sábado, 31 de diciembre de 2016

¿Qué dice Dios del Año Nuevo?

 

31 de Diciembre

¡Año de Esplendor!

Por Riqui Ricón*

Cuando terminó de hablar, dijo a Simón: Boga mar adentro, y echad vuestras redes para pescar. Respondiendo Simón, le dijo: Maestro, toda la noche hemos estado trabajando, y nada hemos pescado; mas en tu palabra echaré la red. Y habiéndolo hecho, encerraron gran cantidad de peces, y su red se rompía. Entonces hicieron señas a los compañeros que estaban en la otra barca, para que viniesen a ayudarles; y vinieron, y llenaron ambas barcas, de tal manera que se hundían (Luc 5.4-7).

Hoy es un día para creer y declarar. Creer y declarar lo que la biblia, la Palabra de Dios que no miente, dice acerca de ti y del tiempo donde estás viviendo.

Por esto, creo y declaro que el año próximo es el año en que reinarás utilizando la Gracia abundante que está sobre ti. ¡Será un año donde alcanzarás el Esplendor de la Gloria del Señor!

En este día en especial, cuando todo el mundo celebra la llegada de un nuevo año, ante las crecientes amenazas de crisis financieras, problemas de salud, violencia y crimen organizado por todos lados, crisis en la familia, la pérdida total y absoluta de los valores humanos, cambio climático, calentamiento global, hambruna, guerras, huracanes, tsunamis, migración ilegal, etc., es buen momento para recordar aquel padre de familia que, desesperado, buscó a Jesús para pedirle AYUDA por su hijo enfermo a quien ni los discípulos pudieron sanar:

Jesús preguntó al padre: ¿Cuánto tiempo hace que le sucede esto? Y él dijo: Desde niño. Y muchas veces le echa en el fuego y en el agua, para matarle; pero si puedes hacer algo, ten misericordia de nosotros, y ayúdanos. Jesús le dijo: Si puedes creer, al que cree todo le es posible (Mar 9.21-23).

¡Vaya cara dura! Decirle a Jesús, “si puedes hacer algo”. Bueno, a lo mejor tú estás enfrentando este año nuevo con la misma súplica hacia Él. No lo sé, quizá tus problemas y necesidades te estén agobiando a tal punto que no encuentras otra salida más que clamar a Él: ¡si puedes hacer algo ten misericordia de mí y ayúdame!

Pues bien, te tengo muy buenas noticias; mira la respuesta que Jesús dio a aquel padre tan agobiado: ¡Si puedes creer, al que cree todo le es posible!

Y cuando Jesús dice “todo” quiere decir, precisamente, TODO.

Jesús respondió: Tened fe en Dios, porque ciertamente cualquiera que tenga fe y no albergue dudas en su corazón, sino que crea que ha de cumplirse lo que dice, podrá mandarle a este monte que se quite de donde está y se arroje al mar, y el monte le obedecerá. Por eso os aseguro que todo lo que pidáis en oración, si ponéis vuestra fe en que habéis de recibirlo, lo recibiréis (Mar 11.22-24 CST).

No importa si tus circunstancias dicen lo contrario, pues tus circunstancias jamás podrán cambiar la verdad, pero, con Cristo Jesús y la Verdad de Su Palabra, tenlo por seguro, tus circunstancias siempre cambiarán.

Simón Pedro había estado trabajando toda la noche sin pescar nada y ante una realidad de escasez y trabajo sin frutos, Jesús le pidió a Pedro que bogara mar a dentro y echara LAS redes (en plural), pues tenía planeado para ellos un año de abundante plenitud. Sin embargo, aunque Pedro aclaró que lo haría por Su Palabra, solamente echo LA red (en singular), una sola red y LA red se rompía.

Interesante, ¿no? Mientras que Dios planea que vivas tu vida en Su Bendición abundante, todas las fuerzas del infierno y su realidad aparente trabajan para que tú NO lo creas y como Pedro, actúes displicentemente arrojando una sola y vieja red.

Ensancha el espacio de tu carpa, y despliega las cortinas de tu morada. ¡No te limites! Alarga tus cuerdas y refuerza tus estacas. Porque a derecha y a izquierda te extenderás; tu descendencia desalojará naciones, y poblará ciudades desoladas. »No temas, porque no serás avergonzada. No te turbes, porque no serás humillada. Olvidarás la vergüenza de tu juventud, y no recordarás más el oprobio de tu viudez. Porque el que te hizo es tu esposo; su nombre es el SEÑOR Todopoderoso. Tu Redentor es el Santo de Israel; ¡Dios de toda la tierra es su nombre! (Isa 54.2-5 NVI).

Lo hermoso de la historia es que Jesús no le recriminó a Pedro su incredulidad sino que, aunque poco le faltó para perder la pesca más asombrosa y abundante que jamás hayan tenido, Jesús se la concedió con Su Amor y corazón de Padre.

MIREN CUÁNTO NOS ama el Padre celestial que permite que seamos llamados hijos de Dios. ¡Y lo mas maravilloso es que de veras lo somos! Naturalmente, como la mayoría de la gente no conoce a Dios, no comprende por qué lo somos (1 Jn 3.1 BAD).

A pesar de toda circunstancia o realidad que te encuentres viviendo en este preciso momento, disponte a recibir el Año Nuevo con alegría, gozo y expectación, pues el próximo año es el año en que reinarás para realizar grandes obras en el Reino de Dios mediante la Gracia abundante que está sobre ti.

¡Será un año de Esplendor! ¡La Gloria de Jehová volverá a brillar sobre de ti!

»Porque tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna. Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para salvarlo por medio de él (Jn 3.16-17 NVI).

Esto será así mediante tu fe, pues Dios sólo te pide que creas, que le creas a Él, que creas Su Palabra, la Biblia. Y es la Biblia la que te dice claramente que Dios te ama tanto que prefirió entregar a Su propio Hijo antes que perderte a ti.

Si Dios no nos negó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó a la muerte por todos nosotros, ¿cómo no habrá de darnos también, junto con su Hijo, todas las cosas? (Ro 8.32 DHH).

Así que, sostente firmemente plantado en la Palabra de Dios y declara con voz audible sobre tu  Año Nuevo:

Amado Padre celestial, en este último día del año, encaro mi futuro sabiendo perfectamente quién soy: ¡Tu Hijo(a) Amado(a)! En Tu Palabra, la Biblia, establezco que este Nuevo Año:

o   ¡Todo lo puedo en Cristo que me fortalece!

o   ¡Yo soy de Dios y he vencido pues mayor es el que está en mí que el que está en el mundo!

o   ¡Ciertamente Cristo Jesús llevó mis enfermedades y sufrió mis dolores y por sus heridas YA HE SIDO sanado(a)!

o   ¡En todas las cosas soy más que vencedor(a) por medio de Aquel que me amó, Cristo Jesús!

o   ¡Aquel que fue engendrado por Dios, Jesucristo, me guarda y el maligno no me toca!

Señor mi Dios, el próximo año será para mí un año de Realización mediante Tu Gracia abundante. ¡Será año de Esplendor! Así que, viviré este próximo año, de enero a diciembre:

o   En salud, libre de enfermedades.

o   Sin temor alguno pues no voy a fracasar.

o   No tendré temor de malas noticias, pues mi corazón está firme, confiado en Ti, Señor, y en Tu Palabra de Honor. ¡Asegurado está mi corazón!

Rechazo la pobreza y la escasez y declaro que todo el año que entra lo voy a transitar con Tu Bendición, y bienes y riquezas habrá en mi casa. Establezco el Amor, la Paz y el Gozo en mi familia y en todas mis relaciones. Tú y yo, Espíritu Santo, haremos del Año Nuevo el mejor año de mi vida. ¡No voy a temer! Tú, Señor, eres mi luz y mi esperanza. ¡Tú eres la fortaleza de mi vida! ¿De quién he de atemorizarme? Ante todo posible problema económico o social, yo sé bien que caerán a mi lado mil y diez mil a mi diestra mas a mí no llegará. Por cuanto en Ti, oh Dios, he puesto mi amor,  Tú también me librarás; me pondrás en alto,  por cuanto he conocido Tu nombre. En el año que entra, te invocaré,  y Tú me responderás; conmigo estarás Tú en la angustia; me librarás y me glorificarás. Me saciarás de larga vida, y me mostrarás Tu salvación. ¡Año Nuevo! Voy a reinar y a realizar grandes obras para el Reino de Dios mediante Su Gracia abundante. ¡Voy a vivir el Esplendor de la Gloria de Jehová en mi vida! En el nombre de Jesús. Amén.

 Nota Importante:

¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco una relación con el Todopoderoso?

Sólo haz la siguiente oración en voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a Dios:

Señor Jesús, yo creo que eres el Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.

*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2012

 


Lectura y Meditación de la Palabra de Dios

Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.

Diciembre 31                          Luc 5.1-26   /  Ez 48 /  Isa 66

 



¡Cómo activar el Poder del Altísimo a tu favor!

 

23 de Diciembre

¡Se cumplirá todo lo que se te ha dicho departe de Dios!

Por Riqui Ricón*

¡Bendita tú por haber creído lo que te fue dicho de parte del Señor, y porque lo que él te anunció, se cumplirá!  (Luc 1.45 CST).

¿Sabías que hay una cosa que nuestro Dios y Padre, el Todopoderoso, no puede hacer? Así es, lo único que Él no puede hacer es mentir. Su Palabra (que son todas las Palabras que salen de Su boca), es la Palabra de Dios y una vez que ésta ha sido hablada, tiene todo el poder y la autoridad de Dios para hacerse cumplir a sí misma. Si Dios dijera que el cielo es rojo, entonces éste cambiaría su color azul por rojo. ¡Así de simple!

Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía (He 11.3).

Dice la escritura que, En el principio creó Dios los cielos y la tierra (Gen 1.1). Pero, ¿cómo los creó? Los creó en el momento preciso que Él dijo, sea la luz, eso exactamente fue lo que sucedió: ¡La luz fue hecha por la Palabra de Dios!

Así que, todo lo que existe, todo lo que es, lo visible y lo invisible, ha sido constituido por la Palabra de Dios.

Ahora bien, Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza (Efe 6.10).

Como te puedes dar cuenta, el poder de la fuerza de Dios no está en sus músculos, ni en sus relámpagos y truenos, ni en sus ángeles sino en Su Palabra. Lo único que Él necesita hacer para que sucedan las cosas es hablar Su Palabra. ¡Lo que Él dice, eso mismo sucede! Al fin y al cabo, Él es Dios.

Es por todo esto que:

Respondió el centurión y dijo: Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo; solamente di la palabra, y mi criado sanará. Porque también yo soy hombre bajo autoridad, y tengo bajo mis órdenes soldados; y digo a éste: Ve, y va; y al otro: Ven, y viene; y a mi siervo: Haz esto, y lo hace. Al oírlo Jesús, se maravilló, y dijo a los que le seguían: De cierto os digo, que ni aun en Israel he hallado tanta fe (Mat 8.8-10).

Este centurión conocía el secreto de la fe que es el principio de autoridad supremo: ¡Todo poder y autoridad radica en la Palabra de Dios!

No sin razón el Mensaje que predicamos se llama Evangelio, ¡Buenas Noticias! Ahora eres bienaventurado(a), mil veces feliz, puesto que has creído, se cumplirá todo lo que el Señor te ha dicho en Su Palabra, la Biblia.

Jehová de los ejércitos, Dichoso el hombre que en ti confía (Sal 84.12).

Ante los asombrosos sucesos que se abrían delante de sus pies, la virgen María, cuando  se le explicó porque era ella muy favorecida y que, a pesar de su situación, nada hay imposible para Dios, ella sólo contestó: He aquí la sierva del Señor; hágase conmigo conforme a tu palabra (Luc 1.38).

Pon atención a que no respondió, hágase conmigo conforme a Tu Voluntad sino conforme a Tu Palabra.

Entonces María dijo al ángel: ¿Cómo será esto? pues no conozco varón. Respondiendo el ángel, le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios. Y he aquí tu parienta Elisabet, ella también ha concebido hijo en su vejez; y este es el sexto mes para ella, la que llamaban estéril; porque nada hay imposible para Dios (Lc 1.34-37).

Como ya vimos, el poder del Altísimo es su propia Palabra. Por eso María pudo afirmar con fe, hágase conmigo conforme a Tu Palabra. ¡Estaba en juego el Honor de Dios! ¡Había sido activado el Poder del Altísimo!

¿Podrías afirmar tú lo mismo? ¿Podrías con toda tu fe decirle a Dios que deseas que antes de que termine este año se haga contigo conforme a Su Palabra? ¿Estarías dispuesto(a) a terminar este año creyendo que todo lo puedes en Cristo que te fortalece y que en todas las cosas, absolutamente en todas, saldrás más que vencedor(a) por medio de Aquel que te amó, Cristo Jesús? ¿Podrías dejar que el poder del Altísimo te cubra con su sombra hoy?

Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo (Jn 16.33).

¡El Evangelio de Jesucristo no te promete una vida sin problemas pero sí una vida victoriosa!

Cuando sabes que sabes, que la Biblia es la Verdad, pues es Palabra de Dios, y sabes que sabes, que TODO lo que Dios dijo, Él lo va hacer, lo que Él hablo, lo va a ejecutar, entonces, aunque estés en medio de la más grande aflicción, puedes confiar en Él, puedes confiar en Su Palabra, Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús (Fil 4.7).

Así que, en Verdad existe un camino para llegar a ser dichosa(o) y éste es: confiar en Dios. ¡Créele a Dios, creyendo Su Palabra!

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él (Jn 3.16-17).

Recuerda que Él te ama tanto que prefirió entregar a Su propio Hijo antes que perderte a ti, y ahora, por lo que Jesús hizo por ti, eres un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo, ¡nacido(a) del Amor de Dios!

MIREN CUÁNTO NOS ama el Padre celestial que permite que seamos llamados hijos de Dios. ¡Y lo mas maravilloso es que de veras lo somos! Naturalmente, como la mayoría de la gente no conoce a Dios, no comprende por qué lo somos (1 Jn 3.1 BAD).

Tú eres lo más valioso que Dios tiene en este mundo: ¡Su propio(a) Hijo(a)! Así que, Él no te ha dejado ni te dejará jamás.

Oremos en voz audible:

Amado Padre celestial, que hermoso es saberse tan amado(a) por Ti. Que sublime sensación es saber que has establecido en Tu Palabra, eterna, perfecta e infalible, que aunque yo ande en valle de sombra y de muerte no voy a temer, pues sé que Tú estás conmigo; que aunque las aflicciones vengan sobre mí, sé que de TODAS ellas voy a salir más que vencedor(a) por medio de Aquel que me amó, Cristo Jesús. ¡Escrito está! ¡Tú no mientes ni Te arrepientes! ¡Lo has dicho y lo vas hacer! ¡Lo has hablado y lo vas a ejecutar! ¡Gracias, precioso Dios! Y a Ti, amado Señor Jesús, quiero decirte que te amo con todo mi ser, con todas mis fuerzas y con todo mi corazón. Por lo que hiciste por mí en la cruz, al morir pagando todos mis pecados y al vencer a la muerte, resucitando de entre los muertos, me has dado la Vida Eterna y me haz hecho nacer de Nuevo como un(a) legítimo(a) y auténtico(a) Hijo(a) de Dios. ¡Ahora tengo identidad, ahora sé perfectamente quién yo soy! Por lo tanto, no voy a temer más. Me determino a ser dichoso(a) haciendo de Tu Palabra, la Biblia, la norma máxima de mi existencia; la pondré en mi boca, mente y corazón; voy a leerla y meditarla de día y de noche para guardarla y hacer conforme a todo lo que Tú, precioso Dios, dices en ella; porque sé que entonces haré prosperar mi camino y todo me saldrá bien. ¡Espíritu Santo ayúdame a hacerlo así! Creo y declaro conforme a Tu Palabra que yo, ___________ (tu nombre aquí), ¡Soy sano(a)! ¡Soy libre! ¡Soy próspero! ¡Soy dichoso! En el nombre de Jesús. Amén.

 Nota Importante:

¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco una relación con el Todopoderoso?

Sólo haz la siguiente oración en voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a Dios:

Señor Jesús, yo creo que eres el Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.

*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2012

 


Lectura y Meditación de la Palabra de Dios

Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.

Diciembre 23                           Luc 1.26-56   /  Ez 34 /  Isa 58

 



viernes, 30 de diciembre de 2016

¡Cómo discernir entre la Verdad y la mentira!

 

22 de Diciembre

¡Para que conozcas bien la Verdad!

Por Riqui Ricón*

Puesto que ya muchos han tratado de poner en orden la historia de las cosas que entre nosotros han sido ciertísimas, tal como nos lo enseñaron los que desde el principio lo vieron con sus ojos, y fueron ministros de la palabra (Luc 1.1-2).

La Biblia, la Palabra de Dios, es la Verdad y te presenta las cosas que entre nosotros han sido ciertísimas. La Biblia es la lámpara que alumbra el camino que se abre ante tus pies.

Lámpara es a mis pies tu palabra, Y lumbrera a mi camino (Sal 119.105).

La Palabra de Dios tiene la virtud de producir fe en el creyente y ha sido escrita para tu beneficio y bendición. Ha sido escrita para que, creyendo, conozcas que Dios no miente, que TODO lo que Él ha dicho lo va hacer y TODO lo que Él ha hablado lo va a ejecutar.

Así que la fe viene como resultado de oír el mensaje,  y el mensaje que se oye es la palabra de Cristo (Ro 10.17 NVI).

Por esto, es asunto de suma seguridad para tu vida que cada día te fortalezcas con Su Palabra, pues cada situación adversa que enfrentes el día de hoy intentará sembrar una mentira en tu corazón. Mentiras como: ahora si está muy difícil; no vas a poder; siempre es lo mismo y nunca va a cambiar; eres un(a) fracasado(a) e irresponsable; es incurable; es imposible, etc., etc., etc.

Jesús le dijo: Si puedes creer, al que cree todo le es posible (Mar 9.23).

Sólo necesitas recordar que antes de desobedecer, Adán y Eva, dudaron de la Palabra de Dios para creer las mentiras que Satanás, la serpiente antigua, les dijo.

No moriréis; sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal (Gen 3.4-5).

Desde ese día hasta este momento, en el que te encuentras leyendo esto, el dilema en la mente humana sigue siendo el mismo:

-este bicho rastrero dice una cosa y mi Dios y creador dice otra muy diferente.

-¿cuál de los dos dirá la Verdad?

-¿a quién de los dos le voy a creer?

¿Y de quién te asustaste y temiste, que has faltado a la fe, y no te has acordado de mí, ni te vino al pensamiento? ¿No he guardado silencio desde tiempos antiguos, y nunca me has temido? (Isa 57.11).

El sistema de este mundo (el cual Satanás robó al hombre y diseñó para su beneficio), se basa en el engaño y la mentira que, cuando los crees, producen miedo y ansiedad. Su propósito es robar tu fe, ya que con ella, con la fe, le puedes creer a Dios, y conocerás la Verdad y la Verdad te hace libre.

Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres (Jn 8.31-32).

El ladrón, Satanás, no viene sino a matar, hurtar y destruir, pero Jesús ha venido a tu vida para darte la Vida Plena y Abundante de los Hijos de Dios Nacidos de Nuevo: Esto es, la Vida Eterna.

Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro (Ro 6.23).

Dios te ama tanto que prefirió entregar a Su propio Hijo, Jesús, antes que perderte a ti.

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él (Jn 3.16-17).

Hoy, faltando pocos días para que celebres la Navidad, es muy buen momento para reflexionar que, a pesar de cómo hayas vivido tu vida, el Amor que Dios siente por ti es lo que te permite creer y confiar para recibir todas las buenas promesas que Él te ha hecho en Su Palabra.

He visto sus caminos; pero le sanaré, y le pastorearé, y le daré consuelo a él y a sus enlutados; produciré fruto de labios: Paz, paz al que está lejos y al cercano, dijo Jehová; y lo sanaré (Isa 57.18-19).

Dios es bueno y fiel a Su Palabra. Él te ama tanto que por medio del sacrificio de Jesús pagó todas tus deudas y por Su resurrección te dotó de esa Nueva Naturaleza por la cual hoy te puede llamar Hijo(a) Suyo(a).

MIREN CUÁNTO NOS ama el Padre celestial que permite que seamos llamados hijos de Dios. ¡Y lo mas maravilloso es que de veras lo somos! Naturalmente, como la mayoría de la gente no conoce a Dios, no comprende por qué lo somos  (1 Jn 3.1 BAD).

Amado(a), convéncete a ti mismo(a) que el mundo y su sistema basado en el miedo, la angustia y la condenación siempre lucharán contra ti tratando de someterte a sus mentiras. Esto es así puesto que tú, al igual que Jesús, no eres de este mundo y ahora conoces la Verdad.

Yo les he dado tu palabra; y el mundo los aborreció, porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal. No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad (Jn 17.14-17).

Si le puedes creer a Dios, pues al que le cree a Dios TODO le es posible.

Oremos en voz audible:

Amado Padre celestial, en este día quiero manifestarte lo agradecido(a) que estoy por haberme dado Tu Palabra, la Biblia, como lámpara a mis pies y luz en mi camino. Gracias porque es Tu Palabra de Honor y puedo confiar plenamente en Ti. Señor Jesús, por lo que hiciste por mí, ahora soy un(a) Hijo(a) del Padre, tal como Tú lo eres. Con Tu muerte en la cruz y Tu Sangre preciosa, derramada hasta la última gota, por Amor a mí, pagaste todos mis pecados otorgándome la justificación; con Tu resurrección me has dado una Nueva Naturaleza: Tu Naturaleza, la de Hijo(a) de Dios y tengo la victoria sobre la muerte, pues la paga del pecado es muerte, ¡mas el regalo del Padre eres Tú, Jesucristo, la Vida Eterna! En Cristo Jesús, yo _____________ (tu nombre aquí), soy justo(a), soy santo(a) y soy eterno(a). Por lo tanto, amado Señor Jesús, no voy a temer sino a creer. Yo soy quien Tú dices en Tu Palabra, la Biblia, que soy: en TODAS las cosas soy más que vencedor(a), pues TODO lo puedo en Cristo que me fortalece. ¡Soy un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo y he vencido, pues mayor es el Espíritu Santo, que está en mí y conmigo, que el que está en el mundo! Por Tu Palabra, ¡soy sano(a)! ¡Soy libre! ¡Soy próspero(a)! Y voy a vivir lo que resta de este año y de mi vida, que es eterna, en el amor, el gozo y la paz que sólo yo puedo tener, pues sé, sin lugar a dudas, que soy Hijo(a) del Rey. En el nombre de Jesús. Amén.

 Nota Importante:

¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco una relación con el Todopoderoso?

Sólo haz la siguiente oración en voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a Dios:

Señor Jesús, yo creo que eres el Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.

*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2012

 


Lectura y Meditación de la Palabra de Dios

Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.

Diciembre 22                           Luc 1.1-25   /  Ez 33 /  Isa 57