sábado, 9 de enero de 2021

¡Has sido declarado(a) Justo(a)!

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09 de Enero

¡Has sido declarado(a) Justo(a)! 

Por Riqui Ricón*

Te alabaré, oh Jehová, con todo mi corazón; Contaré todas tus maravillas. Me

alegraré y me regocijaré en ti; Cantaré a tu nombre, oh Altísimo. Mis enemigos volvieron atrás; Cayeron y perecieron delante de ti. Porque has mantenido mi derecho y mi causa; Te has sentado en el trono juzgando con justicia (Sal 9.1-4).

Uno de los atributos más grande, asombroso y hermoso de Dios es Su justicia. Él es Dios y, por lo tanto, Él es justo. Dios es el Juez Supremo de toda la creación y le alabamos y le adoramos no para adularle, sino para agradecer y corresponder a esa justicia que se ve magnificada por Su Gran Amor para con nosotros.

 

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él (Jn 3.16-17).

Nunca olvides que Dios te ama tanto que prefirió entregar a Su propio Hijo antes que perderte a ti.

 

La Biblia, que es la Palabra de Dios y no puede mentir, enseña que tú estabas muerto(a) a causa de tus delitos y pecados, sin embargo, por ese Amor que siente por ti, Dios te dio vida al hacer cumplir la sentencia de muerte que pesaba sobre ti, en la propia vida y persona de Su Hijo Jesucristo.

 

Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos), y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús, para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús (Efe 2.4-7).

 

¡Amor! Amor es y será siempre la palabra clave y el adjetivo calificativo de todo lo que Dios tiene y quiere para contigo. Jamás ha sido Su deseo condenarte para enviarte al infierno sino, todo lo contrario, Él quiere que seas salvo(a) por medio de Jesús.


porque el Hijo del Hombre no ha venido para perder las almas de los hombres, sino para salvarlas. Y se fueron a otra aldea (Luc 9.56).

La palabra salvo tiene muchos y hermosos significados: salvar, rescatar, librar, proteger, ensanchar, sanar, poner en victoria aquel que estaba en derrota.

 

Así que, hoy puedes reflexionar en estos cuatro puntos:

 

1.        Dios es Justo.

2.       La justicia fue satisfecha en el momento que se pagó el justo castigo por tus pecados: la muerte, en la persona de Jesús.

3.       Eres salvo(a) en el momento que, por medio de la fe, al creerle a Dios y a Su Palabra, aceptas este sacrificio y reconoces a Jesús como tu Señor y Salvador.

4.       Ser salvo(a) significa TENER PLENO DERECHO a vivir una vida totalmente diferente a la que antes tenías, una vida victoriosa sobre las aflicciones que se te vienen encima, por lo tanto, al ser más que vencedor(a) y a pesar de los problemas, tienes pleno derecho a vivir una vida en total prosperidad, salud y paz.

 

El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia (Jn 10.10).

Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma (3 Jn 2).

en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad (Efe 1.5).

Esta es la Palabra de Dios, Su Palabra de Honor, y como puedes ver, sin importar lo que hayas hecho de tu vida o lo que estés padeciendo en este día, en Cristo Jesús, ahora ES JUSTO PARA DIOS, que tengas una vida plena y abundante.

 

Todo aquel que cree que Jesús es el Cristo, es nacido de Dios (1 Jn 5.1a).

MIREN CUÁNTO NOS ama el Padre celestial que permite que seamos llamados hijos de Dios. ¡Y lo mas maravilloso es que de veras lo somos! Naturalmente, como la mayoría de la gente no conoce a Dios, no comprende por qué lo somos (1 Jn 3.1).

Y no sólo eres justo(a), sino que, precisamente por esto, ahora eres un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la Palabra de Dios que vive y permanece para siempre.


Si Dios no te abandonó a tu suerte antes, viviendo como vivías, mucho menos te abandonará ahora que eres Suyo(a) para siempre.

 

Aunque mi padre y mi madre me dejaran, Con todo, Jehová me recogerá (Sal 27.10).

 

Oremos en voz audible:

 

Amado Padre celestial, Tu Palabra, la Biblia, dice claramente que, al que no conoció pecado, Cristo Jesús, por mí lo hiciste pecado, para que yo fuese hecho(a) justicia de Dios en Él. Dios, yo sé que Tú eres el único Juez justo y que Tus sentencias son eternas. Así que, ¡me has declarado justo(a)! ¡Gracias, mi Dios! Señor Jesús, por lo que hiciste por mí en la cruz, ahora tengo pleno derecho a ser llamado(a) Hijo(a) de Dios. Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte. Tomo la determinación de creer; de creerte a Ti y de creer Tu Palabra, la Biblia. Sin importar cuál sea mi condición actual, por Cristo Jesús, que tengo derecho a vivir una vida plena y abundante. De acuerdo a Tu Voluntad, expresada en Tu Palabra, ¡yo soy sano(a)! ¡Soy libre!

¡Creo, llamo y recibo a la prosperidad en todas las cosas! ¡Creo, llamo y recibo a la salud de mi cuerpo! ¡Creo, llamo y recibo al gozo, la paz y el amor para vivir en Tu Plenitud, mi Dios! ¡No voy a temer, sólo voy a creer! Este año caerán a mi lado mil y diez mil a mi diestra, mas a mí no llegará, pues aunque ande en valle de sombre y de muerte, no temeré mal alguno, porque Tú, Señor Jesús, estás conmigo. Amén, amén y amén.

 

 Nota Importante:

¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco una relación con el Todopoderoso?

Sólo haz la siguiente oración en voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a Dios:

Señor Jesús, yo creo que eres el Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre!


¡Nunca más estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.

 

*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2012

 

 

Lectura y Meditación de la Palabra de Dios

Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.

 

Enero 9                                   Luc 9.28-62   / Gen 16 / Sal 9

     

Cápsula del día.







Puedes escuchar o descargar la lectura de la  Biblia en audio del día de hoy, la tenemos para ti en dos versiones: 


RV60 



NVI 




Lectura y Meditación de la Palabra de Dios

Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.

 

Enero 9                                   Luc 9.28-62   / Gen 16 / Sal 9

 

 

San Lucas 9.28-62

La transfiguración

(Mt. 17.1–8; Mr. 9.2–8)

28Aconteció como ocho días después de estas palabras, que tomó a Pedro, a Juan y a Jacobo, y subió al monte a orar.h 29Y entre tanto que oraba, la apariencia de su rostro se hizo otra, y su vestido blanco y resplandeciente. 30Y he aquí dos varones que hablaban con él, los cuales eran Moisés y Elías; 31quienes aparecieron rodeados de gloria, y hablaban de su partida, que iba Jesús a cumplir en Jerusalén. 32Y Pedro y los que estaban con él estaban rendidos de sueño; mas permaneciendo despiertos, vieron la gloria de Jesús, y a los dos varones que estaban con él. 33Y sucedió que apartándose ellos de él, Pedro dijo a Jesús: Maestro, bueno es para nosotros que estemos aquí; y hagamos tres enramadas, una para ti, una para Moisés, y una para Elías; no sabiendo lo que decía. 34Mientras él decía esto, vino una nube que los cubrió; y tuvieron temor al entrar en la nube. 35Y vino una voz desde la nube, que decía: Este es mi Hijo amado;i a él oíd. 36Y cuando cesó la voz, Jesús fue hallado solo; y ellos callaron, y por aquellos días no dijeron nada a nadie de lo que habían visto.

Jesús sana a un muchacho endemoniado

(Mt. 17.14–21; Mr. 9.14–29)

37Al día siguiente, cuando descendieron del monte, una gran multitud les salió al encuentro. 38Y he aquí, un hombre de la multitud clamó diciendo: Maestro, te ruego que veas a mi hijo, pues es el único que tengo; 39y sucede que un espíritu le toma, y de repente da voces, y le sacude con violencia, y le hace echar espuma, y estropeándole, a duras penas se  aparta  de  él.  40Y  rogué  a  tus   discípulos   que   le   echasen   fuera,   y   no   pudieron. 41Respondiendo Jesús, dijo: ¡Oh generación incrédula y perversa! ¿Hasta cuándo he de estar con vosotros, y os he de soportar? Trae acá a tu hijo. 42Y mientras se acercaba el muchacho, el demonio le derribó y le sacudió con violencia; pero Jesús reprendió al espíritu


h h 9.28–35: 2 P. 1.17–18.

i i 9.35: Is. 42.1; Mt. 3.17; 12.18; Mr. 1.11; Lc. 3.22.


inmundo, y sanó al muchacho, y se lo devolvió a su padre. 43Y todos se admiraban de la grandeza de Dios.

Jesús anuncia otra vez su muerte

(Mt. 17.22–23; Mr. 9.30–32)

Y maravillándose todos de todas las cosas que hacía, dijo a sus discípulos: 44Haced que os penetren bien en los oídos estas palabras; porque acontecerá que el Hijo del Hombre será entregado en manos de hombres. 45Mas ellos no entendían estas palabras, pues les estaban veladas para que no las entendiesen; y temían preguntarle sobre esas palabras.

¿Quién es el mayor?

(Mt. 18.1–5; Mr. 9.33–37)

46Entonces entraron en discusión sobre quién de ellos sería el mayor.j 47Y Jesús, percibiendo los pensamientos de sus corazones, tomó a un niño y lo puso junto a sí, 48y les dijo: Cualquiera que reciba a este niño en mi nombre, a mí me recibe; y cualquiera que me recibe a mí, recibe al que me envió;k porque el que es más pequeño entre todos vosotros, ése es el más grande.

El que no es contra nosotros, por nosotros es

(Mr. 9.38–40)

49Entonces respondiendo Juan, dijo: Maestro, hemos visto a uno que echaba fuera demonios en tu nombre; y se lo prohibimos, porque no sigue con nosotros. 50Jesús le dijo: No se lo prohibáis; porque el que no es contra nosotros, por nosotros es.

Jesús reprende a Jacobo y a Juan

51Cuando se cumplió el tiempo en que él había de ser recibido arriba, afirmó su rostro para ir a Jerusalén. 52Y envió mensajeros delante de él, los cuales fueron y entraron en una aldea de los samaritanos para hacerle preparativos. 53Mas no le recibieron, porque su aspecto era como de ir a Jerusalén. 54Viendo esto sus discípulos Jacobo y Juan, dijeron: Señor, ¿quieres que mandemos que descienda fuego del cielo, como hizo Elías, y los consuma?l 55Entonces volviéndose él, los reprendió, diciendo: Vosotros no sabéis de qué espíritu sois; 56porque el Hijo del Hombre no ha venido para perder las almas de los hombres, sino para salvarlas. Y se fueron a otra aldea.

Los que querían seguir a Jesús

(Mt. 8.18–22)

57Yendo ellos, uno le dijo en el camino: Señor, te seguiré adondequiera que vayas. 58Y

le dijo Jesús: Las zorras tienen guaridas, y las aves de los cielos nidos; mas el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar la cabeza. 59Y dijo a otro: Sígueme. Él le dijo: Señor, déjame que primero vaya y entierre a mi padre. 60Jesús le dijo: Deja que los muertos entierren a sus muertos;  y tú  ve,  y anuncia el reino de Dios. 61Entonces también dijo  otro:

 


j j 9.46: Lc. 22.24.

k k 9.48: Mt. 10.40; Lc. 10.16; Jn. 13.20.

l l 9.54: 2 R. 1.9–16.


Te seguiré, Señor; pero déjame que me despida primero de los que están en mi casa.m 62Y Jesús le dijo: Ninguno que poniendo su mano en el arado mira hacia atrás, es apto para el reino de Dios.1

 

Génesis 16

Agar e Ismael

16

1Sarai mujer de Abram no le daba hijos; y ella tenía una sierva egipcia, que se llamaba Agar. 2Dijo entonces Sarai a Abram: Ya ves que Jehová me ha hecho estéril; te ruego, pues, que te llegues a mi sierva; quizá tendré hijos de ella. Y atendió Abram al ruego de Sarai. 3Y Sarai mujer de Abram tomó a Agar su sierva egipcia, al cabo de diez años que había habitado Abram en la tierra de Canaán, y la dio por mujer a Abram su marido. 4Y él se llegó a Agar, la cual concibió; y cuando vio que había concebido, miraba con desprecio a su señora. 5Entonces Sarai dijo a Abram: Mi afrenta sea sobre ti; yo te di mi sierva por mujer, y viéndose encinta, me mira con desprecio; juzgue Jehová entre tú y yo. 6Y respondió Abram a Sarai: He aquí, tu sierva está en tu mano; haz con ella lo que bien te parezca. Y como Sarai la afligía, ella huyó de su presencia.

7Y la halló el ángel de Jehová junto a una fuente de agua en el desierto, junto a la fuente que está en el camino de Shur. 8Y le dijo: Agar, sierva de Sarai, ¿de dónde vienes tú, y a dónde vas? Y ella respondió: Huyo de delante de Sarai mi señora. 9Y le dijo el ángel de Jehová: Vuélvete a tu señora, y ponte sumisa bajo su mano. 10Le dijo también el ángel de

Jehová: Multiplicaré tanto tu descendencia, que no podrá ser contada a causa de la  multitud. 11Además le dijo el ángel de Jehová: He aquí que has concebido, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre Ismael,12 porque Jehová ha oído tu aflicción. 12Y él será hombre fiero; su mano será contra todos, y la mano de todos contra él, y delante de todos sus hermanos habitará. 13Entonces llamó el nombre de Jehová que con ella hablaba: Tú eres Dios que ve; porque dijo: ¿No he visto también aquí al que me ve? 14Por lo cual llamó al pozo: Pozo del Viviente-que-me-ve. He aquí está entre Cades y Bered.

15Y Agar dio a luz un hijo a Abram, y llamó Abram el nombre del hijo que le dio Agar, Ismael. 16Era Abram de edad de ochenta y seis años, cuando Agar dio a luz a Ismael.2

 

Salmo 9

 

Acción de gracias por la justicia de Dios

Al músico principal; sobre Mut-labén. Salmo de David.


m m 9.61: 1 R. 19.20.

1 Reina Valera Revisada (1960)------------------------------------------------------------------ 62

12 Esto es, Dios oye.

2 Reina Valera Revisada (1960)--------------------------------------------------------------------- 16.16


1        Te alabaré, oh Jehová, con todo mi corazón; Contaré todas tus maravillas.

2        Me alegraré y me regocijaré en ti; Cantaré a tu nombre, oh Altísimo.

3        Mis enemigos volvieron atrás; Cayeron y perecieron delante de ti.

4        Porque has mantenido mi derecho y mi causa; Te has sentado en el trono juzgando con justicia.

5        Reprendiste a las naciones, destruiste al malo, Borraste el nombre de ellos eternamente y para siempre.

6        Los enemigos han perecido; han quedado desolados para siempre; Y las ciudades que derribaste,

Su memoria pereció con ellas.

7        Pero Jehová permanecerá para siempre; Ha dispuesto su trono para juicio.

8        El juzgará al mundo con justicia, Y a los pueblos con rectitud.

9        Jehová será refugio del pobre, Refugio para el tiempo de angustia.

10        En ti confiarán los que conocen tu nombre,

Por cuanto tú, oh Jehová, no desamparaste a los que te buscaron.

11        Cantad a Jehová, que habita en Sion; Publicad entre los pueblos sus obras.

12        Porque el que demanda la sangre se acordó de ellos; No se olvidó del clamor de los afligidos.

13        Ten misericordia de mí, Jehová;

Mira mi aflicción que padezco a causa de los que me aborrecen, Tú que me levantas de las puertas de la muerte,

14        Para que cuente yo todas tus alabanzas En las puertas de la hija de Sion,

Y me goce en tu salvación.

15        Se hundieron las naciones en el hoyo que hicieron; En la red que escondieron fue tomado su pie.

16        Jehová se ha hecho conocer en el juicio que ejecutó; En la obra de sus manos fue enlazado el malo.

Higaion. Selah

17        Los malos serán trasladados al Seol, Todas las gentes que se olvidan de Dios.

18        Porque no para siempre será olvidado el menesteroso, Ni la esperanza de los pobres perecerá perpetuamente.

19        Levántate, oh Jehová; no se fortalezca el hombre;


Sean juzgadas las naciones delante de ti.

20        Pon, oh Jehová, temor en ellos; Conozcan las naciones que no son sino hombres.

Selah3

 

 

3 Reina Valera Revisada (1960)    9.2

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