29 de Septiembre
¡Buena, agradable y perfecta!
Por Riqui Ricón*
Cuando yo decía: Mi pie resbala, Tu misericordia, oh Jehová, me sustentaba. En la multitud de mis pensamientos dentro de mí, Tus consolaciones alegraban mi alma (Sal 94.18-19).
Lo más maravilloso de ser un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo es que puedes confiar totalmente en tu Padre celestial.
Jehová de los ejércitos, Dichoso el hombre (y la mujer) que en ti confía (Sal 84.12).
La Palabra de Dios es el Honor de Dios y, por lo tanto, tienes absoluta certeza para vivir la Vida Victoriosa que se te ofrece a través de ella.
Pudiera ser que, a tu entender, estás a punto de resbalar y caer delante de algún problema o circunstancia adversa pero, la Verdad, es que Dios te sostiene con Su Amor y misericordia, y, si puedes creer, Él ha ordenado que se te dé un manto de alegría en lugar del espíritu angustiado ofreciéndote paz y alegría a tu alma (tus pensamientos y emociones), en lugar del temor y la aflicción.
Mas Jehová me ha sido por refugio, Y mi Dios por roca de mi confianza (Sal 94.22).
Así que, para iniciar bien este día debes establecer claramente en tu vida y corazón que, de acuerdo a la Palabra de Dios, tú eres la persona más importante para Dios.
¡Él te ama tanto que prefirió entregar a Su propio Hijo antes que perderte a ti!
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él (Jn 3.16-17).
Por lo tanto, Dios no te ha dejado, ni te dejará jamás, y además ha decretado Palabras Eternas de Amor y Bendición sobre tu Vida.
Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma (3 Jn 2).
¿Te das cuenta? ¡Ni la pobreza, ni la enfermedad, ni ninguna otra cosa que te robe el gozo y la paz serán, jamás, la voluntad de Dios, tu Padre!
Dado que la buena voluntad de Dios para contigo es agradable y perfecta puedes dejar de temer y comenzar a creer.
¡Cambia tu forma de pensar y cambiarás tu forma de hablar!
Para lograr esto necesitas tomar la firme determinación de hacer de la Biblia la norma máxima de tu vida y te aseguro que tú ya no le permitirás más a ningún problema, enfermedad o circunstancia volver a establecerse en tu vida en contra de la voluntad de Dios.
Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado (Isa 26.3).
Confía en Dios y no permitas que la apariencia de tus circunstancias te llenen de miedo, duda y desánimo, robándote la fe [que es creerle a Dios, creyendo Su Palabra]. Tú puedes, como tu Padre, llamar las cosas que no son como si fueran, así que, sométete a la Palabra de Dios y resiste el temor, la pobreza y la enfermedad llamando a la fe [que es creerle a Dios, creyendo Su Palabra], llamando a la prosperidad y a la salud que Cristo Jesús ya compró para ti a precio de Su Sangre.
¡Es tu derecho!
Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien. Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas (Jos 1.8-9).
¡Cambia tu forma de pensar y cambiarás tu forma de hablar!
Haz de la Biblia la norma máxima de tu vida poniéndola en tu mente, boca y corazón, porque entonces, no antes, ni después, ni de ninguna otra forma, sino entonces harás prosperar tu camino y TODO te saldrá bien.
Jehová de los ejércitos, Dichoso el hombre (y la mujer) que en ti confía (Sal 84.12).
Dios no miente. Él lo ha dicho y lo va hacer. Él lo ha hablado y lo va a ejecutar.
¡Fíjense qué gran amor nos ha dado el Padre, que se nos llame hijos de Dios! ¡Y lo somos! El mundo no nos conoce, precisamente porque no lo conoció a él (1 Jn 3.1 NVI).
Tú eres ese (esa) Hijo(a) de Dios que confía en su Padre y sabes, que sabes, que tu vida está ya resuelta. La resolvió Jesús al morir en esa cruz pagando todos tus pecados y al resucitar venciendo a la muerte para darte, a ti, la Vida Eterna; que es la Vida que sólo un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo tiene DERECHO a disfrutar.
El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia (Jn 10.10).
Una Vida plena y abundante.
Jesús lo dijo: ¡Consumado es!
Así que, muy a pesar de tus circunstancias, ten por cierto que hoy, ¡tú puedes ser feliz!
Oremos en voz audible:
Amado Padre celestial, vengo delante de Tu Presencia para declarar que estoy lleno(a) de fe. Sé que me amas tanto que preferiste entregar a Tu Hijo, Jesús, antes que perderme a mí. Soy tu especial tesoro y aunque mi padre y mi madre me hayan dejado, con todo Tú me has recogido. ¡Soy amado(a) de Dios! Me determino hoy a seguir creyendo Tu Palabra, la Biblia. Señor Jesús, este día puedo estar confiado delante de Tu Presencia sabiéndome amado(a) por Ti. Soy dichoso(a), mil veces feliz, pues Tú estás aquí conmigo y si Dios es conmigo ¿quién contra mí? Tu Palabra me sustenta y alegra mi alma. Sé que me quieres próspero(a), saludable y en plenitud. Mis pensamientos y corazón están contigo, Señor. Aunque ande en valle de sombra y de muerte no temeré mal alguno porque Tú, Jesús, estás conmigo. Caerán a mil lado mil y diez mil a mi diestra más a mí no llegará porque en Ti yo he creído. Resisto al espíritu de temor y duda, y me determino a hacer de este día el mejor día de mi vida recibiendo Tu Amor y Tu Verdad. ¡Tu Palabra es la Verdad! Todo lo puedo y en Ti, Jesús, en todas las cosas soy más que vencedor(a). Así es, en Ti, Jesús, tengo mi vida resuelta. Por lo tanto, resisto al espíritu de desánimo e incredulidad que quiere sembrar en mí, su miedo. Soy sano(a) y soy libre, pues la ley del espíritu de vida en Cristo Jesús me ha hecho libre de la ley del pecado y de la muerte. ¡Soy próspero(a)! ¡Soy dichoso(a)! ¡Soy un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo! En el nombre de Jesús. Amén.
Nota Importante:
¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco una relación con el Todopoderoso?
Sólo haz la siguiente oración en voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a Dios:
Señor Jesús, yo creo que eres el Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C. Peredo Jaime © 2011
Lectura y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Septiembre 29 3 Jn / Es 7-8 / Sal 94