domingo, 29 de noviembre de 2015

¿Quién eres tú en Cristo Jesús?


29 de Noviembre
¡Eres Hijo(a) y heredero(a) del Todopoderoso Dios!
Por Riqui Ricón*
Y, ahora que pertenecen a Cristo, son verdaderos hijos de Abraham. Son sus herederos, y la promesa de Dios a Abraham les pertenece a ustedes  (Gal 3.29 NTV).
Tú NO eres más (y jamás volverás a serlo), un fracasado(a) perdedor(a), ni un pecador(a) destinado a la maldición de la muerte eterna. ¡No! ¡Nada de eso!
Vimos en la meditación del día de ayer que, por el Espíritu Santo prometido a los creyentes, en el Nuevo Pacto gozamos de toda la libertad a la que solamente tienen acceso los Hijos de Dios NACIDOS DE NUEVO.
El problema de la maldición y el pecado ya fue resuelto en esa cruz, para que tú, por medio de la fe en Jesucristo, recibieras la promesa del Espíritu y ahora formes parte de la familia de Dios.
Así que, hermanos, deudores somos, no a la carne, para que vivamos conforme a la carne; porque si vivís conforme a la carne, moriréis; mas si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis. Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios. Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre! El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios. Y si hijos, también herederos;  herederos de Dios y coherederos con Cristo (Ro 8.12-17a).
Al instante mismo de creer que Jesús es el Señor y Salvador de tu vida, y de acuerdo a la promesa, vino el Espíritu Santo y te dio Vida, haciendo que tu espíritu, muerto en pecados, Naciese de Nuevo. Ya no eres más esclavo del temor sino que, al contrario, puedes decirle a Dios con toda confianza y familiaridad, ¡Abba, Padre! ¡Papá! ¡Papito!
Tu realidad y circunstancias han cambiado totalmente; ahora eres de Cristo Jesús, pues Él te compró con Su Sangre. Eres linaje de Abraham porque la Biblia, que es la Palabra de Dios, y no miente, lo dice así. Eres Hijo(a) y heredero(a) del único Dios Vivo y Verdadero.
pues ahora, por la fe en Cristo Jesús, todos somos hechos hijos de Dios  (Gal 3.26 CST).
Recuerda siempre que no son las obras de la ley las que te dan tan honorable posición, sino el creerle a Dios al creerle a Su Palabra.
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él (Jn 3.16-17).
Adquiriste tu posición de Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo al momento de CREER que Dios te ama tanto que prefirió entregar a Su propio Hijo antes que perderte a ti.
MIREN CUÁNTO NOS ama el Padre celestial que permite que seamos llamados hijos de Dios. ¡Y lo mas maravilloso es que de veras lo somos! Naturalmente, como la mayoría de la gente no conoce a Dios, no comprende por qué lo somos  (1 Jn 3.1 BAD).
Obtienes tu Identidad de Hijo(a) Amado(a) de Dios cuando comprendes que Jesús lo hizo todo al morir y resucitar sólo por Amor a ti.
Esto es lo que significa ser linaje de Abraham y heredero(a) según la promesa.
Dios es bueno y como Padre es lo mejor de lo mejor. Él no te ha dejado, ni te dejará. Todo lo que ha prometido en la Biblia acerca de ti lo va a cumplir.
¡Dios te ama!
El SEÑOR está cerca de todos los que lo invocan, sí, de todos los que lo invocan de verdad. Él concede los deseos de los que le temen; oye sus gritos de auxilio y los rescata. El SEÑOR protege a todos los que lo aman (Sal 145.18-20 NTV).
Este día tienes todo el derecho de invocar a Dios y que Él te responda. Qué, ¿cómo lo sé? Porque está escrito que tu Padre celestial contestará tus oraciones. Pero el secreto de la oración eficaz bajo el Nuevo Pacto es que pidas como un Hijo verdadero le pediría a Su Padre.
Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. ¿Qué hombre hay de vosotros, que si su hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿O si le pide un pescado, le dará una serpiente? Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan? (Mat 7.7-11).
Así que, este día medita en todo esto. La Biblia dice que si Dios está contigo ¿quién contra ti? Cuánto más ahora que entiendes que Él no sólo está contigo, sino que ES tu propio Padre.
¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros? (Ro 8.31).
Te aseguro amigo(a) que no hay problema, enfermedad, pobreza, necesidad, temor, ansiedad, soledad y, en fin, ninguna adversidad que te puedan derrotar en esta tu Nueva Vida. Pues tú eres en Verdad un(a) genuino(a) y legítimo(a) Hijo(a) y heredero(a) del Dios Vivo y Verdadero.
Oremos en voz audible:
Amado Padre celestial, que maravilloso es saber que no tengo que esperar a ir al cielo para vivir como un(a) Hijo(a) del Rey. Gracias. Señor Jesús, por lo que hiciste por mí al morir en la cruz y resucitar, venciendo a la muerte, para darme la Vida que sólo pueden tener los Hijos de Dios. No puedo dejar de recordarlo cada día, pues por tu Gran Amor con que me has amado tengo derecho a la Vida Eterna, una Vida Nueva, plena y abundante. Gracias porque, de acuerdo a Tu Palabra, la Biblia, yo ya puedo comenzar a experimentar y vivir como Tu legítimo(a) Hijo(a), hoy, aquí y ahora. Así que, con Tu ayuda, Espíritu Santo, no voy a permitir que pensamientos de fracaso, derrota, desanimo, temor, amargura y ninguna otra mentira me vengan a robar, a despojar de lo que legítimamente es mío: mi herencia y mi identidad de Hijo(a) Tuyo(a), mi Dios. Tu Palabra es la Verdad, por lo tanto, creo y declaro que: ¡Todo lo puedo en Cristo que me fortalece! ¡En todas las cosas soy más que vencedor(a) por medio de Tu Amor, Señor Jesús! ¡Tú suplirás todo lo que me falta conforme a Tus riquezas en gloria! ¡Soy sano(a)! ¡Soy libre! ¡Soy próspero! ¡Soy dichoso(a)! En el nombre de Jesús. Amén.
Nota Importante:
¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco una relación con el Todopoderoso?
Sólo haz la siguiente oración en voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a Dios:
Señor Jesús, yo creo que eres el Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2011



Lectura y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.

Noviembre 29                               Gal 3.19-4.20   /  Lam 1-2  /  Sal 145

jueves, 26 de noviembre de 2015

¿Cuál es el verdadero Evangelio?


26 de Noviembre
¡No hay otro evangelio!
Por Riqui Ricón*
No que haya otro, sino que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo (Gal 1.7).
En la carta a los Gálatas la Escritura nos enseña a tener cuidado de no cambiar de evangelio; de hecho, no existen varios evangelios, solamente hay un evangelio y es el evangelio de Jesucristo: y éste es que Dios te ama de tal manera que entregó a Su único Hijo, Jesús, para que creas en Él y no te pierdas sino tengas Vida Eterna; pues Dios no envió a Su Hijo al mundo para condenarte, sino para que alcanzaras la plenitud de vida por medio de Él (Jn 3.16-17).
De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.  Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación;  que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación…  Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él (2 Co 5.17-19,21).
Si alguien está unido a Cristo, se convierte en un ser nuevo que ha dejado lo viejo atrás ¡y está totalmente renovado! Todo lo nuevo viene de Dios, quien nos ha reconciliado con él a través de Cristo y nos ha dado el trabajo de reconciliar a toda la gente con él. Lo que quiero decir es que a través de Cristo, Dios estaba tratando de reconciliar al mundo con él, sin tener en cuenta los pecados de nadie. Ese es el mensaje de reconciliación que nos encargó anunciar… Aunque Cristo no tenía ningún pecado, Dios lo hizo cargar con los nuestros para que por medio de él fuéramos declarados inocentes ante Dios (2 Co 5.17-19,21 PDT).
El verdadero Evangelio, las buenas noticias de Dios, es que Él te ama de una forma tan especial que, habiendo Jesucristo pagado con su vida, el precio de todos tus pecados, ahora está dispuesto a perdonarte olvidándolo todo. Pero, esto no es todo, apenas es el comienzo, ya que la justificación y el perdón de tus pecados se realizaron con el propósito expreso de que CREAS al Amor de Dios y así aceptes ser ahora Su Hijo(a).
Me dirás, cómo no voy a aceptar ser Hijo(a) de Dios. Bueno, pues hay personas que no lo aceptan, ya sea porque no lo saben o porque no lo creen, ya que a la familia de Dios se ingresa, exclusivamente, por medio de la fe en Jesús:
Para que TODO AQUEL  que en él CREE, no se pierda, mas tenga vida eterna (Jn 3.16b).
TODO AQUEL QUE CREE que Jesús es el Cristo, es nacido de Dios (1 Jn 5.1a).
para que abras sus ojos, para que se conviertan de las tinieblas a la luz, y de la potestad de Satanás a Dios; para que reciban, por la fe que es en mí, perdón de pecados y herencia entre los santificados (Hch 26.18).
Todo lo que tú tienes como Hijo(a) de Dios NACIDO(A) DE NUEVO, proviene del Amor tan grande y hermoso que Dios siente por ti, y ahora no solamente has sido justificado(a), hecho(a) justo(a), sino que eres la justicia de Dios en Cristo Jesús.
Por eso, como Hijo(a) y Justicia de Dios tienes entrada segura para conversar con Él (orar), con la certeza de ser escuchado(a) por tu Padre celestial quién tanto te ama.
Con mi voz clamaré a Jehová; Con mi voz pediré a Jehová misericordia. Delante de él expondré mi queja; Delante de él manifestaré mi angustia… Clamé a ti, oh Jehová; Dije: Tú eres mi esperanza, Y mi porción en la tierra de los vivientes (Sal 142.1-2, 5).
Amado(a), sea cual fuere la situación, problema o necesidad que estés enfrentando el día de hoy, puedes estar seguro(a) de que no estás solo(a); la Biblia, que es la Palabra de Dios, que no puede mentir, te asegura que Él no te ha dejado ni te dejará.
Aunque ande en valle de sombra de muerte, No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; Tu vara y tu cayado me infundirán aliento (Sal 23.4).
y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén (Mat 28.20).
¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros? (Ro 8.31).
Gracias a Jesús puedes hoy acercarte confiadamente al trono de la gracia pues, ya alcanzaste misericordia y hallaste gracia para el oportuno socorro (He 4.16).
Así que, no permitas que las circunstancias u otras voces te aparten del evangelio; Jesucristo es el mismo ayer, hoy y por los siglos (He 13.8).
Tú eres amado(a) y especial tesoro de Dios y de todo problema, angustia o enfermedad vas a salir más que vencedor(a) por medio de Aquel que te ha amado, Cristo Jesús. ¡Escrito está! ¡Es la Palabra de Dios! ¡No hay otro evangelio!
Oremos en voz audible:
Amado Padre celestial, este día quiero agradecerte por el Evangelio de Jesucristo, Tu Hijo. Señor Jesús, muchas gracias por lo que hiciste por mí al morir en esa cruz pagando el precio de todos mis pecados; gracias porque venciste a la muerte y, con tu resurrección, ahora yo tengo Vida Eterna. Gracias porque este ha sido el Plan más perfecto y maravilloso que pueda existir: porque Tú moriste, Jesús, mi vieja naturaleza y mi viejo yo murieron en esa cruz; todas mis deudas fueron pagadas y están canceladas, ¡he sido perdonado(a)! Porque Tú vives, ahora yo vivo también. Tengo todo el derecho a vivir una vida plena y abundante que no se limita a este tiempo, ni a este mundo, ¡soy eterno(a)! Amado Dios, por Tu Amor y el puro afecto de Tu Voluntad me has hecho Tu Hijo(a) y con toda confianza puedo llamarte mi Padre, mi Papá. ¡Puedo dejar de temer! ¡No estaré angustiado(a), nunca más! ¡Me deshago del espíritu de temor y duda! ¡Soy un(a) Hijo(a) del Rey! ¡No existe problema, enfermedad o adversidad que yo no pueda vencer! ¡En todas las cosas soy más que vencedor(a) por medio de Tu Amor, mi Señor Jesús. Gracias, por tan Buenas Noticias. ¡Todo lo puedo! En el nombre de Jesús.
 Nota Importante:
¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco una relación con el Todopoderoso?
Sólo haz la siguiente oración en voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a Dios:
Señor Jesús, yo creo que eres el Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2012



Lectura y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.

Noviembre 26                               Gal 1   /  Jer 47-48  /  Sal 142

miércoles, 25 de noviembre de 2015

¡Cómo pruebas tu FE!


25 de Noviembre
¡Él lo sabe todo!
Por Riqui Ricón*
El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento (2 P 3.9).
Entre más leas y medites la Palabra de Dios más te darás cuenta que Él es bueno y que Su Amor y misericordia para contigo es Eterna e infinita.
De acuerdo a la Biblia, nunca ha sido la voluntad de Dios que alguien termine en el infierno, ni que padezca hambre, ni enfermedad, ni ninguna de esas otras calamidades que aquellos que no lo conocen se las atribuyen a Dios son pretexto de un raro y obscuro propósito hacia nosotros de Su parte. Como si Dios necesitara enviarte una aflicción para enseñarte algún tipo de lección.
La Verdad es que, ¡Dios está deteniendo el final de los tiempos no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento!
Sin hacer acepción de personas, Dios ama a todos los seres humanos; y Él te ama tanto que prefirió entregar a Su propio Hijo antes que perderte a ti.
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él (Jn 3.16-17).
Jesús no vino a condenarte, ni a castigarte, ni a probarte para ver si en verdad lo amas o si en verdad eres justo. ¡Él lo sabe todo! ¡Él lo conoce todo! No necesita pruebas de tu fidelidad, ni de tu amor o arrepentimiento.
Jesús te ama y no vino al mundo a condenarte sino a salvarte. Él vino a este mundo para darte una nueva oportunidad, pero ahora con una vida y personalidad totalmente nuevas.
Todo aquel que cree que Jesús es el Cristo, es nacido de Dios... Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe. ¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios? (1 Jn 5.1a, 4-5).
Así es, sin importar cuales sean las circunstancias que estás viviendo el día de hoy, si tú crees que Jesús es el Cristo, el mesías salvador de la humanidad, y si tú le has reconocido como tu Señor y Salvador, entonces ahora tú eres un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo, y no de simiente corruptible sino de la incorruptible semilla que es la Palabra de Dios que vive y permanece para siempre.
Es creer esto, es creer la Palabra de Dios, lo único que te da la victoria sobre el mundo y te coloca arriba de tus circunstancias en lugar de estar debajo de ellas.
MIREN CUÁNTO NOS ama el Padre celestial que permite que seamos llamados hijos de Dios. ¡Y lo mas maravilloso es que de veras lo somos! Naturalmente, como la mayoría de la gente no conoce a Dios, no comprende por qué lo somos  (1 Jn 3.1 BAD).
Es por Amor que el Todopoderoso Dios te llama Hijo(a), y eso es lo que en Verdad eres: Un(a) amado(a) y legítimo(a) Hijo(a) de Dios. Por medio de Jesucristo, el Padre te ha hecho partícipe de la Vida Eterna, que es la Vida de los Hijos de Dios.
El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia (Jn 10.10).
Siempre encontrarás en la Biblia que la Voluntad de Dios para contigo es buena, agradable y perfecta. La Vida Eterna, que ya has recibido, es, y debe ser, una vida buena, plena y abundante. ¡Esta es tu herencia como Hijo(a) de Dios! Por esto, Jesús detiene su venida, para que los que aún no le aceptan como Señor y Salvador de sus vidas se arrepientan (cambien su forma de pensar), y reciban el regalo de la Vida Eterna como Hijos de Dios.
Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre! (Ro 8.15).
Hoy, por Cristo Jesús, eres un(a) Hijo(a) amado(a) del único Dios vivo y verdadero. Puedes hablar con Él y decirle con toda confianza: Abba, Papá, Papito.
Oremos en voz audible:
Amado Padre celestial, que hermoso es poder decirte Papá, Papito. Gracias por tanto y tan grande Amor que tienes por mí. Yo también te amo con todas mis fuerzas, mente y con todo mi corazón. Cada día estoy creyendo más lo que dices en Tu Palabra, la Biblia; por lo que hoy sé, que como Hijo(a) Tuyo(a), en cualquier problema, enfermedad o adversidad, soy más que vencedor(a) por medio de Aquel que me amó, Cristo Jesús, mi Rey, Señor y Salvador. ¡Todo lo puedo en Cristo que me fortalece! Y estoy seguro(a) que, ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada me podrá separar de Tu Amor, oh Dios, que es en Cristo Jesús mi Señor. ¡Soy sano(a)! ¡Soy libre! ¡Soy prospero(a)! ¡Soy dichoso(a)! En el nombre de Jesús. Amén.
 Nota Importante:
¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco una relación con el Todopoderoso?
Sólo haz la siguiente oración en voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a Dios:
Señor Jesús, yo creo que eres el Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2012



Lectura y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.

Noviembre 25                               2 P 3   /  Jer 45-46  /  Sal 141

martes, 24 de noviembre de 2015

¿De qué se trata esta Vida?



24 de Noviembre
¡Se trata del Amor de Dios!
Por Riqui Ricón*
Yo sé que Jehová tomará a su cargo la causa del afligido, Y el derecho de los necesitados. Ciertamente los justos alabarán tu nombre; Los rectos morarán en tu presencia (Sal 140.12-13).
Aquí, la expresión yo sé, del hebreo yadá, significa tener un conocimiento íntimo y seguro por medio del cual se puede descansar, se puede confiar, se puede tener paz.
Así que, si Dios en Su Palabra, la Biblia, enfáticamente se compromete hacerse cargo de la causa del(a) afligido(a), entonces, sin importar las circunstancias que estés enfrentando el día de hoy, puedes tener la certeza, la plena confianza, que Él dará cumplimiento a todas y cada una de las Palabras que han salido de Su boca.
Entonces él tomó su parábola, y dijo: Balac, levántate y oye; Escucha mis palabras, hijo de Zipor: Dios no es hombre, para que mienta, Ni hijo de hombre para que se arrepienta. El dijo, ¿y no hará? Habló, ¿y no lo ejecutará? He aquí, he recibido orden de bendecir; El dio bendición, y no podré revocarla (Num 23.18-20).
¡Buenas Noticias! Este día, puedes estar tranquilo(a) pues Dios mismo, tu Padre, tomará a Su cargo tu causa y tu derecho. ¡No estás solo(a)! ¡Él no te ha dejado, ni te dejará! Te lo ha dicho en Su Palabra y ten por seguro que lo va a cumplir. ¡Dios no miente!
Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo (Jn 16.33).
Es un hecho establecido por Dios que las enfermedades, problemas y aflicciones no podrán derrotarte, a menos que tú les des credibilidad. A menos que tú te pongas de acuerdo con tus problemas y aflicciones, en lugar de ponerte de acuerdo con la Palabra de Dios, de todas ellas saldrás más que vencedor(a). ¿Cómo lo sé? ¿Cómo pudo estar tan seguro? Porque Dios te ha dado Su Palabra y Su Palabra es Palabra de Honor.
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él (Jn 3.16-17).
Sea cual sea el problema, enfermedad, aflicción o reto que estés enfrentando el día de hoy, ten paz; puedes confiar que saldrás más que vencedor(a) por medio de Aquel que te ama tanto que prefirió ir a la cruz para pagar todos tus pecados, antes que perderte a ti. Y no sólo murió sino que también resucito por ti, venciendo a la muerte para darte la Vida Eterna; la vida plena y abundante que sólo pueden gozar los Hijos de Dios, aquellos que, en medio de cualquier dificultad, saben que saben que Dios está con ellos.
¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros? (Ro 8.31).
Me dirás, eso está muy bien para ustedes los pastores, ministros y predicadores, pero yo no tengo ese nivel de unción, ni de fe, ni de santidad, etc. ¡Nada más alejado de la Verdad! Esto no se trata de lo que tú o yo podamos lograr o alcanzar, ni de lo que hayamos hecho de nuestras vidas.
Pero, cuando se cumplió el tiempo establecido, Dios envió a su Hijo, nacido de una mujer y sujeto a la ley. Dios lo envió para que comprara la libertad de los que éramos esclavos de la ley, a fin de [Su propósito y no el tuyo] poder adoptarnos como sus propios hijos. Y, debido a que somos* sus hijos, Dios envió al Espíritu de su Hijo a nuestro corazón, el cual nos impulsa a exclamar «Abba, Padre». Ahora ya no eres un esclavo sino un hijo de Dios. Y, como eres su hijo, Dios te ha hecho [Él lo hizo y no tú] su heredero (Ga 4.4-7 NTV).
No se trata de lo que tu hayas hecho con tu vida,  ni de lo que estés haciendo o puedas hacer en el futuro. ¡No! ¡Nada de eso! Se trata de lo que Él hizo al morir en esa cruz. Se trata del gran Amor con que Dios te ama. Se trata de que Cristo Jesús ya pagó y tú no tienes que pagar más. Se trata de quién eres tú ahora, un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo, no de simiente corruptible sino de la incorruptible semilla que es la Palabra de Dios que vive y permanece para siempre. Se trata de esa Vida Nueva que Él adquirió para ti y se trata de que decidas que es tuya, que la mereces por el hecho de que se compró para ti y decidas vivirla plena y abundantemente, creyéndole a Dios, creyendo Su Palabra.
¡Se trata de que no deseches la Gracia!
Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos) (Efe 2.4-5).
MIREN CUÁNTO NOS ama el Padre celestial que permite que seamos llamados hijos de Dios. ¡Y lo mas maravilloso es que de veras lo somos! Naturalmente, como la mayoría de la gente no conoce a Dios, no comprende por qué lo somos  (1 Jn 3.1 BAD).
Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma (3 Jn 2).
¡Asombroso! ¿Verdad?
La Biblia es la Palabra de Dios y es perfectamente clara en cuanto a Su voluntad para contigo, la cual es buena, agradable y perfecta. Si haces de la Biblia la norma máxima de tu existencia, leyendo y meditándola de día y de noche para ponerla en tu mente, boca y corazón, entonces, SABRÁS (yadá) que, ciertamente, Dios tomará a Su cargo tu causa y tu derecho, pues eres, sin lugar a dudas, Su Hijo(a) amado(a).
Oremos en voz audible:
Amado Padre celestial, yo decido creer lo que dices de mí en Tu Palabra, la Biblia. Creo que me amas tanto que diste a Tu Hijo, Jesús, para que yo crea en Él y no me pierda sino que tenga Vida Eterna. Creo que en la muerte de Jesús he sido justificado(a) y perdonado(a). Creo que con Su resurrección venció a la muerte y yo recibí la Vida Nueva, la Vida Eterna de un(a) Hijo(a) de Dios, el (la) cual ahora soy yo. Creo que el miedo, la muerte, el pecado, la enfermedad, la pobreza, la tristeza, la depresión, etc., están todos vencidos y yo estoy por encima de ellos. Señor Jesús, Tú te has hecho cargo de mi causa y de mi derecho, ¡no voy a temer! ¡Todo lo puedo en Ti, mi Señor! ¡Yo soy Tuyo(a) y ya los he vencido, porque mayor eres Tú, Espíritu Santo, que estás en mí y conmigo, que el que está en el mundo! ¡Resisto al espíritu de temor y duda! ¡Resisto a la enfermedad y la pobreza! Soy un(a) Hijo(a) del Rey y voy a vivir por siempre, en plenitud y abundancia. Voy hacer de éste, y de cada día, el mejor día de mi vida. En el nombre de Jesús. Amén.
 Nota Importante:
¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco una relación con el Todopoderoso?
Sólo haz la siguiente oración en voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a Dios:
Señor Jesús, yo creo que eres el Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2012



Lectura y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.

Noviembre 24                               2 P 2   /  Jer 43-44  /  Sal 140

jueves, 19 de noviembre de 2015

¿Qué es la Salvación?


19 de Noviembre
¡Mucho Más allá del cielo!
Por Riqui Ricón*
Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa,  pueblo adquirido por Dios,  para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable;  vosotros que en otro tiempo no erais pueblo, pero que ahora sois pueblo de Dios; que en otro tiempo no habíais alcanzado misericordia, pero ahora habéis alcanzado misericordia (1 P 2.9-10).
La palabra Evangelio significa buenas noticias y esto es en verdad el Evangelio de Jesucristo, ¡Buenas Noticias! Tú has sido escogido(a) y adquirido(a) por Dios como real sacerdocio y nación santa con el propósito de ser embajador(a) Suyo(a) en esta tierra.
Así que somos embajadores de Cristo; Dios hace su llamado por medio de nosotros. Hablamos en nombre de Cristo cuando les rogamos: «¡Vuelvan a Dios!» (2 Co 5.20 NTV).
Así que, como puedes ver, tu vida en este mundo no se trata de que hagas todo lo posible para irte al cielo al final de tus días sino que, tu vida en este mundo se trata de vivir una Vida con Propósito, una Vida plena y abundante, pues ahora, al haber Nacido de Nuevo y con Jesús en tu corazón, como Rey y Señor de tu vida, eres totalmente apto(a) para participar de la herencia de los santos en luz.
Por eso, desde el día en que lo supimos no hemos dejado de orar por ustedes. Pedimos que Dios les haga conocer plenamente su voluntad con toda sabiduría y comprensión espiritual,  para que vivan de manera digna del Señor, agradándole en todo. Esto implica dar fruto en toda buena obra, crecer en el conocimiento de Dios y ser fortalecidos en todo sentido con su glorioso poder. Así perseverarán con paciencia en toda situación, dando gracias con alegría al Padre. Él los ha facultado para participar de la herencia de los santos en el reino de la luz (Col 1.9-11 NVI).
Y, ¿cuál será esa herencia?
alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos (Efe 1.18).
¿Cuál es la esperanza a la que Él te ha llamado? ¿Cuál es la riqueza de la gloria de tu herencia? Veamos,
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él (Jn 3.16-17).
Dios te ama tanto que prefirió entregar a Su propio Hijo antes que perderte a ti y si te das cuenta, la Escritura dice que ahora, sí, AHORA, gozas de la Vida Eterna que Cristo Jesús compró para ti al pagar todos tus pecados en esa cruz.
Porque si bien la paga del pecado es muerte, el regalo que nos da Dios es vida eterna a través de Jesucristo nuestro Señor (Ro 6.23 BAD).
La Biblia, que es la Palabra de Dios, y no miente, no dice que obtendrás la Vida Eterna por tus acciones justas; dice que ya tienes la Vida Eterna por lo que el Justo hizo por ti. Así como no dice que algún día serás linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios sino que enfáticamente declara que YA LO ERES, de la misma forma ya se te ha otorgado, como un regalo, la Vida Eterna. ¡Es tuya!
Esto es algo que el Espíritu Santo, hablándonos desde lo profundo de nuestro propio espíritu, nos enseña y asegura: que verdaderamente somos hijos de Dios. Y pues que somos sus hijos, somos también sus herederos, herederos de Dios y coherederos con Cristo, para compartir con él las riquezas de su gloria habiendo compartido también sus sufrimientos (Ro 8.16-17 CST).
Legítima y legalmente tú eres un(a) Hijo(a) de Dios y tienes pleno derecho a la herencia que tu Padre ha preparado para ti.
Porque Dios los conoció desde el principio, y de antemano los destinó a ser semejantes a su Hijo Jesucristo, a fin de que él sea el mayor entre todos los hermanos (Ro 8. 29 CST).
Entonces, la esperanza a la que Dios te ha llamado, la riqueza de la gloria de tu herencia, es la Vida Eterna que sólo un(a) Hijo(a) de Dios Nacido de Nuevo puede disfrutar. Ahora eres amado y considerado(a) por Dios exactamente de la misma forma que Él Ama y considera a Su Hijo Jesús.
Yo en ellos y tú en mí formamos una unidad perfecta, para que el mundo sepa que tú me enviaste y entienda que tú los amaste [a ellos –o sea a ti-] tanto como me has amado a mí (Jn 17.23 BAD).
En esto se ha perfeccionado el amor en nosotros, para que tengamos confianza en el día del juicio; pues como él es, así somos nosotros en este mundo (1 Jn 4.17).
Si lo meditas bien, esto forzosamente tendrá que cambiar tu perspectiva de lo que tu vida es. Puesto que tus días jamás van a llegar a su fin, entonces te pertenece un propósito mayor que la mera subsistencia o sobrevivencia. Poner todos tus problemas y expectativas bajo los lineamientos de la Eternidad (la cual te pertenece), hará patente, en tu vida, la realidad de la justicia y del Amor de Dios trayendo el gozo y la paz que te permitirán alcanzar tu propósito.
Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados (Ro 8.28).
Así pues, por la Presencia del Espíritu Santo en tu vida, tú eres un(a) Hijo de Dios, tienes propósito en esta vida y estás fortalecido(a) con todo poder conforme a la potencia de Su gloria, para toda paciencia y longanimidad, con gozo, para que vivas como es digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios (Col 1.9-14). Esto es lo que dice la Biblia, que es la Palabra de Dios, y no miente, por lo tanto, esto es LA VERDAD.
No importa como fuera tu vida anteriormente, ahora le perteneces a Dios y has alcanzado misericordia. Recuerda siempre que Dios te ama tanto que prefirió entregar a Su propio Hijo, Jesucristo, para pagar todos tus pecados, antes que perderte a ti. Y esto lo hizo con toda la intención de poder hacer de ti un(a) Hijo(a) Suyo(a).
Porque convenía a aquel por cuya causa son todas las cosas, y por quien todas las cosas subsisten, que habiendo de llevar muchos hijos a la gloria, perfeccionase por aflicciones al autor de la salvación de ellos (He 2.10).
MIREN CUÁNTO NOS ama el Padre celestial que permite que seamos llamados hijos de Dios. ¡Y lo mas maravilloso es que de veras lo somos! Naturalmente, como la mayoría de la gente no conoce a Dios, no comprende por qué lo somos (1 Jn 3.1 BAD).
Ahora como Hijo(a) de Dios NACIDO(A) DE NUEVO tienes TODO EL DERECHO a una vida plena y abundante, aquí y ahora, sobre el planeta Tierra.
El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia (Jn 10.10).
Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma (3 Jn 2).
En el antiguo testamento, la lectura del día hoy, la Biblia nos enseña un poco más acerca del amplio significado de la salvación que Jesucristo compró para ti al pagar TODOS tus pecados en esa cruz y del propósito Eterno señalado para ti:
He aquí que yo les traeré sanidad y medicina; y los curaré, y les revelaré abundancia de paz y de verdad (Jer 33.6).
Salud, prosperidad, abundancia de paz y de verdad son apenas algunos de los derechos que contempla el ser linaje escogido, real sacerdocio, nación santa,  pueblo adquirido por Dios, ya que ahora, en verdad puedes vivir una vida plena y abundante como Hijo(a) del Dios Altísimo.
No tienes por qué resignarse a padecer enfermedad alguna sólo porque tu cuerpo físico así lo siente o los médicos lo confirman. Esa pudiera ser tu realidad momentánea pero no es la Verdad, pues la Verdad dice:
quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados (1 P 2.24).
Así que, sin importar cuál sea tu situación o como te sientas el día de hoy, ten por cierto que puedes, en el nombre de Jesús, de una vez por todas, saberte y creer que eres linaje escogido, real sacerdocio, un(a) Hija(o) de Dios y RECIBIR, en este momento, lo que Jesús ganó para ti, tu sanidad, prosperidad, gozo, paz y amor.
¡No temas! ¡Cree solamente! ¡Al que cree, todo le es posible! ¡Sé sano(a)! ¡Sé libre! ¡Sé prospero(a)! ¡Recibe lo que legítimamente es tuyo! ¡Ten por cierto que vivirás más allá del cielo! ¡En el nombre de Jesús!
Oremos en voz audible:
Amado Padre celestial, cada día me doy cuenta más y más de la grandeza y hermosura de Tu Amor para conmigo. No puedo parar de darte las gracias y decirte lo mucho que te amo. Sólo Tú, el Todopoderoso Dios, has podido planear y llevar a cabo tan perfecto y maravilloso plan, gracias al cual hoy sé quién soy yo y para que estoy aquí. Por Ti, Jesucristo, y sólo por Ti, soy un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo. Soy linaje escogido, real sacerdocio, nación santa,  pueblo adquirido por Ti, mi Dios,  para que yo anuncie las virtudes de Aquel que me llamó de las tinieblas a Su luz admirable; yo ______________ (tu nombre aquí) que en otro tiempo no era nadie, pero que ahora soy Hijo(a) del único Dios, vivo y verdadero; yo ______________ (tu nombre aquí) que en otro tiempo no había alcanzado misericordia, pero ahora, por Cristo Jesús, he alcanzado Tu misericordia. Tengo Vida Eterna y puedo vivirla y la voy a vivir, plena y abundantemente. En Tu Nombre, mi Señor Jesús. Amén.
 Nota Importante:
¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco una relación con el Todopoderoso?
Sólo haz la siguiente oración en voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a Dios:
Señor Jesús, yo creo que eres el Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2012



Lectura y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.

Noviembre 19                               1 P 2   /  Jer 33-34  /  Sal 135