3 de Agosto
¡Creyéndole a Dios, creyendo Su Palabra!
Por Riqui Ricón*
Y si
el ministerio de muerte grabado con letras en piedras fue con gloria, tanto que
los hijos de Israel no pudieron fijar la vista en el rostro de Moisés a causa
de la gloria de su rostro, la cual había de perecer, ¿cómo no será más bien con
gloria el ministerio del espíritu? Porque si el ministerio de condenación fue
con gloria, mucho más abundará en gloria el ministerio de justificación. Porque
aun lo que fue glorioso, no es glorioso en este respecto, en comparación con la
gloria más eminente. Porque si lo que perece tuvo gloria, mucho más glorioso
será lo que permanece (2
Co 3.7-11).
¡Qué hermosa enseñanza, y qué gloriosa esperanza, nos da la
Palabra de Dios el día de hoy! Si la vida durante el régimen del Antiguo
Testamento (basado en la justicia de las obras y la condenación del pecador),
fue gloriosa, entonces mucho más gloriosa es la vida en el régimen del Nuevo
Testamento basado en la Gracia y el Amor de Dios y en la justificación por
medio de la fe, esto es, por medio de creerle a Dios, creyendo Su Palabra.
“Efectivamente,
cuando en el monte Sinaí aquel viejo sistema de leyes que conducía a la muerte
fue instituido (porque la paga del pecado es muerte), el pueblo no pudo fijar
la vista en el rostro de Moisés porque al darles la ley de Dios, que debían
creer y obedecer, el rostro le resplandecía con la gloria de Dios.
Sin
embargo, aquella brillantez ya se estaba desvaneciendo. Así que, ¿No debes tú
esperar una gloria mucho mayor en estos días en que el Espíritu Santo está
dando la Vida? Si el plan que conducía a condenación comenzó gloriosamente,
entonces mucho más glorioso es el plan que te justifica delante de Dios.
En
verdad, la gloria que brilló en el rostro de Moisés es insignificante en
comparación con la supereminente gloria del Nuevo Pacto en la Sangre de Jesús.
Si el viejo y perecedero sistema tuvo gloria, ¡mucho más lo tendrá el nuevo
plan de salvación, porque es eterno!” (2 Co 3.7-11 parafraseado de la Biblia al Día BAD).
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su
Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga
vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo
para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él (Jn
3.16-17).
El Nuevo Testamento es el ministerio del Espíritu donde a
través del Nuevo Pacto en la Sangre de Jesús, Dios demostró que te ama tanto
que prefirió perder a Su propio Hijo antes que perderte a ti. El ministerio de
la condenación ha quedado atrás y la justicia ha sido satisfecha mediante la
muerte y resurrección de Jesucristo.
MIREN
CUÁNTO NOS ama el Padre celestial que permite que seamos llamados hijos de
Dios. ¡Y lo mas maravilloso es que de veras lo somos! Naturalmente, como la
mayoría de la gente no conoce a Dios, no comprende por qué lo somos (1 Jn 3.1 BAD).
¡Ahora eres un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo y el
ministerio del Espíritu es el ministerio del Amor de Dios para contigo!
Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de
Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro (Ro
6.23).
Puesto que el sacrificio de Jesús es perfecto, completo y
acabado, gracias a Su muerte, todos tus pecados, pasados, presentes y futuros,
fueron pagados con Su Sangre vertida en esa cruz. Sin embargo, es con Su
resurrección que Él te hace Nacer de Nuevo para que seas partícipe de la Vida Eterna
que es la Vida de un(a) Hijo(a) de Dios.
”De todo corazón les
digo: Cualquiera que cree mi mensaje y cree en Dios que me envió, tiene vida
eterna, y nunca recibirá condenación por sus pecados, porque ha pasado de la
muerte a la vida (Jn 5.24 BAD).
Ciertamente el tiempo de la ley, que te conducía a la
muerte, fue con tal esplendor que tenían que cubrir el rostro de Moisés a causa
de la Gloria de Jehová. Sin embargo, ese tiempo de la condenación ya ha llegado
a su fin y ahora tú vives el tiempo de la Gracia y la justificación, y mediante
la fe, que es creerle a Dios, creyendo Su Palabra, has pasado de muerte a vida.
El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir;
yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia (Jn
10.10).
¡No cualquier clase de vida, ni cualquier forma de
abundancia sino la Abundante Vida Eterna de un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de
Nuevo!
Pero ahora tanto mejor ministerio es el suyo [el
del Nuevo Pacto en la Sangre de Jesús], cuanto
es mediador de un mejor pacto, establecido sobre mejores promesas (He 8.6).
Es este mejor pacto, establecido sobre mejores promesas, el
que te permite asegurar, con toda certeza, que sea cual sea el reto, problema,
enfermedad o aflicción que estés enfrentando el día de hoy, tú saldrás más que
vencedor(a) por medio de Aquel que tanto te ama, Cristo Jesús.
Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están
en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al
Espíritu. Porque la ley del Espíritu de vida en
Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte (Ro
8.1-2).
De acuerdo a la
Biblia, que es la Palabra de Dios y no miente, los días de vivir todo(a)
condenado(a) a causa de tus errores, fracasos y pecados están terminados. Si
has aceptado a Jesucristo como tu Señor y Salvador (si no lo has hecho sólo
tienes que hacerlo), entonces, sin lugar a dudas, y sin importar lo que hayas
hecho, todos tus pecados han sido pagados y perdonados, has Nacido de Nuevo
como un(a) Hijo(a) de Dios y ahora estás en Cristo.
¡La ley del
Espíritu de vida en Cristo Jesús te ha librado de la ley del pecado y de la
muerte!
De
modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron;
he aquí todas son hechas nuevas (2 Co 5.17).
Es de ti de quien
está hablando la Biblia: ¡Eres Nueva Creación! ¡Las cosas viejas pasaron!
¡Tienes una Vida totalmente Nueva! ¡Lo mejor de tu Vida está delante de ti!
Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les
ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados (Ro
8.28).
Este es el
ministerio glorioso del Espíritu de Dios: Que Él está contigo para intervenir a
tu favor, para que todas las cosas te ayuden a bien pues eres escogido(a) con
propósito por parte de Dios, tu Padre.
¿Qué
podemos decir acerca de cosas tan maravillosas como éstas? Si Dios está a favor
de nosotros, ¿quién podrá ponerse en nuestra contra? (Ro 8.31 NTV).
Así que, ¡ten ánimo! ¡No hay forma que puedas perder!
Tu
mano se alzará sobre tus enemigos, y todos tus adversarios serán destruidos (Miq 5.9).
Amado Padre celestial, que
hermoso y reconfortante es saberme tan amado(a) por Ti. Quiero agradecerte que
hoy sé que si el ministerio de muerte grabado con letras en piedras fue con
gloria, tanto que los hijos de Israel no pudieron fijar la vista en el rostro
de Moisés a causa de la gloria de su rostro, la cual había de perecer, más
glorioso es el Ministerio de Tu Espíritu Santo en mi vida. Señor Jesús, gracias
porque con Tu muerte y resurrección me justificaste y me diste una Vida
totalmente Nueva. Gracias porque no es una vida común y corriente. Por ti,
Señor Jesús, ahora puedo gozar la Vida Eterna de un(a) Hijo(a) de Dios
Nacido(a) de Nuevo. ¡Tengo Vida de Reino! ¡Tengo Vida de Poder! Por Ti, mi
amado Jesús, he Nacido de Nuevo y ahora Dios, el Todopoderoso, es Abba, Padre,
mi Papá. Gracias por todas y cada una de Tus Promesas que me has hecho. Leer de
ellas en Tu Palabra, la Biblia, me hace conocer la Verdad y la Verdad me hace
libre. ¡Tengo entendimiento y resplandezco como el resplandor del firmamento!
Soy libre para recibir, por medio de la fe en Ti, Jesucristo, esta Nueva Vida.
Soy libre para recibir, por medio de la fe en Tu Palabra, esta identidad de
Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo, siendo renacido(a), no de simiente
corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece
para siempre. Soy libre para recibir, por medio de la fe en Tu Palabra, el
cumplimiento en mi Vida de todas y cada una de Tus Promesas. Por lo tanto,
amado Padre celestial, todas y cada una de las Promesas que están en Tu Palabra
son mías y para mí. Hoy puedo orar a Ti con la certeza de que me escuchas y me
respondes. Tengo gozo y paz en mi corazón pues puedo pedir y recibir. Por lo
tanto, en el nombre poderoso de Cristo Jesús, declaró que soy sano(a) y libre
de toda enfermedad o dolencia; creo y recibo la voluntad expresa de mi Padre,
Dios Todopoderoso, para ser y vivir prosperado(a) en todas las cosas. Echo
fuera de mi vida todo pensamiento de temor y duda resistiendo todo engaño y
mentira acerca de mí. Yo soy lo que la Biblia dice que soy. Un(a) Hijo(a)
amado(a) de Dios; especial tesoro de mi Padre; todo lo puedo en Cristo que me
fortalece y en todas las cosas, absolutamente todas las cosas, soy más que
vencedor(a) por medio del Amor de Cristo Jesús, mi Rey, Señor y Salvador. Señor
Jesús, hoy me alegro en el gozo y la paz que brindan el ser la persona que Tú
dices que soy. Amén.
Nota Importante:
¿Cómo me hago Hijo de Dios?
¿Cómo establezco una relación con el Todopoderoso?
Sólo haz la siguiente
oración en voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás
diciendo a Dios:
Señor Jesús, yo creo que eres el Hijo de Dios. Que viniste a
este mundo de la virgen María para pagar todos mis pecados, y yo he sido un(a)
pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí acepto. ¡Sí acepto tu
sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa derramada hasta la última
gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a entrar porque quiero,
Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi único y suficiente
Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios Poderoso, pues con esta
simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a Vida, he sido
trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido de Nuevo!
¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más estaré
solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C. Peredo Jaime © 2011
Lectura y Meditación de la Palabra de
Dios
Haz estas lecturas diarias y al final
de un año habrás leído toda la Biblia.
Julio 6 Mar 13:14-37 / 1 R 7 / Ose 9:1-16
Marcos 13:14-37
14 Pero cuando veáis la abominación
desoladora de que habló el profeta Daniel, puesta donde no debe estar (el
que lee, entienda), entonces los que estén en Judea huyan a los montes. 15 El
que esté en la azotea, no descienda a la casa, ni entre para tomar algo de su
casa; 16 y el que esté en el campo, no vuelva atrás a tomar su
capa. 17 Mas ¡ay de las que estén encintas, y de las que críen
en aquellos días! 18 Orad, pues, que vuestra huida no sea en
invierno; 19 porque aquellos días serán de
tribulación cual nunca ha habido desde el principio de la creación que
Dios creó, hasta este tiempo, ni la habrá. 20 Y si el Señor no
hubiese acortado aquellos días, nadie sería salvo; mas por causa de los
escogidos que él escogió, acortó aquellos días. 21 Entonces si
alguno os dijere: Mirad, aquí está el Cristo; o, mirad, allí está, no le
creáis. 22 Porque se levantarán falsos Cristos y falsos
profetas, y harán señales y prodigios, para engañar, si fuese posible, aun a
los escogidos. 23 Mas vosotros mirad; os lo he dicho todo
antes.
La venida del
Hijo del Hombre
(Mt.
24.29-35,42-44; Lc. 21.25-36)
24 Pero en aquellos días, después de
aquella tribulación, el sol se oscurecerá, y la luna no dará su resplandor, 25 y
las estrellas caerán del cielo, y las potencias que están en los cielos
serán conmovidas. 26 Entonces verán al Hijo del Hombre, que
vendrá en las nubes con gran poder y gloria. 27 Y entonces
enviará sus ángeles, y juntará a sus escogidos de los cuatro vientos, desde el
extremo de la tierra hasta el extremo del cielo. 28 De la
higuera aprended la parábola: Cuando ya su rama está tierna, y brotan las
hojas, sabéis que el verano está cerca. 29 Así también
vosotros, cuando veáis que suceden estas cosas, conoced que está cerca, a las
puertas. 30 De cierto os digo, que no pasará esta generación
hasta que todo esto acontezca. 31 El cielo y la tierra pasarán,
pero mis palabras no pasarán. 32 Pero de aquel día y de la hora
nadie sabe, ni aun los ángeles que están en el cielo, ni el Hijo, sino el
Padre. 33 Mirad, velad y orad; porque no sabéis cuándo será el
tiempo. 34 Es como el hombre que yéndose lejos, dejó su casa, y
dio autoridad a sus siervos, y a cada uno su obra, y al portero mandó que
velase. 35 Velad, pues, porque no sabéis cuándo vendrá el señor
de la casa; si al anochecer, o a la medianoche, o al canto del gallo, o a la
mañana; 36 para que cuando venga de repente, no os halle
durmiendo. 37 Y lo que a vosotros digo, a todos lo digo: Velad.
1 Reyes 7
Otros edificios
de Salomón
7
Después
edificó Salomón su propia casa en trece años, y la terminó toda. 2 Asimismo
edificó la casa del bosque del Líbano, la cual tenía cien codos de longitud,
cincuenta codos de anchura y treinta codos de altura, sobre cuatro hileras de
columnas de cedro, con vigas de cedro sobre las columnas. 3 Y
estaba cubierta de tablas de cedro arriba sobre las vigas, que se apoyaban en
cuarenta y cinco columnas; cada hilera tenía quince columnas. 4 Y
había tres hileras de ventanas, una ventana contra la otra en tres hileras. 5 Todas
las puertas y los postes eran cuadrados; y unas ventanas estaban frente a las
otras en tres hileras. 6 También hizo un pórtico de columnas,
que tenía cincuenta codos de largo y treinta codos de ancho; y este pórtico
estaba delante de las primeras, con sus columnas y maderos correspondientes. 7 Hizo
asimismo el pórtico del trono en que había de juzgar, el pórtico del juicio, y
lo cubrió de cedro del suelo al techo. 8 Y la casa en que él
moraba, en otro atrio dentro del pórtico, era de obra semejante a ésta. Edificó
también Salomón para la hija de Faraón, que había tomado por mujer, una
casa de hechura semejante a la del pórtico. 9 Todas aquellas
obras fueron de piedras costosas, cortadas y ajustadas con sierras según las
medidas, así por dentro como por fuera, desde el cimiento hasta los remates, y
asimismo por fuera hasta el gran atrio. 10 El cimiento era de
piedras costosas, piedras grandes, piedras de diez codos y piedras de ocho
codos. 11 De allí hacia arriba eran también piedras costosas,
labradas conforme a sus medidas, y madera de cedro. 12 Y en el
gran atrio alrededor había tres hileras de piedras labradas, y una hilera de
vigas de cedro; y así también el atrio interior de la casa de Jehová, y el
atrio de la casa.
Salomón emplea a
Hiram, de Tiro
(2 Cr. 2.13-14;
3.15-17)
13 Y envió el rey Salomón, e hizo
venir de Tiro a Hiram, 14 hijo de una viuda de la tribu de
Neftalí. Su padre, que trabajaba en bronce, era de Tiro; e Hiram era lleno de
sabiduría, inteligencia y ciencia en toda obra de bronce. Este, pues, vino al
rey Salomón, e hizo toda su obra. 15 Y vació dos columnas de
bronce; la altura de cada una era de dieciocho codos, y rodeaba a una y otra un
hilo de doce codos. 16 Hizo también dos capiteles de fundición
de bronce, para que fuesen puestos sobre las cabezas de las columnas; la altura
de un capitel era de cinco codos, y la del otro capitel también de cinco codos.
17 Había trenzas a manera de red, y unos cordones a manera de
cadenas, para los capiteles que se habían de poner sobre las cabezas de las
columnas; siete para cada capitel. 18 Hizo también dos hileras
de granadas alrededor de la red, para cubrir los capiteles que estaban en las
cabezas de las columnas con las granadas; y de la misma forma hizo en el otro
capitel. 19 Los capiteles que estaban sobre las columnas en el
pórtico, tenían forma de lirios, y eran de cuatro codos. 20 Tenían
también los capiteles de las dos columnas, doscientas granadas en dos hileras
alrededor en cada capitel, encima de su globo, el cual estaba rodeado por la
red. 21 Estas columnas erigió en el pórtico del templo; y
cuando hubo alzado la columna del lado derecho, le puso por nombre Jaquín, y
alzando la columna del lado izquierdo, llamó su nombre Boaz. 22 Y
puso en las cabezas de las columnas tallado en forma de lirios, y así se acabó
la obra de las columnas.
Mobiliario del
templo
(2 Cr. 4.1--5.1)
23 Hizo fundir asimismo un mar de
diez codos de un lado al otro, perfectamente redondo; su altura era de cinco
codos, y lo ceñía alrededor un cordón de treinta codos. 24 Y
rodeaban aquel mar por debajo de su borde alrededor unas bolas como calabazas,
diez en cada codo, que ceñían el mar alrededor en dos filas, las cuales habían
sido fundidas cuando el mar fue fundido. 25 Y descansaba sobre
doce bueyes; tres miraban al norte, tres miraban al occidente, tres miraban al
sur, y tres miraban al oriente; sobre estos se apoyaba el mar, y las ancas de
ellos estaban hacia la parte de adentro. 26 El grueso del mar
era de un palmo menor, y el borde era labrado como el borde de un cáliz o de
flor de lis; y cabían en él dos mil batos. 27 Hizo también diez
basas de bronce, siendo la longitud de cada basa de cuatro codos, y la anchura
de cuatro codos, y de tres codos la altura. 28 La obra de las
basas era esta: tenían unos tableros, los cuales estaban entre molduras; 29 y
sobre aquellos tableros que estaban entre las molduras, había figuras de
leones, de bueyes y de querubines; y sobre las molduras de la basa, así encima
como debajo de los leones y de los bueyes, había unas añadiduras de bajo relieve.
30 Cada basa tenía cuatro ruedas de bronce, con ejes de bronce,
y en sus cuatro esquinas había repisas de fundición que sobresalían de los
festones, para venir a quedar debajo de la fuente. 31 Y la boca
de la fuente entraba un codo en el remate que salía para arriba de la basa; y
la boca era redonda, de la misma hechura del remate, y éste de codo y medio.
Había también sobre la boca entalladuras con sus tableros, los cuales eran
cuadrados, no redondos. 32 Las cuatro ruedas estaban debajo de
los tableros, y los ejes de las ruedas nacían en la misma basa. La altura de
cada rueda era de un codo y medio. 33 Y la forma de las ruedas
era como la de las ruedas de un carro; sus ejes, sus rayos, sus cubos y sus
cinchos, todo era de fundición. 34 Asimismo las cuatro repisas
de las cuatro esquinas de cada basa; y las repisas eran parte de la misma basa.
35 Y en lo alto de la basa había una pieza redonda de medio
codo de altura, y encima de la basa sus molduras y tableros, los cuales salían
de ella misma. 36 E hizo en las tablas de las molduras, y en
los tableros, entalladuras de querubines, de leones y de palmeras, con
proporción en el espacio de cada una, y alrededor otros adornos. 37 De
esta forma hizo diez basas, fundidas de una misma manera, de una misma medida y
de una misma entalladura. 38 Hizo también diez fuentes de
bronce; cada fuente contenía cuarenta batos, y cada una era de cuatro
codos; y colocó una fuente sobre cada una de las diez basas. 39 Y
puso cinco basas a la mano derecha de la casa, y las otras cinco a la mano
izquierda; y colocó el mar al lado derecho de la casa, al oriente, hacia el
sur. 40 Asimismo hizo Hiram fuentes, y tenazas, y cuencos. Así
terminó toda la obra que hizo a Salomón para la casa de Jehová: 41 dos
columnas, y los capiteles redondos que estaban en lo alto de las dos columnas;
y dos redes que cubrían los dos capiteles redondos que estaban sobre la cabeza
de las columnas; 42 cuatrocientas granadas para las dos redes,
dos hileras de granadas en cada red, para cubrir los dos capiteles redondos que
estaban sobre las cabezas de las columnas; 43 las diez basas, y
las diez fuentes sobre las basas; 44 un mar, con doce bueyes
debajo del mar; 45 y calderos, paletas, cuencos, y todos los
utensilios que Hiram hizo al rey Salomón, para la casa de Jehová, de bronce
bruñido. 46 Todo lo hizo fundir el rey en la llanura del
Jordán, en tierra arcillosa, entre Sucot y Saretán. 47 Y no
inquirió Salomón el peso del bronce de todos los utensilios, por la gran
cantidad de ellos. 48 Entonces hizo Salomón todos los enseres
que pertenecían a la casa de Jehová: un altar de oro, y una mesa también
de oro, sobre la cual estaban los panes de la proposición; 49 cinco
candeleros de oro purísimo a la mano derecha, y otros cinco a la
izquierda, frente al lugar santísimo; con las flores, las lámparas y tenazas de
oro. 50 Asimismo los cántaros, despabiladeras, tazas,
cucharillas e incensarios, de oro purísimo; también de oro los quiciales de las
puertas de la casa de adentro, del lugar santísimo, y los de las puertas del
templo. 51 Así se terminó toda la obra que dispuso hacer el rey
Salomón para la casa de Jehová. Y metió Salomón lo que David su padre había
dedicado,plata, oro y utensilios; y depositó todo en las tesorerías de la casa
de Jehová.
Oseas 9:1-16
Castigo de la
persistente infidelidad de Israel
9
No
te alegres, oh Israel, hasta saltar de gozo como los pueblos, pues has
fornicado apartándote de tu Dios; amaste salario de ramera en todas las eras de
trigo. 2 La era y el lagar no los mantendrán, y les fallará el
mosto. 3 No quedarán en la tierra de Jehová, sino que volverá
Efraín a Egipto y a Asiria, donde comerán vianda inmunda. 4 No
harán libaciones a Jehová, ni sus sacrificios le serán gratos; como pan de
enlutados les serán a ellos; todos los que coman de él serán inmundos. Será,
pues, el pan de ellos para sí mismos; ese pan no entrará en la casa de Jehová. 5 ¿Qué
haréis en el día de la solemnidad, y en el día de la fiesta de Jehová? 6 Porque
he aquí se fueron ellos a causa de la destrucción. Egipto los recogerá, Menfis
los enterrará. La ortiga conquistará lo deseable de su plata, y espino crecerá
en sus moradas. 7 Vinieron los días del castigo, vinieron
los días de la retribución; e Israel lo conocerá. Necio es el profeta,
insensato es el varón de espíritu, a causa de la multitud de tu maldad, y
grande odio. 8 Atalaya es Efraín para con mi Dios; el profeta
es lazo de cazador en todos sus caminos, odio en la casa de su Dios.9 Llegaron
hasta lo más bajo en su corrupción, como en los días de Gabaa; ahora se
acordará de su iniquidad, castigará su pecado.10 Como uvas en
el desierto hallé a Israel; como la fruta temprana de la higuera en su
principio vi a vuestros padres. Ellos acudieron a Baal-peor,se apartaron para
vergüenza, y se hicieron abominables como aquello que amaron. 11 La
gloria de Efraín volará cual ave, de modo que no habrá nacimientos, ni
embarazos, ni concepciones. 12 Y si llegaren a grandes sus
hijos, los quitaré de entre los hombres, porque ¡ay de ellos también, cuando de
ellos me aparte! 13 Efraín, según veo, es semejante a Tiro,
situado en lugar delicioso; pero Efraín sacará sus hijos a la matanza. 14 Dales,
oh Jehová, lo que les has de dar; dales matriz que aborte, y pechos enjutos. 15 Toda
la maldad de ellos fue en Gilgal; allí, pues, les tomé aversión; por la
perversidad de sus obras los echaré de mi casa; no los amaré más; todos sus
príncipes son desleales. 16 Efraín fue herido, su raíz está
seca, no dará más fruto; aunque engendren, yo mataré lo deseable de su vientre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¿Qué piensas al respecto?