jueves, 31 de diciembre de 2020

¿Qué dice Dios del Año Nuevo?

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31 de Diciembre

 

¿Qué dice Dios del Año Nuevo?


¡Año de Esplendor!

Por Riqui Ricón*

Cuando terminó de hablar, dijo a Simón: Boga mar adentro, y echad vuestras redes para pescar. Respondiendo Simón, le dijo: Maestro, toda la noche hemos estado trabajando, y nada hemos pescado; mas en tu palabra echaré la red. Y habiéndolo hecho, encerraron gran cantidad de peces, y su red se rompía. Entonces hicieron señas a los compañeros que estaban en la otra barca, para que viniesen a ayudarles; y vinieron, y llenaron ambas barcas, de tal manera que se hundían (Luc 5.4-7).

Hoy es un día para creer y declarar. Creer y declarar lo que la biblia, la Palabra de Dios que no miente, dice acerca de ti y del tiempo donde estás viviendo.

Por esto, creo y declaro que el año próximo es el año en que reinarás utilizando la Gracia abundante que está sobre ti. ¡Será un año donde alcanzarás el Esplendor de la Gloria del Señor!

En este día en especial, cuando todo el mundo celebra la llegada de un nuevo año, ante las crecientes amenazas de crisis financieras, problemas de salud, violencia y crimen organizado por todos lados, crisis en la familia, la pérdida total y absoluta de los valores humanos, cambio climático, calentamiento global, hambruna, guerras, huracanes, tsunamis, migración ilegal, etc., es buen momento para recordar aquel padre de familia que, desesperado, buscó a Jesús para pedirle AYUDA por su hijo enfermo a quien ni los discípulos pudieron sanar:

Jesús preguntó al padre: ¿Cuánto tiempo hace que le sucede esto? Y él dijo: Desde niño. Y muchas veces le echa en el fuego y en el agua, para matarle; pero si puedes hacer algo, ten misericordia de nosotros, y ayúdanos. Jesús le dijo: Si puedes creer, al que cree todo le es posible (Mar 9.21-23).

¡Vaya cara dura! Decirle a Jesús, “si puedes hacer algo”. Bueno, a lo mejor tú estás enfrentando este año nuevo con la misma súplica hacia Él. No lo sé, quizá tus problemas y necesidades te estén agobiando a tal punto que no encuentras otra salida más que clamar a Él: ¡si puedes hacer algo ten misericordia de mí y ayúdame!

Pues bien, te tengo muy buenas noticias; mira la respuesta que Jesús dio a aquel padre tan agobiado: ¡Si puedes creer, al que cree todo le es posible!

Y cuando Jesús dice “todo” quiere decir, precisamente, TODO.

Jesús respondió: Tened fe en Dios, porque ciertamente cualquiera que tenga fe y no albergue dudas en su corazón, sino que crea que ha de cumplirse lo que dice, podrá mandarle a este monte que se quite de donde está y se arroje al mar, y el monte le obedecerá. Por eso os aseguro que todo lo que pidáis en oración, si ponéis vuestra fe en que habéis de recibirlo, lo recibiréis (Mar 11.22-24 CST).

No importa si tus circunstancias dicen lo contrario, pues tus circunstancias jamás podrán cambiar la verdad, pero, con Cristo Jesús y la Verdad de Su Palabra, tenlo por seguro, tus circunstancias siempre cambiarán.

Simón Pedro había estado trabajando toda la noche sin pescar nada y ante una realidad de escasez y trabajo sin frutos, Jesús le pidió a Pedro que bogara mar a dentro y echara LAS redes (en plural), pues tenía planeado para ellos un año de abundante plenitud. Sin embargo, aunque Pedro aclaró que lo haría por Su Palabra, solamente echo LA red (en singular), una sola red y LA red se rompía.

Interesante, ¿no? Mientras que Dios planea que vivas tu vida en Su Bendición abundante, todas las fuerzas del infierno y su realidad aparente trabajan para que tú NO lo creas y como Pedro, actúes displicentemente arrojando una sola y vieja red.

Ensancha el espacio de tu carpa, y despliega las cortinas de tu morada. ¡No te limites! Alarga tus cuerdas y refuerza tus estacas. Porque a derecha y a izquierda te extenderás; tu descendencia desalojará naciones, y poblará ciudades desoladas. »No temas, porque no serás avergonzada. No te turbes, porque no serás humillada. Olvidarás la vergüenza de tu juventud, y no recordarás más el oprobio de tu viudez. Porque el que te hizo es tu esposo; su nombre es el SEÑOR Todopoderoso. Tu Redentor es el Santo de Israel; ¡Dios de toda la tierra es su nombre! (Isa 54.2-5 NVI).

Lo hermoso de la historia es que Jesús no le recriminó a Pedro su incredulidad sino que, aunque poco le faltó para perder la pesca más asombrosa y abundante que jamás hayan tenido, Jesús se la concedió con Su Amor y corazón de Padre.

MIREN CUÁNTO NOS ama el Padre celestial que permite que seamos llamados hijos de Dios. ¡Y lo mas maravilloso es que de veras lo somos! Naturalmente, como la mayoría de la gente no conoce a Dios, no comprende por qué lo somos (1 Jn 3.1 BAD).

A pesar de toda circunstancia o realidad que te encuentres viviendo en este preciso momento, disponte a recibir el Año Nuevo con alegría, gozo y expectación, pues el próximo año es el año en que reinarás para realizar grandes obras en el Reino de Dios mediante la Gracia abundante que está sobre ti.

¡Será un año de Esplendor! ¡La Gloria de Jehová volverá a brillar sobre de ti!

»Porque tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna. Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para salvarlo por medio de él (Jn 3.16-17 NVI).

Esto será así mediante tu fe, pues Dios sólo te pide que creas, que le creas a Él, que creas Su Palabra, la Biblia. Y es la Biblia la que te dice claramente que Dios te ama tanto que prefirió entregar a Su propio Hijo antes que perderte a ti.

Si Dios no nos negó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó a la muerte por todos nosotros, ¿cómo no habrá de darnos también, junto con su Hijo, todas las cosas? (Ro 8.32 DHH).

Así que, sostente firmemente plantado en la Palabra de Dios y declara con voz audible sobre tu  Año Nuevo:

Amado Padre celestial, en este último día del año, encaro mi futuro sabiendo perfectamente quién soy: ¡Tu Hijo(a) Amado(a)! En Tu Palabra, la Biblia, establezco que este Nuevo Año:

o   ¡Todo lo puedo en Cristo que me fortalece!

o   ¡Yo soy de Dios y he vencido pues mayor es el que está en mí que el que está en el mundo!

o   ¡Ciertamente Cristo Jesús llevó mis enfermedades y sufrió mis dolores y por sus heridas YA HE SIDO sanado(a)!

o   ¡En todas las cosas soy más que vencedor(a) por medio de Aquel que me amó, Cristo Jesús!

o   ¡Aquel que fue engendrado por Dios, Jesucristo, me guarda y el maligno no me toca!

Señor mi Dios, el próximo año será para mí un año de Realización mediante Tu Gracia abundante. ¡Será año de Esplendor! Así que, viviré este próximo año, de enero a diciembre:

o   En salud, libre de enfermedades.

o   Sin temor alguno pues no voy a fracasar.

o   No tendré temor de malas noticias, pues mi corazón está firme, confiado en Ti, Señor, y en Tu Palabra de Honor. ¡Asegurado está mi corazón!

Rechazo la pobreza y la escasez y declaro que todo el año que entra lo voy a transitar con Tu Bendición, y bienes y riquezas habrá en mi casa. Establezco el Amor, la Paz y el Gozo en mi familia y en todas mis relaciones. Tú y yo, Espíritu Santo, haremos del Año Nuevo el mejor año de mi vida. ¡No voy a temer! Tú, Señor, eres mi luz y mi esperanza. ¡Tú eres la fortaleza de mi vida! ¿De quién he de atemorizarme? Ante todo posible problema económico o social, yo sé bien que caerán a mi lado mil y diez mil a mi diestra mas a mí no llegará. Por cuanto en Ti, oh Dios, he puesto mi amor,  Tú también me librarás; me pondrás en alto,  por cuanto he conocido Tu nombre. En el año que entra, te invocaré,  y Tú me responderás; conmigo estarás Tú en la angustia; me librarás y me glorificarás. Me saciarás de larga vida, y me mostrarás Tu salvación. ¡Año Nuevo! Voy a reinar y a realizar grandes obras para el Reino de Dios mediante Su Gracia abundante. ¡Voy a vivir el Esplendor de la Gloria de Jehová en mi vida! En el nombre de Jesús. Amén.

 Nota Importante:

¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco una relación con el Todopoderoso?

Sólo haz la siguiente oración en voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a Dios:

Señor Jesús, yo creo que eres el Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.

*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2012

 


Lectura y Meditación de la Palabra de Dios

Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.

Diciembre 31                                   Luc 5.1-26   /  Ez 48 /  Isa 66

    

Cápsula del día.





Puedes escuchar o descargar la lectura de la  Biblia en audio del día de hoy, la tenemos para ti en dos versiones: 


RV60 



NVI 





Lectura y Meditación de la Palabra de Dios

Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.

Diciembre 31                                   Luc 5.1-26   /  Ez 48 /  Isa 66

 

San Lucas 5.1-26

La pesca milagrosa

(Mt. 4.18–22; Mr. 1.16–20)

5

1Aconteció que estando Jesús junto al lago de Genesaret, el gentío se agolpaba sobre él para oír la palabra de Dios. 2Y vio dos barcas que estaban cerca de la orilla del lago; y los pescadores, habiendo descendido de ellas, lavaban sus redes. 3Y entrando en una de aquellas barcas, la cual era de Simón, le rogó que la apartase de tierra un poco; y sentándose, enseñaba desde la barca a la multitud.a 4Cuando terminó de hablar, dijo a Simón: Boga mar adentro, y echad vuestras redes para pescar. 5Respondiendo Simón, le dijo: Maestro, toda la noche hemos estado trabajando, y nada hemos pescado;b mas en tu palabra echaré la red. 6Y habiéndolo hecho, encerraron gran cantidad de peces,c y su red se rompía. 7Entonces hicieron señas a los compañeros que estaban en la otra barca, para que viniesen a ayudarles; y vinieron, y llenaron ambas barcas, de tal manera que se hundían. 8Viendo esto Simón Pedro, cayó de rodillas ante Jesús, diciendo: Apártate de mí, Señor, porque soy hombre pecador. 9Porque por la pesca que habían hecho, el temor se había apoderado de él, y de todos los que estaban con él, 10y asimismo de Jacobo y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón. Pero Jesús dijo a Simón: No temas; desde ahora serás pescador de hombres. 11Y cuando trajeron a tierra las barcas, dejándolo todo, le siguieron.

Jesús sana a un leproso

(Mt. 8.1–4; Mr. 1.40–45)

12Sucedió que estando él en una de las ciudades, se presentó un hombre lleno de lepra, el cual, viendo a Jesús, se postró con el rostro en tierra y le rogó, diciendo: Señor, si quieres, puedes limpiarme. 13Entonces, extendiendo él la mano, le tocó, diciendo: Quiero; sé limpio. Y al instante la lepra se fue de él. 14Y él le mandó que no lo dijese a nadie; sino ve, le dijo, muéstrate al sacerdote, y ofrece por tu purificación, según mandó Moisés,d para testimonio a ellos. 15Pero su fama se extendía más y más; y se reunía mucha gente para oírle, y para que les sanase de sus enfermedades. 16Mas él se apartaba a lugares desiertos, y oraba.

Jesús sana a un paralítico

(Mt. 9.1–8; Mr. 2.1–12)

17Aconteció un día, que él estaba enseñando, y estaban sentados los fariseos y doctores de la ley, los cuales habían venido de todas las aldeas de Galilea, y de Judea y Jerusalén; y el poder del Señor estaba con él para sanar. 18Y sucedió que unos hombres que traían en un lecho a un hombre que estaba paralítico, procuraban llevarle adentro y ponerle delante de él. 19Pero no hallando cómo hacerlo a causa de la multitud, subieron encima de la casa, y por el tejado le bajaron con el lecho, poniéndole en medio, delante de Jesús. 20Al ver él la fe de ellos, le dijo: Hombre, tus pecados te son perdonados. 21Entonces los escribas y los fariseos comenzaron a cavilar, diciendo: ¿Quién es éste que habla blasfemias? ¿Quién puede perdonar pecados sino sólo Dios? 22Jesús entonces, conociendo los pensamientos de ellos, respondiendo les dijo: ¿Qué caviláis en vuestros corazones? 23¿Qué es más fácil, decir: Tus pecados te son perdonados, o decir: Levántate y anda? 24Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados (dijo al paralítico): A ti te digo: Levántate, toma tu lecho, y vete a tu casa. 25Al instante, levantándose en presencia de ellos, y tomando el lecho en que estaba acostado, se fue a su casa, glorificando a Dios. 26Y todos, sobrecogidos de asombro, glorificaban a Dios; y llenos de temor, decían: Hoy hemos visto maravillas.[1]

 

 

Ezequiel 48

48

1Estos son los nombres de las tribus: Desde el extremo norte por la vía de Hetlón viniendo a Hamat, Hazar-enán, en los confines de Damasco, al norte, hacia Hamat, tendrá Dan una parte, desde el lado oriental hasta el occidental. 2Junto a la frontera de Dan, desde el lado del oriente hasta el lado del mar, tendrá Aser una parte. 3Junto al límite de Aser, desde el lado del oriente hasta el lado del mar, Neftalí, otra. 4Junto al límite de Neftalí, desde el lado del oriente hasta el lado del mar, Manasés, otra. 5Junto al límite de Manasés, desde el lado del oriente hasta el lado del mar, Efraín, otra. 6Junto al límite de Efraín, desde el lado del oriente hasta el lado del mar, Rubén, otra. 7Junto al límite de Rubén, desde el lado del oriente hasta el lado del mar, Judá, otra.

8Junto al límite de Judá, desde el lado del oriente hasta el lado del mar, estará la porción que reservaréis de veinticinco mil cañas de anchura, y de longitud como cualquiera de las otras partes, esto es, desde el lado del oriente hasta el lado del mar; y el santuario estará en medio de ella. 9La porción que reservaréis para Jehová tendrá de longitud veinticinco mil cañas, y diez mil de ancho. 10La porción santa que pertenecerá a los sacerdotes será de veinticinco mil cañas al norte, y de diez mil de anchura al occidente, y de diez mil de ancho al oriente, y de veinticinco mil de longitud al sur; y el santuario de Jehová estará en medio de ella. 11Los sacerdotes santificados de los hijos de Sadoc que me guardaron fidelidad, que no erraron cuando erraron los hijos de Israel, como erraron los levitas, 12ellos tendrán como parte santísima la porción de la tierra reservada, junto al límite de la de los levitas. 13Y la de los levitas, al lado de los límites de la de los sacerdotes, será de veinticinco mil cañas de longitud, y de diez mil de anchura; toda la longitud de veinticinco mil, y la anchura de diez mil. 14No venderán nada de ello, ni lo permutarán, ni traspasarán las primicias de la tierra; porque es cosa consagrada a Jehová.

15Y las cinco mil cañas de anchura que quedan de las veinticinco mil, serán profanas, para la ciudad, para habitación y para ejido; y la ciudad estará en medio. 16Estas serán sus medidas: al lado del norte cuatro mil quinientas cañas, al lado del sur cuatro mil quinientas, al lado del oriente cuatro mil quinientas, y al lado del occidente cuatro mil quinientas. 17Y el ejido de la ciudad será al norte de doscientas cincuenta cañas, al sur de doscientas cincuenta, al oriente de doscientas cincuenta, y de doscientas cincuenta al occidente. 18Y lo que quedare de longitud delante de la porción santa, diez mil cañas al oriente y diez mil al occidente, que será lo que quedará de la porción santa, será para sembrar para los que sirven a la ciudad. 19Y los que sirvan a la ciudad serán de todas la tribus de Israel. 20Toda la porción reservada de veinticinco mil cañas por veinticinco mil en cuadro, reservaréis como porción para el santuario, y para la posesión de la ciudad.

21Y del príncipe será lo que quedare a uno y otro lado de la porción santa y de la posesión de la ciudad, esto es, delante de las veinticinco mil cañas de la porción hasta el límite oriental, y al occidente delante de las veinticinco mil hasta el límite occidental, delante de las partes dichas será del príncipe; porción santa será, y el santuario de la casa estará en medio de ella. 22De este modo la parte del príncipe será la comprendida desde la porción de los levitas y la porción de la ciudad, entre el límite de Judá y el límite de Benjamín.

23En cuanto a las demás tribus, desde el lado del oriente hasta el lado del mar, tendrá Benjamín una porción. 24Junto al límite de Benjamín, desde el lado del oriente hasta el lado del mar, Simeón, otra. 25Junto al límite de Simeón, desde el lado del oriente hasta el lado del mar, Isacar, otra. 26Junto al límite de Isacar, desde el lado del oriente hasta el lado del mar, Zabulón, otra. 27Junto al límite de Zabulón, desde el lado del oriente hasta el lado del mar, Gad, otra. 28Junto al límite de Gad, al lado meridional al sur, será el límite desde Tamar hasta las aguas de las rencillas, y desde Cades y el arroyo hasta el Mar Grande. 29Esta es la tierra que repartiréis por suertes en heredad a las tribus de Israel, y estas son sus porciones, ha dicho Jehová el Señor.

30Y estas son las salidas de la ciudad:a al lado del norte, cuatro mil quinientas cañas por medida. 31Y las puertas de la ciudad serán según los nombres de las tribus de Israel: tres puertas al norte: la puerta de Rubén, una; la puerta de Judá, otra; la puerta de Leví, otra. 32Al lado oriental cuatro mil quinientas cañas, y tres puertas: la puerta de José, una; la puerta de Benjamín, otra; la puerta de Dan, otra. 33Al lado del sur, cuatro mil quinientas cañas por medida, y tres puertas: la puerta de Simeón, una; la puerta de Isacar, otra; la puerta de Zabulón, otra. 34Y al lado occidental cuatro mil quinientas cañas, y sus tres puertas: la puerta de Gad, una; la puerta de Aser, otra; la puerta de Neftalí, otra. 35En derredor tendrá dieciocho mil cañas. Y el nombre de la ciudad desde aquel día será Jehová-sama.6[2]

       

Isaías 66

 

Los juicios de Jehová y la futura prosperidad de Sion

66

1Jehová dijo así: El cielo es mi trono,a y la tierra estrado de mis pies;b ¿dónde está la casa que me habréis de edificar, y dónde el lugar de mi reposo?c 2Mi mano hizo todas estas cosas, y así todas estas cosas fueron, dice Jehová; pero miraré a aquel que es pobre y humilde de espíritu, y que tiembla a mi palabra.

3El que sacrifica buey es como si matase a un hombre; el que sacrifica oveja, como si degollase un perro; el que hace ofrenda, como si ofreciese sangre de cerdo; el que quema incienso, como si bendijese a un ídolo. Y porque escogieron sus propios caminos, y su alma amó sus abominaciones, 4también yo escogeré para ellos escarnios, y traeré sobre ellos lo que temieron; porque llamé, y nadie respondió; hablé, y no oyeron, sino que hicieron lo malo delante de mis ojos, y escogieron lo que me desagrada.

5Oíd palabra de Jehová, vosotros los que tembláis a su palabra: Vuestros hermanos que os aborrecen, y os echan fuera por causa de mi nombre, dijeron: Jehová sea glorificado. Pero él se mostrará para alegría vuestra, y ellos serán confundidos.

6Voz de alboroto de la ciudad, voz del templo, voz de Jehová que da el pago a sus enemigos.

7Antes que estuviese de parto, dio a luz; antes que le viniesen dolores, dio a luz hijo.d 8¿Quién oyó cosa semejante? ¿quién vio tal cosa? ¿Concebirá la tierra en un día? ¿Nacerá una nación de una vez? Pues en cuanto Sion estuvo de parto, dio a luz sus hijos. 9Yo que hago dar a luz, ¿no haré nacer? dijo Jehová. Yo que hago engendrar, ¿impediré el nacimiento? dice tu Dios.

10Alegraos con Jerusalén, y gozaos con ella, todos los que la amáis; llenaos con ella de gozo, todos los que os enlutáis por ella; 11para que maméis y os saciéis de los pechos de sus consolaciones; para que bebáis, y os deleitéis con el resplandor de su gloria.

12Porque así dice Jehová: He aquí que yo extiendo sobre ella paz como un río, y la gloria de las naciones como torrente que se desborda; y mamaréis, y en los brazos seréis traídos, y sobre las rodillas seréis mimados. 13Como aquel a quien consuela su madre, así os consolaré yo a vosotros, y en Jerusalén tomaréis consuelo. 14Y veréis, y se alegrará vuestro corazón, y vuestros huesos reverdecerán como la hierba; y la mano de Jehová para con sus siervos será conocida, y se enojará contra sus enemigos. 15Porque he aquí que Jehová vendrá con fuego, y sus carros como torbellino, para descargar su ira con furor, y su reprensión con llama de fuego. 16Porque Jehová juzgará con fuego y con su espada a todo hombre; y los muertos de Jehová serán multiplicados.

17Los que se santifican y los que se purifican en los huertos, unos tras otros, los que comen carne de cerdo y abominación y ratón, juntamente serán talados, dice Jehová.

18Porque yo conozco sus obras y sus pensamientos; tiempo vendrá para juntar a todas las naciones y lenguas; y vendrán, y verán mi gloria. 19Y pondré entre ellos señal, y enviaré de los escapados de ellos a las naciones, a Tarsis, a Fut y Lud que disparan arco, a Tubal y a Javán, a las costas lejanas que no oyeron de mí, ni vieron mi gloria; y publicarán mi gloria entre las naciones. 20Y traerán a todos vuestros hermanos de entre todas las naciones, por ofrenda a Jehová, en caballos, en carros, en literas, en mulos y en camellos, a mi santo monte de Jerusalén, dice Jehová, al modo que los hijos de Israel traen la ofrenda en utensilios limpios a la casa de Jehová. 21Y tomaré también de ellos para sacerdotes y levitas, dice Jehová.

22Porque como los cielos nuevos y la nueva tierrae que yo hago permanecerán delante de mí, dice Jehová, así permanecerá vuestra descendencia y vuestro nombre. 23Y de mes en mes, y de día de reposo* en día de reposo,* vendrán todos a adorar delante de mí, dijo Jehová.

24Y saldrán, y verán los cadáveres de los hombres que se rebelaron contra mí; porque su gusano nunca morirá, ni su fuego se apagará,f y serán abominables a tod



a a 5.1–3: Mt. 13.1–2; Mr. 3.9–10; 4.1.

b b 5.5: Jn. 21.3.

c c 5.6: Jn. 21.6.

d d 5.14: Lv. 14.1–32.

[1] Reina Valera Revisada (1960). Miami : Sociedades Bı́blicas Unidas, 1998, S. Lc 4.44-5.26

a a 48.30–34: Ap. 21.12–13.

6 Esto es, Jehová allí.

[2] Reina Valera Revisada (1960). Miami : Sociedades Bı́blicas Unidas, 1998, S. Ez 47.23-48.35

a a 66.1: Mt. 5.34; 23.22.

b b 66.1: Mt. 5.35.

c c 66.1: Hch. 7.49–50.

d d 66.7: Ap. 12.5.

e e 66.22: Is. 65.17; 2 P. 3.13; Ap. 21.1.

f f 66.24: Mr. 9.48.


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