¡Año de Esplendor!
Por Riqui Ricón*
Y volviéndose a
los discípulos, les dijo aparte: Bienaventurados los ojos que ven lo que
vosotros veis; porque os digo que muchos profetas y reyes desearon ver lo que
vosotros veis, y no lo vieron; y oír lo que oís, y no lo oyeron (Luc
10.23-24).
Tú
has sido destinado(a) por Dios a vivir los tiempos más emocionantes que la
historia de la humanidad pueda registrar.
Aunque
es cierto que nunca antes se habían visto los problemas tan serios como los que
hoy afrontamos: guerras, hambrunas, crimen organizado por todos lados,
corrupción a todos los niveles, violencia no solo en las calles sino también en
los hogares, escuelas, cine, televisión etc., además de colapsos económicos en
todo el mundo, enfermedades, carencia de valores, inundaciones, terremotos,
tsunamis, sequías, cambio climático, calentamiento global, miedo, angustia, y
desesperación, también es cierto que nunca antes el Espíritu Santo se había
movido con tanta fuerza e insistencia entre Sus Hijas e Hijos.
Pues tengo por cierto que las
aflicciones del tiempo presente no
son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de
manifestarse. Porque el anhelo ardiente de la creación es el aguardar la manifestación de los hijos de Dios
(Ro
8.18-19).
Así
es, amado(a), este es tu tiempo, estos son tus días, tú eres un(a) Hijo(a) de
Dios Nacido(a) de Nuevo y tienes un propósito que cumplir. Esta es la razón por
la cual sigues en este mundo, en
lugar de estar ya en la Presencia de tu Padre celestial.
Vosotros sois la luz del mundo;
una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. Ni se enciende una luz
y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los
que están en casa. Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que
vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los
cielos (Mat
5.14-16).
Por
todas partes el Espíritu Santo te está llamando a que confíes y creas Su
Palabra. ¡Es de vital importancia que regreses a depositar toda tu fe y tu
confianza en la Biblia, que es la Palabra de Dios!
Porque de tal manera amó Dios al
mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no
se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió
Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para
que el mundo sea salvo por él (Jn 3.16-17).
A
pesar de los problemas y dificultades que hoy estés enfrentando, jamás debes
olvidar que Dios te ama tanto que prefirió entregar a Su propio Hijo antes que
perderte a ti.
MIREN CUÁNTO NOS ama el Padre
celestial que permite que seamos llamados hijos de Dios. ¡Y lo mas maravilloso
es que de veras lo somos! Naturalmente, como la mayoría de la gente no conoce a
Dios, no comprende por qué lo somos (1 Jn 3.1 BAD).
No
debes olvidar jamás que, por ese Gran Amor que Dios siente por ti, has sido
llamado y constituido(a) un(a) legítimo(a) Hijo(a) de Dios.
Os he dicho todas estas cosas para
que en mí encontréis vuestra paz. Siempre tendréis en el mundo pruebas que os
afligirán, pero confiad en mí, porque yo he vencido al mundo (Jn 16.33 CST).
Jamás
olvides que, aunque estés en medio de la aflicción, tú puedes confiar en Cristo
Jesús y de todo problema, angustia o enfermedad saldrás más que vencedor(a) por
medio de Su Amor.
Así
es, ¡Saldrás más que vencedor(a)!
Esta tenía una hermana que se llamaba María, la cual, sentándose a los pies de Jesús,
oía su palabra. Pero Marta se preocupaba con muchos quehaceres, y
acercándose, dijo: Señor, ¿no te da cuidado que mi hermana me deje servir sola?
Dile, pues, que me ayude. Respondiendo
Jesús, le dijo: Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas cosas.
Pero sólo una cosa es necesaria; y María ha escogido la buena parte, la
cual no le será quitada (Luc 10.39-42).
Aunque
el mundo se cae a pedazos a ti te ha tocado la buena parte Y NO TE SERÁ
QUITADA. Tienes la Palabra de Dios. La Palabra de Honor del único Dios vivo y
verdadero está contigo y en ti.
Es en la Palabra de Dios donde
encuentras que hay cosas extraordinarias que Dios ha decretado acerca de ti
para estos tiempos extraordinarios:
Todo lo puedo en
Cristo que me fortalece (Fil 4.13).
¡TODO
lo puedes en Cristo Jesús!
De cierto, de cierto os digo: El
que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aun mayores hará,
porque yo voy al Padre (JN 14.12).
¡Ahora,
tú puedes hacer las cosas que Jesús hizo y aún mayores porque Él está con el
Padre que es también tu propio Padre!
Entonces la mujer dijo a Elías: Ahora conozco que tú eres
varón de Dios, y que la palabra de Jehová es verdad en tu boca (1 R 17.24).
Si
hay algo que este mundo necesitado y agobiado necesita desesperadamente hoy en
día, eso es poder mirar tu nivel y calidad de vida, esa vida plena y victoriosa
que se compró para ti a precio de la Sangre y la Vida de Jesucristo, y que
puedan decir, ahora conozco que eres un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo y
que la Palabra de Dios, la Biblia, ES VERDAD en tu boca.
Así que,
Pelea la buena batalla de la fe, echa mano de la vida
eterna, a la cual asimismo fuiste llamado, habiendo hecho la buena profesión
delante de muchos testigos (1 Tim 6.12).
¡Este
es tu tiempo, este es tu año! ¡Año de Gracia Abundante! ¡El mejor año de tu
vida! ¡Año de Esplendor!
Oremos en voz audible:
Amado
Padre celestial, en este momento quiero agradecerte por haberme hecho quién yo
soy. Gracias Señor Jesucristo, porque en Ti, en Tu sacrificio de amor por mí,
yo fui justificado(a), perdonado(a) y santificado(a) de todos mis pecados para
recibir una Vida totalmente Nueva y, gracias a esto, gracias a Ti, yo he Nacido
de Nuevo como un(a) Hijo(a) de Dios. Gracias por haberme escogido para vivir
estos tiempos tan emocionantes. Ante cualquier, problema, angustia o
enfermedad, yo en Ti he confiado, mi Dios. No voy a temer, ni voy a correr a
esconderme, pues aunque ande en valle de sombra y de muerte, no temeré mal
alguno, porque Tú, mi Rey, Señor y Salvador, estás conmigo. La Verdad es que
puedo enfrentar este año con buen ánimo y alegría en mi corazón, pues yo soy la
persona que Tú, mi Dios, dices en Tu Palabra que soy, ni más ni menos: ¡Soy
Nueva Creatura! ¡Soy la sal de la tierra! ¡Soy la luz del mundo! ¡Todo lo puedo en Cristo que me fortalece!
¡En todas las cosas soy más que vencedor por medio de Tu Amor, Señor Jesús!
¡Soy
sano(a)! ¡Soy libre! ¡Como Hijo(a) del Rey, llamo a la prosperidad y al
bienestar en mi vida! ¡Voy hacer de estos días, los días más emocionantes de mi
vida! ¡Espíritu Santo, Tú estás conmigo y si Tú estás conmigo, ¿quién contra
mí?! Tú y yo haremos de este año un año de Esplendor. En el nombre de Jesús. Amén.
Nota Importante:
¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco una relación
con el Todopoderoso?
Sólo haz la siguiente oración en voz audible poniendo toda
tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a Dios:
Señor Jesús, yo creo que eres el Hijo de Dios. Que viniste a
este mundo de la virgen María para pagar todos mis pecados, y yo he sido un(a)
pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí acepto. ¡Sí acepto tu
sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa derramada hasta la última
gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a entrar porque quiero,
Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi único y suficiente
Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios Poderoso, pues con esta
simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a Vida, he sido
trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido de Nuevo!
¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre!
¡Nunca más estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En
el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C. Peredo Jaime © 2012
Lectura y Meditación de la Palabra de
Dios
Haz
estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Enero
11 Luc
10.21-42 / Gen 18
/ Sal 11
RV60
Lectura y Meditación de la Palabra de
Dios
Haz
estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Enero
11 Luc
10.21-42 / Gen 18
/ Sal 11
Lectura y Meditación de la Palabra de
Dios
Haz
estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Enero
11 Luc
10.21-42 / Gen 18
/ Sal 11
San Lucas 10.21-42
Jesús se regocija
(Mt. 11.25–27;
13.16–17)
21En
aquella misma hora Jesús se regocijó en el Espíritu, y dijo: Yo te alabo, oh
Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los
sabios y entendidos, y las has revelado a los niños. Sí, Padre, porque así te
agradó. 22Todas las cosas me fueron entregadas por mi Padre;l y nadie conoce quién es el
Hijo sino el Padre; ni quién es el Padre, sino el Hijo,m y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar.
23Y volviéndose a los discípulos,
les dijo aparte: Bienaventurados los ojos que ven lo que vosotros veis; 24porque
os digo que muchos profetas y reyes desearon ver lo que vosotros veis, y no lo
vieron; y oír lo que oís, y no lo oyeron.
(Mt. 11.25–27;
13.16–17)
21En
aquella misma hora Jesús se regocijó en el Espíritu, y dijo: Yo te alabo, oh
Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los
sabios y entendidos, y las has revelado a los niños. Sí, Padre, porque así te
agradó. 22Todas las cosas me fueron entregadas por mi Padre;l y nadie conoce quién es el
Hijo sino el Padre; ni quién es el Padre, sino el Hijo,m y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar.
23Y volviéndose a los discípulos,
les dijo aparte: Bienaventurados los ojos que ven lo que vosotros veis; 24porque
os digo que muchos profetas y reyes desearon ver lo que vosotros veis, y no lo
vieron; y oír lo que oís, y no lo oyeron.
El buen
samaritano
l l 10.22: Jn. 3.35.
m m 10.22: Jn. 10.15.
25Y he
aquí un intérprete de la ley se levantó y dijo, para probarle:n Maestro, ¿haciendo qué cosa
heredaré la vida eterna? 26Él le
dijo: ¿Qué está
escrito en la
ley? ¿Cómo lees? 27Aquél, respondiendo, dijo:
Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas
tus fuerzas, y con toda tu mente;o
y a tu prójimo como a ti mismo.p
28Y le dijo: Bien has respondido; haz esto, y vivirás.q
29Pero él, queriendo justificarse
a sí mismo,
dijo a Jesús:
¿Y quién es mi
prójimo? 30Respondiendo Jesús, dijo: Un hombre descendía de
Jerusalén a Jericó, y cayó en manos de ladrones, los cuales le despojaron; e
hiriéndole, se fueron, dejándole medio muerto. 31Aconteció que
descendió un sacerdote por aquel camino, y viéndole, pasó de largo. 32Asimismo
un levita, llegando cerca de aquel lugar, y viéndole, pasó de largo. 33Pero
un samaritano, que iba de camino, vino cerca de él, y viéndole, fue movido
a misericordia; 34y
acercándose, vendó sus heridas, echándoles aceite y vino; y poniéndole en
su
cabalgadura, lo llevó al mesón, y cuidó de él. 35Otro día al partir,
sacó dos denarios, y los dio al mesonero, y le dijo: Cuídamele; y todo lo que
gastes de más, yo te lo pagaré cuando regrese. 36¿Quién, pues, de
estos tres te parece que fue el prójimo del que cayó en manos de los ladrones? 37Él
dijo: El que usó de misericordia con él. Entonces Jesús le dijo: Ve, y haz tú
lo mismo.
l l 10.22: Jn. 3.35.
m m 10.22: Jn. 10.15.
25Y he
aquí un intérprete de la ley se levantó y dijo, para probarle:n Maestro, ¿haciendo qué cosa
heredaré la vida eterna? 26Él le
dijo: ¿Qué está
escrito en la
ley? ¿Cómo lees? 27Aquél, respondiendo, dijo:
Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas
tus fuerzas, y con toda tu mente;o
y a tu prójimo como a ti mismo.p
28Y le dijo: Bien has respondido; haz esto, y vivirás.q
29Pero él, queriendo justificarse
a sí mismo,
dijo a Jesús:
¿Y quién es mi
prójimo? 30Respondiendo Jesús, dijo: Un hombre descendía de
Jerusalén a Jericó, y cayó en manos de ladrones, los cuales le despojaron; e
hiriéndole, se fueron, dejándole medio muerto. 31Aconteció que
descendió un sacerdote por aquel camino, y viéndole, pasó de largo. 32Asimismo
un levita, llegando cerca de aquel lugar, y viéndole, pasó de largo. 33Pero
un samaritano, que iba de camino, vino cerca de él, y viéndole, fue movido
a misericordia; 34y
acercándose, vendó sus heridas, echándoles aceite y vino; y poniéndole en
su
cabalgadura, lo llevó al mesón, y cuidó de él. 35Otro día al partir,
sacó dos denarios, y los dio al mesonero, y le dijo: Cuídamele; y todo lo que
gastes de más, yo te lo pagaré cuando regrese. 36¿Quién, pues, de
estos tres te parece que fue el prójimo del que cayó en manos de los ladrones? 37Él
dijo: El que usó de misericordia con él. Entonces Jesús le dijo: Ve, y haz tú
lo mismo.
Jesús visita a Marta y
a María
38Aconteció
que yendo de camino, entró en una aldea; y una mujer llamada Marta le recibió
en su casa. 39Esta tenía una hermana que se llamaba María,r la cual, sentándose a los
pies de Jesús, oía su palabra. 40Pero Marta se preocupaba con muchos
quehaceres, y acercándose, dijo: Señor, ¿no te da cuidado que mi hermana me
deje servir sola? Dile, pues, que me ayude. 41Respondiendo Jesús, le
dijo: Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas cosas. 42Pero
sólo una cosa es necesaria; y María ha escogido la buena parte, la cual no le
será quitada.1
38Aconteció
que yendo de camino, entró en una aldea; y una mujer llamada Marta le recibió
en su casa. 39Esta tenía una hermana que se llamaba María,r la cual, sentándose a los
pies de Jesús, oía su palabra. 40Pero Marta se preocupaba con muchos
quehaceres, y acercándose, dijo: Señor, ¿no te da cuidado que mi hermana me
deje servir sola? Dile, pues, que me ayude. 41Respondiendo Jesús, le
dijo: Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas cosas. 42Pero
sólo una cosa es necesaria; y María ha escogido la buena parte, la cual no le
será quitada.1
Génesis 18
Promesa del nacimiento de Isaac
18
1Después le apareció Jehová en el
encinar de Mamre, estando él sentado a la puerta de su tienda en el calor del
día. 2Y alzó sus ojos y miró, y he aquí tres varones que estaban
n n 10.25–28:
Mt. 22.35–40; Mr. 12.28–34.
o o 10.27: Dt. 6.5.
p p 10.27: Lv. 19.18.
q q 10.28: Lv. 18.5.
r r 10.38–39:
Jn. 11.1.
1 Reina
Valera Revisada (1960)-------------------------------------------------------------------- 42
junto
a él; y cuando los vio, salió corriendo de la puerta de su tienda a recibirlos,
y se postró en tierra, 3y dijo: Señor, si ahora he hallado gracia en
tus ojos, te ruego que no pases de tu siervo. 4Que se traiga ahora
un poco de agua, y lavad vuestros pies; y recostaos debajo de un árbol, 5y
traeré un bocado de pan, y sustentad vuestro corazón, y después pasaréis; pues
por eso habéis pasado cerca de vuestro siervo.
Y ellos dijeron:
Haz así como
has dicho. 6Entonces
Abraham fue de prisa a la tienda a Sara, y le dijo: Toma pronto tres medidas de
flor de harina, y amasa y haz panes cocidos debajo del rescoldo. 7Y
corrió Abraham a las vacas, y tomó un becerro tierno y bueno, y lo dio al
criado, y éste se dio prisa a prepararlo. 8Tomó también mantequilla
y leche, y el becerro que había preparado, y lo puso delante de ellos; y él se
estuvo con ellos debajo del árbol, y comieron.
9Y le dijeron: ¿Dónde está Sara tu mujer? Y él respondió: Aquí en la
tienda. 10Entonces
dijo:
De cierto volveré a ti; y según el tiempo de la vida, he aquí que Sara tu mujer
tendrá un hijo.a Y Sara
escuchaba a la puerta de la tienda, que estaba detrás de él. 11Y
Abraham y Sara eran viejos, de edad avanzada; y a Sara le había cesado ya la costumbre de las mujeres. 12Se rió, pues, Sara
entre sí, diciendo: ¿Después que he envejecido tendré deleite, siendo también
mi señorb ya viejo? 13Entonces Jehová
dijo a Abraham: ¿Por qué se ha reído Sara diciendo: ¿Será cierto que he de dar
a luz siendo ya vieja? 14¿Hay
para Dios alguna cosa difícil?c
Al tiempo señalado volveré a ti, y según el tiempo de la vida, Sara tendrá
un hijo. 15Entonces Sara negó, diciendo: No me reí; porque tuvo
miedo. Y él dijo: No es así, sino que te has
reído.
18
1Después le apareció Jehová en el
encinar de Mamre, estando él sentado a la puerta de su tienda en el calor del
día. 2Y alzó sus ojos y miró, y he aquí tres varones que estaban
n n 10.25–28:
Mt. 22.35–40; Mr. 12.28–34.
o o 10.27: Dt. 6.5.
p p 10.27: Lv. 19.18.
q q 10.28: Lv. 18.5.
r r 10.38–39:
Jn. 11.1.
1 Reina
Valera Revisada (1960)-------------------------------------------------------------------- 42
junto
a él; y cuando los vio, salió corriendo de la puerta de su tienda a recibirlos,
y se postró en tierra, 3y dijo: Señor, si ahora he hallado gracia en
tus ojos, te ruego que no pases de tu siervo. 4Que se traiga ahora
un poco de agua, y lavad vuestros pies; y recostaos debajo de un árbol, 5y
traeré un bocado de pan, y sustentad vuestro corazón, y después pasaréis; pues
por eso habéis pasado cerca de vuestro siervo.
Y ellos dijeron:
Haz así como
has dicho. 6Entonces
Abraham fue de prisa a la tienda a Sara, y le dijo: Toma pronto tres medidas de
flor de harina, y amasa y haz panes cocidos debajo del rescoldo. 7Y
corrió Abraham a las vacas, y tomó un becerro tierno y bueno, y lo dio al
criado, y éste se dio prisa a prepararlo. 8Tomó también mantequilla
y leche, y el becerro que había preparado, y lo puso delante de ellos; y él se
estuvo con ellos debajo del árbol, y comieron.
9Y le dijeron: ¿Dónde está Sara tu mujer? Y él respondió: Aquí en la
tienda. 10Entonces
dijo:
De cierto volveré a ti; y según el tiempo de la vida, he aquí que Sara tu mujer
tendrá un hijo.a Y Sara
escuchaba a la puerta de la tienda, que estaba detrás de él. 11Y
Abraham y Sara eran viejos, de edad avanzada; y a Sara le había cesado ya la costumbre de las mujeres. 12Se rió, pues, Sara
entre sí, diciendo: ¿Después que he envejecido tendré deleite, siendo también
mi señorb ya viejo? 13Entonces Jehová
dijo a Abraham: ¿Por qué se ha reído Sara diciendo: ¿Será cierto que he de dar
a luz siendo ya vieja? 14¿Hay
para Dios alguna cosa difícil?c
Al tiempo señalado volveré a ti, y según el tiempo de la vida, Sara tendrá
un hijo. 15Entonces Sara negó, diciendo: No me reí; porque tuvo
miedo. Y él dijo: No es así, sino que te has
reído.
Abraham intercede por Sodoma
16Y los
varones se levantaron de allí, y miraron hacia Sodoma; y Abraham iba con ellos
acompañándolos. 17Y Jehová dijo: ¿Encubriré yo a Abraham lo que voy
a hacer, 18habiendo de ser Abraham una nación grande y fuerte, y
habiendo de ser benditas en él todas las naciones de la tierra? 19Porque
yo sé que mandará a sus hijos y a su casa después de sí, que guarden el camino
de Jehová, haciendo justicia y juicio, para que haga venir Jehová sobre Abraham
lo que ha hablado acerca de él. 20Entonces Jehová le dijo: Por
cuanto el clamor contra Sodoma y Gomorra se aumenta más y más, y el pecado de
ellos se ha agravado en extremo, 21descenderé ahora, y veré si han
consumado su obra según el clamor que ha venido hasta mí; y si no, lo sabré. 22Y
se apartaron de allí los varones, y fueron hacia Sodoma; pero Abraham estaba
aún delante de Jehová.
23Y se acercó Abraham y dijo:
¿Destruirás también al justo con el impío? 24Quizá haya cincuenta
justos dentro de la ciudad: ¿destruirás también y no perdonarás al lugar por
amor a los cincuenta justos que estén dentro de él? 25Lejos de ti el
hacer tal, que hagas morir al justo con el impío, y que sea el justo tratado como el impío;
nunca tal hagas.
El Juez de
toda
la tierra, ¿no ha de hacer lo que es justo? 26Entonces respondió
Jehová: Si hallare en Sodoma cincuenta justos dentro de la ciudad, perdonaré a
todo este lugar por amor a
ellos. 27Y Abraham replicó y dijo: He aquí ahora que he
comenzado a hablar a mi Señor, aunque
soy polvo y
ceniza. 28Quizá
faltarán de cincuenta
justos cinco; ¿destruirás
por
a a 18.10: Ro. 9.9.
b b 18.12: 1 P.
3.6.
c c 18.14: Lc.
1.37.
aquellos
cinco toda la ciudad? Y dijo: No la destruiré, si hallare allí cuarenta y
cinco. 29Y volvió a hablarle, y dijo: Quizá se hallarán allí
cuarenta. Y respondió: No lo haré por amor a los cuarenta. 30Y dijo:
No se enoje ahora mi Señor, si hablare: quizá se hallarán allí treinta. Y
respondió: No lo haré si hallare allí treinta. 31Y dijo: He aquí
ahora que he emprendido el hablar a mi Señor: quizá se hallarán allí veinte. No
la destruiré, respondió, por amor a los veinte. 32Y volvió a decir:
No se enoje ahora mi Señor, si hablare solamente una vez: quizá se hallarán
allí diez. No la destruiré, respondió, por amor a los diez. 33Y
Jehová se fue, luego que acabó de hablar a Abraham; y Abraham volvió a su lugar.2
16Y los
varones se levantaron de allí, y miraron hacia Sodoma; y Abraham iba con ellos
acompañándolos. 17Y Jehová dijo: ¿Encubriré yo a Abraham lo que voy
a hacer, 18habiendo de ser Abraham una nación grande y fuerte, y
habiendo de ser benditas en él todas las naciones de la tierra? 19Porque
yo sé que mandará a sus hijos y a su casa después de sí, que guarden el camino
de Jehová, haciendo justicia y juicio, para que haga venir Jehová sobre Abraham
lo que ha hablado acerca de él. 20Entonces Jehová le dijo: Por
cuanto el clamor contra Sodoma y Gomorra se aumenta más y más, y el pecado de
ellos se ha agravado en extremo, 21descenderé ahora, y veré si han
consumado su obra según el clamor que ha venido hasta mí; y si no, lo sabré. 22Y
se apartaron de allí los varones, y fueron hacia Sodoma; pero Abraham estaba
aún delante de Jehová.
23Y se acercó Abraham y dijo:
¿Destruirás también al justo con el impío? 24Quizá haya cincuenta
justos dentro de la ciudad: ¿destruirás también y no perdonarás al lugar por
amor a los cincuenta justos que estén dentro de él? 25Lejos de ti el
hacer tal, que hagas morir al justo con el impío, y que sea el justo tratado como el impío;
nunca tal hagas.
El Juez de
toda
la tierra, ¿no ha de hacer lo que es justo? 26Entonces respondió
Jehová: Si hallare en Sodoma cincuenta justos dentro de la ciudad, perdonaré a
todo este lugar por amor a
ellos. 27Y Abraham replicó y dijo: He aquí ahora que he
comenzado a hablar a mi Señor, aunque
soy polvo y
ceniza. 28Quizá
faltarán de cincuenta
justos cinco; ¿destruirás
por
a a 18.10: Ro. 9.9.
b b 18.12: 1 P.
3.6.
c c 18.14: Lc.
1.37.
aquellos
cinco toda la ciudad? Y dijo: No la destruiré, si hallare allí cuarenta y
cinco. 29Y volvió a hablarle, y dijo: Quizá se hallarán allí
cuarenta. Y respondió: No lo haré por amor a los cuarenta. 30Y dijo:
No se enoje ahora mi Señor, si hablare: quizá se hallarán allí treinta. Y
respondió: No lo haré si hallare allí treinta. 31Y dijo: He aquí
ahora que he emprendido el hablar a mi Señor: quizá se hallarán allí veinte. No
la destruiré, respondió, por amor a los veinte. 32Y volvió a decir:
No se enoje ahora mi Señor, si hablare solamente una vez: quizá se hallarán
allí diez. No la destruiré, respondió, por amor a los diez. 33Y
Jehová se fue, luego que acabó de hablar a Abraham; y Abraham volvió a su lugar.2
Salmo 11
El refugio del justo
Al
músico principal. Salmo de David.
1 En Jehová he confiado;
¿Cómo decís a mi alma, Que escape al monte cual ave?
2 Porque he aquí, los malos tienden el arco,
Disponen sus saetas sobre la cuerda,
Para asaetear en oculto a los rectos de corazón.
3 Si fueren destruidos
los fundamentos,
¿Qué ha de hacer
el justo?
4 Jehová está en su santo templo; Jehová tiene en el cielo su trono;
Sus ojos ven, sus párpados examinan a los hijos de los
hombres.
5 Jehová prueba al justo;
Pero al malo y al que ama la violencia, su alma los
aborrece.
6 Sobre los malos
hará llover calamidades;
Fuego, azufre y viento abrasador será la porción del
cáliz de ellos.
7 Porque Jehová es justo, y ama la justicia;
El hombre recto mirará su rostro.3
2 Reina
Valera Revisada (1960)--------------------------------------------------------------------- 18.33
3 Reina Valera Revisada (1960)
Al
músico principal. Salmo de David.
1 En Jehová he confiado;
¿Cómo decís a mi alma, Que escape al monte cual ave?
2 Porque he aquí, los malos tienden el arco,
Disponen sus saetas sobre la cuerda,
Para asaetear en oculto a los rectos de corazón.
3 Si fueren destruidos
los fundamentos,
¿Qué ha de hacer
el justo?
4 Jehová está en su santo templo; Jehová tiene en el cielo su trono;
Sus ojos ven, sus párpados examinan a los hijos de los
hombres.
5 Jehová prueba al justo;
Pero al malo y al que ama la violencia, su alma los
aborrece.
6 Sobre los malos
hará llover calamidades;
Fuego, azufre y viento abrasador será la porción del
cáliz de ellos.
7 Porque Jehová es justo, y ama la justicia;
El hombre recto mirará su rostro.3
2 Reina
Valera Revisada (1960)--------------------------------------------------------------------- 18.33
3 Reina Valera Revisada (1960)
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