¡Cómo ser perfecto delante de Dios!
¡Él te hizo perfecto(a)!
Por Riqui Ricón*
No verán los varones que
subieron de Egipto de veinte años arriba, la tierra que prometí con juramento a
Abraham, Isaac y Jacob, por cuanto no
fueron perfectos en pos de mí; excepto Caleb hijo de
Jefone cenezeo, y Josué hijo de Nun, que
fueron perfectos en pos de Jehová (Num 32.
11-12).
¿Qué hicieron Caleb y Josué para
llegar a ser perfectos para con Dios? La respuesta a esta pregunta es tan
simple que la mayoría de los que buscan al Señor la pasan por alto tratando de
agradarle y de ser perfectos delante de Él en sus propios esfuerzos: ¡Josué y
Caleb le creyeron a Dios!
Sabiendo que Él no puede mentir, Josué
y Caleb creyeron a Su Palabra. Esto les dio la certeza, la convicción total, de
que aquello que Dios había dicho lo iba a cumplir; lo que Él había hablado, sin lugar a dudas, lo iba a
ejecutar.
Esto (creerle a Dios, creyendo Su
Palabra), y no alguna de tus acciones o discursos, es lo único que te hace
perfecto(a) delante de Dios.
Fe es creerle a Dios y el
comportamiento santo e íntegro que caracteriza a un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a)
de Nuevo fluye de forma natural en la vida de todos aquellos y aquellas que
están totalmente convencidos(as) que si Dios lo dijo, entonces, Él lo va a
cumplir; convencidos(as) que si Dios lo habló, entonces, Él lo va a ejecutar.
Y Jehová dijo a Satanás: ¿No
has considerado a mi siervo Job, que no hay otro como él en la tierra, varón perfecto y recto, temeroso de Dios
y apartado del mal, y que todavía retiene su integridad, aun cuando tú
me incitaste contra él para que lo arruinara sin causa? (Job 2.3).
Algunas personas, después de leer
el libro de Job, tienen miedo (lo cual les produce muchas dudas), que Dios sea
un psicópata megalómano (mentiroso), con delirios de grandeza, poder y
omnipotencia que se relaciona con los seres humanos según el designio de sus
caprichos y por lo tanto hay que temerle y obedecerle.
¡Nada más alejado de la Verdad
que esto! La relación entre Dios y Job está basada en la Fe, pues, insisto,
Dios no puede negar Su Palabra.
Entonces le dijo su mujer: ¿Aún retienes tu integridad?
Maldice a Dios, y muérete. Y él le dijo: Como suele hablar
cualquiera de las mujeres fatuas, has hablado. ¿Qué? ¿Recibiremos
de Dios el bien, y el mal no lo recibiremos? En todo esto no pecó Job con sus
labios (Job 2. 9-10).
¿Era Job un humilde esclavo
totalmente resignado y abandonado a la voluntad de su Señor o tenía la certeza,
la convicción de que Dios es bueno, que Él nunca le había abandonado y que no
lo haría ahora, por lo tanto, tarde o temprano, se cumpliría la Palabra de Dios
en su vida?
La respuesta nos la da el mismo
Job unos cuantos capítulos más adelante:
Yo
sé que mi Redentor vive, Y
al fin se levantará sobre el polvo; Y después de deshecha esta mi piel, En mi
carne he de ver a Dios; Al cual veré por mí mismo, Y mis ojos lo verán, y no
otro, Aunque mi corazón desfallece dentro de mí (Job 19.
25-27).
Job sabía
algo que tú debes saber: ¡Dios no miente! Y al final, todo te saldrá bien, pues
Él así lo ha dicho.
Y sabemos que a los que aman a
Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su
propósito son llamados (Rom 8.28).
Siempre le
irá bien a aquel (aquella) que realmente confía en Dios.
Jehová de los ejércitos, Dichoso el hombre que en ti confía (Sal
84.12).
Así es mi amado(a), el día de hoy
tú puedes tener la certeza, la total convicción de que Dios no te ha dejado ni
te dejará. Tú eres tan especial para Él y Su Amor es tan grande por ti que
prefirió entregar a Su propio Hijo para pagar el precio de tus pecados antes
que perderte a ti.
Porque de tal manera amó Dios
al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree,
no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo
para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él (Jua 3.16-17).
¡Tú eres lo más valioso que Dios
tiene sobre esta tierra!
MIREN CUÁNTO NOS ama el Padre
celestial que permite que seamos llamados hijos de Dios. ¡Y lo mas maravilloso
es que de veras lo somos! Naturalmente, como la mayoría de la gente no conoce a
Dios, no comprende por qué lo somos (1 Jua 3.1 BAD).
¡No sólo te salvó de la muerte
eterna sino que lo hizo para llamarte Su propio(a) Hijo(a)!
En la mente y corazón de Dios, Su
plan perfecto para tu vida siempre ha sido adoptarte legalmente como Su propio Hijo(a)
y darte a heredar el reino de los cielos.
Entonces el Rey dirá a los de
su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad
el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo (Mat 25.
34).
¡El Reino
fue preparado para ti desde la fundación del mundo!
Así que, sea lo que sea que estés
enfrentando el día de hoy no permitas al temor y a la duda entrar a tu mente ni
a tu corazón. Se perfecto(a) delante de Dios creyéndole a Él, creyendo Su
Palabra.
Recuerda que:
Y si hijos, también herederos;
herederos de Dios y coherederos con Cristo (Rom 8.17a).
¡Eres heredero de Dios y
coheredero con Cristo Jesús! Si te atreves a creer esto, que es Palabra de
Dios, entonces no existe problema, enfermedad o aflicción que te pueda
derrotar. Fortalécete en la fe poniendo la Palabra de Dios en tu mente, boca y
corazón. Mantente firme creyéndole a tu Padre celestial, pues estoy seguro que
tú como Caleb y Josué entrarás venciendo a la Tierra Prometida.
De modo que si alguno está en
Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas
nuevas (2 Cor
5.17).
Sin lugar a dudas tú eres
perfecto(a) delante de Dios, pues Él te hizo perfecto(a) con la muerte y
resurrección de Su Hijo Jesús. Dios hizo de ti una Nueva criatura: un Hijo(a)
de Dios Nacido(a) de Nuevo, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios
que vive y permanece para siempre (1 Ped 1.23).
pero Cristo, habiendo ofrecido
una vez para siempre un solo sacrificio por los pecados, se ha sentado a la
diestra de Dios, de ahí en adelante esperando hasta que sus
enemigos sean puestos por estrado de sus pies; porque con una sola ofrenda hizo perfectos
para siempre a los santificados (He 10.12-14).
Jesucristo
sólo tenía una ofrenda, Su propia Vida. Fue con esa única ofrenda que Él te
hizo perfecto(a) para siempre. Y como Josué y Caleb, sólo tienes que creerlo,
pues es Palabra de Dios, es Palabra de Honor.
Jesús le dijo: Si puedes
creer, al que cree todo le es posible (Mar 9.23).
Oremos en voz audible:
Amado Padre celestial, amado Dios, Tú eres bueno y
hermoso, yo lo sé. Tú eres mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré? Tú eres la
fortaleza de mi vida; de quién he de atemorizarme? Cuando se juntan contra mí las
circunstancias, la enfermedad, la culpabilidad, la necesidad, los malignos, mis
angustiadores y mis enemigos, para comer mis carnes, ellos han de tropezar y
caer. Aunque un ejército acampe contra mí, no temerá mi corazón; aunque contra
mí se levante guerra, yo estaré confiado(a) pues Tú, Señor, estás conmigo cada
instante de mi vida. Y en Verdad, si Tú estás conmigo; ¿quién contra mí?
Asegurado y confiado está mi corazón pues se perfectamente en quién he
confiado: ¡en Ti, Señor Jesús! Ahora sé que soy perfecto delante de Ti. Ahora
sé que Tú me hiciste perfecto(a). ¡No voy a temer, sólo creeré Tu Palabra!
¡Todo lo puedo en Cristo! ¡En todas las cosas yo, ___________ (tu nombre aquí),
soy más que vencedor(a) por medio de Tu Amor, Señor Jesús. Aunque ande en valle
de sombra y de muerte no temeré mal alguno porque Tú, Jesús, estás conmigo.
¡Soy sano(a)! ¡Soy libre! ¡Soy próspero(a)! ¡Soy dichoso(a)! ¡Soy un(a) Hijo(a)
de Dios Nacido(a) de Nuevo! En el nombre de Jesús. Amén
Nota Importante:
¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo
establezco una relación con el Todopoderoso?
Sólo haz la siguiente oración en
voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a
Dios:
Señor Jesús, yo creo que eres el
Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis
pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí
acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa
derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a
entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi
único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios
Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a
Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido
de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más
estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C. Peredo
Jaime © 2012
Tres Recomendaciones:
Lo que acabas de suceder al reconocer a Jesucristo como el Señor y
Salvador de tu vida, de acuerdo con La Palabra de Dios, es que has Nacido de Nuevo,
ya no más como un ser humano común y corriente, sujeto a la ley del pecado y de
la muerte, sino que ahora eres un(a) legítimo(a) y auténtico(a) Hijo(a) de Dios
Nacido(a) de Nuevo, exactamente igual a Jesucristo, quien ahora es tu Hermano
Mayor. Por lo tanto, te hago estas tres importantísimas recomendaciones:
1.
Orar. Orar es platicar con Dios. Así que, búscate
un lugar tranquilo donde puedas comenzar a platicar todas tus cosas con Él.
Hazlo de forma audible y notarás como Dios siempre responderá a tu corazón.
2.
Leer y meditar la Palabra de Dios. La Biblia es La
Palabra de Dios, así que, consigue una Biblia y comienza a leerla y meditarla.
¿Cómo empezar? Es muy sencillo. Dependiendo del día que sea hoy, busca en el
programa de lectura “La Biblia en un año” y realiza las lecturas
correspondientes. Este programa lo puedes obtener en: A
Través de La Biblia En Un Ano (palabradehonor.org) Notarás que el
programa está arreglado para imprimirlo como un cuadernillo.
3.
En oración con Dios, tu Padre, busca y únete a una
iglesia o congregación cristiana donde enseñen la Palabra de Dios en base a las
Buenas Noticias que son el Evangelio de Jesucristo.
*Ricardo C. Peredo
Jaime © 2020
Lectura
y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas
lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Abril
2 Mat 25.31-46
/ Núm 32-34 /
Job 2
RV60
Lectura
y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas
lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Abril
2 Mat 25.31-46
/ Núm 32-34 /
Job 2
San
Mateo 25. 31-46
El juicio de las naciones
31Cuando el Hijo del Hombre venga
en su gloria, y todos los santos ángeles con él,f entonces
se sentará en su trono de gloria,g 32y serán
reunidas delante de él todas las naciones; y apartará los unos de los otros,
como aparta el pastor las ovejas de los cabritos. 33Y pondrá las
ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda. 34Entonces el
Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino
preparado para vosotros desde la fundación del mundo. 35Porque
tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui
forastero, y me recogisteis; 36estuve desnudo, y me cubristeis;
enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí. 37Entonces
los justos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te
sustentamos, o sediento, y te dimos de beber? 38¿Y cuándo te vimos
forastero, y te recogimos, o desnudo, y te cubrimos? 39¿O cuándo
te vimos enfermo, o en la cárcel, y vinimos a ti? 40Y respondiendo
el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos
mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis. 41Entonces dirá
también a los de la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno
preparado para el diablo y sus ángeles. 42Porque tuve hambre, y no
me disteis de comer; tuve sed, y no me disteis de beber; 43fui
forastero, y no me recogisteis; estuve desnudo, y no me cubristeis; enfermo, y
en la cárcel, y no me visitasteis. 44Entonces también ellos le
responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, sediento, forastero,
desnudo, enfermo, o en la cárcel, y no te servimos? 45Entonces les
responderá diciendo: De cierto os digo que en cuanto no lo hicisteis a uno de
estos más pequeños, tampoco a mí lo hicisteis. 46E irán éstos al
castigo eterno, y los justos a la vida eterna.h[1]
Números
32-34
Rubén y Gad se establecen al oriente del Jordán
(Dt. 3.12–22)
32
1Los hijos de Rubén y los hijos de
Gad tenían una muy inmensa muchedumbre de ganado; y vieron la tierra de Jazer y
de Galaad, y les pareció el país lugar de ganado. 2Vinieron, pues,
los hijos de Gad y los hijos de Rubén, y hablaron a Moisés y al sacerdote
Eleazar, y a los príncipes de la congregación, diciendo: 3Atarot,
Dibón, Jazer, Nimra, Hesbón, Eleale, Sebam, Nebo y Beón, 4la
tierra que Jehová hirió delante de la congregación de Israel, es tierra de
ganado, y tus siervos tienen ganado. 5Por tanto, dijeron, si
hallamos gracia en tus ojos, dése esta tierra a tus siervos en heredad, y no
nos hagas pasar el Jordán.
6Y respondió Moisés a los hijos de
Gad y a los hijos de Rubén: ¿Irán vuestros hermanos a la guerra, y vosotros os
quedaréis aquí? 7¿Y por qué desanimáis a los hijos de Israel, para
que no pasen a la tierra que les ha dado Jehová? 8Así hicieron
vuestros padres, cuando los envié desde Cades-barnea para que viesen la
tierra. 9Subieron hasta el torrente de Escol, y después que vieron
la tierra, desalentaron a los hijos de Israel para que no viniesen a la tierra
que Jehová les había dado.a 10Y la ira de
Jehová se encendió entonces, y juró diciendo: 11No verán los
varones que subieron de Egipto de veinte años arriba, la tierra que prometí con
juramento a Abraham, Isaac y Jacob, por cuanto no fueron perfectos en pos de
mí; 12excepto Caleb hijo de Jefone cenezeo, y Josué hijo de Nun,
que fueron perfectos en pos de Jehová. 13Y la ira de Jehová se
encendió contra Israel, y los hizo andar errantes cuarenta años por el
desierto, hasta que fue acabada toda aquella generación que había hecho mal
delante de Jehová.b 14Y he aquí, vosotros habéis
sucedido en lugar de vuestros padres, prole de hombres pecadores, para añadir
aún a la ira de Jehová contra Israel. 15Si os volviereis de en pos
de él, él volverá otra vez a dejaros en el desierto, y destruiréis a todo este
pueblo.
16Entonces ellos vinieron a Moisés
y dijeron: Edificaremos aquí majadas para nuestro ganado, y ciudades para
nuestros niños; 17y nosotros nos armaremos, e iremos con
diligencia delante de los hijos de Israel, hasta que los metamos en su lugar; y
nuestros niños quedarán en ciudades fortificadas a causa de los moradores del
país. 18No volveremos a nuestras casas hasta que los hijos de
Israel posean cada uno su heredad. 19Porque no tomaremos heredad
con ellos al otro lado del Jordán ni adelante, por cuanto tendremos ya nuestra
heredad a este otro lado del Jordán al oriente. 20Entonces les
respondió Moisés: Si lo hacéis así, si os disponéis para ir delante de Jehová a
la guerra, 21y todos vosotros pasáis armados el Jordán delante de
Jehová, hasta que haya echado a sus enemigos de delante de sí, 22y
sea el país sojuzgado delante de Jehová; luego volveréis, y seréis libres de culpa
para con Jehová, y para con Israel; y esta tierra será vuestra en heredad
delante de Jehová. 23Mas si así no lo hacéis, he aquí habréis
pecado ante Jehová; y sabed que vuestro pecado os alcanzará. 24Edificaos
ciudades para vuestros niños, y majadas para vuestras ovejas, y haced lo que ha
declarado vuestra boca. 25Y hablaron los hijos de Gad y los hijos
de Rubén a Moisés, diciendo: Tus siervos harán como mi señor ha mandado.
26Nuestros niños, nuestras mujeres, nuestros ganados y todas nuestras bestias,
estarán ahí en las ciudades de Galaad; 27y tus siervos, armados
todos para la guerra, pasarán delante de Jehová a la guerra, de la manera que
mi señor dice.
28Entonces les encomendó Moisés al
sacerdote Eleazar, y a Josué hijo de Nun, y a los príncipes de los padres de
las tribus de los hijos de Israel. 29Y les dijo Moisés: Si los
hijos de Gad y los hijos de Rubén pasan con vosotros el Jordán, armados todos
para la guerra delante de Jehová, luego que el país sea sojuzgado delante de
vosotros, les daréis la tierra de Galaad en posesión; 30mas si no
pasan armados con vosotros, entonces tendrán posesión entre vosotros, en la
tierra de Canaán. 31Y los hijos de Gad y los hijos de Rubén
respondieron diciendo: Haremos lo que Jehová ha dicho a tus siervos. 32Nosotros
pasaremos armados delante de Jehová a la tierra de Canaán, y la posesión de
nuestra heredad será a este lado del Jordán.c
33Así Moisés dio a los hijos de
Gad, a los hijos de Rubén, y a la media tribu de Manasés hijo de José, el reino
de Sehón rey amorreo y el reino de Og rey de Basán, la tierra con sus ciudades
y sus territorios, las ciudades del país alrededor. 34Y los hijos
de Gad edificaron Dibón, Atarot, Aroer, 35Atarot-sofán, Jazer,
Jogbeha, 36Bet-nimra y Bet-arán, ciudades fortificadas; hicieron
también majadas para ovejas. 37Y los hijos de Rubén edificaron
Hesbón, Eleale, Quiriataim, 38Nebo, Baal-meón (mudados los
nombres) y Sibma; y pusieron nombres a las ciudades que edificaron. 39Y
los hijos de Maquir hijo de Manasés fueron a Galaad, y la tomaron, y echaron al
amorreo que estaba en ella. 40Y Moisés dio Galaad a Maquir hijo de
Manasés, el cual habitó en ella. 41También Jair hijo de Manasés
fue y tomó sus aldeas, y les puso por nombre Havot-jair.10 42Asimismo
Noba fue y tomó Kenat y sus aldeas, y lo llamó Noba, conforme a su nombre.
Jornadas de Israel desde Egipto hasta el Jordán
33
1Estas son las jornadas de los
hijos de Israel, que salieron de la tierra de Egipto por sus ejércitos, bajo el
mando de Moisés y Aarón. 2Moisés escribió sus salidas conforme a
sus jornadas por mandato de Jehová. Estas, pues, son sus jornadas con arreglo a
sus salidas. 3De Ramesés salieron en el mes primero, a los quince
días del mes primero; el segundo día de la pascua salieron los hijos de Israel
con mano poderosa, a vista de todos los egipcios, 4mientras
enterraban los egipcios a los que Jehová había herido de muerte de entre ellos,
a todo primogénito; también había hecho Jehová juicios contra sus dioses.
5Salieron, pues, los hijos de
Israel de Ramesés, y acamparon en Sucot. 6Salieron de Sucot y
acamparon en Etam, que está al confín del desierto. 7Salieron de
Etam y volvieron sobre Pi-hahirot, que está delante de Baal-zefón, y acamparon
delante de Migdol. 8Salieron de Pi-hahirot y pasaron por en medio
del mar al desierto, y anduvieron tres días de camino por el desierto de Etam,
y acamparon en Mara. 9Salieron de Mara y vinieron a Elim, donde
había doce fuentes de aguas, y setenta palmeras; y acamparon allí. 10Salieron
de Elim y acamparon junto al Mar Rojo. 11Salieron del Mar Rojo y
acamparon en el desierto de Sin. 12Salieron del desierto de Sin y
acamparon en Dofca. 13Salieron de Dofca y acamparon en Alús.
14Salieron de Alús y acamparon en Refidim, donde el pueblo no tuvo aguas
para beber. 15Salieron de Refidim y acamparon en el desierto de
Sinaí. 16Salieron del desierto de Sinaí y acamparon en
Kibrot-hataava. 17Salieron de Kibrot-hataava y acamparon en
Hazerot. 18Salieron de Hazerot y acamparon en Ritma. 19Salieron
de Ritma y acamparon en Rimón-peres. 20Salieron de Rimón-peres y
acamparon en Libna. 21Salieron de Libna y acamparon en Rissa.
22Salieron de Rissa y acamparon en Ceelata. 23Salieron de
Ceelata y acamparon en el monte de Sefer. 24Salieron del monte de
Sefer y acamparon en Harada. 25Salieron de Harada y acamparon en
Macelot. 26Salieron de Macelot y acamparon en Tahat. 27Salieron
de Tahat y acamparon en Tara. 28Salieron de Tara y acamparon en
Mitca. 29Salieron de Mitca y acamparon en Hasmona. 30Salieron
de Hasmona y acamparon en Moserot. 31Salieron de Moserot y
acamparon en Bene-jaacán. 32Salieron de Bene-jaacán y acamparon en
el monte de Gidgad. 33Salieron del monte de Gidgad y acamparon en
Jotbata. 34Salieron de Jotbata y acamparon en Abrona. 35Salieron
de Abrona y acamparon en Ezión-geber. 36Salieron de Ezión-geber y
acamparon en el desierto de Zin, que es Cades. 37Y salieron de
Cades y acamparon en el monte de Hor, en la extremidad del país de Edom.
38Y subió el sacerdote Aarón al
monte de Hor, conforme al dicho de Jehová, y allí murióa a los
cuarenta años de la salida de los hijos de Israel de la tierra de Egipto, en el
mes quinto, en el primero del mes. 39Era Aarón de edad de ciento
veintitrés años, cuando murió en el monte de Hor.
40Y el cananeo, rey de Arad, que
habitaba en el Neguev en la tierra de Canaán, oyó que habían venido los hijos
de Israel.b
41Y salieron del monte de Hor y
acamparon en Zalmona. 42Salieron de Zalmona y acamparon en Punón.
43Salieron de Punón y acamparon en Obot. 44Salieron de Obot
y acamparon en Ije-abarim, en la frontera de Moab. 45Salieron de
Ije-abarim y acamparon en Dibón-gad. 46Salieron de Dibón-gad y
acamparon en Almón-diblataim. 47Salieron de Almón-diblataim y
acamparon en los montes de Abarim, delante de Nebo. 48Salieron de
los montes de Abarim y acamparon en los campos de Moab, junto al Jordán, frente
a Jericó. 49Finalmente acamparon junto al Jordán, desde
Bet-jesimot hasta Abel-sitim, en los campos de Moab.
Límites y repartición de Canaán
50Y habló Jehová a Moisés en los
campos de Moab junto al Jordán frente a Jericó, diciendo: 51Habla
a los hijos de Israel, y diles: Cuando hayáis pasado el Jordán entrando en la
tierra de Canaán, 52echaréis de delante de vosotros a todos los
moradores del país, y destruiréis todos sus ídolos de piedra, y todas sus
imágenes de fundición, y destruiréis todos sus lugares altos; 53y
echaréis a los moradores de la tierra, y habitaréis en ella; porque yo os la he
dado para que sea vuestra propiedad. 54Y heredaréis la tierra por
sorteo por vuestras familias; a los muchos daréis mucho por herencia, y a los
pocos daréis menos por herencia; donde le cayere la suerte, allí la tendrá cada
uno; por las tribus de vuestros padres heredaréis. 55Y si no
echareis a los moradores del país de delante de vosotros, sucederá que los que
dejareis de ellos serán por aguijones en vuestros ojos y por espinas en vuestros
costados, y os afligirán sobre la tierra en que vosotros habitareis. 56Además,
haré a vosotros como yo pensé hacerles a ellos.
34
1Y Jehová habló a Moisés,
diciendo: 2Manda a los hijos de Israel y diles: Cuando hayáis
entrado en la tierra de Canaán, esto es, la tierra que os ha de caer en
herencia, la tierra de Canaán según sus límites, 3tendréis el lado
del sur desde el desierto de Zin hasta la frontera de Edom; y será el límite
del sur al extremo del Mar Salado hacia el oriente. 4Este límite
os irá rodeando desde el sur hasta la subida de Acrabim, y pasará hasta Zin; y
se extenderá del sur a Cades-barnea; y continuará a Hasar-adar, y pasará hasta
Asmón. 5Rodeará este límite desde Asmón hasta el torrente de
Egipto, y sus remates serán al occidente.
6Y el límite occidental será el Mar
Grande; este límite será el límite occidental.
7El límite del norte será este:
desde el Mar Grande trazaréis al monte de Hor. 8Del monte de Hor
trazaréis a la entrada de Hamat, y seguirá aquel límite hasta Zedad; 9y
seguirá este límite hasta Zifrón, y terminará en Hazar-enán; este será el
límite del norte.
10Por límite al oriente trazaréis
desde Hazar-enán hasta Sefam; 11y bajará este límite desde Sefam a
Ribla, al oriente de Aín; y descenderá el límite, y llegará a la costa del mar
de Cineret, al oriente. 12Después descenderá este límite al
Jordán, y terminará en el Mar Salado: esta será vuestra tierra por sus límites
alrededor.
13Y mandó Moisés a los hijos de
Israel, diciendo: Esta es la tierra que se os repartirá en heredades por
sorteo, que mandó Jehová que diese a las nueve tribus, y a la media tribu;a
14porque la tribu de los hijos de Rubén según las casas de sus padres, y
la tribu de los hijos de Gad según las casas de sus padres, y la media tribu de
Manasés, han tomado su heredad. 15Dos tribus y media tomaron su
heredad a este lado del Jordán frente a Jericó al oriente, al nacimiento del
sol.b
16Y habló Jehová a Moisés,
diciendo: 17Estos son los nombres de los varones que os repartirán
la tierra: El sacerdote Eleazar, y Josué hijo de Nun. 18Tomaréis
también de cada tribu un príncipe, para dar la posesión de la tierra. 19Y
estos son los nombres de los varones: De la tribu de Judá, Caleb hijo de
Jefone. 20De la tribu de los hijos de Simeón, Semuel hijo de
Amiud. 21De la tribu de Benjamín, Elidad hijo de Quislón. 22De
la tribu de los hijos de Dan, el príncipe Buqui hijo de Jogli. 23De
los hijos de José: de la tribu de los hijos de Manasés, el príncipe Haniel hijo
de Efod, 24y de la tribu de los hijos de Efraín, el príncipe
Kemuel hijo de Siftán. 25De la tribu de los hijos de Zabulón, el
príncipe Elizafán hijo de Parnac. 26De la tribu de los hijos de
Isacar, el príncipe Paltiel hijo de Azán. 27De la tribu de los
hijos de Aser, el príncipe Ahiud hijo de Selomi. 28Y de la tribu
de los hijos de Neftalí, el príncipe Pedael hijo de Amiud. 29A
éstos mandó Jehová que hiciesen la repartición de las heredades a los hijos de
Israel en la tierra de Canaán.[2]
Job 2
2
1Aconteció que otro día vinieron
los hijos de Dios para presentarse delante de Jehová, y Satanás vino también
entre ellos presentándose delante de Jehová. 2Y dijo Jehová a
Satanás: ¿De dónde vienes? Respondió Satanás a Jehová, y dijo: De rodear la
tierra, y de andar por ella. 3Y Jehová dijo a Satanás: ¿No has
considerado a mi siervo Job, que no hay otro como él en la tierra, varón
perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal, y que todavía retiene su
integridad, aun cuando tú me incitaste contra él para que lo arruinara sin
causa? 4Respondiendo Satanás, dijo a Jehová: Piel por piel, todo
lo que el hombre tiene dará por su vida. 5Pero extiende ahora tu
mano, y toca su hueso y su carne, y verás si no blasfema contra ti en tu misma
presencia. 6Y Jehová dijo a Satanás: He aquí, él está en tu mano;
mas guarda su vida.
7Entonces salió Satanás de la
presencia de Jehová, e hirió a Job con una sarna maligna desde la planta del
pie hasta la coronilla de la cabeza. 8Y tomaba Job un tiesto para
rascarse con él, y estaba sentado en medio de ceniza.
9Entonces le dijo su mujer: ¿Aún
retienes tu integridad? Maldice a Dios, y muérete. 10Y él le dijo:
Como suele hablar cualquiera de las mujeres fatuas, has hablado. ¿Qué?
¿Recibiremos de Dios el bien, y el mal no lo recibiremos? En todo esto no pecó
Job con sus labios.
11Y tres amigos de Job, Elifaz
temanita, Bildad suhita, y Zofar naamatita, luego que oyeron todo este mal que
le había sobrevenido, vinieron cada uno de su lugar; porque habían convenido en
venir juntos para condolerse de él y para consolarle. 12Los
cuales, alzando los ojos desde lejos, no lo conocieron, y lloraron a gritos; y
cada uno de ellos rasgó su manto, y los tres esparcieron polvo sobre sus
cabezas hacia el cielo. 13Así se sentaron con él en tierra por
siete días y siete noches, y ninguno le hablaba palabra, porque veían que su
dolor era muy grande.[3]
f f 25.31: Mt. 16.27.
g g 25.31: Mt. 19.28.
h h 25.46: Dn. 12.2.
[1]Reina
Valera Revisada (1960). 1998 (Mt 25.30-46). Miami: Sociedades Bı́blicas
Unidas.
a a 32.8–9: Nm. 13.17–33.
b b 32.10–13: Nm. 14.26–35.
c c 32.28–32: Jos. 1.12–15.
10 Esto es, las aldeas de Jair.
a a 33.38: Nm. 20.22–28; Dt. 10.6.
b
b 33.40: Nm. 21.1.
a a 34.13: Nm. 26.52–56.
b b 34.13–15: Jos. 14.1–5.
[2]Reina
Valera Revisada (1960). 1998 (Nm 31.54-34.29). Miami: Sociedades Bı́blicas
Unidas.
[3]Reina
Valera Revisada (1960). 1998 (Job 1.22-2.13). Miami: Sociedades Bı́blicas
Unidas.
Lectura
y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas
lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Abril
2 Mat 25.31-46
/ Núm 32-34 /
Job 2
San
Mateo 25. 31-46
El juicio de las naciones
31Cuando el Hijo del Hombre venga
en su gloria, y todos los santos ángeles con él,f entonces
se sentará en su trono de gloria,g 32y serán
reunidas delante de él todas las naciones; y apartará los unos de los otros,
como aparta el pastor las ovejas de los cabritos. 33Y pondrá las
ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda. 34Entonces el
Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino
preparado para vosotros desde la fundación del mundo. 35Porque
tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui
forastero, y me recogisteis; 36estuve desnudo, y me cubristeis;
enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí. 37Entonces
los justos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te
sustentamos, o sediento, y te dimos de beber? 38¿Y cuándo te vimos
forastero, y te recogimos, o desnudo, y te cubrimos? 39¿O cuándo
te vimos enfermo, o en la cárcel, y vinimos a ti? 40Y respondiendo
el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos
mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis. 41Entonces dirá
también a los de la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno
preparado para el diablo y sus ángeles. 42Porque tuve hambre, y no
me disteis de comer; tuve sed, y no me disteis de beber; 43fui
forastero, y no me recogisteis; estuve desnudo, y no me cubristeis; enfermo, y
en la cárcel, y no me visitasteis. 44Entonces también ellos le
responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, sediento, forastero,
desnudo, enfermo, o en la cárcel, y no te servimos? 45Entonces les
responderá diciendo: De cierto os digo que en cuanto no lo hicisteis a uno de
estos más pequeños, tampoco a mí lo hicisteis. 46E irán éstos al
castigo eterno, y los justos a la vida eterna.h[1]
Números
32-34
Rubén y Gad se establecen al oriente del Jordán
(Dt. 3.12–22)
32
1Los hijos de Rubén y los hijos de
Gad tenían una muy inmensa muchedumbre de ganado; y vieron la tierra de Jazer y
de Galaad, y les pareció el país lugar de ganado. 2Vinieron, pues,
los hijos de Gad y los hijos de Rubén, y hablaron a Moisés y al sacerdote
Eleazar, y a los príncipes de la congregación, diciendo: 3Atarot,
Dibón, Jazer, Nimra, Hesbón, Eleale, Sebam, Nebo y Beón, 4la
tierra que Jehová hirió delante de la congregación de Israel, es tierra de
ganado, y tus siervos tienen ganado. 5Por tanto, dijeron, si
hallamos gracia en tus ojos, dése esta tierra a tus siervos en heredad, y no
nos hagas pasar el Jordán.
6Y respondió Moisés a los hijos de
Gad y a los hijos de Rubén: ¿Irán vuestros hermanos a la guerra, y vosotros os
quedaréis aquí? 7¿Y por qué desanimáis a los hijos de Israel, para
que no pasen a la tierra que les ha dado Jehová? 8Así hicieron
vuestros padres, cuando los envié desde Cades-barnea para que viesen la
tierra. 9Subieron hasta el torrente de Escol, y después que vieron
la tierra, desalentaron a los hijos de Israel para que no viniesen a la tierra
que Jehová les había dado.a 10Y la ira de
Jehová se encendió entonces, y juró diciendo: 11No verán los
varones que subieron de Egipto de veinte años arriba, la tierra que prometí con
juramento a Abraham, Isaac y Jacob, por cuanto no fueron perfectos en pos de
mí; 12excepto Caleb hijo de Jefone cenezeo, y Josué hijo de Nun,
que fueron perfectos en pos de Jehová. 13Y la ira de Jehová se
encendió contra Israel, y los hizo andar errantes cuarenta años por el
desierto, hasta que fue acabada toda aquella generación que había hecho mal
delante de Jehová.b 14Y he aquí, vosotros habéis
sucedido en lugar de vuestros padres, prole de hombres pecadores, para añadir
aún a la ira de Jehová contra Israel. 15Si os volviereis de en pos
de él, él volverá otra vez a dejaros en el desierto, y destruiréis a todo este
pueblo.
16Entonces ellos vinieron a Moisés
y dijeron: Edificaremos aquí majadas para nuestro ganado, y ciudades para
nuestros niños; 17y nosotros nos armaremos, e iremos con
diligencia delante de los hijos de Israel, hasta que los metamos en su lugar; y
nuestros niños quedarán en ciudades fortificadas a causa de los moradores del
país. 18No volveremos a nuestras casas hasta que los hijos de
Israel posean cada uno su heredad. 19Porque no tomaremos heredad
con ellos al otro lado del Jordán ni adelante, por cuanto tendremos ya nuestra
heredad a este otro lado del Jordán al oriente. 20Entonces les
respondió Moisés: Si lo hacéis así, si os disponéis para ir delante de Jehová a
la guerra, 21y todos vosotros pasáis armados el Jordán delante de
Jehová, hasta que haya echado a sus enemigos de delante de sí, 22y
sea el país sojuzgado delante de Jehová; luego volveréis, y seréis libres de culpa
para con Jehová, y para con Israel; y esta tierra será vuestra en heredad
delante de Jehová. 23Mas si así no lo hacéis, he aquí habréis
pecado ante Jehová; y sabed que vuestro pecado os alcanzará. 24Edificaos
ciudades para vuestros niños, y majadas para vuestras ovejas, y haced lo que ha
declarado vuestra boca. 25Y hablaron los hijos de Gad y los hijos
de Rubén a Moisés, diciendo: Tus siervos harán como mi señor ha mandado.
26Nuestros niños, nuestras mujeres, nuestros ganados y todas nuestras bestias,
estarán ahí en las ciudades de Galaad; 27y tus siervos, armados
todos para la guerra, pasarán delante de Jehová a la guerra, de la manera que
mi señor dice.
28Entonces les encomendó Moisés al
sacerdote Eleazar, y a Josué hijo de Nun, y a los príncipes de los padres de
las tribus de los hijos de Israel. 29Y les dijo Moisés: Si los
hijos de Gad y los hijos de Rubén pasan con vosotros el Jordán, armados todos
para la guerra delante de Jehová, luego que el país sea sojuzgado delante de
vosotros, les daréis la tierra de Galaad en posesión; 30mas si no
pasan armados con vosotros, entonces tendrán posesión entre vosotros, en la
tierra de Canaán. 31Y los hijos de Gad y los hijos de Rubén
respondieron diciendo: Haremos lo que Jehová ha dicho a tus siervos. 32Nosotros
pasaremos armados delante de Jehová a la tierra de Canaán, y la posesión de
nuestra heredad será a este lado del Jordán.c
33Así Moisés dio a los hijos de
Gad, a los hijos de Rubén, y a la media tribu de Manasés hijo de José, el reino
de Sehón rey amorreo y el reino de Og rey de Basán, la tierra con sus ciudades
y sus territorios, las ciudades del país alrededor. 34Y los hijos
de Gad edificaron Dibón, Atarot, Aroer, 35Atarot-sofán, Jazer,
Jogbeha, 36Bet-nimra y Bet-arán, ciudades fortificadas; hicieron
también majadas para ovejas. 37Y los hijos de Rubén edificaron
Hesbón, Eleale, Quiriataim, 38Nebo, Baal-meón (mudados los
nombres) y Sibma; y pusieron nombres a las ciudades que edificaron. 39Y
los hijos de Maquir hijo de Manasés fueron a Galaad, y la tomaron, y echaron al
amorreo que estaba en ella. 40Y Moisés dio Galaad a Maquir hijo de
Manasés, el cual habitó en ella. 41También Jair hijo de Manasés
fue y tomó sus aldeas, y les puso por nombre Havot-jair.10 42Asimismo
Noba fue y tomó Kenat y sus aldeas, y lo llamó Noba, conforme a su nombre.
Jornadas de Israel desde Egipto hasta el Jordán
33
1Estas son las jornadas de los
hijos de Israel, que salieron de la tierra de Egipto por sus ejércitos, bajo el
mando de Moisés y Aarón. 2Moisés escribió sus salidas conforme a
sus jornadas por mandato de Jehová. Estas, pues, son sus jornadas con arreglo a
sus salidas. 3De Ramesés salieron en el mes primero, a los quince
días del mes primero; el segundo día de la pascua salieron los hijos de Israel
con mano poderosa, a vista de todos los egipcios, 4mientras
enterraban los egipcios a los que Jehová había herido de muerte de entre ellos,
a todo primogénito; también había hecho Jehová juicios contra sus dioses.
5Salieron, pues, los hijos de
Israel de Ramesés, y acamparon en Sucot. 6Salieron de Sucot y
acamparon en Etam, que está al confín del desierto. 7Salieron de
Etam y volvieron sobre Pi-hahirot, que está delante de Baal-zefón, y acamparon
delante de Migdol. 8Salieron de Pi-hahirot y pasaron por en medio
del mar al desierto, y anduvieron tres días de camino por el desierto de Etam,
y acamparon en Mara. 9Salieron de Mara y vinieron a Elim, donde
había doce fuentes de aguas, y setenta palmeras; y acamparon allí. 10Salieron
de Elim y acamparon junto al Mar Rojo. 11Salieron del Mar Rojo y
acamparon en el desierto de Sin. 12Salieron del desierto de Sin y
acamparon en Dofca. 13Salieron de Dofca y acamparon en Alús.
14Salieron de Alús y acamparon en Refidim, donde el pueblo no tuvo aguas
para beber. 15Salieron de Refidim y acamparon en el desierto de
Sinaí. 16Salieron del desierto de Sinaí y acamparon en
Kibrot-hataava. 17Salieron de Kibrot-hataava y acamparon en
Hazerot. 18Salieron de Hazerot y acamparon en Ritma. 19Salieron
de Ritma y acamparon en Rimón-peres. 20Salieron de Rimón-peres y
acamparon en Libna. 21Salieron de Libna y acamparon en Rissa.
22Salieron de Rissa y acamparon en Ceelata. 23Salieron de
Ceelata y acamparon en el monte de Sefer. 24Salieron del monte de
Sefer y acamparon en Harada. 25Salieron de Harada y acamparon en
Macelot. 26Salieron de Macelot y acamparon en Tahat. 27Salieron
de Tahat y acamparon en Tara. 28Salieron de Tara y acamparon en
Mitca. 29Salieron de Mitca y acamparon en Hasmona. 30Salieron
de Hasmona y acamparon en Moserot. 31Salieron de Moserot y
acamparon en Bene-jaacán. 32Salieron de Bene-jaacán y acamparon en
el monte de Gidgad. 33Salieron del monte de Gidgad y acamparon en
Jotbata. 34Salieron de Jotbata y acamparon en Abrona. 35Salieron
de Abrona y acamparon en Ezión-geber. 36Salieron de Ezión-geber y
acamparon en el desierto de Zin, que es Cades. 37Y salieron de
Cades y acamparon en el monte de Hor, en la extremidad del país de Edom.
38Y subió el sacerdote Aarón al
monte de Hor, conforme al dicho de Jehová, y allí murióa a los
cuarenta años de la salida de los hijos de Israel de la tierra de Egipto, en el
mes quinto, en el primero del mes. 39Era Aarón de edad de ciento
veintitrés años, cuando murió en el monte de Hor.
40Y el cananeo, rey de Arad, que
habitaba en el Neguev en la tierra de Canaán, oyó que habían venido los hijos
de Israel.b
41Y salieron del monte de Hor y
acamparon en Zalmona. 42Salieron de Zalmona y acamparon en Punón.
43Salieron de Punón y acamparon en Obot. 44Salieron de Obot
y acamparon en Ije-abarim, en la frontera de Moab. 45Salieron de
Ije-abarim y acamparon en Dibón-gad. 46Salieron de Dibón-gad y
acamparon en Almón-diblataim. 47Salieron de Almón-diblataim y
acamparon en los montes de Abarim, delante de Nebo. 48Salieron de
los montes de Abarim y acamparon en los campos de Moab, junto al Jordán, frente
a Jericó. 49Finalmente acamparon junto al Jordán, desde
Bet-jesimot hasta Abel-sitim, en los campos de Moab.
Límites y repartición de Canaán
50Y habló Jehová a Moisés en los
campos de Moab junto al Jordán frente a Jericó, diciendo: 51Habla
a los hijos de Israel, y diles: Cuando hayáis pasado el Jordán entrando en la
tierra de Canaán, 52echaréis de delante de vosotros a todos los
moradores del país, y destruiréis todos sus ídolos de piedra, y todas sus
imágenes de fundición, y destruiréis todos sus lugares altos; 53y
echaréis a los moradores de la tierra, y habitaréis en ella; porque yo os la he
dado para que sea vuestra propiedad. 54Y heredaréis la tierra por
sorteo por vuestras familias; a los muchos daréis mucho por herencia, y a los
pocos daréis menos por herencia; donde le cayere la suerte, allí la tendrá cada
uno; por las tribus de vuestros padres heredaréis. 55Y si no
echareis a los moradores del país de delante de vosotros, sucederá que los que
dejareis de ellos serán por aguijones en vuestros ojos y por espinas en vuestros
costados, y os afligirán sobre la tierra en que vosotros habitareis. 56Además,
haré a vosotros como yo pensé hacerles a ellos.
34
1Y Jehová habló a Moisés,
diciendo: 2Manda a los hijos de Israel y diles: Cuando hayáis
entrado en la tierra de Canaán, esto es, la tierra que os ha de caer en
herencia, la tierra de Canaán según sus límites, 3tendréis el lado
del sur desde el desierto de Zin hasta la frontera de Edom; y será el límite
del sur al extremo del Mar Salado hacia el oriente. 4Este límite
os irá rodeando desde el sur hasta la subida de Acrabim, y pasará hasta Zin; y
se extenderá del sur a Cades-barnea; y continuará a Hasar-adar, y pasará hasta
Asmón. 5Rodeará este límite desde Asmón hasta el torrente de
Egipto, y sus remates serán al occidente.
6Y el límite occidental será el Mar
Grande; este límite será el límite occidental.
7El límite del norte será este:
desde el Mar Grande trazaréis al monte de Hor. 8Del monte de Hor
trazaréis a la entrada de Hamat, y seguirá aquel límite hasta Zedad; 9y
seguirá este límite hasta Zifrón, y terminará en Hazar-enán; este será el
límite del norte.
10Por límite al oriente trazaréis
desde Hazar-enán hasta Sefam; 11y bajará este límite desde Sefam a
Ribla, al oriente de Aín; y descenderá el límite, y llegará a la costa del mar
de Cineret, al oriente. 12Después descenderá este límite al
Jordán, y terminará en el Mar Salado: esta será vuestra tierra por sus límites
alrededor.
13Y mandó Moisés a los hijos de
Israel, diciendo: Esta es la tierra que se os repartirá en heredades por
sorteo, que mandó Jehová que diese a las nueve tribus, y a la media tribu;a
14porque la tribu de los hijos de Rubén según las casas de sus padres, y
la tribu de los hijos de Gad según las casas de sus padres, y la media tribu de
Manasés, han tomado su heredad. 15Dos tribus y media tomaron su
heredad a este lado del Jordán frente a Jericó al oriente, al nacimiento del
sol.b
16Y habló Jehová a Moisés,
diciendo: 17Estos son los nombres de los varones que os repartirán
la tierra: El sacerdote Eleazar, y Josué hijo de Nun. 18Tomaréis
también de cada tribu un príncipe, para dar la posesión de la tierra. 19Y
estos son los nombres de los varones: De la tribu de Judá, Caleb hijo de
Jefone. 20De la tribu de los hijos de Simeón, Semuel hijo de
Amiud. 21De la tribu de Benjamín, Elidad hijo de Quislón. 22De
la tribu de los hijos de Dan, el príncipe Buqui hijo de Jogli. 23De
los hijos de José: de la tribu de los hijos de Manasés, el príncipe Haniel hijo
de Efod, 24y de la tribu de los hijos de Efraín, el príncipe
Kemuel hijo de Siftán. 25De la tribu de los hijos de Zabulón, el
príncipe Elizafán hijo de Parnac. 26De la tribu de los hijos de
Isacar, el príncipe Paltiel hijo de Azán. 27De la tribu de los
hijos de Aser, el príncipe Ahiud hijo de Selomi. 28Y de la tribu
de los hijos de Neftalí, el príncipe Pedael hijo de Amiud. 29A
éstos mandó Jehová que hiciesen la repartición de las heredades a los hijos de
Israel en la tierra de Canaán.[2]
Job 2
2
1Aconteció que otro día vinieron
los hijos de Dios para presentarse delante de Jehová, y Satanás vino también
entre ellos presentándose delante de Jehová. 2Y dijo Jehová a
Satanás: ¿De dónde vienes? Respondió Satanás a Jehová, y dijo: De rodear la
tierra, y de andar por ella. 3Y Jehová dijo a Satanás: ¿No has
considerado a mi siervo Job, que no hay otro como él en la tierra, varón
perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal, y que todavía retiene su
integridad, aun cuando tú me incitaste contra él para que lo arruinara sin
causa? 4Respondiendo Satanás, dijo a Jehová: Piel por piel, todo
lo que el hombre tiene dará por su vida. 5Pero extiende ahora tu
mano, y toca su hueso y su carne, y verás si no blasfema contra ti en tu misma
presencia. 6Y Jehová dijo a Satanás: He aquí, él está en tu mano;
mas guarda su vida.
7Entonces salió Satanás de la
presencia de Jehová, e hirió a Job con una sarna maligna desde la planta del
pie hasta la coronilla de la cabeza. 8Y tomaba Job un tiesto para
rascarse con él, y estaba sentado en medio de ceniza.
9Entonces le dijo su mujer: ¿Aún
retienes tu integridad? Maldice a Dios, y muérete. 10Y él le dijo:
Como suele hablar cualquiera de las mujeres fatuas, has hablado. ¿Qué?
¿Recibiremos de Dios el bien, y el mal no lo recibiremos? En todo esto no pecó
Job con sus labios.
11Y tres amigos de Job, Elifaz
temanita, Bildad suhita, y Zofar naamatita, luego que oyeron todo este mal que
le había sobrevenido, vinieron cada uno de su lugar; porque habían convenido en
venir juntos para condolerse de él y para consolarle. 12Los
cuales, alzando los ojos desde lejos, no lo conocieron, y lloraron a gritos; y
cada uno de ellos rasgó su manto, y los tres esparcieron polvo sobre sus
cabezas hacia el cielo. 13Así se sentaron con él en tierra por
siete días y siete noches, y ninguno le hablaba palabra, porque veían que su
dolor era muy grande.[3]
f f 25.31: Mt. 16.27.
g g 25.31: Mt. 19.28.
h h 25.46: Dn. 12.2.
[1]Reina
Valera Revisada (1960). 1998 (Mt 25.30-46). Miami: Sociedades Bı́blicas
Unidas.
a a 32.8–9: Nm. 13.17–33.
b b 32.10–13: Nm. 14.26–35.
c c 32.28–32: Jos. 1.12–15.
10 Esto es, las aldeas de Jair.
a a 33.38: Nm. 20.22–28; Dt. 10.6.
b
b 33.40: Nm. 21.1.
a a 34.13: Nm. 26.52–56.
b b 34.13–15: Jos. 14.1–5.
[2]Reina
Valera Revisada (1960). 1998 (Nm 31.54-34.29). Miami: Sociedades Bı́blicas
Unidas.
[3]Reina
Valera Revisada (1960). 1998 (Job 1.22-2.13). Miami: Sociedades Bı́blicas
Unidas.
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