¡Basta una Palabra del Señor y un milagro sucederá!
Por Riqui Ricón*
Y Jesús fue con
ellos. Pero cuando ya no estaban lejos de la casa, el centurión envió a él unos
amigos, diciéndole: Señor, no te molestes, pues no soy digno de que entres bajo
mi techo; por lo que ni aun me tuve por digno de venir a ti; pero dí la palabra, y mi siervo
será sano. Porque también yo soy hombre puesto bajo autoridad, y tengo
soldados bajo mis órdenes; y digo a éste: Vé, y va; y al otro: Ven, y viene; y
a mi siervo: Haz esto, y lo hace. Al oír esto, Jesús se maravilló de él, y
volviéndose, dijo a la gente que le seguía: Os digo que ni aun en Israel he
hallado tanta fe (Luc 7.6- 9).
Vemos aquí, en este episodio de la vida de Jesús, que Él se
maravilló que aquel centurión entendiera mejor que los israelitas, que la
Palabra de Dios tiene TODA autoridad sobre los problemas, enfermedades o
aflicciones.
Dice
el pasaje paralelo en Mateo capítulo 8: solamente
di la palabra, y mi criado sanará.
Los Hijos de Dios Nacidos de Nuevo entendemos que la Biblia
es la Palabra de Dios y por lo tanto tiene toda autoridad para hacerse cumplir
así misma.
Cuando estaba en
angustia, tú me hiciste ensanchar… Tú diste alegría a mi corazón Mayor que la
de ellos cuando abundaba su grano y su mosto. En paz me acostaré, y asimismo
dormiré; Porque solo tú, Jehová, me haces vivir confiado (Sal 4.1b,
7-8).
La Palabra de Dios es tan real y Poderosa que no solamente
te provee de sanidad física sino que también te hace ensanchar (crecer, madurar
y prosperar), trae alegría a tu corazón y te da paz y confianza.
Así es, puedes poner toda tu confianza y tu fe en que, si
Dios lo ha dicho, entonces, Él lo va a cumplir, si Dios lo ha hablado,
entonces, Él lo va a ejecutar.
¡Él te hará ensanchar en medio de la angustia! Por la
Palabra de Dios tendrás tal alegría en tu corazón que podrás vivir confiado(a),
podrás vivir en paz.
Estas cosas os
he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero
confiad, yo he vencido al mundo (Jn 16.33).
Sin importar si las cosas han comenzado bien o mal para ti
en este año, tú puedes hacer algo: Puedes decidir sobre tu futuro.
¡Decide creerle a Dios! ¡Decide creer la Palabra de Dios! Tú
sabes que Dios no miente, y sabes que la Biblia es Su Palabra de Honor,
entonces, tú puedes decidir ser como ese centurión que no necesito VER
FÍSICAMENTE al Hijo de Dios, ni necesito ningún tipo de prueba o evidencia.
Puedes comenzar este año decidiendo creer que la Palabra de Dios lo es todo, y
que es lo único que necesitas para salir más que vencedor(a). ¡Decide confiar
en Dios!
Jehová de los ejércitos, Dichoso el hombre que en ti confía (Sal 84.12).
A pesar de las dificultades y aflicciones de este mundo, no
hay mayor seguridad, no existe mejor garantía, para vivir una vida plena, que
saber, conocer y creer la buena Voluntad de Dios, que es agradable y perfecta.
Pues, primero el cielo y la tierra dejarán de existir, antes que Él deje de
cumplirte alguna de Sus promesas que ha puesto en Su Palabra.
Porque esto me
será como en los días de Noé, cuando juré que nunca más las aguas de Noé
pasarían sobre la tierra; así he jurado que no me enojaré contra ti, ni te
reñiré. Porque los montes se moverán, y los collados temblarán, pero no se apartará de ti mi misericordia, ni
el pacto de mi paz se quebrantará, dijo Jehová, el que tiene misericordia de ti
(Isa 54.9-10).
Ahora que estás en Cristo Jesús, y por la Palabra de Dios,
Él ya no se enoja contra ti, sino que el Nuevo Pacto, el Pacto de Paz,
determina la relación entre tú y Dios. Y esta nueva relación es realmente asombrosa.
MIREN CUÁNTO NOS
ama el Padre celestial que permite que seamos llamados hijos de Dios. ¡Y lo mas
maravilloso es que de veras lo somos! Naturalmente, como la mayoría de la gente
no conoce a Dios, no comprende por qué lo somos (1 Jn 3.1
BAD).
Por la Palabra de Dios, con el Nuevo Pacto en la Sangre de
Jesús, tú has sido hecho(a) un(a) Hijo(a) amada(o) de Dios. ¡Un(a) Hijo(a) de
Dios Nacido(a) de Nuevo!
Amado, yo deseo
que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como
prospera tu alma (3 Jn 2).
Por
la Palabra de Dios, ha sido declarada Su buena voluntad para contigo y ésta es
agradable y perfecta: que tú
seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu
alma.
Así
que, deja de ver tus problemas, enfermedades y circunstancias, pon tus ojos en
Jesús, el autor y consumador de la fe, y usa las palabras de aquel centurión:
¡Señor
Jesús, solamente di la Palabra y mis circunstancias cambiarán! Oremos en voz
audible:
Amado padre celestial, gracias, muchas gracias por haberme
dado Tu Palabra, la Biblia. Es Tu Palabra de Honor y sé que en ella tengo la
garantía, la plena seguridad y certeza, que Tu voluntad para conmigo es buena,
agradable y perfecta. Precioso Señor Jesús, por el Nuevo Pacto en Tu Sangre,
ahora yo soy un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo y puedo hablarle a mis
problemas y aflicciones, con toda autoridad, pues conozco Tu Palabra. ¡Soy
sano(a)! ¡Soy libre!
¡Soy próspero(a)! ¡El Amor, el gozo y la paz que Cristo
Jesús compró para mí, con Su muerte y resurrección, son mi legítima herencia!
¡He declarado que este año es el mejor año de mi vida y así será! ¡En todas las
cosas soy más que vencedor por medio de Aquel que me amó, Cristo Jesús! ¡TODO
LO PUEDO! ¡En Cristo Jesús ya he vencido al mundo, pues mayor eres Tú, Espíritu
Santo, que vives y estás en mí, que cualquiera que esté en el mundo! ¡Padre, no
dudaré jamás de Tu Palabra! En el nombre de Jesús. Amén.
Nota Importante:
¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco una relación
con el Todopoderoso?
Sólo haz la siguiente oración en voz audible poniendo toda
tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a Dios:
Señor Jesús, yo creo que eres el Hijo de Dios. Que viniste a
este mundo de la virgen María para pagar todos mis pecados, y yo he sido un(a)
pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio
en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa derramada hasta la última gota por
Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a entrar porque quiero, Señor Jesús,
que desde hoy y para siempre Tú seas mi único y suficiente Salvador, mi Dios,
mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios Poderoso, pues con esta simple oración y
profesión de fe he pasado de muerte a Vida, he sido trasladado(a) de las
tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu
Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre!
¡Nunca
más estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C. Peredo
Jaime © 2012
Lectura y Meditación de la Palabra de
Dios
Haz
estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Enero
4 Luc 7.1-17 /
Gen 8-10 / Sal 4
RV60
Lectura y Meditación de la Palabra de
Dios
Haz
estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Enero
4 Luc 7.1-17 /
Gen 8-10 / Sal 4
San Lucas 7.1-17
Jesús sana al siervo de un centurión
(Mt. 8.5–13)
7
1Después
que hubo terminado todas sus palabras al pueblo que le oía, entró en
Capernaum.
2Y el siervo de un centurión, a quien éste quería mucho, estaba
enfermo y a punto de morir. 3Cuando el centurión oyó hablar de
Jesús, le envió unos ancianos de los judíos, rogándole que viniese y sanase a
su siervo. 4Y ellos vinieron a Jesús y le rogaron con solicitud,
diciéndole: Es digno de que le concedas esto; 5porque ama a nuestra
nación, y nos edificó una sinagoga. 6Y Jesús fue con ellos. Pero
cuando ya no estaban lejos de la
casa, el centurión envió a él unos amigos, diciéndole: Señor, no te molestes,
pues no soy digno de que entres bajo mi techo; 7por lo que ni aun me
tuve por digno de venir a ti; pero dí la palabra, y mi siervo será sano. 8Porque
también yo soy hombre puesto bajo
autoridad, y tengo soldados bajo mis órdenes; y digo a éste: Vé, y va; y al
otro: Ven, y viene; y a mi siervo: Haz esto, y lo hace. 9Al oír
esto, Jesús se maravilló de él, y volviéndose, dijo a la gente que le seguía:
Os digo que ni aun en Israel he hallado tanta fe. 10Y al regresar a
casa los que habían sido enviados, hallaron sano al siervo que había estado enfermo.
Jesús resucita al hijo
de la viuda de Naín
11Aconteció
después, que él iba a la ciudad que se llama Naín, e iban con él muchos de sus
discípulos, y una gran multitud. 12Cuando llegó cerca de la puerta
de la ciudad, he aquí que llevaban a enterrar a un difunto, hijo único de su
madre, la cual era viuda; y había con ella mucha gente de la ciudad. 13Y
cuando el Señor la vio, se compadeció de ella, y le dijo: No llores. 14Y
acercándose, tocó el féretro; y los que lo llevaban se detuvieron. Y dijo:
Joven, a ti te digo, levántate. 15Entonces se incorporó el que había
muerto, y comenzó a hablar. Y lo dio a su madre. 16Y todos tuvieron
miedo, y glorificaban a Dios, diciendo: Un
gran profeta se ha
levantado entre nosotros; y: Dios ha visitado a su pueblo. 17Y se
extendió la fama de él por toda Judea, y por toda la región de alrededor.1
Génesis 8-10
8
1Y se
acordó Dios de Noé, y de todos los animales, y de todas las bestias que estaban
con
él en el arca; e hizo pasar Dios un viento sobre la tierra, y disminuyeron las
aguas. 2Y se cerraron las fuentes del abismo y las cataratas de los
cielos; y la lluvia de los cielos fue detenida. 3Y las aguas
decrecían gradualmente de sobre la tierra; y se retiraron las aguas al cabo de
ciento cincuenta días. 4Y reposó el arca en el mes séptimo, a los
diecisiete días del mes, sobre los montes de Ararat. 5Y las aguas
fueron decreciendo hasta el mes décimo; en el décimo, al primero del mes, se
descubrieron las cimas de los montes.
6Sucedió que al cabo de cuarenta días abrió Noé la ventana del arca que
había hecho, 7y
envió
un cuervo, el cual salió, y estuvo yendo y volviendo hasta que las aguas se
secaron sobre la tierra. 8Envió también de sí una paloma, para ver
si las aguas se habían retirado de sobre la faz de la tierra. 9Y no
halló la paloma donde sentar la planta de su pie, y volvió a él al arca, porque
las aguas estaban aún sobre la faz de toda la tierra. Entonces él extendió su
mano, y tomándola, la hizo entrar consigo en el arca. 10Esperó aún
otros siete días, y volvió a enviar la paloma fuera del arca. 11Y la
paloma volvió a él a la hora de la tarde; y he aquí que traía una hoja de olivo
en el pico; y entendió Noé que las aguas se habían retirado de sobre la tierra.
12Y esperó aún otros siete días, y envió la paloma, la cual no
volvió ya más a él.
13Y sucedió que en el año
seiscientos uno de Noé, en el mes primero, el día primero del mes, las aguas se
secaron sobre la tierra; y quitó Noé la cubierta del arca, y miró, y he aquí
que la faz de la tierra estaba seca. 14Y en el mes segundo, a los
veintisiete días del mes, se secó la tierra.
15Entonces habló Dios a Noé,
diciendo: 16Sal del arca tú, y tu mujer, y tus hijos, y las mujeres
de tus hijos contigo. 17Todos los animales que están contigo de toda
carne, de aves y de bestias y de todo reptil que se arrastra sobre la tierra,
sacarás contigo; y vayan por la tierra, y fructifiquen y multiplíquense sobre
la tierra. 18Entonces salió Noé, y sus hijos, su mujer, y las
mujeres de sus hijos con él. 19Todos los animales, y todo reptil y
toda ave, todo lo que se mueve sobre la tierra según sus especies, salieron del
arca.
20Y edificó Noé un altar a Jehová, y tomó de todo animal limpio y de toda
ave limpia, y
ofreció
holocausto en el altar. 21Y percibió Jehová olor grato; y dijo
Jehová en su corazón: No volveré más a maldecir la tierra por causa del hombre;
porque el intento del corazón del hombre es malo desde su juventud; ni volveré
más a destruir todo ser viviente, como he hecho. 22Mientras la
tierra permanezca, no cesarán la sementera y la siega, el frío y el calor, el
verano y el invierno, y el día y la noche.
Pacto de Dios con Noé
1 Reina Valera Revisada (1960) 6.49-7.17
9
1Bendijo
Dios a Noé y a sus hijos, y les dijo: Fructificad y multiplicaos, y llenad la
tierra.a 2El temor y el
miedo de vosotros estarán sobre todo animal de la tierra, y sobre toda ave de
los cielos, en todo lo que se mueva sobre la tierra, y en todos los peces del
mar; en vuestra mano son entregados. 3Todo lo que se mueve y vive,
os será para mantenimiento: así como las legumbres y plantas verdes, os lo he
dado todo. 4Pero carne con su vida, que es su sangre, no comeréis.b 5Porque
ciertamente demandaré la sangre de vuestras vidas; de mano de todo animal la
demandaré, y de mano del hombre; de mano del varón su hermano demandaré la vida
del hombre. 6El que derramare sangre de hombre,c por el hombre su sangre será derramada; porque a
imagen de Dios es hecho el hombre.d
7Mas vosotros fructificad y multiplicaos;e procread abundantemente en la tierra, y multiplicaos
en ella.
8Y habló Dios a Noé y a sus hijos
con él, diciendo: 9He aquí que yo establezco mi pacto con vosotros,
y con vuestros descendientes después de vosotros; 10y con todo ser
viviente que está con vosotros; aves, animales y toda bestia de la tierra que
está con vosotros, desde todos los que salieron del arca hasta todo animal de
la tierra. 11Estableceré mi pacto con vosotros, y no exterminaré ya
más toda carne con aguas de diluvio, ni habrá más diluvio para destruir la
tierra. 12Y dijo Dios: Esta es la señal del pacto que yo establezco
entre mí y vosotros y todo ser viviente que está con vosotros, por siglos
perpetuos: 13Mi arco he puesto en las nubes, el cual será por señal
del pacto entre mí y la tierra. 14Y sucederá que cuando haga venir
nubes sobre la tierra, se dejará ver entonces mi arco en las nubes. 15Y
me acordaré del pacto mío, que hay entre mí y vosotros y todo ser viviente de
toda carne; y no habrá más diluvio de aguas para destruir toda carne. 16Estará
el arco en las nubes, y lo veré,
y
me acordaré del pacto perpetuo entre Dios y todo ser viviente, con toda carne
que hay sobre la tierra. 17Dijo, pues, Dios a Noé: Esta es la señal
del pacto que he establecido entre mí y toda carne que está sobre la tierra.
Embriaguez de
Noé
18Y los
hijos de Noé que salieron del arca fueron Sem, Cam y Jafet; y Cam es el padre
de Canaán. 19Estos tres son los hijos de Noé, y de ellos fue llena
toda la tierra. 20Después comenzó Noé a labrar la tierra, y plantó
una viña; 21y bebió del vino, y se embriagó, y estaba descubierto en
medio de su tienda. 22Y Cam, padre de Canaán, vio la desnudez de su
padre, y lo dijo a sus dos hermanos que estaban afuera. 23Entonces
Sem y Jafet tomaron la ropa, y la pusieron sobre sus propios hombros, y andando
hacia atrás, cubrieron la desnudez de su padre, teniendo vueltos sus rostros, y
así no vieron la desnudez de su padre. 24Y despertó Noé de su
embriaguez, y supo lo que le había hecho su hijo más joven, 25y dijo:
a a
9.1: Gn. 1.28.
b
b
9.4: Lv. 7.26–27; 17.10–14; 19.26; Dt. 12.16, 23;
15.23.
c c 9.6: Ex.
20.13.
d d 9.6: Gn.
1.26.
e e 9.7: Gn.
1.28.
Maldito sea Canaán;
Siervo de siervos será a sus hermanos.
26Dijo
más:
Bendito por Jehová
mi Dios sea Sem, Y sea Canaán su siervo.
27 Engrandezca Dios a Jafet, Y habite en las tiendas de Sem, Y sea Canaán su siervo.
28Y vivió Noé después del diluvio trescientos cincuenta años. 29Y
fueron todos los días de Noé novecientos cincuenta años; y murió.
Los descendientes de los hijos de Noé
(1 Cr. 1.5–23)
10
1Estas son las generaciones de los
hijos de Noé: Sem, Cam y Jafet, a quienes nacieron hijos después del diluvio. 2Los
hijos de Jafet: Gomer, Magog, Madai, Javán, Tubal, Mesec y Tiras. 3Los
hijos de Gomer: Askenaz, Rifat y Togarma. 4Los hijos de Javán:
Elisa, Tarsis, Quitim y Dodanim. 5De éstos se poblaron las costas,
cada cual según su lengua, conforme a sus familias en sus naciones.
6Los hijos de Cam: Cus, Mizraim, Fut
y Canaán. 7Y los hijos de Cus: Seba, Havila, Sabta, Raama y Sabteca.
Y los hijos de Raama: Seba y Dedán. 8Y Cus engendró a Nimrod, quien
llegó a ser el primer poderoso en la tierra. 9Este fue vigoroso
cazador delante de Jehová; por lo cual se dice: Así como Nimrod, vigoroso
cazador delante de Jehová. 10Y fue
el
comienzo de su reino Babel, Erec, Acad y Calne, en la tierra de Sinar. 11De
esta tierra salió para Asiria, y edificó Nínive, Rehobot, Cala, 12y
Resén entre Nínive y Cala, la cual es ciudad grande. 13Mizraim
engendró a Ludim, a Anamim, a Lehabim, a Naftuhim, 14a Patrusim, a
Casluhim, de donde salieron los filisteos, y a Caftorim.
15Y Canaán engendró a Sidón su
primogénito, a Het, 16al jebuseo, al amorreo, al gergeseo, 17al
heveo, al araceo, al sineo, 18al arvadeo, al zemareo y al hamateo; y
después se dispersaron las familias de los cananeos. 19Y fue el
territorio de los cananeos desde Sidón, en dirección a Gerar, hasta Gaza; y en
dirección de Sodoma, Gomorra, Adma y Zeboim, hasta Lasa. 20Estos son
los hijos de Cam por sus familias, por sus lenguas, en sus tierras, en sus
naciones.
21También le nacieron hijos a Sem, padre de todos los hijos de Heber, y
hermano mayor
de
Jafet. 22Los hijos de Sem fueron Elam, Asur, Arfaxad, Lud y Aram. 23Y
los hijos de Aram: Uz, Hul, Geter y Mas. 24Arfaxad engendró a Sala,
y Sala engendró a Heber. 25Y a Heber nacieron dos hijos: el nombre
del uno fue Peleg,10 porque
en sus días fue repartida la tierra; y el nombre de su hermano, Joctán. 26Y
Joctán engendró a Almodad, Selef, Hazar- mavet, Jera, 27Adoram,
Uzal, Dicla, 28Obal, Abimael, Seba, 29Ofir, Havila y
Jobab; todos estos fueron hijos de Joctán. 30Y la tierra en que
habitaron fue desde Mesa en dirección de Sefar, hasta la región montañosa del
oriente. 31Estos fueron los hijos de Sem por sus familias, por sus
lenguas, en sus tierras, en sus naciones. 32Estas son las familias
de los hijos
10 Esto
es, División.
de Noé por sus
descendencias, en sus naciones; y de éstos se esparcieron las naciones en la
tierra después del diluvio.2
Salmo 4
Oración
vespertina de confianza en Dios
Al
músico principal; sobre Neginot. Salmo de David.
1 Respóndeme cuando clamo, oh Dios de mi justicia. Cuando estaba en angustia, tú me
hiciste ensanchar;
Ten misericordia de mí, y oye mi oración.
2 Hijos de los hombres, ¿hasta cuándo
volveréis mi honra en infamia,
Amaréis la vanidad, y buscaréis la mentira?
Selah
3 Sabed, pues, que Jehová ha escogido al piadoso para sí; Jehová oirá cuando yo a él clamare.
4 Temblad, y no pequéis;a
Meditad en
vuestro corazón estando en vuestra cama, y callad.
Selah
5 Ofreced sacrificios de justicia, Y
confiad en Jehová.
6 Muchos son los que dicen: ¿Quién nos
mostrará el bien? Alza sobre
nosotros, oh Jehová, la luz de tu rostro.
7 Tú diste alegría a
mi corazón
Mayor que la de
ellos cuando abundaba su grano y su mosto.
8 En paz me acostaré, y asimismo dormiré;
Porque solo tú, Jehová, me haces vivir confiado.3
2 Reina Valera Revisada (1960) 7.24-10.32
a a 4.4: Ef. 4.26.
3 Reina Valera Revisada (19
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