¡Cómo deshacerme de las maldiciones!
¡Con La Bendición del Señor!
Por Riqui Ricón*
“Finalmente Balaam
comprendió que el SEÑOR estaba decidido a bendecir a Israel, así que no
recurrió a la adivinación como antes. En cambio se dio vuelta y miró hacia el
desierto” (Núm 24:1 NTV).
¡Por fin,
Balaam comprendió que Dios estaba decidido a bendecir a Israel! ¿Y yo, ya
comprendí que Dios, mi Padre, tiene todas las intenciones de bendecirme y que
no va a cambiar de parecer haga lo que haga o suceda lo que suceda?
“Entonces Balán pronunció su
oráculo: «Levántate, Balac, y escucha; óyeme, hijo de Zipor. Dios no es un
simple mortal para mentir y cambiar de parecer. ¿Acaso no cumple lo que promete
ni lleva a cabo lo que dice? Se me ha ordenado bendecir, y si eso es lo que
Dios quiere, yo no puedo hacer otra cosa. »Dios no se ha fijado en la maldad de
Jacob ni ha reparado en la violencia de Israel. El SEÑOR su Dios está con
ellos; y entre ellos se le aclama como rey. Dios los sacó de Egipto con la
fuerza de un toro salvaje. Contra Jacob no hay brujería que valga, ni valen las
hechicerías contra Israel. De Jacob y de Israel se dirá: “¡Miren lo que Dios ha
hecho!” (Núm 23:18-23 NVI).
La Biblia, que es La Palabra de
Dios, es muy clara respecto a la posición que Dios tiene para con Sus Hijos (o
sea, conmigo), y en estos pasajes puedo ver muy explícitamente como trata Dios
a Sus escogidos. El pueblo de Israel era orgulloso y altivo (de dura cerviz),
continuamente se estaba quejándose y renegando, y, por si fuera poco, era
idólatra (pues muchos de ellos aún adoraban, a escondidas, a los dioses
egipcios), y a pesar de todo eso Dios, Quien todo lo sabe, los escogió y los
amó. Y por ese Amor no miraba sus pecados: “Dios no se ha fijado en la
maldad de Jacob ni ha reparado en la violencia de Israel”. Y por lo tanto,
Su Bendición prevalece sobre cualquier maldición: “Contra Jacob no hay
brujería que valga, ni valen las hechicerías contra Israel”. De hecho, Dios
lo puso como ejemplo y testimonio de Su gran Amor para todas las naciones: “De
Jacob y de Israel se dirá: ¡Miren lo que Dios ha hecho!”.
“Porque de tal manera amó Dios
al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda,
mas tenga vida eterna” (Jua 3:16 RV60).
Lo que hace que Su Bendición
prevalezca sobre cualquier maldición es Su gran Amor por mí. ¡Dios me ama tanto
que prefirió entregar a Su único Hijo antes que perderte a mí!
“Cristo pagó para librarnos de
la maldición de la ley y aceptó estar bajo maldición en lugar de nosotros. La
Escritura dice: "maldito todo aquel cuyo cuerpo es colgado en un
árbol". Cristo hizo eso para que las bendiciones que recibió Abraham
llegaran a las demás naciones. Las bendiciones vienen a través de Jesucristo
para que por medio de la fe pudiéramos recibir el Espíritu que Dios prometió”
(Gál 3:13-14 PDT).
Por ese Gran Amor, Jesucristo
recibió en sí mismo todos los efectos de la maldición que yo merecía, y ahora,
no solamente soy libre de la maldición sino que, además, yo soy un(a) legítimo(a)
y auténtico(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo, exactamente igual a Jesús. ¡Tengo
al Espíritu Santo viviendo en mí y conmigo! ¿Qué maldición o ataque frontal del
enemigo podría afectar mi destino eterno?
“El Señor es mi luz y mi
salvación. ¿A quién podría yo temerle? El Señor es la fortaleza de mi vida, así
que no le temo a nadie. Aunque los perversos me ataquen y traten de destruirme,
todos ellos serán derrotados. No tendré miedo, aunque todo un ejército me
rodee. Confiaré en Dios, aunque me declaren la guerra” (Sal 27:1-3 PDT).
¿Cómo puede todo esto ser cierto
para mí?
“Y si vosotros sois de Cristo,
ciertamente linaje de Abraham sois, y herederos según la promesa” (Gál 3:29
RV60).
Sin lugar a duda, yo le
pertenezco a Cristo Jesús, pues Él me compró con Su Sangre; con Su muerte y Su
resurrección Él pagó el justo precio por mi redención y ahora soy linaje de
Abraham y heredero de todas Sus promesas.
“Bendeciré a los que te
bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas
las familias de la tierra” (Gén 12:3 RV60).
La Bendición de Dios, mi Padre,
me protege contra toda maldición.
“Sé muy bien lo que tengo
planeado para ustedes, dice el Señor, son planes para su bienestar, no para su
mal. Son planes de darles un futuro y una esperanza” (Jer 29:11 PDT).
Dios tiene un Plan para mi Vida y
es un magnífico Plan. Sin importar lo duro o difícil de mis circunstancias
actuales, puedo confiar que Él cumplirá Su propósito en mí. Puedo (y debo),
dejar de tener miedo al futuro pues La Bendición del Señor está conmigo.
“Bendito sea el Dios y Padre
de nuestro Señor Jesucristo, que nos
bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo (Efe
1:3 RV60).
Y en Su Bendición, que es Su
Palabra, puedo confiar para ya no vivir angustiado, ni triste, ni preocupado.
“La bendición del SEÑOR trae
riquezas, y nada se gana con preocuparse” (Pro 10:22 NVI).
¡Puedo vivir feliz y confiado en
el Amor de mi Padre celestial!
“SEÑOR Todopoderoso, ¡dichosos
los que en ti confían!” (Sal 84:12 NVI).
Oremos en voz audible:
Amado Padre celestial, gracias
por amarme tanto que aún estando yo muerto(a) en delitos y pecados me diste
Vida juntamente con Cristo. Señor Jesús, por lo que hiciste por mí en esa cruz
ahora soy un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo. Soy heredero del Padre y
coheredero tuyo. ¡Mi vida está escondida con Cristo en Dios! Todos mis pecados
han sido purificados, soy justificado y he sido perdonado. ¡Soy un(a) Hijo(a)
del Rey! ¡Soy bendito(a) del Señor! Tú Bendición me acompaña de día y de noche.
Tú Bendición guarda mi vida. En el día
que temo, Yo en ti confío. En Ti, mi
Dios, alabaré Tu palabra; En Ti he confiado; no temeré; ¿Qué puede hacerme el
hombre? Señor
Jesús, Tú eres mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré? Tú eres la fortaleza de mi
vida; ¿de quién he de atemorizarme? Cuando se juntaron contra mí los malignos,
mis angustiadores y mis enemigos, Para comer mis carnes, ellos tropezaron y
cayeron. Aunque un ejército acampe contra mí, No temerá mi corazón; Aunque
contra mí se levante guerra, Yo estaré confiado. Tú eres mi pastor; nada me faltará.
En lugares de delicados pastos me harás descansar; Junto a aguas de reposo me
pastorearás. Confortarás mi alma; Me guiarás por sendas de justicia por amor de
Tu nombre y Aunque ande en valle de sombra de muerte, No temeré mal alguno,
porque tú estás conmigo; Tu vara y tu cayado me infunden aliento. Aderezas mesa
delante de mí en presencia de mis angustiadores; Unges mi cabeza con aceite; mi
copa está rebosando. Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos
los días de mi vida, Y en Tu casa, mi Señor, moraré por largos días. Así que, Todo lo puedo en Cristo
que me fortalece, pues mayor es el que está en mí que el que está en el mundo y
ese eres Tú, Precioso Espíritu de Dios. No le daré lugar al diablo y a sus
mentiras en mi vida. ¡No voy a temer más! Echo fuera de mi vida toda ansiedad e
inquietud. ¡En todas las cosas soy más
que vencedor(a) por medio de Aquel que me amó, Cristo Jesús! ¡Ya he sido
sanado(a) por las heridas de Jesús! ¡He sido establecido(a) para reinar en esta
vida por la sangre de Jesús! No hay forma que pueda perder, pues Tú, mi Dios y
Padre, estás en mí y conmigo, y si Dios es conmigo, ¿quién contra mí? ¡Soy
sano(a)! ¡Soy libre! ¡Soy próspero(a)! ¡Soy feliz! En el nombre de Jesús. Amén.
Nota Importante:
¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo
establezco una relación con el Todopoderoso?
Sólo haz la siguiente oración en
voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a
Dios:
Señor Jesús, yo creo que eres el
Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis
pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí
acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa
derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a
entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi
único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios
Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a
Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido
de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más
estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C. Peredo
Jaime © 2020
Tres Recomendaciones:
Lo que acabas de suceder al reconocer a Jesucristo como el Señor y
Salvador de tu vida, de acuerdo con La Palabra de Dios, es que has Nacido de
Nuevo, ya no más como un ser humano común y corriente, sujeto a la ley del
pecado y de la muerte, sino que ahora eres un(a) legítimo(a) y auténtico(a)
Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo, exactamente igual a Jesucristo, quien ahora
es tu Hermano Mayor. Por lo tanto, te hago estas tres importantísimas recomendaciones:
1.
Orar. Orar es platicar con Dios. Así que, búscate
un lugar tranquilo donde puedas comenzar a platicar todas tus cosas con Él.
Hazlo de forma audible y notarás como Dios siempre responderá a tu corazón.
2.
Leer y meditar la Palabra de Dios. La Biblia es La
Palabra de Dios, así que, consigue una Biblia y comienza a leerla y meditarla.
¿Cómo empezar? Es muy sencillo. Dependiendo del día que sea hoy, busca en el
programa de lectura “La Biblia en un año” y realiza las lecturas
correspondientes. Este programa lo puedes obtener en: A
Través de La Biblia En Un Ano (palabradehonor.org) Notarás que el
programa está arreglado para imprimirlo como un cuadernillo.
3.
En oración con Dios, tu Padre, busca y únete a una
iglesia o congregación cristiana donde enseñen la Palabra de Dios en base a las
Buenas Noticias que son el Evangelio de Jesucristo.
*Ricardo C. Peredo
Jaime © 2020
Lectura
y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al
final de un año habrás leído toda la Biblia.
Marzo 29 Mat 23.13-39 / Núm 23.27-24.25 / Can 5.2-6.3
RV60
Lectura
y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al
final de un año habrás leído toda la Biblia.
Marzo 29 Mat 23.13-39 / Núm 23.27-24.25 / Can 5.2-6.3
San
Mateo 23.13-39
13 Mas ¡ay
de vosotros, escribas y Fariseos, hipócritas! porque cerráis el reino de los
cielos delante de los hombres; que ni vosotros entráis, ni a los que están
entrando dejáis entrar. 14 ¡Ay de vosotros, escribas y Fariseos, hipócritas!
porque coméis las casas de las viudas, y por pretexto hacéis larga oración: por
esto llevaréis mas grave juicio. 15 ¡Ay de vosotros, escribas y Fariseos,
hipócritas! porque rodeáis la mar y la tierra por hacer un prosélito; y cuando
fuere hecho, le hacéis hijo del infierno doble más que vosotros. 16 ¡Ay de
vosotros, guías ciegos! que decís: Cualquiera que jurare por el templo es nada;
mas cualquiera que jurare por el oro del templo, deudor es. 17 ¡Insensatos y
ciegos! porque ¿cuál es mayor, el oro, o el templo que santifica al oro? 18 Y:
Cualquiera que jurare por el altar, es nada; mas cualquiera que jurare por el
presente que está sobre él, deudor es. 19 ¡Necios y ciegos! porque, ¿cuál es
mayor, el presente, o el altar que santifica al presente? 20 Pues el que jurare
por el altar, jura por él, y por todo lo que está sobre él; 21 Y el que jurare
por el templo, jura por él, y por Aquél que habita en él; 22 Y el que jura por
el cielo, jura por el trono de Dios, y por Aquél que está sentado sobre él. 23
¡Ay de vosotros, escribas y Fariseos, hipócritas! porque diezmáis la menta y el
eneldo y el comino, y dejasteis lo que es lo más grave de la ley, es a saber,
el juicio y la misericordia y la fe: esto era menester hacer, y no dejar lo
otro. 24 ¡Guías ciegos, que coláis el mosquito, mas tragáis el camello! 25 ¡Ay
de vosotros, escribas y Fariseos, hipócritas! porque limpiáis lo que está de
fuera del vaso y del plato; mas de dentro están llenos de robo y de injusticia.
26 ¡Fariseo ciego, limpia primero lo de dentro del vaso y del plato, para que
también lo de fuera se haga limpio! 27 ¡Ay de vosotros, escribas y Fariseos,
hipócritas! porque sois semejantes a sepulcros blanqueados, que de fuera, a la
verdad, se muestran hermosos, mas de dentro están llenos de huesos de muertos y
de toda suciedad. 28 Así también vosotros de fuera, a la verdad, os mostráis
justos a los hombres; mas de dentro, llenos estáis de hipocresía e iniquidad.
29 ¡Ay de vosotros, escribas y Fariseos, hipócritas! porque edificáis los
sepulcros de los profetas, y adornáis los monumentos de los justos, 30 Y decís:
Si fuéramos en los días de nuestros padres, no hubiéramos sido sus compañeros
en la sangre de los profetas. 31 Así que, testimonio dais a vosotros mismos,
que sois hijos de aquellos que mataron a los profetas. 32 ¡Vosotros también
henchid la medida de vuestros padres! 33 ¡Serpientes, generación de víboras!
¿cómo evitaréis el juicio del infierno? 34 Por tanto, he aquí, yo envío a
vosotros profetas, y sabios, y escribas: y de ellos, a unos mataréis y
crucificaréis, y a otros de ellos azotaréis en vuestras sinagogas, y
perseguiréis de ciudad en ciudad: 35 Para que venga sobre vosotros toda la
sangre justa que se ha derramado sobre la tierra, desde la sangre de Abel el
justo, hasta la sangre de Zacarías, hijo de Barachîas, al cual matasteis entre
el templo y el altar. 36 De cierto os digo que todo esto vendrá sobre esta
generación. 37 ¡Jerusalem, Jerusalem, que matas a los profetas, y apedreas a
los que son enviados a ti! ¡cuántas veces quise juntar tus hijos, como la gallina
junta sus pollos debajo de las alas, y no quisiste! 38 He aquí vuestra casa os
es dejada desierta. 39 Porque os digo que desde ahora no me veréis, hasta que
digáis: Bendito el que viene en el nombre del Señor.
Números
23.27-24.25
27 Y dijo
Balac a Balaam: Ruégote que vengas, te llevaré a otro lugar; por ventura
parecerá bien a Dios que desde allí me lo maldigas. 28 Y Balac llevó a Balaam a
la cumbre de Peor, que mira hacia Jesimón. 29 Entonces Balaam dijo a Balac:
Edifícame aquí siete altares, y prepárame aquí siete becerros y siete carneros.
30 Y Balac hizo como Balaam le dijo; y ofreció un becerro y un carnero en cada
altar.
CAPÍTULO 24
1 Y COMO vió
Balaam que parecía bien a Jehová que el bendijese a Israel, no fué, como la
primera y segunda vez, a encuentro de agüeros, sino que puso su rostro hacia el
desierto; 2 Y alzando sus ojos, vió a Israel alojado por sus tribus; y el
espíritu de Dios vino sobre él. 3 Entonces tomó su parábola, y dijo: Dijo
Balaam hijo de Beor, Y dijo el varón de ojos abiertos: 4 Dijo el que oyó los
dichos de Dios, El que vió la visión del Omnipotente; Caído, mas abiertos los
ojos: 5 ¡Cuán hermosas son tus tiendas, oh Jacob, Tus habitaciones, oh Israel!
6 Como arroyos están extendidas, Como huertos junto al río, Como lináloes
plantados por Jehová, Como cedros junto a las aguas. 7 De sus manos destilarán
aguas, Y su simiente será en muchas aguas: Y ensalzarse ha su rey más que Agag,
Y su reino será ensalzado. 8 Dios lo sacó de Egipto; Tiene fuerzas como de
unicornio: Comerá a las gentes sus enemigas, Y desmenuzará sus huesos, Y
asaeteará con sus saetas. 9 Se encorvará para echarse como león, Y como leona;
¿quién lo despertará? Benditos los que te bendijeren, Y malditos los que te
maldijeren. 10 Entonces se encendió la ira de Balac contra Balaam, y batiendo
sus palmas le dijo: Para maldecir a mis enemigos te he llamado, y he aquí los
has resueltamente bendecido ya tres veces. 11 Húyete, por tanto, ahora a tu
lugar: yo dije que te honraría, mas he aquí que Jehová te ha privado de honra.
12 Y Balaam le respondió: ¿No lo declaré yo también a tus mensajeros que me
enviaste, diciendo: 13 Si Balac me diése su casa llena de plata y oro, yo no
podré traspasar el dicho de Jehová para hacer cosa buena ni mala de mi
arbitrio; mas lo que Jehová hablare, eso diré yo? 14 He aquí yo me voy ahora a
mi pueblo: por tanto, ven, te indicaré lo que este pueblo ha de hacer a tu
pueblo en los postrimeros días. 15 Y tomó su parábola, y dijo: Dijo Balaam hijo
de Beor, Dijo el varón de ojos abiertos: 16 Dijo el que oyó los dichos de
Jehová, Y el que sabe la ciencia del Altísimo, El que vió la visión del
Omnipotente; Caído, mas abiertos los ojos: 17 Verélo, mas no ahora: Lo miraré,
mas no de cerca: Saldrá ESTRELLA de Jacob, Y levantaráse cetro de Israel, Y herirá
los cantones de Moab, Y destruirá a todos los hijos de Seth. 18 Y será tomada
Edom, Será también tomada Seir por sus enemigos, E Israel se portará
varonilmente. 19 Y el de Jacob se enseñoreará, Y destruirá de la ciudad lo que
quedare. 20 Y viendo a Amalec, tomó su parábola, y dijo: Amalec, cabeza de
gentes; Mas su postrimería perecerá para siempre. 21 Y viendo al Cineo, tomó su
parábola, y dijo: Fuerte es tu habitación, Pon en la peña tu nido: 22 Que el
Cineo será echado, Cuando Assur te llevará cautivo. 23 Todavía tomó su
parábola, y dijo: ¡Ay! ¿quién vivirá cuando hiciere Dios estas cosas? 24 Y
vendrán navíos de la costa de Cittim, Y afligirán a Assur, afligirán también a
Eber: Mas él también perecerá para siempre. 25 Entonces se levantó Balaam, y se
fué, y volvióse a su lugar: y también Balac se fué por su camino.
Cantares 5.2-6.3
2 Yo dormía, pero mi corazón
velaba: La voz de mi amado que llamaba: Abreme, hermana mía, amiga mía, paloma
mía, perfecta mía; Porque mi cabeza está llena de rocío, Mis cabellos de las
gotas de la noche. 3 Heme desnudado mi ropa; ¿cómo la tengo de vestir? He
lavado mis pies; ¿cómo los tengo de ensuciar? 4 Mi amado metió su mano por el
agujero, Y mis entrañas se conmovieron dentro de mí. 5 Yo me levanté para abrir
a mi amado, Y mis manos gotearon mirra, Y mis dedos mirra que corría Sobre las
aldabas del candado. 6 Abrí yo a mi amado; Mas mi amado se había ido, había ya
pasado: Y tras su hablar salió mi alma: Busquélo, y no lo hallé; Llamélo, y no
me respondió. 7 Halláronme los guardas que rondan la ciudad: Hiriéronme,
llagáronme, Quitáronme mi manto de encima los guardas de los muros. 8 Yo os
conjuro, oh doncellas de Jerusalem, si hallareis a mi amado, Que le hagáis
saber cómo de amor estoy enferma. 9 ¿Qué es tu amado más que otro amado, Oh la
más hermosa de todas las mujeres? ¿Qué es tu amado más que otro amado, Que así
nos conjuras? 10 Mi amado es blanco y rubio, Señalado entre diez mil. 11 Su
cabeza, como oro finísimo; Sus cabellos crespos, negros como el cuervo. 12 Sus
ojos, como palomas junto a los arroyos de las aguas, Que se lavan con leche, y
a la perfección colocados. 13 Sus mejillas, como una era de especias
aromáticas, como fragantes flores: Sus labios, como lirios que destilan mirra
que trasciende. 14 Sus manos, como anillos de oro engastados de jacintos: Su
vientre, como claro marfil cubierto de zafiros. 15 Sus piernas, como columnas
de mármol fundadas sobre basas de fino oro: Su aspecto como el Líbano, escogido
como los cedros. 16 Su paladar, dulcísimo: y todo él codiciable. Tal es mi
amado, tal es mi amigo, Oh doncellas de Jerusalem.
CAPÍTULO 6
1 ¿DÓNDE se ha ido tu amado,
Oh la más hermosa de todas las mujeres? ¿Adónde se apartó tu amado, Y le
buscaremos contigo? 2 Mi amado descendió a su huerto, a las eras de los aromas
Para apacentar en los huertos, y para coger los lirios. 3 Yo soy de mi amado, y
mi amado es mío: El apacienta entre los lirios.
Lectura
y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al
final de un año habrás leído toda la Biblia.
Marzo 29 Mat 23.13-39 / Núm 23.27-24.25 / Can 5.2-6.3
San
Mateo 23.13-39
13 Mas ¡ay
de vosotros, escribas y Fariseos, hipócritas! porque cerráis el reino de los
cielos delante de los hombres; que ni vosotros entráis, ni a los que están
entrando dejáis entrar. 14 ¡Ay de vosotros, escribas y Fariseos, hipócritas!
porque coméis las casas de las viudas, y por pretexto hacéis larga oración: por
esto llevaréis mas grave juicio. 15 ¡Ay de vosotros, escribas y Fariseos,
hipócritas! porque rodeáis la mar y la tierra por hacer un prosélito; y cuando
fuere hecho, le hacéis hijo del infierno doble más que vosotros. 16 ¡Ay de
vosotros, guías ciegos! que decís: Cualquiera que jurare por el templo es nada;
mas cualquiera que jurare por el oro del templo, deudor es. 17 ¡Insensatos y
ciegos! porque ¿cuál es mayor, el oro, o el templo que santifica al oro? 18 Y:
Cualquiera que jurare por el altar, es nada; mas cualquiera que jurare por el
presente que está sobre él, deudor es. 19 ¡Necios y ciegos! porque, ¿cuál es
mayor, el presente, o el altar que santifica al presente? 20 Pues el que jurare
por el altar, jura por él, y por todo lo que está sobre él; 21 Y el que jurare
por el templo, jura por él, y por Aquél que habita en él; 22 Y el que jura por
el cielo, jura por el trono de Dios, y por Aquél que está sentado sobre él. 23
¡Ay de vosotros, escribas y Fariseos, hipócritas! porque diezmáis la menta y el
eneldo y el comino, y dejasteis lo que es lo más grave de la ley, es a saber,
el juicio y la misericordia y la fe: esto era menester hacer, y no dejar lo
otro. 24 ¡Guías ciegos, que coláis el mosquito, mas tragáis el camello! 25 ¡Ay
de vosotros, escribas y Fariseos, hipócritas! porque limpiáis lo que está de
fuera del vaso y del plato; mas de dentro están llenos de robo y de injusticia.
26 ¡Fariseo ciego, limpia primero lo de dentro del vaso y del plato, para que
también lo de fuera se haga limpio! 27 ¡Ay de vosotros, escribas y Fariseos,
hipócritas! porque sois semejantes a sepulcros blanqueados, que de fuera, a la
verdad, se muestran hermosos, mas de dentro están llenos de huesos de muertos y
de toda suciedad. 28 Así también vosotros de fuera, a la verdad, os mostráis
justos a los hombres; mas de dentro, llenos estáis de hipocresía e iniquidad.
29 ¡Ay de vosotros, escribas y Fariseos, hipócritas! porque edificáis los
sepulcros de los profetas, y adornáis los monumentos de los justos, 30 Y decís:
Si fuéramos en los días de nuestros padres, no hubiéramos sido sus compañeros
en la sangre de los profetas. 31 Así que, testimonio dais a vosotros mismos,
que sois hijos de aquellos que mataron a los profetas. 32 ¡Vosotros también
henchid la medida de vuestros padres! 33 ¡Serpientes, generación de víboras!
¿cómo evitaréis el juicio del infierno? 34 Por tanto, he aquí, yo envío a
vosotros profetas, y sabios, y escribas: y de ellos, a unos mataréis y
crucificaréis, y a otros de ellos azotaréis en vuestras sinagogas, y
perseguiréis de ciudad en ciudad: 35 Para que venga sobre vosotros toda la
sangre justa que se ha derramado sobre la tierra, desde la sangre de Abel el
justo, hasta la sangre de Zacarías, hijo de Barachîas, al cual matasteis entre
el templo y el altar. 36 De cierto os digo que todo esto vendrá sobre esta
generación. 37 ¡Jerusalem, Jerusalem, que matas a los profetas, y apedreas a
los que son enviados a ti! ¡cuántas veces quise juntar tus hijos, como la gallina
junta sus pollos debajo de las alas, y no quisiste! 38 He aquí vuestra casa os
es dejada desierta. 39 Porque os digo que desde ahora no me veréis, hasta que
digáis: Bendito el que viene en el nombre del Señor.
Números
23.27-24.25
27 Y dijo
Balac a Balaam: Ruégote que vengas, te llevaré a otro lugar; por ventura
parecerá bien a Dios que desde allí me lo maldigas. 28 Y Balac llevó a Balaam a
la cumbre de Peor, que mira hacia Jesimón. 29 Entonces Balaam dijo a Balac:
Edifícame aquí siete altares, y prepárame aquí siete becerros y siete carneros.
30 Y Balac hizo como Balaam le dijo; y ofreció un becerro y un carnero en cada
altar.
CAPÍTULO 24
1 Y COMO vió
Balaam que parecía bien a Jehová que el bendijese a Israel, no fué, como la
primera y segunda vez, a encuentro de agüeros, sino que puso su rostro hacia el
desierto; 2 Y alzando sus ojos, vió a Israel alojado por sus tribus; y el
espíritu de Dios vino sobre él. 3 Entonces tomó su parábola, y dijo: Dijo
Balaam hijo de Beor, Y dijo el varón de ojos abiertos: 4 Dijo el que oyó los
dichos de Dios, El que vió la visión del Omnipotente; Caído, mas abiertos los
ojos: 5 ¡Cuán hermosas son tus tiendas, oh Jacob, Tus habitaciones, oh Israel!
6 Como arroyos están extendidas, Como huertos junto al río, Como lináloes
plantados por Jehová, Como cedros junto a las aguas. 7 De sus manos destilarán
aguas, Y su simiente será en muchas aguas: Y ensalzarse ha su rey más que Agag,
Y su reino será ensalzado. 8 Dios lo sacó de Egipto; Tiene fuerzas como de
unicornio: Comerá a las gentes sus enemigas, Y desmenuzará sus huesos, Y
asaeteará con sus saetas. 9 Se encorvará para echarse como león, Y como leona;
¿quién lo despertará? Benditos los que te bendijeren, Y malditos los que te
maldijeren. 10 Entonces se encendió la ira de Balac contra Balaam, y batiendo
sus palmas le dijo: Para maldecir a mis enemigos te he llamado, y he aquí los
has resueltamente bendecido ya tres veces. 11 Húyete, por tanto, ahora a tu
lugar: yo dije que te honraría, mas he aquí que Jehová te ha privado de honra.
12 Y Balaam le respondió: ¿No lo declaré yo también a tus mensajeros que me
enviaste, diciendo: 13 Si Balac me diése su casa llena de plata y oro, yo no
podré traspasar el dicho de Jehová para hacer cosa buena ni mala de mi
arbitrio; mas lo que Jehová hablare, eso diré yo? 14 He aquí yo me voy ahora a
mi pueblo: por tanto, ven, te indicaré lo que este pueblo ha de hacer a tu
pueblo en los postrimeros días. 15 Y tomó su parábola, y dijo: Dijo Balaam hijo
de Beor, Dijo el varón de ojos abiertos: 16 Dijo el que oyó los dichos de
Jehová, Y el que sabe la ciencia del Altísimo, El que vió la visión del
Omnipotente; Caído, mas abiertos los ojos: 17 Verélo, mas no ahora: Lo miraré,
mas no de cerca: Saldrá ESTRELLA de Jacob, Y levantaráse cetro de Israel, Y herirá
los cantones de Moab, Y destruirá a todos los hijos de Seth. 18 Y será tomada
Edom, Será también tomada Seir por sus enemigos, E Israel se portará
varonilmente. 19 Y el de Jacob se enseñoreará, Y destruirá de la ciudad lo que
quedare. 20 Y viendo a Amalec, tomó su parábola, y dijo: Amalec, cabeza de
gentes; Mas su postrimería perecerá para siempre. 21 Y viendo al Cineo, tomó su
parábola, y dijo: Fuerte es tu habitación, Pon en la peña tu nido: 22 Que el
Cineo será echado, Cuando Assur te llevará cautivo. 23 Todavía tomó su
parábola, y dijo: ¡Ay! ¿quién vivirá cuando hiciere Dios estas cosas? 24 Y
vendrán navíos de la costa de Cittim, Y afligirán a Assur, afligirán también a
Eber: Mas él también perecerá para siempre. 25 Entonces se levantó Balaam, y se
fué, y volvióse a su lugar: y también Balac se fué por su camino.
Cantares 5.2-6.3
2 Yo dormía, pero mi corazón
velaba: La voz de mi amado que llamaba: Abreme, hermana mía, amiga mía, paloma
mía, perfecta mía; Porque mi cabeza está llena de rocío, Mis cabellos de las
gotas de la noche. 3 Heme desnudado mi ropa; ¿cómo la tengo de vestir? He
lavado mis pies; ¿cómo los tengo de ensuciar? 4 Mi amado metió su mano por el
agujero, Y mis entrañas se conmovieron dentro de mí. 5 Yo me levanté para abrir
a mi amado, Y mis manos gotearon mirra, Y mis dedos mirra que corría Sobre las
aldabas del candado. 6 Abrí yo a mi amado; Mas mi amado se había ido, había ya
pasado: Y tras su hablar salió mi alma: Busquélo, y no lo hallé; Llamélo, y no
me respondió. 7 Halláronme los guardas que rondan la ciudad: Hiriéronme,
llagáronme, Quitáronme mi manto de encima los guardas de los muros. 8 Yo os
conjuro, oh doncellas de Jerusalem, si hallareis a mi amado, Que le hagáis
saber cómo de amor estoy enferma. 9 ¿Qué es tu amado más que otro amado, Oh la
más hermosa de todas las mujeres? ¿Qué es tu amado más que otro amado, Que así
nos conjuras? 10 Mi amado es blanco y rubio, Señalado entre diez mil. 11 Su
cabeza, como oro finísimo; Sus cabellos crespos, negros como el cuervo. 12 Sus
ojos, como palomas junto a los arroyos de las aguas, Que se lavan con leche, y
a la perfección colocados. 13 Sus mejillas, como una era de especias
aromáticas, como fragantes flores: Sus labios, como lirios que destilan mirra
que trasciende. 14 Sus manos, como anillos de oro engastados de jacintos: Su
vientre, como claro marfil cubierto de zafiros. 15 Sus piernas, como columnas
de mármol fundadas sobre basas de fino oro: Su aspecto como el Líbano, escogido
como los cedros. 16 Su paladar, dulcísimo: y todo él codiciable. Tal es mi
amado, tal es mi amigo, Oh doncellas de Jerusalem.
CAPÍTULO 6
1 ¿DÓNDE se ha ido tu amado,
Oh la más hermosa de todas las mujeres? ¿Adónde se apartó tu amado, Y le
buscaremos contigo? 2 Mi amado descendió a su huerto, a las eras de los aromas
Para apacentar en los huertos, y para coger los lirios. 3 Yo soy de mi amado, y
mi amado es mío: El apacienta entre los lirios.
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