¿Qué te espera el próximo año?
¡Este año nuevo tú reinarás!
Por Riqui Ricón*
Porque
he aquí que yo crearé nuevos cielos y nueva tierra; y de lo primero no habrá
memoria, ni más vendrá al pensamiento. Mas os gozaréis y os
alegraréis para siempre en las cosas que yo he creado; porque he aquí que yo
traigo a Jerusalén alegría, y a su pueblo gozo. Y me alegraré con
Jerusalén, y me gozaré con mi pueblo; y nunca más se oirán en ella voz de
lloro, ni voz de clamor (Isa 65.17-19).
Ahora que estás terminando un
año y a punto de comenzar otro totalmente nuevo es importante recordar que el
plan de Dios para tu vida es hacerla toda totalmente nueva.
Sólo con una Vida totalmente
Nueva podrás mirar y entrar a disfrutar esos nuevos cielos y esa nueva tierra
que, prometidos por Dios, sin duda están a punto de hacerse realidad.
Respondió
Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo,
no puede ver el reino de Dios. Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer
siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y
nacer? Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de
agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. Lo que es nacido de
la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es (Jn
3.3-6).
La Buena Noticia es que por el
Amor que Dios te tiene y por la muerte y resurrección de Jesucristo tú has
entrado a la dimensión del Espíritu naciendo de Nuevo como un(a) Hijo(a) de
Dios.
Sin
embargo, Dios es tan rico en misericordia y nos ha amado tanto que, a pesar de
estar ya muertos a causa de los pecados, nos dio nueva vida juntamente con
Cristo (¡sólo por la gracia de Dios somos salvos!) (Efe 2.4-5 CST).
Así es, por el Amor de dios,
tu Padre, Cristo Jesús pagó todos tus pecados y pagó también la consecuente
muerte eterna a la que irremisiblemente te dirigías ofreciéndote el regalo de
la vida abundante que solamente un(a) Hijo(a) de Dios puede tener: ¡La Vida
Eterna!
El
ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que
tengan vida, y para que la tengan en abundancia (Jn 10.10).
Porque si
bien la paga del pecado es muerte, el regalo que nos da Dios es vida eterna a
través de Jesucristo nuestro Señor (Ro 6.23 BAD).
Así que puedes creerlo y debes
declararlo y gritarlo a voz en cuello: ¡En Cristo Jesús tengo todo el derecho de
hacer mi vida una vida plena y abundante!
Y claro que puedes conseguirlo
si comienzas a vivir y actuar como si en verdad le creyeras a Dios, creyendo Su
Palabra, pues tú haz sido hecho(a) justo(a) y el (la) justo(a) por su fe vivirá
[por creerle a Dios, creyendo Su Palabra].
porque
ahora tienen una nueva vida, vida que no recibieron de sus padres y que jamás
se desvanecerá. Esta nueva vida de ustedes es eterna, porque se la dio Cristo,
el vivo y eterno Mensaje de Dios (1 P 1.23 BAD).
Encarar un año nuevo siempre
será emocionante si conoces la Verdad (la Biblia): Que tú eres un(a) Hijo(a) de
Dios Nacido(a) de Nuevo, y no de una simiente corruptible sino de la
incorruptible semilla que es la Palabra de Dios, que vive y permanece para
siempre.
No
trabajarán en vano, ni darán a luz para maldición; porque son linaje de los
benditos de Jehová, y sus descendientes con ellos. Y antes que
clamen, responderé yo; mientras aún hablan, yo habré oído (Isa 65.23-24).
Así que, ¡Prepárate! Porque en
este año que entra no trabajarás en vano, ni darás a luz para maldición pues tú eres linaje de los benditos del Señor, y tus
hijos juntamente contigo. Antes de que le pidas a Dios cualquier cosa, Él te va
a responder, mientras aún hables Él ya te habrá escuchado.
MIREN
CUÁNTO NOS ama el Padre celestial que permite que seamos llamados hijos de
Dios. ¡Y lo mas maravilloso es que de veras lo somos! Naturalmente, como la
mayoría de la gente no conoce a Dios, no comprende por qué lo somos (1 Jn
3.1 BAD).
En este año que va a comenzar,
Dios está muy interesado en que te enteres, y creas, que por la Sangre de su
Hijo Jesús, Él te ha redimido de toda maldición y te ha comprado para que tú
seas legal y legítimamente Su Hijo(a). Pues sólo de esta manera Él podrá
cumplir Su deseo explícito en toda la Biblia: Que tú vivas una Vida plena y abundante.
Sed
sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar (1 P
5.8).
El
propósito del ladrón es robar, matar y destruir. Mi propósito es dar vida
eterna y abundante (Jn 10.10 BAD).
También es importante que
recuerdes que ahora tú no eres de este mundo y, por lo tanto, estás en guerra
contra el mundo. Tienes un enemigo que a base de engaños y mentiras hará todo
lo posible para que le creas a él y así pueda llenarte de miedo e incredulidad
para evitar, a toda costa, que le creas a Dios.
Sin embargo, no tienes nada de
qué preocuparte,
Y a
vosotros, estando muertos en pecados y
en la incircuncisión de vuestra carne,
os dio vida juntamente con él,
perdonándoos todos los pecados, anulando el acta de los decretos que
había contra nosotros, que nos era
contraria, quitándola de en medio y
clavándola en la cruz, y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz (Col
2.13-15).
La Buena Noticia es que ese
enemigo y todos sus secuaces están vencidos y mueren de miedo de pensar que tú
te enteres y creas quien ahora tú eres en Cristo Jesús.
Estaba
en la sinagoga un hombre que tenía un espíritu de demonio inmundo, el cual
exclamó a gran voz, diciendo: Déjanos; ¿qué tienes con nosotros,
Jesús nazareno? ¿Has venido para
destruirnos? Yo te conozco quién eres, el Santo de Dios (Luc 4.33-34).
Para esto apareció el Hijo de
Dios, para deshacer las obras del diablo (1 Jn 3.8b).
Efectivamente, Jesús está en tu vida para deshacer todas
las obras del diablo, obras de temor, angustia, enfermedad, pobreza, amargura,
dolor, depresión y soledad. Por el Nuevo Pacto en Su Sangre ahora eres Nueva
Creación y el glorioso Espíritu Santo vive en ti y contigo para darte una Vida
totalmente Nueva, Vida abundante, Vida Eterna.
Porque
he aquí que yo crearé nuevos cielos y nueva tierra; y de lo primero no habrá
memoria, ni más vendrá al pensamiento. Mas os gozaréis y os alegraréis
para siempre en las cosas que yo he creado; porque he aquí que yo traigo a
Jerusalén alegría, y a su pueblo gozo. Y me alegraré con
Jerusalén, y me gozaré con mi pueblo; y nunca más se oirán en ella voz de
lloro, ni voz de clamor (Isa 65.17-19).
Así que, antes de terminar este año, prepárate para
recibir un año nuevo. ¡Alégrate! No le creas más al diablo. Tú no tienes por
qué seguir pagando ningún precio. El sacrificio de Amor que Jesús hizo por ti
es completo, perfecto y acabado. Así como con tu fe le has recibido como Señor
y Salvador de tu vida, de la misma forma recibe la Nueva Vida que Él ya dispuso
para ti.
Mas vosotros sois linaje
escogido, real sacerdocio, nación santa,
pueblo adquirido por Dios, para que
anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz
admirable (1 P 2.9).
Mas buscad
primeramente el reino de Dios y su justicia,
y todas estas cosas os serán añadidas (Mat 6.33).
Así que el
pecado reinó sobre el hombre y lo condujo a la muerte, pero ahora, por la
justicia de Dios, reina su gracia salvadora para dar vida eterna mediante
nuestro Señor Jesucristo (Ro 5.21 CST).
¡Este año nuevo es el año en que reinarás mediante
la Gracia abundante para que realices grandes obras en el Reino de Dios!
¡Será un año de Esplendor!
Oremos en
voz audible:
Amado Padre
celestial, muchas gracias porque hoy puedo terminar este año en la victoria que
Cristo Jesús ganó para mí. Señor Jesús, gracias por la Vida Nueva que me has
dado para gozarme y alegrarme eternamente. Por lo que hiciste por mí en la
cruz, por la Nueva naturaleza que ahora tengo y disfruto, creo y declaro que
este próximo año, no
trabajaré en vano, ni daré a luz para maldición pues yo soy linaje de los
benditos del Señor, y mis hijos juntamente conmigo. Antes de que te pida
cualquier cosa, mi Dios, Tú me vas a responder, mientras aún hable Tú ya me
habrás escuchado. No voy a escuchar voces de desánimo y fracaso. No daré lugar
en mi vida a la incredulidad, ni al temor. Con Tu ayuda, Espíritu Santo, voy
hacer del próximo año el año que comenzaré a reinar mediante Tu Gracia
Abundante. Voy hacer del próximo año el año del Esplendor de Tu Gloria dentro
de mí. Así que, de todo problema, enfermedad o aflicción saldré más que
vencedor(a), pues TODO lo puedo en Cristo que me fortalece. Por lo tanto,
resisto, ato, reprendo y echo fuera de mi vida la enfermedad, la pobreza, la
escasez, los conflictos familiares, la soledad, la angustia, la depresión, el
miedo y toda obra de mentira. ¡Soy sano(a)! ¡Soy libre! ¡Soy próspero(a)! ¡Soy
dichoso(a)! ¡Soy un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo! En el nombre de
Jesús. Amén.
Nota Importante:
¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco una relación con el
Todopoderoso?
Sólo haz la siguiente oración en voz audible poniendo toda tu
atención y corazón a lo que le estás diciendo a Dios:
Señor Jesús, yo
creo que eres el Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para
pagar todos mis pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día
de hoy que sí acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre
preciosa derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te
invito a entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú
seas mi único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios
Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a
Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido
de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más
estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C. Peredo Jaime © 2012
Lectura
y Meditación de la Palabra de Dios
Haz
estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Diciembre
30 Luc 4.31-44
/ Ez 46-47
/ Isa 65
RV60
Lectura
y Meditación de la Palabra de Dios
Haz
estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Diciembre
30 Luc 4.31-44
/ Ez 46-47
/ Isa 65
San
Lucas 4.31-44
Un hombre que tenía un espíritu inmundo
(Mr. 1.21–28)
31Descendió Jesús a Capernaum,
ciudad de Galilea; y les enseñaba en los días de reposo.* 32Y se
admiraban de su doctrina, porque su palabra era con autoridad.k
33Estaba en la sinagoga un hombre que tenía un espíritu de demonio
inmundo, el cual exclamó a gran voz, 34diciendo: Déjanos; ¿qué
tienes con nosotros, Jesús nazareno? ¿Has venido para destruirnos? Yo te
conozco quién eres, el Santo de Dios. 35Y Jesús le reprendió,
diciendo: Cállate, y sal de él. Entonces el demonio, derribándole en medio de
ellos, salió de él, y no le hizo daño alguno. 36Y estaban todos
maravillados, y hablaban unos a otros, diciendo: ¿Qué palabra es esta, que con
autoridad y poder manda a los espíritus inmundos, y salen? 37Y su
fama se difundía por todos los lugares de los contornos.
Jesús sana a la suegra de Pedro
(Mt. 8.14–15; Mr. 1.29–31)
38Entonces Jesús se levantó y salió
de la sinagoga, y entró en casa de Simón. La suegra de Simón tenía una gran
fiebre; y le rogaron por ella. 39E inclinándose hacia ella,
reprendió a la fiebre; y la fiebre la dejó, y levantándose ella al instante,
les servía.
Muchos sanados al ponerse el sol
(Mt. 8.16–17; Mr. 1.32–34)
40Al ponerse el sol, todos los que
tenían enfermos de diversas enfermedades los traían a él; y él, poniendo las
manos sobre cada uno de ellos, los sanaba. 41También salían
demonios de muchos, dando voces y diciendo: Tú eres el Hijo de Dios. Pero él
los reprendía y no les dejaba hablar, porque sabían que él era el Cristo.
Jesús recorre Galilea predicando
(Mr. 1.35–39)
42Cuando ya era de día, salió y se
fue a un lugar desierto; y la gente le buscaba, y llegando a donde estaba, le
detenían para que no se fuera de ellos. 43Pero él les dijo: Es
necesario que también a otras ciudades anuncie el evangelio del reino de Dios;
porque para esto he sido enviado. 44Y predicaba en las sinagogas
de Galilea.[1]
Ezequiel
46-47
46
1Así ha dicho Jehová el Señor: La
puerta del atrio interior que mira al oriente estará cerrada los seis días de
trabajo, y el día de reposo* se abrirá; se abrirá también el día de la luna
nueva. 2Y el príncipe entrará por el camino del portal de la
puerta exterior, y estará en pie junto al umbral de la puerta mientras los
sacerdotes ofrezcan su holocausto y sus ofrendas de paz, y adorará junto a la
entrada de la puerta; después saldrá; pero no se cerrará la puerta hasta la
tarde. 3Asimismo adorará el pueblo de la tierra delante de Jehová,
a la entrada de la puerta, en los días de reposo* y en las lunas nuevas.
4El holocausto que el príncipe ofrecerá a Jehová en el día de reposo* será
seis corderos sin defecto, y un carnero sin tacha; 5y por
ofrenda un efa con cada carnero; y con cada cordero una ofrenda conforme a sus
posibilidades, y un hin de aceite con el efa. 6Mas el día de la
luna nueva, un becerro sin tacha de la vacada, seis corderos, y un carnero;
deberán ser sin defecto. 7Y hará ofrenda de un efa con el becerro,
y un efa con cada carnero; pero con los corderos, conforme a sus posibilidades;
y un hin de aceite por cada efa. 8Y cuando el príncipe entrare,
entrará por el camino del portal de la puerta, y por el mismo camino saldrá.
9Mas cuando el pueblo de la tierra
entrare delante de Jehová en las fiestas, el que entrare por la puerta del
norte saldrá por la puerta del sur, y el que entrare por la puerta del sur
saldrá por la puerta del norte; no volverá por la puerta por donde entró, sino
que saldrá por la de enfrente de ella. 10Y el príncipe, cuando
ellos entraren, entrará en medio de ellos; y cuando ellos salieren, él saldrá.
11Y en las fiestas y en las
asambleas solemnes será la ofrenda un efa con cada becerro, y un efa con cada
carnero; y con los corderos, conforme a sus posibilidades; y un hin de aceite
con cada efa. 12Mas cuando el príncipe libremente hiciere
holocausto u ofrendas de paz a Jehová, le abrirán la puerta que mira al
oriente, y hará su holocausto y sus ofrendas de paz, como hace en el día de
reposo;*
después saldrá, y cerrarán la puerta después que saliere.
13Y ofrecerás en sacrificio a
Jehová cada día en holocausto un cordero de un año sin defecto; cada mañana lo
sacrificarás. 14Y con él harás todas las mañanas ofrenda de la
sexta parte de un efa, y la tercera parte de un hin de aceite para mezclar con
la flor de harina; ofrenda para Jehová continuamente, por estatuto perpetuo.
15Ofrecerán, pues, el cordero y la ofrenda y el aceite, todas las
mañanas en holocausto continuo.
16Así ha dicho Jehová el Señor: Si
el príncipe diere parte de su heredad a sus hijos, será de ellos; posesión de
ellos será por herencia. 17Mas si de su heredad diere parte a
alguno de sus siervos, será de él hasta el año del jubileo,a
y volverá al príncipe; mas su herencia será de sus hijos. 18Y el
príncipe no tomará nada de la herencia del pueblo, para no defraudarlos de su
posesión; de lo que él posee dará herencia a sus hijos, a fin de que ninguno de
mi pueblo sea echado de su posesión.
19Me trajo después por la entrada
que estaba hacia la puerta, a las cámaras santas de los sacerdotes, las cuales
miraban al norte, y vi que había allí un lugar en el fondo del lado de
occidente. 20Y me dijo: Este es el lugar donde los sacerdotes
cocerán la ofrenda por el pecado y la expiación; allí cocerán la ofrenda, para
no sacarla al atrio exterior, santificando así al pueblo.
21Y luego me sacó al atrio
exterior, y me llevó por los cuatro rincones del atrio; y en cada rincón había
un patio. 22En los cuatro rincones del atrio había patios
cercados, de cuarenta codos de longitud y treinta de ancho; una misma medida
tenían los cuatro. 23Y había una pared alrededor de ellos,
alrededor de los cuatro, y abajo fogones alrededor de las paredes. 24Y
me dijo: Estas son las cocinas, donde los servidores de la casa cocerán la
ofrenda del pueblo.
Las aguas salutíferas
47
1Me hizo volver luego a la entrada
de la casa; y he aquí aguas que salían de debajo del umbral de la casaa
hacia el oriente; porque la fachada de la casa estaba al oriente, y las aguas
descendían de debajo, hacia el lado derecho de la casa, al sur del altar.
2Y me sacó por el camino de la puerta del norte, y me hizo dar la vuelta
por el camino exterior, fuera de la puerta, al camino de la que mira al
oriente; y vi que las aguas salían del lado derecho.
3Y salió el varón hacia el oriente,
llevando un cordel en su mano; y midió mil codos, y me hizo pasar por las aguas
hasta los tobillos. 4Midió otros mil, y me hizo pasar por las
aguas hasta las rodillas. Midió luego otros mil, y me hizo pasar por las aguas
hasta los lomos. 5Midió otros mil, y era ya un río que yo no podía
pasar, porque las aguas habían crecido de manera que el río no se podía pasar
sino a nado. 6Y me dijo: ¿Has visto, hijo de hombre?
Después me llevó, y me hizo volver por la ribera
del río.7Y volviendo yo, vi que en la ribera del río había
muchísimos árboles a uno y otro lado. 8Y me dijo: Estas aguas
salen a la región del oriente, y descenderán al Arabá, y entrarán en el mar; y
entradas en el mar, recibirán sanidad las aguas. 9Y toda alma viviente
que nadare por dondequiera que entraren estos dos ríos, vivirá; y habrá
muchísimos peces por haber entrado allá estas aguas, y recibirán sanidad; y
vivirá todo lo que entrare en este río. 10Y junto a él estarán los
pescadores, y desde En-gadi hasta En-eglaim será su tendedero de redes; y por
sus especies serán los peces tan numerosos como los peces del Mar Grande.
11Sus pantanos y sus lagunas no se sanearán; quedarán para salinas.
12Y junto al río, en la ribera, a uno y otro lado, crecerá toda clase de
árboles frutales; sus hojas nunca caerán, ni faltará su fruto. A su tiempo
madurará, porque sus aguas salen del santuario; y su fruto será para comer, y
su hoja para medicina.
Límites y repartición de la tierra
13Así ha dicho Jehová el Señor: Estos
son los límites en que repartiréis la tierra por heredad entre las doce tribus
de Israel. José tendrá dos partes. 14Y la heredaréis así los unos
como los otros; por ella alcé mi mano jurando que la había de dar a vuestros
padres; por tanto, esta será la tierra de vuestra heredad.
15Y este será el límite de la
tierra hacia el lado del norte; desde el Mar Grande, camino de Hetlón viniendo
a Zedad, 16Hamat, Berota, Sibraim, que está entre el límite de
Damasco y el límite de Hamat; Hazar-haticón, que es el límite de Haurán.
17Y será el límite del norte desde el mar hasta Hazar-enán en el límite
de Damasco al norte, y al límite de Hamat al lado del norte.
18Del lado del oriente, en medio de
Haurán y de Damasco, y de Galaad y de la tierra de Israel, al Jordán; esto
mediréis de límite hasta el mar oriental.
19Del lado meridional, hacia el
sur, desde Tamar hasta las aguas de las rencillas; desde Cades y el arroyo
hasta el Mar Grande; y esto será el lado meridional, al sur.
20Del lado del occidente el Mar
Grande será el límite hasta enfrente de la entrada de Hamat; este será el lado
occidental.
21Repartiréis, pues, esta tierra
entre vosotros según las tribus de Israel. 22Y echaréis sobre ella
suertes por heredad para vosotros, y para los extranjeros que moran entre
vosotros, que entre vosotros han engendrado hijos; y los tendréis como
naturales entre los hijos de Israel; echarán suertes con vosotros para tener
heredad entre las tribus de Israel. 23En la tribu en que morare el
extranjero, allí le daréis su heredad, ha dicho Jehová el Señor.[2]
Isaías 65
Castigo de los rebeldes
65
1Fui buscado por los que no
preguntaban por mí; fui hallado por los que no me buscaban.a
Dije a gente que no invocaba mi nombre: Heme aquí, heme aquí. 2Extendí
mis manos todo el día a pueblo rebelde,b el cual anda
por camino no bueno, en pos de sus pensamientos; 3pueblo que en mi
rostro me provoca de continuo a ira, sacrificando en huertos, y quemando
incienso sobre ladrillos; 4que se quedan en los sepulcros, y en
lugares escondidos pasan la noche; que comen carne de cerdo, y en sus ollas hay
caldo de cosas inmundas; 5que dicen: Estate en tu lugar, no te
acerques a mí, porque soy más santo que tú; éstos son humo en mi furor, fuego
que arde todo el día. 6He aquí que escrito está delante de mí; no
callaré, sino que recompensaré, y daré el pago en su seno 7por
vuestras iniquidades, dice Jehová, y por las iniquidades de vuestros padres
juntamente, los cuales quemaron incienso sobre los montes, y sobre los collados
me afrentaron; por tanto, yo les mediré su obra antigua en su seno.
8Así ha dicho Jehová: Como si
alguno hallase mosto en un racimo, y dijese: No lo desperdicies, porque
bendición hay en él; así haré yo por mis siervos, que no lo destruiré todo.
9Sacaré descendencia de Jacob, y de Judá heredero de mis montes; y mis
escogidos poseerán por heredad la tierra, y mis siervos habitarán allí.
10Y será Sarón para habitación de ovejas, y el valle de Acorc
para majada de vacas, para mi pueblo que me buscó. 11Pero vosotros
los que dejáis a Jehová, que olvidáis mi santo monte, que ponéis mesa para la
Fortuna, y suministráis libaciones para el Destino; 12yo también
os destinaré a la espada, y todos vosotros os arrodillaréis al degolladero, por
cuanto llamé, y no respondisteis; hablé, y no oísteis, sino que hicisteis lo
malo delante de mis ojos, y escogisteis lo que me desagrada.
13Por tanto, así dijo Jehová el
Señor: He aquí que mis siervos comerán, y vosotros tendréis hambre; he aquí que
mis siervos beberán, y vosotros tendréis sed; he aquí que mis siervos se
alegrarán, y vosotros seréis avergonzados; 14he aquí que mis
siervos cantarán por júbilo del corazón, y vosotros clamaréis por el dolor del
corazón, y por el quebrantamiento de espíritu aullaréis. 15Y
dejaréis vuestro nombre por maldición a mis escogidos, y Jehová el Señor te
matará, y a sus siervos llamará por otro nombre. 16El que se
bendijere en la tierra, en el Dios de verdad se bendecirá; y el que jurare en
la tierra, por el Dios de verdad jurará; porque las angustias primeras serán
olvidadas, y serán cubiertas de mis ojos.
Cielos nuevos y tierra nueva
17Porque he aquí que yo crearé
nuevos cielos y nueva tierra;d y de lo primero no habrá
memoria, ni más vendrá al pensamiento. 18Mas os gozaréis y os
alegraréis para siempre en las cosas que yo he creado; porque he aquí que yo
traigo a Jerusalén alegría, y a su pueblo gozo. 19Y me alegraré
con Jerusalén, y me gozaré con mi pueblo; y nunca más se oirán en ella voz de
lloro, ni voz de clamor.e 20No habrá más
allí niño que muera de pocos días, ni viejo que sus días no cumpla; porque el
niño morirá de cien años, y el pecador de cien años será maldito. 21Edificarán
casas, y morarán en ellas; plantarán viñas, y comerán el fruto de ellas.
22No edificarán para que otro habite, ni plantarán para que otro coma;
porque según los días de los árboles serán los días de mi pueblo, y mis
escogidos disfrutarán la obra de sus manos. 23No trabajarán en
vano, ni darán a luz para maldición; porque son linaje de los benditos de
Jehová, y sus descendientes con ellos. 24Y antes que clamen,
responderé yo; mientras aún hablan, yo habré oído. 25El lobo y el
cordero serán apacentados juntos, y el león comerá paja como el buey; y el
polvo será el alimento de la serpiente. No afligirán, ni harán mal en todo mi
santo monte, dijo Jehová.f[3]
* Aquí equivale a sábado.
k k 4.32: Mt. 7.28–29.
[1] Reina
Valera Revisada (1960). Miami : Sociedades Bı́blicas Unidas, 1998, S. Lc
4.30-44
* Aquí equivale a sábado.
* Aquí equivale a sábado.
* Aquí equivale a sábado.
* Aquí equivale a sábado.
a a 46.17: Lv. 25.10.
a a 47.1: Zac. 14.8; Jn. 7.38; Ap. 22.1.
[2] Reina
Valera Revisada (1960). Miami : Sociedades Bı́blicas Unidas, 1998, S. Ez
45.25-47.23
a a 65.1: Ro. 10.20.
b b 65.2: Ro. 10.21.
c c 65.10: Jos. 7.24–26.
d d 65.17: Is. 66.22; 2 P. 3.13; Ap. 21.1.
e e 65.19: Ap. 21.4.
f f 65.25: Is. 11.6–9.
[3] Reina
Valera Revisada (1960). Miami : Sociedades Bı́blicas Unidas, 1998, S. Is
64.12-65.25
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