lunes, 4 de enero de 2021

¡Basta una Palabra del Señor y un milagro sucederá!

                                                                                  <ENGLISH>




04 de Enero

 

¡Basta una Palabra del Señor y un milagro sucederá!

 Por Riqui Ricón*

Y Jesús fue con ellos. Pero cuando ya no estaban lejos de la casa, el centurión envió a él unos amigos, diciéndole: Señor, no te molestes, pues no soy digno de que entres bajo mi techo; por lo que ni aun me tuve por digno de venir a ti; pero dí la palabra, y mi siervo será sano. Porque también yo soy hombre puesto bajo autoridad, y tengo soldados bajo mis órdenes; y digo a éste: Vé, y va; y al otro: Ven, y viene; y a mi siervo: Haz esto, y lo hace. Al oír esto, Jesús se maravilló de él, y volviéndose, dijo a la gente que le seguía: Os digo que ni aun en Israel he hallado tanta fe (Luc 7.6- 9).

 

Vemos aquí, en este episodio de la vida de Jesús, que Él se maravilló que aquel centurión entendiera mejor que los israelitas, que la Palabra de Dios tiene TODA autoridad sobre los problemas, enfermedades o aflicciones.

 

Dice el pasaje paralelo en Mateo capítulo 8: solamente di la palabra, y mi criado sanará.

Los Hijos de Dios Nacidos de Nuevo entendemos que la Biblia es la Palabra de Dios y por lo tanto tiene toda autoridad para hacerse cumplir así misma.

 

Cuando estaba en angustia, tú me hiciste ensanchar… Tú diste alegría a mi corazón Mayor que la de ellos cuando abundaba su grano y su mosto. En paz me acostaré, y asimismo dormiré; Porque solo tú, Jehová, me haces vivir confiado (Sal 4.1b, 7-8).

La Palabra de Dios es tan real y Poderosa que no solamente te provee de sanidad física sino que también te hace ensanchar (crecer, madurar y prosperar), trae alegría a tu corazón y te da paz y confianza.

 

Así es, puedes poner toda tu confianza y tu fe en que, si Dios lo ha dicho, entonces, Él lo va a cumplir, si Dios lo ha hablado, entonces, Él lo va a ejecutar.

¡Él te hará ensanchar en medio de la angustia! Por la Palabra de Dios tendrás tal alegría en tu corazón que podrás vivir confiado(a), podrás vivir en paz.

 

Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo (Jn 16.33).


Sin importar si las cosas han comenzado bien o mal para ti en este año, tú puedes hacer algo: Puedes decidir sobre tu futuro.

 

¡Decide creerle a Dios! ¡Decide creer la Palabra de Dios! Tú sabes que Dios no miente, y sabes que la Biblia es Su Palabra de Honor, entonces, tú puedes decidir ser como ese centurión que no necesito VER FÍSICAMENTE al Hijo de Dios, ni necesito ningún tipo de prueba o evidencia. Puedes comenzar este año decidiendo creer que la Palabra de Dios lo es todo, y que es lo único que necesitas para salir más que vencedor(a). ¡Decide confiar en Dios!

 

Jehová de los ejércitos, Dichoso el hombre que en ti confía (Sal 84.12).

 

A pesar de las dificultades y aflicciones de este mundo, no hay mayor seguridad, no existe mejor garantía, para vivir una vida plena, que saber, conocer y creer la buena Voluntad de Dios, que es agradable y perfecta. Pues, primero el cielo y la tierra dejarán de existir, antes que Él deje de cumplirte alguna de Sus promesas que ha puesto en Su Palabra.

 

Porque esto me será como en los días de Noé, cuando juré que nunca más las aguas de Noé pasarían sobre la tierra; así he jurado que no me enojaré contra ti, ni te reñiré. Porque los montes se moverán, y los collados temblarán, pero no se apartará de ti mi misericordia, ni el pacto de mi paz se quebrantará, dijo Jehová, el que tiene misericordia de ti (Isa 54.9-10).

Ahora que estás en Cristo Jesús, y por la Palabra de Dios, Él ya no se enoja contra ti, sino que el Nuevo Pacto, el Pacto de Paz, determina la relación entre tú y Dios. Y esta nueva relación es realmente asombrosa.

 

MIREN CUÁNTO NOS ama el Padre celestial que permite que seamos llamados hijos de Dios. ¡Y lo mas maravilloso es que de veras lo somos! Naturalmente, como la mayoría de la gente no conoce a Dios, no comprende por qué lo somos (1 Jn 3.1 BAD).

 

Por la Palabra de Dios, con el Nuevo Pacto en la Sangre de Jesús, tú has sido hecho(a) un(a) Hijo(a) amada(o) de Dios. ¡Un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo!

 

Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma (3 Jn 2).


Por la Palabra de Dios, ha sido declarada Su buena voluntad para contigo y ésta es agradable y perfecta: que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma.

Así que, deja de ver tus problemas, enfermedades y circunstancias, pon tus ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, y usa las palabras de aquel centurión:

 

¡Señor Jesús, solamente di la Palabra y mis circunstancias cambiarán! Oremos en voz audible:

Amado padre celestial, gracias, muchas gracias por haberme dado Tu Palabra, la Biblia. Es Tu Palabra de Honor y sé que en ella tengo la garantía, la plena seguridad y certeza, que Tu voluntad para conmigo es buena, agradable y perfecta. Precioso Señor Jesús, por el Nuevo Pacto en Tu Sangre, ahora yo soy un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo y puedo hablarle a mis problemas y aflicciones, con toda autoridad, pues conozco Tu Palabra. ¡Soy sano(a)! ¡Soy libre!

¡Soy próspero(a)! ¡El Amor, el gozo y la paz que Cristo Jesús compró para mí, con Su muerte y resurrección, son mi legítima herencia! ¡He declarado que este año es el mejor año de mi vida y así será! ¡En todas las cosas soy más que vencedor por medio de Aquel que me amó, Cristo Jesús! ¡TODO LO PUEDO! ¡En Cristo Jesús ya he vencido al mundo, pues mayor eres Tú, Espíritu Santo, que vives y estás en mí, que cualquiera que esté en el mundo! ¡Padre, no dudaré jamás de Tu Palabra! En el nombre de Jesús. Amén.

 

 Nota Importante:

¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco una relación con el Todopoderoso?

Sólo haz la siguiente oración en voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a Dios:

Señor Jesús, yo creo que eres el Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre!


¡Nunca más estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.

 

*Ricardo C. Peredo Jaime © 2012

 


 

Lectura y Meditación de la Palabra de Dios

Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.

 

Enero 4                                   Luc 7.1-17   / Gen 8-10 / Sal 4

 

    

Cápsula del día.





Puedes escuchar o descargar la lectura de la  Biblia en audio del día de hoy, la tenemos para ti en dos versiones: 


RV60 



NVI 




Lectura y Meditación de la Palabra de Dios

Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.

 

Enero 4                                   Luc 7.1-17   / Gen 8-10 / Sal 4

 

 

 

San Lucas 7.1-17

Jesús sana al siervo de un centurión

(Mt. 8.5–13)

7

1Después que hubo terminado todas sus palabras al pueblo que le oía, entró en

Capernaum. 2Y el siervo de un centurión, a quien éste quería mucho, estaba enfermo y a punto de morir. 3Cuando el centurión oyó hablar de Jesús, le envió unos ancianos de los judíos, rogándole que viniese y sanase a su siervo. 4Y ellos vinieron a Jesús y le rogaron con solicitud, diciéndole: Es digno de que le concedas esto; 5porque ama a nuestra nación, y nos edificó una sinagoga. 6Y Jesús fue con ellos. Pero cuando ya no estaban lejos de la casa, el centurión envió a él unos amigos, diciéndole: Señor, no te molestes, pues no soy digno de que entres bajo mi techo; 7por lo que ni aun me tuve por digno de venir a ti; pero dí la palabra, y mi siervo será sano. 8Porque también yo soy hombre puesto bajo autoridad, y tengo soldados bajo mis órdenes; y digo a éste: Vé, y va; y al otro: Ven, y viene; y a mi siervo: Haz esto, y lo hace. 9Al oír esto, Jesús se maravilló de él, y volviéndose, dijo a la gente que le seguía: Os digo que ni aun en Israel he hallado tanta fe. 10Y al regresar a casa los que habían sido enviados, hallaron sano al siervo que había estado enfermo.

Jesús resucita al hijo de la viuda de Naín

11Aconteció después, que él iba a la ciudad que se llama Naín, e iban con él muchos de sus discípulos, y una gran multitud. 12Cuando llegó cerca de la puerta de la ciudad, he aquí que llevaban a enterrar a un difunto, hijo único de su madre, la cual era viuda; y había con ella mucha gente de la ciudad. 13Y cuando el Señor la vio, se compadeció de ella, y le dijo: No llores. 14Y acercándose, tocó el féretro; y los que lo llevaban se detuvieron. Y dijo: Joven, a ti te digo, levántate. 15Entonces se incorporó el que había muerto, y comenzó a hablar. Y lo dio a su madre. 16Y todos tuvieron miedo, y glorificaban a Dios, diciendo: Un


gran profeta se ha levantado entre nosotros; y: Dios ha visitado a su pueblo. 17Y se extendió la fama de él por toda Judea, y por toda la región de alrededor.1

 

Génesis 8-10

8

1Y se acordó Dios de Noé, y de todos los animales, y de todas las bestias que estaban

con él en el arca; e hizo pasar Dios un viento sobre la tierra, y disminuyeron las aguas. 2Y se cerraron las fuentes del abismo y las cataratas de los cielos; y la lluvia de los cielos fue detenida. 3Y las aguas decrecían gradualmente de sobre la tierra; y se retiraron las aguas al cabo de ciento cincuenta días. 4Y reposó el arca en el mes séptimo, a los diecisiete días del mes, sobre los montes de Ararat. 5Y las aguas fueron decreciendo hasta el mes décimo; en el décimo, al primero del mes, se descubrieron las cimas de los montes.

6Sucedió que al cabo de cuarenta días abrió Noé la ventana del arca que había hecho, 7y

envió un cuervo, el cual salió, y estuvo yendo y volviendo hasta que las aguas se secaron sobre la tierra. 8Envió también de sí una paloma, para ver si las aguas se habían retirado de sobre la faz de la tierra. 9Y no halló la paloma donde sentar la planta de su pie, y volvió a él al arca, porque las aguas estaban aún sobre la faz de toda la tierra. Entonces él extendió su mano, y tomándola, la hizo entrar consigo en el arca. 10Esperó aún otros siete días, y volvió a enviar la paloma fuera del arca. 11Y la paloma volvió a él a la hora de la tarde; y he aquí que traía una hoja de olivo en el pico; y entendió Noé que las aguas se habían retirado de sobre la tierra. 12Y esperó aún otros siete días, y envió la paloma, la cual no volvió ya más a él.

13Y sucedió que en el año seiscientos uno de Noé, en el mes primero, el día primero del mes, las aguas se secaron sobre la tierra; y quitó Noé la cubierta del arca, y miró, y he aquí que la faz de la tierra estaba seca. 14Y en el mes segundo, a los veintisiete días del mes, se secó la tierra.

15Entonces habló Dios a Noé, diciendo: 16Sal del arca tú, y tu mujer, y tus hijos, y las mujeres de tus hijos contigo. 17Todos los animales que están contigo de toda carne, de aves y de bestias y de todo reptil que se arrastra sobre la tierra, sacarás contigo; y vayan por la tierra, y fructifiquen y multiplíquense sobre la tierra. 18Entonces salió Noé, y sus hijos, su mujer, y las mujeres de sus hijos con él. 19Todos los animales, y todo reptil y toda ave, todo lo que se mueve sobre la tierra según sus especies, salieron del arca.

20Y edificó Noé un altar a Jehová, y tomó de todo animal limpio y de toda ave limpia, y

ofreció holocausto en el altar. 21Y percibió Jehová olor grato; y dijo Jehová en su corazón: No volveré más a maldecir la tierra por causa del hombre; porque el intento del corazón del hombre es malo desde su juventud; ni volveré más a destruir todo ser viviente, como he hecho. 22Mientras la tierra permanezca, no cesarán la sementera y la siega, el frío y el calor, el verano y el invierno, y el día y la noche.

Pacto de Dios con Noé

 

 

 


1 Reina Valera Revisada (1960) 6.49-7.17


9

1Bendijo Dios a Noé y a sus hijos, y les dijo: Fructificad y multiplicaos, y llenad la

tierra.a 2El temor y el miedo de vosotros estarán sobre todo animal de la tierra, y sobre toda ave de los cielos, en todo lo que se mueva sobre la tierra, y en todos los peces del mar; en vuestra mano son entregados. 3Todo lo que se mueve y vive, os será para mantenimiento: así como las legumbres y plantas verdes, os lo he dado todo. 4Pero carne con su vida, que es su sangre, no comeréis.b 5Porque ciertamente demandaré la sangre de vuestras vidas; de mano de todo animal la demandaré, y de mano del hombre; de mano del varón su hermano demandaré la vida del hombre. 6El que derramare sangre de hombre,c por el hombre su sangre será derramada; porque a imagen de Dios es hecho el hombre.d 7Mas vosotros fructificad y multiplicaos;e procread abundantemente en la tierra, y multiplicaos en ella.

8Y habló Dios a Noé y a sus hijos con él, diciendo: 9He aquí que yo establezco mi pacto con vosotros, y con vuestros descendientes después de vosotros; 10y con todo ser viviente que está con vosotros; aves, animales y toda bestia de la tierra que está con vosotros, desde todos los que salieron del arca hasta todo animal de la tierra. 11Estableceré mi pacto con vosotros, y no exterminaré ya más toda carne con aguas de diluvio, ni habrá más diluvio para destruir la tierra. 12Y dijo Dios: Esta es la señal del pacto que yo establezco entre mí y vosotros y todo ser viviente que está con vosotros, por siglos perpetuos: 13Mi arco he puesto en las nubes, el cual será por señal del pacto entre mí y la tierra. 14Y sucederá que cuando haga venir nubes sobre la tierra, se dejará ver entonces mi arco en las nubes. 15Y me acordaré del pacto mío, que hay entre mí y vosotros y todo ser viviente de toda carne; y no habrá más diluvio de aguas para destruir toda carne. 16Estará el arco en las nubes, y lo veré,

y me acordaré del pacto perpetuo entre Dios y todo ser viviente, con toda carne que hay sobre la tierra. 17Dijo, pues, Dios a Noé: Esta es la señal del pacto que he establecido entre mí y toda carne que está sobre la tierra.

Embriaguez de Noé

18Y los hijos de Noé que salieron del arca fueron Sem, Cam y Jafet; y Cam es el padre de Canaán. 19Estos tres son los hijos de Noé, y de ellos fue llena toda la tierra. 20Después comenzó Noé a labrar la tierra, y plantó una viña; 21y bebió del vino, y se embriagó, y estaba descubierto en medio de su tienda. 22Y Cam, padre de Canaán, vio la desnudez de su padre, y lo dijo a sus dos hermanos que estaban afuera. 23Entonces Sem y Jafet tomaron la ropa, y la pusieron sobre sus propios hombros, y andando hacia atrás, cubrieron la desnudez de su padre, teniendo vueltos sus rostros, y así no vieron la desnudez de su padre. 24Y despertó Noé de su embriaguez, y supo lo que le había hecho su hijo más joven, 25y dijo:

 


a a 9.1: Gn. 1.28.

b b 9.4: Lv. 7.26–27; 17.10–14; 19.26; Dt. 12.16, 23; 15.23.

c 9.6: Ex. 20.13.

d 9.6: Gn. 1.26.

e 9.7: Gn. 1.28.


Maldito sea Canaán;

Siervo de siervos será a sus hermanos.

26Dijo más:

Bendito por Jehová mi Dios sea Sem, Y sea Canaán su siervo.

27        Engrandezca Dios a Jafet, Y habite en las tiendas de Sem, Y sea Canaán su siervo.

28Y vivió Noé después del diluvio trescientos cincuenta años. 29Y fueron todos los días de Noé novecientos cincuenta años; y murió.

Los descendientes de los hijos de Noé

(1 Cr. 1.5–23)

 

10

1Estas son las generaciones de los hijos de Noé: Sem, Cam y Jafet, a quienes nacieron hijos después del diluvio. 2Los hijos de Jafet: Gomer, Magog, Madai, Javán, Tubal, Mesec y Tiras. 3Los hijos de Gomer: Askenaz, Rifat y Togarma. 4Los hijos de Javán: Elisa, Tarsis, Quitim y Dodanim. 5De éstos se poblaron las costas, cada cual según su lengua, conforme a sus familias en sus naciones.

6Los hijos de Cam: Cus, Mizraim, Fut y Canaán. 7Y los hijos de Cus: Seba, Havila, Sabta, Raama y Sabteca. Y los hijos de Raama: Seba y Dedán. 8Y Cus engendró a Nimrod, quien llegó a ser el primer poderoso en la tierra. 9Este fue vigoroso cazador delante de Jehová; por lo cual se dice: Así como Nimrod, vigoroso cazador delante de Jehová. 10Y fue

el comienzo de su reino Babel, Erec, Acad y Calne, en la tierra de Sinar. 11De esta tierra salió para Asiria, y edificó Nínive, Rehobot, Cala, 12y Resén entre Nínive y Cala, la cual es ciudad grande. 13Mizraim engendró a Ludim, a Anamim, a Lehabim, a Naftuhim, 14a Patrusim, a Casluhim, de donde salieron los filisteos, y a Caftorim.

15Y Canaán engendró a Sidón su primogénito, a Het, 16al jebuseo, al amorreo, al gergeseo, 17al heveo, al araceo, al sineo, 18al arvadeo, al zemareo y al hamateo; y después se dispersaron las familias de los cananeos. 19Y fue el territorio de los cananeos desde Sidón, en dirección a Gerar, hasta Gaza; y en dirección de Sodoma, Gomorra, Adma y Zeboim, hasta Lasa. 20Estos son los hijos de Cam por sus familias, por sus lenguas, en sus tierras, en sus naciones.

21También le nacieron hijos a Sem, padre de todos los hijos de Heber, y hermano mayor

de Jafet. 22Los hijos de Sem fueron Elam, Asur, Arfaxad, Lud y Aram. 23Y los hijos de Aram: Uz, Hul, Geter y Mas. 24Arfaxad engendró a Sala, y Sala engendró a Heber. 25Y a Heber nacieron dos hijos: el nombre del uno fue Peleg,10 porque en sus días fue repartida la tierra; y el nombre de su hermano, Joctán. 26Y Joctán engendró a Almodad, Selef, Hazar- mavet, Jera, 27Adoram, Uzal, Dicla, 28Obal, Abimael, Seba, 29Ofir, Havila y Jobab; todos estos fueron hijos de Joctán. 30Y la tierra en que habitaron fue desde Mesa en dirección de Sefar, hasta la región montañosa del oriente. 31Estos fueron los hijos de Sem por sus familias, por sus lenguas, en sus tierras, en sus naciones. 32Estas son las familias de los hijos

 

 


10 Esto es, División.


de Noé por sus descendencias, en sus naciones; y de éstos se esparcieron las naciones en la tierra después del diluvio.2

 

Salmo 4

 

Oración vespertina de confianza en Dios

Al músico principal; sobre Neginot. Salmo de David.

1        Respóndeme cuando clamo, oh Dios de mi justicia. Cuando estaba en angustia, tú me hiciste ensanchar;

Ten misericordia de mí, y oye mi oración.

2        Hijos de los hombres, ¿hasta cuándo volveréis mi honra en infamia, Amaréis la vanidad, y buscaréis la mentira?

Selah

3        Sabed, pues, que Jehová ha escogido al piadoso para sí; Jehová oirá cuando yo a él clamare.

4        Temblad, y no pequéis;a

Meditad en vuestro corazón estando en vuestra cama, y callad.

Selah

5        Ofreced sacrificios de justicia, Y confiad en Jehová.

6        Muchos son los que dicen: ¿Quién nos mostrará el bien? Alza sobre nosotros, oh Jehová, la luz de tu rostro.

7        Tú diste alegría a mi corazón

Mayor que la de ellos cuando abundaba su grano y su mosto.

8        En paz me acostaré, y asimismo dormiré; Porque solo tú, Jehová, me haces vivir confiado.3

 


2 Reina Valera Revisada (1960) 7.24-10.32

a a 4.4: Ef. 4.26.

3 Reina Valera Revisada (19

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