lunes, 23 de abril de 2012

¿Se equivocan los ángeles?



Domingo 8 de Abril de 2012.

¡El ángel se equivocó!

Por Riqui Ricón*

Ahora, pues, Israel, ¿qué pide Jehová tu Dios de ti, sino que temas a Jehová tu Dios, que andes en todos sus caminos, y que lo ames, y sirvas a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma; que guardes los mandamientos de Jehová y sus estatutos, que yo te prescribo hoy, para que tengas prosperidad? (Deu 10. 12-13)

¡Propósito! ¡Siempre propósito! Jamás Dios ha hecho algo con despropósito. Él es Amor y por el gran amor con que te ha amado te dio Su Palabra. La Biblia fue dictada por Dios para tu beneficio y bendición: PARA QUE TENGAS PROSPERIDAD. La palabra prosperidad tiene, en la Biblia, el significado de Plenitud, esto es, sin carencias y sin temor alguno.

Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma (3 Jn 2).

La Voluntad de Dios, Su deseo, para tu vida, no puede ser más simple, sencilla y hermosa que verte vivir en plenitud: prospera(o), en salud, llena(o) de paz, gozo y amor en tu alma que es la parte de tu ser donde radican tus pensamientos, emociones, sentimientos y voluntad.

- Pero, pero, Riqui Ricón, yo no tengo nada de eso, ni siquiera he sido un(a) buen(a) cristiana(o). Soy demasiada poca cosa para que Dios me trate así como tú dices.

Puede ser que así sea como te ves a ti misma(o), sin embargo, la Biblia, que es la Palabra de Dios y no miente, dice otra cosa muy diferente. La Biblia te muestra como Dios te mira:

Si tú de mañana buscares a Dios, Y rogares al Todopoderoso; Si fueres limpio y recto, Ciertamente luego se despertará por ti, Y hará próspera la morada de tu justicia. Y aunque tu principio haya sido pequeño, Tu postrer estado será muy grande (Job 8. 5-7).

Amada(o), pon ya un alto a tus temores y dudas; deja de escuchar esas palabras de fracaso, desánimo y derrota y decide CREER. Creerle a Aquel que te ha amado de tal manera que prefirió entregar a Su propio Hijo para pagar el justo precio de tus pecados, fracasos, dudas y derrotas, antes que perderte a ti.

- Pero, pero, ahí dice que si yo fuere limpia(o) y recta(o) y, la verdad, yo no lo he sido.

Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos), y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús, para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús. Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe. Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas (Efe 2. 4-10).

Tienes que comprender hoy que no se trata de lo que hayas hecho o estés haciendo, sino de lo que Él YA HIZO por ti en la cruz. Este es Su Plan perfecto y el propósito para tu vida. En el mismo libro de Efesios, en el capítulo 4, versículo 23, Dios dice que la (el) nueva(o) mujer (hombre) que tú YA ERES en Cristo Jesús, fue creada(o), por Dios mismo, en la justicia y santidad de la verdad. Y, debes tener siempre presente que Dios no puede mentir.

porque con una sola ofrenda (Jesús mismo) hizo perfectos para siempre a los santificados (He 10. 14).

Si has hecho a Jesucristo el Señor de tu vida, aceptando el precio que pagó en la cruz por ti, entonces, de acuerdo a la Biblia, tú eres ya un(a) Hija(o) de Dios Nacida(o) de Nuevo y no de simiente corruptible sino de incorruptible, por la Palabra de Dios, que vive y permanece para siempre (1 P 1. 23). Es la mismísima Palabra de Dios la que te hace Hija(o) de Dios y lo ha hecho así para tu provecho, para que te vaya bien y seas prosperada(o) para siempre.

Mas el ángel, respondiendo, dijo a las mujeres: No temáis vosotras; porque yo sé que buscáis a Jesús, el que fue crucificado. No está aquí, pues ha resucitado, como dijo. Venid, ved el lugar donde fue puesto el Señor. E id pronto y decid a sus discípulos que ha resucitado de los muertos, y he aquí va delante de vosotros a Galilea; allí le veréis. He aquí, os lo he dicho. Entonces ellas, saliendo del sepulcro con temor y gran gozo, fueron corriendo a dar las nuevas a sus discípulos. Y mientras iban a dar las nuevas a los discípulos, he aquí, Jesús les salió al encuentro, diciendo: ¡Salve! Y ellas, acercándose, abrazaron sus pies, y le adoraron. Entonces Jesús les dijo: No temáis; id, dad las nuevas a mis hermanos, para que vayan a Galilea, y allí me verán (Mat 28. 5-10).

Esta porción de la Escritura me causa gracia y mucho amor por mi Señor Jesús. Fíjate muy bien porque para Él es tan importante que estés consiente de quién ahora tú eres, aceptando tu nueva identidad, que está asentado en la Escritura como Jesús tuvo que corregir inmediatamente y en persona el error de uno de sus ángeles.

El ángel dijo a las mujeres, vayan a Galilea y ahí verán al Señor, sin embargo, Jesús se les apareció inmediatamente, ¿por qué? Porque ese ángel cometió un tremendo error de identidad llamándoles discípulos a los ahora hermanos de Jesús. Por eso, el Señor mismo, en persona, tuvo que corregir sus planes de verlos en Galilea y acudir inmediatamente para establecer en la Biblia que ahora tú eres su propia(o) hermana(o). ¡Asombroso!

Ellos, como tú y yo, tuvieron un inicio insignificante como seres humanos comunes y corrientes, llenos de delitos y pecados, pero, por Su Palabra y gran Amor, terminaron siendo Hijos del Dios vivo y verdadero. Ahora son hermanos de Jesús, exactamente como tú y yo.

Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos (Ro 8.29).

¡Gloria a Dios! ¡El ángel se equivocó!

Oremos en voz audible:

Amado Padre celestial, en esta hora te doy gracias porque puedo darme cuenta lo importante que es para Ti que yo esté consciente de quién soy ahora en Cristo Jesús. Soy Tu Hija(o) amada(o) y tengo todo el derecho a vivir como tal, creyéndote a Ti, creyendo a Tu Palabra. Tú has establecido, claramente, que por las heridas de Jesús yo soy sana(o); que bienes y riquezas hay en mi casa; que la paz que sobrepasa todo entendimiento llena mi mente y corazón. Por esto, y mucho más, declaro con todo mi corazón que no voy a temer mal alguno sino a creer, creerte a Ti, Padre, creer a tu Palabra. No recibo al espíritu de temor y de duda pues yo soy Tu Hija(o) y no tengo nada, absolutamente nada, que temer. Recibo la bendición de Tu Palabra y todas Tus promesas para mí. Por lo tanto, no admitiré en mi vida pensamientos, ni palabras, de fracaso, ni de derrota. Señor Jesús, te confieso y me arrepiento de todos mis pecados y recibo Tu perdón y Tu limpieza. En Tu Palabra, la Biblia, he conocido y creído el Amor que me tienes. ¡Gracias, Señor! Por Ti, todo lo puedo y en TODAS las cosas soy más que vencedor(a). Tú eres mi guardador y nada, ni nadie, me pueden separar de Tu Amor. Así que, recibo el perdón de mis pecados de la misma forma que recibo mi sanidad y prosperidad. Tú Palabra es la Verdad y soy libre para vivir esa vida plena y abundante que compraste para mí al morir en la cruz pagando TODOS mis pecados y resucitar de la muerte para darme Vida Eterna. No le daré lugar al temor, ni a la duda, pues estoy destinado a ser dichosa(o), mil veces feliz. En el nombre de Jesús. Amén.

*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2011




Lectura y Meditación de la Palabra de Dios

Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.

Abril 8                                   Mat 28 /  Deu 9-10 /  Job 8


sábado, 21 de abril de 2012

¡Cómo darle sentido a tu Vida!

Sábado 7 de Abril de 2012.
¡Ya puedes comenzar!
Por Riqui Ricón*
Porque tú eres pueblo santo para Jehová tu Dios; Jehová tu Dios te ha escogido para serle un pueblo especial, más que todos los pueblos que están sobre la tierra. No por ser vosotros más que todos los pueblos os ha querido Jehová y os ha escogido, pues vosotros erais el más insignificante de todos los pueblos; sino por cuanto Jehová os amó, y quiso guardar el juramento que juró a vuestros padres, os ha sacado Jehová con mano poderosa, y os ha rescatado de servidumbre, de la mano de Faraón rey de Egipto. Conoce, pues, que Jehová tu Dios es Dios, Dios fiel, que guarda el pacto y la misericordia a los que le aman y guardan sus mandamientos, hasta mil generaciones (Deu 7. 6-9).
Cuando comienzas a estudiar y meditar en la Palabra de Dios te das cuenta, cada vez más, lo importante y especial que tú eres para Él. Es Dios quien te ha escogido a ti y, por Su gran Amor con que te ama, pretende llenar tu vida de propósito y significado. Por Cristo Jesús, ya no eres más la (el) misma(o) pecador(a) que antes eras. Por Su muerte en la cruz y Su Sangre derramada hasta la última gota como precio de tu justificación, ahora eres un(a) Hija(o) de Dios Nacida(o) de Nuevo, siendo renacida(o) no de simiente corruptible sino de la incorruptible semilla que es la Palabra de Dios, que vive y permanece para siempre (1 P 1.23).
Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable; vosotros que en otro tiempo no erais pueblo, pero que ahora sois pueblo de Dios; que en otro tiempo no habíais alcanzado misericordia, pero ahora habéis alcanzado misericordia (2 P 2. 9-10).
Si alguna vez te has preguntado qué significa ser un(a) Hija(o) de Dios Nacida(o) de Nuevo o por qué Jesús le dijo a Nicodemo que le era necesario Nacer de Nuevo para poder ver y entrar al Reino de Dios, la respuesta a ambas preguntas es simple y sencillamente la misma: ser un(a) Hija(o) de Dios Nacida(o) de Nuevo significa ser linaje escogido, real sacerdocio, nación santa y pueblo adquirido, comprado, por Dios y, por consiguiente, ahora, la vida en el reino de Dios está llena de propósito y significado: anunciar las virtudes de Aquel que nos sacó de las tinieblas a Su luz admirable.
Y cuando hubo tomado el libro, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron delante del Cordero; todos tenían arpas, y copas de oro llenas de incienso, que son las oraciones de los santos; y cantaban un nuevo cántico, diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos; porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación; y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes,  y reinaremos sobre la tierra (Apo 5. 8-10).
Al aceptar y creer que a través de la fe en Jesucristo has Nacido de Nuevo por la Palabra de Dios, que no miente, recibes tu identidad, tu linaje como Hija(o) del Rey, dejas las cosas viejas en el pasado y te extiendes a una vida nueva donde debes reinar y establecer el reino de tu Padre. Insisto, no eres más un ser humano sin ton ni son, aventada(o) por ahí, olvidada(o) y arrumbada(o) en algún lugar del planeta. ¡No, nada de eso!
¡Fíjense qué gran amor nos ha dado el Padre,  que se nos llame hijos de Dios!  ¡Y lo somos!  El mundo no nos conoce,  precisamente porque no lo conoció a él (1 Jn 3.1).
Dios te ama tanto que prefirió entregar a Su propio Hijo antes que perderte a ti. Ahora tú eres un(a) Hija(o) amada de Dios. Por eso el mundo no te conoce porque no le conocen a Él, porque no conocen Su gran Amor.
Satanás y su sistema pretenden derrotarte con el engaño y la mentira. Harán todo lo posible para que dejes de ver el Amor de Dios y no pongas más tu atención en Su Palabra, sino en tus acciones y las circunstancias que las provocan, para que CREAS que nada ha cambiado y que sigues siendo la (el) misma(o) pecador(a), fracasada(o) y derrotada(o) que antes eras.
Sólo recuerda que, No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu (Zac 4.6), y que, Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es (Jn 3.6). Tú eres Nacida(o) de Nuevo como un(a) Hija(o) de Dios por el Espíritu Santo y no por lo que hayas hecho o estés haciendo con tu vida. En tu carne, con tus fuerzas, jamás podrías hacer de ti misma(o) un(a) Hija(o) de Dios. Por eso, porque Él te ama, Jesús lo hizo por ti. Así que, no se trata de lo que hagas o dejes de hacer, sino de lo que Jesús hizo por amor a ti al morir en esa cruz.
De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas. Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación; que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación (2 Cor 5.17-19).
Ahora, eres nueva creación, una nueva especie de ser que no existía antes y Dios, tu Padre, te ha dejado en este mundo señalándote propósito y destino.
Y yendo, predicad, diciendo: El reino de los cielos se ha acercado. Sanad enfermos, limpiad leprosos, resucitad muertos, echad fuera demonios; de gracia recibisteis, dad de gracia (Mat 10. 7-8).
No temas, ni dudes de la Palabra de Dios, Él no miente ni se arrepiente, lo que Dios ha dicho lo va hacer, si Él lo ha hablado, entonces, lo va a ejecutar. Recuerda que el diablo es homicida y padre de mentira desde el principio (Jn 8. 44). El querrá confrontar tu realidad contra la Palabra de Dios para hacerte dudar y así, con la duda, pierdas tu identidad.
Y los que pasaban le injuriaban, meneando la cabeza, y diciendo: Tú que derribas el templo, y en tres días lo reedificas, sálvate a ti mismo; si eres Hijo de Dios, desciende de la cruz. De esta manera también los principales sacerdotes, escarneciéndole con los escribas y los fariseos y los ancianos, decían: A otros salvó, a sí mismo no se puede salvar; si es el Rey de Israel, descienda ahora de la cruz, y creeremos en él. Confió en Dios; líbrele ahora si le quiere; porque ha dicho: Soy Hijo de Dios (Mat 15. 39-43).
De la misma forma que Satanás lo intento en el desierto y en la cruz contra Jesús, lo hace hoy en día: si en verdad la Biblia es… si en verdad tú eres… si en verdad ya sanaste… si en verdad fueras un(a) Hija(o) de Dios, etc., etc.
El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia (Jn 10. 10).
La Verdad es que en Cristo Jesús tienes todo el derecho para hacer de tu vida una vida plena y abundante.
¡Puedes comenzar a reinar!
Oremos en voz audible:
Amado Padre celestial, este día quiero decirte que yo sé en quien he confiado. Yo he confiado en Ti, Señor, en Tu Palabra, la Biblia. Por lo tanto, sin importar las circunstancias o condiciones que esté enfrentando hoy, no voy a temer, ni a dudar de quién soy yo ahora, en Cristo Jesús. Soy un(a) Hija(o) de Dios Nacida(o) de Nuevo. Tengo propósito y destino. Voy a reinar en esta tierra y no voy a permitirles a la enfermedad, los problemas, la pobreza, la tristeza, el resentimiento, la depresión, ni a nada, ni a nadie, robarme lo que legítimamente es mío por la Sangre de Jesús: mi identidad. Gracias, Señor Jesús, por lo que hiciste por mí al morir y resucitar, Tú me hiciste de nuevo y eso ya nadie me lo puede quitar. Padre, que hermoso es saberse tan amada(o) por Ti. Que sublime sensación es saber que has establecido en Tu Palabra, eterna, perfecta e infalible, que aunque yo ande en valle de sombra y de muerte no voy a temer, pues sé que Tú estás conmigo; que aunque las aflicciones vengan sobre mí, sé que de TODAS ellas voy a salir más que vencedor(a) por medio de Aquel que me amó, Cristo Jesús. ¡Escrito está! ¡Tú no mientes ni Te arrepiente! ¡Lo has dicho y lo vas hacer! ¡Lo has hablado y lo vas a ejecutar! ¡Gracias, precioso Dios! Y a Ti, amado Señor Jesús, quiero decirte que te amo con todo mi ser, con todas mis fuerzas y con todo mi corazón. Por lo que hiciste por mí en la cruz, al morir pagando todos mis pecados y al vencer a la muerte, resucitando de entre los muertos, para darme la Vida Eterna y hacerme nacer de Nuevo como un(a) Hija(o) de Dios, ahora tengo identidad, ahora sé perfectamente quién yo soy. Así que, no voy a temer más. Me determino a ser dichosa(o) haciendo de Tu Palabra, la Biblia, la norma máxima de mi existencia; la pondré en mi boca, mente y corazón; voy a leerla y meditarla de día y de noche para guardarla y hacer conforme a todo lo que Tú, precioso Dios, dices en ella; porque sé que entonces haré prosperar mi camino y todo me saldrá bien. ¡Soy sana(o)! ¡Soy libre! ¡Soy prospera(o)! En el nombre de Jesús. Muchas Gracias, Señor. Amén.
*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2011


Lectura y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Abril 7                                   Mat 27. 32-66 /  Deu 7-8 /  Job 7

miércoles, 18 de abril de 2012

¿Qué es el temor a Dios?



 Viernes 6 de Abril de 2012.

¡Plenitud!

Por Riqui Ricón*

¡Quién diera que tuviesen tal corazón, que me temiesen y guardasen todos los días todos mis mandamientos, para que a ellos y a sus hijos les fuese bien para siempre! (Deu 5. 29).

¡Qué vehemencia y qué Amor hay en estas Palabras que Dios dice acerca de Su pueblo! Es muy claro Su deseo de que utilices tu libertad para decidir creerle a Él. La voluntad expresa de Dios es que decidas creer a Su Palabra, la Biblia, para que a ti y a tus hijos les vaya bien para siempre.

Hace tiempo preguntaba a Dios ¿para qué son los mandamientos? ¿Para qué la Palabra? ¿Para qué la Ley? Y Él, con la simple dulzura de Su Palabra me contestó: ¡Para que te vaya bien para siempre!

La Ley de Dios, los diez mandamientos, la Biblia, son la guía, el manual de operación, que te permitirá desarrollar UNA VIDA CON PROPÓSITO aquí en la tierra. Es la voluntad de Dios, tu Padre que te ama, que te vaya bien para siempre, que poseas la tierra y vivas largos días sobre de ella, reinando como un(a) Hija(o) de Dios Nacida(o) de Nuevo.

Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados (llamados por Él) hijos de Dios; por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a él. Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es (1 Jn 3. 1-2).

No te equivoques más, tú eres amada(o) de Dios. Él te ama tanto que prefirió entregar a Su propio Hijo, para pagar todos tus pecados, antes que perderte a ti. Ahora Dios mismo te llama Su Hija(o), por esto es que enfrentas problemas, pues el mundo, y su sistema, no te conocen, porque no le conoce a Él.

Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo (Jn 16.33).

No obstante, tienes la Palabra de Dios quien te dice que puedes tener paz al enfrentar todas tus dificultades si depositas toda tu confianza en Él, pues te garantiza, con Su Palabra, que de todo problema, enfermedad o circunstancia adversa, tú saldrás más que vencedor(a) por medio de Aquel que te amó, Cristo Jesús (Ro 8.37).

Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma (3 Jn 2).

Así que, ¡Eres la (el) amada(o) del Rey de reyes y Señor de señores! ¡El Rey de la creación, el Todopoderoso Dios, te llama por tu nombre y te dice: Amada / Amado!

La Voluntad expresa de Dios para tu vida es TOTAL PLENITUD: prosperidad en todas las cosas, que tengas salud, así como prospera tu alma (tus emociones, sentimientos, voluntad y pensamientos). Por medio de tu fe en Cristo Jesús, creyendo lo que dice la Biblia, que es la Palabra de Dios, y no miente, ahora tienes derecho a vivir una vida Plena de Amor, paz y gozo, donde no hay lugar para el temor, ni la angustia, ni la ansiedad, ni el estrés, ni la culpabilidad, ni la condenación, ni el odio, ni el resentimiento, ni el rencor, ni la duda, ni la depresión sino total y absolutos Amor, Paz y Gozo.

El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia (Jn 10.10).

Satanás siempre intentará engañarte oponiéndose a la Verdad. Una y otra vez te dirá que no tienes ese derecho, que no eres digna(o), que no lo mereces porque tú has hecho esto y lo otro, que sigues siendo un(a) miserable pecador(a), que no has cambiado ni cambiarás, que eres hipócrita y no sanarás y mucho menos prosperarás, etc., etc.

Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros (Stgo 4.7).

¡Sométete a Dios! ¡Sométete a Su Palabra! Contéstale al diablo, en su cara, que Dios dice que Él no envió a Su Hijo, Jesucristo, a tu vida para condenarte sino para que recibas salvación, esto es, Amor, Paz y Gozo (Jn 3.17). Recuérdale que tienes derecho a una vida plena y abundante porque ya se pagó el precio por ella, que fue Jesús mismo quien, con su muerte y resurrección, te justificó, santificó y perfeccionó para darte la Vida Eterna de un(a) Hija(o) de Dios. Dile que no es por nada que tú hayas hecho o puedas hacer, sino por lo que Jesús hizo en la cruz por Amor a ti.  

De acuerdo a la Escritura, Dios, por medio de Jesucristo, te ha hecho Su Hija(o). Sin la más mínima duda, tú eres un(a) Hija(o) de Dios Nacida(o) de Nuevo, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre (1 P 1.23).

Esto, mi amada(o), es Su plenitud de la cual tomamos todos, y gracia sobre gracia (Jn 1. 16).

Así como los 10 mandamientos de la ley de Dios (los cuales están puestos para tu beneficio), Dios te manda que creas, pues la (el) justa(o) por la fe vivirá. Que creas que, en todas las cosas, eres más que vencedor(a) por medio de Aquel que te amó, Cristo Jesús. Que creas que TODO lo puedes en Cristo, que es tu fortaleza. Que creas que mayor es Él, que está en ti, que el que está en el mundo. Que lo creas porque Él lo ha dicho en Su Palabra y esa es la Verdad.

Si vuelves a leer el primer versículo de esta reflexión notarás que el clamor del deseo de Dios es que le temamos de tal manera que atesoremos con amor Su Palabra, la Biblia.

Volví a preguntar a Dios, ¿es el verdadero temor a Dios el que Tú hablas y yo muero de miedo, como los israelitas en el monte Sinaí, o que, por que Tú hablas, por Tu Palabra, yo vivo plenamente?

Hace poco el Espíritu Santo me dio la definición del temor a Dios que más ha satisfecho a mí corazón. Me dijo, mira Riqui Ricón, el temor a Dios es la afectuosa admiración que produce el respeto y el amor a un padre amoroso y venerable, de parte de una Hijo o Hijo que se sabe amada(o). Es este temor a Dios el principio de la Sabiduría que fluye de la fe, la confianza y total certeza en la Palabra de Honor de semejante Padre (y de semejante Hija o Hijo).

Oremos en voz audible:

Gracias Señor por Tu Palabra. Gracias por todos Tus mandamientos y todas Tus promesas. Estoy 100 por ciento convencida(o) de que puedo confiar en Ti. Tú eres Dios y la Biblia es el Honor de Tu Palabra. Jesús, Tú eres mi Señor, Rey y Salvador y por Ti yo vivo. Gracias por la vida que ahora puedo vivir, una vida plena, llena y abundante. Gracias porque con Tu muerte pagaste TODOS mis pecados, con Tu Sangre me limpiaste y con Tu resurrección me diste vida nueva, me hiciste Nacer de Nuevo como un(a) Hija(o) de Dios y ahora tengo todo el derecho a creer y tomar de Tu Plenitud. Soy sano, soy libre, soy próspero, tengo paz, gozo y amor en Tu Nombre mi Señor Jesús. Amén. ¡Recibo Tu Plenitud!



*Ricardo C. Peredo Jaime © 2011




Lectura y Meditación de la Palabra de Dios

Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.

Abril 6 Mat 27. 1-31 / Deu 5-6 / Job 6