martes, 30 de abril de 2013

¿Cuál es tu prioridad?

 
Martes 23 de Abril de 2013.
¡Tu prioridad es La Palabra!
Por Riqui Ricón*
¡Quién me diera el saber dónde hallar a Dios! Yo iría hasta su silla. Expondría mi causa delante de él, Y llenaría mi boca de argumentos. Yo sabría lo que él me respondiese, Y entendería lo que me dijera. ¿Contendería conmigo con grandeza de fuerza? No; antes él me atendería. Allí el justo razonaría con él; Y yo escaparía para siempre de mi juez (Job 23. 3-7).
Encontrar a Dios y tener una relación con Él es la más grande garantía de éxito y felicidad en la vida. ¡Cuántas personas quieren saber dónde hallar a Dios! ¡Cuántas personas necesitan encontrar a Dios! Sin embargo, pareciera que no son tantas las que en verdad lo están buscando.
Yo amo a los que me aman, Y me hallan los que temprano me buscan (Pro 8. 17).
La mayoría de los cristianos confiesan creer que la Biblia es la Palabra de Dios. Muchos de ellos han llegado a llamarla El Manual del Fabricante, dando a entender que ahí, en las Escrituras, se encuentra la solución y respuesta a todos los problemas e interrogantes de la vida. Sin embargo, son muy, pero muy, pocos los que dedican más de cinco minutos diarios de su tiempo para el estudio de la Palabra de Dios.
Dios te creó a Su Imagen, conforme a Su Semejanza, esto es, espíritu, alma y cuerpo. Ahora, tú, que has hecho a Jesucristo el Señor y Salvador de tu vida, has Nacido de Nuevo; eres espíritu Nuevo creado por Dios, eres un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo. Sin embargo, a diferencia de tu cuerpo, el cual alimentas tres veces al día, ¿pretendes desarrollar todo tu potencial como Hijo(a) del Reino alimentándote de la Palabra de Dios, la Biblia, tan sólo una o dos veces a la semana?
Y le dijo Pedro: Eneas, Jesucristo te sana; levántate, y haz tu cama. Y en seguida se levantó… Entonces, sacando a todos, Pedro se puso de rodillas y oró; y volviéndose al cuerpo, dijo: Tabita, levántate. Y ella abrió los ojos, y al ver a Pedro, se incorporó. Y él, dándole la mano, la levantó; entonces, llamando a los santos y a las viudas, la presentó viva. (Hch 9. 34, 40-41).
¡Qué asombrosa es la vida de Pedro! Llena de poder y autoridad. Sin embargo, no siempre fue así; por poco se ahoga por tener miedo y dudar cuando intentó llegar a Jesús caminando sobre las aguas del mar de Galilea; además, poco después de haber jurado que él moriría por Jesús le negó tres veces, maldiciéndolo. Como puedes ver, él no era muy diferente a ti o a mí. Lo importante aquí es que él Nació de Nuevo, recibió al Espíritu Santo como el cumplimiento de la promesa del Nuevo Pacto y puso la Palabra de Dios en su boca, mente y corazón. ¡Nunca más fue el mismo!
Entonces los doce convocaron a la multitud de los discípulos, y dijeron: No es justo que nosotros dejemos la palabra de Dios, para servir a las mesas… Y nosotros persistiremos en la oración y en el ministerio de la palabra (Hch 6. 2, 4).
La Biblia, que es la palabra de Honor de Dios y no puede mentir, es la fuente de tu fe y el fundamente de tu relación con Dios mediante Su Hijo Jesucristo.
Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí. Si me conocieseis, también a mi Padre conoceríais; y desde ahora le conocéis, y le habéis visto (Jn 14. 6-7).
Para conocer bien a una persona necesitas pasar tiempo con ella, para conocer a Dios necesitas dedicarle tiempo a Su Palabra. No es la oración lo que te permite conocerle sino Su Palabra. La mayoría de los creyentes acuden a la oración para pedir, interceder, alabar y adorar, pero escuchan poco de Él y le conocen menos pues no le han dado a la Biblia el lugar y la prioridad que merece en sus corazones y en sus vidas.
Josué amaba tanto la presencia de Dios que nunca se separaba del tabernáculo de reunión, sin embargo, no fue en esa comunión en la oración que Dios le dijo que se esforzara y fuera valiente y así lograría los objetivos de su llamado y ministerio.
Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien. (Jos 1. 8).
Josué fue un hombre de oración efectiva porque, obedeciendo a Dios, hizo de la Palabra de Dios la norma máxima de Su Vida.
Ese día en que el SEÑOR entregó a los amorreos en manos de los israelitas, Josué le dijo al SEÑOR en presencia de todo el pueblo: «Sol, deténte en Gabaón, luna, párate sobre Ayalón.» El sol se detuvo y la luna se paró, hasta que Israel se vengó de sus adversarios. Esto está escrito en el libro de Jaser. Y, en efecto, el sol se detuvo en el cenit y no se movió de allí por casi un día entero. Nunca antes ni después ha habido un día como aquél; fue el día en que el SEÑOR obedeció la orden de un ser humano. ¡No cabe duda de que el SEÑOR estaba peleando por Israel! (Jos 10.12-14).
Como en el caso de Josué, puedes ver que, efectivamente, la oración es poderosa, pero la Palabra de Dios, la Biblia, puesta en la boca, mente y corazón de un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo, y que la usa para orar, es muchísimo más poderosa.
Conocer a Dios y tener una relación con Él es sencillo. Cristo Jesús abrió el camino. ¡Cristo Jesús es el Camino!
El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia (Jn 10.10).
Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas; tomarán en las manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán (Mar 16.17-18).
Vivir la Vida Plena que Cristo Jesús adquirió para ti es fácil. Sólo sigue las instrucciones del Manual del Fabricante. Lee y medita la Palabra de Dios todos los días. Haz de la Biblia la norma máxima de tu existencia poniéndola en tu boca, mente y corazón, pues entonces harás prosperar tu camino y todo te saldrá bien. Al fin y al cabo, es la Palabra de Dios, es Palabra de Honor.
Oremos en coz audible:
Amado Padre celestial, hoy quiero darte las gracias por Tu hermosa, Eterna e Infalible Palabra, la Biblia. Gracias porque es lámpara a mis pies y luz en mi camino; es viva y eficaz y más cortante que toda espada de dos filos. Sé que Tú no mientes, ni te arrepientes, que lo que has dicho lo vas hacer, lo que has hablado lo vas a ejecutar y por lo tanto, tengo en Tu Palabra la garantía, la seguridad y convicción de que soy quién Tú, Señor, dices que soy: un(a) Hijo(a) Tuyo(a) Nacido(a) de Nuevo y amado(a) por Ti; Padre, yo soy Tu especial tesoro; en todo problema, angustia o enfermedad soy más que vencedor(a) por medio de Tu Amor, Cristo Jesús, mi Rey, Señor y Salvador; todo lo puedo; soy sano(a) y soy libre. No moriré pues tengo Vida Eterna y tengo todo el derecho y los recursos para hacer de mi vida una vida Plena y Abundante en Tu Nombre, Señor Jesús. Tú lo has dicho y esta es Tu Palabra de Honor. Muchas gracias. En el nombre poderoso de Cristo Jesús. Amén.
 Nota Importante:
¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco una relación con el Todopoderoso?
Sólo haz la siguiente oración en voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a Dios:
Señor Jesús, yo creo que eres el Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2011
 

Lectura y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Abril 23                                 Hch 9. 26-43 /  Jos 5-6 /  Job 23
 


¿Cuál es el problema de Dios?

 
Lunes 22 de Abril de 2013.
¡Dios no tiene ningún problema! ¡Y tú tampoco!
Por Riqui Ricón*
Mas yendo por el camino, aconteció que al llegar cerca de Damasco, repentinamente le rodeó un resplandor de luz del cielo; y cayendo en tierra, oyó una voz que le decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? El dijo: ¿Quién eres, Señor? Y le dijo: Yo soy Jesús, a quien tú persigues; dura cosa te es dar coces contra el aguijón. El, temblando y temeroso, dijo: Señor, ¿qué quieres que yo haga? Y el Señor le dijo: Levántate y entra en la ciudad, y se te dirá lo que debes hacer (Hch 9. 3-6).
En verdad que no entiendo a las personas que consideran a Dios como alguien tan amargado y enojón que si sus criaturas no le obedecen o le rinden la apropiada adoración, entonces, monta en cólera de tanta frustración. Como si algo, por culpa de alguien, no le salió bien a Aquel que es Perfecto en todo.
Ese no es el Dios y Padre que te revela la Biblia. Más bien, Él es un Dios Soberano y Todopoderoso que tiene control y dominio sobre todo, tan lleno de Amor y misericordia por los seres humanos que diseñó un plan infalible para su redención.
Por ejemplo, pon atención a la oración de arrepentimiento y salvación más simple y genuina que hay en la Biblia que es la que Pablo hace camino a Damasco, ¿Quién eres, Señor? Y lo más asombroso es la respuesta de Jesús, Yo soy Jesús, a quien tú persigues; dura cosa te es dar coces contra el aguijón.
¡Ningún reproche! ¡Sin enojo ni recriminación alguna! Ningún “qué te crees miserable e indigno asesino de mis Hijos”, ningún “fájate bien los pantalones y veremos de que estás hecho pues ahora Yo voy a tratar contigo”. ¡No! ¡Nada por el estilo!
¡Solo Amor! El llano, simple y puro Amor de Dios para con este asesino y perseguidor de la Iglesia. ¡Asombroso, realmente asombroso!
Lo cierto es que así es Dios. Él no tiene ningún complejo, ni enojo, ni necesidad de condenar a nadie. Él no tiene el más mínimo temor, ni la más mínima duda, que su Palabra y Autoridad vayan a ser burlados o menoscabados por nadie. ¡Él es Dios!
Por esto, es sumamente revelador y alentador lo que Dios dice acerca de ti,
MIREN CUÁNTO NOS ama el Padre celestial que permite que seamos llamados hijos de Dios. ¡Y lo mas maravilloso es que de veras lo somos! Naturalmente, como la mayoría de la gente no conoce a Dios, no comprende por qué lo somos  (1 Jn 3.1 BAD).
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él (Jn 3. 16-17).
Estas dos porciones de la Escritura, inmersas totalmente en el Nuevo Pacto en la Sangre de Jesús, son tremendas declaraciones no sólo del Amor que Dios siente por ti, sino también, de la absoluta certeza de quién es Él y de lo que es capaz de hacer por ti.
Y volviendo en sí, dijo: ¡Cuántos jornaleros en casa de mi padre tienen abundancia de pan, y yo aquí perezco de hambre! Me levantaré e iré a mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti. Ya no soy digno de ser llamado tu hijo; hazme como a uno de tus jornaleros. Y levantándose, vino a su padre. Y cuando aún estaba lejos, lo vio su padre, y fue movido a misericordia, y corrió, y se echó sobre su cuello, y le besó. Y el hijo le dijo: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti, y ya no soy digno de ser llamado tu hijo. Pero el padre dijo a sus siervos: Sacad el mejor vestido, y vestidle; y poned un anillo en su mano, y calzado en sus pies. Y traed el becerro gordo y matadlo, y comamos y hagamos fiesta; porque este mi hijo muerto era, y ha revivido; se había perdido, y es hallado. Y comenzaron a regocijarse…  Entonces se enojó, y no quería entrar. Salió por tanto su padre, y le rogaba que entrase. Mas él, respondiendo, dijo al padre: He aquí, tantos años te sirvo, no habiéndote desobedecido jamás, y nunca me has dado ni un cabrito para gozarme con mis amigos. Pero cuando vino este tu hijo, que ha consumido tus bienes con rameras, has hecho matar para él el becerro gordo. Él entonces le dijo: Hijo, tú siempre estás conmigo, y todas mis cosas son tuyas. Mas era necesario hacer fiesta y regocijarnos, porque este tu hermano era muerto, y ha revivido; se había perdido, y es hallado (Luc 15.17-24, 28-32).
Pon atención en la actitud que tiene el padre hacia el hijo pródigo y hacia su hermano mayor. Él no tiene necesidad, ni deseo, de pelear o discutir con ninguno de los dos. Él simplemente los ama. ¡Son sus hijos! No desea nada más que tenerlos a su lado.
El hijo menor, arrepentido, iba resuelto a decirle, hazme como a uno de tus siervos, y el hermano mayor le recriminó, tantos años te he servido. ¡Ninguno de los dos se sentía un hijo legítimo! ¡Ninguno de los dos creía ser un hijo de su Padre!
Porque convenía a aquel por cuya causa son todas las cosas, y por quien todas las cosas subsisten, que habiendo de llevar muchos hijos a la gloria, perfeccionase por aflicciones al autor de la salvación de ellos (He 2. 10).
Como puedes ver en la Escritura, Dios, tu Padre, sólo quiere Hijos. ¡Siervos tiene millones de millones!
No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna (Gal 6.7-8).
De la misma forma como cuando Pablo fue confrontado por Jesús a las puertas de Damasco, el día de hoy Dios está en control. A Él no se le escapa nada. Cuando tú confiesas tus pecados, no es nada nuevo para Él, ¡ya lo sabía! Más bien eres tú quien se está librando del pecado y sus consecuencias, como la enfermedad, muerte y condenación.
Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad (1 Jn 1. 9).
Dios te ama tanto que prefirió entregar a Su propio Hijo antes que perderte a ti, para que en Cristo Jesús se cumpliera la justicia sobre todos tus pecados. Dios te ha perdonado, olvidando tus acciones y te ha hecho nueva creatura.
El Amor de Dios para contigo se ha expresado en la persona de Su Hijo Jesucristo y ahora, sólo por ese Amor, tú eres un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo no de una simiente que se pueda corromper sino de la incorruptible semilla que es la Palabra de Dios que vive y permanece para siempre.
¡Dios no tiene ningún problema! ¡Y tú tampoco!
¡Gloria a Dios!
Oremos con voz audible:
¡Gracias precioso Jesús! Ahora sé que he vuelto en amistad Contigo, oh Dios, y tengo paz; y por ello me vendrá bien. Padre, tomo Tu Palabra en mi boca y pongo la Biblia en mi corazón. Por Tu Hijo Jesús, me vuelvo hacia Ti, Omnipotente Dios, y soy edificado(a). Alejo de mi vida la aflicción. Nada me falta ni me faltará, pues Tú suples todas mis necesidades conforme a Tus riquezas en gloria. Ante cualquier problema o dificultad Tú eres mi defensa. Me deleito en Ti, Señor, y alzo a Ti mi rostro. Oro a Ti y Tú me oyes y respondes. Por lo tanto, determinaré asimismo una cosa, y ésta me será firme. Sobre todos mis caminos resplandecerá Tu luz, pues ahora sé quién yo soy: Tu Hijo(a) Amado(a). ¡Soy sano(a)! ¡Soy libre! ¡Soy próspero(a)! ¡Soy dichoso(a)! En el nombre de Jesús. Amén.
 Nota Importante:
¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco una relación con el Todopoderoso?
Sólo haz la siguiente oración en voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a Dios:
Señor Jesús, yo creo que eres el Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2011
 

Lectura y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Abril 22                                             Hch 9. 1-25 /  Jos 3-4 /  Job 22
 


viernes, 26 de abril de 2013

¿Qué sigue?

 
Domingo 21 de Abril de 2013.
¡Hacedor(a) de Historia!
Por Riqui Ricón*
Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas (Jos 1. 9).
La historia de Josué es sumamente interesante pues tiene muchas similitudes con nuestras propias vidas. Nota como, al igual que Josué, tú tienes un gran propósito que cumplir en tu vida, pero con la gran ventaja que tú ahora eres Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo.
A Josué se le pidió introducir a la tierra prometida a una nación de más de dos millones de personas; personas que habían manifestado, de sobra, ser rebeldes e incrédulas. A ti se te pide ser un(a) Hijo(a) del Reino para que lo instaures sobre la tierra; se te pide ser luz en medio de las tinieblas; se te pide amar a Dios, tu Padre, y a tus semejantes como a ti mismo(a).
Al igual que Josué, tú estás llamado(a) a hacer historia.
Al igual que Josué, tienes que estar bien preparado(a) porque en verdad lo vas a conseguir, en verdad vas hacer historia. Dios ha prometido estar contigo y apoyarte dondequiera que vayas. Y si Dios lo dijo, entonces, sin lugar a dudas, Él lo va hacer; si Dios lo hablo, entonces, Él lo va a ejecutar.
Nadie te podrá hacer frente en todos los días de tu vida; como estuve con Moisés, estaré contigo; no te dejaré, ni te desampararé (Jos 1.5).
Meditando esto a través de ese lente vivo y eficaz que es el Nuevo Testamento, encontrarás que, como Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo, tú TODO lo puedes en Cristo (Fil 4.13); en TODAS las cosas eres más que vencedor(a) por medio de Aquel que te amó, Cristo Jesús (Ro 8.37); y además Él, Jesús, está contigo TODOS los días hasta el fin del mundo (Mat 28.20).
Así que, efectivamente, nadie te puede hacer frente en todos los días de tu vida pues, no solamente de la misma forma que Dios estuvo con Moisés sino de la misma forma que estuvo con Jesús, ahora Él está contigo.
¡Dios ha comprometido Su Palabra de Honor en no dejarte, ni desampararte nunca!
¡No temas! ¡Tienes la victoria! En verdad que en todo problema, necesidad, aflicción o circunstancia adversa que estés enfrentando el día de hoy, vas a salir más que vencedor(a).
Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo (1 Jn 4.4).
Tú le perteneces a Dios, eres Su Hijo(a) Amado(a) y mayor es Él, el Espíritu Santo, quien está en ti y contigo, que el que está en el mundo. Así que, qué pues dirás tú a todo esto, si Dios es contigo ¿quién contra ti?
¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros? El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas? (Ro 8.31-32).
Amado(a), Josué tuvo tal éxito en alcanzar su propósito que la Biblia lo registra como el autor de uno de los milagros más asombrosos que se hayan hecho. ¡Josué pudo detener las astronómicas fuerzas de la gravitación universal al hacer que el sol y la luna se detuvieran por un día entero! Sólo con el propósito de poder terminar una batalla.
Ese día en que el SEÑOR entregó a los amorreos en manos de los israelitas, Josué le dijo al SEÑOR en presencia de todo el pueblo: «Sol, deténte en Gabaón, luna, párate sobre Ayalón.» El sol se detuvo y la luna se paró, hasta que Israel se vengó de sus adversarios. Esto está escrito en el libro de Jaser. Y, en efecto, el sol se detuvo en el cenit y no se movió de allí por casi un día entero. Nunca antes ni después ha habido un día como aquél; fue el día en que el SEÑOR obedeció la orden de un ser humano. ¡No cabe duda de que el SEÑOR estaba peleando por Israel! (Jos 10.12-14 NVI).
Siempre que medito en este suceso me pregunto, cómo se le ocurrió a Josué semejante idea, y puedo escuchar al Espíritu Santo responderme lo mismo, vez tras vez: “así como a Josué a ti también se te pide una sola cosa”,
Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien (Jos 1. 8).
El éxito (o fracaso), que tú puedas alcanzar en este mundo no depende de tus estudios, ni de tu capacidad económica, ni de tus relaciones, ni de tus habilidades.
Jehová de los ejércitos, Dichoso el hombre que en ti confía (Sal 84.12).
El éxito (o fracaso), que tú puedas alcanzar en este mundo depende única y exclusivamente de dos cosas: primero de tu fe, esto es, que le creas a Dios creyendo Su Palabra, la Biblia; y  segundo que, por lo tanto, hagas del estudio y meditación de la Biblia la prioridad máxima de tu vida, leyéndola y meditándola de día y de noche, poniéndola en tu boca, en tu mente y en tu corazón para que la guardes y actúes conforme a TODO lo que en ella está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino y TODO te saldrá bien.  ¡Es Palabra de Dios! ¡Es Palabra de Honor!
- Pero, pero, Riqui Ricón, ¡yo no puedo hacer eso! ¡No tengo tiempo! Eso quizá esté bien para un Pastor o ministro, pero yo tengo que ir a trabajar, estudiar, atender mi hogar, a mi familia,…
”El reino de los cielos es como un tesoro escondido en un terreno. Un hombre viene y se lo encuentra. Emocionado y lleno de ilusiones, vende todo lo que tiene y compra el terreno, con lo cual está adquiriendo, también el tesoro. ”El reino de los cielos es como un mercader de perlas que anda en busca de perlas finas. Cuando por fin descubre una verdadera oportunidad en una perla de gran valor que le ofrecen a buen precio, corre y vende lo que tiene para comprarla (Mat 13.44-46 BAD).
Si Dios te revelara el secreto para tener una Vida dichosa y la forma en que puedes hacer prosperar tu camino y todo te salga bien, ¿no harías todo lo que esté de tu parte por conseguirlo?
Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas? ¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo? Y por el vestido, ¿por qué os afanáis? Considerad los lirios del campo, cómo crecen: no trabajan ni hilan; pero os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria  se vistió así como uno de ellos. Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana se echa en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe? No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas (Mat 6.25-33).
 Así que, ¡No temas! ¡Cree solamente! ¡Tú eres un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo y estás destinado a hacer historia en este mundo!
¡Dios, tu Padre, lo dice así!
Oremos en voz audible:
Amado Padre celestial, ¡En verdad que es hermoso saberse Amado(a) por Ti, oh Dios! No sólo me has justificado y perdonado sino que me has hecho Tu Hijo(a) y además me has dado propósito y razón para existir como nueva creatura. ¡Soy hechura Tuya! Sólo necesito, Espíritu Santo, que me ayudes a enamorarme más y más de la Biblia para ponerla en mi mente, boca y corazón; que nunca se aparte de mi boca y que medite en Ella de día y de noche, para que así la guarde y haga mi vida conforme a todo lo que Tú has escrito en Tu Palabra; porque entonces, y sólo entonces, haré prosperar mi camino y todo me saldrá bien. Gracias, Señor Jesús, por amarme tanto y con tan grande Amor. Creo y declaro que lo mejor de mi vida ya comenzó. ¡Todo lo puedo en Cristo que me fortalece! ¡De todo problema, enfermedad o aflicción, yo, ________ (tu nombre aquí), saldré más que vencedor(a)! ¡Aunque ande en valle de sombra y de muerte no voy a temer mal alguno porque Tú, Jesús, estás conmigo! ¡Soy sano(a)! ¡Soy libre! ¡Soy próspero(a)! ¡Soy dichoso(a), pues yo en Ti confío! ¡Estoy Listo(a) para hacer historia! En el nombre de Jesús. Amén.
 Nota Importante:
¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco una relación con el Todopoderoso?
Sólo haz la siguiente oración en voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a Dios:
Señor Jesús, yo creo que eres el Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2011
 

Lectura y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Abril 21                                 Hch 8. 26-40 /  Jos 1-2 /  Job 21