Domingo 29 de
Septiembre de 2013.
¡Buena, agradable y perfecta!
Por Riqui Ricón*
Cuando yo decía: Mi pie
resbala, Tu misericordia, oh Jehová, me sustentaba. En la multitud de mis pensamientos dentro de mí, Tus consolaciones alegraban mi alma (Sal 94.18-19).
Lo más maravilloso de ser un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo es
que puedes confiar totalmente en tu Padre celestial.
Jehová de los ejércitos,
Dichoso el hombre (y la mujer) que en ti
confía (Sal 84.12).
La Palabra de Dios es el Honor de Dios y, por lo tanto, tienes absoluta
certeza para vivir la Vida Victoriosa que se te ofrece a través de ella.
Pudiera ser que, a tu entender, estás a punto de resbalar y caer delante
de algún problema o circunstancia adversa pero, la Verdad, es que Dios te
sostiene con Su Amor y misericordia, y, si puedes creer, Él ha ordenado que se
te dé un manto de alegría en lugar del espíritu angustiado ofreciéndote paz y
alegría a tu alma (tus pensamientos y emociones), en lugar del temor y la
aflicción.
Mas Jehová me ha sido por
refugio, Y mi Dios por roca de mi confianza (Sal 94.22).
Así que, para iniciar bien este
día debes establecer claramente en tu vida y corazón que, de acuerdo a la
Palabra de Dios, tú eres la persona más importante para Dios.
¡Él te ama tanto que prefirió
entregar a Su propio Hijo antes que perderte a ti!
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha
dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas
tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino
para que el mundo sea salvo por él (Jn
3.16-17).
Por lo tanto, Dios no te ha
dejado, ni te dejará jamás, y además ha decretado Palabras Eternas de Amor y Bendición
sobre tu Vida.
Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas
las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma (3 Jn 2).
¿Te das
cuenta? ¡Ni la pobreza, ni la enfermedad, ni ninguna otra cosa que te robe el
gozo y la paz serán, jamás, la voluntad de Dios, tu Padre!
Dado que la buena voluntad de
Dios para contigo es agradable y perfecta puedes dejar de temer y comenzar a
creer.
¡Cambia tu forma de pensar y
cambiarás tu forma de hablar!
Para lograr esto necesitas tomar
la firme determinación de hacer de la Biblia la norma máxima de tu vida y te
aseguro que tú ya no le permitirás más a ningún problema, enfermedad o
circunstancia volver a establecerse en tu vida en contra de la voluntad de
Dios.
Tú guardarás en completa paz a
aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado (Isa 26.3).
Confía en Dios y no permitas que
la apariencia de tus circunstancias te llenen de miedo, duda y desánimo,
robándote la fe [que es creerle a Dios, creyendo Su Palabra]. Tú puedes, como tu
Padre, llamar las cosas que no son como si fueran, así que, sométete a la
Palabra de Dios y resiste el temor, la pobreza y la enfermedad llamando a la fe
[que es creerle a Dios, creyendo Su Palabra], llamando a la prosperidad y a la
salud que Cristo Jesús ya compró para ti a precio de Su Sangre.
¡Es tu derecho!
Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que
de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo
que en él está escrito; porque
entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien. Mira que te
mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu
Dios estará contigo en dondequiera que vayas (Jos 1.8-9).
¡Cambia tu forma de pensar y
cambiarás tu forma de hablar!
Haz de la Biblia la norma máxima
de tu vida poniéndola en tu mente, boca y corazón, porque entonces, no antes,
ni después, ni de ninguna otra forma, sino entonces harás prosperar tu camino y
TODO te saldrá bien.
Jehová de los ejércitos,
Dichoso el hombre (y la mujer) que en ti
confía (Sal 84.12).
Dios no miente. Él lo ha dicho y
lo va hacer. Él lo ha hablado y lo va a ejecutar.
¡Fíjense qué gran amor nos ha dado el Padre, que se nos llame hijos de Dios! ¡Y lo somos!
El mundo no nos conoce, precisamente
porque no lo conoció a él (1 Jn 3.1 NVI).
Tú eres ese (esa) Hijo(a) de Dios
que confía en su Padre y sabes, que sabes, que tu vida está ya resuelta. La
resolvió Jesús al morir en esa cruz pagando todos tus pecados y al resucitar
venciendo a la muerte para darte, a ti, la Vida Eterna; que es la Vida que sólo
un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo tiene DERECHO a disfrutar.
El ladrón no viene sino para hurtar y matar y
destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia (Jn 10.10).
Una Vida plena y abundante.
Jesús lo dijo: ¡Consumado es!
Así que, muy a pesar de tus
circunstancias, ten por cierto que hoy, ¡tú puedes ser feliz!
Oremos en voz audible:
Amado Padre celestial, vengo
delante de Tu Presencia para declarar que estoy lleno(a) de fe. Sé que me amas
tanto que preferiste entregar a Tu Hijo, Jesús, antes que perderme a mí. Soy tu
especial tesoro y aunque mi padre y mi madre me hayan dejado, con todo Tú me
has recogido. ¡Soy amado(a) de Dios! Me determino hoy a seguir creyendo Tu
Palabra, la Biblia. Señor Jesús, este día puedo estar confiado delante de Tu
Presencia sabiéndome amado(a) por Ti. Soy dichoso(a), mil veces feliz, pues Tú
estás aquí conmigo y si Dios es conmigo ¿quién contra mí? Tu Palabra me
sustenta y alegra mi alma. Sé que me quieres próspero(a), saludable y en
plenitud. Mis pensamientos y corazón están contigo, Señor. Aunque ande en valle
de sombra y de muerte no temeré mal alguno porque Tú, Jesús, estás conmigo.
Caerán a mil lado mil y diez mil a mi diestra más a mí no llegará porque en Ti
yo he creído. Resisto al espíritu de temor y duda, y me determino a hacer de
este día el mejor día de mi vida recibiendo Tu Amor y Tu Verdad. ¡Tu Palabra es
la Verdad! Todo lo puedo y en Ti, Jesús, en todas las cosas soy más que
vencedor(a). Así es, en Ti, Jesús, tengo mi vida resuelta. Por lo tanto, resisto
al espíritu de desánimo e incredulidad que quiere sembrar en mí, su miedo. Soy
sano(a) y soy libre, pues la ley del espíritu de vida en Cristo Jesús me ha
hecho libre de la ley del pecado y de la muerte. ¡Soy próspero(a)! ¡Soy
dichoso(a)! ¡Soy un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo! En el nombre de
Jesús. Amén.
Nota Importante:
¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco una relación con el
Todopoderoso?
Sólo haz la siguiente oración en voz audible poniendo toda tu
atención y corazón a lo que le estás diciendo a Dios:
Señor
Jesús, yo creo que eres el Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen
María para pagar todos mis pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te
digo el día de hoy que sí acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí
acepto Tu Sangre preciosa derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro
mi corazón y te invito a entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y
para siempre Tú seas mi único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi
Señor. Gracias, Dios Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe
he pasado de muerte a Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz
admirable. ¡Hoy he Nacido de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú
eres mi Padre! ¡Nunca más estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el
nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C. Peredo
Jaime © 2011
Lectura
y Meditación de la Palabra de Dios
Haz
estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Septiembre
29 3
Jn / Es 7-8
/ Sal 94