miércoles, 18 de diciembre de 2019

¡Por qué terminarás este año en Esplendor!



19 de Diciembre
¡Te lo ha jurado Dios!
Por Riqui Ricón*
Porque esto me será como en los días de Noé, cuando juré que nunca más las aguas de Noé pasarían sobre la tierra;  así he jurado que no me enojaré contra ti, ni te reñiré. Porque los montes se moverán, y los collados temblarán, pero no se apartará de ti mi misericordia, ni el pacto de mi paz se quebrantará, dijo Jehová, el que tiene misericordia de ti (Isa 54.9-10).
¡Asombroso!
El Nuevo Pacto en la Sangre de Jesús es el mejor Pacto, establecido sobre mejores promesas, por medio del cual, después de haber sido justificado(a) y perdonado(a) al ser derramada Su Vida y Su Sangre, ahora tú has sido adoptado(a) legítimamente como un(a) Hijo(a) de Dios.
Así es, porque Él lo juró con Su Palabra, ahora Dios te mira y te trata como un Padre mira y trata a Su Hijo(a).
Porque te extenderás a la mano derecha y a la mano izquierda; y tu descendencia heredará naciones, y habitará las ciudades asoladas. No temas, pues no serás confundida; y no te avergüences, porque no serás afrentada, sino que te olvidarás de la vergüenza de tu juventud, y de la afrenta de tu viudez no tendrás más memoria. Porque tu marido es tu Hacedor; Jehová de los ejércitos es su nombre; y tu Redentor, el Santo de Israel; Dios de toda la tierra será llamado (Isa 54.3-5).
La relación con Dios cambia radicalmente a través del Nuevo Pacto: ahora no importa más lo que hiciste, ni lo que estés haciendo, sino lo que Jesús hizo por Amor a ti. Se te ha dado la oportunidad de dejar todo el pasado atrás y Nacer de Nuevo a una Vida Plena y Abundante como Hijo(a) del Rey.
Ahora, sin importar el problema, la angustia o enfermedad que estés enfrentando, el tiempo del Esplendor de la Gloria de Dios ha venido sobre de ti. ¡Te extenderás a la mano derecha y a la mano izquierda!
No temas, pues no serás confundido(a); y no te avergüences, porque no serás afrentado(a), sino que te olvidarás de todo el pasado que te condena.
¡Ahora el Todopoderoso Dios es tu propio Padre!
Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él,  perdonándoos todos los pecados, anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz,  y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz (Col 2.13-15).
Ser un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo significa vivir esa Vida Plena y Abundante en justicia y santidad que Él decretó, con Su Palabra, que te pertenece a ti. No se trata de lo que hagas o dejes de hacer sino de si puedes creer que ahora eres ese(a) Hijo(a) que Dios dice que eres.
Se trata de creer que la Biblia es la palabra de Dios y, por lo tanto, todo lo que en ella está escrito son las Palabras que salieron de la boca de Dios, son la Verdad y se van a cumplir todas; primero el cielo y la tierra dejan de existir antes que la Palabra de Dios deje de cumplirse.
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él (Jn 3.16-17).
Se trata de realmente creer que Dios te ama tanto que prefirió entregar a Su propio Hijo antes que perderte a ti.
MIREN CUÁNTO NOS ama el Padre celestial que permite que seamos llamados hijos de Dios. ¡Y lo mas maravilloso es que de veras lo somos! Naturalmente, como la mayoría de la gente no conoce a Dios, no comprende por qué lo somos  (1 Jn 3.1 BAD).
Se trata de creer que ahora, en Verdad eres un(a) Hijo(a) amado(a) de Dios.
Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad, y vosotros estáis completos en él, que es la cabeza de todo principado y potestad (Col 2.9-10)..
Mientras sigas escuchando las voces de fracaso y derrota que te dicen que no  vales, ni sirves, ni puedes; que sigues siendo la misma persona que eras antes, pecadora, miedosa, irresponsable, etc., entonces, seguirás viviendo una mentira, luchando contra el miedo, la angustia, la enfermedad y la condenación.
¡Qué contraste con la Escritura que te afirma que tú estás completo(a) en Cristo y que toda la Plenitud de Dios está en Él y, por lo tanto, también está en ti!
Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres (Jn 8.31b-32).
Sólo permaneciendo en la Palabra de Dios encontrarás acceso a semejante libertad. Todo esto es Verdad al que puede creer la Palabra de Dios, pues al que cree TODO le es posible.
La Plenitud de Dios, esta forma de vivir en paz, con gozo y lleno(a) de amor, es aplicable a todas las áreas de tu vida: en la salud, las finanzas, las relaciones familiares y personales, el desempeño profesional, el hogar, etc. Pues, cuando sabes que sabes, que ahora eres un(a) Hijo(a) del Rey del Universo y que tienes derechos y privilegios divinos (así como obligaciones), los problemas y circunstancias de tu entorno no te volverán a engañar para ponerte en la condición de víctima.
Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable; vosotros que en otro tiempo no erais pueblo, pero que ahora sois pueblo de Dios; que en otro tiempo no habíais alcanzado misericordia, pero ahora habéis alcanzado misericordia (1 P 2.9-10).
Amado(a), aunque tú no lo creas, tú eres y serás siempre la persona que Dios dice en Su Palabra que tú ahora eres. Si lo crees o no lo crees, eso no cambia la Verdad; tan sólo cambia el hecho que tú puedas vivir EN la Verdad o no. Con tu fe [creyéndole a Dios, creyendo Su Palabra] tú haces posible el vivir esa Vida Plena y Abundante que YA fue comprada y preparada para ti.
Y muchas veces le echa en el fuego y en el agua, para matarle; pero si puedes hacer algo, ten misericordia de nosotros, y ayúdanos. Jesús le dijo: Si puedes creer, al que cree todo le es posible (Mar 9.22-23).
¡SI! Jesús ya lo hizo todo por amor a ti y ahora todo depende de que tú puedas creer.
Así que, Ensancha el sitio de tu tienda, y las cortinas de tus habitaciones sean extendidas; no seas escasa; alarga tus cuerdas, y refuerza tus estacas (Isa 54.2).
Oremos en voz audible:
Amado Padre celestial, en este momento estoy dispuesto(a) a declarar con todo mi corazón que SI CREO. Creo que la Biblia es Tu Palabra y creo que lo que Tú hiciste por mí al morir en esa cruz, Señor Jesús, me establece y afirma en la condición de Hijo(a) Tuyo(a). Creo que ahora tengo esa Nueva condición: soy un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo. Sé y declararé toda mi vida que soy amado(a) por Ti, oh Dios; que nunca me has dejado ni me dejarás. No temeré a nada, ni a nadie, porque Tú estás conmigo; Tú me redimiste; me pusiste nombre, Tuyo yo soy. Tú Palabra es la Verdad y yo soy la persona totalmente Nueva que Tú dices que ahora soy. No voy a escuchar, ni a creer, las voces de fracaso y derrota que quieren impedir que me manifieste en la Plenitud de Vida que voy a vivir. En todas las cosas soy más que vencedor(a) por medio  de Aquel que me amó, pues TODO lo puedo en Cristo que me fortalece. En Tu Palabra, Señor, me declaro libre, sano(a), próspero(a) y lleno(a) del gozo, paz y amor que Tú, y sólo Tú, Señor Jesús, me das. Por lo tanto, no voy a temes, solamente creeré. Me extiendo hacia la Vida Plena y Abundante que Tú adquiriste para mí. En el nombre de Jesús. Amén.
Nota Importante: 

¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco una relación con el Todopoderoso? 
Sólo haz la siguiente oración en voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a Dios: 
Señor Jesús, yo creo que eres el Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.

*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2012


Lectura y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.

Diciembre 19            Col 1.24-2.19 /  Ez 27-28 /  Isa 54


Colosenses 1.24-2.19
Ministerio de Pablo a los gentiles
24Ahora me gozo en lo que padezco por vosotros, y cumplo en mi carne lo que falta de las aflicciones de Cristo por su cuerpo, que es la iglesia; 25de la cual fui hecho ministro, según la administración de Dios que me fue dada para con vosotros, para que anuncie cumplidamente la palabra de Dios, 26el misterio que había estado oculto desde los siglos y edades, pero que ahora ha sido manifestado a sus santos, 27a quienes Dios quiso dar a conocer las riquezas de la gloria de este misterio entre los gentiles; que es Cristo en vosotros, la esperanza de gloria, 28a quien anunciamos, amonestando a todo hombre, y enseñando a todo hombre en toda sabiduría, a fin de presentar perfecto en Cristo Jesús a todo hombre; 29para lo cual también trabajo, luchando según la potencia de él, la cual actúa poderosamente en mí.
2
1Porque quiero que sepáis cuán gran lucha sostengo por vosotros, y por los que están en Laodicea, y por todos los que nunca han visto mi rostro; 2para que sean consolados sus corazones, unidos en amor, hasta alcanzar todas las riquezas de pleno entendimiento, a fin de conocer el misterio de Dios el Padre, y de Cristo, 3en quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento. 4Y esto lo digo para que nadie os engañe con palabras persuasivas. 5Porque aunque estoy ausente en cuerpo, no obstante en espíritu estoy con vosotros, gozándome y mirando vuestro buen orden y la firmeza de vuestra fe en Cristo.
6Por tanto, de la manera que habéis recibido al Señor Jesucristo, andad en él; 7arraigados y sobreedificados en él, y confirmados en la fe, así como habéis sido enseñados, abundando en acciones de gracias.
Plenitud de vida en Cristo
8Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo. 9Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad, 10y vosotros estáis completos en él, que es la cabeza de todo principado y potestad. 11En él también fuisteis circuncidados con circuncisión no hecha a mano, al echar de vosotros el cuerpo pecaminoso carnal, en la circuncisión de Cristo; 12sepultados con él en el bautismo, en el cual fuisteis también resucitados con él, mediante la fe en el poder de Dios que le levantó de los muertos. 13Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados, 14anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz, 15y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz.
16Por tanto, nadie os juzgue en comida o en bebida, o en cuanto a días de fiesta, luna nueva o días de reposo, 17todo lo cual es sombra de lo que ha de venir; pero el cuerpo es de Cristo. 18Nadie os prive de vuestro premio, afectando humildad y culto a los ángeles, entremetiéndose en lo que no ha visto, vanamente hinchado por su propia mente carnal, 19y no asiéndose de la Cabeza, en virtud de quien todo el cuerpo, nutriéndose y uniéndose por las coyunturas y ligamentos, crece con el crecimiento que da Dios.

   
Ezequiel 27-28
27
1Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: 2Tú, hijo de hombre, levanta endechas sobre Tiro. 3Dirás a Tiro, que está asentada a las orillas del mar, la que trafica con los pueblos de muchas costas: Así ha dicho Jehová el Señor: Tiro, tú has dicho: Yo soy de perfecta hermosura. 4En el corazón de los mares están tus confines; los que te edificaron completaron tu belleza. 5De hayas del monte Senir te fabricaron todo el maderaje; tomaron cedros del Líbano para hacerte el mástil. 6De encinas de Basán hicieron tus remos; tus bancos de pino de las costas de Quitim, incrustados de marfil. 7De lino fino bordado de Egipto era tu cortina, para que te sirviese de vela; de azul y púrpura de las costas de Elisa era tu pabellón. 8Los moradores de Sidón y de Arvad fueron tus remeros; tus sabios, oh Tiro, estaban en ti; ellos fueron tus pilotos. 9Los ancianos de Gebal y sus más hábiles obreros calafateaban tus junturas; todas las naves del mar y los remeros de ellas fueron a ti para negociar, para participar de tus negocios.
10Persas y los de Lud y Fut fueron en tu ejército tus hombres de guerra; escudos y yelmos colgaron en ti; ellos te dieron tu esplendor. 11Y los hijos de Arvad con tu ejército estuvieron sobre tus muros alrededor, y los gamadeos en tus torres; sus escudos colgaron sobre tus muros alrededor; ellos completaron tu hermosura.
12Tarsis comerciaba contigo por la abundancia de todas tus riquezas; con plata, hierro, estaño y plomo comerciaba en tus ferias. 13Javán, Tubal y Mesec comerciaban también contigo; con hombres y con utensilios de bronce comerciaban en tus ferias. 14Los de la casa de Togarma, con caballos y corceles de guerra y mulos, comerciaban en tu mercado. 15Los hijos de Dedán traficaban contigo; muchas costas tomaban mercadería de tu mano; colmillos de marfil y ébano te dieron por sus pagos. 16Edom traficaba contigo por la multitud de tus productos; con perlas, púrpura, vestidos bordados, linos finos, corales y rubíes venía a tus ferias. 17Judá y la tierra de Israel comerciaban contigo; con trigos de Minit y Panag, miel, aceite y resina negociaban en tus mercados. 18Damasco comerciaba contigo por tus muchos productos, por la abundancia de toda riqueza; con vino de Helbón y lana blanca negociaban. 19Asimismo Dan y el errante Javán vinieron a tus ferias, para negociar en tu mercado con hierro labrado, mirra destilada y caña aromática. 20Dedán comerciaba contigo en paños preciosos para carros. 21Arabia y todos los príncipes de Cedar traficaban contigo en corderos y carneros y machos cabríos; en estas cosas fueron tus mercaderes. 22Los mercaderes de Sabá y de Raama fueron también tus mercaderes; con lo principal de toda especiería, y toda piedra preciosa, y oro, vinieron a tus ferias. 23Harán, Cane, Edén, y los mercaderes de Sabá, de Asiria y de Quilmad, contrataban contigo. 24Estos mercaderes tuyos negociaban contigo en varias cosas; en mantos de azul y bordados, y en cajas de ropas preciosas, enlazadas con cordones, y en madera de cedro.
25Las naves de Tarsis eran como tus caravanas que traían tus mercancías; así llegaste a ser opulenta, te multiplicaste en gran manera en medio de los mares. 26En muchas aguas te engolfaron tus remeros; viento solano te quebrantó en medio de los mares. 27Tus riquezas, tus mercaderías, tu tráfico, tus remeros, tus pilotos, tus calafateadores y los agentes de tus negocios, y todos tus hombres de guerra que hay en ti, con toda tu compañía que en medio de ti se halla, caerán en medio de los mares el día de tu caída. 28Al estrépito de las voces de tus marineros temblarán las costas. 29Descenderán de sus naves todos los que toman remo; remeros y todos los pilotos del mar se quedarán en tierra, 30y harán oír su voz sobre ti, y gritarán amargamente, y echarán polvo sobre sus cabezas, y se revolcarán en ceniza. 31Se raerán por ti los cabellos, se ceñirán de cilicio, y endecharán por ti endechas amargas, con amargura del alma. 32Y levantarán sobre ti endechas en sus lamentaciones, y endecharán sobre ti, diciendo: ¿Quién como Tiro, como la destruida en medio del mar? 33Cuando tus mercaderías salían de las naves, saciabas a muchos pueblos; a los reyes de la tierra enriqueciste con la multitud de tus riquezas y de tu comercio. 34En el tiempo en que seas quebrantada por los mares en lo profundo de las aguas, tu comercio y toda tu compañía caerán en medio de ti. 35Todos los moradores de las costas se maravillarán sobre ti, y sus reyes temblarán de espanto; demudarán sus rostros. 36Los mercaderes en los pueblos silbarán contra ti; vendrás a ser espanto, y para siempre dejarás de ser.
28
1Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: 2Hijo de hombre, di al príncipe de Tiro: Así ha dicho Jehová el Señor: Por cuanto se enalteció tu corazón, y dijiste: Yo soy un dios, en el trono de Dios estoy sentado en medio de los mares(siendo tú hombre y no Dios), y has puesto tu corazón como corazón de Dios; 3he aquí que tú eres más sabio que Daniel; no hay secreto que te sea oculto. 4Con tu sabiduría y con tu prudencia has acumulado riquezas, y has adquirido oro y plata en tus tesoros. 5Con la grandeza de tu sabiduría en tus contrataciones has multiplicado tus riquezas; y a causa de tus riquezas se ha enaltecido tu corazón. 6Por tanto, así ha dicho Jehová el Señor: Por cuanto pusiste tu corazón como corazón de Dios, 7por tanto, he aquí yo traigo sobre ti extranjeros, los fuertes de las naciones, que desenvainarán sus espadas contra la hermosura de tu sabiduría, y mancharán tu esplendor. 8Al sepulcro te harán descender, y morirás con la muerte de los que mueren en medio de los mares. 9¿Hablarás delante del que te mate, diciendo: Yo soy Dios? Tú, hombre eres, y no Dios, en la mano de tu matador. 10De muerte de incircuncisos morirás por mano de extranjeros; porque yo he hablado, dice Jehová el Señor.
11Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: 12Hijo de hombre, levanta endechas sobre el rey de Tiro, y dile: Así ha dicho Jehová el Señor: Tú eras el sello de la perfección, lleno de sabiduría, y acabado de hermosura. 13En Edén, en el huerto de Dios estuviste; de toda piedra preciosa era tu vestidura; de cornerina, topacio, jaspe, crisólito, berilo y ónice; de zafiro, carbunclo, esmeralda y oro; los primores de tus tamboriles y flautas estuvieron preparados para ti en el día de tu creación. 14Tú, querubín grande, protector, yo te puse en el santo monte de Dios, allí estuviste; en medio de las piedras de fuego te paseabas. 15Perfecto eras en todos tus caminos desde el día que fuiste creado, hasta que se halló en ti maldad. 16A causa de la multitud de tus contrataciones fuiste lleno de iniquidad, y pecaste; por lo que yo te eché del monte de Dios, y te arrojé de entre las piedras del fuego, oh querubín protector. 17Se enalteció tu corazón a causa de tu hermosura, corrompiste tu sabiduría a causa de tu esplendor; yo te arrojaré por tierra; delante de los reyes te pondré para que miren en ti. 18Con la multitud de tus maldades y con la iniquidad de tus contrataciones profanaste tu santuario; yo, pues, saqué fuego de en medio de ti, el cual te consumió, y te puse en ceniza sobre la tierra a los ojos de todos los que te miran. 19Todos los que te conocieron de entre los pueblos se maravillarán sobre ti; espanto serás, y para siempre dejarás de ser.

Profecía contra Sidón
20Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: 21Hijo de hombre, pon tu rostro hacia Sidón, y profetiza contra ella, 22y dirás: Así ha dicho Jehová el Señor: He aquí yo estoy contra ti, oh Sidón, y en medio de ti seré glorificado; y sabrán que yo soy Jehová, cuando haga en ella juicios, y en ella me santifique. 23Enviaré a ella pestilencia y sangre en sus calles, y caerán muertos en medio de ella, con espada contra ella por todos lados; y sabrán que yo soy Jehová.
24Y nunca más será a la casa de Israel espina desgarradora, ni aguijón que le dé dolor, en medio de cuantos la rodean y la menosprecian; y sabrán que yo soy Jehová.
25Así ha dicho Jehová el Señor: Cuando recoja a la casa de Israel de los pueblos entre los cuales está esparcida, entonces me santificaré en ellos ante los ojos de las naciones, y habitarán en su tierra, la cual di a mi siervo Jacob. 26Y habitarán en ella seguros, y edificarán casas, y plantarán viñas, y vivirán confiadamente, cuando yo haga juicios en todos los que los despojan en sus alrededores; y sabrán que yo soy Jehová su Dios.

       
Isaías 54 
El amor eterno de Jehová hacia Israel
54
1Regocíjate, oh estéril, la que no daba a luz; levanta canción y da voces de júbilo, la que nunca estuvo de parto; porque más son los hijos de la desamparada que los de la casada, ha dicho Jehová. 2Ensancha el sitio de tu tienda, y las cortinas de tus habitaciones sean extendidas; no seas escasa; alarga tus cuerdas, y refuerza tus estacas. 3Porque te extenderás a la mano derecha y a la mano izquierda; y tu descendencia heredará naciones, y habitará las ciudades asoladas.
4No temas, pues no serás confundida; y no te avergüences, porque no serás afrentada, sino que te olvidarás de la vergüenza de tu juventud, y de la afrenta de tu viudez no tendrás más memoria. 5Porque tu marido es tu Hacedor; Jehová de los ejércitos es su nombre; y tu Redentor, el Santo de Israel; Dios de toda la tierra será llamado. 6Porque como a mujer abandonada y triste de espíritu te llamó Jehová, y como a la esposa de la juventud que es repudiada, dijo el Dios tuyo. 7Por un breve momento te abandoné, pero te recogeré con grandes misericordias. 8Con un poco de ira escondí mi rostro de ti por un momento; pero con misericordia eterna tendré compasión de ti, dijo Jehová tu Redentor.
9Porque esto me será como en los días de Noé, cuando juré que nunca más las aguas de Noé pasarían sobre la tierra; así he jurado que no me enojaré contra ti, ni te reñiré. 10Porque los montes se moverán, y los collados temblarán, pero no se apartará de ti mi misericordia, ni el pacto de mi paz se quebrantará, dijo Jehová, el que tiene misericordia de ti.
11Pobrecita, fatigada con tempestad, sin consuelo; he aquí que yo cimentaré tus piedras sobre carbunclo, y sobre zafiros te fundaré. 12Tus ventanas pondré de piedras preciosas, tus puertas de piedras de carbunclo, y toda tu muralla de piedras preciosas. 13Y todos tus hijos serán enseñados por Jehová; y se multiplicará la paz de tus hijos. 14Con justicia serás adornada; estarás lejos de opresión, porque no temerás, y de temor, porque no se acercará a ti. 15Si alguno conspirare contra ti, lo hará sin mí; el que contra ti conspirare, delante de ti caerá. 16He aquí que yo hice al herrero que sopla las ascuas en el fuego, y que saca la herramienta para su obra; y yo he creado al destruidor para destruir. 17Ninguna arma forjada contra ti prosperará, y condenarás toda lengua que se levante contra ti en juicio. Esta es la herencia de los siervos de Jehová, y su salvación de mí vendrá, dijo Jehová.

¡Cómo recibir tu Sanidad!




18 de Diciembre
¡Por medio de la Plenitud de Dios!
Por Riqui Ricón*

¿Quién ha creído a nuestro anuncio? ¿y sobre quién se ha manifestado el brazo de Jehová?... Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros… Con todo eso, Jehová quiso quebrantarlo, sujetándole a padecimiento. Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado, verá linaje, vivirá por largos días, y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada. Verá el fruto de la aflicción de su alma, y quedará satisfecho; por su conocimiento justificará mi siervo justo a muchos, y llevará las iniquidades de ellos (Isa 53.1, 6, 10-11).
La grandeza del Amor que Dios siente por ti está magníficamente expresado mediante la muerte y resurrección de Jesucristo como el justo precio que se pagó por todos tus pecados, para que así tú no sufras la muerte eterna y no seas apartado de tu Padre.

Este Amor sólo lo puedes experimentar por medio de la fe, que es creerle a Dios, creyendo Su Palabra. O crees, o no crees que Dios te ama tanto que prefirió entregar a Su propio Hijo antes que perderte a ti.

Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan (He 11.6).

La fe es esa fuerza espiritual que te hace tener la certeza que Dios te ama y, aunque no lo veas, estás convencido(a) que es así. Tú puedes tener esa certeza de lo que esperas y esa convicción de cosas que aún no ves porque están escritas en la Biblia y la Biblia es la Palabra de Dios, y sabes que Él no miente ni se arrepiente; sabes que lo que Él dijo lo va hacer, lo que Él habló lo va a ejecutar.

En pocas palabras, ¡Sabes que Dios tiene Palabra de Honor!

Y cuando llegó la noche, trajeron a él muchos endemoniados; y con la palabra echó fuera a los demonios, y sanó a todos los enfermos; para que se cumpliese lo dicho por el profeta Isaías, cuando dijo: El mismo tomó nuestras enfermedades, y llevó nuestras dolencias (Mat 8.16-17).
El maravilloso plan de redención que Dios ideó para los seres humanos tiene como propósito hacerte partícipe de la Vida del Padre, hacerte partícipe a ti de la Vida Eterna.
Pero ahora tanto mejor ministerio es el suyo, cuanto es mediador de un mejor pacto, establecido sobre mejores promesas (He 8.6).
El Nuevo Pacto, en la Sangre de Jesús va mucho más allá del simple perdón de pecados, incluye la salud física, el bienestar material y una vida emocional llena de amor, gozo y paz.
Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma. Pues mucho me regocijé cuando vinieron los hermanos y dieron testimonio de tu verdad, de cómo andas en la verdad. No tengo yo mayor gozo que este, el oír que mis hijos andan en la verdad (3 Jn 2-4).
Andar en la Verdad es creer el mensaje del Evangelio, las Buenas Nuevas de Jesucristo: por Su Sangre y por Su resurrección, ahora eres un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo y tienes todo el derecho a vivir esa Vida Eterna, vida plena y abundante, que Él adquirió para ti.
Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados (Isa 53.4-5).
Así que, la salvación que Dios te ofrece a través de Jesucristo contempla, además del perdón de pecados y la Vida Eterna como un Hijo(a) de Dios, la prosperidad, la salud, el gozo y la paz, en pocas palabras, PLENITUD.
¡Por medio de la fe en Su Nombre, en Su Sangre y en Su Palabra tienes derecho y acceso a toda Su Plenitud!
De su plenitud todos hemos recibido gracia sobre gracia (Jn 1.16 NVI)
Si el día de hoy tú estás enfermo(a) o en angustia, solo recuerda que Él ciertamente llevó tus enfermedades y sufrió tus dolores. Fue en esa cruz que Jesús PAGÓ, de una vez por todas, las consecuencias de tus pecados, te hizo libre de toda maldición y hoy puedes, con toda seguridad, recibir tu sanidad.
Y pido que, arraigados y cimentados en amor, puedan comprender, junto con todos los santos, cuán ancho y largo, alto y profundo es el amor de Cristo; en fin, que conozcan ese amor que sobrepasa nuestro conocimiento, para que sean llenos de la plenitud de Dios (Efe 3.17b-19 NVI).
¿Qué necesitas para recibirla? ¡Creer! Creerle a Dios, creyendo Su Palabra, pues Él no miente; recuerda que si Dios lo dijo, entonces, Él lo va a cumplir, si Dios lo habló, entonces, Él lo va a ejecutar.
Así que, levántate en fe y ora conmigo en voz audible:
Señor Jesús, por lo que Tu hiciste en la cruz por mí, hoy puedo declarar con toda certeza que, ¡Soy sano(a) en el nombre de Jesús! Amado Padre celestial, en esta hora yo me someto a la Verdad de Tu Palabra y con ella, resisto al diablo. Por lo tanto, Satanás y todo espíritu de temor, duda, enfermedad y muerte, les ordeno salir de mi vida. ¡Soy un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo y, por la fe en Jesucristo, por lo que Él pagó por mí, ahora todos ustedes, demonios, están debajo de mis pies. ¡Soy sano(a)! ¡Soy Libre! ¡Soy próspero(a)! Creo y recibo el Amor, el gozo y la paz que sólo yo, un(a) Hijo(a) del Rey, puedo experimentar para vivir una vida en la Plenitud de Dios, mi Padre. ¡No voy a temer! Solamente creeré lo que la Biblia, la Palabra de Dios, que no miente, dice acerca de mí. Por todo esto, por esta indiscutible Victoria, Tú, Jesucristo, mi Rey, Señor y Salvador, me has hecho más que vencedor(a). ¡Gracias, Señor Jesús! Amado Padre celestial, por éste, Tu gran Amor por mí, ahora soy apto(a) para participar de la herencia de los santos en luz. ¡Me has librado de la potestad de las tinieblas! ¡Me has trasladado al reino  de Tu amado Hijo! ¡Soy dichoso(a) pues en Ti confío! En el nombre de Jesús. Amén.
Nota Importante:

¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco una relación con el Todopoderoso? 
Sólo haz la siguiente oración en voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a Dios: 
Señor Jesús, yo creo que eres el Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.

*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2012



Lectura y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.

Diciembre 18                    Col 1.1-23   /  Ez 25-26  /  Isa 53


Colosenses 1.1-23
Salutación
1
1Pablo, apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, y el hermano Timoteo, 2a los santos y fieles hermanos en Cristo que están en Colosas: Gracia y paz sean a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.

Pablo pide que Dios les conceda sabiduría espiritual
3Siempre orando por vosotros, damos gracias a Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, 4habiendo oído de vuestra fe en Cristo Jesús, y del amor que tenéis a todos los santos, 5a causa de la esperanza que os está guardada en los cielos, de la cual ya habéis oído por la palabra verdadera del evangelio, 6que ha llegado hasta vosotros, así como a todo el mundo, y lleva fruto y crece también en vosotros, desde el día que oísteis y conocisteis la gracia de Dios en verdad, 7como lo habéis aprendido de Epafras, nuestro consiervo amado, que es un fiel ministro de Cristo para vosotros, 8quien también nos ha declarado vuestro amor en el Espíritu.
9Por lo cual también nosotros, desde el día que lo oímos, no cesamos de orar por vosotros, y de pedir que seáis llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual, 10para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios; 11fortalecidos con todo poder, conforme a la potencia de su gloria, para toda paciencia y longanimidad; 12con gozo dando gracias al Padre que nos hizo aptos para participar de la herencia de los santos en luz; 13el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo, 14en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados.

Reconciliación por medio de la muerte de Cristo
15El es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación. 16Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él. 17Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten; 18y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia, él que es el principio, el primogénito de entre los muertos, para que en todo tenga la preeminencia; 19por cuanto agradó al Padre que en él habitase toda plenitud, 20y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas, así las que están en la tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz.
21Y a vosotros también, que erais en otro tiempo extraños y enemigos en vuestra mente, haciendo malas obras, ahora os ha reconciliado 22en su cuerpo de carne, por medio de la muerte, para presentaros santos y sin mancha e irreprensibles delante de él; 23si en verdad permanecéis fundados y firmes en la fe, y sin moveros de la esperanza del evangelio que habéis oído, el cual se predica en toda la creación que está debajo del cielo; del cual yo Pablo fui hecho ministro.

   
Ezequiel 25-26
Profecía contra Amón
25
1Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: 2Hijo de hombre, pon tu rostro hacia los hijos de Amón, y profetiza contra ellos. 3Y dirás a los hijos de Amón: Oíd palabra de Jehová el Señor. Así dice Jehová el Señor: Por cuanto dijiste: ¡Ea, bien!, cuando mi santuario era profanado, y la tierra de Israel era asolada, y llevada en cautiverio la casa de Judá; 4por tanto, he aquí yo te entrego por heredad a los orientales, y pondrán en ti sus apriscos y plantarán en ti sus tiendas; ellos comerán tus sementeras, y beberán tu leche. 5Y pondré a Rabá por habitación de camellos, y a los hijos de Amón por majada de ovejas; y sabréis que yo soy Jehová. 6Porque así ha dicho Jehová el Señor: Por cuanto batiste tus manos, y golpeaste con tu pie, y te gozaste en el alma con todo tu menosprecio para la tierra de Israel, 7por tanto, he aquí yo extenderé mi mano contra ti, y te entregaré a las naciones para ser saqueada; te cortaré de entre los pueblos, y te destruiré de entre las tierras; te exterminaré, y sabrás que yo soy Jehová.

Profecía contra Moab
8Así ha dicho Jehová el Señor: Por cuanto dijo Moab y Seir: He aquí la casa de Judá es como todas las naciones; 9por tanto, he aquí yo abro el lado de Moab desde las ciudades, desde sus ciudades que están en su confín, las tierras deseables de Bet-jesimot, Baal-meón y Quiriataim, 10a los hijos del oriente contra los hijos de Amón; y la entregaré por heredad, para que no haya más memoria de los hijos de Amón entre las naciones. 11También en Moab haré juicios, y sabrán que yo soy Jehová.

Profecía contra Edom
12Así ha dicho Jehová el Señor: Por lo que hizo Edom, tomando venganza de la casa de Judá, pues delinquieron en extremo, y se vengaron de ellos; 13por tanto, así ha dicho Jehová el Señor: Yo también extenderé mi mano sobre Edom, y cortaré de ella hombres y bestias, y la asolaré; desde Temán hasta Dedán caerán a espada. 14Y pondré mi venganza contra Edom en manos de mi pueblo Israel, y harán en Edom según mi enojo y conforme a mi ira; y conocerán mi venganza, dice Jehová el Señor.

Profecía contra los filisteos
15Así ha dicho Jehová el Señor: Por lo que hicieron los filisteos con venganza, cuando se vengaron con despecho de ánimo, destruyendo por antiguas enemistades; 16por tanto, así ha dicho Jehová: He aquí yo extiendo mi mano contra los filisteos, y cortaré a los cereteos, y destruiré el resto que queda en la costa del mar. 17Y haré en ellos grandes venganzas con reprensiones de ira; y sabrán que yo soy Jehová, cuando haga mi venganza en ellos.

Profecía contra Tiro
26
1Aconteció en el undécimo año, en el día primero del mes, que vino a mí palabra de Jehová, diciendo: 2Hijo de hombre, por cuanto dijo Tiro contra Jerusalén: Ea, bien; quebrantada está la que era puerta de las naciones; a mí se volvió; yo seré llena, y ella desierta; 3por tanto, así ha dicho Jehová el Señor: He aquí yo estoy contra ti, oh Tiro, y haré subir contra ti muchas naciones, como el mar hace subir sus olas. 4Y demolerán los muros de Tiro, y derribarán sus torres; y barreré de ella hasta su polvo, y la dejaré como una peña lisa. 5Tendedero de redes será en medio del mar, porque yo he hablado, dice Jehová el Señor; y será saqueada por las naciones. 6Y sus hijas que están en el campo serán muertas a espada; y sabrán que yo soy Jehová.
7Porque así ha dicho Jehová el Señor: He aquí que del norte traigo yo contra Tiro a Nabucodonosor rey de Babilonia, rey de reyes, con caballos y carros y jinetes, y tropas y mucho pueblo. 8Matará a espada a tus hijas que están en el campo, y pondrá contra ti torres de sitio, y levantará contra ti baluarte, y escudo afirmará contra ti. 9Y pondrá contra ti arietes, contra tus muros, y tus torres destruirá con hachas. 10Por la multitud de sus caballos te cubrirá el polvo de ellos; con el estruendo de su caballería y de las ruedas y de los carros, temblarán tus muros, cuando entre por tus puertas como por portillos de ciudad destruida. 11Con los cascos de sus caballos hollará todas tus calles; a tu pueblo matará a filo de espada, y tus fuertes columnas caerán a tierra. 12Y robarán tus riquezas y saquearán tus mercaderías; arruinarán tus muros, y tus casas preciosas destruirán; y pondrán tus piedras y tu madera y tu polvo en medio de las aguas. 13Y haré cesar el estrépito de tus canciones, y no se oirá más el son de tus cítaras. 14Y te pondré como una peña lisa; tendedero de redes serás, y nunca más serás edificada; porque yo Jehová he hablado, dice Jehová el Señor.
15Así ha dicho Jehová el Señor a Tiro: ¿No se estremecerán las costas al estruendo de tu caída, cuando griten los heridos, cuando se haga la matanza en medio de ti? 16Entonces todos los príncipes del mar descenderán de sus tronos, y se quitarán sus mantos, y desnudarán sus ropas bordadas; de espanto se vestirán, se sentarán sobre la tierra, y temblarán a cada momento, y estarán atónitos sobre ti. 17Y levantarán sobre ti endechas, y te dirán: ¿Cómo pereciste tú, poblada por gente de mar, ciudad que era alabada, que era fuerte en el mar, ella y sus habitantes, que infundían terror a todos los que la rodeaban? 18Ahora se estremecerán las islas en el día de tu caída; sí, las islas que están en el mar se espantarán a causa de tu fin.
19Porque así ha dicho Jehová el Señor: Yo te convertiré en ciudad asolada, como las ciudades que no se habitan; haré subir sobre ti el abismo, y las muchas aguas te cubrirán. 20Y te haré descender con los que descienden al sepulcro, con los pueblos de otros siglos, y te pondré en las profundidades de la tierra, como los desiertos antiguos, con los que descienden al sepulcro, para que nunca más seas poblada; y daré gloria en la tierra de los vivientes. 21Te convertiré en espanto, y dejarás de ser; serás buscada, y nunca más serás hallada, dice Jehová el Señor.

       
Isaías 53

53
1¿Quién ha creído a nuestro anuncio? ¿y sobre quién se ha manifestado el brazo de Jehová? 2Subirá cual renuevo delante de él, y como raíz de tierra seca; no hay parecer en él, ni hermosura; le veremos, mas sin atractivo para que le deseemos. 3Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos.
4Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. 5Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados. 6Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros.
7Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca. 8Por cárcel y por juicio fue quitado; y su generación, ¿quién la contará? Porque fue cortado de la tierra de los vivientes, y por la rebelión de mi pueblo fue herido. 9Y se dispuso con los impíos su sepultura, mas con los ricos fue en su muerte; aunque nunca hizo maldad, ni hubo engaño en su boca.
10Con todo eso, Jehová quiso quebrantarlo, sujetándole a padecimiento. Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado, verá linaje, vivirá por largos días, y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada. 11Verá el fruto de la aflicción de su alma, y quedará satisfecho; por su conocimiento justificará mi siervo justo a muchos, y llevará las iniquidades de ellos. 12Por tanto, yo le daré parte con los grandes, y con los fuertes repartirá despojos; por cuanto derramó su vida hasta la muerte, y fue contado con los pecadores,i habiendo él llevado el pecado de muchos, y orado por los transgresores.