¿Estarás predestinado(a) a algo?
¡Destinado(a) a ser feliz!
Por Riqui Ricón*
Porque
verdaderamente se unieron en esta ciudad contra tu santo Hijo Jesús, a quien ungiste, Herodes y
Poncio Pilato, con los gentiles y el pueblo
de Israel, para
hacer cuanto tu mano y tu consejo habían antes determinado que sucediera. Y ahora, Señor, mira sus
amenazas, y concede a tus siervos que
con todo denuedo hablen tu palabra, mientras
extiendes tu mano para que se hagan sanidades y señales y prodigios mediante el
nombre de tu santo Hijo Jesús (Hch 4.27-30).
Hoy en día, todavía hay creyentes
que piensan que los judíos no debieron colgar a Jesús de un madero y darle
muerte. Consideran que fue una injusticia hacerle eso al pobrecito Señor Jesús.
¡Gracias a Dios por esa
injusticia cometida contra Su Hijo!
Él pagó con Su Sangre y con Su
Vida el justo precio por TODOS tus pecados y ahora, si es que has reconocido a
Jesús como Señor y Salvador de tu vida, has sido justificado(a), perdonado(a) y
tienes derecho a la Vida Eterna que solamente un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a)
de Nuevo puede gozar.
Todo esto porque el Amor, la mano
y el consejo de Dios lo habían determinado para ti.
¡Ese siempre fue el Plan de Dios
para tu Redención y Liberación!
No te confundas amado(a), nada es
al azar ni por casualidad en tu vida, pues tú eres la más preciosa posesión que
Dios tiene. Sólo piensa que el precio que pagó por ti fue la Vida misma de Su
propio Hijo Jesús.
Aunque mi padre y mi madre me
dejaran, Con todo, Jehová me recogerá (sal 27. 10).
Él no hizo esto para después
dejarte de lado tirado(a) y abandonado(a) a tu suerte. ¡No! ¡De ninguna manera!
¡Dios lo sabe todo! ¡Dios lo conoce todo! ¡Dios lo puede todo! Él te ama y
tiene un plan para ti.
Pon atención a como lo expresa
Él, con Sus propias Palabras:
¿Se olvidará la mujer de lo
que dio a luz, para dejar de compadecerse del hijo de su vientre? Aunque olvide
ella, yo nunca me olvidaré de ti (Isa 49. 15).
¡Dios está determinado a nunca
olvidarte, a no dejarte ni desampararte!
Nadie te podrá hacer frente en todos los días de tu vida;
como estuve con Moisés, estaré contigo; no te dejaré, ni te desampararé (Jos 1.5).
¡Dios te ama tanto que prefirió
entregar a Su propio Hijo antes que perderte a ti!
Porque
de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo
aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su
Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él (Jua 3.16-17).
No sólo te amó para salvarte
sino que te ama tanto que, por medio de la muerte y resurrección de
Jesucristo, decidió hacer de ti Su
propio(a) Hijo(a).
MIREN CUÁNTO NOS ama el Padre celestial que permite que
seamos llamados hijos de Dios. ¡Y lo mas maravilloso es que de veras lo somos!
Naturalmente, como la mayoría de la gente no conoce a Dios, no comprende por
qué lo somos (1
Jn 3.1 BAD).
Por eso el mundo no te
conoce porque no le conocen a Él, porque no conocen Su gran Amor.
Pero, ¿Qué sucede si a
pesar de todo tú vuelves a caer, si tú vuelves a pecar?
Hablando de Su perfecto Amor, es
curioso como algunos piensan que, cuando le piden perdón a Dios por algún
pecado cometido, le están informando a Dios de algo que Él desconocía. Piensan
que Dios apenas se está enterando de su mala conducta y esto no es así. Dios ya
lo sabía, Él está totalmente enterado de todos los pormenores del asunto.
Entonces, lo único que tienes que
hacer es correr hacia Dios en lugar de huir de Él. Arrepiéntete, confiesa tu
pecado y recibe el perdón, pues tu Padre siempre estará dispuesto a perdonarte
y limpiarte. Así lo afirma Él en Su Palabra.
Si confesamos nuestros
pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de
toda maldad (1 Jn 1. 9).
La Verdad es que cuando te
arrepientes y pides perdón, la Palabra de Dios actúa y tú eres hecho(a) libre
del pecado y de la culpabilidad que éste conlleva. ¡Es parte del Plan!
En los acontecimientos que nos
narra el libro de los Hechos en la lectura de hoy, los discípulos fueron
encarcelados y amenazados por las autoridades religiosas. A esta amenaza real,
toda la iglesia respondió en oración: ¡No vamos a temer! ¡El padecimiento y
sacrificio de Jesús no fue casualidad! ¡Tampoco nuestras Nuevas Vidas en esta
tierra, son casualidad! ¡Dios tiene el control! ¡Vamos a seguir y no desistir!
Y ahora, Señor, mira sus
amenazas, y concede a tus siervos que con todo denuedo hablen tu palabra, mientras
extiendes tu mano para que se
hagan sanidades y señales y prodigios mediante el nombre de tu santo Hijo Jesús (Hch
4.29-30).
Tú has sido comprado(a) a precio
de sangre para que, entre otras muchas cosas, tu existencia sobre la tierra
tenga significado y sentido. No para que vivas atrapado(a) por tus circunstancias,
ni para que tus emociones y sentimientos te vuelvan a esclavizar en temor,
angustia, duda, rencor, resentimiento, depresión, frustración, amargura, odio,
etc.
Pues no habéis recibido el
espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido
el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre! (Ro 8.15).
De acuerdo a la Biblia, que es la
Palabra de Dios y no miente, en este Plan perfecto de Dios, ésta es tu
identidad correcta y no otra:
¡Nada ni nadie te puede vencer!
Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que
nos amó (Ro 8. 37).
¡Tú eres más
que capaz de perdonar y amar a tus semejantes como a ti mismo(a)!
la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en
nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado (Ro 5. 5).
¡Tienes
derecho a vivir una vida plena y abundante!
El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido
para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia (Jn 10. 10).
¡Tienes todo
el derecho a una vida próspera, saludable, llena de amor, gozo y paz!
Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas
salud, así como prospera tu alma (3 Jn 2).
¡Eres un(a)
Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo!
siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la
palabra de Dios que vive y permanece para siempre (1 P 1.23).
¡Escrito está! Por lo tanto, todo esto, y más, se va a cumplir en tu
vida.
Si puedes creer. Si puedes creerle a Dios. Si puedes creerle a Su
Palabra. Al que cree todo le es posible.
Jehová
cumplirá su propósito en mí (Sal 138. 8a).
Así como la mano y el consejo
de Dios había antes determinado que sucediera tu redención por medio de
Jesucristo, tú has sido predestinado(a) a vivir una vida plena y victoriosa, y
Dios está empeñado a cumplir su propósito en tu vida.
Oremos en voz audible:
Amado Padre celestial, en esta hora creo y declaro
toda Tu Palabra y consejo sobre de mí vida. Yo, _____________ (tu nombre aquí),
soy ese(a) Hijo(a) Tuyo Nacido(a) de Nuevo que Tu Palabra, la Biblia, dice que
Soy. Tú estás conmigo y en mí. Nunca me has dejado ni me dejarás. Tengo la Vida
Eterna de un(a) Hijo(a) de Dios y tengo derecho a una Vida Plena y Abundante.
Me determino con Tu ayuda, Espíritu Santo, a hacer que esto suceda así, por
medio de la fe. Creyéndote a Ti, Señor Jesús, creyendo a Tu Palabra. Así que,
declaro que estoy habilitada(o) por Dios con la Vida Eterna para reinar sobre
la tierra. Voy a establecer Tu Reino poniendo la Palabra de Dios en mi mente,
boca y corazón. Yo soy la persona que Dios dice que soy en Su Palabra, la
Biblia. ¡Soy
sana(o)! ¡Soy libre! ¡Soy próspera! ¡Soy más que vencedor(a)! ¡Todo lo puedo en
Cristo! Y, por la Sangre de Jesús, soy dichosa(o) para vivir una vida plena y
abundante. Muchas gracias, Señor Jesús. Gracias por esta Nueva Vida en Plenitud
que ahora tengo. Gracias por mi sanidad. Gracias por mi salud. Gracias por mi
prosperidad. Gracias por el Amor, la paz y el gozo que ahora disfruto. ¡Gracias
por mi Victoria sobre la muerte! En el nombre de Jesús. Amén.
Nota Importante:
¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo
establezco una relación con el Todopoderoso?
Sólo haz la siguiente oración en
voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a
Dios:
Señor Jesús, yo creo que eres el
Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis
pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí
acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa
derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a
entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi
único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios
Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a
Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido
de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más
estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C. Peredo
Jaime © 2011
Tres Recomendaciones:
Lo que acabas de suceder al reconocer a Jesucristo como el Señor y
Salvador de tu vida, de acuerdo con La Palabra de Dios, es que has Nacido de
Nuevo, ya no más como un ser humano común y corriente, sujeto a la ley del
pecado y de la muerte, sino que ahora eres un(a) legítimo(a) y auténtico(a)
Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo, exactamente igual a Jesucristo, quien ahora
es tu Hermano Mayor. Por lo tanto, te hago estas tres importantísimas
recomendaciones:
1.
Orar. Orar es platicar con Dios. Así que, búscate
un lugar tranquilo donde puedas comenzar a platicar todas tus cosas con Él.
Hazlo de forma audible y notarás como Dios siempre responderá a tu corazón.
2.
Leer y meditar la Palabra de Dios. La Biblia es La
Palabra de Dios, así que, consigue una Biblia y comienza a leerla y meditarla.
¿Cómo empezar? Es muy sencillo. Dependiendo del día que sea hoy, busca en el
programa de lectura “La Biblia en un año” y realiza las lecturas
correspondientes. Este programa lo puedes obtener en: A
Través de La Biblia En Un Ano (palabradehonor.org) Notarás que el
programa está arreglado para imprimirlo como un cuadernillo.
3.
En oración con Dios, tu Padre, busca y únete a una
iglesia o congregación cristiana donde enseñen la Palabra de Dios en base a las
Buenas Noticias que son el Evangelio de Jesucristo.
*Ricardo C. Peredo
Jaime © 2020
Lectura
y Meditación de la Palabra de Dios
Haz
estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Abril
14 Hch 4.23-37
/ Deu 21-22 /
Job 14
RV60
Lectura
y Meditación de la Palabra de Dios
Haz
estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Abril
14 Hch 4.23-37
/ Deu 21-22 /
Job 14
Hechos
4. 23-37
Los creyentes piden confianza y valor
23Y puestos en libertad, vinieron a
los suyos y contaron todo lo que los principales sacerdotes y los ancianos les
habían dicho. 24Y ellos, habiéndolo oído, alzaron unánimes la voz
a Dios, y dijeron: Soberano Señor, tú eres el Dios que hiciste el cielo y la
tierra, el mar y todo lo que en ellos hay;b 25que
por boca de David tu siervo dijiste:
¿Por qué se amotinan las gentes,
Y los pueblos piensan cosas vanas?
26 Se
reunieron los reyes de la tierra,
Y los príncipes se juntaron en uno
Contra el Señor, y contra su Cristo.c
27Porque verdaderamente se unieron en esta ciudad contra
tu santo Hijo Jesús, a quien ungiste, Herodesd y Poncio
Pilato,e
con los gentiles y el pueblo de Israel, 28para hacer cuanto tu
mano y tu consejo habían antes determinado que sucediera. 29Y ahora,
Señor, mira sus amenazas, y concede a tus siervos que con todo denuedo hablen
tu palabra, 30mientras extiendes tu mano para que se hagan
sanidades y señales y prodigios mediante el nombre de tu santo Hijo Jesús.
31Cuando hubieron orado, el lugar en que estaban congregados tembló; y
todos fueron llenos del Espíritu Santo, y hablaban con denuedo la palabra de
Dios.
Todas las cosas en común
32Y la multitud de los que habían
creído era de un corazón y un alma; y ninguno decía ser suyo propio nada de lo
que poseía, sino que tenían todas las cosas en común.f 33Y
con gran poder los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor
Jesús, y abundante gracia era sobre todos ellos. 34Así que no
había entre ellos ningún necesitado; porque todos los que poseían heredades o
casas, las vendían, y traían el precio de lo vendido, 35y lo
ponían a los pies de los apóstoles; y se repartía a cada uno según su
necesidad.g 36Entonces José, a quien los
apóstoles pusieron por sobrenombre Bernabé (que traducido es, Hijo de
consolación), levita, natural de Chipre, 37como tenía una heredad,
la vendió y trajo el precio y lo puso a los pies de los apóstoles.[1]
Deuteronomio
21-22
Expiación de un asesinato cuyo autor se desconoce
21
1Si en la tierra que Jehová tu Dios
te da para que la poseas, fuere hallado alguien muerto, tendido en el campo, y
no se supiere quién lo mató, 2entonces tus ancianos y tus jueces
saldrán y medirán la distancia hasta las ciudades que están alrededor del
muerto. 3Y los ancianos de la ciudad más cercana al lugar donde
fuere hallado el muerto, tomarán de las vacas una becerra que no haya
trabajado, que no haya llevado yugo; 4y los ancianos de aquella
ciudad traerán la becerra a un valle escabroso, que nunca haya sido arado ni
sembrado, y quebrarán la cerviz de la becerra allí en el valle. 5Entonces
vendrán los sacerdotes hijos de Leví, porque a ellos escogió Jehová tu Dios
para que le sirvan, y para bendecir en el nombre de Jehová; y por la palabra de
ellos se decidirá toda disputa y toda ofensa. 6Y todos los
ancianos de la ciudad más cercana al lugar donde fuere hallado el muerto
lavarán sus manos sobre la becerra cuya cerviz fue quebrada en el valle;
7y protestarán y dirán: Nuestras manos no han derramado esta sangre, ni
nuestros ojos lo han visto. 8Perdona a tu pueblo Israel, al cual
redimiste, oh Jehová; y no culpes de sangre inocente a tu pueblo Israel. Y la
sangre les será perdonada. 9Y tú quitarás la culpa de la sangre
inocente de en medio de ti, cuando hicieres lo que es recto ante los ojos de
Jehová.
Diversas leyes
10Cuando salieres a la guerra
contra tus enemigos, y Jehová tu Dios los entregare en tu mano, y tomares de
ellos cautivos, 11y vieres entre los cautivos a alguna mujer
hermosa, y la codiciares, y la tomares para ti por mujer, 12la
meterás en tu casa; y ella rapará su cabeza, y cortará sus uñas, 13y
se quitará el vestido de su cautiverio, y se quedará en tu casa; y llorará a su
padre y a su madre un mes entero; y después podrás llegarte a ella, y tú serás
su marido, y ella será tu mujer. 14Y si no te agradare, la dejarás
en libertad; no la venderás por dinero, ni la tratarás como esclava, por cuanto
la humillaste.
15Si un hombre tuviere dos mujeres,
la una amada y la otra aborrecida, y la amada y la aborrecida le hubieren dado
hijos, y el hijo primogénito fuere de la aborrecida; 16en el día
que hiciere heredar a sus hijos lo que tuviere, no podrá dar el derecho de
primogenitura al hijo de la amada con preferencia al hijo de la aborrecida, que
es el primogénito; 17mas al hijo de la aborrecida reconocerá como
primogénito, para darle el doble de lo que correspondiere a cada uno de los
demás; porque él es el principio de su vigor, y suyo es el derecho de la
primogenitura.
18Si alguno tuviere un hijo
contumaz y rebelde, que no obedeciere a la voz de su padre ni a la voz de su
madre, y habiéndole castigado, no les obedeciere; 19entonces lo
tomarán su padre y su madre, y lo sacarán ante los ancianos de su ciudad, y a
la puerta del lugar donde viva; 20y dirán a los ancianos de la
ciudad: Este nuestro hijo es contumaz y rebelde, no obedece a nuestra voz; es
glotón y borracho. 21Entonces todos los hombres de su ciudad lo
apedrearán, y morirá; así quitarás el mal de en medio de ti, y todo Israel
oirá, y temerá.
22Si alguno hubiere cometido algún
crimen digno de muerte, y lo hiciereis morir, y lo colgareis en un madero,
23no dejaréis que su cuerpo pase la noche sobre el madero; sin falta lo
enterrarás el mismo día, porque maldito por Dios es el colgado;a
y no contaminarás tu tierra que Jehová tu Dios te da por heredad.
22
1Si vieres extraviado el buey de tu
hermano, o su cordero, no le negarás tu ayuda; lo volverás a tu hermano.
2Y si tu hermano no fuere tu vecino, o no lo conocieres, lo recogerás en
tu casa, y estará contigo hasta que tu hermano lo busque, y se lo devolverás.
3Así harás con su asno, así harás también con su vestido, y lo mismo
harás con toda cosa de tu hermano que se le perdiere y tú la hallares; no
podrás negarle tu ayuda. 4Si vieres el asno de tu hermano, o su
buey, caído en el camino, no te apartarás de él; le ayudarás a levantarlo.a
5No vestirá la mujer traje de
hombre, ni el hombre vestirá ropa de mujer; porque abominación es a Jehová tu
Dios cualquiera que esto hace.
6Cuando encuentres por el camino
algún nido de ave en cualquier árbol, o sobre la tierra, con pollos o huevos, y
la madre echada sobre los pollos o sobre los huevos, no tomarás la madre con
los hijos. 7Dejarás ir a la madre, y tomarás los pollos para ti,
para que te vaya bien, y prolongues tus días.
8Cuando edifiques casa nueva, harás
pretil a tu terrado, para que no eches culpa de sangre sobre tu casa, si de él
cayere alguno.
9No sembrarás tu viña con semillas
diversas, no sea que se pierda todo, tanto la semilla que sembraste como el
fruto de la viña. 10No ararás con buey y con asno juntamente.
11No vestirás ropa de lana y lino juntamente.b
12Te harás flecos en las cuatro
puntas de tu manto con que te cubras.c
Leyes sobre la castidad
13Cuando alguno tomare mujer, y
después de haberse llegado a ella la aborreciere, 14y le
atribuyere faltas que den que hablar, y dijere: A esta mujer tomé, y me llegué
a ella, y no la hallé virgen; 15entonces el padre de la joven y su
madre tomarán y sacarán las señales de la virginidad de la doncella a los
ancianos de la ciudad, en la puerta; 16y dirá el padre de la joven
a los ancianos: Yo di mi hija a este hombre por mujer, y él la aborrece;
17y he aquí, él le atribuye faltas que dan que hablar, diciendo: No he
hallado virgen a tu hija; pero ved aquí las señales de la virginidad de mi
hija. Y extenderán la vestidura delante de los ancianos de la ciudad. 18Entonces
los ancianos de la ciudad tomarán al hombre y lo castigarán; 19y
le multarán en cien piezas de plata, las cuales darán al padre de la joven, por
cuanto esparció mala fama sobre una virgen de Israel; y la tendrá por mujer, y
no podrá despedirla en todos sus días. 20Mas si resultare ser
verdad que no se halló virginidad en la joven, 21entonces la
sacarán a la puerta de la casa de su padre, y la apedrearán los hombres de su
ciudad, y morirá, por cuanto hizo vileza en Israel fornicando en casa de su
padre; así quitarás el mal de en medio de ti.
22Si fuere sorprendido alguno
acostado con una mujer casada con marido, ambos morirán, el hombre que se
acostó con la mujer, y la mujer también; así quitarás el mal de Israel.
23Si hubiere una muchacha virgen
desposada con alguno, y alguno la hallare en la ciudad, y se acostare con
ella; 24entonces los sacaréis a ambos a la puerta de la ciudad, y
los apedrearéis, y morirán; la joven porque no dio voces en la ciudad, y el
hombre porque humilló a la mujer de su prójimo; así quitarás el mal de en medio
de ti.
25Mas si un hombre hallare en el
campo a la joven desposada, y la forzare aquel hombre, acostándose con ella,
morirá solamente el hombre que se acostó con ella; 26mas a la
joven no le harás nada; no hay en ella culpa de muerte; pues como cuando alguno
se levanta contra su prójimo y le quita la vida, así es en este caso. 27Porque
él la halló en el campo; dio voces la joven desposada, y no hubo quien la
librase.
28Cuando algún hombre hallare a una
joven virgen que no fuere desposada, y la tomare y se acostare con ella, y
fueren descubiertos; 29entonces el hombre que se acostó con ella
dará al padre de la joven cincuenta piezas de plata, y ella será su mujer, por
cuanto la humilló; no la podrá despedir en todos sus días.d
30Ninguno tomará la mujer de su
padre, ni profanará el lecho de su padre.e[2]
Job 14
Job discurre sobre la brevedad de la vida
14
1 El hombre
nacido de mujer,
Corto de días, y hastiado de
sinsabores,
2 Sale como
una flor y es cortado,
Y huye como la sombra y no
permanece.
3 ¿Sobre éste
abres tus ojos,
Y me traes a juicio contigo?
4 ¿Quién hará
limpio a lo inmundo?
Nadie.
5 Ciertamente
sus días están determinados,
Y el número de sus meses está
cerca de ti;
Le pusiste límites, de los
cuales no pasará.
6 Si tú lo
abandonares, él dejará de ser;
Entre tanto deseará, como el
jornalero, su día.
7 Porque si
el árbol fuere cortado, aún queda de él esperanza;
Retoñará aún, y sus renuevos
no faltarán.
8 Si se
envejeciere en la tierra su raíz,
Y su tronco fuere muerto en el
polvo,
9 Al percibir
el agua reverdecerá,
Y hará copa como planta nueva.
10 Mas el
hombre morirá, y será cortado;
Perecerá el hombre, ¿y dónde
estará él?
11 Como las
aguas se van del mar,
Y el río se agota y se seca,
12 Así el
hombre yace y no vuelve a levantarse;
Hasta que no haya cielo, no
despertarán,
Ni se levantarán de su sueño.
13 ¡Oh, quién
me diera que me escondieses en el Seol,
Que me encubrieses hasta
apaciguarse tu ira,
Que me pusieses plazo, y de mí
te acordaras!
14 Si el
hombre muriere, ¿volverá a vivir?
Todos los días de mi edad
esperaré,
Hasta que venga mi liberación.
15 Entonces
llamarás, y yo te responderé;
Tendrás afecto a la hechura de
tus manos.
16 Pero ahora
me cuentas los pasos,
Y no das tregua a mi pecado;
17 Tienes
sellada en saco mi prevaricación,
Y tienes cosida mi iniquidad.
18 Ciertamente
el monte que cae se deshace,
Y las peñas son removidas de
su lugar;
19 Las piedras
se desgastan con el agua impetuosa, que se lleva el polvo de la tierra;
De igual manera haces tú
perecer la esperanza del hombre.
20 Para
siempre serás más fuerte que él, y él se va;
Demudarás su rostro, y le
despedirás.
21 Sus hijos
tendrán honores, pero él no lo sabrá;
O serán humillados, y no
entenderá de ello.
22 Mas su
carne sobre él se dolerá,
Y se entristecerá en él su
alma.[3]
b b 4.24: Ex. 20.11; Sal. 146.6.
c c 4.25–26: Sal. 2.1–2.
d d 4.27: Lc. 23.7–11.
e e 4.27: Mt. 27.1–2; Mr. 15.1; Lc. 23.1; Jn.
18.28–29.
f f 4.32: Hch. 2.44–45.
g g 4.34–35: Mt. 19.21; Mr. 10.21; Lc.
12.33; 18.22.
[1]Reina
Valera Revisada (1960). 1998 (Hch 4.22-37). Miami: Sociedades Bı́blicas
Unidas.
a a 21.23: Gá. 3.13.
a a 22.1–4: Ex. 23.4–5.
b b 22.9–11: Lv. 19.19.
c c 22.12: Nm. 15.37–41.
d d 22.28–29: Ex. 22.16–17.
e e 22.30: Lv. 18.8; 20.11; Dt. 27.20.
[2]Reina
Valera Revisada (1960). 1998 (Dt 20.20-22.30). Miami: Sociedades Bı́blicas
Unidas.
[3]Reina
Valera Revisada (1960). 1998 (Job 13.28-14.22). Miami: Sociedades Bı́blicas
Unidas.
Lectura
y Meditación de la Palabra de Dios
Haz
estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Abril
14 Hch 4.23-37
/ Deu 21-22 /
Job 14
Hechos
4. 23-37
Los creyentes piden confianza y valor
23Y puestos en libertad, vinieron a
los suyos y contaron todo lo que los principales sacerdotes y los ancianos les
habían dicho. 24Y ellos, habiéndolo oído, alzaron unánimes la voz
a Dios, y dijeron: Soberano Señor, tú eres el Dios que hiciste el cielo y la
tierra, el mar y todo lo que en ellos hay;b 25que
por boca de David tu siervo dijiste:
¿Por qué se amotinan las gentes,
Y los pueblos piensan cosas vanas?
26 Se
reunieron los reyes de la tierra,
Y los príncipes se juntaron en uno
Contra el Señor, y contra su Cristo.c
27Porque verdaderamente se unieron en esta ciudad contra
tu santo Hijo Jesús, a quien ungiste, Herodesd y Poncio
Pilato,e
con los gentiles y el pueblo de Israel, 28para hacer cuanto tu
mano y tu consejo habían antes determinado que sucediera. 29Y ahora,
Señor, mira sus amenazas, y concede a tus siervos que con todo denuedo hablen
tu palabra, 30mientras extiendes tu mano para que se hagan
sanidades y señales y prodigios mediante el nombre de tu santo Hijo Jesús.
31Cuando hubieron orado, el lugar en que estaban congregados tembló; y
todos fueron llenos del Espíritu Santo, y hablaban con denuedo la palabra de
Dios.
Todas las cosas en común
32Y la multitud de los que habían
creído era de un corazón y un alma; y ninguno decía ser suyo propio nada de lo
que poseía, sino que tenían todas las cosas en común.f 33Y
con gran poder los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor
Jesús, y abundante gracia era sobre todos ellos. 34Así que no
había entre ellos ningún necesitado; porque todos los que poseían heredades o
casas, las vendían, y traían el precio de lo vendido, 35y lo
ponían a los pies de los apóstoles; y se repartía a cada uno según su
necesidad.g 36Entonces José, a quien los
apóstoles pusieron por sobrenombre Bernabé (que traducido es, Hijo de
consolación), levita, natural de Chipre, 37como tenía una heredad,
la vendió y trajo el precio y lo puso a los pies de los apóstoles.[1]
Deuteronomio
21-22
Expiación de un asesinato cuyo autor se desconoce
21
1Si en la tierra que Jehová tu Dios
te da para que la poseas, fuere hallado alguien muerto, tendido en el campo, y
no se supiere quién lo mató, 2entonces tus ancianos y tus jueces
saldrán y medirán la distancia hasta las ciudades que están alrededor del
muerto. 3Y los ancianos de la ciudad más cercana al lugar donde
fuere hallado el muerto, tomarán de las vacas una becerra que no haya
trabajado, que no haya llevado yugo; 4y los ancianos de aquella
ciudad traerán la becerra a un valle escabroso, que nunca haya sido arado ni
sembrado, y quebrarán la cerviz de la becerra allí en el valle. 5Entonces
vendrán los sacerdotes hijos de Leví, porque a ellos escogió Jehová tu Dios
para que le sirvan, y para bendecir en el nombre de Jehová; y por la palabra de
ellos se decidirá toda disputa y toda ofensa. 6Y todos los
ancianos de la ciudad más cercana al lugar donde fuere hallado el muerto
lavarán sus manos sobre la becerra cuya cerviz fue quebrada en el valle;
7y protestarán y dirán: Nuestras manos no han derramado esta sangre, ni
nuestros ojos lo han visto. 8Perdona a tu pueblo Israel, al cual
redimiste, oh Jehová; y no culpes de sangre inocente a tu pueblo Israel. Y la
sangre les será perdonada. 9Y tú quitarás la culpa de la sangre
inocente de en medio de ti, cuando hicieres lo que es recto ante los ojos de
Jehová.
Diversas leyes
10Cuando salieres a la guerra
contra tus enemigos, y Jehová tu Dios los entregare en tu mano, y tomares de
ellos cautivos, 11y vieres entre los cautivos a alguna mujer
hermosa, y la codiciares, y la tomares para ti por mujer, 12la
meterás en tu casa; y ella rapará su cabeza, y cortará sus uñas, 13y
se quitará el vestido de su cautiverio, y se quedará en tu casa; y llorará a su
padre y a su madre un mes entero; y después podrás llegarte a ella, y tú serás
su marido, y ella será tu mujer. 14Y si no te agradare, la dejarás
en libertad; no la venderás por dinero, ni la tratarás como esclava, por cuanto
la humillaste.
15Si un hombre tuviere dos mujeres,
la una amada y la otra aborrecida, y la amada y la aborrecida le hubieren dado
hijos, y el hijo primogénito fuere de la aborrecida; 16en el día
que hiciere heredar a sus hijos lo que tuviere, no podrá dar el derecho de
primogenitura al hijo de la amada con preferencia al hijo de la aborrecida, que
es el primogénito; 17mas al hijo de la aborrecida reconocerá como
primogénito, para darle el doble de lo que correspondiere a cada uno de los
demás; porque él es el principio de su vigor, y suyo es el derecho de la
primogenitura.
18Si alguno tuviere un hijo
contumaz y rebelde, que no obedeciere a la voz de su padre ni a la voz de su
madre, y habiéndole castigado, no les obedeciere; 19entonces lo
tomarán su padre y su madre, y lo sacarán ante los ancianos de su ciudad, y a
la puerta del lugar donde viva; 20y dirán a los ancianos de la
ciudad: Este nuestro hijo es contumaz y rebelde, no obedece a nuestra voz; es
glotón y borracho. 21Entonces todos los hombres de su ciudad lo
apedrearán, y morirá; así quitarás el mal de en medio de ti, y todo Israel
oirá, y temerá.
22Si alguno hubiere cometido algún
crimen digno de muerte, y lo hiciereis morir, y lo colgareis en un madero,
23no dejaréis que su cuerpo pase la noche sobre el madero; sin falta lo
enterrarás el mismo día, porque maldito por Dios es el colgado;a
y no contaminarás tu tierra que Jehová tu Dios te da por heredad.
22
1Si vieres extraviado el buey de tu
hermano, o su cordero, no le negarás tu ayuda; lo volverás a tu hermano.
2Y si tu hermano no fuere tu vecino, o no lo conocieres, lo recogerás en
tu casa, y estará contigo hasta que tu hermano lo busque, y se lo devolverás.
3Así harás con su asno, así harás también con su vestido, y lo mismo
harás con toda cosa de tu hermano que se le perdiere y tú la hallares; no
podrás negarle tu ayuda. 4Si vieres el asno de tu hermano, o su
buey, caído en el camino, no te apartarás de él; le ayudarás a levantarlo.a
5No vestirá la mujer traje de
hombre, ni el hombre vestirá ropa de mujer; porque abominación es a Jehová tu
Dios cualquiera que esto hace.
6Cuando encuentres por el camino
algún nido de ave en cualquier árbol, o sobre la tierra, con pollos o huevos, y
la madre echada sobre los pollos o sobre los huevos, no tomarás la madre con
los hijos. 7Dejarás ir a la madre, y tomarás los pollos para ti,
para que te vaya bien, y prolongues tus días.
8Cuando edifiques casa nueva, harás
pretil a tu terrado, para que no eches culpa de sangre sobre tu casa, si de él
cayere alguno.
9No sembrarás tu viña con semillas
diversas, no sea que se pierda todo, tanto la semilla que sembraste como el
fruto de la viña. 10No ararás con buey y con asno juntamente.
11No vestirás ropa de lana y lino juntamente.b
12Te harás flecos en las cuatro
puntas de tu manto con que te cubras.c
Leyes sobre la castidad
13Cuando alguno tomare mujer, y
después de haberse llegado a ella la aborreciere, 14y le
atribuyere faltas que den que hablar, y dijere: A esta mujer tomé, y me llegué
a ella, y no la hallé virgen; 15entonces el padre de la joven y su
madre tomarán y sacarán las señales de la virginidad de la doncella a los
ancianos de la ciudad, en la puerta; 16y dirá el padre de la joven
a los ancianos: Yo di mi hija a este hombre por mujer, y él la aborrece;
17y he aquí, él le atribuye faltas que dan que hablar, diciendo: No he
hallado virgen a tu hija; pero ved aquí las señales de la virginidad de mi
hija. Y extenderán la vestidura delante de los ancianos de la ciudad. 18Entonces
los ancianos de la ciudad tomarán al hombre y lo castigarán; 19y
le multarán en cien piezas de plata, las cuales darán al padre de la joven, por
cuanto esparció mala fama sobre una virgen de Israel; y la tendrá por mujer, y
no podrá despedirla en todos sus días. 20Mas si resultare ser
verdad que no se halló virginidad en la joven, 21entonces la
sacarán a la puerta de la casa de su padre, y la apedrearán los hombres de su
ciudad, y morirá, por cuanto hizo vileza en Israel fornicando en casa de su
padre; así quitarás el mal de en medio de ti.
22Si fuere sorprendido alguno
acostado con una mujer casada con marido, ambos morirán, el hombre que se
acostó con la mujer, y la mujer también; así quitarás el mal de Israel.
23Si hubiere una muchacha virgen
desposada con alguno, y alguno la hallare en la ciudad, y se acostare con
ella; 24entonces los sacaréis a ambos a la puerta de la ciudad, y
los apedrearéis, y morirán; la joven porque no dio voces en la ciudad, y el
hombre porque humilló a la mujer de su prójimo; así quitarás el mal de en medio
de ti.
25Mas si un hombre hallare en el
campo a la joven desposada, y la forzare aquel hombre, acostándose con ella,
morirá solamente el hombre que se acostó con ella; 26mas a la
joven no le harás nada; no hay en ella culpa de muerte; pues como cuando alguno
se levanta contra su prójimo y le quita la vida, así es en este caso. 27Porque
él la halló en el campo; dio voces la joven desposada, y no hubo quien la
librase.
28Cuando algún hombre hallare a una
joven virgen que no fuere desposada, y la tomare y se acostare con ella, y
fueren descubiertos; 29entonces el hombre que se acostó con ella
dará al padre de la joven cincuenta piezas de plata, y ella será su mujer, por
cuanto la humilló; no la podrá despedir en todos sus días.d
30Ninguno tomará la mujer de su
padre, ni profanará el lecho de su padre.e[2]
Job 14
Job discurre sobre la brevedad de la vida
14
1 El hombre
nacido de mujer,
Corto de días, y hastiado de
sinsabores,
2 Sale como
una flor y es cortado,
Y huye como la sombra y no
permanece.
3 ¿Sobre éste
abres tus ojos,
Y me traes a juicio contigo?
4 ¿Quién hará
limpio a lo inmundo?
Nadie.
5 Ciertamente
sus días están determinados,
Y el número de sus meses está
cerca de ti;
Le pusiste límites, de los
cuales no pasará.
6 Si tú lo
abandonares, él dejará de ser;
Entre tanto deseará, como el
jornalero, su día.
7 Porque si
el árbol fuere cortado, aún queda de él esperanza;
Retoñará aún, y sus renuevos
no faltarán.
8 Si se
envejeciere en la tierra su raíz,
Y su tronco fuere muerto en el
polvo,
9 Al percibir
el agua reverdecerá,
Y hará copa como planta nueva.
10 Mas el
hombre morirá, y será cortado;
Perecerá el hombre, ¿y dónde
estará él?
11 Como las
aguas se van del mar,
Y el río se agota y se seca,
12 Así el
hombre yace y no vuelve a levantarse;
Hasta que no haya cielo, no
despertarán,
Ni se levantarán de su sueño.
13 ¡Oh, quién
me diera que me escondieses en el Seol,
Que me encubrieses hasta
apaciguarse tu ira,
Que me pusieses plazo, y de mí
te acordaras!
14 Si el
hombre muriere, ¿volverá a vivir?
Todos los días de mi edad
esperaré,
Hasta que venga mi liberación.
15 Entonces
llamarás, y yo te responderé;
Tendrás afecto a la hechura de
tus manos.
16 Pero ahora
me cuentas los pasos,
Y no das tregua a mi pecado;
17 Tienes
sellada en saco mi prevaricación,
Y tienes cosida mi iniquidad.
18 Ciertamente
el monte que cae se deshace,
Y las peñas son removidas de
su lugar;
19 Las piedras
se desgastan con el agua impetuosa, que se lleva el polvo de la tierra;
De igual manera haces tú
perecer la esperanza del hombre.
20 Para
siempre serás más fuerte que él, y él se va;
Demudarás su rostro, y le
despedirás.
21 Sus hijos
tendrán honores, pero él no lo sabrá;
O serán humillados, y no
entenderá de ello.
22 Mas su
carne sobre él se dolerá,
Y se entristecerá en él su
alma.[3]
b b 4.24: Ex. 20.11; Sal. 146.6.
c c 4.25–26: Sal. 2.1–2.
d d 4.27: Lc. 23.7–11.
e e 4.27: Mt. 27.1–2; Mr. 15.1; Lc. 23.1; Jn.
18.28–29.
f f 4.32: Hch. 2.44–45.
g g 4.34–35: Mt. 19.21; Mr. 10.21; Lc.
12.33; 18.22.
[1]Reina
Valera Revisada (1960). 1998 (Hch 4.22-37). Miami: Sociedades Bı́blicas
Unidas.
a a 21.23: Gá. 3.13.
a a 22.1–4: Ex. 23.4–5.
b b 22.9–11: Lv. 19.19.
c c 22.12: Nm. 15.37–41.
d d 22.28–29: Ex. 22.16–17.
e e 22.30: Lv. 18.8; 20.11; Dt. 27.20.
[2]Reina
Valera Revisada (1960). 1998 (Dt 20.20-22.30). Miami: Sociedades Bı́blicas
Unidas.
[3]Reina
Valera Revisada (1960). 1998 (Job 13.28-14.22). Miami: Sociedades Bı́blicas
Unidas.
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