lunes, 29 de marzo de 2021

¡Cómo deshacerme de las maldiciones!

                                                                                                                                                      <ENGLISH>





29 Marzo  

¡Cómo deshacerme de las maldiciones!

 

¡Con La Bendición del Señor!

Por Riqui Ricón*

Finalmente Balaam comprendió que el SEÑOR estaba decidido a bendecir a Israel, así que no recurrió a la adivinación como antes. En cambio se dio vuelta y miró hacia el desierto” (Núm 24:1 NTV).

¡Por fin, Balaam comprendió que Dios estaba decidido a bendecir a Israel! ¿Y yo, ya comprendí que Dios, mi Padre, tiene todas las intenciones de bendecirme y que no va a cambiar de parecer haga lo que haga o suceda lo que suceda?

Entonces Balán pronunció su oráculo: «Levántate, Balac, y escucha; óyeme, hijo de Zipor. Dios no es un simple mortal para mentir y cambiar de parecer. ¿Acaso no cumple lo que promete ni lleva a cabo lo que dice? Se me ha ordenado bendecir, y si eso es lo que Dios quiere, yo no puedo hacer otra cosa. »Dios no se ha fijado en la maldad de Jacob ni ha reparado en la violencia de Israel. El SEÑOR su Dios está con ellos; y entre ellos se le aclama como rey. Dios los sacó de Egipto con la fuerza de un toro salvaje. Contra Jacob no hay brujería que valga, ni valen las hechicerías contra Israel. De Jacob y de Israel se dirá: “¡Miren lo que Dios ha hecho!” (Núm 23:18-23 NVI).

La Biblia, que es La Palabra de Dios, es muy clara respecto a la posición que Dios tiene para con Sus Hijos (o sea, conmigo), y en estos pasajes puedo ver muy explícitamente como trata Dios a Sus escogidos. El pueblo de Israel era orgulloso y altivo (de dura cerviz), continuamente se estaba quejándose y renegando, y, por si fuera poco, era idólatra (pues muchos de ellos aún adoraban, a escondidas, a los dioses egipcios), y a pesar de todo eso Dios, Quien todo lo sabe, los escogió y los amó. Y por ese Amor no miraba sus pecados: “Dios no se ha fijado en la maldad de Jacob ni ha reparado en la violencia de Israel”. Y por lo tanto, Su Bendición prevalece sobre cualquier maldición: “Contra Jacob no hay brujería que valga, ni valen las hechicerías contra Israel”. De hecho, Dios lo puso como ejemplo y testimonio de Su gran Amor para todas las naciones: “De Jacob y de Israel se dirá: ¡Miren lo que Dios ha hecho!”.

Porque de tal manera amó Dios al mundo,  que ha dado a su Hijo unigénito,  para que todo aquel que en él cree,  no se pierda,  mas tenga vida eterna” (Jua 3:16 RV60).

Lo que hace que Su Bendición prevalezca sobre cualquier maldición es Su gran Amor por mí. ¡Dios me ama tanto que prefirió entregar a Su único Hijo antes que perderte a mí!

Cristo pagó para librarnos de la maldición de la ley y aceptó estar bajo maldición en lugar de nosotros. La Escritura dice: "maldito todo aquel cuyo cuerpo es colgado en un árbol". Cristo hizo eso para que las bendiciones que recibió Abraham llegaran a las demás naciones. Las bendiciones vienen a través de Jesucristo para que por medio de la fe pudiéramos recibir el Espíritu que Dios prometió” (Gál 3:13-14 PDT).

Por ese Gran Amor, Jesucristo recibió en sí mismo todos los efectos de la maldición que yo merecía, y ahora, no solamente soy libre de la maldición sino que, además, yo soy un(a) legítimo(a) y auténtico(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo, exactamente igual a Jesús. ¡Tengo al Espíritu Santo viviendo en mí y conmigo! ¿Qué maldición o ataque frontal del enemigo podría afectar mi destino eterno?

El Señor es mi luz y mi salvación. ¿A quién podría yo temerle? El Señor es la fortaleza de mi vida, así que no le temo a nadie. Aunque los perversos me ataquen y traten de destruirme, todos ellos serán derrotados. No tendré miedo, aunque todo un ejército me rodee. Confiaré en Dios, aunque me declaren la guerra” (Sal 27:1-3 PDT).

¿Cómo puede todo esto ser cierto para mí?

Y si vosotros sois de Cristo, ciertamente linaje de Abraham sois, y herederos según la promesa” (Gál 3:29 RV60).

Sin lugar a duda, yo le pertenezco a Cristo Jesús, pues Él me compró con Su Sangre; con Su muerte y Su resurrección Él pagó el justo precio por mi redención y ahora soy linaje de Abraham y heredero de todas Sus promesas.

Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra” (Gén 12:3 RV60).

La Bendición de Dios, mi Padre, me protege contra toda maldición.

Sé muy bien lo que tengo planeado para ustedes, dice el Señor, son planes para su bienestar, no para su mal. Son planes de darles un futuro y una esperanza” (Jer 29:11 PDT).

Dios tiene un Plan para mi Vida y es un magnífico Plan. Sin importar lo duro o difícil de mis circunstancias actuales, puedo confiar que Él cumplirá Su propósito en mí. Puedo (y debo), dejar de tener miedo al futuro pues La Bendición del Señor está conmigo.

Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo,  que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo (Efe 1:3 RV60).

Y en Su Bendición, que es Su Palabra, puedo confiar para ya no vivir angustiado, ni triste, ni preocupado.

La bendición del SEÑOR trae riquezas, y nada se gana con preocuparse” (Pro 10:22 NVI).

¡Puedo vivir feliz y confiado en el Amor de mi Padre celestial!

SEÑOR Todopoderoso, ¡dichosos los que en ti confían!” (Sal 84:12 NVI).

Oremos en voz audible:

Amado Padre celestial, gracias por amarme tanto que aún estando yo muerto(a) en delitos y pecados me diste Vida juntamente con Cristo. Señor Jesús, por lo que hiciste por mí en esa cruz ahora soy un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo. Soy heredero del Padre y coheredero tuyo. ¡Mi vida está escondida con Cristo en Dios! Todos mis pecados han sido purificados, soy justificado y he sido perdonado. ¡Soy un(a) Hijo(a) del Rey! ¡Soy bendito(a) del Señor! Tú Bendición me acompaña de día y de noche. Tú Bendición guarda mi vida. En el día que temo, Yo en ti confío. En Ti, mi Dios, alabaré Tu palabra; En Ti he confiado; no temeré; ¿Qué puede hacerme el hombre? Señor Jesús, Tú eres mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré? Tú eres la fortaleza de mi vida; ¿de quién he de atemorizarme? Cuando se juntaron contra mí los malignos, mis angustiadores y mis enemigos, Para comer mis carnes, ellos tropezaron y cayeron. Aunque un ejército acampe contra mí, No temerá mi corazón; Aunque contra mí se levante guerra, Yo estaré confiado. Tú eres mi pastor; nada me faltará. En lugares de delicados pastos me harás descansar; Junto a aguas de reposo me pastorearás. Confortarás mi alma; Me guiarás por sendas de justicia por amor de Tu nombre y Aunque ande en valle de sombra de muerte, No temeré mal alguno, porque tú estás conmigo; Tu vara y tu cayado me infunden aliento. Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores; Unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando. Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, Y en Tu casa, mi Señor, moraré por largos días. Así que, Todo lo puedo en Cristo que me fortalece, pues mayor es el que está en mí que el que está en el mundo y ese eres Tú, Precioso Espíritu de Dios. No le daré lugar al diablo y a sus mentiras en mi vida. ¡No voy a temer más! Echo fuera de mi vida toda ansiedad e inquietud.  ¡En todas las cosas soy más que vencedor(a) por medio de Aquel que me amó, Cristo Jesús! ¡Ya he sido sanado(a) por las heridas de Jesús! ¡He sido establecido(a) para reinar en esta vida por la sangre de Jesús! No hay forma que pueda perder, pues Tú, mi Dios y Padre, estás en mí y conmigo, y si Dios es conmigo, ¿quién contra mí? ¡Soy sano(a)! ¡Soy libre! ¡Soy próspero(a)! ¡Soy feliz! En el nombre de Jesús. Amén.

 Nota Importante:

¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco una relación con el Todopoderoso?

Sólo haz la siguiente oración en voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a Dios:

Señor Jesús, yo creo que eres el Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.

*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2020

 

Tres Recomendaciones:

Lo que acabas de suceder al reconocer a Jesucristo como el Señor y Salvador de tu vida, de acuerdo con La Palabra de Dios, es que has Nacido de Nuevo, ya no más como un ser humano común y corriente, sujeto a la ley del pecado y de la muerte, sino que ahora eres un(a) legítimo(a) y auténtico(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo, exactamente igual a Jesucristo, quien ahora es tu Hermano Mayor. Por lo tanto, te hago estas tres importantísimas recomendaciones:

1.     Orar. Orar es platicar con Dios. Así que, búscate un lugar tranquilo donde puedas comenzar a platicar todas tus cosas con Él. Hazlo de forma audible y notarás como Dios siempre responderá a tu corazón.

2.     Leer y meditar la Palabra de Dios. La Biblia es La Palabra de Dios, así que, consigue una Biblia y comienza a leerla y meditarla. ¿Cómo empezar? Es muy sencillo. Dependiendo del día que sea hoy, busca en el programa de lectura “La Biblia en un año” y realiza las lecturas correspondientes. Este programa lo puedes obtener en: A Través de La Biblia En Un Ano (palabradehonor.org) Notarás que el programa está arreglado para imprimirlo como un cuadernillo.

3.     En oración con Dios, tu Padre, busca y únete a una iglesia o congregación cristiana donde enseñen la Palabra de Dios en base a las Buenas Noticias que son el Evangelio de Jesucristo.

*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2020


 


Lectura y Meditación de la Palabra de Dios

Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.

                                                                                   

Marzo 29                                            Mat 23.13-39 /  Núm 23.27-24.25 /  Can 5.2-6.3


Cápsula del día.





Puedes escuchar o descargar la lectura de la  Biblia en audio del día de hoy, la tenemos para ti en dos versiones: 


RV60 




NVI 




Lectura y Meditación de la Palabra de Dios

Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.

                                                                                   

Marzo 29                                            Mat 23.13-39 /  Núm 23.27-24.25 /  Can 5.2-6.3

San Mateo 23.13-39

13 Mas ¡ay de vosotros, escribas y Fariseos, hipócritas! porque cerráis el reino de los cielos delante de los hombres; que ni vosotros entráis, ni a los que están entrando dejáis entrar. 14 ¡Ay de vosotros, escribas y Fariseos, hipócritas! porque coméis las casas de las viudas, y por pretexto hacéis larga oración: por esto llevaréis mas grave juicio. 15 ¡Ay de vosotros, escribas y Fariseos, hipócritas! porque rodeáis la mar y la tierra por hacer un prosélito; y cuando fuere hecho, le hacéis hijo del infierno doble más que vosotros. 16 ¡Ay de vosotros, guías ciegos! que decís: Cualquiera que jurare por el templo es nada; mas cualquiera que jurare por el oro del templo, deudor es. 17 ¡Insensatos y ciegos! porque ¿cuál es mayor, el oro, o el templo que santifica al oro? 18 Y: Cualquiera que jurare por el altar, es nada; mas cualquiera que jurare por el presente que está sobre él, deudor es. 19 ¡Necios y ciegos! porque, ¿cuál es mayor, el presente, o el altar que santifica al presente? 20 Pues el que jurare por el altar, jura por él, y por todo lo que está sobre él; 21 Y el que jurare por el templo, jura por él, y por Aquél que habita en él; 22 Y el que jura por el cielo, jura por el trono de Dios, y por Aquél que está sentado sobre él. 23 ¡Ay de vosotros, escribas y Fariseos, hipócritas! porque diezmáis la menta y el eneldo y el comino, y dejasteis lo que es lo más grave de la ley, es a saber, el juicio y la misericordia y la fe: esto era menester hacer, y no dejar lo otro. 24 ¡Guías ciegos, que coláis el mosquito, mas tragáis el camello! 25 ¡Ay de vosotros, escribas y Fariseos, hipócritas! porque limpiáis lo que está de fuera del vaso y del plato; mas de dentro están llenos de robo y de injusticia. 26 ¡Fariseo ciego, limpia primero lo de dentro del vaso y del plato, para que también lo de fuera se haga limpio! 27 ¡Ay de vosotros, escribas y Fariseos, hipócritas! porque sois semejantes a sepulcros blanqueados, que de fuera, a la verdad, se muestran hermosos, mas de dentro están llenos de huesos de muertos y de toda suciedad. 28 Así también vosotros de fuera, a la verdad, os mostráis justos a los hombres; mas de dentro, llenos estáis de hipocresía e iniquidad. 29 ¡Ay de vosotros, escribas y Fariseos, hipócritas! porque edificáis los sepulcros de los profetas, y adornáis los monumentos de los justos, 30 Y decís: Si fuéramos en los días de nuestros padres, no hubiéramos sido sus compañeros en la sangre de los profetas. 31 Así que, testimonio dais a vosotros mismos, que sois hijos de aquellos que mataron a los profetas. 32 ¡Vosotros también henchid la medida de vuestros padres! 33 ¡Serpientes, generación de víboras! ¿cómo evitaréis el juicio del infierno? 34 Por tanto, he aquí, yo envío a vosotros profetas, y sabios, y escribas: y de ellos, a unos mataréis y crucificaréis, y a otros de ellos azotaréis en vuestras sinagogas, y perseguiréis de ciudad en ciudad: 35 Para que venga sobre vosotros toda la sangre justa que se ha derramado sobre la tierra, desde la sangre de Abel el justo, hasta la sangre de Zacarías, hijo de Barachîas, al cual matasteis entre el templo y el altar. 36 De cierto os digo que todo esto vendrá sobre esta generación. 37 ¡Jerusalem, Jerusalem, que matas a los profetas, y apedreas a los que son enviados a ti! ¡cuántas veces quise juntar tus hijos, como la gallina junta sus pollos debajo de las alas, y no quisiste! 38 He aquí vuestra casa os es dejada desierta. 39 Porque os digo que desde ahora no me veréis, hasta que digáis: Bendito el que viene en el nombre del Señor.

Números 23.27-24.25

27 Y dijo Balac a Balaam: Ruégote que vengas, te llevaré a otro lugar; por ventura parecerá bien a Dios que desde allí me lo maldigas. 28 Y Balac llevó a Balaam a la cumbre de Peor, que mira hacia Jesimón. 29 Entonces Balaam dijo a Balac: Edifícame aquí siete altares, y prepárame aquí siete becerros y siete carneros. 30 Y Balac hizo como Balaam le dijo; y ofreció un becerro y un carnero en cada altar.

CAPÍTULO 24

1 Y COMO vió Balaam que parecía bien a Jehová que el bendijese a Israel, no fué, como la primera y segunda vez, a encuentro de agüeros, sino que puso su rostro hacia el desierto; 2 Y alzando sus ojos, vió a Israel alojado por sus tribus; y el espíritu de Dios vino sobre él. 3 Entonces tomó su parábola, y dijo: Dijo Balaam hijo de Beor, Y dijo el varón de ojos abiertos: 4 Dijo el que oyó los dichos de Dios, El que vió la visión del Omnipotente; Caído, mas abiertos los ojos: 5 ¡Cuán hermosas son tus tiendas, oh Jacob, Tus habitaciones, oh Israel! 6 Como arroyos están extendidas, Como huertos junto al río, Como lináloes plantados por Jehová, Como cedros junto a las aguas. 7 De sus manos destilarán aguas, Y su simiente será en muchas aguas: Y ensalzarse ha su rey más que Agag, Y su reino será ensalzado. 8 Dios lo sacó de Egipto; Tiene fuerzas como de unicornio: Comerá a las gentes sus enemigas, Y desmenuzará sus huesos, Y asaeteará con sus saetas. 9 Se encorvará para echarse como león, Y como leona; ¿quién lo despertará? Benditos los que te bendijeren, Y malditos los que te maldijeren. 10 Entonces se encendió la ira de Balac contra Balaam, y batiendo sus palmas le dijo: Para maldecir a mis enemigos te he llamado, y he aquí los has resueltamente bendecido ya tres veces. 11 Húyete, por tanto, ahora a tu lugar: yo dije que te honraría, mas he aquí que Jehová te ha privado de honra. 12 Y Balaam le respondió: ¿No lo declaré yo también a tus mensajeros que me enviaste, diciendo: 13 Si Balac me diése su casa llena de plata y oro, yo no podré traspasar el dicho de Jehová para hacer cosa buena ni mala de mi arbitrio; mas lo que Jehová hablare, eso diré yo? 14 He aquí yo me voy ahora a mi pueblo: por tanto, ven, te indicaré lo que este pueblo ha de hacer a tu pueblo en los postrimeros días. 15 Y tomó su parábola, y dijo: Dijo Balaam hijo de Beor, Dijo el varón de ojos abiertos: 16 Dijo el que oyó los dichos de Jehová, Y el que sabe la ciencia del Altísimo, El que vió la visión del Omnipotente; Caído, mas abiertos los ojos: 17 Verélo, mas no ahora: Lo miraré, mas no de cerca: Saldrá ESTRELLA de Jacob, Y levantaráse cetro de Israel, Y herirá los cantones de Moab, Y destruirá a todos los hijos de Seth. 18 Y será tomada Edom, Será también tomada Seir por sus enemigos, E Israel se portará varonilmente. 19 Y el de Jacob se enseñoreará, Y destruirá de la ciudad lo que quedare. 20 Y viendo a Amalec, tomó su parábola, y dijo: Amalec, cabeza de gentes; Mas su postrimería perecerá para siempre. 21 Y viendo al Cineo, tomó su parábola, y dijo: Fuerte es tu habitación, Pon en la peña tu nido: 22 Que el Cineo será echado, Cuando Assur te llevará cautivo. 23 Todavía tomó su parábola, y dijo: ¡Ay! ¿quién vivirá cuando hiciere Dios estas cosas? 24 Y vendrán navíos de la costa de Cittim, Y afligirán a Assur, afligirán también a Eber: Mas él también perecerá para siempre. 25 Entonces se levantó Balaam, y se fué, y volvióse a su lugar: y también Balac se fué por su camino.        

Cantares 5.2-6.3

 

2 Yo dormía, pero mi corazón velaba: La voz de mi amado que llamaba: Abreme, hermana mía, amiga mía, paloma mía, perfecta mía; Porque mi cabeza está llena de rocío, Mis cabellos de las gotas de la noche. 3 Heme desnudado mi ropa; ¿cómo la tengo de vestir? He lavado mis pies; ¿cómo los tengo de ensuciar? 4 Mi amado metió su mano por el agujero, Y mis entrañas se conmovieron dentro de mí. 5 Yo me levanté para abrir a mi amado, Y mis manos gotearon mirra, Y mis dedos mirra que corría Sobre las aldabas del candado. 6 Abrí yo a mi amado; Mas mi amado se había ido, había ya pasado: Y tras su hablar salió mi alma: Busquélo, y no lo hallé; Llamélo, y no me respondió. 7 Halláronme los guardas que rondan la ciudad: Hiriéronme, llagáronme, Quitáronme mi manto de encima los guardas de los muros. 8 Yo os conjuro, oh doncellas de Jerusalem, si hallareis a mi amado, Que le hagáis saber cómo de amor estoy enferma. 9 ¿Qué es tu amado más que otro amado, Oh la más hermosa de todas las mujeres? ¿Qué es tu amado más que otro amado, Que así nos conjuras? 10 Mi amado es blanco y rubio, Señalado entre diez mil. 11 Su cabeza, como oro finísimo; Sus cabellos crespos, negros como el cuervo. 12 Sus ojos, como palomas junto a los arroyos de las aguas, Que se lavan con leche, y a la perfección colocados. 13 Sus mejillas, como una era de especias aromáticas, como fragantes flores: Sus labios, como lirios que destilan mirra que trasciende. 14 Sus manos, como anillos de oro engastados de jacintos: Su vientre, como claro marfil cubierto de zafiros. 15 Sus piernas, como columnas de mármol fundadas sobre basas de fino oro: Su aspecto como el Líbano, escogido como los cedros. 16 Su paladar, dulcísimo: y todo él codiciable. Tal es mi amado, tal es mi amigo, Oh doncellas de Jerusalem.

CAPÍTULO 6

1 ¿DÓNDE se ha ido tu amado, Oh la más hermosa de todas las mujeres? ¿Adónde se apartó tu amado, Y le buscaremos contigo? 2 Mi amado descendió a su huerto, a las eras de los aromas Para apacentar en los huertos, y para coger los lirios. 3 Yo soy de mi amado, y mi amado es mío: El apacienta entre los lirios.

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