jueves, 20 de abril de 2017

¡Cómo recibir de Dios!

 

15  de Marzo

¡Tu fe en la Palabra!

Por Riqui Ricón*

Entonces ella vino y se postró ante él, diciendo: ¡Señor, socórreme! Respondiendo él, dijo: No está bien tomar el pan de los hijos, y echarlo a los perrillos. Y ella dijo: Sí, Señor; pero aun los perrillos comen de las migajas que caen de la mesa de sus amos. Entonces respondiendo Jesús, dijo: Oh mujer, grande es tu fe; hágase contigo como quieres. Y su hija fue sanada desde aquella hora (Mat 15.25-28).

Respecto a este pasaje de la Escritura, continuamente he escuchado la interpretación que Jesús no le hacía caso a esta mujer sirofenicia porque pretendía llevarla a tal grado de quebrantamiento y necesidad donde ella pudiera tener fe, sin embargo, por ningún lado en la Biblia encontrarás a Dios manipulando los sentimientos y las necesidades de los seres humanos con el propósito de enseñarles algún tipo de lección. ¡No necesita hacer eso! ¡Él no es así! ¡Dios es bueno! ¡Dios es amor!

Jesús le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Ninguno hay bueno, sino sólo uno, Dios (Mar 10.18).

La Verdad es que Jesús no atendía a esta mujer dado que, de acuerdo a la palabra de Dios (Jesús siempre actuará conforme a la Palabra de Dios), el Pacto fue establecido con el pueblo de Israel, la descendencia de Abraham, y el Nuevo Pacto no había sido revelado todavía, así que Jesús le explicó a ella lo que decía la Palabra.

El respondiendo, dijo: No soy enviado sino a las ovejas perdidas de la casa de Israel (Mat 15.24).

La grande fe de esta mujer surgió en el momento que aceptó la Palabra de Jesús y actuó de acuerdo con ella al responder: “es cierto, tienes razón y lo acepto, pero aún nosotros los que no estamos en Pacto con Dios podremos tomar, creyendo, lo que los hijos dejan caer al no creer”.

Entonces respondiendo Jesús, dijo: Oh mujer, grande es tu fe; hágase contigo como quieres. Y su hija fue sanada desde aquella hora.

¿Te das cuenta? Exactamente igual que Abram (no Abraham, pues aún no entraba en pacto con Dios), esta mujer creyó a Dios, creyó Su Palabra, y le fue contado por justicia.

Después de estas cosas vino la palabra de Jehová a Abram en visión, diciendo: No temas, Abram; yo soy tu escudo, y tu galardón será sobremanera grande… Y creyó a Jehová, y le fue contado por justicia (Gen15.1, 6).

La fe ES por el oír y lo que tenemos que oír, poner en nuestra mente boca y corazón, es la Biblia, que es la Palabra de Dios y no miente, porque primero la tierra y el cielo pasarán antes de que deje de cumplirse la Palabra de Dios.

El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán (Luc 21.33).

De la misma forma que la mujer sirofenicia y Abram, Josué pudo detener las fuerzas astronómicas que hacen girar al Sol, la luna y la tierra porque prestó atención a la Palabra de Dios y obedeció la orden que se le dio de leerla y meditarla todos los días de su vida.

Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien (Jos 1.8).

Entonces Josué habló a Jehová el día en que Jehová entregó al amorreo delante de los hijos de Israel, y dijo en presencia de los israelitas: Sol, detente en Gabaón; Y tú, luna, en el valle de Ajalón. Y el sol se detuvo y la luna se paró, Hasta que la gente se hubo vengado de sus enemigos. ¿No está escrito esto en el libro de Jaser? Y el sol se paró en medio del cielo, y no se apresuró a ponerse casi un día entero. Y no hubo día como aquel, ni antes ni después de él, habiendo atendido Jehová a la voz de un hombre; porque Jehová peleaba por Israel (Jos 10.12-14).

¡Dios lo dijo y Él mismo lo cumplió! ¡Dios lo habló y Él mismo lo ejecuto!

Así que, mi amigo(a), pon la Biblia en tu mente, boca y corazón. Léela y medita en ella de mañana, tarde y noche pues así, y solamente así (no antes, ni después, ni de ninguna otra forma), harás prosperar tu camino y todo te saldrá bien al poner tu fe en la Palabra de Dios.

Si anduviereis en mis decretos y guardareis mis mandamientos, y los pusiereis por obra, yo daré vuestra lluvia en su tiempo, y la tierra rendirá sus productos, y el árbol del campo dará su fruto. Vuestra trilla alcanzará a la vendimia, y la vendimia alcanzará a la sementera, y comeréis vuestro pan hasta saciaros, y habitaréis seguros en vuestra tierra. Y yo daré paz en la tierra, y dormiréis, y no habrá quien os espante; y haré quitar de vuestra tierra las malas bestias, y la espada no pasará por vuestro país. Y perseguiréis a vuestros enemigos, y caerán a espada delante de vosotros. Cinco de vosotros perseguirán a ciento, y ciento de vosotros perseguirán a diez mil, y vuestros enemigos caerán a filo de espada delante de vosotros. Porque yo me volveré a vosotros, y os haré crecer, y os multiplicaré, y afirmaré mi pacto con vosotros (Lev 26.3-9).

Amado(a), la Voluntad de Dios hacia contigo es buena, agradable y perfecta. Él no va a dejar de cumplirte Su Palabra, pues Su Palabra es Palabra de Honor.

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él (Jn 3.16-17).

¡Dios te ama tanto que prefirió entregar a Su único Hijo antes que perderte a ti!

MIREN CUÁNTO NOS ama el Padre celestial que permite que seamos llamados hijos de Dios. ¡Y lo mas maravilloso es que de veras lo somos! Naturalmente, como la mayoría de la gente no conoce a Dios, no comprende por qué lo somos  (1 Jua 3.1 BAD).

Por ese grande Amor con que Dios te ama, te ha llamado(a) Hijo(a) y eso es lo que en Verdad eres, un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo. Ahora, por Cristo Jesús, el “Pan de los Hijos”, la salud, la prosperidad, el gozo y la paz son por derecho legítimamente tuyos.

Así que, tú puedes con toda certeza de fe, como la mujer siriofenicia, o el centurión o la virgen María, decir en este día, “creo que recibo lo que te estoy pidiendo pues te creo a Ti, Señor, creo a Tu Palabra”.

Oremos en voz audible:

Amado Padre celestial, este día quiero agradecerte por el gran Amor con que me has amado. Cristo Jesús, me asombro cada día más y más por todo lo que has hecho por mí y en mí. Estoy decidido(a), con Tu ayuda, Espíritu Santo, a cambiar mi forma de pensar transformándome en el espíritu de mi mente. Sin importar las circunstancias del momento o la forma en que hoy me siento, creo y declaro que soy ese(a) Hijo(a) que Tú, mi Dios y Padre, siempre has deseado, justo(a), santo(a) y perfecto(a). Lo sé porque así está escrito en Tu Palabra y esa es la Verdad. Estoy dispuesto(a) a dejar atrás todas esas emociones y pensamientos negativos de fracaso y de derrota. Esa vieja naturaleza nada tiene en mí, pues yo he sido regenerado(a) en Cristo Jesús para vivir una vida plena y victoriosa. Lo sé porque lo dice la Biblia, lo creo porque es Tu Palabra de Honor y me dispongo, con Tu ayuda, Espíritu Santo, a vivirlo. Viviré esa vida prospera, en salud, amor, paz y gozo que Tú, oh Dios, deseas para mí. Yo, _____________ (tu nombre aquí), soy un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece, pues mayor es el que está en mí que el que está en el mundo y ese eres Tú, Precioso Espíritu de Dios. No le daré lugar al diablo y a sus mentiras en mi vida. ¡No voy a temer más! Echo fuera de mi vida toda ansiedad e inquietud. ¡En todas las cosas soy más que vencedor(a) por medio de Aquel que me amó, Cristo Jesús! ¡Ya he sido sanado(a) por las heridas de Jesús! ¡He sido establecido(a) para reinar en esta vida por la sangre de Jesús! No hay forma que pueda perder, pues Tú, mi Dios y Padre, estás en mí y conmigo, y si Dios es conmigo, ¿quién contra mí? ¡Soy sano(a)! ¡Soy libre! ¡Soy próspero(a)! ¡Soy feliz! En el nombre de Jesús. Amén

Nota Importante:

¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco una relación con el Todopoderoso?

Sólo haz la siguiente oración en voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a Dios:

Señor Jesús, yo creo que eres el Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.

*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2012

 


Lectura y Meditación de la Palabra de Dios

Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.

Marzo 15        Mat 15-21-39 /  Lev 26-27 /  Ecl 1.11-2.36

 


 

 

miércoles, 19 de abril de 2017

¿Quién te puede desarraigar?

 

14  de Marzo

¡Nunca desarraigado(a)!

Por Riqui Ricón*

Pero respondiendo él, dijo: Toda planta que no plantó mi Padre celestial, será desarraigada. Dejadlos; son ciegos guías de ciegos; y si el ciego guiare al ciego, ambos caerán en el hoyo (Mat 15.13-14).


Toda planta nace de una semilla y toda planta cultivada que da fruto fue sembrada por alguien. En tu caso, la semilla que fue plantada es la Palabra de Dios y al creer que Jesús es el Cristo, el Mesías Salvador de todos los hombres, esta semilla te dio Vida Eterna haciéndote Nacer de Nuevo como un(a) Hijo(a) de Dios.





porque en vosotros se ha operado un nuevo nacimiento, que ya no es debido a una simiente corruptible, sino a la incorruptible y permanente palabra de Dios   (1 Ped 1.23 CST).

Así que tú has Nacido de Nuevo por la Palabra de Dios y por lo tanto, ahora Dios es tu Padre.

Todo aquel que cree que Jesús es el Cristo, es nacido de Dios (1 Jn 5. 1a).

Tu Padre te plantó y no te desarraiga sino que te cultiva y te cuida.

Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas (Efe 2.10).

La Biblia, que es la Palabra de Dios y no miente, establece claramente que ahora tú eres hechura Suya, un(a) Hijo(a) Nacido(a) de Nuevo; amado(a) del Padre; creado(a) de Nuevo en Cristo Jesús con el propósito de manifestar las buenas obras de Dios.

Respondió entonces Jesús, y les dijo: De cierto, de cierto os digo: No puede el Hijo hacer nada por sí mismo, sino lo que ve hacer al Padre; porque todo lo que el Padre hace, también lo hace el Hijo igualmente. Porque el Padre ama al Hijo, y le muestra todas las cosas que él hace; y mayores obras que estas le mostrará, de modo que vosotros os maravilléis (Jn 5.19-20).

Al aceptar lo que Jesús hizo al morir y resucitar por Amor a ti, recibiste la Vida Eterna de un(a) Hijo(a) de Dios y la única diferencia que existe entre Jesucristo y tú es que Él es tu hermano mayor.

Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos (Rom 8.29).

Sin lugar a dudas que Dios te ama tanto que prefirió entregar a Su único Hijo antes que perderte a ti.

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él (Jn 3.16-17).

La Biblia, que es la Palabra de Dios y no puede mentir, es muy clara y determinante para enseñarte que Dios Padre y Cristo Jesús hicieron todo esto con el propósito de rescatarte de la muerte eterna a la que te dirigías para hacer de ti un(a) legítimo Hijo(a) de Dios. ¡Exactamente igual a Jesús!

MIREN CUÁNTO NOS ama el Padre celestial que permite que seamos llamados hijos de Dios. ¡Y lo mas maravilloso es que de veras lo somos! Naturalmente, como la mayoría de la gente no conoce a Dios, no comprende por qué lo somos  (1 Jua 3.1 BAD).

Así que, caer en el hoyo no es para nada tu destino. Tu destino es ser arraigado(a) y cimentado(a) en Su amor hasta que seas lleno(a) del propósito y de la plenitud de Dios.

para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones, a fin de que, arraigados y cimentados en amor, seáis plenamente capaces de comprender con todos los santos cuál sea la anchura, la longitud, la profundidad y la altura, y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios (Efe 3.17-19).

Es por la fe [por creerle a Dios creyendo Su Palabra], que Cristo Jesús habita en tu corazón. Es por fe, porque Dios lo dice así en Su Palabra, que ahora, en Cristo, tú has sido arraigado(a) [no desarraigado(a)] y cimentado(a) en amor para que puedas experimentar toda la plenitud de Dios.

Asimismo tomó también la copa, después de haber cenado, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre;  haced esto todas las veces que la bebiereis, en memoria de mí (1 Cor 11.25).

¿Qué significa realmente todo esto? Significa que creyéndole a Dios, creyendo lo que dice Su Palabra, creyendo a la semilla que te hizo Nacer de Nuevo, has entrado al Nuevo Pacto en la Sangre de Jesús.

Esparciré sobre vosotros agua limpia, y seréis limpiados de todas vuestras inmundicias; y de todos vuestros ídolos os limpiaré (Eze 36.25).

¡Haz sido lavado y limpiado por la Sangre de Jesús y por la Palabra de Dios!

Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne (Eze 36.26).

¡Eres espíritu nuevo con un nuevo corazón!

Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra (Eze 36.27).

Y, por si fuera poco, ¡tienes al Espíritu Santo, Dios mismo, viviendo y morando en ti y contigo!

Y todo esto por Amor, pues es por amor que Dios prefirió entregar a Su propio Hijo para pagar todos tus pecados, antes que perderte a ti. Es en Su amor que estás y permaneces arraigado(a) y cimentado(a)  para ser lleno(a) de toda la plenitud de Dios.

¡Nunca desarraigado(a)!

Al fin y al cabo, ahora eres Su Hijo(a) Amado(a).

Oremos en voz audible:

Amado Padre celestial, en este día, una vez más, quiero agradecerte por todo lo que hiciste por Amor a mí. Gracias por no haber escatimado a Tu propio Hijo Jesús, sino que lo entregaste por Amor a mí. Señor Jesús, muchas gracias porque Tú, siendo en forma de Dios, no estimaste el ser igual a Dios como cosa a que aferrarte, sino que Te despojaste a Ti mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, Te humillaste a Ti mismo, haciéndote obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Gracias porque con Tu muerte y resurrección, destruiste por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo, y así, me has hecho totalmente libre, pues yo, por el temor de la muerte estaba durante toda mi vida sujeto(a) a servidumbre. ¡Porque Tú moriste, mi vieja naturaleza, mi viejo(a) yo, murió contigo! ¡Porque Tú vives, yo también vivo! ¡La Vida Eterna que Tú tienes, es la misma que adquiriste para mí! ¡Puedo dejar de temerle a la muerte! ¡La muerte ya no se enseñorea más de mí! ¡Gracias! ¡Muchas gracias, Señor Jesús! Ahora sé que estoy arraigado(a) y cimentado(a) en Tu Amor y puedo, con toda certeza declarar que, ¡Soy sano(a)! ¡Soy libre! ¡Soy próspero(a)! ¡Soy más que vencedor(a)! ¡Todo lo puedo en Cristo! Y, por la Sangre de Jesús, soy dichoso(a) para vivir una vida plena y abundante. Muchas gracias, Señor Jesús. Gracias por esta Nueva Vida en Plenitud que ahora tengo. Gracias por mi sanidad. Gracias por mi salud. Gracias por mi prosperidad. Gracias por el Amor, la paz y el gozo que ahora disfruto. ¡Gracias por mi Victoria sobre la muerte! En el nombre de Jesús. Amén

Nota Importante:

¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco una relación con el Todopoderoso?

Sólo haz la siguiente oración en voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a Dios:

Señor Jesús, yo creo que eres el Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.

*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2012

 


Lectura y Meditación de la Palabra de Dios

Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.

Marzo 14                  Mat 15-1-20 /  Lev 24-25 /  Ecl 1.1-11

 


 

 

viernes, 7 de abril de 2017

¡Cómo aseguras tu Vida!

 

12  de Marzo

¡Estoy asegurado!

Por Riqui Ricón*

Toda palabra de Dios es limpia; El es escudo a los que en él esperan (Pro 30.5).

¿Cómo puede ser Dios escudo a los que en Él esperan? Puesto que Él es Dios (el único Dios verdadero), entonces Su Palabra es la Verdad. Lo cual significa que TODO lo que Él dice tiene cumplimiento. El poder de la fuerza de Dios no es el Amor, ni Su Voluntad, ni Su Presencia sino Su Palabra. Todo cuanto existe, lo visible y lo invisible, fue creado por Su Palabra, no por el Amor.

Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios,  de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía (He 11.3).

Y dijo Dios: Sea la luz;  y fue la luz (Gen 1.3).

No me malinterpretes, Dios hizo el universo por Amor y en Amor, pero lo hizo con Su Palabra.

De hecho, Dios te ama tanto que prefirió entregar a Su propio Hijo antes que perderte a ti.

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él (Jn 3.16-17).

Lo importante aquí, en la meditación de hoy, es que la Biblia, la Palabra de Dios, es más vital que el alimento mismo; es el arma y escudo con las que Jesús derrotó al diablo:

Y vino a él el tentador, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan. El respondió y dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios (Mat 4.3-4).

La Palabra de Dios es tan importante, santa, pura, infalible, contundente y eterna que las mismas Escrituras se definen como la Perfecta Ley, la Ley de Verdad, la Ley de Libertad.

Mas el que mira atentamente en la perfecta ley, la de la libertad, y persevera en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, éste será bienaventurado en lo que hace (Sgo 1.25).

De modo que sí, sí puedes estar seguro(a) en esta vida; si la Biblia dice que Dios es escudo a los que en Él esperan, entonces tú tienes el mejor de los escudos.

De modo que sí, sí puedes estar seguro(a), si la Biblia dice que Aquel que fue engendrado por Dios, Cristo Jesús, te guarda y el maligno no te toca (1 Jn 5.18), entonces tienes de tu lado al mejor de los guardianes y, definitivamente, Satanás no puede tocarte.


Por esto es sumamente importante que desarrolles y uses tu fe. ¡Créele a Dios creyendo Su Palabra!

Mas la fe nace cuando se presta atención a las Buenas Noticias acerca de Jesucristo (Rom 10.17 BAD).

Así que  la fe ES por oír la Palabra de Dios, entonces, lo que tienes que hacer para desarrollar tu fe es escuchar continua y constantemente la Biblia.

Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien (Jos 1.8).

¡Más claro, ni el agua! Dios te revela en Su Palabra el secreto para vivir una vida exitosa: ¡Haz de la lectura y meditación de la Biblia la norma máxima de tu existencia!

Jesús le dijo: Si puedes creer, al que cree todo le es posible (Mar 9.23).

Y desde luego que al que le cree a Dios, TODO le es posible.

La fe es lo único que te garantiza una Vida victoriosa y  lo único que tienes que hacer es poner la Biblia  en tu boca, mente y corazón; leyéndola y meditándola TODOS LOS DIAS, porque dice Dios que entonces (no antes, ni después, ni de ningún otra forma), harás prosperar tu camino y todo te saldrá bien.

Bienaventurado el hombre que teme a Jehová, Y en sus mandamientos se deleita en gran manera… No tendrá temor de malas noticias; Su corazón está firme, confiado en Jehová. Asegurado está su corazón; no temerá, Hasta que vea en sus enemigos su deseo  (Sal 112.1, 7-8).

Puesto que la Biblia es la Palabra de Dios, Su Palabra de Honor, entonces tiene todo el Poder para hacerse cumplir a sí misma y tú puedes recibir hoy esta bendición para aquellos que aman y se deleitan en la Palabra de Dios: No tendrás temor de malas noticias. Tú corazón está firme, confiado en el Señor. Asegurado está tu corazón; no temerás.

Ahora, todo esto es posible porque Dios te ama tanto que, a través de Jesucristo, Él te ha hecho Su propio(a) Hijo(a).

MIREN CUÁNTO NOS ama el Padre celestial que permite que seamos llamados hijos de Dios. ¡Y lo mas maravilloso es que de veras lo somos! Naturalmente, como la mayoría de la gente no conoce a Dios, no comprende por qué lo somos  (1 Jua 3.1 BAD).

Así que, puedes hoy declararlo en voz alta: ¡Dios es mi escudo! ¡No temeré! ¡Estoy asegurado(a)!


 
 
Oremos en voz audible:

Amado Padre celestial, que hermoso es saber y creer lo que hiciste por Amor a mí. Gracias por no haber escatimado a Tu propio Hijo Jesús, sino que lo entregaste por mí. Señor Jesús, muchas gracias porque Tú, siendo en forma de Dios, no estimaste el ser igual a Dios como cosa a que aferrarte, sino que Te despojaste a Ti mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, Te humillaste a Ti mismo, haciéndote obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Gracias porque con Tu muerte y resurrección, destruiste por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo, y así, me has hecho libre, pues yo, por el temor de la muerte estaba durante toda mi vida sujeto(a) a servidumbre. ¡Porque Tú moriste, mi vieja naturaleza, mi viejo(a) yo, murió contigo! ¡Porque Tú vives, yo también vivo! ¡La Vida Eterna que Tú tienes, es la misma que adquiriste para mí! ¡Puedo dejar de temerle a la muerte! ¡La muerte ya no se enseñorea más de mí! ¡Gracias! ¡Muchas gracias, Señor Jesús! Ahora puedo, con toda certeza declarar que, ¡Soy sano(a)! ¡Soy libre! ¡Soy próspero(a)! ¡Soy más que vencedor(a)! ¡Todo lo puedo en Cristo! Y, por la Sangre de Jesús, soy dichoso(a) para vivir una vida plena y abundante. Muchas gracias, Señor Jesús. Gracias por esta Nueva Vida en Plenitud que ahora tengo. Gracias por mi sanidad. Gracias por mi salud. Gracias por mi prosperidad. Gracias por el Amor, la paz y el gozo que ahora disfruto. ¡Gracias por mi Victoria sobre la muerte! ¡Ya no tengo temor! ¡Estoy asegurado(a)! ¡Tú eres mi escudo! En el nombre de Jesús. Amén

Nota Importante:

¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco una relación con el Todopoderoso?

Sólo haz la siguiente oración en voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a Dios:

Señor Jesús, yo creo que eres el Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.

*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2012

 


Lectura y Meditación de la Palabra de Dios

Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.

Marzo 12                    Mat 14.1-21 /  Lev 20-21 /  Pro 30