¡Más dulce que la miel!
Por Riqui Ricón*
La ley de Jehová es perfecta, que
convierte el alma; El testimonio de Jehová es
fiel, que hace sabio al sencillo. Los mandamientos de Jehová
son rectos, que alegran el corazón; El precepto de Jehová es puro, que alumbra
los ojos. El temor de Jehová es limpio, que permanece para siempre; Los juicios
de Jehová son verdad, todos justos. Deseables son más que el oro, y más que
mucho oro afinado; Y dulces más que miel, y que la que destila del panal (Sal 19.7-10).
Me
maravilla ver como las personas que profesan ser creyentes llegan pidiendo
ayuda respecto alguna necesidad y al tratar de dirigirlos hacia la Palabra de
Dios diciéndoles, “veamos lo que dice la Biblia respecto a tu problema”, esto
parece no satisfacerles, ni ser la respuesta que esperan, y normalmente
responden, “sí, sí, yo sé que la Biblia dice eso pero…”.
¿Sabes
tú lo que la conjunción, “pero”
significa? Literalmente significa, voy a contradecir lo que acabo de decir. Así
que, si alguna vez llegas a pensar, “bueno, sí yo creo que la Biblia es la
Verdad pero…”. Pon mucha atención porque estás a punto de negar lo que acabas
de decir.
La
Biblia es la Palabra de Dios y es perfecta y convierte el alma; La Biblia es
fiel, que hace sabio al sencillo. La Palabra de Dios es recta, que alegra el
corazón; la Biblia es pura, que alumbra los ojos. El amor al Señor es limpio,
que permanece para siempre; La Palabra de Dios es verdad, toda ella justa.
Deseable es más que el oro, y más que mucho oro afinado; y dulce más que la
miel, y que la que destila del panal.
Sin
peros, la respuesta a todas tus necesidades está en la Biblia, que es la Palabra
de Dios y no puede mentir, pues si Dios lo dijo, entonces, Él lo va a cumplir,
si Dios lo habló, entonces, Él lo va a ejecutar. ¡Dios tiene Palabra de Honor!
Por
esta razón, es tan importante que TODOS los días pongas la Biblia en tu boca,
mente y corazón. Que estés continua y constantemente escuchando, leyendo y
meditando la Perfecta, Eterna e Infalible Palabra de Dios.
Pues es ésta, la Palabra de Honor del único Dios vivo y verdadero,
quien te asegura que:
Jehová es mi pastor; nada me faltará. En lugares de
delicados pastos me hará descansar; Junto a aguas de reposo me pastoreará.
Confortará mi alma; Me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre.
Aunque ande en valle de sombra de muerte, No temeré mal alguno, porque tú
estarás conmigo; Tu vara y tu cayado me infundirán aliento (Sal 23.1-4).
Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus
riquezas en gloria en Cristo Jesús (Fil 4.19).
Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por
medio de aquel que nos amó (Ro 8.37).
quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el
madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la
justicia; y por cuya herida fuisteis sanados (1 P 2.24).
La
Biblia, la Palabra de Dios, es Dios mismo hablando para hacerte saber que Él te
ama tanto que prefirió entregar a Su propio Hijo antes que perderte a ti.
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su
Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga
vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo,
sino para que el mundo sea salvo por él (Jn 3.16-17).
Es
el Todopoderoso Dios quien compromete Su Palabra de Honor declarando que Tú
eres Su Hijo(a) amado(a).
MIREN CUÁNTO NOS ama el Padre celestial que permite que
seamos llamados hijos de Dios. ¡Y lo mas maravilloso es que de veras lo somos!
Naturalmente, como la mayoría de la gente no conoce a Dios, no comprende por
qué lo somos (1 Jn 3.1).
Así
que, no dudes más, ¡Dios te ama! Y esto, mi amigo(a), es la Verdad y es más
dulce que la miel.
Oremos en voz audible:
Precioso,
Señor Jesús, no tengo palabras con las cuales agradecerte lo que hiciste al
morir en la cruz por amor a mí. Gracias porque ahora he sido justificado(a) en
Tu Sangre; todos mis pecados han sido perdonados y he sido santificado(a) para
ser adoptado dentro de la familia del Padre. ¡Soy un(a) Hijo(a) de Dios
Nacido(a) de Nuevo! Hoy me puedo acercar confiadamente al trono de la gracia,
para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro. Y, por si
fuera poco, te tengo como garantía a Ti, Espíritu Santo, y tengo Tu bendita
Palabra. ¡Gracias! ¡Muchas gracias! Por este Amor, tengo Vida Eterna y todo el
derecho para hacer de mi vida una vida plena y abundante. Amado Padre
celestial, Tu Palabra es Palabra de Honor y ahora estoy convencido(a) que, si
no escatimaste a Tu propio Hijo sino lo entregaste por Amor a mí, ¿cómo no me
darás juntamente con Él todas las cosas? Señor, Tú suplirás todo lo que me
falta conforme a Tus riquezas en gloria. ¡Nada me faltará! Y aunque ande en
valle de sombra y de muerte, no voy a temer mal alguno, porque Tú, Señor, estás
conmigo. ¡Muchas gracias! Por este Amor, puedo declarar confiadamente, con toda
certeza, que, ¡soy sano(a)! ¡Soy libre! ¡Soy próspero(a)! Recibo el Amor, el
gozo y la paz que mi Padre celestial compró para mí al precio de la Sangre de
Su Hijo Jesús. Yo creo que la Biblia es Tu Palabra, Señor, así que, ¡No hay
forma que pueda perder en esta vida! En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C. Peredo Jaime © 2011
Lectura y Meditación
de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Enero 19 Luc 14.25-35 / Gen
26 / Sal 19
RV60
Lectura y Meditación
de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Enero 19 Luc 14.25-35 / Gen
26 / Sal 19
Lectura y Meditación
de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Enero 19 Luc 14.25-35 / Gen
26 / Sal 19
San Lucas 14.25-35
Lo que cuesta seguir a Cristo
25Grandes
multitudes iban con él; y volviéndose, les dijo: 26Si alguno viene a
mí, y no aborrece a su padre, y madre, y mujer, e hijos, y hermanos, y
hermanas, y aun también su propia vida, no puede ser mi discípulo.d 27Y el que no
lleva su cruz y viene en pos de mí, no puede ser mi discípulo.e 28Porque ¿quién
de vosotros, queriendo edificar una torre, no se sienta primero y calcula los
gastos, a ver si tiene lo que necesita para acabarla? 29No sea que después que haya puesto el cimiento,
y no pueda acabarla, todos los que lo vean comiencen a hacer burla de él, 30diciendo:
Este hombre comenzó a edificar, y no pudo acabar. 31¿O qué rey, al
marchar a la guerra contra otro rey, no se sienta primero y considera si puede
hacer frente con diez mil al que viene contra él con veinte mil? 32Y
si no puede, cuando el otro está todavía lejos, le envía una embajada y le pide
condiciones de paz. 33Así, pues, cualquiera de vosotros que no
renuncia a todo lo que posee, no puede ser mi
discípulo.
25Grandes
multitudes iban con él; y volviéndose, les dijo: 26Si alguno viene a
mí, y no aborrece a su padre, y madre, y mujer, e hijos, y hermanos, y
hermanas, y aun también su propia vida, no puede ser mi discípulo.d 27Y el que no
lleva su cruz y viene en pos de mí, no puede ser mi discípulo.e 28Porque ¿quién
de vosotros, queriendo edificar una torre, no se sienta primero y calcula los
gastos, a ver si tiene lo que necesita para acabarla? 29No sea que después que haya puesto el cimiento,
y no pueda acabarla, todos los que lo vean comiencen a hacer burla de él, 30diciendo:
Este hombre comenzó a edificar, y no pudo acabar. 31¿O qué rey, al
marchar a la guerra contra otro rey, no se sienta primero y considera si puede
hacer frente con diez mil al que viene contra él con veinte mil? 32Y
si no puede, cuando el otro está todavía lejos, le envía una embajada y le pide
condiciones de paz. 33Así, pues, cualquiera de vosotros que no
renuncia a todo lo que posee, no puede ser mi
discípulo.
Cuando la sal pierde su sabor
(Mt. 5.13; Mr.
9.50)
34Buena
es la sal; mas si la sal se hiciere insípida, ¿con qué se sazonará? 35Ni
para la tierra ni para el muladar es útil; la arrojan fuera. El que tiene oídos
para oír, oiga.1
(Mt. 5.13; Mr.
9.50)
34Buena
es la sal; mas si la sal se hiciere insípida, ¿con qué se sazonará? 35Ni
para la tierra ni para el muladar es útil; la arrojan fuera. El que tiene oídos
para oír, oiga.1
Génesis 26
Isaac en Gerar
26
1Después
hubo hambre en la tierra, además de la primera hambre que hubo en los días de
Abraham; y se fue Isaac a Abimelec rey de los filisteos, en Gerar. 2Y
se le apareció Jehová, y le dijo: No desciendas a Egipto; habita en la tierra
que yo te diré. 3Habita como forastero en esta tierra, y estaré
contigo, y te bendeciré; porque a ti y a tu descendencia daré
d d 14.26:
Mt. 10.37.
e e 14.27: Mt. 10.38; 16.24; Mr. 8.34; Lc. 9.23.
1 Reina
Valera Revisada (1960)-------------------------------------------------------------------- 35
todas
estas tierras, y confirmaré el juramento que hice a Abraham tu padre. 4Multiplicaré
tu descendencia como las estrellas del cielo, y daré a tu descendencia todas
estas tierras; y todas las naciones de la tierra serán benditas en tu simiente,a 5por cuanto oyó
Abraham mi voz, y guardó mi precepto, mis mandamientos, mis estatutos y mis
leyes.
6Habitó, pues, Isaac en Gerar. 7Y
los hombres de aquel lugar le preguntaron acerca de
su
mujer; y él respondió: Es mi hermana;b
porque tuvo miedo de decir: Es mi mujer; pensando que tal vez los hombres
del lugar lo matarían por causa de Rebeca, pues ella era de hermoso aspecto. 8Sucedió
que después que él estuvo allí muchos días, Abimelec, rey de los filisteos,
mirando por una ventana, vio a Isaac que acariciaba a Rebeca su mujer. 9Y
llamó Abimelec a Isaac, y dijo: He aquí ella es de cierto tu mujer. ¿Cómo,
pues, dijiste: Es mi hermana? E Isaac le respondió: Porque dije: Quizá moriré
por causa de ella. 10Y Abimelec dijo: ¿Por qué nos has hecho esto?
Por poco hubiera dormido alguno del pueblo con tu mujer, y hubieras traído
sobre nosotros el pecado. 11Entonces Abimelec mandó a todo el
pueblo, diciendo: El que tocare a este hombre o a su mujer, de cierto morirá.
12Y sembró Isaac en aquella tierra,
y cosechó aquel año ciento por uno; y le bendijo Jehová. 13El varón
se enriqueció, y fue prosperado, y se engrandeció hasta hacerse muy poderoso. 14Y
tuvo hato de ovejas, y hato de vacas, y mucha labranza; y los filisteos le
tuvieron
envidia. 15Y todos los pozos que habían abierto los criados de
Abraham su padre en sus días, los filisteos los habían cegado y llenado de
tierra. 16Entonces dijo Abimelec a Isaac: Apártate de nosotros,
porque mucho más poderoso que nosotros te has
hecho.
17E Isaac se fue de allí, y acampó
en el valle de Gerar, y habitó allí. 18Y volvió a abrir Isaac los
pozos de agua que habían abierto en los días de Abraham su padre, y que los
filisteos habían cegado después de la muerte de Abraham; y los llamó por los
nombres que su padre los había llamado. 19Pero cuando los siervos de
Isaac cavaron en el valle, y hallaron allí un pozo de aguas vivas, 20los pastores
de Gerar riñeron
con los pastores
de
Isaac,
diciendo: El agua es nuestra. Por eso llamó el nombre del pozo Esek,22 porque habían altercado
con él. 21Y abrieron otro pozo, y también riñeron sobre él; y llamó
su nombre Sitna.23 22Y
se apartó de allí, y abrió otro pozo, y no riñeron sobre él; y llamó su nombre
Rehobot,24 y dijo: Porque
ahora Jehová nos ha prosperado, y fructificaremos en la tierra.
23Y de allí subió a Beerseba. 24Y
se le apareció Jehová aquella noche, y le dijo: Yo soy el Dios de Abraham tu
padre; no temas, porque yo estoy contigo, y te bendeciré, y multiplicaré tu
descendencia por amor de Abraham mi siervo. 25Y edificó allí un
altar, e invocó el nombre de Jehová, y plantó allí su tienda; y abrieron allí
los siervos de Isaac un pozo.
a a 26.3–4: Gn.
22.16–18.
b b 26.7: Gn. 12.13; 20.2.
22 Esto
es, Contención.
23 Esto
es, Enemistad.
24 Esto
es, Lugares amplios o espaciosos.
26Y
Abimelecc vino a él desde
Gerar, y Ahuzat, amigo suyo, y Ficol, capitán de su ejército. 27Y
les dijo Isaac: ¿Por qué venís a mí, pues que me habéis aborrecido, y me
echasteis de entre vosotros? 28Y ellos respondieron: Hemos visto que
Jehová está contigo; y dijimos: Haya ahora juramento entre nosotros, entre tú y
nosotros, y haremos pacto contigo, 29que
no nos hagas mal, como nosotros no te hemos tocado, y como solamente te hemos
hecho bien, y te enviamos en paz; tú eres ahora bendito de Jehová. 30Entonces
él les hizo banquete, y comieron y bebieron. 31Y se levantaron de
madrugada, y juraron el uno al otro; e Isaac los despidió, y ellos se
despidieron de él en paz. 32En aquel día sucedió que vinieron los criados
de Isaac, y le dieron nuevas acerca del pozo que habían abierto, y le dijeron:
Hemos hallado agua. 33Y lo llamó Seba; por esta causa el nombre de
aquella ciudad es Beerseba hasta este día.
34Y cuando Esaú era de cuarenta
años, tomó por mujer a Judit hija de Beeri heteo, y a Basemat hija de Elón
heteo; 35y fueron amargura de espíritu para Isaac y para Rebeca.2
26
1Después
hubo hambre en la tierra, además de la primera hambre que hubo en los días de
Abraham; y se fue Isaac a Abimelec rey de los filisteos, en Gerar. 2Y
se le apareció Jehová, y le dijo: No desciendas a Egipto; habita en la tierra
que yo te diré. 3Habita como forastero en esta tierra, y estaré
contigo, y te bendeciré; porque a ti y a tu descendencia daré
d d 14.26:
Mt. 10.37.
e e 14.27: Mt. 10.38; 16.24; Mr. 8.34; Lc. 9.23.
1 Reina
Valera Revisada (1960)-------------------------------------------------------------------- 35
todas
estas tierras, y confirmaré el juramento que hice a Abraham tu padre. 4Multiplicaré
tu descendencia como las estrellas del cielo, y daré a tu descendencia todas
estas tierras; y todas las naciones de la tierra serán benditas en tu simiente,a 5por cuanto oyó
Abraham mi voz, y guardó mi precepto, mis mandamientos, mis estatutos y mis
leyes.
6Habitó, pues, Isaac en Gerar. 7Y
los hombres de aquel lugar le preguntaron acerca de
su
mujer; y él respondió: Es mi hermana;b
porque tuvo miedo de decir: Es mi mujer; pensando que tal vez los hombres
del lugar lo matarían por causa de Rebeca, pues ella era de hermoso aspecto. 8Sucedió
que después que él estuvo allí muchos días, Abimelec, rey de los filisteos,
mirando por una ventana, vio a Isaac que acariciaba a Rebeca su mujer. 9Y
llamó Abimelec a Isaac, y dijo: He aquí ella es de cierto tu mujer. ¿Cómo,
pues, dijiste: Es mi hermana? E Isaac le respondió: Porque dije: Quizá moriré
por causa de ella. 10Y Abimelec dijo: ¿Por qué nos has hecho esto?
Por poco hubiera dormido alguno del pueblo con tu mujer, y hubieras traído
sobre nosotros el pecado. 11Entonces Abimelec mandó a todo el
pueblo, diciendo: El que tocare a este hombre o a su mujer, de cierto morirá.
12Y sembró Isaac en aquella tierra,
y cosechó aquel año ciento por uno; y le bendijo Jehová. 13El varón
se enriqueció, y fue prosperado, y se engrandeció hasta hacerse muy poderoso. 14Y
tuvo hato de ovejas, y hato de vacas, y mucha labranza; y los filisteos le
tuvieron
envidia. 15Y todos los pozos que habían abierto los criados de
Abraham su padre en sus días, los filisteos los habían cegado y llenado de
tierra. 16Entonces dijo Abimelec a Isaac: Apártate de nosotros,
porque mucho más poderoso que nosotros te has
hecho.
17E Isaac se fue de allí, y acampó
en el valle de Gerar, y habitó allí. 18Y volvió a abrir Isaac los
pozos de agua que habían abierto en los días de Abraham su padre, y que los
filisteos habían cegado después de la muerte de Abraham; y los llamó por los
nombres que su padre los había llamado. 19Pero cuando los siervos de
Isaac cavaron en el valle, y hallaron allí un pozo de aguas vivas, 20los pastores
de Gerar riñeron
con los pastores
de
Isaac,
diciendo: El agua es nuestra. Por eso llamó el nombre del pozo Esek,22 porque habían altercado
con él. 21Y abrieron otro pozo, y también riñeron sobre él; y llamó
su nombre Sitna.23 22Y
se apartó de allí, y abrió otro pozo, y no riñeron sobre él; y llamó su nombre
Rehobot,24 y dijo: Porque
ahora Jehová nos ha prosperado, y fructificaremos en la tierra.
23Y de allí subió a Beerseba. 24Y
se le apareció Jehová aquella noche, y le dijo: Yo soy el Dios de Abraham tu
padre; no temas, porque yo estoy contigo, y te bendeciré, y multiplicaré tu
descendencia por amor de Abraham mi siervo. 25Y edificó allí un
altar, e invocó el nombre de Jehová, y plantó allí su tienda; y abrieron allí
los siervos de Isaac un pozo.
a a 26.3–4: Gn.
22.16–18.
b b 26.7: Gn. 12.13; 20.2.
22 Esto
es, Contención.
23 Esto
es, Enemistad.
24 Esto
es, Lugares amplios o espaciosos.
26Y
Abimelecc vino a él desde
Gerar, y Ahuzat, amigo suyo, y Ficol, capitán de su ejército. 27Y
les dijo Isaac: ¿Por qué venís a mí, pues que me habéis aborrecido, y me
echasteis de entre vosotros? 28Y ellos respondieron: Hemos visto que
Jehová está contigo; y dijimos: Haya ahora juramento entre nosotros, entre tú y
nosotros, y haremos pacto contigo, 29que
no nos hagas mal, como nosotros no te hemos tocado, y como solamente te hemos
hecho bien, y te enviamos en paz; tú eres ahora bendito de Jehová. 30Entonces
él les hizo banquete, y comieron y bebieron. 31Y se levantaron de
madrugada, y juraron el uno al otro; e Isaac los despidió, y ellos se
despidieron de él en paz. 32En aquel día sucedió que vinieron los criados
de Isaac, y le dieron nuevas acerca del pozo que habían abierto, y le dijeron:
Hemos hallado agua. 33Y lo llamó Seba; por esta causa el nombre de
aquella ciudad es Beerseba hasta este día.
34Y cuando Esaú era de cuarenta
años, tomó por mujer a Judit hija de Beeri heteo, y a Basemat hija de Elón
heteo; 35y fueron amargura de espíritu para Isaac y para Rebeca.2
Salmo 19
Las obras y la palabra de Dios
Al
músico principal. Salmo de David.
1 Los cielos cuentan la gloria de Dios,
Y el firmamento anuncia la obra de sus manos.
2 Un día emite
palabra a otro día,
Y una noche a otra noche declara sabiduría.
3 No hay lenguaje, ni palabras, Ni
es oída su voz.
4 Por toda la tierra salió su voz,
Y hasta el
extremo del mundo sus palabras.a
En ellos puso tabernáculo para el sol;
5 Y éste, como esposo que sale de su tálamo,
Se alegra cual gigante para correr el
camino.
6 De un extremo de los cielos es su salida,
Y su curso hasta el término de ellos;
Y nada hay que se esconda de su calor.
7 La ley de Jehová es perfecta, que
convierte el alma; El testimonio de Jehová es fiel, que hace sabio al sencillo.
8 Los mandamientos de Jehová son rectos, que alegran el corazón; El
precepto de Jehová es puro, que alumbra los ojos.
9 El temor de Jehová es limpio, que permanece para siempre; Los juicios de Jehová son verdad,
todos justos.
c c 26.26:
Gn. 21.22.
2 Reina
Valera Revisada (1960)--------------------------------------------------------------------- 26.35
a a 19.4: Ro. 10.18.
10 Deseables son más que el oro, y más que
mucho oro afinado; Y dulces más que miel, y que la que destila del panal.
11 Tu siervo es además amonestado con ellos; En guardarlos hay grande galardón.
12 ¿Quién podrá entender sus propios errores?
Líbrame de los que me son ocultos.
13 Preserva también a tu siervo de las soberbias;
Que no se enseñoreen de mí;
Entonces seré íntegro, y estaré limpio de gran rebelión.
14 Sean gratos los dichos de mi boca y la
meditación de mi corazón delante de ti,
Oh Jehová, roca mía, y redentor mío.3
3 Reina
Valera Revisada (1960)--------------------------------------------------------------------- 19.14
Al
músico principal. Salmo de David.
1 Los cielos cuentan la gloria de Dios,
Y el firmamento anuncia la obra de sus manos.
2 Un día emite
palabra a otro día,
Y una noche a otra noche declara sabiduría.
3 No hay lenguaje, ni palabras, Ni
es oída su voz.
4 Por toda la tierra salió su voz,
Y hasta el
extremo del mundo sus palabras.a
En ellos puso tabernáculo para el sol;
5 Y éste, como esposo que sale de su tálamo,
Se alegra cual gigante para correr el
camino.
6 De un extremo de los cielos es su salida,
Y su curso hasta el término de ellos;
Y nada hay que se esconda de su calor.
7 La ley de Jehová es perfecta, que
convierte el alma; El testimonio de Jehová es fiel, que hace sabio al sencillo.
8 Los mandamientos de Jehová son rectos, que alegran el corazón; El
precepto de Jehová es puro, que alumbra los ojos.
9 El temor de Jehová es limpio, que permanece para siempre; Los juicios de Jehová son verdad,
todos justos.
c c 26.26:
Gn. 21.22.
2 Reina
Valera Revisada (1960)--------------------------------------------------------------------- 26.35
a a 19.4: Ro. 10.18.
10 Deseables son más que el oro, y más que
mucho oro afinado; Y dulces más que miel, y que la que destila del panal.
11 Tu siervo es además amonestado con ellos; En guardarlos hay grande galardón.
12 ¿Quién podrá entender sus propios errores?
Líbrame de los que me son ocultos.
13 Preserva también a tu siervo de las soberbias;
Que no se enseñoreen de mí;
Entonces seré íntegro, y estaré limpio de gran rebelión.
14 Sean gratos los dichos de mi boca y la
meditación de mi corazón delante de ti,
Oh Jehová, roca mía, y redentor mío.3
3 Reina
Valera Revisada (1960)--------------------------------------------------------------------- 19.14
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