¿Qué es lo que me garantiza el Espíritu Santo?
¡Plenitud!
Por Riqui Ricón*
Pasando de allí, vino a la sinagoga de ellos.
Y he aquí había allí uno que tenía seca una mano; y preguntaron a Jesús,
para poder acusarle: ¿Es lícito sanar en el día de reposo? El les
dijo: ¿Qué hombre habrá de vosotros, que tenga una oveja, y si ésta cayere en
un hoyo en día de reposo, no le eche mano, y la levante? Pues ¿cuánto más
vale un hombre que una oveja? Por consiguiente, es lícito hacer el bien en los
días de reposo. Entonces dijo a aquel hombre: Extiende tu mano. Y él la
extendió, y le fue restaurada sana como la otra. Y salidos los
fariseos, tuvieron consejo contra Jesús para destruirle (Mat 12.9-14).
El espíritu religioso es el mismo
espíritu de mentira, temor e incredulidad que engañó a Eva y sometió a Adán y a
su descendencia a sus caprichosos designios de pecado, enfermedad y muerte. Se
disfraza de falsa piedad para introducirse en las congregaciones cautivando, a
tal grado, a los necios, a los ingenuos y a los ignorantes que son capaces de
ofenderse y molestarse por la sanidad de un hombre.
¡Qué diferente es el Espíritu de
Cristo Jesús! ¡El Espíritu de Amor! No le importó que se fraguase un consejo en
Su contra para destruirle, Él no podía negarse a realizar la tarea que le fue
encomendada: salvar a los hombres y ofrecerles la Vida Eterna.
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito,
para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no
envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo
sea salvo por él (Jn 3.16-17).
¡Dios te ama tanto que prefirió
entregar a Su único Hijo, Jesucristo, antes que perderte a ti!
TODO AQUEL que cree que Jesús es
el Cristo, el Mesías Salvador, experimenta en ese momento de uno de los
milagros más asombrosos que Dios puede realizar: es hecho(a) un Hijo(a) de Dios
Nacido(a) de Nuevo y, por lo tanto, tiene Vida Eterna y, por esto mismo, recibe
salvación en lugar de condenación.
“De modo que si alguno está en
Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas
nuevas” (2Co 5:17 RV1960).
Se cumple así, lo que Dios dice
en Su Palabra, La Biblia, ¡Somos Nuevas creaturas! ¡Hemos Nacido de Nuevo!
Pero Dios, que es rico en misericordia, POR SU GRAN AMOR CON QUE NOS
AMÓ, aun estando nosotros muertos
en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos), y juntamente con él nos
resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo
Jesús, para mostrar en los siglos
venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros
en Cristo Jesús (Efe 2.4-7).
Así que, Dios prefirió entregar a
su propio Hijo a que pagara el justo precio de tus pecados antes que perderte a
ti. ¿Por qué motivo? Porque te ama con todo Su corazón pues te predestinó a ser
adoptado(a) Hijo(a) Suyo(a) por medio de Jesucristo, según el puro afecto de Su
Voluntad (Efe 1.5).
“MIREN CUÁNTO NOS ama el Padre
celestial que permite que seamos llamados hijos de Dios. ¡Y lo mas maravilloso
es que de veras lo somos! Naturalmente, como la mayoría de la gente no conoce a
Dios, no comprende por qué lo somos” (1Jn 3:1 NT BAD).
Así que, ¿Es para este Dios y
Padre Nuestro, descrito en la Biblia desde Génesis hasta Apocalipsis como el
Amor mismo, más importante que se guarden los días y los ritos; las posturas y
tradiciones, que sanar las enfermedades de sus Hijos o suplir todas sus
necesidades? ¡De ninguna manera! ¡La Voluntad de dios es sanarte! ¡La Voluntad
de Dios es levantarte y sostenerte! ¡La Voluntad de Dios, tu Padre, es sacarte
de la maldición para establecerte en la bendición!
Cristo nos redimió de la
maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito
todo el que es colgado en un madero), para que en
Cristo Jesús la bendición de Abraham alcanzase a los gentiles (a ti y a
mí), a fin de que por la fe recibiésemos
la promesa del Espíritu (Gal 3.13-14).
La promesa del Espíritu es la
garantía, las arras de nuestra herencia establecida por el Nuevo Pacto en la
Sangre de Jesús. Es el Espíritu de Amor que dio Su Vida para que recibiese
salvación y Vida Eterna. Una vida buena y abundante: ¡Plenitud!
Oremos en voz audible:
Amado Padre celestial, quiero agradecerte por tanto y tan grande Amor,
que estando yo muerto(a) en delitos y pecados Tú me diste Vida juntamente con
Cristo. Señor Jesús, gracias por Tu Palabra, La Biblia, pues ahora yo sé muy
bien que soy Tu Hijo(a) amado(a). Esto es más que suficiente para mí. Hoy me
someto a Tu Palabra, resisto al diablo y sus miedos y temores, y éstos se van
fuera de mi vida. Voy a vivir mi vida sin miedo y con la Plenitud y la Paz que
Tu Amor y Tu Palabra me dan, pues hoy estoy plenamente convencido que Tú, mi
Dios y Padre, puedes y quieres sanarme; sé muy bien que puedes y quieres
prosperarme; sé muy bien que puedes y quieres restaurarme; sé muy bien que
nunca me has dejado y nunca me dejarás. Y aunque Satanás, el adversario, sólo
viene a hurtar, matar y destruir, Tú has venido a mí para darme Vida, y Vida
Abundante. Estoy convencido(a) de que por lo que hiciste por mí al morir en esa
cruz y resucitar venciendo a la muerte, ahora yo tengo Vida Eterna. ¡Soy un(a)
Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo! Por lo tanto, puedo estar seguro(a) de que
me escuchas y atiendes mis oraciones; yo también voy a atender a Tu Palabra y
hacer de La Biblia la norma máxima de mi existencia; yo sí creo a Tu indicación
y la voy a leer y meditar de día y de noche para guardarla en mi corazón y
poner en práctica todo lo que en ella está escrito. Voy a buscar y establecer
primeramente Tu reino, Señor, y sé que todas mis necesidades serán suplidas,
pues de acuerdo con Tu Palabra, yo, _________ (tu nombre aquí), haré prosperar
mi camino y todo me saldrá bien. Por lo tanto, creo y declaro que de todo
problema, angustia o enfermedad voy a salir más que vencedor(a) por medio de
Aquel que me amó, Cristo Jesús. ¡Soy sano(a)! ¡Soy libre! ¡Soy próspero(a)!
¡Soy más que vencedor(a)! Y, por la Palabra de Dios, soy dichoso(a) para vivir
una vida plena y abundante. Muchas gracias, Señor Jesús. Gracias por esta Nueva
Vida en Plenitud que ahora tengo. Gracias por mi sanidad. Gracias por mi salud.
Gracias por mi prosperidad. Gracias por el Amor, la paz y el gozo que ahora
disfruto. En el nombre de Jesús. Amén
Nota Importante:
¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco una relación con el
Todopoderoso?
Sólo haz la siguiente oración en voz audible poniendo toda tu atención y
corazón a lo que le estás diciendo a Dios:
Señor Jesús, yo creo que eres el Hijo de Dios. Que viniste a este mundo
de la virgen María para pagar todos mis pecados, y yo he sido un(a) pecador(a).
Por eso, te digo el día de hoy que sí acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la
cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa derramada hasta la última gota por Amor a
mí! Te abro mi corazón y te invito a entrar porque quiero, Señor Jesús, que
desde hoy y para siempre Tú seas mi único y suficiente Salvador, mi Dios, mi
Rey y mi Señor. Gracias, Dios Poderoso, pues con esta simple oración y
profesión de fe he pasado de muerte a Vida, he sido trasladado(a) de las
tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu
Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más estaré solo(a)! Nunca más viviré
derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.
Tres Recomendaciones:
Lo que acabas de suceder al reconocer a Jesucristo como el Señor y
Salvador de tu vida, de acuerdo con La Palabra de Dios, es que has Nacido de
Nuevo, ya no más como un ser humano común y corriente, sujeto a la ley del
pecado y de la muerte, sino que ahora eres un(a) legítimo(a) y auténtico(a)
Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo, exactamente igual a Jesucristo, quien ahora
es tu Hermano Mayor. Por lo tanto, te hago estas tres importantísimas
recomendaciones:
1.
Orar. Orar es platicar con Dios. Así que, búscate
un lugar tranquilo donde puedas comenzar a platicar todas tus cosas con Él.
Hazlo de forma audible y notarás como Dios siempre responderá a tu corazón.
2.
Leer y meditar la Palabra de Dios. La Biblia es La
Palabra de Dios, así que, consigue una Biblia y comienza a leerla y meditarla.
¿Cómo empezar? Es muy sencillo. Dependiendo del día que sea hoy, busca en el
programa de lectura “La Biblia en un año” y realiza las lecturas
correspondientes. Este programa lo puedes obtener en: A
Través de La Biblia En Un Ano (palabradehonor.org) Notarás que el
programa está arreglado para imprimirlo como un cuadernillo.
3.
En oración con Dios, tu Padre, busca y únete a una
iglesia o congregación cristiana donde enseñen la Palabra de Dios en base a las
Buenas Noticias que son el Evangelio de Jesucristo.
*Ricardo C. Peredo
Jaime © 2020
Lectura
y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al
final de un año habrás leído toda la Biblia.
Marzo 8 Mat 12.1-21 / Lev 14 / Pro 26
RV60
Lectura
y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al
final de un año habrás leído toda la Biblia.
Marzo 8 Mat 12.1-21 / Lev 14 / Pro 26
San
Mateo 12.1-21
Los discípulos recogen espigas en el día de reposo
(Mr. 2.23–28; Lc. 6.1–5)
12
1En aquel tiempo iba Jesús por los
sembrados en un día de reposo;* y sus discípulos tuvieron hambre, y comenzaron a
arrancar espigasa y a comer. 2Viéndolo
los fariseos, le dijeron: He aquí tus discípulos hacen lo que no es lícito
hacer en el día de reposo.* 3Pero él les dijo: ¿No habéis
leído lo que hizo David, cuando él y los que con él estaban tuvieron hambre;
4cómo entró en la casa de Dios, y comió los panes de la proposición,b
que no les era lícito comer ni a él ni a los que con él estaban, sino solamente
a los sacerdotes?c 5¿O no habéis leído en la ley,
cómo en el día de reposo* los sacerdotes en el templo profanan el día de
reposo,* y son sin culpa?d 6Pues os digo
que uno mayor que el templo está aquí. 7Y si supieseis qué
significa:e Misericordia quiero, y no sacrificio,f
no condenaríais a los inocentes; 8porque el Hijo del Hombre es
Señor del día de reposo.*
El hombre de la mano seca
(Mr. 3.1–6; Lc. 6.6–11)
9Pasando de allí, vino a la
sinagoga de ellos. 10Y he aquí había allí uno que tenía seca una
mano; y preguntaron a Jesús, para poder acusarle: ¿Es lícito sanar en el día de
reposo?* 11El les dijo: ¿Qué hombre habrá de vosotros, que
tenga una oveja, y si ésta cayere en un hoyo en día de reposo,* no le
eche mano, y la levante?g 12Pues ¿cuánto
más vale un hombre que una oveja? Por consiguiente, es lícito hacer el bien en
los días de reposo.* 13Entonces dijo a aquel hombre:
Extiende tu mano. Y él la extendió, y le fue restaurada sana como la otra.
14Y salidos los fariseos, tuvieron consejo contra Jesús para destruirle.
El siervo escogido
15Sabiendo esto Jesús, se apartó de
allí; y le siguió mucha gente, y sanaba a todos, 16y les encargaba
rigurosamente que no le descubriesen; 17para que se cumpliese lo
dicho por el profeta Isaías, cuando dijo:
18 He aquí mi
siervo, a quien he escogido;
Mi Amado, en quien se agrada mi alma;
Pondré mi Espíritu sobre él,
Y a los gentiles anunciará juicio.
19 No
contenderá, ni voceará,
Ni nadie oirá en las calles su voz.
20 La caña
cascada no quebrará,
Y el pábilo que humea no apagará,
Hasta que saque a victoria el juicio.
21 Y en su
nombre esperarán los gentiles.h[1]
Levítico
14
14
1Y habló Jehová a Moisés,
diciendo: 2Esta será la ley para el leproso cuando se limpiare:
Será traído al sacerdote, 3y éste saldrá fuera del campamento y lo
examinará; y si ve que está sana la plaga de la lepra del leproso, 4el
sacerdote mandará luego que se tomen para el que se purifica dos avecillas
vivas, limpias, y madera de cedro, grana e hisopo. 5Y mandará el
sacerdote matar una avecilla en un vaso de barro sobre aguas corrientes.
6Después tomará la avecilla viva, el cedro, la grana y el hisopo, y los
mojará con la avecilla viva en la sangre de la avecilla muerta sobre las aguas
corrientes; 7y rociará siete veces sobre el que se purifica de la
lepra, y le declarará limpio; y soltará la avecilla viva en el campo. 8Y
el que se purifica lavará sus vestidos, y raerá todo su pelo, y se lavará con
agua, y será limpio; y después entrará en el campamento, y morará fuera de su
tienda siete días. 9Y el séptimo día raerá todo el pelo de su
cabeza, su barba y las cejas de sus ojos y todo su pelo, y lavará sus vestidos,
y lavará su cuerpo en agua, y será limpio.
10El día octavo tomará dos corderos
sin defecto, y una cordera de un año sin tacha, y tres décimas de efa de flor
de harina para ofrenda amasada con aceite, y un log de aceite. 11Y
el sacerdote que le purifica presentará delante de Jehová al que se ha de
limpiar, con aquellas cosas, a la puerta del tabernáculo de reunión; 12y
tomará el sacerdote un cordero y lo ofrecerá por la culpa, con el log de
aceite, y lo mecerá como ofrenda mecida delante de Jehová. 13Y
degollará el cordero en el lugar donde se degüella el sacrificio por el pecado
y el holocausto, en el lugar del santuario; porque como la víctima por el
pecado, así también la víctima por la culpa es del sacerdote; es cosa muy
sagrada. 14Y el sacerdote tomará de la sangre de la víctima por la
culpa, y la pondrá el sacerdote sobre el lóbulo de la oreja derecha del que se
purifica, sobre el pulgar de su mano derecha y sobre el pulgar de su pie
derecho. 15Asimismo el sacerdote tomará del log de aceite, y lo
echará sobre la palma de su mano izquierda, 16y mojará su dedo
derecho en el aceite que tiene en su mano izquierda, y esparcirá del aceite con
su dedo siete veces delante de Jehová. 17Y de lo que quedare del
aceite que tiene en su mano, pondrá el sacerdote sobre el lóbulo de la oreja
derecha del que se purifica, sobre el pulgar de su mano derecha y sobre el
pulgar de su pie derecho, encima de la sangre del sacrificio por la culpa.
18Y lo que quedare del aceite que tiene en su mano, lo pondrá sobre la
cabeza del que se purifica; y hará el sacerdote expiación por él delante de
Jehová. 19Ofrecerá luego el sacerdote el sacrificio por el pecado,
y hará expiación por el que se ha de purificar de su inmundicia; y después
degollará el holocausto, 20y hará subir el sacerdote el holocausto
y la ofrenda sobre el altar. Así hará el sacerdote expiación por él, y será
limpio.
21Mas si fuere pobre, y no tuviere
para tanto, entonces tomará un cordero para ser ofrecido como ofrenda mecida
por la culpa, para reconciliarse, y una décima de efa de flor de harina amasada
con aceite para ofrenda, y un log de aceite, 22y dos tórtolas o
dos palominos, según pueda; uno será para expiación por el pecado, y el otro
para holocausto. 23Al octavo día de su purificación traerá estas
cosas al sacerdote, a la puerta del tabernáculo de reunión, delante de Jehová.
24Y el sacerdote tomará el cordero de la expiación por la culpa, y el
log de aceite, y los mecerá el sacerdote como ofrenda mecida delante de
Jehová. 25Luego degollará el cordero de la culpa, y el sacerdote
tomará de la sangre de la culpa, y la pondrá sobre el lóbulo de la oreja
derecha del que se purifica, sobre el pulgar de su mano derecha y sobre el
pulgar de su pie derecho. 26Y el sacerdote echará del aceite sobre
la palma de su mano izquierda; 27y con su dedo derecho el
sacerdote rociará del aceite que tiene en su mano izquierda, siete veces
delante de Jehová. 28También el sacerdote pondrá del aceite que
tiene en su mano sobre el lóbulo de la oreja derecha del que se purifica, sobre
el pulgar de su mano derecha y sobre el pulgar de su pie derecho, en el lugar
de la sangre de la culpa. 29Y lo que sobre del aceite que el
sacerdote tiene en su mano, lo pondrá sobre la cabeza del que se purifica, para
reconciliarlo delante de Jehová. 30Asimismo ofrecerá una de las
tórtolas o uno de los palominos, según pueda. 31Uno en sacrificio
de expiación por el pecado, y el otro en holocausto, además de la ofrenda; y
hará el sacerdote expiación por el que se ha de purificar, delante de Jehová.
32Esta es la ley para el que hubiere tenido plaga de lepra, y no tuviere
más para su purificación.
33Habló también Jehová a Moisés y a
Aarón, diciendo: 34Cuando hayáis entrado en la tierra de Canaán,
la cual yo os doy en posesión, si pusiere yo plaga de lepra en alguna casa de
la tierra de vuestra posesión, 35vendrá aquel de quien fuere la
casa y dará aviso al sacerdote, diciendo: Algo como plaga ha aparecido en mi
casa. 36Entonces el sacerdote mandará desocupar la casa antes que
entre a mirar la plaga, para que no sea contaminado todo lo que estuviere en la
casa; y después el sacerdote entrará a examinarla. 37Y examinará
la plaga; y si se vieren manchas en las paredes de la casa, manchas verdosas o
rojizas, las cuales parecieren más profundas que la superficie de la pared,
38el sacerdote saldrá de la casa a la puerta de ella, y cerrará la casa por
siete días. 39Y al séptimo día volverá el sacerdote, y la
examinará; y si la plaga se hubiere extendido en las paredes de la casa,
40entonces mandará el sacerdote, y arrancarán las piedras en que
estuviere la plaga, y las echarán fuera de la ciudad en lugar inmundo. 41Y
hará raspar la casa por dentro alrededor, y derramarán fuera de la ciudad, en
lugar inmundo, el barro que rasparen. 42Y tomarán otras piedras y
las pondrán en lugar de las piedras quitadas; y tomarán otro barro y recubrirán
la casa.
43Y si la plaga volviere a brotar
en aquella casa, después que hizo arrancar las piedras y raspar la casa, y
después que fue recubierta, 44entonces el sacerdote entrará y la
examinará; y si pareciere haberse extendido la plaga en la casa, es lepra maligna
en la casa; inmunda es. 45Derribará, por tanto, la tal casa, sus
piedras, sus maderos y toda la mezcla de la casa; y sacarán todo fuera de la
ciudad a lugar inmundo. 46Y cualquiera que entrare en aquella casa
durante los días en que la mandó cerrar, será inmundo hasta la noche. 47Y
el que durmiere en aquella casa, lavará sus vestidos; también el que comiere en
la casa lavará sus vestidos.
48Mas si entrare el sacerdote y la
examinare, y viere que la plaga no se ha extendido en la casa después que fue
recubierta, el sacerdote declarará limpia la casa, porque la plaga ha
desaparecido. 49Entonces tomará para limpiar la casa dos
avecillas, y madera de cedro, grana e hisopo; 50y degollará una
avecilla en una vasija de barro sobre aguas corrientes. 51Y tomará
el cedro, el hisopo, la grana y la avecilla viva, y los mojará en la sangre de
la avecilla muerta y en las aguas corrientes, y rociará la casa siete veces.
52Y purificará la casa con la sangre de la avecilla, con las aguas
corrientes, con la avecilla viva, la madera de cedro, el hisopo y la grana.
53Luego soltará la avecilla viva fuera de la ciudad sobre la faz del
campo. Así hará expiación por la casa, y será limpia.
54Esta es la ley acerca de toda
plaga de lepra y de tiña, 55y de la lepra del vestido, y de la
casa, 56y acerca de la hinchazón, y de la erupción, y de la mancha
blanca, 57para enseñar cuándo es inmundo, y cuándo limpio. Esta es
la ley tocante a la lepra.[2]
Proverbios
26
26
1 Como no
conviene la nieve en el verano, ni la lluvia en la siega,
Así no conviene al necio la
honra.
2 Como el
gorrión en su vagar, y como la golondrina en su vuelo,
Así la maldición nunca vendrá
sin causa.
3 El látigo
para el caballo, el cabestro para el asno,
Y la vara para la espalda del
necio.
4 Nunca
respondas al necio de acuerdo con su necedad,
Para que no seas tú también
como él.
5 Responde al
necio como merece su necedad,
Para que no se estime sabio en
su propia opinión.
6 Como el que
se corta los pies y bebe su daño,
Así es el que envía recado por
mano de un necio.
7 Las piernas
del cojo penden inútiles;
Así es el proverbio en la boca
del necio.
8 Como quien
liga la piedra en la honda,
Así hace el que da honra al
necio.
9 Espinas
hincadas en mano del embriagado,
Tal es el proverbio en la boca
de los necios.
10 Como
arquero que a todos hiere,
Es el que toma a sueldo
insensatos y vagabundos.
11 Como perro
que vuelve a su vómito,a
Así es el necio que repite su
necedad.
12 ¿Has visto
hombre sabio en su propia opinión?
Más esperanza hay del necio
que de él.
13 Dice el
perezoso: El león está en el camino;
El león está en las calles.
14 Como la
puerta gira sobre sus quicios,
Así el perezoso se vuelve en
su cama.
15 Mete el
perezoso su mano en el plato;
Se cansa de llevarla a su
boca.
16 En su
propia opinión el perezoso es más sabio
Que siete que sepan aconsejar.
17 El que
pasando se deja llevar de la ira en pleito ajeno
Es como el que toma al perro
por las orejas.
18 Como el que
enloquece, y echa llamas
Y saetas y muerte,
19 Tal es el
hombre que engaña a su amigo,
Y dice: Ciertamente lo hice
por broma.
20 Sin leña se
apaga el fuego,
Y donde no hay chismoso, cesa
la contienda.
21 El carbón
para brasas, y la leña para el fuego;
Y el hombre rencilloso para
encender contienda.
22 Las
palabras del chismoso son como bocados suaves,
Y penetran hasta las entrañas.
23 Como
escoria de plata echada sobre el tiesto
Son los labios lisonjeros y el
corazón malo.
24 El que odia
disimula con sus labios;
Mas en su interior maquina
engaño.
25 Cuando
hablare amigablemente, no le creas;
Porque siete abominaciones hay
en su corazón.
26 Aunque su
odio se cubra con disimulo,
Su maldad será descubierta en
la congregación.
27 El que cava
foso caerá en él;
Y al que revuelve la piedra,
sobre él le volverá.
28 La lengua
falsa atormenta al que ha lastimado,
Y la boca lisonjera hace
resbalar.[3]
* Aquí equivale a sábado.
a a 12.1: Dt. 23.25.
* Aquí equivale a sábado.
b b 12.3–4: 1 S. 21.1–6.
c c 12.4: Lv. 24.9.
* Aquí equivale a sábado.
* Aquí equivale a sábado.
d d 12.5: Nm. 28.9–10.
e e 12.7: Mt. 9.13.
f f 12.7: Os. 6.6.
* Aquí
equivale a sábado.
* Aquí
equivale a sábado.
* Aquí
equivale a sábado.
g g 12.11: Lc. 14.5.
* Aquí
equivale a sábado.
h h 12.18–21: Is. 42.1–4.
[1]Reina
Valera Revisada (1960). 1998 (Mt 11.30-12.21). Miami: Sociedades Bı́blicas
Unidas.
[2]Reina
Valera Revisada (1960). 1998 (Lv 13.59-14.57). Miami: Sociedades Bı́blicas
Unidas.
a a 26.11: 2 P. 2.22.
[3]Reina
Valera Revisada (1960). 1998 (Pr 25.28-26.28). Miami: Sociedades Bı́blicas
Unidas.
Lectura
y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al
final de un año habrás leído toda la Biblia.
Marzo 8 Mat 12.1-21 / Lev 14 / Pro 26
San
Mateo 12.1-21
Los discípulos recogen espigas en el día de reposo
(Mr. 2.23–28; Lc. 6.1–5)
12
1En aquel tiempo iba Jesús por los
sembrados en un día de reposo;* y sus discípulos tuvieron hambre, y comenzaron a
arrancar espigasa y a comer. 2Viéndolo
los fariseos, le dijeron: He aquí tus discípulos hacen lo que no es lícito
hacer en el día de reposo.* 3Pero él les dijo: ¿No habéis
leído lo que hizo David, cuando él y los que con él estaban tuvieron hambre;
4cómo entró en la casa de Dios, y comió los panes de la proposición,b
que no les era lícito comer ni a él ni a los que con él estaban, sino solamente
a los sacerdotes?c 5¿O no habéis leído en la ley,
cómo en el día de reposo* los sacerdotes en el templo profanan el día de
reposo,* y son sin culpa?d 6Pues os digo
que uno mayor que el templo está aquí. 7Y si supieseis qué
significa:e Misericordia quiero, y no sacrificio,f
no condenaríais a los inocentes; 8porque el Hijo del Hombre es
Señor del día de reposo.*
El hombre de la mano seca
(Mr. 3.1–6; Lc. 6.6–11)
9Pasando de allí, vino a la
sinagoga de ellos. 10Y he aquí había allí uno que tenía seca una
mano; y preguntaron a Jesús, para poder acusarle: ¿Es lícito sanar en el día de
reposo?* 11El les dijo: ¿Qué hombre habrá de vosotros, que
tenga una oveja, y si ésta cayere en un hoyo en día de reposo,* no le
eche mano, y la levante?g 12Pues ¿cuánto
más vale un hombre que una oveja? Por consiguiente, es lícito hacer el bien en
los días de reposo.* 13Entonces dijo a aquel hombre:
Extiende tu mano. Y él la extendió, y le fue restaurada sana como la otra.
14Y salidos los fariseos, tuvieron consejo contra Jesús para destruirle.
El siervo escogido
15Sabiendo esto Jesús, se apartó de
allí; y le siguió mucha gente, y sanaba a todos, 16y les encargaba
rigurosamente que no le descubriesen; 17para que se cumpliese lo
dicho por el profeta Isaías, cuando dijo:
18 He aquí mi
siervo, a quien he escogido;
Mi Amado, en quien se agrada mi alma;
Pondré mi Espíritu sobre él,
Y a los gentiles anunciará juicio.
19 No
contenderá, ni voceará,
Ni nadie oirá en las calles su voz.
20 La caña
cascada no quebrará,
Y el pábilo que humea no apagará,
Hasta que saque a victoria el juicio.
21 Y en su
nombre esperarán los gentiles.h[1]
Levítico
14
14
1Y habló Jehová a Moisés,
diciendo: 2Esta será la ley para el leproso cuando se limpiare:
Será traído al sacerdote, 3y éste saldrá fuera del campamento y lo
examinará; y si ve que está sana la plaga de la lepra del leproso, 4el
sacerdote mandará luego que se tomen para el que se purifica dos avecillas
vivas, limpias, y madera de cedro, grana e hisopo. 5Y mandará el
sacerdote matar una avecilla en un vaso de barro sobre aguas corrientes.
6Después tomará la avecilla viva, el cedro, la grana y el hisopo, y los
mojará con la avecilla viva en la sangre de la avecilla muerta sobre las aguas
corrientes; 7y rociará siete veces sobre el que se purifica de la
lepra, y le declarará limpio; y soltará la avecilla viva en el campo. 8Y
el que se purifica lavará sus vestidos, y raerá todo su pelo, y se lavará con
agua, y será limpio; y después entrará en el campamento, y morará fuera de su
tienda siete días. 9Y el séptimo día raerá todo el pelo de su
cabeza, su barba y las cejas de sus ojos y todo su pelo, y lavará sus vestidos,
y lavará su cuerpo en agua, y será limpio.
10El día octavo tomará dos corderos
sin defecto, y una cordera de un año sin tacha, y tres décimas de efa de flor
de harina para ofrenda amasada con aceite, y un log de aceite. 11Y
el sacerdote que le purifica presentará delante de Jehová al que se ha de
limpiar, con aquellas cosas, a la puerta del tabernáculo de reunión; 12y
tomará el sacerdote un cordero y lo ofrecerá por la culpa, con el log de
aceite, y lo mecerá como ofrenda mecida delante de Jehová. 13Y
degollará el cordero en el lugar donde se degüella el sacrificio por el pecado
y el holocausto, en el lugar del santuario; porque como la víctima por el
pecado, así también la víctima por la culpa es del sacerdote; es cosa muy
sagrada. 14Y el sacerdote tomará de la sangre de la víctima por la
culpa, y la pondrá el sacerdote sobre el lóbulo de la oreja derecha del que se
purifica, sobre el pulgar de su mano derecha y sobre el pulgar de su pie
derecho. 15Asimismo el sacerdote tomará del log de aceite, y lo
echará sobre la palma de su mano izquierda, 16y mojará su dedo
derecho en el aceite que tiene en su mano izquierda, y esparcirá del aceite con
su dedo siete veces delante de Jehová. 17Y de lo que quedare del
aceite que tiene en su mano, pondrá el sacerdote sobre el lóbulo de la oreja
derecha del que se purifica, sobre el pulgar de su mano derecha y sobre el
pulgar de su pie derecho, encima de la sangre del sacrificio por la culpa.
18Y lo que quedare del aceite que tiene en su mano, lo pondrá sobre la
cabeza del que se purifica; y hará el sacerdote expiación por él delante de
Jehová. 19Ofrecerá luego el sacerdote el sacrificio por el pecado,
y hará expiación por el que se ha de purificar de su inmundicia; y después
degollará el holocausto, 20y hará subir el sacerdote el holocausto
y la ofrenda sobre el altar. Así hará el sacerdote expiación por él, y será
limpio.
21Mas si fuere pobre, y no tuviere
para tanto, entonces tomará un cordero para ser ofrecido como ofrenda mecida
por la culpa, para reconciliarse, y una décima de efa de flor de harina amasada
con aceite para ofrenda, y un log de aceite, 22y dos tórtolas o
dos palominos, según pueda; uno será para expiación por el pecado, y el otro
para holocausto. 23Al octavo día de su purificación traerá estas
cosas al sacerdote, a la puerta del tabernáculo de reunión, delante de Jehová.
24Y el sacerdote tomará el cordero de la expiación por la culpa, y el
log de aceite, y los mecerá el sacerdote como ofrenda mecida delante de
Jehová. 25Luego degollará el cordero de la culpa, y el sacerdote
tomará de la sangre de la culpa, y la pondrá sobre el lóbulo de la oreja
derecha del que se purifica, sobre el pulgar de su mano derecha y sobre el
pulgar de su pie derecho. 26Y el sacerdote echará del aceite sobre
la palma de su mano izquierda; 27y con su dedo derecho el
sacerdote rociará del aceite que tiene en su mano izquierda, siete veces
delante de Jehová. 28También el sacerdote pondrá del aceite que
tiene en su mano sobre el lóbulo de la oreja derecha del que se purifica, sobre
el pulgar de su mano derecha y sobre el pulgar de su pie derecho, en el lugar
de la sangre de la culpa. 29Y lo que sobre del aceite que el
sacerdote tiene en su mano, lo pondrá sobre la cabeza del que se purifica, para
reconciliarlo delante de Jehová. 30Asimismo ofrecerá una de las
tórtolas o uno de los palominos, según pueda. 31Uno en sacrificio
de expiación por el pecado, y el otro en holocausto, además de la ofrenda; y
hará el sacerdote expiación por el que se ha de purificar, delante de Jehová.
32Esta es la ley para el que hubiere tenido plaga de lepra, y no tuviere
más para su purificación.
33Habló también Jehová a Moisés y a
Aarón, diciendo: 34Cuando hayáis entrado en la tierra de Canaán,
la cual yo os doy en posesión, si pusiere yo plaga de lepra en alguna casa de
la tierra de vuestra posesión, 35vendrá aquel de quien fuere la
casa y dará aviso al sacerdote, diciendo: Algo como plaga ha aparecido en mi
casa. 36Entonces el sacerdote mandará desocupar la casa antes que
entre a mirar la plaga, para que no sea contaminado todo lo que estuviere en la
casa; y después el sacerdote entrará a examinarla. 37Y examinará
la plaga; y si se vieren manchas en las paredes de la casa, manchas verdosas o
rojizas, las cuales parecieren más profundas que la superficie de la pared,
38el sacerdote saldrá de la casa a la puerta de ella, y cerrará la casa por
siete días. 39Y al séptimo día volverá el sacerdote, y la
examinará; y si la plaga se hubiere extendido en las paredes de la casa,
40entonces mandará el sacerdote, y arrancarán las piedras en que
estuviere la plaga, y las echarán fuera de la ciudad en lugar inmundo. 41Y
hará raspar la casa por dentro alrededor, y derramarán fuera de la ciudad, en
lugar inmundo, el barro que rasparen. 42Y tomarán otras piedras y
las pondrán en lugar de las piedras quitadas; y tomarán otro barro y recubrirán
la casa.
43Y si la plaga volviere a brotar
en aquella casa, después que hizo arrancar las piedras y raspar la casa, y
después que fue recubierta, 44entonces el sacerdote entrará y la
examinará; y si pareciere haberse extendido la plaga en la casa, es lepra maligna
en la casa; inmunda es. 45Derribará, por tanto, la tal casa, sus
piedras, sus maderos y toda la mezcla de la casa; y sacarán todo fuera de la
ciudad a lugar inmundo. 46Y cualquiera que entrare en aquella casa
durante los días en que la mandó cerrar, será inmundo hasta la noche. 47Y
el que durmiere en aquella casa, lavará sus vestidos; también el que comiere en
la casa lavará sus vestidos.
48Mas si entrare el sacerdote y la
examinare, y viere que la plaga no se ha extendido en la casa después que fue
recubierta, el sacerdote declarará limpia la casa, porque la plaga ha
desaparecido. 49Entonces tomará para limpiar la casa dos
avecillas, y madera de cedro, grana e hisopo; 50y degollará una
avecilla en una vasija de barro sobre aguas corrientes. 51Y tomará
el cedro, el hisopo, la grana y la avecilla viva, y los mojará en la sangre de
la avecilla muerta y en las aguas corrientes, y rociará la casa siete veces.
52Y purificará la casa con la sangre de la avecilla, con las aguas
corrientes, con la avecilla viva, la madera de cedro, el hisopo y la grana.
53Luego soltará la avecilla viva fuera de la ciudad sobre la faz del
campo. Así hará expiación por la casa, y será limpia.
54Esta es la ley acerca de toda
plaga de lepra y de tiña, 55y de la lepra del vestido, y de la
casa, 56y acerca de la hinchazón, y de la erupción, y de la mancha
blanca, 57para enseñar cuándo es inmundo, y cuándo limpio. Esta es
la ley tocante a la lepra.[2]
Proverbios
26
26
1 Como no
conviene la nieve en el verano, ni la lluvia en la siega,
Así no conviene al necio la
honra.
2 Como el
gorrión en su vagar, y como la golondrina en su vuelo,
Así la maldición nunca vendrá
sin causa.
3 El látigo
para el caballo, el cabestro para el asno,
Y la vara para la espalda del
necio.
4 Nunca
respondas al necio de acuerdo con su necedad,
Para que no seas tú también
como él.
5 Responde al
necio como merece su necedad,
Para que no se estime sabio en
su propia opinión.
6 Como el que
se corta los pies y bebe su daño,
Así es el que envía recado por
mano de un necio.
7 Las piernas
del cojo penden inútiles;
Así es el proverbio en la boca
del necio.
8 Como quien
liga la piedra en la honda,
Así hace el que da honra al
necio.
9 Espinas
hincadas en mano del embriagado,
Tal es el proverbio en la boca
de los necios.
10 Como
arquero que a todos hiere,
Es el que toma a sueldo
insensatos y vagabundos.
11 Como perro
que vuelve a su vómito,a
Así es el necio que repite su
necedad.
12 ¿Has visto
hombre sabio en su propia opinión?
Más esperanza hay del necio
que de él.
13 Dice el
perezoso: El león está en el camino;
El león está en las calles.
14 Como la
puerta gira sobre sus quicios,
Así el perezoso se vuelve en
su cama.
15 Mete el
perezoso su mano en el plato;
Se cansa de llevarla a su
boca.
16 En su
propia opinión el perezoso es más sabio
Que siete que sepan aconsejar.
17 El que
pasando se deja llevar de la ira en pleito ajeno
Es como el que toma al perro
por las orejas.
18 Como el que
enloquece, y echa llamas
Y saetas y muerte,
19 Tal es el
hombre que engaña a su amigo,
Y dice: Ciertamente lo hice
por broma.
20 Sin leña se
apaga el fuego,
Y donde no hay chismoso, cesa
la contienda.
21 El carbón
para brasas, y la leña para el fuego;
Y el hombre rencilloso para
encender contienda.
22 Las
palabras del chismoso son como bocados suaves,
Y penetran hasta las entrañas.
23 Como
escoria de plata echada sobre el tiesto
Son los labios lisonjeros y el
corazón malo.
24 El que odia
disimula con sus labios;
Mas en su interior maquina
engaño.
25 Cuando
hablare amigablemente, no le creas;
Porque siete abominaciones hay
en su corazón.
26 Aunque su
odio se cubra con disimulo,
Su maldad será descubierta en
la congregación.
27 El que cava
foso caerá en él;
Y al que revuelve la piedra,
sobre él le volverá.
28 La lengua
falsa atormenta al que ha lastimado,
Y la boca lisonjera hace
resbalar.[3]
* Aquí equivale a sábado.
a a 12.1: Dt. 23.25.
* Aquí equivale a sábado.
b b 12.3–4: 1 S. 21.1–6.
c c 12.4: Lv. 24.9.
* Aquí equivale a sábado.
* Aquí equivale a sábado.
d d 12.5: Nm. 28.9–10.
e e 12.7: Mt. 9.13.
f f 12.7: Os. 6.6.
* Aquí
equivale a sábado.
* Aquí
equivale a sábado.
* Aquí
equivale a sábado.
g g 12.11: Lc. 14.5.
* Aquí
equivale a sábado.
h h 12.18–21: Is. 42.1–4.
[1]Reina
Valera Revisada (1960). 1998 (Mt 11.30-12.21). Miami: Sociedades Bı́blicas
Unidas.
[2]Reina
Valera Revisada (1960). 1998 (Lv 13.59-14.57). Miami: Sociedades Bı́blicas
Unidas.
a a 26.11: 2 P. 2.22.
[3]Reina
Valera Revisada (1960). 1998 (Pr 25.28-26.28). Miami: Sociedades Bı́blicas
Unidas.
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