sábado, 31 de mayo de 2014

¡Cómo ser perfecto(a) delante de Dios!

 

27 de Mayo

¡Primero creer para después ser!

Por Riqui Ricón*

porque no son los oidores de la ley los justos ante Dios, sino los hacedores de la ley serán justificados (Ro 2.13).

Hoy comencemos notando que en cuanto a la justicia Eterna, está determinado que no se justificará delante de Dios hombre alguno.

Y no entres en juicio con tu siervo; Porque no se justificará delante de ti ningún ser humano (Sal 143.2).

Esto es y será así porque la naturaleza humana está corrompida por el pecado, que es la incredulidad a la Palabra de Dios, y esta es la razón por la cual, por más que te esfuerces en cumplir la ley, siempre caerás. Pero,…

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él (Jn 3.16-17).

Lo realmente hermoso y asombroso del mensaje del Evangelio es que Dios rompe este círculo de fracasos y derrotas al justificarte Él, pagando el justo precio de todos tus pecados con la Vida de Su propio Hijo, Cristo Jesús. ¡Y todo por Amor a ti!

Pero ahora, aparte de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios, testificada por la ley y por los profetas; la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo,  para todos los que creen en él. Porque no hay diferencia, por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús, a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados, con la mira de manifestar en este tiempo su justicia, a fin de que él sea el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús (Ro 3.21-26).

Ser justificado(a) significa que Cristo Jesús YA PAGÓ el precio, las consecuencias, de TODOS tus pecados al morir en esa cruz derramando hasta la última gota de Su Sangre, solo por Amor a ti. 

Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios, siendo a la verdad muerto en la carne, pero vivificado en espíritu (1 P 3.18).

Así que, ahora tú vives como un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo, sabiendo y creyendo que eres justificado(a) no por tus obras sino por tu fe en Jesús. Sin embargo, como la fe sin obras es muerta en sí misma, tú, sabiendo y creyendo que Naciste de Nuevo no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre (1 P 1.23), AHORA piensas, hablas y actúas como Hijo(a) del Rey, cumpliendo así la ley de Cristo.

En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre,  que está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre,  creado según Dios  en la justicia y santidad de la verdad  (Efe 4.22-24).

¡Este Nuevo hombre (mujer), que Él YA te hizo, ha sido creado(a), por Dios mismo, en la justicia y santidad de la verdad! Así que, tú NO tienes que tratar y luchar por ser ese(a) hombre (mujer). ¡Por la muerte y resurrección de Cristo Jesús que ya lo eres! Sólo tienes que creerlo. Pero tienes que creerlo de tal manera que comiences a serlo, que comiences a manifestarte como un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo. Entonces tu fe producirá frutos de justicia. ¡Primero creer para después ser!

porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados (He 10.14).

¡Jesucristo, como ofrenda viva, por amor a ti, YA te hizo justo(a), santo(a) y perfecto(a) para siempre!

Si lo meditas bien, te darás cuenta que el Plan de Redención, que Dios ideo para tu vida, es de una simpleza y belleza absolutas:

Ser un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo básicamente significa dos cosas; primero, creer, tener la certeza, la convicción, que eres quien Dios dice en Su Palabra que AHORA tú eres: incorruptible, justo(a), santo(a) y perfecto(a). Luego, actuar, obrar, vivir de acuerdo a lo que ya sabes y crees que AHORA eres: un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo.

Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar; al cual resistid firmes en la fe, sabiendo que los mismos padecimientos se van cumpliendo en vuestros hermanos en todo el mundo (1 P 5.8-9).

Satanás es homicida desde el principio, mentiroso y padre de mentira (Jn 8.44). Él aparenta ser un león, pero no lo es. ¡Él está vencido! Su única estrategia posible es engañarte para convencerte que no eres esa persona justa, santa, perfecta y capaz que Dios dice en Su Palabra, la Biblia, que ahora eres. Recuerda que la mentira solo es poderosa cuando comienzas a creerla.

Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él (2 Co 5.21).

El diablo quiere tenerte luchando e intentando con todas tus fuerzas por alcanzar algo que ya te hizo creer que no tú tienes y que nunca lo tendrás: justicia, santidad y perfección.

Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres (Jn 8.31-32).

Puesto que la Biblia, la Palabra de Dios, es la Verdad, sólo creyéndole a Dios, creyendo Su Palabra, puedes vencer las mentiras del diablo y así, con tu fe, comenzar a manifestar la libertad gloriosa de los Hijos de Dios (Ro 8.21).

En el día que temo, Yo en ti confío. En Dios alabaré su palabra; En Dios he confiado; no temeré; ¿Qué puede hacerme el hombre?... Serán luego vueltos atrás mis enemigos, el día en que yo clamare; Esto sé, que Dios está por mí. En Dios alabaré su palabra; En Jehová su palabra alabaré. En Dios he confiado; no temeré; ¿Qué puede hacerme el hombre? (Sal 56.3-4, 9-11).

Es la Eterna e Infalible Palabra de Dios la que te garantiza que todo esto es así. AHORA, puedes vivir confiado(a) pues sabes quién eres: un(a) Hijo(a) del Rey; una princesa o un príncipe del Dios vivo y verdadero; un(a) escogido(a) y amado(a) del Todopoderoso.

Y si esto es así, ¡y lo es! Entonces, ¿Qué puede hacerte el hombre o demonio o pobreza o enfermedad?

¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros? (Ro 8.31).

Así que, no lo olvides, ¡tú eres justicia de Dios en Cristo Jesús!

Oremos en voz audible:

Amado Padre celestial, muchas gracias, porque en verdad ahora sé, y creo, que he sido justificado(a) en Tu Amor, que es para mí, Cristo Jesús. Yo soy ese(a) Hijo(a) Tuyo(a) incorruptible, santo(a), justo(a) y perfecto(a), pues así lo has establecido mediante Tu Palabra, la Biblia. ¿Qué, puedo decir a todo esto? Si Tú estás por mí y conmigo, ¿quién contra de mí? ¿Quién me podrá hacer daño? ¿Quién podrá atemorizarme? Si Tú no escatimaste ni a Tu propio Hijo, sino que lo entregaste por Amor a mí, ¿cómo no me darás también con él todas las cosas? ¿Quién me acusará si soy escogido(a) de Dios? Tú eres el que me justifica. ¿Quién es el que me condenará? Cristo Jesús, Tú eres el que murió; más aún, Tú eres el que también resucitó, el que además estás a la diestra de Dios. ¡Jesús, Tú eres el que intercede por mí! ¿Quién me separará de Tu Amor? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? Como está escrito en Tu Palabra, la Biblia: Por causa de ti soy muerto(a) todo el tiempo; Soy contado(a) como oveja que va al matadero. Gracias Padre, porque, ¡antes, en todas estas cosas soy más que vencedor(a) por medio de aquel que me amó, Cristo Jesús! Por lo cual estoy seguro(a) de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada me puede separar de Tu Amor, oh Dios, que es en Cristo Jesús, mi Rey, Señor y Salvador. Por lo tanto, ante todo problema, enfermedad, aflicción, tristeza o depresión, me declaro en victoria. ¡Soy Sano(a)! ¡Soy libre! ¡Soy próspero(a)! ¡Soy feliz! En el nombre de Jesús. Amén. (Ro 8.31-39).

 Nota Importante:

¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco una relación con el Todopoderoso?

Sólo haz la siguiente oración en voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a Dios:

Señor Jesús, yo creo que eres el Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.

*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2012

 


Lectura y Meditación de la Palabra de Dios

Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.

Mayo         27                        Ro 2.1-3.8  /  1 Sam 10.17-11.15  /  Sal 56

 


 
 

¿Qué es el Evangelio?

 

26 de Mayo

¡El Evangelio es Poder de Dios!

Por Riqui Ricón*

Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego. Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá (Ro 1.16-17).

La Biblia, que es la Palabra de Dios y no miente, te enseña claramente que jamás serás avergonzado(a) de haber creído a Su Palabra. Evangelio significa buenas noticias y son precisamente estas buenas noticias las que manifiestan el poder de Dios para tu salvación, esto es, para que realices una vida llena de paz y plenitud.

¿Cómo es posible esto? Es muy sencillo, puesto que el Evangelio son las Buenas Noticias que Dios te da (esto significa que son Palabra de Dios, Palabra de Honor), entonces se van a cumplir todas, sin faltar alguna de ellas.

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él (Jn 3.16-17).

Dios te ama tanto que prefirió entregar a Su propio Hijo antes que perderte a ti. Por Su gran Amor con que te amó, has sido justificado(a), perdonado(a) y hecho(a) nueva creatura, para que así puedas vivir una vida totalmente nueva, una Vida llena de propósito y significado.

Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo; por quien también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios (Ro 5.1-2).

Ahora, en Cristo Jesús, por lo que Él hizo en la cruz por amor a ti, has sido justificado(a). ¡Eres justo(a)! ¡Tienes paz para con Dios! ¡Nada te falta! ¡Nada te duele! Todo lo recibes hoy por medio de la fe. Esto es, creyendo que ya es tuyo sólo porque Dios dice en Su Palabra, la Biblia, que así es. ¡Esto es la fe! ¡Creerle a Dios! ¡Creerle a Su Palabra!

Mira el significado que esto tiene:

Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que [le cree a Dios]; al judío primeramente, y también al griego. Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por [creerle a Dios, creyendo Su Palabra] y para [creerle a Dios, creyendo Su Palabra], como está escrito: Mas el justo por [creerle a Dios, creyendo Su Palabra] vivirá (Ro 1.16-17 paráfrasis del autor).

El que te justificó fue Jesús al pagar, con su propia sangre y vida, todos tus pecados; el que te perdona es Dios por su Amor, Gracia y Misericordia, y el que te dio Vida Nueva fue el Espíritu Santo con el Poder de Su Palabra, que es la Palabra de Dios.

De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas (2 Co 5.17).

El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo te aman tanto que NO te ofrecen una nueva oportunidad para ser mejor, sino que te dan una Vida TOTALMENTE Nueva. Una vida donde tu pasado, tus pecados y fracasos, ya no existen; así que ya no te condenan, ni los tienes que llevar a cuestas como una pesada carga de culpabilidad.

Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte (Ro 8.1-2)

Si logras comprender y creer (porque la Biblia lo dice así) que ya no eres más un(a) pecador(a) perdonado(a), sino un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo, entonces, sin importar las circunstancias o problemas que estés enfrentando, el inicio de tu victoria en esta Nueva Vida ya comenzó.

MIREN CUÁNTO NOS ama el Padre celestial que permite que seamos llamados hijos de Dios. ¡Y lo mas maravilloso es que de veras lo somos! Naturalmente, como la mayoría de la gente no conoce a Dios, no comprende por qué lo somos  (1 Jn 3.1 BAD).

Al ser un(a) Hijo(a) de Dios compartes la misma naturaleza de tu Padre celestial:

siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre (1 P 1.23).

Tu Nueva Naturaleza es incorruptible y ahora has sido hecho(a) justicia de Dios en Él (1 Co 5.21).

Sin lugar a dudas, tú eres ese(a) justo(a) que vive por fe (que vive creyéndole a Dios, creyendo Su Palabra), y hoy puedes declarar con toda confianza que:

En cuanto a mí, a Dios clamaré; Y Jehová me salvará. Tarde y mañana y a mediodía oraré y clamaré, Y él oirá mi voz. El redimirá en paz mi alma de la guerra contra mí, Aunque contra mí haya muchos (Sal 55.16-18).

Jesucristo dijo que el ladrón sólo viene a hurtar, matar y destruir pero Él, tu Señor, ha venido a ti para darte Vida y una Vida abundante (Jn 10.10). No permitas que el ladrón te engañe. Sólo si crees sus mentiras de enfermedad, pobreza, fracaso y pecado, él tendrá el poder para hurtarte, matarte y destruirte; pero si no le crees sus mentiras y crees la Verdad de la Palabra de Dios, entonces nada puede contra ti y tendrá que huir de ti.

Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros (Stg 4.7).

Así que, sométete a Dios, sométete a Su Palabra. Usa la Palabra de Verdad contra tu enemigo, el diablo, y resiste todo problema, toda enfermedad, toda pobreza, toda depresión, etc.

Confronta tus circunstancias con el Poder del Evangelio pues éste es poder de Dios para salvación a todo aquel que le cree a Dios, y te aseguro, ¡No hay forma que puedas perder!

Oremos en voz audible:

¡Oh, hermoso Dios! Qué reconfortante es saber que Tu Palabra, el Evangelio de mi Salvación, es Poder para vivir esa vida plena y abundante que siempre, Tú, Señor, has deseado para mí. Gracias, muchas gracias. Lo creo y lo recibo. Yo, ______________ (tu nombre aquí), soy Tu Hijo(a) Nacido(a) de Nuevo para estar en Tu Presencia y manifestar esa Paz y ese gran Amor a todos mis semejantes. Gracias porque TODO  lo puedo en Cristo Jesús, que me fortalece pues mayor eres Tú, Señor, que estás en mí, que el que está en el mundo. Entiendo en Verdad que no hay forma, no existe la más mínima posibilidad, en que pueda perder en esta tierra. Así que, en Tu nombre Jesús, recibo mi sanidad, mi libertad y prosperidad en todas las áreas de mi vida. ¡Soy sano(a)! ¡Soy libre! ¡Soy próspero(a)! ¡Soy dichoso(a)! En el nombre de Jesús. Amén.

 Nota Importante:

¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco una relación con el Todopoderoso?

Sólo haz la siguiente oración en voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a Dios:

Señor Jesús, yo creo que eres el Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.

*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2012

 


Lectura y Meditación de la Palabra de Dios

Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.

Mayo         26                        Ro 1.16-32  /  1 Sam 9.1-10.16  /  Sal 55

 


 

jueves, 29 de mayo de 2014

¡Cómo se vence al miedo!

 
25 de Mayo

¡Eres propiedad de Dios!

Por Riqui Ricón*

Y dijo Jehová a Samuel: Oye la voz del pueblo en todo lo que te digan; porque no te han desechado a ti, sino a mí me han desechado, para que no reine sobre ellos (1 S 8.7).

Sea cual sea tu situación o necesidad en este momento, hoy vas a encontrar, dentro de la Escritura, cómo y porqué Dios, tu Padre, SIN DUDA, te va a responder.

A pesar de que el pueblo de Israel constante y continuamente habían experimentado el Amor y el Poder de Dios con grandes milagros, señales y prodigios, cuando vieron que Nahas rey de los amonitas venía contra ellos, tuvieron miedo y pidieron un rey que los defendiese; siendo así que Jehová vuestro Dios era vuestro rey (1 S 12.12).

¿Cuántas veces has permitido que el temor te lleve a poner tu confianza en las palabras de un médico, clínica, abogado, especialista, amiga o amigo, todo por considerar que en esa precisa ocasión, dada la gravedad de las circunstancias, la Palabra de Dios no sería suficiente?

Al permitir que el espíritu de temor te angustie y ciegue tu entendimiento, puedes llegar a considerar que la Biblia, la Palabra de Dios, sólo te puede dar algo de consuelo y paz, mientras que tú debes forzosamente hacer algo: encontrar la sabiduría o las fuerzas y los recursos para salir de ese problema.

Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre! (Ro 8.15).

¡Tú no eres como esos israelitas del tiempo de Samuel que desecharon a Dios para que no reinara sobre ellos! ¡Tú eres un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo, y no de una simiente que se pueda corromper sino de la incorruptible semilla que es la Palabra de Dios que vive y permanece para siempre (1 P 1.23)!

Por Cristo Jesús, que ahora tú puedes decirle al Dios vivo y verdadero (ni más ni menos que al Todopoderoso): ¡Abba Padre!

Puedes hacerlo porque esa es la Verdad, ahora Dios es tu Padre y no tienes absolutamente nada que temer. Antes de aceptar a Jesús como tu Señor y Salvador, Dios solamente era tu creador pero ahora Él es tu Papá.

¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? Como está escrito: Por causa de ti somos muertos todo el tiempo; Somos contados como ovejas de matadero.  Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro (Ro 8.35-39).

Dios, tu Padre, te ha establecido en Su Palabra que cualquiera que sea la circunstancia que hoy estás enfrentando, tú serás más que vencedor(a) por medio de Aquel que te amó, Cristo Jesús.

He aquí, Dios es el que me ayuda; El Señor está con los que sostienen mi vida. El devolverá el mal a mis enemigos; Córtalos por tu verdad… Porque él me ha librado de toda angustia, Y mis ojos han visto la ruina de mis enemigos (Sal 54.4-5, 7).

Sea enfermedad, pobreza, angustia o tribulación, Dios, tu Padre, los va a cortar de tu vida por Su Verdad. ¡La Palabra de Dios, la Biblia, es Su Verdad! Así que, si Dios es el que te ayuda y está con los que sostienen tu vida; si Él devolverá el mal a tus enemigos librándote de toda angustia a tal grado que puedas ver la ruina de tus enemigos (enfermedad, pobreza, depresión, soledad, etc.), entonces, en serio, ¿a qué o a quién vas a temer?

¡Vamos! ¡Dilo en voz alta conmigo! SEÑOR JESÚS, HOY CREO Y DECLARO QUE ANTE NINGUNA CIRCUNSTANCIA VOY A DARLE LUGAR AL ESPIRITU DE TEMOR. YO SOY TU HIJO(A) Y TÚ ERES MI PAPÁ. TU PALABRA, LA BIBLIA, ME DA TODA AUTORIDAD PARA CREER. NO VOY A RESBALAR JAMAS. NO TENDRE TEMOR DE MALAS NOTICIAS, MI CORAZÓN ESTÁ FIRME, CONFIADO EN TI SEÑOR JESÚS. ASEGURADO ESTÁ MI CORAZÓN NO TEMERÉ. ¡ESCRITO ESTÁ! (Sal 112.6-8).

Mira si esto no es así:

que fue declarado Hijo de Dios con poder, según el Espíritu de santidad, por la resurrección de entre los muertos (Ro 1.4).

De la misma forma que Jesucristo fue declarado Hijo de Dios con poder cuando el Espíritu Santo lo levanto de entre los muertos, así, tú has pasado de muerte a vida por el mismo Espíritu y hoy eres llamado(a) por Dios Hijo(a) Suyo(a).

MIREN CUÁNTO NOS ama el Padre celestial que permite que seamos llamados hijos de Dios. ¡Y lo mas maravilloso es que de veras lo somos! Naturalmente, como la mayoría de la gente no conoce a Dios, no comprende por qué lo somos  (1 Jn 3.1 BAD).

Es el gran Amor que Dios siente por ti lo que lo llevó a entregar a Su Propio Hijo para que pagase todos tus pecados y así no perderte a ti, sino ganarte como Su Hijo(a).

No estás solo(a), ahora tienes un Padre y es, nada más y nada menos, que Dios, el Creador, dueño y Señor del Universo. ¡Y te ama!

entre las cuales estáis también vosotros, llamados a ser de Jesucristo (Ro 1.6).

Aquellos, los israelitas, tenían miedo de todo y a veces buscaban a Dios y otras confiaban en el hombre. Tú eres un(a) Hijo(a) de Dios llamado(a) a ser de Jesucristo. ¿Te das cuenta? ¡Eres propiedad de Dios!

Amado(a), ¡Tú eres lo más valioso que Dios tiene sobre esta tierra!

Así que, no temas, cree solamente. Créele a Dios, creyendo Su Palabra. Pues a los que le creen a Dios todas las cosas les son posibles.

Oremos en voz audible:

Gracias amado Dios y Padre por haberme dado identidad. Hoy sé quién soy: un(a) Hijo(a) Tuyo(a) Nacido(a) de Nuevo, lleno(a) de Tu Amor, Poder y Autoridad para triunfar sobre el temor y sobre todo problema, enfermedad o necesidad. Señor Jesús, no necesito otro Rey más que Tú. Padre mío, no adoraré a otro Dios más que a Ti. Hoy estoy determinado(a) a creerte, mi Señor. Creer a Tu Palabra, la Biblia, y aceptar y recibir mi identidad como Hijo(a) Tuyo(a) Nacido(a) de Nuevo. Soy la luz de este mundo y estoy dispuesto a brillar con Tu Amor que ya ha sido derramado en mi corazón por el Espíritu Santo que me ha sido dado. ¡Gracias! Todo lo puedo en Ti, Cristo Jesús. Tú eres mi fortaleza. Resisto, en Tu nombre Jesús, al espíritu de temor, a la enfermedad, a la pobreza, el resentimiento, el odio y todo aquello con lo que el ladrón me quiere hurtar, matar y destruir. Recibo y declaro una vida abundante llena de Tu Plenitud. ¡Soy sano(a)! ¡Soy libre! ¡Soy próspero(a)! ¡Soy dichoso(a)! ¡Soy como la luz del sol cuando sale en su fuerza! Declaro que yo miraré a mis enemigos, que son los Tuyos, puestos como estrado de Tus Pies. En el nombre de Jesús. Amén.

 Nota Importante:

¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco una relación con el Todopoderoso?

Sólo haz la siguiente oración en voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a Dios:

Señor Jesús, yo creo que eres el Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.

*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2012

 


Lectura y Meditación de la Palabra de Dios

Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.

Mayo         25                        Ro 1.1-15  /  1 Sam 8  /  Sal 54