¿Cuál es la Voluntad de Dios para tu Vida?
¡Buena, agradable y perfecta!
Por Riqui Ricón*
Mas esto les mandé, diciendo:
Escuchad mi voz, y seré a vosotros por Dios, y vosotros me seréis por pueblo; y
andad en todo camino que os mande, para
que os vaya bien (Jer 7.23).
Entre más pronto
comprendas que todo lo que la Biblia, la palabra de Dios, dice, lo dice para tu
beneficio, entonces más pronto podrás creer y recibir la vida plena y abundante
que Jesús compró para ti al morir en la cruz.
Nunca se apartará de tu boca
este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que
guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien.
Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en
dondequiera que vayas (Jos 1.8-9).
¡Es tan sencillo! La
clave de tu existencia está en hacer de la Biblia la norma y principio básico
de tu vida. ¡Pon la Palabra de Dios en tu mente, boca y corazón! Lee y medita
en la Biblia todos los días de tu vida, de día y de noche.
Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más
cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el
espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las
intenciones del corazón (He 4.12).
La palabra de Dios está
viva y es eficaz para producir en tu vida la fe que necesitas para creer y
hacer que sucedan todas y cada una de las cosas que Dios ha dicho acerca de ti.
Porque yo sé los pensamientos
que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal,
para daros el fin que esperáis (Jer 29.11).
La voluntad y deseo de
Dios hacia contigo siempre ha sido buena, agradable y perfecta, pues de todo
esto, la Verdad más hermosa es que Dios te ama. Sí, mi amigo(a), Dios te ama y
te ama tanto que prefirió entregar a su propio Hijo, a que pagara el precio de
tus pecados, antes que perderte a ti.
Porque de tal manera amó
Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él
cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a
su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por
él (Jn 3.16-17).
Es por Su gran Amor con
que te ha amado que Dios ha pronunciado palabras de bien y bendición sobre tu
vida. Es porque te ama tanto que pensó y desarrolló un plan donde todos tus
pecados fueran pagados mediante la vida de Su Hijo, Jesús, para justificarte,
santificarte, perfeccionarte, perdonarte y así poder darte la Vida Eterna que
sólo pueden gozar los Hijos de Dios Nacidos de Nuevo.
De modo que si alguno
está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son
hechas nuevas (2 Co 5.17).
Ahora en, Cristo Jesús,
lo mejor de tu vida ya comenzó. Delante de tus pies comienza un camino
totalmente nuevo que ya ha sido bendecido por tu Dios y Padre. Y aunque
ciertamente en el mundo tendrás aflicciones, puedes vivir en paz, pues por la
Palabra de Honor de Dios, de todo problema, enfermedad o aflicción tienes la
certeza que saldrás más que vencedor(a) por medio de Aquel que te amó, Cristo
Jesús.
Dios no es un hombre, por lo tanto no miente. Él no es humano, por lo
tanto no cambia de parecer. ¿Acaso alguna vez habló sin actuar? ¿Alguna vez
prometió sin cumplir? Escucha, yo recibí la orden de bendecir; ¡Dios ha
bendecido, y yo no puedo revertirlo! (Num 23.19-20 NTV).
Dios lo ha establecido
así en Su Palabra y si Dios lo dijo, entonces, Él lo va a cumplir, si Dios lo
habló, entonces, Él lo va a ejecutar. ¡Dios no miente!
Por todo esto, ha
llegado el tiempo, y ahora es, en que comiences hacer de la lectura y
meditación de la Biblia la prioridad máxima de tu existencia.
Mirad cuál amor nos ha dado el
Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; por esto el mundo no nos
conoce, porque no le conoció a él (1 Jn 3.1).
Sólo en la Biblia
puedes conocer y creer el Amor que Dios te ha dado.
Amado, yo deseo que tú
seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu
alma (3 Jn 2).
Sólo en la Biblia
puedes conocer y creer la voluntad buena, agradable y perfecta que Dios tiene
para ti.
Pero todos los que beban del agua que yo doy no tendrán sed jamás. Esa
agua se convierte en un manantial que brota con frescura dentro de ellos y les
da vida eterna (Jn
4. 14 NTV).
La Biblia, la palabra
de Dios, es la fuente de agua de vida eterna que corre en ti. Es la semilla
sembrada en la buena tierra de tu corazón que ha de dar fruto a ciento por uno.
Así que, Dios te ama y
Él desea que te vaya bien y que tengas una buena vida. Por lo tanto, puedes
comenzar a creer y recibir este Amor que Dios te tiene, alineando tus
pensamientos, sentimientos, emociones y declaraciones a la Palabra de Dios.
Sométete a Dios, sométete a Su Palabra, resiste al diablo y éste huirá de ti,
pues Satanás sólo viene a hurtar, matar y destruir, pero, ahora, Jesús está
contigo para darte esa vida buena y abundante que ya pagó para ti derramando
hasta la última gota de Su Sangre por Amor a ti.
No imiten las conductas ni las costumbres de este mundo, más bien
dejen que Dios los transforme en personas nuevas al cambiarles la manera de
pensar. Entonces aprenderán a conocer la voluntad de Dios para ustedes, la cual
es buena, agradable y perfecta (Ro 12.2 NTV).
Recuerda siempre que
TODO lo que está escrito en la Biblia acerca de ti se va a cumplir, ¡es Palabra
de Dios!
¡Es Palabra de Honor!
Oremos en voz audible:
Amado Padre celestial, hoy
quiero agradecerte por Tu Palabra, la Biblia. Señor sé que Tú no mientes, que
la Biblia es Tu Palabra de Honor y que, por lo tanto, mi corazón está firme;
confiado en Ti, Señor Jesús. Por Tu Palabra asegurado está mi corazón y no voy
a temer. Por Tu Palabra sé que he puesto a Jehová, que es mi
esperanza, Al Altísimo por mi habitación, No me sobrevendrá mal, Ni plaga
tocará mi morada. Pues a Tus ángeles mandará acerca de mí, Que me guarden en
todos mis caminos. En las manos me llevarán, Para que mi pie no tropiece en
piedra. Sobre el león y el áspid pisaré; Hollaré al cachorro del león y al
dragón. Por cuanto en mi has puesto Tu Amor, Tú también me librarás; Me
pondrás en alto, por cuanto he conocido Tu nombre. Yo te invocaré, y Tú me
responderás; Conmigo estarás Tú en la angustia; Me librarás y le glorificarás.
Me saciarás de larga vida, Y me mostrarás Tu salvación. Soy sano(a),
soy libre para realizar esa vida plena y abundante que está escrita acerca de
mí. Señor Jesús eres Tú la fuente de agua de Vida Eterna que corre en mí. Amén.
Nota Importante:
¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco una relación con el
Todopoderoso?
Sólo haz la siguiente oración en voz audible poniendo toda tu
atención y corazón a lo que le estás diciendo a Dios:
Señor Jesús, yo
creo que eres el Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para
pagar todos mis pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día
de hoy que sí acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre
preciosa derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te
invito a entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú
seas mi único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios
Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a
Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido
de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más
estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C. Peredo Jaime © 2012
Lectura
y Meditación de la Palabra de Dios
Haz
estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Noviembre
6 2 Tim 2
/
Jer 7-8 / Sal 122
RV60
Lectura
y Meditación de la Palabra de Dios
Haz
estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Noviembre
6 2 Tim 2
/
Jer 7-8 / Sal 122
2
Timoteo 2
Un buen soldado de Jesucristo
2
1Tú, pues, hijo mío, esfuérzate en
la gracia que es en Cristo Jesús. 2Lo que has oído de mí ante
muchos testigos, esto encarga a hombres fieles que sean idóneos para enseñar
también a otros. 3Tú, pues, sufre penalidades como buen soldado de
Jesucristo. 4Ninguno que milita se enreda en los negocios de la
vida, a fin de agradar a aquel que lo tomó por soldado. 5Y también
el que lucha como atleta, no es coronado si no lucha legítimamente. 6El
labrador, para participar de los frutos, debe trabajar primero. 7Considera
lo que digo, y el Señor te dé entendimiento en todo.
8Acuérdate de Jesucristo, del
linaje de David, resucitado de los muertos conforme a mi evangelio, 9en
el cual sufro penalidades, hasta prisiones a modo de malhechor; mas la palabra
de Dios no está presa. 10Por tanto, todo lo soporto por amor de
los escogidos, para que ellos también obtengan la salvación que es en Cristo
Jesús con gloria eterna. 11Palabra fiel es esta:
Si somos muertos con él,
también viviremos con él;
12 Si
sufrimos, también reinaremos con él;
Si le negáremos, él también
nos negará.a
13 Si fuéremos
infieles, él permanece fiel;
El no puede negarse a sí
mismo.
Un obrero aprobado
14Recuérdales esto, exhortándoles
delante del Señor a que no contiendan sobre palabras, lo cual para nada
aprovecha, sino que es para perdición de los oyentes. 15Procura
con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué
avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad. 16Mas evita
profanas y vanas palabrerías, porque conducirán más y más a la impiedad.
17Y su palabra carcomerá como gangrena; de los cuales son Himeneo y
Fileto, 18que se desviaron de la verdad, diciendo que la
resurrección ya se efectuó, y trastornan la fe de algunos. 19Pero
el fundamento de Dios está firme, teniendo este sello: Conoce el Señor a los
que son suyos; y: Apártese de iniquidad todo aquel que invoca el nombre de
Cristo.
20Pero en una casa grande, no
solamente hay utensilios de oro y de plata, sino también de madera y de barro;
y unos son para usos honrosos, y otros para usos viles. 21Así que,
si alguno se limpia de estas cosas, será instrumento para honra, santificado,
útil al Señor, y dispuesto para toda buena obra. 22Huye también de
las pasiones juveniles, y sigue la justicia, la fe, el amor y la paz, con los
que de corazón limpio invocan al Señor. 23Pero desecha las
cuestiones necias e insensatas, sabiendo que engendran contiendas. 24Porque
el siervo del Señor no debe ser contencioso, sino amable para con todos, apto
para enseñar, sufrido; 25que con mansedumbre corrija a los que se oponen,
por si quizá Dios les conceda que se arrepientan para conocer la verdad,
26y escapen del lazo del diablo, en que están cautivos a voluntad de él.[1]
Jeremías
7-8
Mejorad vuestros caminos y vuestras obras
7
1Palabra de Jehová que vino a Jeremías,
diciendo: 2Ponte a la puerta de la casa de Jehová, y proclama allí
esta palabra, y di: Oíd palabra de Jehová, todo Judá, los que entráis por estas
puertas para adorar a Jehová. 3Así ha dicho Jehová de los
ejércitos, Dios de Israel: Mejorad vuestros caminos y vuestras obras, y os haré
morar en este lugar. 4No fiéis en palabras de mentira, diciendo:
Templo de Jehová, templo de Jehová, templo de Jehová es este.
5Pero si mejorareis cumplidamente
vuestros caminos y vuestras obras; si con verdad hiciereis justicia entre el
hombre y su prójimo, 6y no oprimiereis al extranjero, al huérfano
y a la viuda, ni en este lugar derramareis la sangre inocente, ni anduviereis
en pos de dioses ajenos para mal vuestro, 7os haré morar en este
lugar, en la tierra que di a vuestros padres para siempre.
8He aquí, vosotros confiáis en
palabras de mentira, que no aprovechan. 9Hurtando, matando,
adulterando, jurando en falso, e incensando a Baal, y andando tras dioses
extraños que no conocisteis, 10¿vendréis y os pondréis delante de
mí en esta casa sobre la cual es invocado mi nombre, y diréis: Librados somos;
para seguir haciendo todas estas abominaciones? 11¿Es cueva de
ladronesa
delante de vuestros ojos esta casa sobre la cual es invocado mi nombre? He aquí
que también yo lo veo, dice Jehová. 12Andad ahora a mi lugar en
Silo, donde hice morar mi nombre al principio, y ved lo que le hice por la
maldad de mi pueblo Israel. 13Ahora, pues, por cuanto vosotros
habéis hecho todas estas obras, dice Jehová, y aunque os hablé desde temprano y
sin cesar, no oísteis, y os llamé, y no respondisteis; 14haré
también a esta casa sobre la cual es invocado mi nombre, en la que vosotros
confiáis, y a este lugar que di a vosotros y a vuestros padres, como hice a Silo.b
15Os echaré de mi presencia, como eché a todos vuestros hermanos, a toda
la generación de Efraín.
16Tú, pues, no ores por este
pueblo, ni levantes por ellos clamor ni oración, ni me ruegues; porque no te
oiré. 17¿No ves lo que éstos hacen en las ciudades de Judá y en
las calles de Jerusalén? 18Los hijos recogen la leña, los padres
encienden el fuego, y las mujeres amasan la masa, para hacer tortas a la reina
del cielo y para hacer ofrendas a dioses ajenos, para provocarme a ira.
19¿Me provocarán ellos a ira? dice Jehová. ¿No obran más bien ellos
mismos su propia confusión? 20Por tanto, así ha dicho Jehová el
Señor: He aquí que mi furor y mi ira se derramarán sobre este lugar, sobre los
hombres, sobre los animales, sobre los árboles del campo y sobre los frutos de
la tierra; se encenderán, y no se apagarán.
Castigo de la rebelión de Judá
21Así ha dicho Jehová de los
ejércitos, Dios de Israel: Añadid vuestros holocaustos sobre vuestros
sacrificios, y comed la carne. 22Porque no hablé yo con vuestros
padres, ni nada les mandé acerca de holocaustos y de víctimas el día que los
saqué de la tierra de Egipto. 23Mas esto les mandé, diciendo:
Escuchad mi voz, y seré a vosotros por Dios, y vosotros me seréis por pueblo; y
andad en todo camino que os mande, para que os vaya bien. 24Y no
oyeron ni inclinaron su oído; antes caminaron en sus propios consejos, en la
dureza de su corazón malvado, y fueron hacia atrás y no hacia adelante,
25desde el día que vuestros padres salieron de la tierra de Egipto hasta
hoy. Y os envié todos los profetas mis siervos, enviándolos desde temprano y
sin cesar; 26pero no me oyeron ni inclinaron su oído, sino que
endurecieron su cerviz, e hicieron peor que sus padres.
27Tú, pues, les dirás todas estas
palabras, pero no te oirán; los llamarás, y no te responderán. 28Les
dirás, por tanto: Esta es la nación que no escuchó la voz de Jehová su Dios, ni
admitió corrección; pereció la verdad, y de la boca de ellos fue cortada.
29Corta tu cabello, y arrójalo, y
levanta llanto sobre las alturas; porque Jehová ha aborrecido y dejado la
generación objeto de su ira.
30Porque los hijos de Judá han
hecho lo malo ante mis ojos, dice Jehová; pusieron sus abominaciones en la casa
sobre la cual fue invocado mi nombre, amancillándola. 31Y han
edificado los lugares altos de Tofet, que está en el valle del hijo de Hinom,c
para quemar al fuego a sus hijos y a sus hijas,d cosa que yo no
les mandé, ni subió en mi corazón. 32Por tanto, he aquí vendrán
días, ha dicho Jehová, en que no se diga más, Tofet, ni valle del hijo de
Hinom, sino Valle de la Matanza; y serán enterrados en Tofet, por no haber
lugar. 33Y serán los cuerpos muertos de este pueblo para comida de
las aves del cielo y de las bestias de la tierra; y no habrá quien las
espante. 34Y haré cesar de las ciudades de Judá, y de las calles
de Jerusalén, la voz de gozo y la voz de alegría, la voz del esposo y la voz de
la esposa;e porque la tierra será desolada.
8
1En aquel tiempo, dice Jehová,
sacarán los huesos de los reyes de Judá, y los huesos de sus príncipes, y los
huesos de los sacerdotes, y los huesos de los profetas, y los huesos de los
moradores de Jerusalén, fuera de sus sepulcros; 2y los esparcirán
al sol y a la luna y a todo el ejército del cielo, a quienes amaron y a quienes
sirvieron, en pos de quienes anduvieron, a quienes preguntaron, y ante quienes
se postraron. No serán recogidos ni enterrados; serán como estiércol sobre la
faz de la tierra. 3Y escogerá la muerte antes que la vida todo el
resto que quede de esta mala generación, en todos los lugares adonde arroje yo
a los que queden, dice Jehová de los ejércitos.
4Les dirás asimismo: Así ha dicho
Jehová: El que cae, ¿no se levanta? El que se desvía, ¿no vuelve al camino?
5¿Por qué es este pueblo de Jerusalén rebelde con rebeldía perpetua?
Abrazaron el engaño, y no han querido volverse. 6Escuché y oí; no
hablan rectamente, no hay hombre que se arrepienta de su mal, diciendo: ¿Qué he
hecho? Cada cual se volvió a su propia carrera, como caballo que arremete con
ímpetu a la batalla. 7Aun la cigüeña en el cielo conoce su tiempo,
y la tórtola y la grulla y la golondrina guardan el tiempo de su venida; pero
mi pueblo no conoce el juicio de Jehová.
8¿Cómo decís: Nosotros somos
sabios, y la ley de Jehová está con nosotros? Ciertamente la ha cambiado en
mentira la pluma mentirosa de los escribas. 9Los sabios se
avergonzaron, se espantaron y fueron consternados; he aquí que aborrecieron la
palabra de Jehová; ¿y qué sabiduría tienen? 10Por tanto, daré a
otros sus mujeres, y sus campos a quienes los conquisten; porque desde el más
pequeño hasta el más grande cada uno sigue la avaricia; desde el profeta hasta
el sacerdote todos hacen engaño. 11Y curaron la herida de la hija
de mi pueblo con liviandad, diciendo: Paz, paz; y no hay paz.a
12¿Se han avergonzado de haber hecho abominación? Ciertamente no se han
avergonzado en lo más mínimo, ni supieron avergonzarse; caerán, por tanto,
entre los que caigan; cuando los castigue caerán, dice Jehová.b
13Los cortaré del todo, dice Jehová. No quedarán uvas en la vid, ni
higos en la higuera, y se caerá la hoja; y lo que les he dado pasará de ellos.
14¿Por qué nos estamos sentados?
Reuníos, y entremos en las ciudades fortificadas, y perezcamos allí; porque
Jehová nuestro Dios nos ha destinado a perecer, y nos ha dado a beber aguas de
hiel, porque pecamos contra Jehová. 15Esperamos paz, y no hubo
bien; día de curación, y he aquí turbación. 16Desde Dan se oyó el
bufido de sus caballos; al sonido de los relinchos de sus corceles tembló toda
la tierra; y vinieron y devoraron la tierra y su abundancia, a la ciudad y a
los moradores de ella. 17Porque he aquí que yo envío sobre
vosotros serpientes, áspides contra los cuales no hay encantamiento, y os
morderán, dice Jehová.
Lamento sobre Judá y Jerusalén
18A causa de mi fuerte dolor, mi
corazón desfallece en mí. 19He aquí voz del clamor de la hija de
mi pueblo, que viene de la tierra lejana: ¿No está Jehová en Sion? ¿No está en
ella su Rey? ¿Por qué me hicieron airar con sus imágenes de talla, con
vanidades ajenas? 20Pasó la siega, terminó el verano, y nosotros
no hemos sido salvos. 21Quebrantado estoy por el quebrantamiento
de la hija de mi pueblo; entenebrecido estoy, espanto me ha arrebatado.
22¿No hay bálsamo en Galaad? ¿No
hay allí médico? ¿Por qué, pues, no hubo medicina para la hija de mi pueblo?[2]
SALMO 122
Oración por la paz de Jerusalén
Cántico gradual; de David.
1 Yo me
alegré con los que me decían:
A la casa de Jehová iremos.
2 Nuestros
pies estuvieron
Dentro de tus puertas, oh
Jerusalén.
3 Jerusalén,
que se ha edificado
Como una ciudad que está bien
unida entre sí.
4 Y allá
subieron las tribus, las tribus de JAH,
Conforme al testimonio dado a
Israel,
Para alabar el nombre de
Jehová.
5 Porque allá
están las sillas del juicio,
Los tronos de la casa de
David.
6 Pedid por
la paz de Jerusalén;
Sean prosperados los que te
aman.
7 Sea la paz
dentro de tus muros,
Y el descanso dentro de tus
palacios.
8 Por amor de
mis hermanos y mis compañeros
Diré yo: La paz sea contigo.
9 Por amor a
la casa de Jehová nuestro Dios
a a 2.12: Mt. 10.33; Lc. 12.9.
[1] Reina
Valera Revisada (1960). Miami : Sociedades Bı́blicas Unidas, 1998, S. 2 Ti
1.18-2.26
a a 7.11: Mt. 21.13; Mr. 11.17; Lc. 19.46.
b b 7.12–14: Jos. 18.1; Sal. 78.60; Jer. 26.6.
c c 7.31: 2 R. 23.10; Jer. 32.35.
d d 7.31: Lv. 18.21.
e e 7.34: Jer. 16.9; 25.10; Ap. 18.23.
a a 8.11: Ez. 13.10.
b b 8.10–12: Jer. 6.12–15.
[2] Reina
Valera Revisada (1960). Miami : Sociedades Bı́blicas Unidas, 1998, S. Jr
6.30-8.22
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