¡Cómo estar preparado(a) para lo que viene el próximo año!
¡Asombroso!
Por Riqui Ricón*
Ahora, Señor, despides a tu siervo en paz, Conforme a tu palabra;
Porque han visto mis ojos tu salvación, La cual has preparado en presencia de
todos los pueblos; Luz para revelación a los gentiles, Y gloria de tu pueblo
Israel (Luc 2.29-32).
Esta es la
oración que Simeón hizo cuando, movido por el Espíritu Santo, vio a Jesús en el
templo el día que sus padres lo llevaron a presentarlo delante del Señor, según
está escrito en la ley. ¿Cuál es esa salvación que vio Simeón con sus ojos?
¿Qué tan grande era esa salvación que él pudo declarar, sin titubear, que estaba
listo para morir y se despedía en paz?
Para
contestar estas preguntas atendamos a lo que Jesús dijo en su primer sermón en
Nazaret:
El Espíritu de Jehová el Señor
está sobre mí, porque me ungió Jehová; me ha enviado a predicar buenas nuevas a
los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a
los cautivos, y a los presos apertura de la cárcel; a proclamar el
año de la buena voluntad de Jehová, y el día de venganza del Dios nuestro; a
consolar a todos los enlutados; a
ordenar que a los afligidos de Sion se les dé gloria en lugar de ceniza, óleo
de gozo en lugar de luto, manto de alegría en lugar del espíritu angustiado; y
serán llamados árboles de justicia, plantío de Jehová, para gloria suya (Isa
61.1-3).
Jesús fue
enviado por Dios para traerte buenas noticias, animándote si estás desanimado(a),
levantándote si es que has caído; Él ha venido a sanar tu corazón; hacerte
totalmente libre, libre del miedo a la muerte, de las enfermedades, de la
pobreza, de la amargura, soledad, tristeza y depresión.
Porque la ley del Espíritu de
vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte (Ro 8.2).
Jesús vino a
consolarte y a ordenar, con Su Palabra, que se te dé
gloria en lugar de ceniza, óleo de gozo en lugar de luto, manto de alegría en
lugar del espíritu angustiado; por lo que ahora eres
llamado(a) justo(a) y eres propiedad del Señor.
En gran manera me gozaré en
Jehová, mi alma se alegrará en mi Dios; porque me vistió con vestiduras de
salvación, me rodeó de manto de justicia, como a novio me atavió, y como a
novia adornada con sus joyas (Isa 61.10).
Simeón se alegró por lo que sus
ojos miraron. Sin embargo, ¿cómo podría Dios cumplir Su promesa con personas
que, a pesar de las continuas manifestaciones asombrosas de su Amor y fidelidad
hacia ellos, durante más de mil años habían demostrado ser obstinadas,
orgullosas y de duro corazón?
No os acordéis de las cosas
pasadas, ni traigáis a memoria las cosas antiguas. He aquí que yo
hago cosa nueva; pronto saldrá a luz; ¿no la conoceréis? Otra vez abriré camino
en el desierto, y ríos en la soledad… Este pueblo he creado para mí; mis
alabanzas publicará… Yo, yo soy el que borro tus rebeliones por amor de mí
mismo, y no me acordaré de tus pecados (Isa
43.18-19, 21, 25).
Dios no está
interesado en tus pecados, ni en tus continuos fracasos. ¡Él está interesado en
ti! ¿No es asombroso el Amor que Dios siente por ti?
Porque como la tierra produce
su renuevo, y como el huerto hace brotar su semilla, así Jehová el Señor hará
brotar justicia y alabanza delante de todas las naciones (Isa
61.11).
Así como la tierra produce su
renuevo, Dios determinó hacer de ti una creatura totalmente Nueva por medio de
la muerte y resurrección de Su Hijo, Jesucristo.
De modo que si alguno está en
Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas
nuevas (2 Co 5.17).
Esta es la más asombrosa y
maravillosa de las noticias del Plan de Redención que Dios ideó para ti: por la
fe en Jesucristo, por haber creído y recibido el Amor que Dios siente por ti (quien
prefirió entregar a Su propio Hijo antes que perderte a ti), ya no eres más la
misma persona que antes eras.
El milagro más hermoso es este,
que por la Palabra de Dios, porque Dios lo ha dicho, ahora tú eres un(a) Hijo(a)
de Dios Nacido(a) de Nuevo.
MIREN CUÁNTO NOS ama el Padre celestial que permite que seamos llamados
hijos de Dios. ¡Y lo mas maravilloso es que de veras lo somos! Naturalmente,
como la mayoría de la gente no conoce a Dios, no comprende por qué lo somos (1 Jn 3.1 BAD).
¡Créelo mi
amado(a)! ¡Por la Palabra de Dios, tú ya no eres más la misma persona pecadora
que antes eras!
siendo renacidos, no de
simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y
permanece para siempre (1 P 1.23).
¡Escrito está! Dios lo ha dicho y
es la Verdad. No depende de lo que hayas hecho o puedas hacer sino de lo que
Jesús hizo por ti y de lo que Dios ha establecido, en Su Palabra, acerca de ti:
que eres salvo(a); que eres sano(a); que en todas las cosas saldrás más que
vencedor(a), pues todo lo puedes en Cristo Jesús; que al enfrentar los problemas
tendrás paz y serás dichoso(a), pues eres un(a) Hijo(a) de Dios.
¡Asombroso!
Oremos en voz audible:
Amado padre
celestial, realmente es asombroso que, a pesar de como yo fui, Tú me ames tanto
que me hayas justificado, perdonado, santificado y justificado para darme Vida
Eterna y hacerme parte de Tu familia. Señor Jesús, solo con mi amor y gratitud
eterna podré pagar lo que hiciste por mí. Estoy decidido(a) a creer y recibir
este gran Amor para vivir en Tu Plenitud, de la cual tomamos todos Tus Hijos.
No daré lugar al temor ni a la duda y haré de Tu Palabra, la Biblia, la norma
máxima de mi existencia. Yo soy lo que Tú, Todopoderoso Dios, dices que soy, ni
más ni menos. ¡Soy sano(a)! ¡Soy libre! ¡Soy próspero(a)! ¡Soy Hijo(a) de Dios!
¡Soy feliz! ¡Gracias Padre! Bendigo Tu Nombre y declaro que lo mejor de mi vida
ya comenzó. En el nombre de Jesús. Amén.
Nota Importante:
¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco una relación con el
Todopoderoso?
Sólo haz la siguiente oración en voz audible poniendo toda tu
atención y corazón a lo que le estás diciendo a Dios:
Señor Jesús, yo
creo que eres el Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para
pagar todos mis pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día
de hoy que sí acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre
preciosa derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te
invito a entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú
seas mi único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios
Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a
Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido
de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más
estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C. Peredo Jaime © 2012
Lectura
y Meditación de la Palabra de Dios
Haz
estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Diciembre
26 Luc
2.21-52 / Ez 38-39 / Isa 61
RV60
Lectura
y Meditación de la Palabra de Dios
Haz
estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Diciembre
26 Luc
2.21-52 / Ez 38-39 / Isa 61
San
Lucas 2.21-52
Presentación de Jesús en el templo
21Cumplidos los ocho días para
circuncidar al niño,a le pusieron por nombre JESÚS,
el cual le había sido puesto por el ángelb antes que fuese
concebido.
22Y cuando se cumplieron los días
de la purificación de ellos, conforme a la ley de Moisés, le trajeron a
Jerusalén para presentarle al Señor 23(como está escrito en la ley
del Señor: Todo varón que abriere la matriz será llamado santo al Señorc),
24y para ofrecer conforme a lo que se dice en la ley del Señor: Un par
de tórtolas, o dos palominos.d 25Y he aquí
había en Jerusalén un hombre llamado Simeón, y este hombre, justo y piadoso,
esperaba la consolación de Israel; y el Espíritu Santo estaba sobre él.
26Y le había sido revelado por el Espíritu Santo, que no vería la muerte
antes que viese al Ungido del Señor. 27Y movido por el Espíritu,
vino al templo. Y cuando los padres del niño Jesús lo trajeron al templo, para
hacer por él conforme al rito de la ley, 28él le tomó en sus
brazos, y bendijo a Dios, diciendo:
29 Ahora,
Señor, despides a tu siervo en paz,
Conforme a tu palabra;
30 Porque han
visto mis ojos tu salvación,
31 La cual has
preparado en presencia de todos los pueblos;
32 Luz para
revelación a los gentiles,e
Y gloria de tu pueblo Israel.
33Y José y su madre estaban maravillados de todo lo que se
decía de él. 34Y los bendijo Simeón, y dijo a su madre María: He
aquí, éste está puesto para caída y para levantamiento de muchos en Israel, y
para señal que será contradicha 35(y una espada traspasará tu
misma alma), para que sean revelados los pensamientos de muchos corazones.
36Estaba también allí Ana,
profetisa, hija de Fanuel, de la tribu de Aser, de edad muy avanzada, pues
había vivido con su marido siete años desde su virginidad, 37y era
viuda hacía ochenta y cuatro años; y no se apartaba del templo, sirviendo de
noche y de día con ayunos y oraciones. 38Esta, presentándose en la
misma hora, daba gracias a Dios, y hablaba del niño a todos los que esperaban
la redención en Jerusalén.
El regreso a Nazaret
39Después de haber cumplido con
todo lo prescrito en la ley del Señor, volvieron a Galilea, a su ciudad de
Nazaret.f
40Y el niño crecía y se fortalecía, y se llenaba de sabiduría; y la
gracia de Dios era sobre él.
El niño Jesús en el templo
41Iban sus padres todos los años a
Jerusalén en la fiesta de la pascua;g 42y
cuando tuvo doce años, subieron a Jerusalén conforme a la costumbre de la
fiesta. 43Al regresar ellos, acabada la fiesta, se quedó el niño
Jesús en Jerusalén, sin que lo supiesen José y su madre. 44Y
pensando que estaba entre la compañía, anduvieron camino de un día; y le
buscaban entre los parientes y los conocidos; 45pero como no le
hallaron, volvieron a Jerusalén buscándole. 46Y aconteció que tres
días después le hallaron en el templo, sentado en medio de los doctores de la
ley, oyéndoles y preguntándoles. 47Y todos los que le oían, se
maravillaban de su inteligencia y de sus respuestas. 48Cuando le
vieron, se sorprendieron; y le dijo su madre: Hijo, ¿por qué nos has hecho así?
He aquí, tu padre y yo te hemos buscado con angustia. 49Entonces
él les dijo: ¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que en los negocios de mi Padre
me es necesario estar? 50Mas ellos no entendieron las palabras que
les habló. 51Y descendió con ellos, y volvió a Nazaret, y estaba
sujeto a ellos. Y su madre guardaba todas estas cosas en su corazón.
52Y Jesús crecía en sabiduría y en
estatura, y en gracia para con Dios y los hombres.h[1]
Ezequiel
38-39
Profecía contra Gog
38
1Vino a mí palabra de Jehová,
diciendo: 2Hijo de hombre, pon tu rostro contra Gog en tierra de
Magog,a
príncipe soberano de Mesec y Tubal, y profetiza contra él, 3y di:
Así ha dicho Jehová el Señor: He aquí, yo estoy contra ti, oh Gog, príncipe
soberano de Mesec y Tubal. 4Y te quebrantaré, y pondré garfios en
tus quijadas, y te sacaré a ti y a todo tu ejército, caballos y jinetes, de
todo en todo equipados, gran multitud con paveses y escudos, teniendo todos
ellos espadas; 5Persia, Cus y Fut con ellos; todos ellos con
escudo y yelmo; 6Gomer, y todas sus tropas; la casa de Togarma, de
los confines del norte, y todas sus tropas; muchos pueblos contigo.
7Prepárate y apercíbete, tú y toda
tu multitud que se ha reunido a ti, y sé tú su guarda. 8De aquí a
muchos días serás visitado; al cabo de años vendrás a la tierra salvada de la
espada, recogida de muchos pueblos, a los montes de Israel, que siempre fueron
una desolación; mas fue sacada de las naciones, y todos ellos morarán
confiadamente. 9Subirás tú, y vendrás como tempestad; como nublado
para cubrir la tierra serás tú y todas tus tropas, y muchos pueblos contigo.
10Así ha dicho Jehová el Señor: En
aquel día subirán palabras en tu corazón, y concebirás mal pensamiento,
11y dirás: Subiré contra una tierra indefensa, iré contra gentes
tranquilas que habitan confiadamente; todas ellas habitan sin muros, y no
tienen cerrojos ni puertas; 12para arrebatar despojos y para tomar
botín, para poner tus manos sobre las tierras desiertas ya pobladas, y sobre el
pueblo recogido de entre las naciones, que se hace de ganado y posesiones, que
mora en la parte central de la tierra. 13Sabá y Dedán, y los
mercaderes de Tarsis y todos sus príncipes, te dirán: ¿Has venido a arrebatar
despojos? ¿Has reunido tu multitud para tomar botín, para quitar plata y oro,
para tomar ganados y posesiones, para tomar grandes despojos?
14Por tanto, profetiza, hijo de
hombre, y di a Gog: Así ha dicho Jehová el Señor: En aquel tiempo, cuando mi
pueblo Israel habite con seguridad, ¿no lo sabrás tú? 15Vendrás de
tu lugar, de las regiones del norte, tú y muchos pueblos contigo, todos ellos a
caballo, gran multitud y poderoso ejército, 16y subirás contra mi
pueblo Israel como nublado para cubrir la tierra; será al cabo de los días; y
te traeré sobre mi tierra, para que las naciones me conozcan, cuando sea
santificado en ti, oh Gog, delante de sus ojos.
17Así ha dicho Jehová el Señor: ¿No
eres tú aquel de quien hablé yo en tiempos pasados por mis siervos los profetas
de Israel, los cuales profetizaron en aquellos tiempos que yo te había de traer
sobre ellos? 18En aquel tiempo, cuando venga Gog contra la tierra
de Israel, dijo Jehová el Señor, subirá mi ira y mi enojo. 19Porque
he hablado en mi celo, y en el fuego de mi ira: Que en aquel tiempo habrá gran
temblor sobre la tierra de Israel; 20que los peces del mar, las
aves del cielo, las bestias del campo y toda serpiente que se arrastra sobre la
tierra, y todos los hombres que están sobre la faz de la tierra, temblarán ante
mi presencia; y se desmoronarán los montes, y los vallados caerán, y todo muro
caerá a tierra. 21Y en todos mis montes llamaré contra él la
espada, dice Jehová el Señor; la espada de cada cual será contra su hermano.
22Y yo litigaré contra él con pestilencia y con sangre; y haré llover
sobre él, sobre sus tropas y sobre los muchos pueblos que están con él,
impetuosa lluvia, y piedras de granizo, fuego y azufre. 23Y seré
engrandecido y santificado, y seré conocido ante los ojos de muchas naciones; y
sabrán que yo soy Jehová.
39
1Tú pues, hijo de hombre, profetiza
contra Gog, y di: Así ha dicho Jehová el Señor: He aquí yo estoy contra ti, oh
Gog, príncipe soberano de Mesec y Tubal. 2Y te quebrantaré, y te
conduciré y te haré subir de las partes del norte, y te traeré sobre los montes
de Israel; 3y sacaré tu arco de tu mano izquierda, y derribaré tus
saetas de tu mano derecha. 4Sobre los montes de Israel caerás tú y
todas tus tropas, y los pueblos que fueron contigo; a aves de rapiña de toda
especie, y a las fieras del campo, te he dado por comida. 5Sobre
la faz del campo caerás; porque yo he hablado, dice Jehová el Señor. 6Y
enviaré fuego sobre Magog, y sobre los que moran con seguridad en las costas; y
sabrán que yo soy Jehová.
7Y haré notorio mi santo nombre en
medio de mi pueblo Israel, y nunca más dejaré profanar mi santo nombre; y
sabrán las naciones que yo soy Jehová, el Santo en Israel. 8He
aquí viene, y se cumplirá, dice Jehová el Señor; este es el día del cual he
hablado.
9Y los moradores de las ciudades de
Israel saldrán, y encenderán y quemarán armas, escudos, paveses, arcos y
saetas, dardos de mano y lanzas; y los quemarán en el fuego por siete años.
10No traerán leña del campo, ni cortarán de los bosques, sino quemarán
las armas en el fuego; y despojarán a sus despojadores, y robarán a los que les
robaron, dice Jehová el Señor.
11En aquel tiempo yo daré a Gog
lugar para sepultura allí en Israel, el valle de los que pasan al oriente del
mar; y obstruirá el paso a los transeúntes, pues allí enterrarán a Gog y a toda
su multitud; y lo llamarán el Valle de Hamón-gog.4
12Y la casa de Israel los estará enterrando por siete meses, para
limpiar la tierra. 13Los enterrará todo el pueblo de la tierra; y
será para ellos célebre el día en que yo sea glorificado, dice Jehová el
Señor. 14Y tomarán hombres a jornal que vayan por el país con los
que viajen, para enterrar a los que queden sobre la faz de la tierra, a fin de
limpiarla; al cabo de siete meses harán el reconocimiento. 15Y
pasarán los que irán por el país, y el que vea los huesos de algún hombre
pondrá junto a ellos una señal, hasta que los entierren los sepultureros en el
valle de Hamón-gog. 16Y también el nombre de la ciudad será
Hamona;5 y limpiarán la tierra.
17Y tú, hijo de hombre, así ha
dicho Jehová el Señor: Di a las aves de toda especie, y a toda fiera del campo:
Juntaos, y venid; reuníos de todas partes a mi víctima que sacrifico para
vosotros, un sacrificio grande sobre los montes de Israel; y comeréis carne y
beberéis sangre. 18Comeréis carne de fuertes, y beberéis sangre de
príncipes de la tierra; de carneros, de corderos, de machos cabríos, de bueyes
y de toros, engordados todos en Basán. 19Comeréis grosura hasta
saciaros, y beberéis hasta embriagaros de sangre de las víctimas que para
vosotros sacrifiqué. 20Y os saciaréis sobre mi mesa, de caballos y
de jinetes fuertes y de todos los hombres de guerra, dice Jehová el Señor.a
21Y pondré mi gloria entre las
naciones, y todas las naciones verán mi juicio que habré hecho, y mi mano que
sobre ellos puse. 22Y de aquel día en adelante sabrá la casa de
Israel que yo soy Jehová su Dios. 23Y sabrán las naciones que la
casa de Israel fue llevada cautiva por su pecado, por cuanto se rebelaron
contra mí, y yo escondí de ellos mi rostro, y los entregué en manos de sus
enemigos, y cayeron todos a espada. 24Conforme a su inmundicia y
conforme a sus rebeliones hice con ellos, y de ellos escondí mi rostro.
25Por tanto, así ha dicho Jehová el
Señor: Ahora volveré la cautividad de Jacob, y tendré misericordia de toda la
casa de Israel, y me mostraré celoso por mi santo nombre. 26Y
ellos sentirán su vergüenza, y toda su rebelión con que prevaricaron contra mí,
cuando habiten en su tierra con seguridad, y no haya quien los espante;
27cuando los saque de entre los pueblos, y los reúna de la tierra de sus
enemigos, y sea santificado en ellos ante los ojos de muchas naciones. 28Y
sabrán que yo soy Jehová su Dios, cuando después de haberlos llevado al
cautiverio entre las naciones, los reúna sobre su tierra, sin dejar allí a
ninguno de ellos. 29Ni esconderé más de ellos mi rostro; porque
habré derramado de mi Espíritu sobre la casa de Israel, dice Jehová el Señor.[2]
Isaías 61
Buenas nuevas de salvación para Sion
61
1El Espíritu de Jehová el Señor
está sobre mí, porque me ungió Jehová; me ha enviado a predicar buenas nuevas a
los abatidos,a a vendar a los quebrantados de corazón, a
publicar libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la cárcel; 2a
proclamar el año de la buena voluntad de Jehová,b y el
día de venganza del Dios nuestro; a consolar a todos los enlutados;c
3a ordenar que a los afligidos de Sion se les dé gloria en lugar de
ceniza, óleo de gozo en lugar de luto, manto de alegría en lugar del espíritu
angustiado; y serán llamados árboles de justicia, plantío de Jehová, para
gloria suya. 4Reedificarán las ruinas antiguas, y levantarán los
asolamientos primeros, y restaurarán las ciudades arruinadas, los escombros de
muchas generaciones.
5Y extranjeros apacentarán vuestras
ovejas, y los extraños serán vuestros labradores y vuestros viñadores. 6Y
vosotros seréis llamados sacerdotes de Jehová, ministros de nuestro Dios seréis
llamados; comeréis las riquezas de las naciones, y con su gloria seréis
sublimes. 7En lugar de vuestra doble confusión y de vuestra
deshonra, os alabarán en sus heredades; por lo cual en sus tierras poseerán
doble honra, y tendrán perpetuo gozo.
8Porque yo Jehová soy amante del
derecho, aborrecedor del latrocinio para holocausto; por tanto, afirmaré en
verdad su obra, y haré con ellos pacto perpetuo. 9Y la
descendencia de ellos será conocida entre las naciones, y sus renuevos en medio
de los pueblos; todos los que los vieren, reconocerán que son linaje bendito de
Jehová.
10En gran manera me gozaré en
Jehová, mi alma se alegrará en mi Dios; porque me vistió con vestiduras de
salvación, me rodeó de manto de justicia, como a novio me atavió, y como a
novia adornada con sus joyas.d 11Porque como la
tierra produce su renuevo, y como el huerto hace brotar su semilla, así Jehová
el Señor hará brotar justicia y alabanza delante de todas las naciones.[3]
a a 2.21: Lv. 12.3.
b b 2.21: Lc. 1.31.
c c 2.23: Ex. 13.2, 12.
d d 2.22–24: Lv. 12.6–8.
e e 2.32: Is. 42.6; 49.6.
f f 2.39: Mt. 2.23.
g g 2.41: Ex. 12.1–27; Dt. 16.1–8.
h h 2.52: 1 S. 2.26; Pr. 3.4.
[1] Reina
Valera Revisada (1960). Miami : Sociedades Bı́blicas Unidas, 1998, S. Lc
2.20-52
a a 38.2: Ap. 20.8.
4 Esto es, la multitud de Gog.
5 Esto es, multitud.
a a 39.17–20: Ap. 19.17–18.
[2] Reina
Valera Revisada (1960). Miami : Sociedades Bı́blicas Unidas, 1998, S. Ez
37.28-39.29
a
a 61.1: Mt. 11.5; Lc. 7.22.
b
b 61.1–2: Lc. 4.18–19.
c c 61.2: Mt. 5.4.
d d 61.10: Ap. 21.2.
[3] Reina
Valera Revisada (1960). Miami : Sociedades Bı́blicas Unidas, 1998, S. Is
60.22-61.11
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