¡Cómo ser una persona conforme al corazón de Dios!
¡Creyendo y aceptando lo que
Jesús hizo por mí!
Por Riqui Ricón*
Hch 13:22
RV1960 Quitado éste, les levantó por rey a David, de quien dio también
testimonio diciendo: He hallado a David hijo de Isaí, varón conforme a mi
corazón, quien hará todo lo que yo quiero.
¿Qué
significa ser un hombre o mujer conforme al corazón de Dios? Significa ser una
persona que hace todo lo que Dios quiere.
Hch 13:22
TLA Luego, Dios lo quitó del trono y puso como nuevo rey a David. Acerca de
David, Dios dijo: “Yo quiero mucho a David el hijo de Jesé, pues siempre me
obedece en todo.”
¡Que siempre
le obedeces en todo! Pero ¿cómo es eso posible? ¿Existe alguien así? ¡Sí!
Jua_5:19
RV60 Respondió entonces Jesús, y les dijo:
De cierto, de cierto os digo: No
puede el Hijo hacer nada por sí mismo, sino lo que ve hacer al Padre; porque
todo lo que el Padre hace, también lo hace el Hijo igualmente.
Jesús es
Hijo de Dios y por la comunión que tiene con el Padre celestial sabe muy bien
como agradarle. Sin embargo, por el sacrificio que hizo Jesús al morir en la
cruz por Amor a ti, ahora tú también eres un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de
Nuevo. ¿Tienes comunión con Dios como tu Padre celestial? Si respondes que sí,
entonces tú también sabes cómo agradarle. El verdadero problema es que muchos
ni siquiera saben cuál es la voluntad de Dios para sus vidas. Mucho menos saben
cómo agradarle o tener comunión íntima con Él, de Padre a Hijo(a) y de Hijo(a)
a Padre.
Pues te
tengo una buena noticia, para ser ese(a) Hijo(a) conforme al corazón de tu
Padre lo primero que tienes que hacer es cambiar tu forma de pensar acerca de
ti mismo(a).
Rom_12:2 NTV
No imiten las conductas ni las costumbres de este mundo, más bien dejen que
Dios los transforme en personas nuevas al cambiarles la manera de pensar.
Entonces aprenderán a conocer la voluntad de Dios para ustedes, la cual es
buena, agradable y perfecta.
A lo mejor
tú no te das cuenta, pero la comunión íntima con tu Padre celestial se
interrumpe constantemente cuando Él te dice: “Mi hijo(a) eres tú; Yo te
engendré hoy. Pídeme, y te daré por herencia las naciones, Y como posesión tuya
los confines de la tierra”. Mientras que tú le contestas: soy un(a) vil
pecador(a), no valgo nada y no merezco tu Amor tan sólo perdóname una vez más y
ten misericordia de mí.
Parece que
están hablando de cosas totalmente distintas. ¡Son dos idiomas diferentes!
Jua 3:16
RV1960 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo
unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida
eterna.
Dios es muy
claro en Su Palabra al afirmar que Él te ama tanto que prefirió entregar a Su
único Hijo, antes que perderte a ti. Así que tienes que cambiar tu forma de
pensar acerca de ti mismo(a) y mirarte como Dios te mira.
2Co 5:17 TLA
(17-19) Ahora que estamos unidos a Cristo, somos una nueva creación. Dios ya
no tiene en cuenta nuestra antigua manera de vivir, sino que nos ha hecho
comenzar una vida nueva. Y todo esto viene de Dios. Antes éramos sus enemigos,
pero ahora, por medio de Cristo, hemos llegado a ser sus amigos, y nos ha
encargado que anunciemos a todo el mundo esta buena noticia: Por medio de
Cristo, Dios perdona los pecados y hace las paces con todos.
Por el Nuevo
Pacto en la Sangre de Jesús, ahora tu eres un(a) legítimo(a) y auténtico(a) Hijo(a)
de Dios Nacido(a) de Nuevo, santo(a), justo(a), perfecto(a), eterno(a) y
glorificado(a); exactamente igual a Jesús.
1Jn 4:17
RV1960 En esto se ha perfeccionado el amor en nosotros, para que tengamos
confianza en el día del juicio; pues como él es, así somos nosotros en este
mundo.
Así que,
como puedes ver, el problema no radica en quién tú eres, pues tú eres
exactamente la persona que Dios dice en Su Palabra que eres: Su Hijo(a)
amado(a). Sino que el verdadero problema es tu falta o poca fe, el dudar de la
Palabra de Dios y de Su Amor por ti.
1Jn 3:1 NT
BAD MIREN CUÁNTO NOS ama el Padre celestial que permite que seamos llamados
hijos de Dios. ¡Y lo mas maravilloso es que de veras lo somos! Naturalmente,
como la mayoría de la gente no conoce a Dios, no comprende por qué lo somos.
Así que,
cambia tu forma de pensar y comienza amirarte a ti mismo(a) como te mira Dios.
La buena noticia es que Él te ha dejado las instrucciones precisas para lograr
un cambio de mentalidad y que así llegues tú a ser ese(a) Hijo(a) de Dios
Nacido(a) de Nuevo conforme al corazón de Dios:
Jos 1:7-9
RV1960 Solamente esfuérzate y sé muy valiente, para cuidar de hacer conforme
a toda la ley que mi siervo Moisés te mandó; no te apartes de ella ni a diestra
ni a siniestra, para que seas prosperado en todas las cosas que emprendas. (8)
Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de
noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él
está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá
bien. (9) Mira que te mando que te esfuerces y seas
valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en
dondequiera que vayas.
¡Haz de la
lectura y meditación de La Biblia la norma máxima de tu existencia!
Oremos en
voz audible:
Amado padre celestial, muchas gracias por amarme
tanto que, estando yo muerto en delitos y pecados, me diste Vida juntamente con
Cristo Jesús. Gracias Señor, porque la Vida que me has dado es una Vida plena y
abundante para vivirla el día de hoy. Gracias por haberme adoptado como Hijo
Tuyo, por medio de Jesucristo, según el puro afecto de Tu Voluntad. Ahora, por
la Sangre del Nuevo Pacto, yo soy Quien Tú, Dios Todopoderoso, dices en Tu
Palabra que soy: santo(a), justo(a), perfecto(a), eterno(a) y glorificado(a).
Así que, decido despojarme del hombre(mujer) viejo(a) que está viciado conforme
a los deseos engañosos, me renuevo en el espíritu de mi mente y me visto del
nuevo(a) hombre(mujer) creado según Tu Voluntad en justicia y santidad de la
Verdad. Yo soy ese(a) Hijo(a) Tuyo, Nacido(a) de Nuevo conforme a Tu corazón.
Por lo tanto, en esta Nueva Vida que Tú, mi Dios y Padre, me has regalado, no
hay forma en que pueda perder, pues ¿qué puedo añadir a todo esto? Si Tú, mi
Dios y Padre, estás en mí y conmigo, ¿quién podrá contra mí? ¡Nadie! Pues mayor
eres Tú, Señor, que estás en mí, que el que está en el mundo y, por eso, ya he
vencido. Resisto y echo fuera de mi vida y corazón al espíritu de duda y de
temor. Nada ni nadie me pueden hacer frente en todos los días de mi vida pues
en todas las cosas soy más que vencedor(a) por medio de Ti, Jesús, mi Rey,
Señor y Salvador que me amas. ¡No dudo de lo que dice la Palabra de Dios! ¡Yo
soy quién dice la Biblia que soy! Un(a) legítimo(a) y amado(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a)
de Nuevo. Estoy bendecido(a) por Tu Palabra, Señor Jesús y voy a vivir a
plenitud el día de hoy. Así que, nunca confesaré palabras de fracaso, ni de
derrota, ni de enfermedad, ni de desánimo pues todo lo puedo en Cristo Jesús.
¡Soy sano(a)! ¡Soy libre! ¡Soy próspero(a)! ¡Soy feliz! ¡El día de hoy! En el
nombre de Jesús. Amén.
Nota Importante:
¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo
establezco una relación con el Todopoderoso?
Sólo haz la siguiente oración en
voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a
Dios:
Señor Jesús, yo creo que eres el
Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis
pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí
acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa
derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a
entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi
único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios
Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a
Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido
de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más
estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C. Peredo Jaime © 2020
Tres Recomendaciones:
Lo que acabas de suceder al reconocer a Jesucristo como el Señor y Salvador
de tu vida, de acuerdo con La Palabra de Dios, es que has Nacido de Nuevo, ya
no más como un ser humano común y corriente, sujeto a la ley del pecado y de la
muerte, sino que ahora eres un(a) legítimo(a) y auténtico(a) Hijo(a) de Dios
Nacido(a) de Nuevo, exactamente igual a Jesucristo, quien ahora es tu Hermano
Mayor. Por lo tanto, te hago estas tres importantísimas recomendaciones:
1.
Orar. Orar es platicar con Dios. Así que, búscate
un lugar tranquilo donde puedas comenzar a platicar todas tus cosas con Él.
Hazlo de forma audible y notarás como Dios siempre responderá a tu corazón.
2.
Leer y meditar la Palabra de Dios. La Biblia es La
Palabra de Dios, así que, consigue una Biblia y comienza a leerla y meditarla.
¿Cómo empezar? Es muy sencillo. Dependiendo del día que sea hoy, busca en el
programa de lectura “La Biblia en un año” y realiza las lecturas
correspondientes. Este programa lo puedes obtener en: A
Través de La Biblia En Un Ano (palabradehonor.org) Notarás que el
programa está arreglado para imprimirlo como un cuadernillo.
3.
En oración con Dios, tu Padre, busca y únete a una
iglesia o congregación cristiana donde enseñen la Palabra de Dios en base a las
Buenas Noticias que son el Evangelio de Jesucristo.
*Ricardo C. Peredo
Jaime © 2020
Lectura
y Meditación de la Palabra de Dios
Haz
estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Abril
30 Hch
13.26-52 / Jos 20-21 / Job 30
RV60
Lectura
y Meditación de la Palabra de Dios
Haz
estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Abril
30 Hch
13.26-52 / Jos 20-21 / Job 30
Hechos
13.26-52
26Varones
hermanos, hijos del linaje de Abraham, y los que entre vosotros teméis a Dios,
a vosotros es enviada la palabra de esta salvación. 27Porque
los habitantes de Jerusalén y sus gobernantes, no conociendo a Jesús, ni las palabras
de los profetas que se leen todos los días de reposo,* las cumplieron al condenarle. 28Y
sin hallar en él causa digna de muerte, pidieron a Pilato que se le matase.o 29Y habiendo cumplido
todas las cosas que de él estaban escritas, quitándolo del madero, lo pusieron
en el sepulcro.p 30Mas Dios le levantó
de los muertos. 31Y él se apareció durante muchos días a los que habían
subido juntamente con él de Galilea a Jerusalén,q los cuales ahora son sus testigos ante el
pueblo. 32Y nosotros también os anunciamos el evangelio de aquella
promesa hecha a nuestros padres, 33la cual Dios ha
cumplido a los hijos de ellos, a nosotros, resucitando a Jesús; como está
escrito también en el salmo segundo: Mi hijo eres tú, yo te he engendrado hoy.r 34Y en cuanto a que le
levantó de los muertos para nunca más volver a corrupción, lo dijo así: Os daré
las misericordias fieles de David.s
35Por
eso dice también en otro salmo: No permitirás que tu Santo vea corrupción.t 36Porque a
la verdad David, habiendo servido a su propia generación según la voluntad
de Dios, durmió, y fue reunido con sus padres, y vio corrupción. 37Mas
aquel a quien Dios levantó, no vio corrupción. 38Sabed,
pues, esto, varones hermanos: que por medio de él se os anuncia perdón de
pecados, 39y que de todo aquello de que por la ley de Moisés no
pudisteis ser justificados, en él es justificado todo aquel que cree. 40Mirad,
pues, que no venga sobre vosotros lo que está dicho en los profetas:
41 Mirad, oh
menospreciadores, y asombraos, y desapareced;
Porque yo hago una obra en vuestros días,
Obra que no creeréis, si alguien os la contare.u
42Cuando
salieron ellos de la sinagoga de los judíos, los gentiles les rogaron que el
siguiente día de reposo* les hablasen de estas cosas. 43Y
despedida la congregación, muchos de los judíos y de los prosélitos piadosos
siguieron a Pablo y a Bernabé, quienes hablándoles, les persuadían a que
perseverasen en la gracia de Dios.
44El
siguiente día de reposo* se juntó casi toda la ciudad para oír la palabra de
Dios. 45Pero viendo los judíos la muchedumbre, se llenaron de
celos, y rebatían lo que Pablo decía, contradiciendo y blasfemando. 46Entonces
Pablo y Bernabé, hablando con denuedo, dijeron: A vosotros a la verdad era
necesario que se os hablase primero la palabra de Dios; mas puesto que la
desecháis, y no os juzgáis dignos de la vida eterna, he aquí, nos volvemos a
los gentiles. 47Porque así nos ha mandado el Señor, diciendo:
Te he puesto para luz de los gentiles,
A fin de que seas para salvación hasta lo último de la
tierra.v
48Los
gentiles, oyendo esto, se regocijaban y glorificaban la palabra del Señor, y
creyeron todos los que estaban ordenados para vida eterna. 49Y
la palabra del Señor se difundía por toda aquella provincia. 50Pero
los judíos instigaron a mujeres piadosas y distinguidas, y a los principales de
la ciudad, y levantaron persecución contra Pablo y Bernabé, y los expulsaron de
sus límites. 51Ellos entonces, sacudiendo contra ellos el polvo de sus
pies,w llegaron a Iconio. 52Y
los discípulos estaban llenos de gozo y del Espíritu Santo.
Josué
20-21
Josué señala ciudades de refugio
20
1Habló Jehová a
Josué, diciendo: 2Habla a los hijos de Israel y diles: Señalaos las ciudades de refugio,
de las cuales yo os hablé por medio de Moisés,a 3para que se acoja
allí el homicida que matare a alguno por accidente y no a sabiendas; y os
servirán de refugio contra el vengador de la sangre. 4Y el que se
acogiere a alguna de aquellas ciudades, se presentará a la puerta de la ciudad,
y expondrá sus razones en oídos de los ancianos de aquella ciudad; y ellos le
recibirán consigo dentro de la ciudad, y le darán lugar para que habite con
ellos. 5Si el vengador de la sangre le siguiere, no entregarán en su mano al
homicida, por cuanto hirió a su prójimo por accidente, y no tuvo con él ninguna
enemistad antes. 6Y quedará en aquella ciudad hasta que comparezca en juicio delante
de la congregación, y hasta la muerte del que fuere sumo sacerdote en aquel
tiempo; entonces el homicida podrá volver a su ciudad y a su casa y a la ciudad
de donde huyó.
7Entonces señalaron
a Cedes en Galilea, en el monte de Neftalí, Siquem en el monte de Efraín, y
Quiriat-arba (que es Hebrón) en el monte de Judá. 8Y al otro lado del
Jordán al oriente de Jericó, señalaron a Beser en el desierto, en la
llanura de la tribu de Rubén, Ramot en Galaad de la tribu de Gad, y Golán en
Basán de la tribu de Manasés. 9Estas fueron las ciudades señaladas
para todos los hijos de Israel, y para el extranjero que morase entre
ellos, para que se acogiese a ellas cualquiera que hiriese a alguno por
accidente, a fin de que no muriese por mano del vengador de la sangre, hasta
que compareciese delante de la congregación.
Ciudades de los levitas
21
1Los jefes de los
padres de los levitas vinieron al sacerdote Eleazar, a Josué hijo de Nun y a
los cabezas de los padres de las tribus de los hijos de Israel, 2y les hablaron en
Silo en la tierra de Canaán, diciendo: Jehová mandó por medio de Moisés que nos
fuesen dadas ciudades donde habitar, con sus ejidos para nuestros ganados.a 3Entonces los hijos
de Israel dieron de su propia herencia a los levitas, conforme al mandato de
Jehová, estas ciudades con sus ejidos.
4Y la suerte cayó
sobre las familias de los coatitas; y los hijos de Aarón el sacerdote, que eran
de los levitas, obtuvieron por suerte de la tribu de Judá, de la tribu de
Simeón y de la tribu de Benjamín, trece ciudades.
5Y los otros hijos
de Coat obtuvieron por suerte diez ciudades de las familias de la tribu de
Efraín, de la tribu de Dan y de la media tribu de Manasés.
6Los hijos de Gersón
obtuvieron por suerte, de las familias de la tribu de Isacar, de la tribu de
Aser, de la tribu de Neftalí y de la media tribu de Manasés en Basán, trece
ciudades.
7Los hijos de Merari
según sus familias obtuvieron de la tribu de Rubén, de la tribu de Gad y de la
tribu de Zabulón, doce ciudades.
8Dieron, pues, los
hijos de Israel a los levitas estas ciudades con sus ejidos, por suertes, como
había mandado Jehová por conducto de Moisés.
9De la tribu de los
hijos de Judá, y de la tribu de los hijos de Simeón, dieron estas ciudades
que fueron nombradas, 10las cuales obtuvieron los hijos de
Aarón de las familias de Coat, de los hijos de Leví; porque para ellos fue la
suerte en primer lugar. 11Les dieron
Quiriat-arba del padre de Anac, la cual es Hebrón, en el monte de Judá, con sus
ejidos en sus contornos. 12Mas el campo de la
ciudad y sus aldeas dieron a Caleb hijo de Jefone, por posesión suya.
13Y a los hijos del
sacerdote Aarón dieron Hebrón con sus ejidos como ciudad de refugio para los
homicidas; además, Libna con sus ejidos, 14Jatir con sus
ejidos, Estemoa con sus ejidos, 15Holón con sus
ejidos, Debir con sus ejidos, 16Aín con sus ejidos,
Juta con sus ejidos y Bet-semes con sus ejidos; nueve ciudades de estas dos
tribus; 17y de la tribu de Benjamín, Gabaón con sus ejidos, Geba con sus
ejidos, 18Anatot con sus ejidos, Almón con sus ejidos; cuatro ciudades. 19Todas las ciudades
de los sacerdotes hijos de Aarón son trece con sus ejidos.
20Mas las familias de
los hijos de Coat, levitas, los que quedaban de los hijos de Coat, recibieron
por suerte ciudades de la tribu de Efraín. 21Les dieron
Siquem con sus ejidos, en el monte de Efraín, como ciudad de refugio para los
homicidas; además, Gezer con su ejidos, 22Kibsaim con sus
ejidos y Bet-horón con sus ejidos; cuatro ciudades. 23De la tribu de Dan,
Elteque con sus ejidos, Gibetón con sus ejidos, 24Ajalón con sus
ejidos y Gat-rimón con sus ejidos; cuatro ciudades. 25Y de la media tribu
de Manasés, Taanac con sus ejidos y Gat-rimón con sus ejidos; dos
ciudades. 26Todas las ciudades para el resto de las familias de los hijos de Coat
fueron diez con sus ejidos.
27A los hijos de
Gersón de las familias de los levitas, dieron de la media tribu de Manasés a
Golán en Basán con sus ejidos como ciudad de refugio para los homicidas, y
además, Beestera con sus ejidos; dos ciudades. 28De la tribu de
Isacar, Cisón con sus ejidos, Daberat con sus ejidos, 29Jarmut con sus
ejidos y En-ganim con sus ejidos; cuatro ciudades. 30De la tribu de
Aser, Miseal con sus ejidos, Abdón con sus ejidos, 31Helcat con sus
ejidos y Rehob con sus ejidos; cuatro ciudades. 32Y de la tribu de
Neftalí, Cedes en Galilea con sus ejidos como ciudad de refugio para los
homicidas, y además, Hamot-dor con sus ejidos y Cartán con sus ejidos;
tres ciudades. 33Todas las ciudades de los gersonitas por sus familias fueron trece
ciudades con sus ejidos.
34Y a las familias de
los hijos de Merari, levitas que quedaban, se les dio de la tribu de Zabulón,
Jocneam con sus ejidos, Carta con sus ejidos, 35Dimna con sus ejidos
y Naalal con sus ejidos; cuatro ciudades. 36Y de la tribu
de Rubén, Beser con sus ejidos, Jahaza con sus ejidos, 37Cademot con sus
ejidos y Mefaat con sus ejidos; cuatro ciudades. 38De la tribu de Gad,
Ramot de Galaad con sus ejidos como ciudad de refugio para los homicidas;
además, Mahanaim con sus ejidos, 39Hesbón con sus
ejidos y Jazer con sus ejidos; cuatro ciudades. 40Todas las ciudades
de los hijos de Merari por sus familias, que restaban de las familias de
los levitas, fueron por sus suertes doce ciudades.
41Y todas las
ciudades de los levitas en medio de la posesión de los hijos de Israel, fueron
cuarenta y ocho ciudades con sus ejidos. 42Y estas ciudades
estaban apartadas la una de la otra, cada cual con sus ejidos alrededor de
ella; así fue con todas estas ciudades.
Israel ocupa la tierra
43De esta manera dio
Jehová a Israel toda la tierra que había jurado dar a sus padres, y la
poseyeron y habitaron en ella. 44Y Jehová les dio
reposo alrededor, conforme a todo lo que había jurado a sus padres; y
ninguno de todos sus enemigos pudo hacerles frente, porque Jehová entregó en
sus manos a todos sus enemigos. 45No faltó palabra de
todas las buenas promesas que Jehová había hecho a la casa de Israel; todo se
cumplió.
Job 30
Job lamenta su desdicha actual
30
1 Pero ahora se ríen de mí los
más jóvenes que yo,
A cuyos padres yo desdeñara poner con los perros de
mi ganado.
2 ¿Y de qué me serviría ni aun la
fuerza de sus manos?
No tienen fuerza alguna.
3 Por causa de la pobreza y del
hambre andaban solos;
Huían a la soledad, a lugar tenebroso, asolado y
desierto.
4 Recogían malvas entre los
arbustos,
Y raíces de enebro para calentarse.
5 Eran arrojados de entre las
gentes,
Y todos les daban grita como tras el ladrón.
6 Habitaban en las barrancas de
los arroyos,
En las cavernas de la tierra, y en las rocas.
7 Bramaban entre las matas,
Y se reunían debajo de los espinos.
8 Hijos de viles, y hombres sin
nombre,
Más bajos que la misma tierra.
9 Y ahora yo soy objeto de su
burla,
Y les sirvo de refrán.
10 Me abominan,
se alejan de mí,
Y aun de mi rostro no detuvieron su saliva.
11 Porque Dios
desató su cuerda, y me afligió,
Por eso se desenfrenaron delante de mi rostro.
12 A la mano
derecha se levantó el populacho;
Empujaron mis pies,
Y prepararon contra mí caminos de perdición.
13 Mi senda
desbarataron,
Se aprovecharon de mi quebrantamiento,
Y contra ellos no hubo ayudador.
14 Vinieron como
por portillo ancho,
Se revolvieron sobre mi calamidad.
15 Se han
revuelto turbaciones sobre mí;
Combatieron como viento mi honor,
Y mi prosperidad pasó como nube.
16 Y ahora
mi alma está derramada en mí;
Días de aflicción se apoderan de mí.
17 La noche
taladra mis huesos,
Y los dolores que me roen no reposan.
18 La violencia
deforma mi vestidura; me ciñe como el cuello de mi túnica.
19 El me derribó
en el lodo,
Y soy semejante al polvo y a la ceniza.
20 Clamo a ti, y
no me oyes;
Me presento, y no me atiendes.
21 Te has vuelto
cruel para mí;
Con el poder de tu mano me persigues.
22 Me alzaste
sobre el viento, me hiciste cabalgar en él,
Y disolviste mi sustancia.
23 Porque yo sé
que me conduces a la muerte,
Y a la casa determinada a todo viviente.
24 Mas él no
extenderá la mano contra el sepulcro;
¿Clamarán los sepultados cuando él los quebrantare?
25 ¿No lloré yo
al afligido?
Y mi alma, ¿no se entristeció sobre el menesteroso?
26 Cuando
esperaba yo el bien, entonces vino el mal;
Y cuando esperaba luz, vino la oscuridad.
27 Mis entrañas
se agitan, y no reposan;
Días de aflicción me han sobrecogido.
28 Ando
ennegrecido, y no por el sol;
Me he levantado en la congregación, y clamado.
29 He venido a
ser hermano de chacales,
Y compañero de avestruces.
30 Mi piel se ha
ennegrecido y se me cae,
Y mis huesos arden de calor.
31 Se ha
cambiado mi arpa en luto,
Y mi flauta en voz de lamentadores.
Lectura
y Meditación de la Palabra de Dios
Haz
estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Abril
30 Hch
13.26-52 / Jos 20-21 / Job 30
Hechos
13.26-52
26Varones
hermanos, hijos del linaje de Abraham, y los que entre vosotros teméis a Dios,
a vosotros es enviada la palabra de esta salvación. 27Porque
los habitantes de Jerusalén y sus gobernantes, no conociendo a Jesús, ni las palabras
de los profetas que se leen todos los días de reposo,* las cumplieron al condenarle. 28Y
sin hallar en él causa digna de muerte, pidieron a Pilato que se le matase.o 29Y habiendo cumplido
todas las cosas que de él estaban escritas, quitándolo del madero, lo pusieron
en el sepulcro.p 30Mas Dios le levantó
de los muertos. 31Y él se apareció durante muchos días a los que habían
subido juntamente con él de Galilea a Jerusalén,q los cuales ahora son sus testigos ante el
pueblo. 32Y nosotros también os anunciamos el evangelio de aquella
promesa hecha a nuestros padres, 33la cual Dios ha
cumplido a los hijos de ellos, a nosotros, resucitando a Jesús; como está
escrito también en el salmo segundo: Mi hijo eres tú, yo te he engendrado hoy.r 34Y en cuanto a que le
levantó de los muertos para nunca más volver a corrupción, lo dijo así: Os daré
las misericordias fieles de David.s
35Por
eso dice también en otro salmo: No permitirás que tu Santo vea corrupción.t 36Porque a
la verdad David, habiendo servido a su propia generación según la voluntad
de Dios, durmió, y fue reunido con sus padres, y vio corrupción. 37Mas
aquel a quien Dios levantó, no vio corrupción. 38Sabed,
pues, esto, varones hermanos: que por medio de él se os anuncia perdón de
pecados, 39y que de todo aquello de que por la ley de Moisés no
pudisteis ser justificados, en él es justificado todo aquel que cree. 40Mirad,
pues, que no venga sobre vosotros lo que está dicho en los profetas:
41 Mirad, oh
menospreciadores, y asombraos, y desapareced;
Porque yo hago una obra en vuestros días,
Obra que no creeréis, si alguien os la contare.u
42Cuando
salieron ellos de la sinagoga de los judíos, los gentiles les rogaron que el
siguiente día de reposo* les hablasen de estas cosas. 43Y
despedida la congregación, muchos de los judíos y de los prosélitos piadosos
siguieron a Pablo y a Bernabé, quienes hablándoles, les persuadían a que
perseverasen en la gracia de Dios.
44El
siguiente día de reposo* se juntó casi toda la ciudad para oír la palabra de
Dios. 45Pero viendo los judíos la muchedumbre, se llenaron de
celos, y rebatían lo que Pablo decía, contradiciendo y blasfemando. 46Entonces
Pablo y Bernabé, hablando con denuedo, dijeron: A vosotros a la verdad era
necesario que se os hablase primero la palabra de Dios; mas puesto que la
desecháis, y no os juzgáis dignos de la vida eterna, he aquí, nos volvemos a
los gentiles. 47Porque así nos ha mandado el Señor, diciendo:
Te he puesto para luz de los gentiles,
A fin de que seas para salvación hasta lo último de la
tierra.v
48Los
gentiles, oyendo esto, se regocijaban y glorificaban la palabra del Señor, y
creyeron todos los que estaban ordenados para vida eterna. 49Y
la palabra del Señor se difundía por toda aquella provincia. 50Pero
los judíos instigaron a mujeres piadosas y distinguidas, y a los principales de
la ciudad, y levantaron persecución contra Pablo y Bernabé, y los expulsaron de
sus límites. 51Ellos entonces, sacudiendo contra ellos el polvo de sus
pies,w llegaron a Iconio. 52Y
los discípulos estaban llenos de gozo y del Espíritu Santo.
Josué
20-21
Josué señala ciudades de refugio
20
1Habló Jehová a
Josué, diciendo: 2Habla a los hijos de Israel y diles: Señalaos las ciudades de refugio,
de las cuales yo os hablé por medio de Moisés,a 3para que se acoja
allí el homicida que matare a alguno por accidente y no a sabiendas; y os
servirán de refugio contra el vengador de la sangre. 4Y el que se
acogiere a alguna de aquellas ciudades, se presentará a la puerta de la ciudad,
y expondrá sus razones en oídos de los ancianos de aquella ciudad; y ellos le
recibirán consigo dentro de la ciudad, y le darán lugar para que habite con
ellos. 5Si el vengador de la sangre le siguiere, no entregarán en su mano al
homicida, por cuanto hirió a su prójimo por accidente, y no tuvo con él ninguna
enemistad antes. 6Y quedará en aquella ciudad hasta que comparezca en juicio delante
de la congregación, y hasta la muerte del que fuere sumo sacerdote en aquel
tiempo; entonces el homicida podrá volver a su ciudad y a su casa y a la ciudad
de donde huyó.
7Entonces señalaron
a Cedes en Galilea, en el monte de Neftalí, Siquem en el monte de Efraín, y
Quiriat-arba (que es Hebrón) en el monte de Judá. 8Y al otro lado del
Jordán al oriente de Jericó, señalaron a Beser en el desierto, en la
llanura de la tribu de Rubén, Ramot en Galaad de la tribu de Gad, y Golán en
Basán de la tribu de Manasés. 9Estas fueron las ciudades señaladas
para todos los hijos de Israel, y para el extranjero que morase entre
ellos, para que se acogiese a ellas cualquiera que hiriese a alguno por
accidente, a fin de que no muriese por mano del vengador de la sangre, hasta
que compareciese delante de la congregación.
Ciudades de los levitas
21
1Los jefes de los
padres de los levitas vinieron al sacerdote Eleazar, a Josué hijo de Nun y a
los cabezas de los padres de las tribus de los hijos de Israel, 2y les hablaron en
Silo en la tierra de Canaán, diciendo: Jehová mandó por medio de Moisés que nos
fuesen dadas ciudades donde habitar, con sus ejidos para nuestros ganados.a 3Entonces los hijos
de Israel dieron de su propia herencia a los levitas, conforme al mandato de
Jehová, estas ciudades con sus ejidos.
4Y la suerte cayó
sobre las familias de los coatitas; y los hijos de Aarón el sacerdote, que eran
de los levitas, obtuvieron por suerte de la tribu de Judá, de la tribu de
Simeón y de la tribu de Benjamín, trece ciudades.
5Y los otros hijos
de Coat obtuvieron por suerte diez ciudades de las familias de la tribu de
Efraín, de la tribu de Dan y de la media tribu de Manasés.
6Los hijos de Gersón
obtuvieron por suerte, de las familias de la tribu de Isacar, de la tribu de
Aser, de la tribu de Neftalí y de la media tribu de Manasés en Basán, trece
ciudades.
7Los hijos de Merari
según sus familias obtuvieron de la tribu de Rubén, de la tribu de Gad y de la
tribu de Zabulón, doce ciudades.
8Dieron, pues, los
hijos de Israel a los levitas estas ciudades con sus ejidos, por suertes, como
había mandado Jehová por conducto de Moisés.
9De la tribu de los
hijos de Judá, y de la tribu de los hijos de Simeón, dieron estas ciudades
que fueron nombradas, 10las cuales obtuvieron los hijos de
Aarón de las familias de Coat, de los hijos de Leví; porque para ellos fue la
suerte en primer lugar. 11Les dieron
Quiriat-arba del padre de Anac, la cual es Hebrón, en el monte de Judá, con sus
ejidos en sus contornos. 12Mas el campo de la
ciudad y sus aldeas dieron a Caleb hijo de Jefone, por posesión suya.
13Y a los hijos del
sacerdote Aarón dieron Hebrón con sus ejidos como ciudad de refugio para los
homicidas; además, Libna con sus ejidos, 14Jatir con sus
ejidos, Estemoa con sus ejidos, 15Holón con sus
ejidos, Debir con sus ejidos, 16Aín con sus ejidos,
Juta con sus ejidos y Bet-semes con sus ejidos; nueve ciudades de estas dos
tribus; 17y de la tribu de Benjamín, Gabaón con sus ejidos, Geba con sus
ejidos, 18Anatot con sus ejidos, Almón con sus ejidos; cuatro ciudades. 19Todas las ciudades
de los sacerdotes hijos de Aarón son trece con sus ejidos.
20Mas las familias de
los hijos de Coat, levitas, los que quedaban de los hijos de Coat, recibieron
por suerte ciudades de la tribu de Efraín. 21Les dieron
Siquem con sus ejidos, en el monte de Efraín, como ciudad de refugio para los
homicidas; además, Gezer con su ejidos, 22Kibsaim con sus
ejidos y Bet-horón con sus ejidos; cuatro ciudades. 23De la tribu de Dan,
Elteque con sus ejidos, Gibetón con sus ejidos, 24Ajalón con sus
ejidos y Gat-rimón con sus ejidos; cuatro ciudades. 25Y de la media tribu
de Manasés, Taanac con sus ejidos y Gat-rimón con sus ejidos; dos
ciudades. 26Todas las ciudades para el resto de las familias de los hijos de Coat
fueron diez con sus ejidos.
27A los hijos de
Gersón de las familias de los levitas, dieron de la media tribu de Manasés a
Golán en Basán con sus ejidos como ciudad de refugio para los homicidas, y
además, Beestera con sus ejidos; dos ciudades. 28De la tribu de
Isacar, Cisón con sus ejidos, Daberat con sus ejidos, 29Jarmut con sus
ejidos y En-ganim con sus ejidos; cuatro ciudades. 30De la tribu de
Aser, Miseal con sus ejidos, Abdón con sus ejidos, 31Helcat con sus
ejidos y Rehob con sus ejidos; cuatro ciudades. 32Y de la tribu de
Neftalí, Cedes en Galilea con sus ejidos como ciudad de refugio para los
homicidas, y además, Hamot-dor con sus ejidos y Cartán con sus ejidos;
tres ciudades. 33Todas las ciudades de los gersonitas por sus familias fueron trece
ciudades con sus ejidos.
34Y a las familias de
los hijos de Merari, levitas que quedaban, se les dio de la tribu de Zabulón,
Jocneam con sus ejidos, Carta con sus ejidos, 35Dimna con sus ejidos
y Naalal con sus ejidos; cuatro ciudades. 36Y de la tribu
de Rubén, Beser con sus ejidos, Jahaza con sus ejidos, 37Cademot con sus
ejidos y Mefaat con sus ejidos; cuatro ciudades. 38De la tribu de Gad,
Ramot de Galaad con sus ejidos como ciudad de refugio para los homicidas;
además, Mahanaim con sus ejidos, 39Hesbón con sus
ejidos y Jazer con sus ejidos; cuatro ciudades. 40Todas las ciudades
de los hijos de Merari por sus familias, que restaban de las familias de
los levitas, fueron por sus suertes doce ciudades.
41Y todas las
ciudades de los levitas en medio de la posesión de los hijos de Israel, fueron
cuarenta y ocho ciudades con sus ejidos. 42Y estas ciudades
estaban apartadas la una de la otra, cada cual con sus ejidos alrededor de
ella; así fue con todas estas ciudades.
Israel ocupa la tierra
43De esta manera dio
Jehová a Israel toda la tierra que había jurado dar a sus padres, y la
poseyeron y habitaron en ella. 44Y Jehová les dio
reposo alrededor, conforme a todo lo que había jurado a sus padres; y
ninguno de todos sus enemigos pudo hacerles frente, porque Jehová entregó en
sus manos a todos sus enemigos. 45No faltó palabra de
todas las buenas promesas que Jehová había hecho a la casa de Israel; todo se
cumplió.
Job 30
Job lamenta su desdicha actual
30
1 Pero ahora se ríen de mí los
más jóvenes que yo,
A cuyos padres yo desdeñara poner con los perros de
mi ganado.
2 ¿Y de qué me serviría ni aun la
fuerza de sus manos?
No tienen fuerza alguna.
3 Por causa de la pobreza y del
hambre andaban solos;
Huían a la soledad, a lugar tenebroso, asolado y
desierto.
4 Recogían malvas entre los
arbustos,
Y raíces de enebro para calentarse.
5 Eran arrojados de entre las
gentes,
Y todos les daban grita como tras el ladrón.
6 Habitaban en las barrancas de
los arroyos,
En las cavernas de la tierra, y en las rocas.
7 Bramaban entre las matas,
Y se reunían debajo de los espinos.
8 Hijos de viles, y hombres sin
nombre,
Más bajos que la misma tierra.
9 Y ahora yo soy objeto de su
burla,
Y les sirvo de refrán.
10 Me abominan,
se alejan de mí,
Y aun de mi rostro no detuvieron su saliva.
11 Porque Dios
desató su cuerda, y me afligió,
Por eso se desenfrenaron delante de mi rostro.
12 A la mano
derecha se levantó el populacho;
Empujaron mis pies,
Y prepararon contra mí caminos de perdición.
13 Mi senda
desbarataron,
Se aprovecharon de mi quebrantamiento,
Y contra ellos no hubo ayudador.
14 Vinieron como
por portillo ancho,
Se revolvieron sobre mi calamidad.
15 Se han
revuelto turbaciones sobre mí;
Combatieron como viento mi honor,
Y mi prosperidad pasó como nube.
16 Y ahora
mi alma está derramada en mí;
Días de aflicción se apoderan de mí.
17 La noche
taladra mis huesos,
Y los dolores que me roen no reposan.
18 La violencia
deforma mi vestidura; me ciñe como el cuello de mi túnica.
19 El me derribó
en el lodo,
Y soy semejante al polvo y a la ceniza.
20 Clamo a ti, y
no me oyes;
Me presento, y no me atiendes.
21 Te has vuelto
cruel para mí;
Con el poder de tu mano me persigues.
22 Me alzaste
sobre el viento, me hiciste cabalgar en él,
Y disolviste mi sustancia.
23 Porque yo sé
que me conduces a la muerte,
Y a la casa determinada a todo viviente.
24 Mas él no
extenderá la mano contra el sepulcro;
¿Clamarán los sepultados cuando él los quebrantare?
25 ¿No lloré yo
al afligido?
Y mi alma, ¿no se entristeció sobre el menesteroso?
26 Cuando
esperaba yo el bien, entonces vino el mal;
Y cuando esperaba luz, vino la oscuridad.
27 Mis entrañas
se agitan, y no reposan;
Días de aflicción me han sobrecogido.
28 Ando
ennegrecido, y no por el sol;
Me he levantado en la congregación, y clamado.
29 He venido a
ser hermano de chacales,
Y compañero de avestruces.
30 Mi piel se ha
ennegrecido y se me cae,
Y mis huesos arden de calor.
31 Se ha
cambiado mi arpa en luto,
Y mi flauta en voz de lamentadores.