso el hombre que en ti confía (Sal 84.12).

Oremos en voz audible:

Amado Padre celestial, que hermoso es comenzar un día más sabiendo que Tú me amas, que puedo vivir este día confiado(a) porque mi corazón está asegurado por Tu Palabra de Honor. Tú lo has dicho y lo vas a cumplir, Tú lo has hablado y lo vas a ejecutar. Así que, Espíritu Santo, Tú y yo nos plantamos firmes ante cualquier circunstancia, enfermedad o adversidad y les resistimos. Soy sano(a), soy libre. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece. En todas las cosas soy más que vencedor(a) por medio de Aquel que me ama, Cristo Jesús, mi Rey, Señor y Salvador. Ningún demonio, ninguna enfermedad, ningún problema están sobre la Palabra de Dios y ésta dice que yo soy un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo no de una simiente corruptible sino incorruptible por la Palabra de Dios que vive y permanece para siempre. ¡Soy de Cristo! ¡Ya he vencido! Porque mayor es Él, que está en mí, que el que está en el mundo. ¡No temo a malas noticias! Confiado, asegurado está mi corazón. Señor Jesús, puedo ser dichoso(a), mil veces feliz, pues yo confío en Ti. Amén.

 Nota Importante:

¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco una relación con el Todopoderoso?

Sólo haz la siguiente oración en voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a Dios:

Señor Jesús, yo creo que eres el Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.

*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2011

 


Lectura y Meditación de la Palabra de Dios

Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.

Octubre 22                              1 Tes 1 /  Isa 11-13 / Sal 112

 



viernes, 21 de octubre de 2016

¿Por qué te salvó Dios?



21 de Octubre

¡Salvado(a) para reinar!

Por Riqui Ricón*

Y me llevó en el Espíritu a un monte grande y alto, y me mostró la gran ciudad santa de Jerusalén, que descendía del cielo, de Dios, teniendo la gloria de Dios. Y su fulgor era semejante al de una piedra preciosísima, como piedra de jaspe, diáfana como el cristal… Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios. Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor;  porque las primeras cosas pasaron. Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas. Y me dijo: Escribe; porque estas palabras son fieles y verdaderas. Y me dijo: Hecho está. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin. Al que tuviere sed, yo le daré gratuitamente  de la fuente del agua de la vida. El que venciere heredará todas las cosas, y yo seré su Dios, y él será mi hijo... Y no habrá más maldición;  y el trono de Dios y del Cordero estará en ella, y sus siervos le servirán, y verán su rostro, y su nombre estará en sus frentes. No habrá allí más noche; y no tienen necesidad de luz de lámpara, ni de luz del sol, porque Dios el Señor los iluminará;  y reinarán por los siglos de los siglos (Apo 21.10-11, 3-7; 22.3-5).

Necesitas poner mucha atención a las lecturas Bíblicas del día hoy pues estás leyendo el final del Libro. Y, ¿sabes una cosa? Efectivamente, la Palabra de Dios dice claramente que al final: ¡Tú ganas!

No es solamente el hecho de que en Cristo Jesús tú eres más que vencedor(a) en todas las cosas, sino que, además, se revela claramente aquí, cómo el Plan de Dios, Su deseo, siempre ha sido que el cielo venga aquí a la tierra. No es que tú te vayas al cielo sino que, ¡Dios viene a la tierra a vivir y reinar juntamente contigo!

La mayoría de los creyentes piensan que lo mejor que les puede suceder es irse a vivir al cielo, mientras que el Plan Divino, revelado en las Escrituras, es que Dios viene a hacer morada contigo y lo más maravilloso es que desea que tú reines con Él.

Tu cuerpo mortal será glorificado y revestido de inmortalidad para que, con todo tu ser, espíritu, alma y cuerpo, comiences a disfrutar de la victoria que Él, el Alfa y la Omega, el principio y el fin, adquirió para ti al PAGAR con Su Vida todos tus pecados en esa cruz y al haber vencido al pecado y a la muerte, te hacer partícipe de la Vida Eterna.

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. 17Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él (Jn 3.16-17).

Dios te ama tanto que prefirió entregar a Su propio Hijo antes que perderte a ti.

El pueblo que andaba en tinieblas vio gran luz; los que moraban en tierra de sombra de muerte, luz resplandeció sobre ellos. Multiplicaste la gente, y aumentaste la alegría. Se alegrarán delante de ti como se alegran en la siega, como se gozan cuando reparten despojos. Porque tú quebraste su pesado yugo, y la vara de su hombro, y el cetro de su opresor, como en el día de Madián… Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz. Lo dilatado de su imperio y la paz no tendrán límite, sobre el trono de David y sobre su reino, disponiéndolo y confirmándolo en juicio y en justicia desde ahora y para siempre.  El celo de Jehová de los ejércitos hará esto (Isa 9.2-4, 6-7).

Jesús es el Mesías Salvador, Él es la Promesa de Dios, tu Padre, para traer salvación a todos los hombres. Él es ese niño nacido, que nos fue dado, que tiene el principado sobre Su hombro y cuyo nombre es, ¡Admirable! ¡Consejero! ¡Dios Fuerte! ¡Padre Eterno! ¡Príncipe de Paz!

Date cuenta que el precio que se pagó por ti no fue la vida de cualquier persona sino la del unigénito Hijo de Dios. Es por esto que Jesús tiene todo el poder y la autoridad no solamente para justificarte y darte el perdón de tus pecados, sino también para trasladarte de las tinieblas a la luz venciendo a la muerte para hacer de ti una Nueva Criatura al darte la Vida Eterna de los Hijos de Dios.

De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas (2 Co 5.17).

¡Tú ya NO eres la misma persona que antes eras!

siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre (1 P 1.23).

Has Nacido de Nuevo de la semilla incorruptible que es la Palabra de Dios y ahora, Tú eres una nueva especie de ser que no existía antes: ¡Eres un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo!

y cantaban un nuevo cántico, diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos; porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación; y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes,  y reinaremos sobre la tierra (Apo 5.9-10).

¡Por Su Sangre tú ya fuiste redimido(a) –comprado(a) y hecho(a) libre- para Dios de todo linaje, pueblo, lengua y nación y YA FUISTE HECHO(A) para Dios rey (reina) y sacerdote (sacerdotisa) Y REINARAS SOBRE LA TIERRA!

Ni las guerras, ni la violencia, ni la enfermedad, ni la pobreza, ni el rencor, ni el dolor, ni la soledad, ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada te podrá separar del amor de Dios, ni de Su propósito para tu vida, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.

Amado(a), tú ya has sido apartado(a) por Dios para reinar sobre todo problema, enfermedad o aflicción. No necesitas esperar a que Jesucristo venga por segunda vez para comenzar a ejercer autoridad y dominio sobre toda circunstancia adversa que estés enfrentando el día de hoy. ¡Eres un(a) Rey (Reina)!

Para siempre se acordará de su pacto. El poder de sus obras manifestó a su pueblo, Dándole la heredad de las naciones. Las obras de sus manos son verdad y juicio; Fieles son todos sus mandamientos, Afirmados eternamente y para siempre, Hechos en verdad y en rectitud. Redención ha enviado a su pueblo; Para siempre ha ordenado su pacto; Santo y temible es su nombre (Sal 111.5b-9).

Dios no puede mentir y Su Palabra, la Biblia, es sí y amén para los que le creen.

Jehová es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré? Jehová es la fortaleza de mi vida; ¿de quién he de atemorizarme? Cuando se juntaron contra mí los malignos, mis angustiadores y mis enemigos, Para comer mis carnes, ellos tropezaron y cayeron. Aunque un ejército acampe contra mí, No temerá mi corazón; Aunque contra mí se levante guerra, Yo estaré confiado (Sal 27.1-3).

Oremos en voz audible:

Amado Padre celestial, es hermoso saber que me has predestinado para reinar juntamente con Cristo Jesús. ¡Gracias! Sé que he vencido y que venceré. Me resisto a aceptar o creer cualquier palabra o pensamiento de fracaso y de derrota. Yo soy lo que Tú dices en Tu Palabra que soy: un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo para reinar y gobernar sobre la tierra; gobernar sobre mi vida, mi salud, mis finanzas y sobre toda circunstancia adversa. Gracias Jesús por amarme tanto que diste Tu propia Vida para que yo, ahora, pudiera vivir una vida plena y abundante. Estoy decidido(a), con Tu ayuda, Espíritu Santo, a cambiar mi forma de pensar transformándome en el espíritu de mi mente. Sin importar las circunstancias del momento o la forma en que hoy me siento, creo y declaro que soy ese(a) Hijo(a) que Tú, mi Dios y Padre, siempre has deseado, justo(a), santo(a) y perfecto(a). Lo sé porque así está escrito en Tu Palabra y esa es la Verdad. Estoy dispuesto(a) a dejar atrás todas esas emociones y pensamientos negativos de fracaso y de derrota. Esa vieja naturaleza nada tiene en mí, pues yo he sido regenerado(a) en Cristo Jesús para vivir una Vida Plena y Victoriosa. Lo sé porque lo dice la Biblia, lo creo porque es Tu Palabra de Honor y me dispongo, con Tu ayuda, Espíritu Santo, a vivirlo. Viviré esa vida prospera, en salud, amor, paz y gozo que Tú, oh Dios, deseas para mí. Yo, _____________ (tu nombre aquí), soy un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece, pues mayor es el que está en mí que el que está en el mundo y ese eres Tú, Precioso Espíritu de Dios. No le daré lugar al diablo y a sus mentiras en mi vida. ¡No voy a temer más! Echo fuera de mi vida toda ansiedad e inquietud. ¡En todas las cosas soy más que vencedor(a) por medio de Aquel que me amó, Cristo Jesús! ¡Ya he sido sanado(a) por las heridas de Jesús! ¡He sido establecido(a) para reinar en esta vida por la sangre de Jesús! No hay forma que pueda perder, pues Tú, mi Dios y Padre, estás en mí y conmigo, y si Dios es conmigo, ¿quién contra mí? ¡Soy sano(a)! ¡Soy libre! ¡Soy próspero(a)! ¡Soy feliz! ¡Está escrito! Lo creo y lo recibo en el nombre de Jesús. Amén.

 Nota Importante:

¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco una relación con el Todopoderoso?

Sólo haz la siguiente oración en voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a Dios:

Señor Jesús, yo creo que eres el Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.

*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2011



Lectura y Meditación de la Palabra de Dios

Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.

Octubre 21                           Apo 21-22 /  Isa 9-10/ Sal 111