sábado, 29 de octubre de 2011

Sin importar que tan dificiles sean tus circunstancias, hay una forma, hay un camino, para tu plena realización y felicidad


Sábado 29 de Octubre de 2011.

¡La Biblia, Palabra de Honor!

Por Riqui Ricón*

Por lo demás, hermanos, orad por nosotros, para que la palabra del Señor corra y sea glorificada, así como lo fue entre vosotros (2 Tes 3.1).

En aquel tiempo los sordos oirán las palabras del libro, y los ojos de los ciegos verán en medio de la oscuridad y de las tinieblas. Entonces los humildes crecerán en alegría en Jehová, y aun los más pobres de los hombres se gozarán en el Santo de Israel. (Isa 29.18-19).

Entonces no sería yo avergonzado, Cuando atendiese a todos tus mandamientos...  Abatida hasta el polvo está mi alma; Vivifícame según tu palabra. (Sal 119.6, 25).

En una ocasión, en una conferencia para Pastores nos hablaban acerca de la obligación que teníamos nosotros de leer la Biblia todos los días por el hecho de ser Pastores, pero que no debíamos poner esa misma carga sobre los demás creyentes de nuestras congregaciones pues ellos tienen trabajos y ocupaciones que les demandan demasiado tiempo y esfuerzo.

Entonces, vinieron a mi corazón algunas preguntas, las cuales encontraron cabal respuesta en las Escrituras: ¿Es la Biblia la Palabra de Dios? ¡Claro! ¿Es la Palabra de Dios la Verdad y por lo tanto no puede mentir? ¡Ciertísimo! Siendo tan importante la Palabra de Dios, ¿sólo los pastores y ministros deben leerla todos los días?

Cuando el Señor dice Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien (Jos 1.8), ¿qué no se refiere a que el éxito en tu vida depende de leer, meditar y actuar sobre la Biblia y no a lo profesión o actividad a que te dediques?

¿No dice Dios en Su Palabra que sin fe es imposible agradarle y que la fe viene del oír Su Palabra? Si en la Biblia está toda la protección, sanidad y prosperidad que necesitas, ¿no debería ser ésta la prioridad máxima en tu vida? ¿O es que sólo a los Pastores y Ministros Jesús los redimió con Su Sangre y ser hechos para Dios reyes y sacerdotes y REINAR SOBRE LA TIERRA (Apo 5.10)?

¿Te das cuenta? Tú has sido llamada(o) por Dios para llevar una vida victoriosa ejerciendo dominio y potestad para establecer Su reino sobre la tierra. Y para cumplir este propósito tenemos, ante todo y sobre todo, la Biblia, la Palabra de Dios.

La Biblia es la Palabra de Honor de Dios, es la Verdad y es viva y eficaz; es lámpara a tus pies y luz en tu camino. Es la fuente de tu libertad y realización como un(a) Hija(o) de Dios Nacida(o) de Nuevo. Jesús dijo: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos;  y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres (Jn 8.31).

Pon mucha atención, porque sin importar profesión, nacionalidad, nivel socioeconómico, educación, etc., la TAREA MÁS IMPORTANTE de toda(o) Hija(o) de Dios NACIDA(O) DE NUEVO es, sin lugar a dudas, leer, meditar y estudiar la Biblia TODOS LOS DIAS, porque así harás prosperar tu camino y TODO te saldrá bien.

Oremos:

¡Gracias Señor por la Biblia, Tu Palabra de Honor! Sé perfectamente que puedo confiar en Tu Palabra. Tú no mientes ni te arrepientes acerca de Tu Amor por mí y de todo el bien que haz declarado sobre mi vida. Tú los haz dicho y lo vas hacer, lo haz hablado y lo vas a ejecutar en mí. Decido creerte y recibir la Verdad en mi vida. Yo soy lo que Tú dices en la Biblia que soy: Tu Hija(o) amada(o); Tu especial tesoro; linaje escogido, real sacerdocio, nación santa; soy  pueblo adquirido por Ti para anunciar las virtudes de Aquel que me llamó de las tinieblas a Su luz admirable; soy sana(o); soy libre; todo, absolutamente todo, lo puedo en Ti, Jesucristo; en todas las cosas soy más que vencedor(a), por medio de Tu Amor, pues mayor eres Tú, Espíritu Santo, que estás en mí y conmigo, que el que está en el mundo. Caerán a mi lado mil y diez mil a mi diestra mas a mí no llegará, pues aunque ande en valle de sombra y de muerte NO TEMERE mal alguno porque Tú estás conmigo. Y si Tú, mi Dios y Padre, estás conmigo, ¿quién contra mí? ¡Esta es la Verdad! ¡Está escrita! ¡Es Palabra de Dios! ¡Puedo ser feliz! ¡Gracias Señor Jesús! Amén.

*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2010




Lectura y Meditación de la Palabra de Dios

Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.



Octubre 29                             2 Tes 3  /  Isa 29-30/ Sal 119.1-32

viernes, 28 de octubre de 2011

¿Pueden mis fracasos y derrotas definir el tipo de persona que soy?

Viernes 28 de Octubre de 2011.
¡Escogida(o) por Dios!
Por Riqui Ricón*
Pero nosotros debemos dar siempre gracias a Dios respecto a vosotros, hermanos amados por el Señor, de que Dios os haya escogido desde el principio para salvación, mediante la santificación por el Espíritu y la fe en la verdad, a lo cual os llamó mediante nuestro evangelio, para alcanzar la gloria de nuestro Señor Jesucristo (2 Tes 2.13-14).
La palabra evangelio significa buenas noticias y éstas son, efectivamente, las buenas noticias que la Biblia, la Palabra de Dios que nunca miente, establece en nuestras vidas pues tu y yo fuimos escogidos desde el principio para salvación, esto es, para recibir vida eterna, abundante y plena.
Ahora bien, no fuiste escogida(o) por Dios gracias a tus dones o talentos ni por tu buen comportamiento sino que fuiste escogida(o) al ser apartada(o) por el Espíritu Santo y, sobre todo, al haber creído a la Palabra de Dios que es la Verdad.
De esta manera, pues, será perdonada la iniquidad de Jacob, y este será todo el fruto, la remoción de su pecado (Isa 27.9a).
Desde Génesis hasta Apocalipsis el mensaje de Amor de la Palabra de Dios es constante y consistente: la redención de la humanidad. Esto es, fuiste comprada(o) a precio de Sangre para pagar TODOS tus pecados y DEVOLVERTE tu libertad y tu derecho a una vida plena como HIJA(O) DE DIOS NACIDA(O) DE NUEVO.
Demasiados creyentes piensan que la santidad se consigue mediante el arrepentimiento y las obras que debemos realizar para agradar a Dios y así poder mantener nuestra relación con Él. El problema es que olvidan que YA fuimos escogidos para salvación mediante la santificación (lo que Dios YA te proveyó), y mediante la fe.
Amada(o), Dios no está tan interesado en tus fracasos y derrotas como en las acciones que realizas para cumplir el propósito por el cual sigues aún aquí en la tierra. Para eso te CREÓ DE NUEVO por medio de la fe en Jesucristo.
Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados,  en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia,  entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás.  Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó,  aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos), y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús, para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús. Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe. Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas (Efe 2.1-10).
Es Su plan y es tan perfecto que hasta la fe está incluida como un regalo de Dios para ti, y todo con el propósito de que no exista la más remota posibilidad de que falles pues Él es el que te santifica.
Porque cuando erais esclavos del pecado, erais libres acerca de la justicia. ¿Pero qué fruto teníais de aquellas cosas de las cuales ahora os avergonzáis? Porque el fin de ellas es muerte. Mas ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como fin, la vida eterna. Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro (Ro 6.20-23).
Oremos:
Amado Padre celestial, te alabo y te bendigo por lo que has hecho conmigo al adoptarme como Hija(o) Tuya(o) pagando con la Vida de Jesús el precio de mi adopción, el perdón de todos mis pecados. Gracias porque cuando he estado en angustia te he invocado y siempre me respondes, poniéndome en lugar espacioso. Tú estás conmigo; no temeré lo que me pueda hacer el hombre. Tú estás conmigo entre los que me ayudan; Por tanto, yo veré mi deseo en los que me aborrecen. Mejor es confiar en Ti que confiar en el hombre. Mejor es confiar en Ti que confiar en príncipes. Sé que toda enfermedad, problema o circunstancia yo la destruiré en Tu nombre, Jesús. Aunque el día de hoy me sienta rodeado como por abejas; o las circunstancias se enardezcan contra mí  como fuego de espinos; Sé que, en Tu nombre Jesús, yo les venceré. Tú eres mi ayudador. Tú eres mi cántico y mi fortaleza. Tú eres Jesús, mi Señor y Salvador. Amén.
*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2010


Lectura y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.

Octubre 28                             2 Tes 2  /  Isa 27-28/ Sal 118

jueves, 27 de octubre de 2011

¿Realmente puedo encontrar la felicidad en medio de tanta aflicción?


Jueves 27 de Octubre de 2011.

¡Vida Eterna! ¡Completa Paz!

Por Riqui Ricón*

Alabad a Jehová, naciones todas; Pueblos todos, alabadle. Porque ha engrandecido sobre nosotros su misericordia, Y la fidelidad de Jehová es para siempre. Aleluya (Sal 117).

¿Qué motivos tengo para alabar al Señor? ¡Me gusta que me hagan esta pregunta pues yo les podría citar más de un millón de motivos para alabar al Señor! Y para muestra, basta el que a continuación te doy y que te va a impresionar tanto que darás gritos de júbilo al Señor.

¡Prepárate para ser impactada(o) por la Palabra de Dios, la Biblia, que no miente!

Una de las promesas más hermosas que Dios te hace dice: Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado (Isa 26.3). Así que, si pones toda tu confianza en la Palabra de Dios y la pones en tu mente, boca y corazón siendo perseverante en creerle, Él se compromete a guardarte en completa paz.

¡Completa paz! Es algo realmente asombroso saberse destinado a disfrutar de COMPLETA PAZ, sin ningún tipo de temor ni aflicción. ¿Te gustaría? ¡Claro! Pues, entérate, ¡Dios te lo ha prometido!

Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo (Jn 16.33)

En el mundo tendrás aflicciones pero de todas ellas saldrás más que vencedor(a) por medio del Amor de Jesucristo y, por lo tanto, puedes tener paz: ¡nada ni nadie te podrán hacer frente todo los días de tu vida!

Sea lo que sea que estés enfrentando el día de hoy, ahí, en medio de eso, puedes tener paz y, por lo tanto, la victoria. Toma la decisión de poner todos tus pensamientos y corazón en la Palabra de Dios y Él te guardará en completa paz. Él jamás ha mentido, ni lo hará jamás pues no puede hacerlo. Así que si Él dice que aunque andes en valle de sombra y de muerte no temas porque Él está contigo, esa es la Verdad: ¡Dios está contigo! Y si Dios está contigo, ¿quién contra ti?

El asunto que más atormenta a la humanidad entera y, lamentablemente, a la mayoría de los creyentes es el temor a la muerte. Es algo en lo que prefieren ni pensar pero lo tienen latente cada instante de su vida. Si supieran lo que Jesús hizo al respecto y lo que Dios ha declarado en Su Palabra y lo creyeran, no volverían a temer nunca más.

Dios: Destruirá a la muerte para siempre; y enjugará Jehová el Señor toda lágrima de todos los rostros;  y quitará la afrenta de su pueblo de toda la tierra; porque Jehová lo ha dicho. Y se dirá en aquel día: He aquí, éste es nuestro Dios, le hemos esperado, y nos salvará; éste es Jehová a quien hemos esperado, nos gozaremos y nos alegraremos en su salvación (Isa 25.8-9). ¿Cuándo será esto? ¡Buenas noticias, ya sucedió! Hace cerca de 2000 años en aquel monte Gólgota o de la calavera.

Y cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte en victoria. ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria?  ya que el aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado, la ley.  Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo (1 Co 15.54-57).

Esta VICTORIA sucedió cuando el entregó Su Vida por amor a ti, y la recibiste en el momento que le reconociste como Señor y Salvador de tu vida. En ese momento NACISTE DE NUEVO y todo lo corruptible en ti fue vestido de incorrupción: siendo renacidos (NACIDO DE NUEVO), no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre (1 P 1.23).

Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo, y librar a todos los que por el temor de la muerte estaban durante toda la vida sujetos a servidumbre (He 2.14.15).

Si todo esto es Verdad, y lo es, lo razonable sería dejar de sufrir y angustiarnos por el miedo a la muerte y creer y recibir esa paz y dicha, que sobrepasa todo entendimiento, que Jesús compró para ti al morir en esa cruz.

¿O acaso Dios miente al prometer que TODO AQUEL que en él crea no se pierda más tenga VIDA ETERNA (Jn 3.16)? Y qué es vida eterna sino vivir para siempre. Aunque te cueste un poco comprenderlo, no lo dudes, dentro de 5000 años aquí vamos a estar tú y yo, pensando, riendo y gozando de la vida. ¡Esa vida plena y abundante que Cristo Jesús adquirió para ti!

A muchos les cuesta trabajo CREER esto, pero ¿habrá algo imposible para Dios? ¿Cumplirá Él lo que está escrito en Su Palabra? Si puedes creerle a Él, al que cree TODO le es posible.

¡Tienes Vida Eterna! ¡Tienes Completa Paz!

Oremos:

Amado Padre celestial, hoy te doy gracias, una vez más, por tanto y tan grande Amor. Me has hecho Hija(o) Tuya(o). No te han importado ni mis pecados, ni mis fracasos y entregaste a Tu Hijo, Jesucristo, para pagar por mi y que yo recibiera Vida Eterna. Por Tu gran Amor con que me has amado, aún estando yo muerta(o) en delitos y pecados me diste Vida juntamente con Cristo. ¡Vida Eterna! Gracias, Jesús, por Ti hoy yo estoy viva(o) y viviré por siempre pues Tú venciste a la muerte por mí. ¡Tengo Tu Palabra! ¡Palabra de Dios! ¡Palabra de Honor! ¡Todo lo puedo! ¡En todas las cosas soy más que vencedor(a)! Tú, Señor, me guardarás en completa paz pues mis pensamientos en Ti perseveran. Jehová de los ejércitos, dichosa(o), mil veces feliz y plena(o), el hombre y la mujer que en Ti confían. Y esa/ese, SOY YO, Riqui Ricón (pon tu nombre aquí). En el nombre de Jesús. Amén.

*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2010




Lectura y Meditación de la Palabra de Dios

Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.



Octubre 27                             2 Tes 1  /  Isa 25-26/ Sal 117

miércoles, 26 de octubre de 2011

¿Cuánto pagarías tú por ser feliz en esta vida?

Miércoles 26 de Octubre de 2011.
¡El precio de mi felicidad y dicha!
Por Riqui Ricón*
Estos alzarán su voz, cantarán gozosos por la grandeza de Jehová; desde el mar darán voces. Glorificad por esto a Jehová en los valles; en las orillas del mar sea nombrado Jehová Dios de Israel (Isa 24.14-15).
Amo a Jehová, pues ha oído Mi voz y mis súplicas; Porque ha inclinado a mí su oído; Por tanto, le invocaré en todos mis días (Sal 116.1-2).
Estad siempre gozosos.  Orad sin cesar.  Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús.  No apaguéis al Espíritu (1 Tes 5.16-18).
Una de las experiencias más hermosas y reconfortantes que cualquier padre puede  experimentar es ver y escuchar el gozo y la alegría de sus hijos. Escuchar el canto y la risa de nuestros pequeños es un deleite para el corazón. El gozo y la alegría de nuestros hijos nos proporciona gran placer.
De la misma forma. el que tú puedes realizar una vida feliz siempre ha sido parte del plan de Dios para tu vida. Para lograr esto, una vida dichosa, Él nos proveyó de una forma segura mediante la fe en Su Hijo Jesucristo.
Por esto, es vital, para la vida de cualquiera, aceptar y reconocer que la Sangre y la Vida de Jesús es el justo precio que se pagó por nuestra redención y salvación. Redimida(o) significa que fuiste comprada(o), al precio de la Sangre de Jesús, de una vida de esclavitud al pecado y a la muerte para ser puesta(o) en libertad. Salvada(o) representa ser trasladada(o) de un estado de muerte y condenación eterna a un estado de vida y plenitud total.
El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia (Jn 10.10).
No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta (Ro 12.2).
Cuando comprendes que la voluntad del Todopoderoso Dios para tu vida es buena, agradable y perfecta, puedes confiar y descansar en Su Palabra permitiendo que el gozo del Señor llene tu espíritu y corazón.
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él (Jn 3.16-17).
Dios te ama tanto que prefirió entregar a Su propio Hijo para pagar las consecuencias de tus pecados, antes que perderte a ti. Jesús no ha venido a condenarte sino a ofrecerte una vida plena y abundante.
Porque todos vosotros sois hijos de luz e hijos del día; no somos de la noche ni de las tinieblas (1 Tes 5.5).
Ahora eres un(a) Hija(o) amada(o) de Dios, Hija(o) de la luz y puedes estar segura(o) que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada te podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.
Así que, no existe razón, ni pobreza, enfermedad, muerte o mal alguno, por el cual debas permitir que la angustia o el temor afecten tu vida para darle lugar a la tristeza y a la depresión.
No estéis tristes, pues el gozo del Señor es nuestra fortaleza (Neh 8.10).
Tu Padre celestial quiere verte gozosa(o) y alegre. No lo olvides, ¡Jesús pagó el justo precio!
*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2010


Lectura y Meditación de la Palabra de Dios
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Octubre 26                             1 Tes 5  /  Isa 23-24/ Sal 116

martes, 25 de octubre de 2011

¿Dónde puedo encontrar esperanza cuando parece que ya no hay ninguna?


Martes 25 de Octubre de 2011.

¡Mil veces feliz será el hombre y la mujer que pueden confiar en el Señor!

Por Riqui Ricón*

Oh Israel, confía en Jehová; El es tu ayuda y tu escudo. Casa de Aarón, confiad en Jehová; El es vuestra ayuda y vuestro escudo. Los que teméis a Jehová, confiad en Jehová; El es vuestra ayuda y vuestro escudo. Jehová se acordó de nosotros; nos bendecirá; Bendecirá a la casa de Israel; Bendecirá a la casa de Aarón. Bendecirá a los que temen a Jehová, A pequeños y a grandes. Aumentará Jehová bendición sobre vosotros; Sobre vosotros y sobre vuestros hijos. Benditos vosotros de Jehová, Que hizo los cielos y la tierra (Sal 115.9-15).

Analicemos dos afirmaciones que nos permitirán sustentar nuestra confianza y dicha plena en Dios sobre la base de la fe:

1.      Honor significa ser digno de confianza.

2.      La base de la confianza es el Amor.

La Biblia, que es la Palabra de Dios y no miente, nos anima continuamente a poner TODA nuestra confianza en Dios y esto es posible porque Él no miente ni se arrepiente, pues TODO lo que Él ha dicho lo va a cumplir y lo que ha hablado lo va a ejecutar.

Es muy interesante notar que Dios se arrepintió DEL MAL que había dicho a Moisés haría venir sobre el pueblo de Israel. Efectivamente, en varias ocasiones Dios se arrepiente acerca de las consecuencias de maldición que, Él había establecido, vendrían por la mala conducta de su pueblo. Lo hermoso de esto es que la Biblia nos enseña que esa nunca ha sido Su Palabra original ya que SIEMPRE Sus pensamientos para contigo son de bien y no de mal y su voluntad hacia ti es buena, agradable y perfecta.

El profeta Jonás fue enviado a la ciudad de Nínive con palabras de muerte y destrucción y  se resistía al llamado pues sabía que Dios es bueno y para siempre es Su misericordia.

Mas no quitaré de él mi misericordia, Ni falsearé mi verdad. No olvidaré mi pacto, Ni mudaré lo que ha salido de mis labios. (Sal 89.33-34)

La Palabra de Dios, la Biblia, es digna de toda confianza pues en ella está cifrado el Honor de Dios. La Biblia es la Verdad y la base de nuestra confianza es Su gran Amor con que nos ha amado.

Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros (Ro 5.8).

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él (Jn 3.16-17).



¡Fíjense qué gran amor nos ha dado el Padre,  que se nos llame hijos de Dios!  ¡Y lo somos!  El mundo no nos conoce,  precisamente porque no lo conoció a él (1 Jn 3.1 NVI).

Así es, amada(o), Dios te ama tanto que prefirió entregar a Su propio Hijo antes que perderte a ti y así poder ser adoptada(o) Hija(o) Suya(o) según el puro afecto de Su Voluntad. Por lo tanto, puedes confiar plenamente en Dios, quienes tu Padre.

Sea cual sea la situación que estés enfrentando el día de hoy, esta es la Palabra de Vida para ti y la respuesta a todos tus problemas: ¡Dios te ama! ¡Jesús no te ha dejado, ni te dejará! ¡Él está contigo! Y si Dios es contigo, ¿quién contra ti? Puedes confiar en Él. Puedes creerle a Su Palabra. Es Palabra de Dios. Es Palabra de Honor.

¡Mil veces feliz será el hombre y la mujer que pueden confiar en el Señor!

Oremos:

Amado Padre celestial, hoy puedo con toda confianza declarar que caerán a mi lado mil y diez mil a mi diestra mas a mí no llegará pues aunque ande en valle de sombra y de muerte no voy a dar lugar al temor, ni a la duda, ni al desánimo, pues Tú, mi Dios y Padre, estás conmigo. Mi Vida Nueva en Cristo no es una casualidad, ni está a la deriva al capricho del azar y el despropósito. ¡No! Mi vida está escondida con Cristo en Dios. ¡Soy un(a) Hija(o) de Dios Nacida(o) de Nuevo! Tengo propósito y destino marcado por el Amor de mi Padre. Yo sé, de acuerdo a Tu Palabra, oh Dios, que TODAS las cosas me ayudan a bien. Tarde que temprano, sin lugar a dudas, voy a salir más que vencedor(a) por medio de Tu Amor que es Cristo Jesús, mi Señor. Por todo esto te doy gracias, te doy mi vida y corazón a Ti, Señor Jesús. ¡Declaro mi victoria! ¡Soy libre! ¡Soy sano! En el nombre de Jesús. Amén.

*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2010




Lectura y Meditación de la Palabra de Dios

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Octubre 25                             1 Tes 4  /  Isa 20-22 / Sal 115

lunes, 24 de octubre de 2011

¿Cuánto puedes hacer tú, por tu dicha y plenitud?


Lunes 24 de Octubre de 2011.

¿Quién lo va hacer?

Por Riqui Ricón*

Y el Señor os haga crecer y abundar en amor unos para con otros y para con todos, como también lo hacemos nosotros para con vosotros, para que sean afirmados vuestros corazones, irreprensibles en santidad delante de Dios nuestro Padre, en la venida de nuestro Señor Jesucristo con todos sus santos (1 Tes 3.12-13).

Estos versos nos hablan del plan perfecto de Dios para nuestra redención, donde se incluye el NACER DE NUEVO mediante la fe en Jesucristo. Es Él, el Señor, quien nos hace crecer y abundar en amor unos para con otros. No somos nosotros, no son nuestros actos  ni nuestro esfuerzo por agradarle lo que desarrolla el Amor en nuestras vidas. ¡Es Él! ¡Es Su Plan!

O, ¿acaso puede mentir la Escritura cuando dice, de ti y de mí, que somos renacidos (nacidos de nuevo) no de simiente corruptible, sino de simiente incorruptible por la Palabra de Dios que vive y permanece para siempre (1 P 1.23)?

Y es la Biblia, la Palabra de Dios que no miente, quien nos dice claramente,  y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado (Ro 5.5).

Es el Amor de Dios, que ya ha sido derramado en nuestros corazones, y NO NUESTRAS ACCIONES, lo que nos permite ser afirmados e irreprensibles en santidad delante de Dios NUESTRO Padre. ¿Te das cuenta? ¡Es Él! ¡Es el Espíritu Santo en nosotros!

No hay Amor tan grande, bueno, sublime y perfecto como el Amor de Dios. Éste es el Amor Agape, el que todo lo espera, el que todo lo soporta, el que todo lo cree y nunca deja de ser. Es el Amor de pacto mediante el cual Dios ha decidido amarte aunque tú no lo ames a Él.

Durante milenios la humanidad había estado desafiando a Dios invalidando Su Pacto y Él, ¿qué hizo? No nos destruyó ni aniquiló como bien hubiera podido hacer. No, sino que se propuso hacer un Nuevo Pacto, un mejor pacto establecido sobre mejores promesas. Un Nuevo pacto que no será invalidado pues es establecido con Su propio Hijo Jesús pagando TODOS los pecados de la humanidad mediante el derramamiento de Su Sangre y de Su Vida.

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él (JN 3.16-17).

¡Él lo prometió! ¡Él lo va hacer!

Lo mismo sucede con la santidad, pues ésta no es algo que tengamos que alcanzar por esfuerzos propios sino un estado espiritual que ya se nos ha entregado, al NACER DE NUEVO por Su Amor, y al que sólo accedemos por la fe. Fe en Su Amor. Fe en Jesús y Su sacrificio. Fe en Su Plan de Redención. Fe en Su Palabra.

Recuerda que DE NINGUNA MANERA somos pecadores salvos por gracia. ¡Éramos pecadores y ahora somos salvos por Su Gracia! De la misma forma, aunque esto no les agrada a los religiosos, Su Gracia incluye nuestra santificación y santidad. ¡Esto es el Nuevo Pacto!

He aquí que vienen días, dice Jehová, en los cuales haré nuevo pacto  con la casa de Israel y con la casa de Judá.  No como el pacto que hice con sus padres el día que tomé su mano para sacarlos de la tierra de Egipto; porque ellos invalidaron mi pacto, aunque fui yo un marido para ellos, dice Jehová.  Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jehová: Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón;  y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo (Jer 31.31-33).

Yo me pregunto ¿Quién lo va hacer, nosotros o Él?

Oremos:

Amado Padre celestial, es muy hermoso y confortante saber que Tú eres Dios y que, por lo tanto, vas a cumplir en mi vida todas y cada una de Tus Palabras que has hablado respecto de mí. ¡Gracias! Puedo asegurar, conforme a Tu Palabra, que dichosa(o) es la mujer o el hombre que en Ti confía. Hoy hablo sanidad y vida a todo mi ser, espíritu, alma y cuerpo. Declaro que mi familia, todos mis seres queridos, vendrán a Ti, Señor Jesús. Creo y recibo la victoria, la vida nueva, la vida eterna plena y abundante que ganaste para mí, al morir pagando todos mis pecados y resucitar para darme la vida eterna. Soy un(a) Hija(o) de Dios Nacida(o) de Nuevo y nada ni nadie en este mundo me podrá hacer frente pues Tú, Jesús, estás conmigo. Todo problema, enfermedad o circunstancia que esté enfrentando en estos momentos la voy a vencer pues mayor eres Tú, Espíritu Santo, que vives en mí y conmigo, que el que está en el mundo. Me niego a temer pues yo estoy llena(o) del Amor de Dios y el perfecto Amor echa fuera el temor. En el nombre de Jesús. Amén.

*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2010




Lectura y Meditación de la Palabra de Dios

Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.



Octubre 24                             1 Tes 2.17-3.13  /  Isa 17-19 / Sal 114