¡Permanentemente en Su Presencia!
Por Riqui Ricón*
Jehová,
¿quién habitará en tu tabernáculo? ¿Quién morará en tu monte santo? El
que anda en integridad y hace justicia, Y habla verdad en su
corazón (Sal
15.1-2).
¿Quién
no querría vivir en la Presencia de Dios? Pienso que solamente aquellos que no
lo conocen, pero nosotros, sus Hijas e Hijos amados, anhelamos estar con Él.
En
la lectura de hoy, el Salmo 15 te da una lista de conductas que manifiestan
aquellos que habitan en Su Presencia y, además, te ofrece una garantía pues
termina declarando:
El que hace estas cosas, no
resbalará jamás.
Durante
muchos años, una y otra vez, cometí el error de intentar desarrollar esas
conductas en mi vida y, aunque he sido un hombre de oración, muy pocos
resultados obtuve al respecto hasta que me di cuenta cabal de lo que el
versículo dos dice: para andar en integridad y hacer justicia tiene que habitar
la Verdad en tu corazón.
Jesús
nos enseña que,
El hombre bueno,
del buen tesoro de su corazón saca lo bueno; y el hombre malo, del mal tesoro
de su corazón saca lo malo; porque de la abundancia del corazón habla la boca (Luc
6.45).
Toma
nota, por favor, que lo único que tienes que hacer es creer, creerle a Dios,
creer que la Biblia es realmente la Palabra de Dios. Así, comienzas a llenar tu
corazón de Su Palabra y entonces del buen tesoro de tu corazón saldrán buenas
palabras, buenos pensamientos y buenas acciones.
Nota que para despojarte del hombre viejo que está viciado conforme a los
deseos engañosos y renovarte en el espíritu de tu mente vistiéndote del hombre
nuevo creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad (Efe 4.22-24), lo único que necesitas
hacer es creerle a Dios y a llenar tu corazón con Su Palabra, la Biblia, pues
sólo de esta forma comenzarás hablar la Verdad deshaciéndote de ese(a) hombre
(mujer) viejo(a) que está viciado y en conformidad con los deseos engañosos.
¡Sólo
haciendo de la Biblia la norma máxima de tu existencia podrás verdaderamente
renovarte en el espíritu de tu mente!
Y llamó el ángel de Jehová a Abraham
por segunda vez desde el cielo, y dijo: Por mí mismo he jurado, dice Jehová,
que por cuanto has hecho esto, y no me has rehusado tu hijo, tu único hijo; de
cierto te bendeciré, y multiplicaré tu
descendencia como las estrellas del cielo y como la arena que está a la orilla
del mar; y tu descendencia poseerá las puertas de sus enemigos. En tu simiente
serán benditas todas las naciones de la tierra, por cuanto obedeciste a mi voz (Gen 22.15-18).
Se
piensa por ahí, que cuando Abraham iba en camino a sacrificar a su hijo Isaac,
realizó una gran lucha por obedecer a Dios y llevar a cabo, con mucho
sacrificio y dolor, lo que se le pedía. Si en verdad eso fue así, entonces
Abraham lo hizo en sus fuerzas, en su carne y por mérito propio lo cual, jamás
se le habría contado como justicia, pues la Escritura no dice, “pagó el precio
Abraham y se le conto por justicia” sino que dice Y
creyó a Jehová, y le fue contado por justicia (Gen
15.6).
Fue por creer y no por pagar el precio que Abraham obtuvo
semejante promesa por parte de Dios, quien, sin ninguna reserva, le juro por Sí
mismo.
Por la fe Abraham, cuando fue
probado, ofreció a Isaac; y el que había recibido las promesas ofrecía su
unigénito, habiéndosele dicho: En Isaac te será llamada descendencia; pensando
que Dios es poderoso para levantar aun de entre los muertos, de donde, en
sentido figurado, también le volvió a recibir (He 11.17-19).
Así
es familia, Abraham no pagó ningún precio, ni sufrimiento, ni dolor por lo que
se le pedía. Abraham sabía perfectamente bien en Quién había creído, en el
Todopoderoso Dios, quien no miente ni se arrepiente y Dios le había dado Su
Palabra de Honor que de Isaac vendría su descendencia y el cumplimiento de TODO
lo que Él, le había prometido.
Así
que, ¡Abraham simplemente le creyó a Dios!
Es tu fe en la Biblia, y no tus
esfuerzos, lo que realmente te va a permitir manifestar la conducta de un(a)
Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo. Es tu fe en la Biblia, y no tus esfuerzos,
lo que te habilita y permite habitar permanentemente en Su Presencia.
Una cosa he demandado a Jehová, ésta buscaré; Que esté yo en la casa de
Jehová todos los días de mi vida,
Para contemplar la hermosura de Jehová, y para inquirir en
su templo.
Porque él me esconderá en su tabernáculo en el día del mal;
Me ocultará en lo reservado de su morada;
Sobre una roca me pondrá en alto.
Luego levantará mi cabeza sobre mis enemigos que me rodean,
Y yo sacrificaré en su tabernáculo sacrificios de júbilo;
Cantaré y entonaré alabanzas a Jehová (Sal 27.4-6).
Sin
importar los problemas, enfermedades o retos que estés enfrentando el día de
hoy, Dios ha establecido en Su Palabra que Él mismo te esconderá dentro de Su
Presencia en el día del mal y luego sobre una roca te pondrá en alto para que
triunfes sobre tus circunstancias (enemigos).
Todo
esto se vuelve obvio cuando crees y reconoces que Dios te ama tanto que
prefirió entregar a Su propio Hijo antes que perderte a ti.
Porque de tal manera amó Dios al
mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no
se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para
condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él (Jua 3.16-17).
Todo
esto se vuelve más real cuando sabes que sabes que, por lo que hizo Jesucristo
al morir y resucitar por ti, ahora has Nacido de Nuevo, has sido regenerado(a)
conforme a la imagen de Jesús, y el Todopoderosa Dios te ha declarado Su
propio(a) Hijo(a).
MIREN CUÁNTO NOS ama el Padre
celestial que permite que seamos llamados hijos de Dios. ¡Y lo mas maravilloso
es que de veras lo somos! Naturalmente, como la mayoría de la gente no conoce a
Dios, no comprende por qué lo somos (1 Jua 3.1 BAD).
Así
que, oremos en voz audible:
Amado
Padre celestial, en esta hora quiero agradecerte una vez más Tu Gran Amor con
que me has amado, pues estando yo muerto(a) en delitos y pecados me diste Vida
juntamente con Cristo. ¡Por gracia soy salvo(a)! Señor Jesús, por lo que
hiciste por mí al morir en esa cruz y resucitar de entre los muertos no sólo
recibí el perdón de todos mis pecados sino que también (y es lo más
importante), me diste Vida Eterna. ¡Gracias Señor! Ahora soy un(a) Hijo de Dios
Nacido(a) de Nuevo y tengo todo el derecho a vivir esa Vida Plena y Abundante
que compraste para mí. Por Ti mi Jesús (sólo por Ti), ahora soy nueva criatura,
íntegro(a) y justo(a), y la Palabra de Verdad está escrita en mi corazón. Por
lo tanto, me despojo del viejo(a) hombre (mujer) que está viciado conforme a los
deseos engañosos, me renuevo con Tu Palabra, la Biblia, en el espíritu de mi
mente y me visto del Nuevo(a) Hombre (Mujer) que ahora soy, creado(a) según
Dios en justicia y santidad de la Verdad. Nada ni nadie me podrán vencer pues de todo problema, angustia o enfermedad
he de salir más que vencedor(a) por medio de Aquel que me amó, Cristo Jesús.
¡Todo lo puedo en Cristo que me fortalece! ¡Mayor es el que está en mí que el
que está en el mundo! ¡Soy sano(a)! ¡Soy libre! ¡Soy próspero(a)! ¡Soy
dichoso(a)! ¡Soy un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo! En el nombre de
Jesús. Amén.
Nota Importante:
¿Cómo
me hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco una relación con el Todopoderoso?
Sólo
haz la siguiente oración en voz audible poniendo toda tu atención y corazón a
lo que le estás diciendo a Dios:
Señor
Jesús, yo creo que eres el Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen
María para pagar todos mis pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te
digo el día de hoy que sí acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí
acepto Tu Sangre preciosa derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro
mi corazón y te invito a entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y
para siempre Tú seas mi único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi
Señor. Gracias, Dios Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe
he pasado de muerte a Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz
admirable. ¡Hoy he Nacido de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú
eres mi Padre!
¡Nunca
más estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C. Peredo Jaime © 2011
Lectura y Meditación de la Palabra de
Dios
Haz
estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Enero
15 Luc
12.32-59 / Gen 22
/ Sal 15
RV60
Lectura y Meditación de la Palabra de
Dios
Haz
estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Enero
15 Luc
12.32-59 / Gen 22
/ Sal 15
San Lucas 12.32-59
Tesoro en el cielo
(Mt. 6.19–21)
32No
temáis, manada pequeña, porque a
vuestro Padre le
ha placido daros
el reino. 33Vended lo
que poseéis, y dad limosna; haceos bolsas que no se envejezcan, tesoro en los
cielos que no se agote, donde ladrón no llega, ni polilla destruye. 34Porque
donde está vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.
El siervo vigilante
35Estén
ceñidos vuestros lomos, y vuestras lámparas encendidas;f 36y vosotros sed semejantes a hombres que
aguardan a que su señor regreseg
de las bodas, para que cuando
f f 12.35:
Mt. 25.1–13.
llegue
y llame, le abran en seguida. 37Bienaventurados aquellos siervos a
los cuales su señor, cuando venga, halle velando; de cierto os digo que se
ceñirá, y hará que se sienten a la mesa, y vendrá a servirles. 38Y
aunque venga a la segunda vigilia, y aunque venga a la tercera vigilia, si los
hallare así, bienaventurados son aquellos siervos. 39Pero sabed
esto, que si supiese el padre de familia a qué hora el ladrón había de venir,
velaría ciertamente, y no dejaría minar su casa. 40Vosotros, pues,
también, estad preparados, porque a la hora que no penséis, el Hijo del Hombre vendrá.h
El siervo infiel
(Mt. 24.45–51)
41Entonces Pedro le dijo:
Señor, ¿dices esta parábola a nosotros, o también a todos? 42Y
dijo
el Señor: ¿Quién es el mayordomo fiel y prudente al cual su señor pondrá sobre
su casa, para que a tiempo les dé su ración? 43Bienaventurado aquel
siervo al cual, cuando su señor venga, le halle haciendo así. 44En
verdad os digo que le pondrá sobre todos sus bienes. 45Mas si aquel
siervo dijere en su corazón: Mi señor tarda en venir; y comenzare a golpear a
los criados y a las criadas, y a comer y beber y embriagarse, 46vendrá
el señor de aquel siervo en día que éste no espera, y a la hora que no sabe, y
le castigará duramente, y le pondrá con los infieles. 47Aquel siervo
que conociendo la voluntad de su señor, no se preparó, ni hizo conforme a su
voluntad, recibirá muchos azotes. 48Mas el que sin conocerla hizo
cosas dignas de azotes, será azotado poco; porque a todo aquel a quien se haya
dado mucho, mucho se le demandará; y al que mucho se le haya confiado, más se
le pedirá.
Jesús, causa de división
(Mt. 10.34–36)
49Fuego
vine a echar en la tierra; ¿y qué quiero, si ya
se ha encendido? 50De un bautismo tengo que ser bautizado;i y ¡cómo me angustio hasta
que se cumpla! 51¿Pensáis que he venido para dar paz en la tierra?
Os digo: No, sino disensión. 52Porque de aquí en adelante, cinco en
una familia estarán divididos, tres contra dos, y dos contra tres. 53Estará
dividido el padre contra el hijo, y el hijo contra el padre; la madre contra la
hija, y la hija contra la madre; la suegra contra su nuera, y la nuera contra
su suegra.j
¿Cómo no reconocéis este tiempo?
(Mt. 16.1–4; Mr.
8.11–13)
54Decía
también a la multitud: Cuando veis la nube que sale del poniente, luego decís:
Agua viene; y así sucede. 55Y cuando sopla el viento del sur,
decís: Hará calor;
y lo hace. 56¡Hipócritas! Sabéis distinguir el aspecto del
cielo y de la tierra; ¿y cómo no distinguís este tiempo?
Arréglate con tu adversario
(Mt. 5.25–26)
g
g
12.36: Mr. 13.34–36.
h
h
12.39–40: Mt. 24.43–44.
i i
12.50: Mr. 10.38.
j j 12.53: Mi. 7.6.
57¿Y
por qué no juzgáis por vosotros mismos lo que es justo? 58Cuando
vayas al magistrado con tu adversario, procura en el camino arreglarte con él,
no sea que te arrastre al juez, y el juez te entregue al alguacil, y el
alguacil te meta en la cárcel. 59Te digo que no saldrás de allí,
hasta que hayas pagado aun la última blanca.1
Génesis 22
Dios ordena a
Abraham que sacrifique a Isaac
22
1Aconteció
después de estas cosas, que probó Dios a Abraham, y le dijo: Abraham. Y él
respondió: Heme aquí. 2Y dijo: Toma ahora tu hijo, tu único, Isaac,
a quien amas, y vete a tierra de Moriah, y ofrécelo allí en holocausto sobre
uno de los montes que yo te diré. 3Y
Abraham se levantó muy de mañana, y enalbardó su asno, y tomó consigo dos
siervos suyos, y a Isaac su hijo; y cortó leña para el holocausto, y se
levantó, y fue al lugar que Dios le dijo. 4Al tercer día alzó
Abraham sus ojos, y vio el lugar de lejos. 5Entonces dijo Abraham a
sus siervos: Esperad aquí con el asno, y yo
y el muchacho iremos hasta allí y adoraremos, y volveremos a vosotros. 6Y
tomó Abraham la leña del holocausto, y la puso sobre Isaac su hijo, y él tomó
en su mano el fuego y
el cuchillo; y
fueron ambos juntos. 7Entonces habló Isaac a
Abraham su padre, y dijo: Padre mío. Y él respondió: Heme aquí, mi hijo. Y él
dijo: He aquí el fuego y la leña; mas ¿dónde está el cordero para el
holocausto? 8Y respondió Abraham: Dios se proveerá de cordero para
el holocausto, hijo mío. E iban juntos.
9Y cuando llegaron al lugar que Dios
le había dicho, edificó allí Abraham un altar, y compuso la leña, y ató a Isaac
su hijo, y lo puso en el altara
sobre la leña. 10Y extendió Abraham su mano y tomó el cuchillo
para degollar a su hijo. 11Entonces el ángel de Jehová le dio voces
desde el cielo, y dijo: Abraham, Abraham. Y él respondió: Heme aquí. 12Y
dijo: No extiendas tu mano sobre el muchacho, ni le hagas nada; porque ya conozco que temes a Dios, por cuanto no
me rehusaste tu hijo, tu único. 13Entonces alzó Abraham sus ojos y
miró, y he aquí a sus espaldas un carnero trabado en un zarzal por sus cuernos;
y fue Abraham y tomó el carnero, y lo ofreció en holocausto en lugar de su
hijo.b 14Y
llamó Abraham el nombre de aquel lugar, Jehová proveerá.19 Por tanto se dice hoy: En el monte de Jehová será provisto.
15Y llamó el ángel de Jehová a Abraham por segunda vez desde el cielo, 16y
dijo: Por mí
mismo
he jurado, dice Jehová, que por cuanto has hecho esto, y no me has rehusado tu
hijo, tu único hijo; 17de cierto te bendeciré, y multiplicaréc tu descendencia como las
estrellas del
1 Reina
Valera Revisada (1960)-------------------------------------------------------------------- 59
a a 22.9: Stg. 2.21.
b b 22.1–13:
He. 11.17–19.
19 Heb.
Jehová-jireh.
c c 22.16–17:
He. 6.13–14.
cielo
y como la arena que está a la orilla del mar;d y tu descendencia poseerá las puertas de sus enemigos.
18En tu simiente serán benditas todas las naciones de la tierra,e por cuanto obedeciste a mi
voz. 19Y volvió Abraham a sus siervos, y se levantaron y se fueron
juntos a Beerseba; y habitó Abraham en Beerseba.
20Aconteció después de estas cosas,
que fue dada noticia a Abraham, diciendo: He aquí que también Milca ha dado a
luz hijos a Nacor tu hermano: 21Uz su primogénito, Buz su hermano,
Kemuel padre de Aram, 22Quesed, Hazo, Pildas, Jidlaf y Betuel. 23Y
Betuel fue el padre de Rebeca. Estos son los ocho hijos que dio a luz Milca, de
Nacor hermano de Abraham. 24Y su concubina, que se llamaba Reúma,
dio a luz también a Teba, a Gaham, a Tahas y a Maaca.2
Salmo 15
Los que habitarán en el monte santo de
Dios
Salmo
de David.
1 Jehová, ¿quién habitará en tu tabernáculo?
¿Quién morará en tu monte santo?
2 El que anda en integridad y hace justicia,
Y habla verdad en su corazón.
3 El que no calumnia con su lengua, Ni
hace mal a su prójimo,
Ni admite reproche alguno contra su
vecino.
4 Aquel a cuyos ojos el vil es menospreciado,
Pero honra a los que temen a Jehová.
El que aun jurando en daño suyo, no por eso cambia;
5 Quien su dinero no dio a usura, Ni contra el inocente admitió cohecho.
El que hace estas
cosas, no resbalará jamás.3
d d 22.17: He.
11.12.
e e 22.18: Hch.
3.25.
2 Reina
Valera Revisada (1960)--------------------------------------------------------------------- 22.24
3 Reina
Valera Revisada (1960)------------------------------------------------------------------- 15.5
Lectura y Meditación de la Palabra de
Dios
Haz
estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Enero
15 Luc
12.32-59 / Gen 22
/ Sal 15
San Lucas 12.32-59
Tesoro en el cielo
(Mt. 6.19–21)
32No
temáis, manada pequeña, porque a
vuestro Padre le
ha placido daros
el reino. 33Vended lo
que poseéis, y dad limosna; haceos bolsas que no se envejezcan, tesoro en los
cielos que no se agote, donde ladrón no llega, ni polilla destruye. 34Porque
donde está vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.
El siervo vigilante
35Estén
ceñidos vuestros lomos, y vuestras lámparas encendidas;f 36y vosotros sed semejantes a hombres que
aguardan a que su señor regreseg
de las bodas, para que cuando
f f 12.35:
Mt. 25.1–13.
llegue
y llame, le abran en seguida. 37Bienaventurados aquellos siervos a
los cuales su señor, cuando venga, halle velando; de cierto os digo que se
ceñirá, y hará que se sienten a la mesa, y vendrá a servirles. 38Y
aunque venga a la segunda vigilia, y aunque venga a la tercera vigilia, si los
hallare así, bienaventurados son aquellos siervos. 39Pero sabed
esto, que si supiese el padre de familia a qué hora el ladrón había de venir,
velaría ciertamente, y no dejaría minar su casa. 40Vosotros, pues,
también, estad preparados, porque a la hora que no penséis, el Hijo del Hombre vendrá.h
El siervo infiel
(Mt. 24.45–51)
41Entonces Pedro le dijo:
Señor, ¿dices esta parábola a nosotros, o también a todos? 42Y
dijo
el Señor: ¿Quién es el mayordomo fiel y prudente al cual su señor pondrá sobre
su casa, para que a tiempo les dé su ración? 43Bienaventurado aquel
siervo al cual, cuando su señor venga, le halle haciendo así. 44En
verdad os digo que le pondrá sobre todos sus bienes. 45Mas si aquel
siervo dijere en su corazón: Mi señor tarda en venir; y comenzare a golpear a
los criados y a las criadas, y a comer y beber y embriagarse, 46vendrá
el señor de aquel siervo en día que éste no espera, y a la hora que no sabe, y
le castigará duramente, y le pondrá con los infieles. 47Aquel siervo
que conociendo la voluntad de su señor, no se preparó, ni hizo conforme a su
voluntad, recibirá muchos azotes. 48Mas el que sin conocerla hizo
cosas dignas de azotes, será azotado poco; porque a todo aquel a quien se haya
dado mucho, mucho se le demandará; y al que mucho se le haya confiado, más se
le pedirá.
Jesús, causa de división
(Mt. 10.34–36)
49Fuego
vine a echar en la tierra; ¿y qué quiero, si ya
se ha encendido? 50De un bautismo tengo que ser bautizado;i y ¡cómo me angustio hasta
que se cumpla! 51¿Pensáis que he venido para dar paz en la tierra?
Os digo: No, sino disensión. 52Porque de aquí en adelante, cinco en
una familia estarán divididos, tres contra dos, y dos contra tres. 53Estará
dividido el padre contra el hijo, y el hijo contra el padre; la madre contra la
hija, y la hija contra la madre; la suegra contra su nuera, y la nuera contra
su suegra.j
¿Cómo no reconocéis este tiempo?
(Mt. 16.1–4; Mr.
8.11–13)
54Decía
también a la multitud: Cuando veis la nube que sale del poniente, luego decís:
Agua viene; y así sucede. 55Y cuando sopla el viento del sur,
decís: Hará calor;
y lo hace. 56¡Hipócritas! Sabéis distinguir el aspecto del
cielo y de la tierra; ¿y cómo no distinguís este tiempo?
Arréglate con tu adversario
(Mt. 5.25–26)
g
g
12.36: Mr. 13.34–36.
h
h
12.39–40: Mt. 24.43–44.
i i
12.50: Mr. 10.38.
j j 12.53: Mi. 7.6.
57¿Y
por qué no juzgáis por vosotros mismos lo que es justo? 58Cuando
vayas al magistrado con tu adversario, procura en el camino arreglarte con él,
no sea que te arrastre al juez, y el juez te entregue al alguacil, y el
alguacil te meta en la cárcel. 59Te digo que no saldrás de allí,
hasta que hayas pagado aun la última blanca.1
Génesis 22
Dios ordena a
Abraham que sacrifique a Isaac
22
1Aconteció
después de estas cosas, que probó Dios a Abraham, y le dijo: Abraham. Y él
respondió: Heme aquí. 2Y dijo: Toma ahora tu hijo, tu único, Isaac,
a quien amas, y vete a tierra de Moriah, y ofrécelo allí en holocausto sobre
uno de los montes que yo te diré. 3Y
Abraham se levantó muy de mañana, y enalbardó su asno, y tomó consigo dos
siervos suyos, y a Isaac su hijo; y cortó leña para el holocausto, y se
levantó, y fue al lugar que Dios le dijo. 4Al tercer día alzó
Abraham sus ojos, y vio el lugar de lejos. 5Entonces dijo Abraham a
sus siervos: Esperad aquí con el asno, y yo
y el muchacho iremos hasta allí y adoraremos, y volveremos a vosotros. 6Y
tomó Abraham la leña del holocausto, y la puso sobre Isaac su hijo, y él tomó
en su mano el fuego y
el cuchillo; y
fueron ambos juntos. 7Entonces habló Isaac a
Abraham su padre, y dijo: Padre mío. Y él respondió: Heme aquí, mi hijo. Y él
dijo: He aquí el fuego y la leña; mas ¿dónde está el cordero para el
holocausto? 8Y respondió Abraham: Dios se proveerá de cordero para
el holocausto, hijo mío. E iban juntos.
9Y cuando llegaron al lugar que Dios
le había dicho, edificó allí Abraham un altar, y compuso la leña, y ató a Isaac
su hijo, y lo puso en el altara
sobre la leña. 10Y extendió Abraham su mano y tomó el cuchillo
para degollar a su hijo. 11Entonces el ángel de Jehová le dio voces
desde el cielo, y dijo: Abraham, Abraham. Y él respondió: Heme aquí. 12Y
dijo: No extiendas tu mano sobre el muchacho, ni le hagas nada; porque ya conozco que temes a Dios, por cuanto no
me rehusaste tu hijo, tu único. 13Entonces alzó Abraham sus ojos y
miró, y he aquí a sus espaldas un carnero trabado en un zarzal por sus cuernos;
y fue Abraham y tomó el carnero, y lo ofreció en holocausto en lugar de su
hijo.b 14Y
llamó Abraham el nombre de aquel lugar, Jehová proveerá.19 Por tanto se dice hoy: En el monte de Jehová será provisto.
15Y llamó el ángel de Jehová a Abraham por segunda vez desde el cielo, 16y
dijo: Por mí
mismo
he jurado, dice Jehová, que por cuanto has hecho esto, y no me has rehusado tu
hijo, tu único hijo; 17de cierto te bendeciré, y multiplicaréc tu descendencia como las
estrellas del
1 Reina
Valera Revisada (1960)-------------------------------------------------------------------- 59
a a 22.9: Stg. 2.21.
b b 22.1–13:
He. 11.17–19.
19 Heb.
Jehová-jireh.
c c 22.16–17:
He. 6.13–14.
cielo
y como la arena que está a la orilla del mar;d y tu descendencia poseerá las puertas de sus enemigos.
18En tu simiente serán benditas todas las naciones de la tierra,e por cuanto obedeciste a mi
voz. 19Y volvió Abraham a sus siervos, y se levantaron y se fueron
juntos a Beerseba; y habitó Abraham en Beerseba.
20Aconteció después de estas cosas,
que fue dada noticia a Abraham, diciendo: He aquí que también Milca ha dado a
luz hijos a Nacor tu hermano: 21Uz su primogénito, Buz su hermano,
Kemuel padre de Aram, 22Quesed, Hazo, Pildas, Jidlaf y Betuel. 23Y
Betuel fue el padre de Rebeca. Estos son los ocho hijos que dio a luz Milca, de
Nacor hermano de Abraham. 24Y su concubina, que se llamaba Reúma,
dio a luz también a Teba, a Gaham, a Tahas y a Maaca.2
Salmo 15
Los que habitarán en el monte santo de
Dios
Salmo
de David.
1 Jehová, ¿quién habitará en tu tabernáculo?
¿Quién morará en tu monte santo?
2 El que anda en integridad y hace justicia,
Y habla verdad en su corazón.
3 El que no calumnia con su lengua, Ni
hace mal a su prójimo,
Ni admite reproche alguno contra su
vecino.
4 Aquel a cuyos ojos el vil es menospreciado,
Pero honra a los que temen a Jehová.
El que aun jurando en daño suyo, no por eso cambia;
5 Quien su dinero no dio a usura, Ni contra el inocente admitió cohecho.
El que hace estas
cosas, no resbalará jamás.3
d d 22.17: He.
11.12.
e e 22.18: Hch.
3.25.
2 Reina
Valera Revisada (1960)--------------------------------------------------------------------- 22.24
3 Reina
Valera Revisada (1960)------------------------------------------------------------------- 15.5
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