¡Una buena Vida!
Por Riqui Ricón*
Su memoria perecerá de
la tierra, Y no tendrá nombre por las calles. De la luz será lanzado a las
tinieblas, Y echado fuera del mundo. No tendrá hijo ni nieto en su
pueblo, Ni quien le suceda en sus moradas. Sobre su día se espantarán los
de occidente, Y pavor caerá sobre los de oriente. Ciertamente tales son las
moradas del impío, Y este será el lugar del que no conoció a Dios (Job 18.
17-18, 21).
Ciertamente, toda la Biblia es Verdad y el destino
de los malos y malvados está señalado por la Palabra de Dios. No es nada bueno
lo que les ha sido reservado a aquellos que se empeñan en creer que pueden
vivir sus vidas sin Dios y sin enfrentar las consecuencias de sus acciones.
La buena noticia es que tú no tienes nada que
temer,
Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida
eterna en Cristo Jesús Señor nuestro (Ro 6.23).
Por tu forma
de vivir tu vida eras un(a) justo(a) merecedor(a) de la muerte eterna, pero
Dios es tan rico en misericordia y te ha
amado tanto que, a pesar de estar tú ya muerto(a) a causa de los pecados, te
dio nueva vida juntamente con Cristo. ¡Sólo por la gracia de Dios eres salvo(a)!
Y juntamente con Jesús, te resucitó, y también con Cristo Jesús te hizo sentar
en los lugares celestiales.
Pero
Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros
muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos), y juntamente con él nos
resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo
Jesús (Efe 2.4-6).
También es
verdad que Dios te ama tanto que prefirió entregar a Su propio Hijo, como justo
precio por tus pecados, antes que permitir que te pierdas por toda la eternidad
en ese horrible lugar.
Porque
de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo
aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a
su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por
él (Jn 3. 16-17).
No lo dudes,
Dios te ama y Su intención para contigo nunca ha sido condenarte
sino salvarte.
A los cielos y a la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros, que
os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la vida, para que
vivas tú y tu descendencia; amando a Jehová tu Dios,
atendiendo a su voz, y siguiéndole a él; porque él es vida para ti, y
prolongación de tus días; a fin de que habites sobre la tierra que juró Jehová
a tus padres, Abraham, Isaac y Jacob, que les había de dar (Deu 30. 19-20).
Mira con atención el Amor y carácter de tu Padre
celestial, que cuando dio la Ley al pueblo de Israel y estableció la bendición
y la maldición, la vida y la muerte, no le dijo llanamente escoge, sino que le
dice (casi en ton de súplica), “¡escoge, pues, la vida! Ya
que te quiero hacer bien, bendecirte y estar contigo.”
¡Asombroso!
por cuanto todos pecaron, y están
destituidos de la gloria de Dios (Ro 3.23).
Sabiendo Dios que inevitablemente caerías en el
pecado y en la maldición, y que entonces serías destinado(a) a la muerte eterna
y ser separado(a) de Su Presencia, Él te da la dádiva, el regalo, de la Vida Eterna,
esto es, vivir para siempre, por medio de Jesús. Este regalo es para toda la
humanidad y lo recibe aquél (aquella) que CREE y acepta a Jesucristo como su
Señor y Salvador; siendo así, la mayor muestra de que Él nos ama a todos por
igual.
Porque de tal manera amó Dios
al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree,
no se pierda, mas tenga vida eterna (Jn 3. 16).
Es un regalo de amor. Es el Plan Perfecto que
conocemos como Nuevo Pacto en la Sangre de Jesús, donde ahora Él, con tu
permiso expreso, hará que andes en sus mandamientos por medio de la FE en el
sacrificio completo y acabado de Jesucristo en la cruz.
Y
circuncidará Jehová tu Dios tu corazón, y el corazón de tu descendencia, para
que ames a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma, a fin de que
vivas. (Deu 30. 6).
Y así, con la ofrenda de Su
propio Hijo, Jesús, Dios te hizo perfecto(a), esto es, un(a) auténtico(a) y
legítimo(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo. ¡De una vez y para siempre!
porque con una sola
ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados (He 10. 14).
De acuerdo a la Biblia, que es la Palabra de Dios y
no miente, ahora, en Cristo Jesús, tú has sido hecho(a) un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo.
Os
daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de
vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne. Y pondré dentro de vosotros
mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis mis preceptos, y
los pongáis por obra (Eze 36.26-27).
Dios te ha dado un nuevo corazón, te ha hecho
espíritu creado de nuevo y Él mismo, el Espíritu Santo, está en ti y contigo
para ayudarte y acompañarte todos los días de tu vida; la cual, como puedes ver,
¡es Vida Eterna!
De
modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron;
he aquí todas son hechas nuevas (2 Co 5.17).
En verdad, no importa cómo te sientas o cómo te estás
mirando a ti mismo(a) el día de hoy, la Biblia, la Palabra de Dios, es la Verdad,
y ésta declara que tú eres Nueva creación, que has Nacido de Nuevo y no de simiente
corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece
para siempre (1 P 1. 23).
¡Tú ya no
eres más esa persona impía y pecadora destinada a sufrir la muerte eterna!
Eso dice la
Biblia, que es la Palabra de Dios. Entonces, hoy puedes optar por CREERLE y
comenzar a vivir como la persona que Él dice que ya, ahora, tú eres.
MIREN CUÁNTO NOS ama el Padre
celestial que permite que seamos llamados hijos de Dios. ¡Y lo más maravilloso
es que de veras lo somos! Naturalmente, como la mayoría de la gente no conoce a
Dios, no comprende por qué lo somos. (1 Jn 3.1 BAD).
Así que,
ahora eres un(a) Hijo(a) legítimo(a) del Todopoderoso Dios y tienes derecho a
vivir una buena Vida, una Vida Plena y Abundante, ¡una Vida Eterna!
El ladrón no viene sino para
hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la
tengan en abundancia (Jn 10.10).
¡Si puedes creerle a Dios, al que le cree a Dios TODO
le es posible!
Oremos en voz audible:
Amado Padre celestial, que hermoso es saberse amado(a)
por Ti. Entre más leo y medito en Tu Palabra más me asombro y maravillo de Tu
plan perfecto para mi redención y salvación. Soy Tu Hijo(a) legítimo(a) y
puedo, y debo, vivir una vida Plena y Abundante. Me decido, con Tu ayuda,
Espíritu Santo, a creerte y tomar de Tu Plenitud para hacer de mi vida una vida
que vale la pena vivirse. Creo que soy quién Tú dices que soy: todo,
absolutamente todo, lo puedo y en todo problema, angustia o enfermedad soy más
que vencedor(a) por medio de Tu amor. No voy a temer a nada ni a nadie pues Tú
suples todo lo que me falta conforme a Tus riquezas en gloria. ¡Soy sano(a)! ¡Soy
libre! ¡Soy próspero(a)! ¡Soy dichoso(a)! ¡Soy un(a) Hijo(a) del Rey! ¡Gracias
precioso Jesús! Amén.
Nota Importante:
¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo
establezco una relación con el Todopoderoso?
Sólo haz la siguiente oración en
voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a
Dios:
Señor Jesús, yo creo que eres el
Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis
pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí
acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa
derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a
entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi
único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios
Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a
Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido
de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más
estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C. Peredo Jaime © 2011
Tres Recomendaciones:
Lo que acabas de suceder al reconocer a Jesucristo como el Señor y
Salvador de tu vida, de acuerdo con La Palabra de Dios, es que has Nacido de
Nuevo, ya no más como un ser humano común y corriente, sujeto a la ley del
pecado y de la muerte, sino que ahora eres un(a) legítimo(a) y auténtico(a)
Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo, exactamente igual a Jesucristo, quien ahora
es tu Hermano Mayor. Por lo tanto, te hago estas tres importantísimas
recomendaciones:
1.
Orar. Orar es platicar con Dios. Así que, búscate
un lugar tranquilo donde puedas comenzar a platicar todas tus cosas con Él.
Hazlo de forma audible y notarás como Dios siempre responderá a tu corazón.
2.
Leer y meditar la Palabra de Dios. La Biblia es La
Palabra de Dios, así que, consigue una Biblia y comienza a leerla y meditarla.
¿Cómo empezar? Es muy sencillo. Dependiendo del día que sea hoy, busca en el
programa de lectura “La Biblia en un año” y realiza las lecturas
correspondientes. Este programa lo puedes obtener en: A
Través de La Biblia En Un Ano (palabradehonor.org) Notarás que el
programa está arreglado para imprimirlo como un cuadernillo.
3.
En oración con Dios, tu Padre, busca y únete a una
iglesia o congregación cristiana donde enseñen la Palabra de Dios en base a las
Buenas Noticias que son el Evangelio de Jesucristo.
*Ricardo C. Peredo
Jaime © 2020
Lectura
y Meditación de la Palabra de Dios
Haz
estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Abril
18 Hch 7.
1-22 / Deu 29-30
/ Job 18
RV60
Lectura
y Meditación de la Palabra de Dios
Haz
estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Abril
18 Hch 7.
1-22 / Deu 29-30
/ Job 18
Hechos
7. 1-22
Defensa y muerte de Esteban
7
1El sumo sacerdote dijo entonces:
¿Es esto así? 2Y él dijo:
Varones hermanos y padres, oíd: El Dios de la
gloria apareció a nuestro padre Abraham, estando en Mesopotamia, antes que
morase en Harán, 3y le dijo: Sal de tu tierra y de tu parentela, y
ven a la tierra que yo te mostraré.a 4Entonces
salió de la tierra de los caldeos y habitó en Harán;b y de
allí, muerto su padre, Dios le trasladó a esta tierra, en la cual vosotros
habitáis ahora.c 5Y no le dio herencia en ella,
ni aun para asentar un pie; pero le prometió que se la daría en posesión, y a
su descendencia después de él,d cuando él aún no tenía hijo.
6Y le dijo Dios así: Que su descendencia sería extranjera en tierra
ajena, y que los reducirían a servidumbre y los maltratarían, por cuatrocientos
años. 7Mas yo juzgaré, dijo Dios, a la nación de la cual serán
siervos; y después de esto saldrán y me servirán en este lugar.e
8Y le dio el pacto de la circuncisión;f y así Abraham
engendró a Isaac,g y le circuncidó al octavo día; e Isaac a
Jacob,h
y Jacob a los doce patriarcas.i 9Los patriarcas,
movidos por envidia,j vendieron a José para
Egipto;k pero Dios estaba con él,l
10y le libró de todas sus tribulaciones, y le dio gracia y sabiduría
delante de Faraón rey de Egipto, el cual lo puso por gobernador sobre Egipto y
sobre toda su casa.m 11Vino entonces
hambre en toda la tierra de Egipto y de Canaán, y grande tribulación; y
nuestros padres no hallaban alimentos.n 12Cuando
oyó Jacob que había trigo en Egipto, envió a nuestros padres la primera vez.o
13Y en la segunda, José se dio a conocer a sus hermanos,p
y fue manifestado a Faraón el linaje de José.q 14Y
enviando José, hizo venir a su padre Jacob,r y a toda su
parentela, en número de setenta y cinco personas.s
15Así descendió Jacob a Egipto,t donde murió
él,u
y también nuestros padres; 16los cuales fueron trasladados a
Siquem, y puestos en el sepulcro que a precio de dinero compró Abraham de los
hijos de Hamor en Siquem.v
17Pero cuando se acercaba el tiempo
de la promesa, que Dios había jurado a Abraham, el pueblo creció y se
multiplicó en Egipto, 18hasta que se levantó en Egipto otro rey
que no conocía a José.w 19Este rey,
usando de astucia con nuestro pueblo, maltrató a nuestros padres,x
a fin de que expusiesen a la muerte a sus niños, para que no se propagasen.y
20En aquel mismo tiempo nació Moisés, y fue agradable a Dios; y fue
criado tres meses en casa de su padre.z 21Pero
siendo expuesto a la muerte, la hija de Faraón le recogió y le crió como a hijo
suyo.a
22Y fue enseñado Moisés en toda la sabiduría de los egipcios; y era
poderoso en sus palabras y obras.[1]
Deuteronomio
29-30
Pacto de Jehová con Israel en Moab
29
1Estas son las palabras del pacto
que Jehová mandó a Moisés que celebrase con los hijos de Israel en la tierra de
Moab, además del pacto que concertó con ellos en Horeb.
2Moisés, pues, llamó a todo Israel,
y les dijo: Vosotros habéis visto todo lo que Jehová ha hecho delante de
vuestros ojos en la tierra de Egipto a Faraón y a todos sus siervos, y a toda
su tierra, 3las grandes pruebas que vieron vuestros ojos, las
señales y las grandes maravillas. 4Pero hasta hoy Jehová no os ha
dado corazón para entender, ni ojos para ver, ni oídos para oír. 5Y
yo os he traído cuarenta años en el desierto; vuestros vestidos no se han
envejecido sobre vosotros, ni vuestro calzado se ha envejecido sobre vuestro
pie. 6No habéis comido pan, ni bebisteis vino ni sidra; para que
supierais que yo soy Jehová vuestro Dios. 7Y llegasteis a este
lugar, y salieron Sehón rey de Hesbóna y Og rey de
Basánb
delante de nosotros para pelear, y los derrotamos; 8y tomamos su
tierra, y la dimos por heredad a Rubén y a Gad y a la media tribu de Manasés.c
9Guardaréis, pues, las palabras de este pacto, y las pondréis por obra,
para que prosperéis en todo lo que hiciereis.
10Vosotros todos estáis hoy en
presencia de Jehová vuestro Dios; los cabezas de vuestras tribus, vuestros
ancianos y vuestros oficiales, todos los varones de Israel; 11vuestros
niños, vuestras mujeres, y tus extranjeros que habitan en medio de tu
campamento, desde el que corta tu leña hasta el que saca tu agua; 12para
que entres en el pacto de Jehová tu Dios, y en su juramento, que Jehová tu Dios
concierta hoy contigo, 13para confirmarte hoy como su pueblo, y
para que él te sea a ti por Dios, de la manera que él te ha dicho, y como lo
juró a tus padres Abraham, Isaac y Jacob. 14Y no solamente con
vosotros hago yo este pacto y este juramento, 15sino con los que
están aquí presentes hoy con nosotros delante de Jehová nuestro Dios, y con los
que no están aquí hoy con nosotros.
16Porque vosotros sabéis cómo
habitamos en la tierra de Egipto, y cómo hemos pasado por en medio de las
naciones por las cuales habéis pasado; 17y habéis visto sus
abominaciones y sus ídolos de madera y piedra, de plata y oro, que tienen
consigo. 18No sea que haya entre vosotros varón o mujer, o familia
o tribu, cuyo corazón se aparte hoy de Jehová nuestro Dios, para ir a servir a
los dioses de esas naciones; no sea que haya en medio de vosotros raíz que
produzca hiel y ajenjo,d 19y suceda que
al oír las palabras de esta maldición, él se bendiga en su corazón, diciendo:
Tendré paz, aunque ande en la dureza de mi corazón, a fin de que con la
embriaguez quite la sed. 20No querrá Jehová perdonarlo, sino que
entonces humeará la ira de Jehová y su celo sobre el tal hombre, y se asentará
sobre él toda maldición escrita en este libro, y Jehová borrará su nombre de
debajo del cielo; 21y lo apartará Jehová de todas las tribus de
Israel para mal, conforme a todas las maldiciones del pacto escrito en este
libro de la ley. 22Y dirán las generaciones venideras, vuestros
hijos que se levanten después de vosotros, y el extranjero que vendrá de
lejanas tierras, cuando vieren las plagas de aquella tierra, y sus enfermedades
de que Jehová la habrá hecho enfermar 23(azufre y sal, abrasada
toda su tierra; no será sembrada, ni producirá, ni crecerá en ella hierba
alguna, como sucedió en la destrucción de Sodoma y de Gomorra,e
de Adma y de Zeboim, las cuales Jehová destruyó en su furor y en su ira);
24más aún, todas las naciones dirán: ¿Por qué hizo esto Jehová a esta
tierra? ¿Qué significa el ardor de esta gran ira? 25Y responderán:
Por cuanto dejaron el pacto de Jehová el Dios de sus padres, que él concertó
con ellos cuando los sacó de la tierra de Egipto, 26y fueron y
sirvieron a dioses ajenos, y se inclinaron a ellos, dioses que no conocían, y
que ninguna cosa les habían dado. 27Por tanto, se encendió la ira
de Jehová contra esta tierra, para traer sobre ella todas las maldiciones
escritas en este libro; 28y Jehová los desarraigó de su tierra con
ira, con furor y con grande indignación, y los arrojó a otra tierra, como hoy
se ve.
29Las cosas secretas pertenecen a
Jehová nuestro Dios; mas las reveladas son para nosotros y para nuestros hijos
para siempre, para que cumplamos todas las palabras de esta ley.
Condiciones para la restauración y la bendición
30
1Sucederá que cuando hubieren
venido sobre ti todas estas cosas, la bendición y la maldición que he puesto
delante de ti, y te arrepintieres en medio de todas las naciones adonde te
hubiere arrojado Jehová tu Dios, 2y te convirtieres a Jehová tu
Dios, y obedecieres a su voz conforme a todo lo que yo te mando hoy, tú y tus
hijos, con todo tu corazón y con toda tu alma, 3entonces Jehová
hará volver a tus cautivos, y tendrá misericordia de ti, y volverá a recogerte
de entre todos los pueblos adonde te hubiere esparcido Jehová tu Dios. 4Aun
cuando tus desterrados estuvieren en las partes más lejanas que hay debajo del
cielo, de allí te recogerá Jehová tu Dios, y de allá te tomará; 5y
te hará volver Jehová tu Dios a la tierra que heredaron tus padres, y será
tuya; y te hará bien, y te multiplicará más que a tus padres. 6Y
circuncidará Jehová tu Dios tu corazón, y el corazón de tu descendencia, para
que ames a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma, a fin de que
vivas. 7Y pondrá Jehová tu Dios todas estas maldiciones sobre tus
enemigos, y sobre tus aborrecedores que te persiguieron. 8Y tú
volverás, y oirás la voz de Jehová, y pondrás por obra todos sus mandamientos
que yo te ordeno hoy. 9Y te hará Jehová tu Dios abundar en toda
obra de tus manos, en el fruto de tu vientre, en el fruto de tu bestia, y en el
fruto de tu tierra, para bien; porque Jehová volverá a gozarse sobre ti para
bien, de la manera que se gozó sobre tus padres, 10cuando
obedecieres a la voz de Jehová tu Dios, para guardar sus mandamientos y sus
estatutos escritos en este libro de la ley; cuando te convirtieres a Jehová tu
Dios con todo tu corazón y con toda tu alma.
11Porque este mandamiento que yo te
ordeno hoy no es demasiado difícil para ti, ni está lejos. 12No
está en el cielo, para que digas: ¿Quién subirá por nosotros al cielo, y nos lo
traerá y nos lo hará oír para que lo cumplamos? 13Ni está al otro
lado del mar, para que digas: ¿Quién pasará por nosotros el mar, para que nos
lo traiga y nos lo haga oír, a fin de que lo cumplamos? 14Porque
muy cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón, para que la
cumplas.a
15Mira, yo he puesto delante de ti
hoy la vida y el bien, la muerte y el mal; 16porque yo te mando
hoy que ames a Jehová tu Dios, que andes en sus caminos, y guardes sus
mandamientos, sus estatutos y sus decretos, para que vivas y seas multiplicado,
y Jehová tu Dios te bendiga en la tierra a la cual entras para tomar posesión
de ella. 17Mas si tu corazón se apartare y no oyeres, y te dejares
extraviar, y te inclinares a dioses ajenos y les sirvieres, 18yo
os protesto hoy que de cierto pereceréis; no prolongaréis vuestros días sobre
la tierra adonde vais, pasando el Jordán, para entrar en posesión de ella.
19A los cielos y a la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros, que
os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge,
pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia; 20amando a
Jehová tu Dios, atendiendo a su voz, y siguiéndole a él; porque él es vida para
ti, y prolongación de tus días; a fin de que habites sobre la tierra que juró
Jehová a tus padres, Abraham,b Isaacc y
Jacob,d
que les había de dar.[2]
Job 18
Bildad describe la suerte de los malos
18
1Respondió Bildad suhita, y dijo:
2 ¿Cuándo
pondréis fin a las palabras?
Entended, y después hablemos.
3 ¿Por qué
somos tenidos por bestias,
Y a vuestros ojos somos viles?
4 Oh tú, que
te despedazas en tu furor,
¿Será abandonada la tierra por
tu causa,
Y serán removidas de su lugar
las peñas?
5 Ciertamente
la luz de los impíos será apagada,
Y no resplandecerá la centella
de su fuego.
6 La luz se
oscurecerá en su tienda,
Y se apagará sobre él su
lámpara.
7 Sus pasos
vigorosos serán acortados,
Y su mismo consejo lo
precipitará.
8 Porque red
será echada a sus pies,
Y sobre mallas andará.
9 Lazo
prenderá su calcañar;
Se afirmará la trampa contra
él.
10 Su cuerda
está escondida en la tierra,
Y una trampa le aguarda en la
senda.
11 De todas
partes lo asombrarán temores,
Y le harán huir desconcertado.
12 Serán
gastadas de hambre sus fuerzas,
Y a su lado estará preparado
quebrantamiento.
13 La
enfermedad roerá su piel,
Y a sus miembros devorará el
primogénito de la muerte.
14 Su
confianza será arrancada de su tienda,
Y al rey de los espantos será
conducido.
15 En su
tienda morará como si no fuese suya;
Piedra de azufre será
esparcida sobre su morada.
16 Abajo se
secarán sus raíces,
Y arriba serán cortadas sus
ramas.
17 Su memoria
perecerá de la tierra,
Y no tendrá nombre por las
calles.
18 De la luz
será lanzado a las tinieblas,
Y echado fuera del mundo.
19 No tendrá
hijo ni nieto en su pueblo,
Ni quien le suceda en sus
moradas.
20 Sobre su
día se espantarán los de occidente,
Y pavor caerá sobre los de
oriente.
21 Ciertamente
tales son las moradas del impío,
Y este será el lugar del que
no conoció a Dios.[3]
a a 7.2–3: Gn. 12.1.
b b 7.4: Gn. 11.31.
c c 7.4: Gn. 12.4.
d d 7.5: Gn. 12.7; 13.15; 15.18; 17.8.
e e 7.6–7: Gn. 15.13–14.
f f 7.8: Gn. 17.10–14.
g g 7.8: Gn. 21.2–4.
h h 7.8: Gn. 25.26.
i i 7.8: Gn. 29.31—35.18.
j
j 7.9: Gn. 37.11.
k
k 7.9: Gn. 37.28.
l
l 7.9: Gn. 39.2, 21.
m m 7.10: Gn. 41.39–41.
n n 7.11: Gn. 41.54–57.
o o 7.12: Gn. 42.1–2.
p
p 7.13: Gn. 45.1.
q
q 7.13: Gn. 45.16.
r
r 7.14: Gn. 45.9–10, 17–18.
s
s 7.14: Gn. 46.27.
t
t 7.15: Gn. 46.1–7.
u
u 7.15: Gn. 49.33.
v v 7.16: Gn. 23.3–16; 33.19; 50.7–13; Jos.
24.32.
w w 7.17–18: Ex. 1.7–8.
x x 7.19: Ex. 1.10–11.
y y 7.19: Ex. 1.22.
z z 7.20: Ex. 2.2.
a a 7.21: Ex. 2.3–10.
[1]Reina
Valera Revisada (1960). 1998 (Hch 6.15-7.22). Miami: Sociedades Bı́blicas
Unidas.
a
a 29.7: Nm. 21.21–30.
b
b 29.7: Nm. 21.31–35.
c
c 29.8: Nm. 32.33.
d d 29.18: He. 12.15.
e e 29.23: Gn. 19.24–25.
a a 30.12–14: Ro. 10.6–8.
b
b 30.20: Gn. 12.7.
c
c 30.20: Gn. 26.3.
d
d 30.20: Gn. 28.13.
[2]Reina
Valera Revisada (1960). 1998 (Dt 28.68-30.20). Miami: Sociedades Bı́blicas
Unidas.
[3]Reina
Valera Revisada (1960). 1998 (Job 17.16-18.21). Miami: Sociedades Bı́blicas
Unidas.
Lectura
y Meditación de la Palabra de Dios
Haz
estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Abril
18 Hch 7.
1-22 / Deu 29-30
/ Job 18
Hechos
7. 1-22
Defensa y muerte de Esteban
7
1El sumo sacerdote dijo entonces:
¿Es esto así? 2Y él dijo:
Varones hermanos y padres, oíd: El Dios de la
gloria apareció a nuestro padre Abraham, estando en Mesopotamia, antes que
morase en Harán, 3y le dijo: Sal de tu tierra y de tu parentela, y
ven a la tierra que yo te mostraré.a 4Entonces
salió de la tierra de los caldeos y habitó en Harán;b y de
allí, muerto su padre, Dios le trasladó a esta tierra, en la cual vosotros
habitáis ahora.c 5Y no le dio herencia en ella,
ni aun para asentar un pie; pero le prometió que se la daría en posesión, y a
su descendencia después de él,d cuando él aún no tenía hijo.
6Y le dijo Dios así: Que su descendencia sería extranjera en tierra
ajena, y que los reducirían a servidumbre y los maltratarían, por cuatrocientos
años. 7Mas yo juzgaré, dijo Dios, a la nación de la cual serán
siervos; y después de esto saldrán y me servirán en este lugar.e
8Y le dio el pacto de la circuncisión;f y así Abraham
engendró a Isaac,g y le circuncidó al octavo día; e Isaac a
Jacob,h
y Jacob a los doce patriarcas.i 9Los patriarcas,
movidos por envidia,j vendieron a José para
Egipto;k pero Dios estaba con él,l
10y le libró de todas sus tribulaciones, y le dio gracia y sabiduría
delante de Faraón rey de Egipto, el cual lo puso por gobernador sobre Egipto y
sobre toda su casa.m 11Vino entonces
hambre en toda la tierra de Egipto y de Canaán, y grande tribulación; y
nuestros padres no hallaban alimentos.n 12Cuando
oyó Jacob que había trigo en Egipto, envió a nuestros padres la primera vez.o
13Y en la segunda, José se dio a conocer a sus hermanos,p
y fue manifestado a Faraón el linaje de José.q 14Y
enviando José, hizo venir a su padre Jacob,r y a toda su
parentela, en número de setenta y cinco personas.s
15Así descendió Jacob a Egipto,t donde murió
él,u
y también nuestros padres; 16los cuales fueron trasladados a
Siquem, y puestos en el sepulcro que a precio de dinero compró Abraham de los
hijos de Hamor en Siquem.v
17Pero cuando se acercaba el tiempo
de la promesa, que Dios había jurado a Abraham, el pueblo creció y se
multiplicó en Egipto, 18hasta que se levantó en Egipto otro rey
que no conocía a José.w 19Este rey,
usando de astucia con nuestro pueblo, maltrató a nuestros padres,x
a fin de que expusiesen a la muerte a sus niños, para que no se propagasen.y
20En aquel mismo tiempo nació Moisés, y fue agradable a Dios; y fue
criado tres meses en casa de su padre.z 21Pero
siendo expuesto a la muerte, la hija de Faraón le recogió y le crió como a hijo
suyo.a
22Y fue enseñado Moisés en toda la sabiduría de los egipcios; y era
poderoso en sus palabras y obras.[1]
Deuteronomio
29-30
Pacto de Jehová con Israel en Moab
29
1Estas son las palabras del pacto
que Jehová mandó a Moisés que celebrase con los hijos de Israel en la tierra de
Moab, además del pacto que concertó con ellos en Horeb.
2Moisés, pues, llamó a todo Israel,
y les dijo: Vosotros habéis visto todo lo que Jehová ha hecho delante de
vuestros ojos en la tierra de Egipto a Faraón y a todos sus siervos, y a toda
su tierra, 3las grandes pruebas que vieron vuestros ojos, las
señales y las grandes maravillas. 4Pero hasta hoy Jehová no os ha
dado corazón para entender, ni ojos para ver, ni oídos para oír. 5Y
yo os he traído cuarenta años en el desierto; vuestros vestidos no se han
envejecido sobre vosotros, ni vuestro calzado se ha envejecido sobre vuestro
pie. 6No habéis comido pan, ni bebisteis vino ni sidra; para que
supierais que yo soy Jehová vuestro Dios. 7Y llegasteis a este
lugar, y salieron Sehón rey de Hesbóna y Og rey de
Basánb
delante de nosotros para pelear, y los derrotamos; 8y tomamos su
tierra, y la dimos por heredad a Rubén y a Gad y a la media tribu de Manasés.c
9Guardaréis, pues, las palabras de este pacto, y las pondréis por obra,
para que prosperéis en todo lo que hiciereis.
10Vosotros todos estáis hoy en
presencia de Jehová vuestro Dios; los cabezas de vuestras tribus, vuestros
ancianos y vuestros oficiales, todos los varones de Israel; 11vuestros
niños, vuestras mujeres, y tus extranjeros que habitan en medio de tu
campamento, desde el que corta tu leña hasta el que saca tu agua; 12para
que entres en el pacto de Jehová tu Dios, y en su juramento, que Jehová tu Dios
concierta hoy contigo, 13para confirmarte hoy como su pueblo, y
para que él te sea a ti por Dios, de la manera que él te ha dicho, y como lo
juró a tus padres Abraham, Isaac y Jacob. 14Y no solamente con
vosotros hago yo este pacto y este juramento, 15sino con los que
están aquí presentes hoy con nosotros delante de Jehová nuestro Dios, y con los
que no están aquí hoy con nosotros.
16Porque vosotros sabéis cómo
habitamos en la tierra de Egipto, y cómo hemos pasado por en medio de las
naciones por las cuales habéis pasado; 17y habéis visto sus
abominaciones y sus ídolos de madera y piedra, de plata y oro, que tienen
consigo. 18No sea que haya entre vosotros varón o mujer, o familia
o tribu, cuyo corazón se aparte hoy de Jehová nuestro Dios, para ir a servir a
los dioses de esas naciones; no sea que haya en medio de vosotros raíz que
produzca hiel y ajenjo,d 19y suceda que
al oír las palabras de esta maldición, él se bendiga en su corazón, diciendo:
Tendré paz, aunque ande en la dureza de mi corazón, a fin de que con la
embriaguez quite la sed. 20No querrá Jehová perdonarlo, sino que
entonces humeará la ira de Jehová y su celo sobre el tal hombre, y se asentará
sobre él toda maldición escrita en este libro, y Jehová borrará su nombre de
debajo del cielo; 21y lo apartará Jehová de todas las tribus de
Israel para mal, conforme a todas las maldiciones del pacto escrito en este
libro de la ley. 22Y dirán las generaciones venideras, vuestros
hijos que se levanten después de vosotros, y el extranjero que vendrá de
lejanas tierras, cuando vieren las plagas de aquella tierra, y sus enfermedades
de que Jehová la habrá hecho enfermar 23(azufre y sal, abrasada
toda su tierra; no será sembrada, ni producirá, ni crecerá en ella hierba
alguna, como sucedió en la destrucción de Sodoma y de Gomorra,e
de Adma y de Zeboim, las cuales Jehová destruyó en su furor y en su ira);
24más aún, todas las naciones dirán: ¿Por qué hizo esto Jehová a esta
tierra? ¿Qué significa el ardor de esta gran ira? 25Y responderán:
Por cuanto dejaron el pacto de Jehová el Dios de sus padres, que él concertó
con ellos cuando los sacó de la tierra de Egipto, 26y fueron y
sirvieron a dioses ajenos, y se inclinaron a ellos, dioses que no conocían, y
que ninguna cosa les habían dado. 27Por tanto, se encendió la ira
de Jehová contra esta tierra, para traer sobre ella todas las maldiciones
escritas en este libro; 28y Jehová los desarraigó de su tierra con
ira, con furor y con grande indignación, y los arrojó a otra tierra, como hoy
se ve.
29Las cosas secretas pertenecen a
Jehová nuestro Dios; mas las reveladas son para nosotros y para nuestros hijos
para siempre, para que cumplamos todas las palabras de esta ley.
Condiciones para la restauración y la bendición
30
1Sucederá que cuando hubieren
venido sobre ti todas estas cosas, la bendición y la maldición que he puesto
delante de ti, y te arrepintieres en medio de todas las naciones adonde te
hubiere arrojado Jehová tu Dios, 2y te convirtieres a Jehová tu
Dios, y obedecieres a su voz conforme a todo lo que yo te mando hoy, tú y tus
hijos, con todo tu corazón y con toda tu alma, 3entonces Jehová
hará volver a tus cautivos, y tendrá misericordia de ti, y volverá a recogerte
de entre todos los pueblos adonde te hubiere esparcido Jehová tu Dios. 4Aun
cuando tus desterrados estuvieren en las partes más lejanas que hay debajo del
cielo, de allí te recogerá Jehová tu Dios, y de allá te tomará; 5y
te hará volver Jehová tu Dios a la tierra que heredaron tus padres, y será
tuya; y te hará bien, y te multiplicará más que a tus padres. 6Y
circuncidará Jehová tu Dios tu corazón, y el corazón de tu descendencia, para
que ames a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma, a fin de que
vivas. 7Y pondrá Jehová tu Dios todas estas maldiciones sobre tus
enemigos, y sobre tus aborrecedores que te persiguieron. 8Y tú
volverás, y oirás la voz de Jehová, y pondrás por obra todos sus mandamientos
que yo te ordeno hoy. 9Y te hará Jehová tu Dios abundar en toda
obra de tus manos, en el fruto de tu vientre, en el fruto de tu bestia, y en el
fruto de tu tierra, para bien; porque Jehová volverá a gozarse sobre ti para
bien, de la manera que se gozó sobre tus padres, 10cuando
obedecieres a la voz de Jehová tu Dios, para guardar sus mandamientos y sus
estatutos escritos en este libro de la ley; cuando te convirtieres a Jehová tu
Dios con todo tu corazón y con toda tu alma.
11Porque este mandamiento que yo te
ordeno hoy no es demasiado difícil para ti, ni está lejos. 12No
está en el cielo, para que digas: ¿Quién subirá por nosotros al cielo, y nos lo
traerá y nos lo hará oír para que lo cumplamos? 13Ni está al otro
lado del mar, para que digas: ¿Quién pasará por nosotros el mar, para que nos
lo traiga y nos lo haga oír, a fin de que lo cumplamos? 14Porque
muy cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón, para que la
cumplas.a
15Mira, yo he puesto delante de ti
hoy la vida y el bien, la muerte y el mal; 16porque yo te mando
hoy que ames a Jehová tu Dios, que andes en sus caminos, y guardes sus
mandamientos, sus estatutos y sus decretos, para que vivas y seas multiplicado,
y Jehová tu Dios te bendiga en la tierra a la cual entras para tomar posesión
de ella. 17Mas si tu corazón se apartare y no oyeres, y te dejares
extraviar, y te inclinares a dioses ajenos y les sirvieres, 18yo
os protesto hoy que de cierto pereceréis; no prolongaréis vuestros días sobre
la tierra adonde vais, pasando el Jordán, para entrar en posesión de ella.
19A los cielos y a la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros, que
os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge,
pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia; 20amando a
Jehová tu Dios, atendiendo a su voz, y siguiéndole a él; porque él es vida para
ti, y prolongación de tus días; a fin de que habites sobre la tierra que juró
Jehová a tus padres, Abraham,b Isaacc y
Jacob,d
que les había de dar.[2]
Job 18
Bildad describe la suerte de los malos
18
1Respondió Bildad suhita, y dijo:
2 ¿Cuándo
pondréis fin a las palabras?
Entended, y después hablemos.
3 ¿Por qué
somos tenidos por bestias,
Y a vuestros ojos somos viles?
4 Oh tú, que
te despedazas en tu furor,
¿Será abandonada la tierra por
tu causa,
Y serán removidas de su lugar
las peñas?
5 Ciertamente
la luz de los impíos será apagada,
Y no resplandecerá la centella
de su fuego.
6 La luz se
oscurecerá en su tienda,
Y se apagará sobre él su
lámpara.
7 Sus pasos
vigorosos serán acortados,
Y su mismo consejo lo
precipitará.
8 Porque red
será echada a sus pies,
Y sobre mallas andará.
9 Lazo
prenderá su calcañar;
Se afirmará la trampa contra
él.
10 Su cuerda
está escondida en la tierra,
Y una trampa le aguarda en la
senda.
11 De todas
partes lo asombrarán temores,
Y le harán huir desconcertado.
12 Serán
gastadas de hambre sus fuerzas,
Y a su lado estará preparado
quebrantamiento.
13 La
enfermedad roerá su piel,
Y a sus miembros devorará el
primogénito de la muerte.
14 Su
confianza será arrancada de su tienda,
Y al rey de los espantos será
conducido.
15 En su
tienda morará como si no fuese suya;
Piedra de azufre será
esparcida sobre su morada.
16 Abajo se
secarán sus raíces,
Y arriba serán cortadas sus
ramas.
17 Su memoria
perecerá de la tierra,
Y no tendrá nombre por las
calles.
18 De la luz
será lanzado a las tinieblas,
Y echado fuera del mundo.
19 No tendrá
hijo ni nieto en su pueblo,
Ni quien le suceda en sus
moradas.
20 Sobre su
día se espantarán los de occidente,
Y pavor caerá sobre los de
oriente.
21 Ciertamente
tales son las moradas del impío,
Y este será el lugar del que
no conoció a Dios.[3]
a a 7.2–3: Gn. 12.1.
b b 7.4: Gn. 11.31.
c c 7.4: Gn. 12.4.
d d 7.5: Gn. 12.7; 13.15; 15.18; 17.8.
e e 7.6–7: Gn. 15.13–14.
f f 7.8: Gn. 17.10–14.
g g 7.8: Gn. 21.2–4.
h h 7.8: Gn. 25.26.
i i 7.8: Gn. 29.31—35.18.
j
j 7.9: Gn. 37.11.
k
k 7.9: Gn. 37.28.
l
l 7.9: Gn. 39.2, 21.
m m 7.10: Gn. 41.39–41.
n n 7.11: Gn. 41.54–57.
o o 7.12: Gn. 42.1–2.
p
p 7.13: Gn. 45.1.
q
q 7.13: Gn. 45.16.
r
r 7.14: Gn. 45.9–10, 17–18.
s
s 7.14: Gn. 46.27.
t
t 7.15: Gn. 46.1–7.
u
u 7.15: Gn. 49.33.
v v 7.16: Gn. 23.3–16; 33.19; 50.7–13; Jos.
24.32.
w w 7.17–18: Ex. 1.7–8.
x x 7.19: Ex. 1.10–11.
y y 7.19: Ex. 1.22.
z z 7.20: Ex. 2.2.
a a 7.21: Ex. 2.3–10.
[1]Reina
Valera Revisada (1960). 1998 (Hch 6.15-7.22). Miami: Sociedades Bı́blicas
Unidas.
a
a 29.7: Nm. 21.21–30.
b
b 29.7: Nm. 21.31–35.
c
c 29.8: Nm. 32.33.
d d 29.18: He. 12.15.
e e 29.23: Gn. 19.24–25.
a a 30.12–14: Ro. 10.6–8.
b
b 30.20: Gn. 12.7.
c
c 30.20: Gn. 26.3.
d
d 30.20: Gn. 28.13.
[2]Reina
Valera Revisada (1960). 1998 (Dt 28.68-30.20). Miami: Sociedades Bı́blicas
Unidas.
[3]Reina
Valera Revisada (1960). 1998 (Job 17.16-18.21). Miami: Sociedades Bı́blicas
Unidas.
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