¡Todo lo demás te ha de ser añadido!
Por Riqui Ricón*
Ellos temblaron de espanto; Porque
Dios está con la generación de los justos (Sal
14.5).
Amado(a), no te dejes engañar, la Biblia, la Palabra de
Dios, es la Verdad y cualquiera de nosotros que camine a la Luz de Su Palabra
no andará en tinieblas, ni en angustia, ni en temor, ni en desesperación, ni en
enfermedad, ni en pobreza, ni en deudas, sino, como dice Jesucristo:
Si vosotros permaneciereis en mi
palabra, seréis verdaderamente mis discípulos;
y
conoceréis la verdad, y la verdad os
hará libres (Jn 8.31-32).
Así
que, como tú has decidido creerle a Dios, le crees a Su Palabra y entonces no
hay forma que puedas perder en esta vida. Tienes asegurada la victoria en esta
batalla, pues es la buena batalla de la fe.
Esta batalla no es contra tu esposa o
esposo, ni contra tu hija o hijo, ni contra alguno de tus suegros, ni contra
ninguna de las personas que forman parte de tu vida,
sino contra
principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de
este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes (Efe 6.12).
Algunas
personas pueden sentir temor ante lo difícil o determinante de los problemas
que enfrentan, pero NO NOSOTROS los
Hijos de Dios Nacidos de Nuevo, comprados y redimidos al precio de la Sangre de
Cristo Jesús, quienes sabemos y estamos convencidos que,
Hijitos, vosotros sois de Dios, y
los habéis vencido; porque mayor es el que está en vosotros, que el que está en
el mundo… Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la
victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe.
¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo
de Dios? (1
Jn 4.4, 5.4-5).
Así
que, tus enemigos tiemblan de espanto, porque Dios está con la generación de
los justos, y esto es lo que tú ahora eres en Cristo Jesús: un(a) justo(a).
Al que no conoció pecado, por
nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en
él (2
Co 5.21).
Esto
es así porque Dios te ama tanto que prefirió entregar a Su propio Hijos antes
que perderte a ti.
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo
unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida
eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino
para que el mundo sea salvo por él (Jua 3.16-17).
Es
por Amor a ti que Dios te ha justificado, te ha hecho justo(a) con la Sangre de
Jesús. Cristo Jesús pagó con Su Vida todos tus delitos y pecados. Ahora no
debes nada, no tienes que pagar nada. ¡Eres justo(a)!
Justificados, pues, por la fe,
tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo; por quien
también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y
nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios (Ro 5.1-2).
En
honor a la Verdad, la Biblia es la Verdad, eres tú quien ha sido
justificado(a), hecho(a) justo(a), por Dios en la Sangre de Jesús, y son ellos,
tus enemigos, los que tiemblan de espanto.
Efectivamente,
sin importar las circunstancias que estés atravesando, la Verdad prevalece: tú
eres la generación de los justos y Dios está contigo.
¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra
nosotros? (Ro 8.31).
En
un tiempo de tremenda crisis y escasez, Abraham vivió creyendo la Palabra que
el Señor le había dado y dice la Escritura que le fue contado por justicia (Gen
15.6). ¡Fue hecho justo por creerle a Dios, creyendo Su Palabra!.
Por
eso, los reyes de aquella región temblaban de espanto y se apresuraron a
hacerse amigos de Abraham.
Aconteció en aquel mismo tiempo
que habló Abimelec, y Ficol príncipe de su ejército, a Abraham, diciendo: Dios está contigo en todo cuanto haces.
Ahora, pues, júrame aquí por Dios, que no faltarás a mí, ni a mi hijo ni a mi
nieto, sino que conforme a la bondad que yo hice contigo, harás tú conmigo, y
con la tierra en donde has morado (Gen 21.22-23).
La integridad de la Palabra de Dios es contundente, Él no
miente ni se arrepiente, Él no cambia Su Palabra:
Mas no quitaré de
él mi misericordia, Ni falsearé mi verdad. No olvidaré mi pacto, Ni mudaré lo
que ha salido de mis labios (Sal 89.33-34).
¡No te dejes engañar! Tu vida está escondida con cristo en
Dios. Tu vida consiste en mucho más que la comida, el techo o el vestido.
El ladrón no viene sino para
hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la
tengan en abundancia (Jua 10.10).
Así
es, ¡escrito está! El diablo solo viene a tu vida para hurtar, matar y destruir
pero Cristo Jesús ESTÁ PRESENTE en ti para darte vida y VIDA ABUNDANTE.
Vosotros, pues, no os preocupéis por
lo que habéis de comer, ni por lo que habéis de beber, ni estéis en ansiosa
inquietud. Porque todas estas cosas buscan las gentes del mundo; pero vuestro Padre sabe que tenéis necesidad
de estas cosas. Mas buscad el reino de Dios, y todas estas cosas os serán
añadidas (Luc 12.29-31).
Por
el Amor que el Señor siente por ti, has sido levantado(a) a la posición de
Hijo(a) de Dios. Él sabe de qué cosas tienes necesidad y ha establecido en Su
Palabra que te sean suplidas todas mientras tú actúas en la fe y en Su Palabra
para establecer Su reino; primeramente en tu propia vida y posteriormente en
esta tierra.
¡Busca el reino de Dios y su justicia, y todo lo demás te
será añadido! Oremos en voz audible:
Amado
Padre celestial, Tú, por Amor me has hecho justo(a) en Cristo Jesús y ahora
puedo disfrutar de Tu Plenitud para vivir una vida buena y abundante. Gracias,
Señor Jesús, por lo que hiciste por Amor a mí al morir en esa cruz. Entiendo
que mi permanencia en este mundo tiene el propósito de que, con Tu ayuda Espíritu
Santo, comencemos a establecer Tu reino. ¡Venga Tu reino, Señor, y hágase Tu
Voluntad así en la tierra como en el cielo! Por lo tanto, yo decido no estar en
ansiosa inquietud por lo porvenir y confiar en Ti, confiar en Tu Palabra. Así
que, declaro que YO SOY lo que Tú, mi Dios, dices en Tu Palabra que ahora soy:
¡En todas las cosas soy más que vencedor(a) por medio de Aquel que me amó!
¡Todo lo puedo en Cristo que me fortalece! ¡Yo
soy Tu Hijo(a) y los he vencido, porque mayor eres Tú, que estás en mí, que el que está en el mundo!
¡Soy
sano(a)! ¡Soy libre! ¡Soy próspero(a)! Tu Amor, gozo y paz ya están en mí para
que yo haga de mi vida una vida plena y abundante; para que yo haga de mi vida
una vida que vale la pena vivir. En el nombre de Jesús. Amén.
Nota Importante:
¿Cómo
me hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco una relación con el Todopoderoso?
Sólo
haz la siguiente oración en voz audible poniendo toda tu atención y corazón a
lo que le estás diciendo a Dios:
Señor
Jesús, yo creo que eres el Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen
María para pagar todos mis pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te
digo el día de hoy que sí acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí
acepto Tu Sangre preciosa derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro
mi corazón y te invito a entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y
para siempre Tú seas mi único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi
Señor. Gracias, Dios Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe
he pasado de muerte a Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz
admirable. ¡Hoy he Nacido de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú
eres mi Padre!
¡Nunca
más estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo
C. Peredo Jaime © 2011
Lectura y Meditación de la Palabra de
Dios
Haz
estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Enero
14 Luc
12.1-31 / Gen 21 / Sal 14
RV60
Lectura y Meditación de la Palabra de
Dios
Haz
estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Enero
14 Luc
12.1-31 / Gen 21 / Sal 14
San Lucas 12.1-31
La levadura de los fariseos
12
1En
esto, juntándose por millares la multitud, tanto que unos a otros se
atropellaban, comenzó a decir a sus discípulos, primeramente: Guardaos de
la levadura de
los fariseos,a que es la hipocresía. 2Porque nada hay
encubierto, que no haya de descubrirse; ni oculto, que no haya de saberse.b 3Por tanto, todo
lo que habéis dicho en tinieblas, a la luz se oirá; y lo que habéis hablado al
oído en los aposentos, se proclamará en las
azoteas.
A quién se debe temer
(Mt. 10.26–31)
4Mas os
digo, amigos míos: No temáis a los que matan el cuerpo, y después nada más
pueden hacer. 5Pero os enseñaré a quién debéis temer: Temed a aquel
que después de haber quitado la vida, tiene poder de echar en el infierno; sí,
os digo, a éste temed. 6¿No se venden
cinco pajarillos por dos cuartos? Con todo, ni uno de ellos está olvidado
delante de
a a
12.1: Mt. 16.6; Mr. 8.15.
b b
12.2: Mr. 4.22; Lc. 8.17.
Dios.
7Pues aun los cabellos de vuestra cabeza están todos contados. No
temáis, pues; más valéis vosotros que muchos pajarillos.
El que me
confesare delante de los hombres
8Os
digo que todo aquel que me confesare delante de los hombres, también el Hijo
del Hombre le confesará delante de los ángeles de Dios; 9mas el que
me negare delante de los hombres, será negado delante de los ángeles de Dios. 10A
todo aquel que dijere alguna palabra contra el Hijo del Hombre, le será
perdonado; pero al que blasfemare contra el Espíritu Santo, no le será
perdonado.c 11Cuando
os trajeren a las sinagogas, y ante los magistrados y las autoridades, no os
preocupéis por cómo o qué habréis de responder, o qué habréis de decir; 12porque
el Espíritu Santo os enseñará en la misma hora lo que debáis decir.d
El rico insensato
13Le
dijo uno de la multitud: Maestro, di a mi hermano que parta
conmigo la herencia. 14Mas él le dijo:
Hombre, ¿quién me ha puesto sobre vosotros como juez o partidor? 15Y
les dijo: Mirad, y guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no
consiste en la abundancia de los bienes que posee. 16También les
refirió una parábola, diciendo: La heredad de un hombre rico había producido
mucho. 17Y él pensaba dentro de sí, diciendo: ¿Qué haré, porque no
tengo dónde guardar mis frutos? 18Y dijo: Esto haré: derribaré mis
graneros, y los edificaré mayores, y allí guardaré todos mis frutos y mis
bienes; 19y diré a mi alma: Alma, muchos bienes tienes guardados
para muchos años; repósate, come, bebe, regocíjate. 20Pero Dios le
dijo: Necio, esta noche vienen a pedirte tu alma; y lo que has provisto, ¿de
quién será? 21Así es el que hace para sí tesoro, y no es rico para
con Dios.
El afán y la ansiedad
(Mt. 6.25–34)
22Dijo
luego a sus discípulos: Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué
comeréis; ni por el cuerpo, qué vestiréis. 23La vida es más que la
comida, y el cuerpo que el vestido. 24Considerad los cuervos, que ni
siembran, ni siegan; que ni tienen despensa, ni granero, y Dios los alimenta.
¿No valéis vosotros mucho más que las aves? 25¿Y quién de vosotros
podrá con afanarse añadir a su estatura un codo? 26Pues si no podéis
ni aun lo que es menos, ¿por qué os afanáis por lo demás? 27Considerad
los lirios, cómo crecen; no trabajan, ni hilan; mas os digo, que ni aun Salomón
con toda su gloriae se
vistió como uno de ellos. 28Y si así viste Dios la hierba que hoy
está en el campo, y mañana es echada al horno, ¿cuánto más a vosotros, hombres
de poca fe? 29Vosotros, pues, no os preocupéis por lo que
habéis de comer,
ni por lo
que habéis de
beber, ni estéis
en ansiosa inquietud. 30Porque
todas estas cosas buscan las gentes del mundo; pero vuestro Padre sabe
c c
12.10: Mt. 12.32; Mr. 3.29.
d
d
12.11–12: Mt. 10.19–20; Mr. 13.11; Lc. 21.14–15.
e e 12.27:
1 R. 10.4–7; 2 Cr. 9.3–6.
que tenéis necesidad
de estas cosas. 31Mas buscad el reino de Dios, y todas estas cosas
os serán añadidas.1
Génesis 21
Nacimiento de Isaac
21
1Visitó
Jehová a Sara, como había dicho, e hizo Jehová con Sara
como había hablado. 2Y Sara concibióa y dio a Abraham un hijo en
su vejez, en el tiempo que Dios le había dicho. 3Y llamó Abraham el
nombre de su hijo que le nació, que le dio a luz Sara, Isaac. 4Y
circuncidó Abraham a su hijo Isaacb
de ocho días, como Dios le
había mandado. 5Y era
Abraham de cien años cuando nació Isaac su hijo.
6Entonces dijo Sara: Dios me ha
hecho reír, y cualquiera que lo oyere, se reirá
conmigo. 7Y añadió: ¿Quién dijera a Abraham que Sara habría
de dar de mamar a hijos? Pues le he dado un hijo en su vejez.
Agar e Ismael
son echados de la casa de Abraham
8Y
creció el niño, y fue destetado; e hizo Abraham gran banquete el día que fue
destetado Isaac. 9Y vio Sara que el hijo de Agar la egipcia, el cual
ésta le había dado a luz a Abraham, se burlaba de su hijo Isaac. 10Por
tanto, dijo a Abraham: Echa a esta sierva y a su hijo, porque el hijo de esta
sierva no ha de heredar con Isaac mi hijo.c
11Este dicho pareció grave en gran manera a Abraham a causa de
su hijo. 12Entonces dijo Dios a Abraham: No te parezca grave a causa
del muchacho y de tu sierva; en todo lo que te dijere Sara, oye su voz, porque
en Isaac te será llamada descendencia.d
13Y también del hijo de la sierva haré una nación, porque es tu
descendiente. 14Entonces Abraham se levantó muy de mañana, y tomó
pan, y un odre de agua, y lo dio a Agar, poniéndolo sobre su hombro, y le
entregó el muchacho, y la despidió. Y ella salió y anduvo errante por el
desierto de Beerseba.
15Y le faltó el agua del odre, y
echó al muchacho debajo de un arbusto, 16y se fue y se sentó
enfrente, a distancia de un tiro de arco; porque decía: No veré cuando el
muchacho muera. Y cuando ella se sentó enfrente, el muchacho alzó su voz y
lloró. 17Y oyó Dios la voz del muchacho; y el ángel de Dios llamó a
Agar desde el cielo, y le dijo: ¿Qué tienes, Agar? No temas; porque Dios ha
oído la voz del muchacho en donde está. 18Levántate, alza al
muchacho, y sostenlo con tu mano, porque yo haré de él una gran nación. 19Entonces
Dios le abrió los ojos, y vio una fuente de agua; y fue y llenó
el odre de agua, y dio de
beber al muchacho. 20Y Dios estaba con el muchacho;
y creció, y habitó en el desierto,
y
1 Reina
Valera Revisada (1960)-------------------------------------------------------------------- 12.31
a a
21.2: He. 11.11.
b b
21.4: Gn. 17.12; Hch. 7.8.
c c 21.10:
Gá. 4.29–30.
d d 21.12: Ro. 9.7; He. 11.18.
fue tirador de arco.
21Y habitó en el desierto de Parán; y su madre le tomó mujer de la
tierra de Egipto.
Pacto entre Abraham y Abimelec
22Aconteció
en aquel mismo tiempo que habló Abimelec,e
y Ficol príncipe de su ejército, a Abraham, diciendo: Dios está contigo en
todo cuanto haces. 23Ahora, pues, júrame aquí por Dios, que no
faltarás a mí, ni a mi hijo ni a mi nieto, sino que conforme a la bondad que yo hice contigo, harás tú conmigo, y con
la tierra en donde has morado. 24Y respondió Abraham: Yo juraré. 25Y
Abraham reconvino a Abimelec a causa de un pozo de agua, que los siervos de
Abimelec le habían quitado. 26Y respondió Abimelec: No sé quién haya
hecho esto, ni tampoco tú me lo hiciste saber, ni yo lo he oído hasta hoy. 27Y tomó Abraham ovejas y
vacas, y dio a Abimelec; e hicieron ambos pacto. 28Entonces puso
Abraham siete corderas del rebaño aparte. 29Y dijo Abimelec a
Abraham: ¿Qué significan esas siete corderas que has puesto aparte? 30Y
él respondió: Que estas siete corderas tomarás de mi mano, para que me sirvan
de testimonio de que yo cavé este
pozo. 31Por esto llamó a aquel lugar Beerseba;18 porque allí juraron ambos. 32Así hicieron
pacto en Beerseba; y se levantó Abimelec, y Ficol príncipe de su ejército, y
volvieron a tierra de los filisteos.
33Y plantó Abraham un árbol
tamarisco en Beerseba, e invocó allí el nombre de Jehová Dios eterno. 34Y
moró Abraham en tierra de los filisteos muchos días.2
Salmo 14
Necedad y corrupción del hombre
(Sal. 53.1–6)
Al músico principal. Salmo de David.
1 Dice el necio en su corazón: No hay Dios.
Se han corrompido, hacen obras abominables; No hay quien haga el bien.
2 Jehová miró desde los cielos sobre los
hijos de los hombres, Para ver si
había algún entendido,
Que buscara a
Dios.
3 Todos se desviaron, a una se han
corrompido; No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno.a
4 ¿No tienen discernimiento todos los que hacen iniquidad,
e e 21.22: Gn. 26.26.
18 Esto
es, Pozo de siete, o Pozo del juramento.
2 Reina
Valera Revisada (1960)--------------------------------------------------------------------- 21.34
a a 14.1–3:
Ro 3.10–12.
Que devoran a mi pueblo como si comiesen pan, Y a Jehová no invocan?
5 Ellos temblaron de espanto;
Porque Dios está con la generación de los justos.
6 Del consejo del pobre se han burlado,
Pero Jehová es su esperanza.
7 ¡Oh, que de Sion saliera la salvación de
Israel! Cuando Jehová hiciere volver a los cautivos de su pueblo,
Se gozará
Jacob, y se alegrará Israel.3
3 Reina
Valera Revisada (1960)------------------------------------------------------------------- 14.7
Lectura y Meditación de la Palabra de
Dios
Haz
estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Enero
14 Luc
12.1-31 / Gen 21 / Sal 14
San Lucas 12.1-31
La levadura de los fariseos
12
1En
esto, juntándose por millares la multitud, tanto que unos a otros se
atropellaban, comenzó a decir a sus discípulos, primeramente: Guardaos de
la levadura de
los fariseos,a que es la hipocresía. 2Porque nada hay
encubierto, que no haya de descubrirse; ni oculto, que no haya de saberse.b 3Por tanto, todo
lo que habéis dicho en tinieblas, a la luz se oirá; y lo que habéis hablado al
oído en los aposentos, se proclamará en las
azoteas.
A quién se debe temer
(Mt. 10.26–31)
4Mas os
digo, amigos míos: No temáis a los que matan el cuerpo, y después nada más
pueden hacer. 5Pero os enseñaré a quién debéis temer: Temed a aquel
que después de haber quitado la vida, tiene poder de echar en el infierno; sí,
os digo, a éste temed. 6¿No se venden
cinco pajarillos por dos cuartos? Con todo, ni uno de ellos está olvidado
delante de
a a
12.1: Mt. 16.6; Mr. 8.15.
b b
12.2: Mr. 4.22; Lc. 8.17.
Dios.
7Pues aun los cabellos de vuestra cabeza están todos contados. No
temáis, pues; más valéis vosotros que muchos pajarillos.
El que me
confesare delante de los hombres
8Os
digo que todo aquel que me confesare delante de los hombres, también el Hijo
del Hombre le confesará delante de los ángeles de Dios; 9mas el que
me negare delante de los hombres, será negado delante de los ángeles de Dios. 10A
todo aquel que dijere alguna palabra contra el Hijo del Hombre, le será
perdonado; pero al que blasfemare contra el Espíritu Santo, no le será
perdonado.c 11Cuando
os trajeren a las sinagogas, y ante los magistrados y las autoridades, no os
preocupéis por cómo o qué habréis de responder, o qué habréis de decir; 12porque
el Espíritu Santo os enseñará en la misma hora lo que debáis decir.d
El rico insensato
13Le
dijo uno de la multitud: Maestro, di a mi hermano que parta
conmigo la herencia. 14Mas él le dijo:
Hombre, ¿quién me ha puesto sobre vosotros como juez o partidor? 15Y
les dijo: Mirad, y guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no
consiste en la abundancia de los bienes que posee. 16También les
refirió una parábola, diciendo: La heredad de un hombre rico había producido
mucho. 17Y él pensaba dentro de sí, diciendo: ¿Qué haré, porque no
tengo dónde guardar mis frutos? 18Y dijo: Esto haré: derribaré mis
graneros, y los edificaré mayores, y allí guardaré todos mis frutos y mis
bienes; 19y diré a mi alma: Alma, muchos bienes tienes guardados
para muchos años; repósate, come, bebe, regocíjate. 20Pero Dios le
dijo: Necio, esta noche vienen a pedirte tu alma; y lo que has provisto, ¿de
quién será? 21Así es el que hace para sí tesoro, y no es rico para
con Dios.
El afán y la ansiedad
(Mt. 6.25–34)
22Dijo
luego a sus discípulos: Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué
comeréis; ni por el cuerpo, qué vestiréis. 23La vida es más que la
comida, y el cuerpo que el vestido. 24Considerad los cuervos, que ni
siembran, ni siegan; que ni tienen despensa, ni granero, y Dios los alimenta.
¿No valéis vosotros mucho más que las aves? 25¿Y quién de vosotros
podrá con afanarse añadir a su estatura un codo? 26Pues si no podéis
ni aun lo que es menos, ¿por qué os afanáis por lo demás? 27Considerad
los lirios, cómo crecen; no trabajan, ni hilan; mas os digo, que ni aun Salomón
con toda su gloriae se
vistió como uno de ellos. 28Y si así viste Dios la hierba que hoy
está en el campo, y mañana es echada al horno, ¿cuánto más a vosotros, hombres
de poca fe? 29Vosotros, pues, no os preocupéis por lo que
habéis de comer,
ni por lo
que habéis de
beber, ni estéis
en ansiosa inquietud. 30Porque
todas estas cosas buscan las gentes del mundo; pero vuestro Padre sabe
c c
12.10: Mt. 12.32; Mr. 3.29.
d
d
12.11–12: Mt. 10.19–20; Mr. 13.11; Lc. 21.14–15.
e e 12.27:
1 R. 10.4–7; 2 Cr. 9.3–6.
que tenéis necesidad
de estas cosas. 31Mas buscad el reino de Dios, y todas estas cosas
os serán añadidas.1
Génesis 21
Nacimiento de Isaac
21
1Visitó
Jehová a Sara, como había dicho, e hizo Jehová con Sara
como había hablado. 2Y Sara concibióa y dio a Abraham un hijo en
su vejez, en el tiempo que Dios le había dicho. 3Y llamó Abraham el
nombre de su hijo que le nació, que le dio a luz Sara, Isaac. 4Y
circuncidó Abraham a su hijo Isaacb
de ocho días, como Dios le
había mandado. 5Y era
Abraham de cien años cuando nació Isaac su hijo.
6Entonces dijo Sara: Dios me ha
hecho reír, y cualquiera que lo oyere, se reirá
conmigo. 7Y añadió: ¿Quién dijera a Abraham que Sara habría
de dar de mamar a hijos? Pues le he dado un hijo en su vejez.
Agar e Ismael
son echados de la casa de Abraham
8Y
creció el niño, y fue destetado; e hizo Abraham gran banquete el día que fue
destetado Isaac. 9Y vio Sara que el hijo de Agar la egipcia, el cual
ésta le había dado a luz a Abraham, se burlaba de su hijo Isaac. 10Por
tanto, dijo a Abraham: Echa a esta sierva y a su hijo, porque el hijo de esta
sierva no ha de heredar con Isaac mi hijo.c
11Este dicho pareció grave en gran manera a Abraham a causa de
su hijo. 12Entonces dijo Dios a Abraham: No te parezca grave a causa
del muchacho y de tu sierva; en todo lo que te dijere Sara, oye su voz, porque
en Isaac te será llamada descendencia.d
13Y también del hijo de la sierva haré una nación, porque es tu
descendiente. 14Entonces Abraham se levantó muy de mañana, y tomó
pan, y un odre de agua, y lo dio a Agar, poniéndolo sobre su hombro, y le
entregó el muchacho, y la despidió. Y ella salió y anduvo errante por el
desierto de Beerseba.
15Y le faltó el agua del odre, y
echó al muchacho debajo de un arbusto, 16y se fue y se sentó
enfrente, a distancia de un tiro de arco; porque decía: No veré cuando el
muchacho muera. Y cuando ella se sentó enfrente, el muchacho alzó su voz y
lloró. 17Y oyó Dios la voz del muchacho; y el ángel de Dios llamó a
Agar desde el cielo, y le dijo: ¿Qué tienes, Agar? No temas; porque Dios ha
oído la voz del muchacho en donde está. 18Levántate, alza al
muchacho, y sostenlo con tu mano, porque yo haré de él una gran nación. 19Entonces
Dios le abrió los ojos, y vio una fuente de agua; y fue y llenó
el odre de agua, y dio de
beber al muchacho. 20Y Dios estaba con el muchacho;
y creció, y habitó en el desierto,
y
1 Reina
Valera Revisada (1960)-------------------------------------------------------------------- 12.31
a a
21.2: He. 11.11.
b b
21.4: Gn. 17.12; Hch. 7.8.
c c 21.10:
Gá. 4.29–30.
d d 21.12: Ro. 9.7; He. 11.18.
fue tirador de arco.
21Y habitó en el desierto de Parán; y su madre le tomó mujer de la
tierra de Egipto.
Pacto entre Abraham y Abimelec
22Aconteció
en aquel mismo tiempo que habló Abimelec,e
y Ficol príncipe de su ejército, a Abraham, diciendo: Dios está contigo en
todo cuanto haces. 23Ahora, pues, júrame aquí por Dios, que no
faltarás a mí, ni a mi hijo ni a mi nieto, sino que conforme a la bondad que yo hice contigo, harás tú conmigo, y con
la tierra en donde has morado. 24Y respondió Abraham: Yo juraré. 25Y
Abraham reconvino a Abimelec a causa de un pozo de agua, que los siervos de
Abimelec le habían quitado. 26Y respondió Abimelec: No sé quién haya
hecho esto, ni tampoco tú me lo hiciste saber, ni yo lo he oído hasta hoy. 27Y tomó Abraham ovejas y
vacas, y dio a Abimelec; e hicieron ambos pacto. 28Entonces puso
Abraham siete corderas del rebaño aparte. 29Y dijo Abimelec a
Abraham: ¿Qué significan esas siete corderas que has puesto aparte? 30Y
él respondió: Que estas siete corderas tomarás de mi mano, para que me sirvan
de testimonio de que yo cavé este
pozo. 31Por esto llamó a aquel lugar Beerseba;18 porque allí juraron ambos. 32Así hicieron
pacto en Beerseba; y se levantó Abimelec, y Ficol príncipe de su ejército, y
volvieron a tierra de los filisteos.
33Y plantó Abraham un árbol
tamarisco en Beerseba, e invocó allí el nombre de Jehová Dios eterno. 34Y
moró Abraham en tierra de los filisteos muchos días.2
Salmo 14
Necedad y corrupción del hombre
(Sal. 53.1–6)
Al músico principal. Salmo de David.
1 Dice el necio en su corazón: No hay Dios.
Se han corrompido, hacen obras abominables; No hay quien haga el bien.
2 Jehová miró desde los cielos sobre los
hijos de los hombres, Para ver si
había algún entendido,
Que buscara a
Dios.
3 Todos se desviaron, a una se han
corrompido; No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno.a
4 ¿No tienen discernimiento todos los que hacen iniquidad,
e e 21.22: Gn. 26.26.
18 Esto
es, Pozo de siete, o Pozo del juramento.
2 Reina
Valera Revisada (1960)--------------------------------------------------------------------- 21.34
a a 14.1–3:
Ro 3.10–12.
Que devoran a mi pueblo como si comiesen pan, Y a Jehová no invocan?
5 Ellos temblaron de espanto;
Porque Dios está con la generación de los justos.
6 Del consejo del pobre se han burlado,
Pero Jehová es su esperanza.
7 ¡Oh, que de Sion saliera la salvación de
Israel! Cuando Jehová hiciere volver a los cautivos de su pueblo,
Se gozará Jacob, y se alegrará Israel.3
3 Reina
Valera Revisada (1960)------------------------------------------------------------------- 14.7
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