¡Cómo en medio de tantos problemas puedes tú terminar este
año con alegría y paz!
¡Con la Palabra de Dios! ¡Con
Su Palabra de Honor!
Por Riqui Ricón*
¿Por qué gastáis el dinero en
lo que no es pan, y vuestro trabajo en lo que no sacia? Oídme atentamente, y
comed del bien, y se deleitará vuestra alma con grosura. Inclinad
vuestro oído, y venid a mí; oíd, y vivirá vuestra alma; y haré con vosotros
pacto eterno, las misericordias firmes a David… así será mi palabra
que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y
será prosperada en aquello para que la envié. Porque con alegría saldréis, y
con paz seréis vueltos; los montes y los collados levantarán canción delante de
vosotros, y todos los árboles del campo darán palmadas de aplauso. En
lugar de la zarza crecerá ciprés, y en lugar de la ortiga crecerá arrayán; y
será a Jehová por nombre, por señal eterna que nunca será raída (Isa
55.2-3, 11-13).
La corriente de este mundo
siempre afectará tus emociones a través de tus pensamientos para intentar establecer
el miedo y la incredulidad en tu corazón. Así, de esta forma, hasta te
diagnostican enfermedades en los comerciales de la televisión: si tienes esta o
aquella molestia muy probablemente padezcas esta o aquella enfermedad, al igual
que el 87 % de los hombres (o las mujeres), etc., etc.
Además, tienes cuentas que
pagar, conflictos en el hogar y, por si fuera poco, tienes esa sensación de
angustia y soledad que te ofrece la depresión.
Amado(a), sin importar cuales
sean tus circunstancias el día de hoy, puedes confiar que la Palabra de Dios
(la que Él ha hablado acerca de ti), no volverá vacía, sino que será prosperada
en aquello para que la envió. ¡Tú no eres de este mundo y este sistema corrupto
nada tiene en ti!
No se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la
renovación de su mente. Así podrán comprobar cuál es la voluntad de Dios,
buena, agradable y perfecta (Ro 12.2 NVI).
La buena Voluntad de Dios,
perfecta y agradable, para tu vida se llama Plenitud. Él ha establecido que
saldrás con alegría y regresarás en paz. Sólo te pide que lo escuches, que
inclines a Él tu oído y pongas atención a las palabras del Pacto Eterno, que es
el Nuevo Pacto.
Si, pues, habéis
resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a
la diestra de Dios. Poned la mira en las cosas de arriba, no en
las de la tierra. Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida
con Cristo en Dios (Col 3.1-3).
Tu vieja naturaleza murió en
la cruz y ahora tu Vida Nueva como Hijo(a) de Dios está escondida con Cristo en
Dios. Ya no eres más ese(a) hombre (mujer) pecador(a) vendido(a) al pecado y
destinado(a) a la muerte eterna, ¡No! ¡Nunca más!
Yo les he entregado tu palabra, y el mundo los ha odiado porque no son
del mundo, como tampoco yo soy del mundo. No te pido que los quites del mundo,
sino que los protejas del maligno. Ellos no son del mundo, como tampoco lo soy
yo (Jn
17.14-16).
¡Tú no eres de este mundo!
Ahora vivís una nueva vida, y para asemejaros cada vez más a su creador
debéis renovaros sin cesar, día a día, para alcanzar la plena comprensión de
que en esa nueva vida no tiene ninguna importancia haber nacido griego o judío,
ni estar o no circuncidado, ni pertenecer a esta o aquella nación, ni ser
esclavo o libre. Lo único que importa es tener a Cristo, que es el todo en
todos (Col 3.10-11 CST).
Ahora, por lo que Jesús hizo
por Amor a ti, tú eres una Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo, y no de simiente
corruptible, sino de incorruptible, por la Palabra de Dios que vive y permanece
para siempre. Por tanto, puedes, con toda certeza, vestirte como escogido(a) de
Dios, santo(a) y amado(a).
Por lo tanto, como escogidos de Dios, santos y amados, revístanse de
afecto entrañable y de bondad, humildad, amabilidad y paciencia, de modo que se
toleren unos a otros y se perdonen si alguno tiene queja contra otro. Así como
el Señor los perdonó, perdonen también ustedes. Por encima de todo, vístanse de
amor, que es el vínculo perfecto. Que gobierne en sus corazones la paz de
Cristo, a la cual fueron llamados en un solo cuerpo. Y sean agradecidos. Que
habite en ustedes la palabra de Cristo con toda su riqueza: instrúyanse y aconséjense
unos a otros con toda sabiduría; canten salmos, himnos y canciones espirituales
a Dios, con gratitud de corazón (Col 3.12-16 NVI).
Puesto que ahora tienes la
naturaleza de un(a) Hijo(a) de Dios, está claro que sí puedes vestirte de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de
paciencia. Dado que el Amor de Dios ya ha sido derramado en tu corazón por el
Espíritu Santo que te fue dado, ahora puedes soportar y perdonar a tus
semejantes. De la manera que Cristo te perdonó, así también lo puedes hacer tú. Y sobre todas estas cosas vístete
de amor, que es el vínculo perfecto. Y la paz de Dios gobierne en tu
corazón, a la que asimismo fuiste llamado(a) en un solo cuerpo; y sé agradecido(a).
Que la Palabra de Dios, la Biblia, more en abundancia dentro de ti para
enseñarte y exhortarte en toda sabiduría.
Nota bien que nada de todo lo
anterior es algo que tú tengas que hacer como una carga u obligación por ser
cristiano(a), pues, en verdad, esta es tu Nueva Naturaleza como Hijo(a) de
Dios. Dios lo ha hablado y así lo ha decretado. Ahora, así eres tú. Sólo tienes
que creerlo, aceptarlo, recibirlo y, ¡manifestarlo!
¡Qué
contraste, qué diferencia con el desierto de depresión y culpabilidad donde tu
adversario el diablo te quiere ver atrapado!
Y nosotros hemos conocido y creído el amor que Dios tiene para con
nosotros. Dios es amor; y el que permanece en amor, permanece en Dios, y Dios
en él. En esto se ha perfeccionado el amor en nosotros, para que
tengamos confianza en el día del juicio; pues como él es, así somos nosotros en
este mundo (1 Jn 4.16-17).
El Amor que Dios siente por ti
es tan grande y maravilloso que sólo es perfecto cuando caes en la cuenta (y lo
crees), que todo lo que Jesús hizo por ti fue con el propósito de que, así como
Él es, así también seas tú en este mundo.
Como puedes ver, esto no es
algo que tú puedas hacer para Él, sino TODO lo que Él ya hizo por ti al morir y
resucitar para darte la Vida Plena y Abundante que sólo pueden tener los Hijos
de Dios: esto es, ¡la Vida Eterna!
Así que escucha y confía en la
palabra de Honor de tu Padre celestial.
¿Estás enfermo(a)?
Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores;
y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. Mas
él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de
nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados (Isa 53.4-5).
¿Tienes carencia de algo?
Jehová es mi pastor; nada me faltará (Sal 23.1).
Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en
gloria en Cristo Jesús (Fil 4.19).
¿Estás
angustiado(a)?
El te librará del lazo del
cazador, De la peste destructora. Con sus plumas te cubrirá, Y debajo de sus
alas estarás seguro; Escudo y adarga es su verdad. No temerás el terror
nocturno, Ni saeta que vuele de día, Ni pestilencia que ande en oscuridad, Ni
mortandad que en medio del día destruya. Caerán a tu lado mil, Y diez mil a tu
diestra; Mas a ti no llegará. Ciertamente con tus ojos mirarás Y verás la
recompensa de los impíos. Porque has puesto a Jehová, que es mi esperanza, Al
Altísimo por tu habitación, No te sobrevendrá mal, Ni plaga tocará tu morada.
Pues a sus ángeles mandará acerca de ti, Que te guarden en todos tus caminos.
En las manos te llevarán, Para que tu pie no tropiece en piedra. Sobre el león y el áspid
pisarás; Hollarás al cachorro del león y al dragón. Por cuanto en mí ha puesto
su amor, yo también lo libraré; Le pondré en alto, por cuanto ha conocido mi
nombre. Me invocará, y yo le responderé; Con él estaré yo en la angustia; Lo
libraré y le glorificaré. Lo saciaré de larga vida, Y le mostraré mi salvación (Sal
91.3.16).
¡Esta es, Palabra de Dios!
Oremos en voz audible:
Amado Padre celestial, ahora
sé que puedo confiar plenamente en Tu Palabra y, por lo tanto, comprendo y creo
que Tu voluntad para conmigo es buena, agradable y perfecta. Creo y recibo este
tu gran Amor que sientes por mí. Gracias por Tu Palabra, que es la Verdad, y
con la cual puedo dirigir mi vida. Gracias, Señor Jesús, por lo que adquiriste
para mí al morir en esa cruz y al resucitar de la muerte. Por todo esto, creo y declaro que caerán a mi lado mil y diez mil a mi
diestra mas a mí no llegará, porque aunque ande en valle de sombra y de muerte
NO TEMERÉ mal alguno porque Tú, Señor, estás conmigo. Tú eres el que me guarda
y el maligno no me toca. Someto todo problema, angustia o enfermedad a la
autoridad de la Palabra de Dios, mi Padre, y los pongo bajo mis pies. ¡Soy
sano(a)! ¡Soy Libre! ¡Soy próspero(a)! Creo y recibo el Amor, el gozo y la paz
que sólo yo, un(a) Hijo(a) del Rey, puedo experimentar para vivir una vida en
la Plenitud de Dios, mi Padre. ¡No voy a temer! Solamente creeré lo que la
Biblia, la Palabra de Dios, que no miente, dice acerca de mí. En el nombre de Jesús. Amén.
Nota Importante:
¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco una relación con el
Todopoderoso?
Sólo haz la siguiente oración en voz audible poniendo toda tu
atención y corazón a lo que le estás diciendo a Dios:
Señor Jesús, yo
creo que eres el Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para
pagar todos mis pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día
de hoy que sí acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre
preciosa derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te
invito a entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú
seas mi único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios
Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a
Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido
de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más
estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C. Peredo Jaime © 2012
Lectura
y Meditación de la Palabra de Dios
Haz
estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Diciembre
20 Col
2.20-3.17 / Ez 29-30
/ Isa 55
RV60
Lectura
y Meditación de la Palabra de Dios
Haz
estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Diciembre
20 Col
2.20-3.17 / Ez 29-30
/ Isa 55
Colosenses
2.20-3.17
20Pues si habéis muerto con Cristo
en cuanto a los rudimentos del mundo, ¿por qué, como si vivieseis en el mundo,
os sometéis a preceptos 21tales como: No manejes, ni gustes, ni
aun toques 22(en conformidad a mandamientos y doctrinas de
hombres), cosas que todas se destruyen con el uso? 23Tales cosas
tienen a la verdad cierta reputación de sabiduría en culto voluntario, en
humildad y en duro trato del cuerpo; pero no tienen valor alguno contra los
apetitos de la carne.
3
1Si, pues, habéis resucitado con
Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de
Dios.a
2Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. 3Porque
habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios. 4Cuando
Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis
manifestados con él en gloria.
La vida antigua y la nueva
5Haced morir, pues, lo terrenal en
vosotros: fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia,
que es idolatría; 6cosas por las cuales la ira de Dios viene sobre
los hijos de desobediencia, 7en las cuales vosotros también
anduvisteis en otro tiempo cuando vivíais en ellas. 8Pero ahora
dejad también vosotros todas estas cosas: ira, enojo, malicia, blasfemia,
palabras deshonestas de vuestra boca. 9No mintáis los unos a los
otros, habiéndoos despojado del viejo hombreb con sus
hechos, 10y revestido del nuevo,c el cual
conforme a la imagen del que lo creód se va renovando
hasta el conocimiento pleno, 11donde no hay griego ni judío,
circuncisión ni incircuncisión, bárbaro ni escita, siervo ni libre, sino que
Cristo es el todo, y en todos.
12Vestíos, pues, como escogidos de
Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad,
de mansedumbre, de paciencia; 13soportándoos unos a otros, y
perdonándoos unos a otrose si alguno tuviere queja
contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros.f
14Y sobre todas estas cosas vestíos de amor, que es el vínculo
perfecto. 15Y la paz de Dios gobierne en vuestros corazones, a la
que asimismo fuisteis llamados en un solo cuerpo; y sed agradecidos. 16La
palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, enseñándoos y exhortándoos
unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al
Señor con salmos e himnos y cánticos espirituales. 17Y todo lo que
hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús,
dando gracias a Dios Padre por medio de él.g[1]
Ezequiel
29-30
Profecías contra Egipto
29
1En el año décimo, en el mes
décimo, a los doce días del mes, vino a mí palabra de Jehová, diciendo: 2Hijo
de hombre, pon tu rostro contra Faraón rey de Egipto, y profetiza contra él y
contra todo Egipto.a 3Habla, y di:
Así ha dicho Jehová el Señor: He aquí yo estoy contra ti, Faraón rey de Egipto,
el gran dragón que yace en medio de sus ríos, el cual dijo: Mío es el Nilo,
pues yo lo hice. 4Yo, pues, pondré garfios en tus quijadas, y
pegaré los peces de tus ríos a tus escamas, y te sacaré de en medio de tus
ríos, y todos los peces de tus ríos saldrán pegados a tus escamas. 5Y
te dejaré en el desierto a ti y a todos los peces de tus ríos; sobre la faz del
campo caerás; no serás recogido, ni serás juntado; a las fieras de la tierra y
a las aves del cielo te he dado por comida.
6Y sabrán todos los moradores de
Egipto que yo soy Jehová, por cuanto fueron báculo de caña a la casa de
Israel. 7Cuando te tomaron con la mano, te quebraste, y les
rompiste todo el hombro; y cuando se apoyaron en ti, te quebraste, y les
rompiste sus lomos enteramente.
8Por tanto, así ha dicho Jehová el
Señor: He aquí que yo traigo contra ti espada, y cortaré de ti hombres y
bestias. 9Y la tierra de Egipto será asolada y desierta, y sabrán
que yo soy Jehová; por cuanto dijo: El Nilo es mío, y yo lo hice. 10Por
tanto, he aquí yo estoy contra ti, y contra tus ríos; y pondré la tierra de
Egipto en desolación, en la soledad del desierto, desde Migdol hasta Sevene,
hasta el límite de Etiopía. 11No pasará por ella pie de hombre, ni
pie de animal pasará por ella, ni será habitada, por cuarenta años. 12Y
pondré a la tierra de Egipto en soledad entre las tierras asoladas, y sus
ciudades entre las ciudades destruidas estarán desoladas por cuarenta años; y
esparciré a Egipto entre las naciones, y lo dispersaré por las tierras.
13Porque así ha dicho Jehová el
Señor: Al fin de cuarenta años recogeré a Egipto de entre los pueblos entre los
cuales fueren esparcidos; 14y volveré a traer los cautivos de
Egipto, y los llevaré a la tierra de Patros, a la tierra de su origen; y allí
serán un reino despreciable. 15En comparación con los otros reinos
será humilde; nunca más se alzará sobre las naciones; porque yo los disminuiré,
para que no vuelvan a tener dominio sobre las naciones. 16Y no
será ya más para la casa de Israel apoyo de confianza, que les haga recordar el
pecado de mirar en pos de ellos; y sabrán que yo soy Jehová el Señor.
17Aconteció en el año veintisiete
en el mes primero, el día primero del mes, que vino a mí palabra de Jehová,
diciendo: 18Hijo de hombre, Nabucodonosor rey de Babilonia hizo a
su ejército prestar un arduo servicio contra Tiro. Toda cabeza ha quedado
calva, y toda espalda desollada; y ni para él ni para su ejército hubo paga de
Tiro, por el servicio que prestó contra ella. 19Por tanto, así ha
dicho Jehová el Señor; He aquí que yo doy a Nabucodonosor, rey de Babilonia, la
tierra de Egipto; y él tomará sus riquezas, y recogerá sus despojos, y
arrebatará botín, y habrá paga para su ejército. 20Por su trabajo
con que sirvió contra ella le he dado la tierra de Egipto; porque trabajaron
para mí, dice Jehová el Señor.
21En aquel tiempo haré retoñar el
poder de la casa de Israel. Y abriré tu boca en medio de ellos, y sabrán que yo
soy Jehová.
30
1Vino a mí palabra de Jehová,
diciendo: 2Hijo de hombre, profetiza, y di: Así ha dicho Jehová el
Señor: Lamentad: ¡Ay de aquel día! 3Porque cerca está el día,
cerca está el día de Jehová; día de nublado, día de castigo de las naciones
será. 4Y vendrá espada a Egipto, y habrá miedo en Etiopía, cuando
caigan heridos en Egipto; y tomarán sus riquezas, y serán destruidos sus
fundamentos. 5Etiopía, Fut, Lud, toda Arabia, Libia, y los hijos
de las tierras aliadas, caerán con ellos a filo de espada. 6Así ha
dicho Jehová: También caerán los que sostienen a Egipto, y la altivez de su
poderío caerá; desde Migdol hasta Sevene caerán en él a filo de espada, dice
Jehová el Señor. 7Y serán asolados entre las tierras asoladas, y
sus ciudades serán entre las ciudades desiertas. 8Y sabrán que yo
soy Jehová, cuando ponga fuego a Egipto, y sean quebrantados todos sus
ayudadores.
9En aquel tiempo saldrán mensajeros
de delante de mí en naves, para espantar a Etiopía la confiada, y tendrán
espanto como en el día de Egipto; porque he aquí viene.
10Así ha dicho Jehová el Señor:
Destruiré las riquezas de Egipto por mano de Nabucodonosor rey de Babilonia.
11El, y con él su pueblo, los más fuertes de las naciones, serán traídos
para destruir la tierra; y desenvainarán sus espadas sobre Egipto, y llenarán
de muertos la tierra. 12Y secaré los ríos, y entregaré la tierra
en manos de malos, y por mano de extranjeros destruiré la tierra y cuanto en
ella hay. Yo Jehová he hablado.
13Así ha dicho Jehová el Señor:
Destruiré también las imágenes, y destruiré los ídolos de Menfis; y no habrá
más príncipe de la tierra de Egipto, y en la tierra de Egipto pondré temor.
14Asolaré a Patros, y pondré fuego a Zoán, y haré juicios en Tebas.
15Y derramaré mi ira sobre Sin, fortaleza de Egipto, y exterminaré a la
multitud de Tebas. 16Y pondré fuego a Egipto; Sin tendrá gran dolor,
y Tebas será destrozada, y Menfis tendrá continuas angustias. 17Los
jóvenes de Avén y de Pibeset caerán a filo de espada, y las mujeres irán en
cautiverio. 18Y en Tafnes se oscurecerá el día, cuando quebrante
yo allí el poder de Egipto, y cesará en ella la soberbia de su poderío;
tiniebla la cubrirá, y los moradores de sus aldeas irán en cautiverio. 19Haré,
pues, juicios en Egipto, y sabrán que yo soy Jehová.
20Aconteció en el año undécimo, en
el mes primero, a los siete días del mes, que vino a mí palabra de Jehová,
diciendo: 21Hijo de hombre, he quebrado el brazo de Faraón rey de
Egipto; y he aquí que no ha sido vendado poniéndole medicinas, ni poniéndole
faja para ligarlo, a fin de fortalecerlo para que pueda sostener la espada.
22Por tanto, así ha dicho Jehová el Señor: Heme aquí contra Faraón rey
de Egipto, y quebraré sus brazos, el fuerte y el fracturado, y haré que la
espada se le caiga de la mano. 23Y esparciré a los egipcios entre
las naciones, y los dispersaré por las tierras. 24Y fortaleceré
los brazos del rey de Babilonia, y pondré mi espada en su mano; mas quebraré
los brazos de Faraón, y delante de aquél gemirá con gemidos de herido de
muerte. 25Fortaleceré, pues, los brazos del rey de Babilonia, y
los brazos de Faraón caerán; y sabrán que yo soy Jehová, cuando yo ponga mi
espada en la mano del rey de Babilonia, y él la extienda contra la tierra de
Egipto. 26Y esparciré a los egipcios entre las naciones, y los
dispersaré por las tierras; y sabrán que yo soy Jehová.[2]
Isaías 55
Misericordia gratuita para todos
55
1A todos los sedientos: Venid a las
aguas;a
y los que no tienen dinero, venid, comprad y comed. Venid, comprad sin dinero y
sin precio, vino y leche. 2¿Por qué gastáis el dinero en lo que no
es pan, y vuestro trabajo en lo que no sacia? Oídme atentamente, y comed del
bien, y se deleitará vuestra alma con grosura. 3Inclinad vuestro
oído, y venid a mí; oíd, y vivirá vuestra alma; y haré con vosotros pacto
eterno, las misericordias firmes a David.b 4He
aquí que yo lo di por testigo a los pueblos, por jefe y por maestro a las
naciones. 5He aquí, llamarás a gente que no conociste, y gentes
que no te conocieron correrán a ti, por causa de Jehová tu Dios, y del Santo de
Israel que te ha honrado.
6Buscad a Jehová mientras puede ser
hallado, llamadle en tanto que está cercano. 7Deje el impío su
camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Jehová, el cual
tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar.
8Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros
caminos mis caminos, dijo Jehová. 9Como son más altos los cielos
que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis
pensamientos más que vuestros pensamientos.
10Porque como desciende de los
cielos la lluvia y la nieve, y no vuelve allá, sino que riega la tierra, y la
hace germinar y producir, y da semilla al que siembra, y pan al que come,c
11así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino
que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié.
12Porque con alegría saldréis, y
con paz seréis vueltos; los montes y los collados levantarán canción delante de
vosotros, y todos los árboles del campo darán palmadas de aplauso. 13En
lugar de la zarza crecerá ciprés, y en lugar de la ortiga crecerá arrayán; y
será a Jehová por nombre, por señal eterna que nunca será raída.[3]
a a 3.1: Sal. 110.1.
b b 3.9: Ef. 4.22.
c c 3.10: Ef. 4.24.
d d 3.10: Gn. 1.26.
e e 3.12–13: Ef. 4.2.
f f 3.13: Ef. 4.32.
g g 3.16–17: Ef. 5.19–20.
[1] Reina
Valera Revisada (1960). Miami : Sociedades Bı́blicas Unidas, 1998, S. Col
2.20-3.17
a a 29 .1—32.32: Is. 19.1–25; Jer. 46.2–26.
[2] Reina
Valera Revisada (1960). Miami : Sociedades Bı́blicas Unidas, 1998, S. Ez
28.26-30.26
a
a 55.1: Ap. 21.6; 22.17.
b
b 55.3: Hch. 13.34.
c
c 55.10: 2 Co. 9.10.
[3] Reina
Valera Revisada (1960). Miami : Sociedades Bı́blicas Unidas, 1998, S. Is
54.17-55.13
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