¡Cómo
enfrentar a tus fantasmas!
¡Creyéndole
a Dios, creyendo Su Palabra!
Por Riqui Ricón*
“Y los
discípulos, viéndole andar sobre el mar, se turbaron, diciendo: ¡Un
fantasma! Y dieron voces de miedo. (27)
Pero en seguida Jesús les habló, diciendo: ¡Tened ánimo; yo soy, no temáis!
(28) Entonces le respondió Pedro, y dijo:
Señor, si eres tú, manda que yo vaya a ti sobre las aguas. (29) Y él dijo: Ven.
Y descendiendo Pedro de la barca, andaba sobre las aguas para ir a Jesús. (30)
Pero al ver el fuerte viento, tuvo miedo; y comenzando a hundirse, dio voces,
diciendo: ¡Señor, sálvame! (31) Al momento Jesús, extendiendo la mano, asió de
él, y le dijo: ¡Hombre de poca fe! ¿Por
qué dudaste?” (Mat 14:26-33 RV60).
En este episodio de la vida de Jesús, Dios te
hace notar dos cosas importantes, que te son de gran utilidad en el diario
vivir como un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo:
1. ¡No tengas miedo a nada ni a nadie! El miedo
anula tu FE y te pone en manos de tu enemigo el diablo. “Pero Jesús, luego que oyó lo que se decía, dijo al principal de la
sinagoga: No temas, cree solamente”
(Mar 5:36 RV60). Creerle a Dios, creyendo Su Palabra. ¡Este es el secreto para
la victoria!
Recuerda que estás peleando la buena batalla
de la FE y Satanás necesita, urgentemente, atemorizarte, meterte miedo, “Así como los hijos de una familia son de la
misma carne y sangre, así también Jesús fue de carne y sangre humanas, para
derrotar con su muerte al que tenía poder para matar, es decir, al diablo. De
esta manera ha dado libertad a todos los que por miedo a la muerte viven como
esclavos durante toda la vida” (Heb 2:14-15 DHH). Dios es muy claro en Su
Palabra: ¡Tener miedo a la muerte significa vivir una vida de esclavitud! La
Buena Noticia, el Evangelio, es que Jesús ya venció al pecado (y por lo tanto a
la muerte), y esa victoria está a tu alcance por medio de tu FE, que es creerle
a Dios, creyendo Su Palabra.
Sin embargo, si el diablo consigue meterte
miedo, entonces podrá anular tu FE y mantenerte esclavo(a) del temor, “Pues ustedes no han recibido un espíritu de
esclavitud que los lleve otra vez a tener miedo, sino el Espíritu que los hace
hijos de Dios. Por este Espíritu nos dirigimos a Dios, diciendo: "¡Abbá!
¡Padre!" y este mismo Espíritu se une a nuestro espíritu para dar
testimonio de que ya somos hijos de Dios” (Rom 8:15-16 DHH).
Es precisamente tu identidad de Hijo(a) de
Dios Nacido(a) de Nuevo lo que te permite mantenerte firme y victorioso(a) ante
las acechanzas del demonio. “Sed sobrios,
y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda
alrededor buscando a quien devorar” (1Pe 5:8 RV60). Satanás es mentiroso y
padre de mentira desde el principio, él NO ES un león, sino que aparenta ser
como león. Sea cual sea el problema, aflicción o enfermedad que hoy estás
enfrentando, sólo es una apariencia magnificada, engrandecida, por el mentiroso,
para amedrentarte, atemorizarte, y que, en lugar de creerle a Dios, creyendo Su
Palabra, tus sentidos y emociones sean tan afectados que comiences a darle
lugar al miedo y a creer que esta vez no hay salida y que vas a sucumbir.
Esto último
podemos evitarlo fácilmente si ponemos toda nuestra confianza en Dios y en Su
Palabra. “Tú guardarás en completa paz a
aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado. Confiad en
Jehová perpetuamente, porque en Jehová el Señor está la fortaleza de los siglos”
(Isa 26:3-4 RV60).
Así que, ¡No
tengas miedo a nada ni a nadie! Pues Cristo Jesús está en ti y contigo:
“y he aquí yo estoy con vosotros todos los
días, hasta el fin del mundo. Amén”
(Mat 28:20 RV60).
2. La condicional del diablo tiene el propósito
de hacerte dudar que en Verdad ERES un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo. “También fueron crucificados con él dos
bandidos, uno a su derecha y otro a su izquierda. (39)
Los que pasaban lo insultaban, meneando la cabeza (40) y
diciendo: –¡Tú ibas a derribar el templo
y a reconstruirlo en tres días! ¡Si eres
Hijo de Dios, sálvate a ti mismo y bájate de la cruz! (41)
De la misma manera se burlaban de él los jefes de los sacerdotes y los
maestros de la ley, junto con los ancianos. Decían: (42)
–Salvó a otros, pero a sí mismo no puede salvarse. Es el Rey de Israel:
¡pues que baje de la cruz, y creeremos en él!
(43) Ha puesto su confianza en Dios: ¡pues que
Dios lo salve ahora, si de veras lo quiere! ¿No nos ha dicho que es Hijo de
Dios?” (Mat
27:38-43 DHH).
Esta es una de
las estrategias favoritas de Satanás para meterte miedo y hacerte dudar de tu
Identidad como Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo, utiliza a las personas, los
problemas y las aflicciones para burlarse y hacerte creer que es una tontería
poner tu confianza en Dios y en Su Palabra.
Sin embargo,
gracias a Dios, Cristo Jesús nos dejó en La Biblia Su ejemplo para saber como
encarar la condicional del diablo: “si en verdad eres Hijo(a) de Dios…”.
Entonces Jesús
fue llevado por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el diablo. (2) Y
después de haber ayunado cuarenta días y cuarenta noches, tuvo hambre. (3) Y
vino a él el tentador, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en
pan. (4)
Él respondió y
dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de
Dios. (5)
Entonces el diablo le llevó a la santa ciudad, y le puso sobre el pináculo del templo, (6) y
le dijo: Si eres Hijo de Dios, échate abajo;
porque escrito está: A sus
ángeles mandará acerca de ti, y, En sus manos te sostendrán, Para que no tropieces con tu pie en
piedra. (7) Jesús
le dijo: Escrito está también: No tentarás al Señor tu Dios (Mat_4:1-7 RV60).
Pon mucha atención, pues la única forma de
combatir y echar fuera de tu vida al miedo es hablando, confesando y
declarando, La Palabra de Dios, pues el miedo es lo contrario a la FE y la FE
viene a tu Vida fluyendo de La Palabra de Dios.
“Así que la fe viene como resultado de oír
el mensaje, y el mensaje que se oye es la palabra de Cristo” (Rom 10:17
NVI).
Sólo creyéndole a Dios, creyendo Su Palabra,
te puedes levantar con plena certeza y confianza para encarar los problemas,
enfermedades y aflicciones que el mundo te arroja todos los días.
“Y muchas veces le echa en el fuego y en el
agua, para matarle; pero si
puedes hacer algo, ten
misericordia de nosotros, y ayúdanos.
(23) Jesús le dijo: Si puedes creer, al que cree todo le es
posible” ( Mar_9:22-23 RV60).
Este padre de familia fue a ver a Jesús para
pedirle un milagro en favor de su hijo, sin embargo, por lo fuerte y difícil de
su situación, albergaba dudas en su corazón. La respuesta que Jesús le dio fue
sencilla y directa: “No se trata de si Yo puedo hacer algo por ti, pues Yo
soy Dios y todo lo puedo, más bien se trata de si tú puedes creer. Se trata de
si en verdad crees que La Biblia es Mi Palabra, La Palabra de Dios”.
Así que, sea cual sea el problema, enfermedad
o aflicción que hoy estás enfrentando, confía en Dios, confía en Su Palabra. Él
nunca te ha dejado ni te dejará. Él te ama tanto que prefirió entregar a Su
único Hijo antes que perderte a ti.
“Porque de tal manera amó Dios al mundo,
que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se
pierda, mas tenga vida eterna” (Jua 3:16 RV60).
Dado que todo esto es verdad, entonces la
consecuencia lógica es inevitable:
“¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra
nosotros? El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos
nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?” (Rom 8:31-32
RV60).
Así que, te animo a que no temas, cree
solamente. No mires la braveza de las olas ni la fiereza del viento, mira a
Jesús, mira a Su Palabra, y sostente caminando sobre las aguas.
Oremos en voz audible:
Amado Padre
celestial, que hermoso es saber y creer lo que hiciste por Amor a mí. Gracias
por no haber escatimado a Tu propio Hijo Jesús, sino que lo entregaste por mí.
Señor Jesús, muchas gracias porque Tú, siendo
en forma de Dios, no estimaste el ser igual a Dios como cosa a que aferrarte,
sino que Te despojaste a Ti mismo, tomando forma de siervo, hecho
semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, Te
humillaste a Ti mismo, haciéndote obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.
Gracias porque con Tu muerte y resurrección, destruiste por medio de la muerte
al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo, y así,
me has hecho libre, pues yo, por el temor de la muerte estaba durante toda mi
vida sujeto(a) a servidumbre. ¡Porque Tú moriste, mi vieja naturaleza, mi
viejo(a) yo, murió contigo! ¡Porque Tú vives, yo también vivo! ¡La Vida Eterna
que Tú tienes, es la misma que adquiriste para mí! ¡Puedo dejar de temerle a la
muerte! ¡La muerte ya no se enseñorea más de mí! ¡Gracias! ¡Muchas gracias,
Señor Jesús! Ahora puedo, con toda certeza declarar que, ¡Soy
sano(a)! ¡Soy libre! ¡Soy próspero(a)! ¡Soy más que vencedor(a)! ¡Todo lo puedo
en Cristo! Y, por la Sangre de Jesús, soy dichoso(a) para vivir una vida plena
y abundante. Muchas gracias, Señor Jesús. Gracias por esta Nueva Vida en
Plenitud que ahora tengo. Gracias por mi sanidad. Gracias por mi salud. Gracias
por mi prosperidad. Gracias por el Amor, la paz y el gozo que ahora disfruto.
¡Gracias por mi Victoria sobre la muerte! ¡Ya no tengo temor! ¡Estoy
asegurado(a)! ¡Tú eres mi escudo! En el nombre de Jesús. Amén
Nota Importante:
¿Cómo me
hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco una relación con el Todopoderoso?
Sólo haz la
siguiente oración en voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que
le estás diciendo a Dios:
Señor
Jesús, yo creo que eres el Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen
María para pagar todos mis pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te
digo el día de hoy que sí acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí
acepto Tu Sangre preciosa derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro
mi corazón y te invito a entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y
para siempre Tú seas mi único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi
Señor. Gracias, Dios Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe
he pasado de muerte a Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz
admirable. ¡Hoy he Nacido de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú
eres mi Padre! ¡Nunca más estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el
nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo
C. Peredo Jaime © 2012
Tres Recomendaciones:
Lo que acabas de suceder al reconocer a Jesucristo como el Señor y
Salvador de tu vida, de acuerdo con La Palabra de Dios, es que has Nacido de
Nuevo, ya no más como un ser humano común y corriente, sujeto a la ley del
pecado y de la muerte, sino que ahora eres un(a) legítimo(a) y auténtico(a)
Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo, exactamente igual a Jesucristo, quien ahora
es tu Hermano Mayor. Por lo tanto, te hago estas tres importantísimas
recomendaciones:
1.
Orar. Orar es platicar con Dios. Así que, búscate
un lugar tranquilo donde puedas comenzar a platicar todas tus cosas con Él.
Hazlo de forma audible y notarás como Dios siempre responderá a tu corazón.
2.
Leer y meditar la Palabra de Dios. La Biblia es La
Palabra de Dios, así que, consigue una Biblia y comienza a leerla y meditarla.
¿Cómo empezar? Es muy sencillo. Dependiendo del día que sea hoy, busca en el
programa de lectura “La Biblia en un año” y realiza las lecturas
correspondientes. Este programa lo puedes obtener en: A
Través de La Biblia En Un Ano (palabradehonor.org) Notarás que el
programa está arreglado para imprimirlo como un cuadernillo.
3.
En oración con Dios, tu Padre, busca y únete a una
iglesia o congregación cristiana donde enseñen la Palabra de Dios en base a las
Buenas Noticias que son el Evangelio de Jesucristo.
*Ricardo C. Peredo
Jaime © 2020
Lectura
y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al
final de un año habrás leído toda la Biblia.
Marzo 13 Mat 14.22-36 / Lev 22-23 / Pro 31
RV60
Lectura
y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al
final de un año habrás leído toda la Biblia.
Marzo 13 Mat 14.22-36 / Lev 22-23 / Pro 31
San Mateo 14.22-36
Jesús anda sobre el mar
(Mr. 6.45–52; Jn. 6.15–21)
22En seguida Jesús hizo a sus
discípulos entrar en la barca e ir delante de él a la otra ribera, entre tanto
que él despedía a la multitud. 23Despedida la multitud, subió al
monte a orar aparte; y cuando llegó la noche, estaba allí solo. 24Y
ya la barca estaba en medio del mar, azotada por las olas; porque el viento era
contrario. 25Mas a la cuarta vigilia de la noche, Jesús vino a
ellos andando sobre el mar. 26Y los discípulos, viéndole andar
sobre el mar, se turbaron, diciendo: ¡Un fantasma! Y dieron voces de miedo.
27Pero en seguida Jesús les habló, diciendo: ¡Tened ánimo; yo soy, no
temáis!
28Entonces le respondió Pedro, y
dijo: Señor, si eres tú, manda que yo vaya a ti sobre las aguas. 29Y
él dijo: Ven. Y descendiendo Pedro de la barca, andaba sobre las aguas para ir
a Jesús. 30Pero al ver el fuerte viento, tuvo miedo; y comenzando
a hundirse, dio voces, diciendo: ¡Señor, sálvame! 31Al momento
Jesús, extendiendo la mano, asió de él, y le dijo: ¡Hombre de poca fe! ¿Por qué
dudaste? 32Y cuando ellos subieron en la barca, se calmó el
viento. 33Entonces los que estaban en la barca vinieron y le
adoraron, diciendo: Verdaderamente eres Hijo de Dios.
Jesús sana a los enfermos en Genesaret
(Mr. 6.53–56)
34Y terminada la travesía, vinieron
a tierra de Genesaret. 35Cuando le conocieron los hombres de aquel
lugar, enviaron noticia por toda aquella tierra alrededor, y trajeron a él
todos los enfermos; 36y le rogaban que les dejase tocar solamente
el borde de su manto; y todos los que lo tocaron, quedaron sanos.[1]
Levítico 22-23
Santidad de las ofrendas
22
1Habló Jehová a Moisés, diciendo:
2Di a Aarón y a sus hijos que se abstengan de las cosas santas que los
hijos de Israel me han dedicado, y no profanen mi santo nombre. Yo Jehová.
3Diles: Todo varón de toda vuestra descendencia en vuestras generaciones,
que se acercare a las cosas sagradas que los hijos de Israel consagran a
Jehová, teniendo inmundicia sobre sí, será cortado de mi presencia. Yo Jehová.
4Cualquier varón de la descendencia de Aarón que fuere leproso, o
padeciere flujo, no comerá de las cosas sagradas hasta que esté limpio. El que
tocare cualquiera cosa de cadáveres, o el varón que hubiere tenido
derramamiento de semen, 5o el varón que hubiere tocado cualquier
reptil por el cual será inmundo, u hombre por el cual venga a ser inmundo, conforme
a cualquiera inmundicia suya; 6la persona que lo tocare será
inmunda hasta la noche, y no comerá de las cosas sagradas antes que haya lavado
su cuerpo con agua. 7Cuando el sol se pusiere, será limpio; y
después podrá comer las cosas sagradas, porque su alimento es. 8Mortecino
ni despedazado por fiera no comerá, contaminándose en ello. Yo Jehová. 9Guarden,
pues, mi ordenanza, para que no lleven pecado por ello, no sea que así mueran
cuando la profanen. Yo Jehová que los santifico.
10Ningún extraño comerá cosa
sagrada; el huésped del sacerdote, y el jornalero, no comerán cosa sagrada.
11Mas cuando el sacerdote comprare algún esclavo por dinero, éste podrá
comer de ella, así como también el nacido en su casa podrá comer de su alimento.
12La hija del sacerdote, si se casare con varón extraño, no comerá de la
ofrenda de las cosas sagradas. 13Pero si la hija del sacerdote
fuere viuda o repudiada, y no tuviere prole y se hubiere vuelto a la casa de su
padre, como en su juventud, podrá comer del alimento de su padre; pero ningún
extraño coma de él. 14Y el que por yerro comiere cosa sagrada,
añadirá a ella una quinta parte, y la dará al sacerdote con la cosa sagrada.
15No profanarán, pues, las cosas santas de los hijos de Israel, las
cuales apartan para Jehová; 16pues les harían llevar la iniquidad
del pecado, comiendo las cosas santas de ellos; porque yo Jehová soy el que los
santifico.
17También habló Jehová a Moisés,
diciendo: 18Habla a Aarón y a sus hijos, y a todos los hijos de
Israel, y diles: Cualquier varón de la casa de Israel, o de los extranjeros en
Israel, que ofreciere su ofrenda en pago de sus votos, o como ofrendas
voluntarias ofrecidas en holocausto a Jehová, 19para que sea
aceptado, ofreceréis macho sin defecto de entre el ganado vacuno, de entre los
corderos, o de entre las cabras. 20Ninguna cosa en que haya
defecto ofreceréis, porque no será acepto por vosotros.a 21Asimismo,
cuando alguno ofreciere sacrificio en ofrenda de paz a Jehová para cumplir un
voto, o como ofrenda voluntaria, sea de vacas o de ovejas, para que sea
aceptado será sin defecto. 22Ciego, perniquebrado, mutilado,
verrugoso, sarnoso o roñoso, no ofreceréis éstos a Jehová, ni de ellos pondréis
ofrenda encendida sobre el altar de Jehová. 23Buey o carnero que
tenga de más o de menos, podrás ofrecer por ofrenda voluntaria; pero en pago de
voto no será acepto. 24No ofreceréis a Jehová animal con
testículos heridos o magullados, rasgados o cortados, ni en vuestra tierra lo
ofreceréis. 25Ni de mano de extranjeros tomarás estos animales
para ofrecerlos como el pan de vuestro Dios, porque su corrupción está en
ellos; hay en ellos defecto, no se os aceptarán.
26Y habló Jehová a Moisés,
diciendo: 27El becerro o el cordero o la cabra, cuando naciere,
siete días estará mamando de su madre; mas desde el octavo día en adelante será
acepto para ofrenda de sacrificio encendido a Jehová. 28Y sea vaca
u oveja, no degollaréis en un mismo día a ella y a su hijo. 29Y
cuando ofreciereis sacrificio de acción de gracias a Jehová, lo sacrificaréis
de manera que sea aceptable. 30En el mismo día se comerá; no
dejaréis de él para otro día. Yo Jehová.
31Guardad, pues, mis mandamientos,
y cumplidlos. Yo Jehová. 32Y no profanéis mi santo nombre, para
que yo sea santificado en medio de los hijos de Israel. Yo Jehová que os
santifico, 33que os saqué de la tierra de Egipto, para ser vuestro
Dios. Yo Jehová.
Las fiestas solemnes
(Nm. 28.16—29.40)
23
1Habló Jehová a Moisés, diciendo:
2Habla a los hijos de Israel y diles: Las fiestas solemnes de Jehová,
las cuales proclamaréis como santas convocaciones, serán estas: 3Seis
días se trabajará, mas el séptimo día será de reposo,* santa convocación; ningún
trabajo haréis;a día de reposo* es
de Jehová en dondequiera que habitéis.
4Estas son las fiestas solemnes de
Jehová, las convocaciones santas, a las cuales convocaréis en sus tiempos:
5En el mes primero, a los catorce del mes, entre las dos tardes, pascua
es de Jehová.b 6Y a los quince días de este mes
es la fiesta solemne de los panes sin levadurac a Jehová; siete
días comeréis panes sin levadura. 7El primer día tendréis santa
convocación; ningún trabajo de siervos haréis. 8Y ofreceréis a
Jehová siete días ofrenda encendida; el séptimo día será santa convocación;
ningún trabajo de siervo haréis.
9Y habló Jehová a Moisés,
diciendo: 10Habla a los hijos de Israel y diles: Cuando hayáis
entrado en la tierra que yo os doy, y seguéis su mies, traeréis al sacerdote
una gavilla por primicia de los primeros frutos de vuestra siega. 11Y
el sacerdote mecerá la gavilla delante de Jehová, para que seáis aceptos; el
día siguiente del día de reposo* la mecerá. 12Y el día que
ofrezcáis la gavilla, ofreceréis un cordero de un año, sin defecto, en
holocausto a Jehová. 13Su ofrenda será dos décimas de efa de flor
de harina amasada con aceite, ofrenda encendida a Jehová en olor gratísimo; y
su libación será de vino, la cuarta parte de un hin. 14No comeréis
pan, ni grano tostado, ni espiga fresca, hasta este mismo día, hasta que hayáis
ofrecido la ofrenda de vuestro Dios; estatuto perpetuo es por vuestras edades
en dondequiera que habitéis.
15Y contaréis desde el día que
sigue al día de reposo,* desde el día en que ofrecisteis la gavilla de
la ofrenda mecida; siete semanas cumplidas serán. 16Hasta el día
siguiente del séptimo día de reposo* contaréis cincuenta días; entonces
ofreceréis el nuevo grano a Jehová. 17De vuestras habitaciones
traeréis dos panes para ofrenda mecida, que serán de dos décimas de efa de flor
de harina, cocidos con levadura, como primicias para Jehová. 18Y
ofreceréis con el pan siete corderos de un año, sin defecto, un becerro de la
vacada, y dos carneros; serán holocausto a Jehová, con su ofrenda y sus
libaciones, ofrenda encendida de olor grato para Jehová. 19Ofreceréis
además un macho cabrío por expiación, y dos corderos de un año en sacrificio de
ofrenda de paz. 20Y el sacerdote los presentará como ofrenda
mecida delante de Jehová, con el pan de las primicias y los dos corderos; serán
cosa sagrada a Jehová para el sacerdote. 21Y convocaréis en este
mismo día santa convocación; ningún trabajo de siervos haréis; estatuto
perpetuo en dondequiera que habitéis por vuestras generaciones.d
22Cuando segareis la mies de
vuestra tierra, no segaréis hasta el último rincón de ella, ni espigarás tu
siega; para el pobre y para el extranjero la dejarás. Yo Jehová vuestro Dios.e
23Y habló Jehová a Moisés,
diciendo: 24Habla a los hijos de Israel y diles: En el mes
séptimo, al primero del mes tendréis día de reposo, una conmemoración al son de
trompetas, y una santa convocación. 25Ningún trabajo de siervos
haréis; y ofreceréis ofrenda encendida a Jehová.
26También habló Jehová a Moisés, diciendo:
27A los diez días de este mes séptimo será el día de expiación;f
tendréis santa convocación, y afligiréis vuestras almas, y ofreceréis ofrenda
encendida a Jehová. 28Ningún trabajo haréis en este día; porque es
día de expiación, para reconciliaros delante de Jehová vuestro Dios. 29Porque
toda persona que no se afligiere en este mismo día, será cortada de su pueblo.
30Y cualquiera persona que hiciere trabajo alguno en este día, yo
destruiré a la tal persona de entre su pueblo. 31Ningún trabajo
haréis; estatuto perpetuo es por vuestras generaciones en dondequiera que
habitéis. 32Día de reposo será a vosotros, y afligiréis vuestras
almas, comenzando a los nueve días del mes en la tarde; de tarde a tarde
guardaréis vuestro reposo.
33Y habló Jehová a Moisés,
diciendo: 34Habla a los hijos de Israel y diles: A los quince días
de este mes séptimo será la fiesta solemne de los tabernáculosg
a Jehová por siete días. 35El primer día habrá santa convocación;
ningún trabajo de siervos haréis. 36Siete días ofreceréis ofrenda
encendida a Jehová; el octavo día tendréis santa convocación, y ofreceréis
ofrenda encendida a Jehová; es fiesta, ningún trabajo de siervos haréis.
37Estas son las fiestas solemnes de
Jehová, a las que convocaréis santas reuniones, para ofrecer ofrenda encendida
a Jehová, holocausto y ofrenda, sacrificio y libaciones, cada cosa en su
tiempo, 38además de los días de reposo* de Jehová, de vuestros
dones, de todos vuestros votos, y de todas vuestras ofrendas voluntarias
que acostumbráis dar a Jehová.
39Pero a los quince días del mes
séptimo, cuando hayáis recogido el fruto de la tierra, haréis fiesta a Jehová
por siete días;h el primer día será de reposo, y el octavo día
será también día de reposo. 40Y tomaréis el primer día ramas con
fruto de árbol hermoso, ramas de palmeras, ramas de árboles frondosos, y sauces
de los arroyos, y os regocijaréis delante de Jehová vuestro Dios por siete
días. 41Y le haréis fiesta a Jehová por siete días cada año; será
estatuto perpetuo por vuestras generaciones; en el mes séptimo la haréis.
42En tabernáculos habitaréis siete días; todo natural de Israel habitará
en tabernáculos, 43para que sepan vuestros descendientes que en
tabernáculos hice yo habitar a los hijos de Israel cuando los saqué de la
tierra de Egipto. Yo Jehová vuestro Dios.
44Así habló Moisés a los hijos de
Israel sobre las fiestas solemnes de Jehová.[2]
Proverbios
31
Exhortación a un rey
31
1Palabras del rey
Lemuel; la profecía con que le enseñó su madre.
2 ¿Qué, hijo
mío? ¿y qué, hijo de mi vientre?
¿Y qué, hijo de mis deseos?
3 No des a
las mujeres tu fuerza,
Ni tus caminos a lo que
destruye a los reyes.
4 No es de
los reyes, oh Lemuel, no es de los reyes beber vino,
Ni de los príncipes la sidra;
5 No sea que
bebiendo olviden la ley,
Y perviertan el derecho de
todos los afligidos.
6 Dad la
sidra al desfallecido,
Y el vino a los de amargado
ánimo.
7 Beban, y
olvídense de su necesidad,
Y de su miseria no se acuerden
más.
8 Abre tu
boca por el mudo
En el juicio de todos los
desvalidos.
9 Abre tu
boca, juzga con justicia,
Y defiende la causa del pobre
y del menesteroso.
Elogio de la mujer virtuosa
10 Mujer
virtuosa, ¿quién la hallará?
Porque su estima sobrepasa
largamente a la de las piedras preciosas.
11 El corazón
de su marido está en ella confiado,
Y no carecerá de ganancias.
12 Le da ella
bien y no mal
Todos los días de su vida.
13 Busca lana
y lino,
Y con voluntad trabaja con sus
manos.
14 Es como
nave de mercader;
Trae su pan de lejos.
15 Se levanta
aun de noche
Y da comida a su familia
Y ración a sus criadas.
16 Considera
la heredad, y la compra,
Y planta viña del fruto de sus
manos.
17 Ciñe de
fuerza sus lomos,
Y esfuerza sus brazos.
18 Ve que van
bien sus negocios;
Su lámpara no se apaga de
noche.
19 Aplica su
mano al huso,
Y sus manos a la rueca.
20 Alarga su
mano al pobre,
Y extiende sus manos al
menesteroso.
21 No tiene
temor de la nieve por su familia,
Porque toda su familia está
vestida de ropas dobles.
22 Ella se
hace tapices;
De lino fino y púrpura es su
vestido.
23 Su marido
es conocido en las puertas,
Cuando se sienta con los
ancianos de la tierra.
24 Hace telas,
y vende,
Y da cintas al mercader.
25 Fuerza y
honor son su vestidura;
Y se ríe de lo por venir.
26 Abre su
boca con sabiduría,
Y la ley de clemencia está en
su lengua.
27 Considera
los caminos de su casa,
Y no come el pan de balde.
28 Se levantan
sus hijos y la llaman bienaventurada;
Y su marido también la alaba:
29 Muchas
mujeres hicieron el bien;
Mas tú sobrepasas a todas.
30 Engañosa es
la gracia, y vana la hermosura;
La mujer que teme a Jehová,
ésa será alabada.
31 Dadle del
fruto de sus manos,
Y alábenla en las puertas sus
hechos. [3]
[1]Reina
Valera Revisada (1960). 1998 (Mt 14.21-36). Miami: Sociedades Bı́blicas
Unidas.
a a 22.20: Dt. 17.1.
* Aquí equivale a sábado.
a a 23.3: Ex. 20.8–10; 23.12; 31.15; 34.21;
35.2; Dt. 5.12–14.
* Aquí equivale a sábado.
b b 23.5: Ex. 12.1–13; Dt. 16.1–2.
c c 23.6–8: Ex. 12.14–20; 23.15; 34.18; Dt.
16.3–8.
* Aquí equivale a sábado.
* Aquí equivale a sábado.
* Aquí
equivale a sábado.
d d 23.15–21: Ex. 23.16; 34.22; Dt. 16.9–12.
e e 23.22: Lv. 19.9–10; Dt. 24.19–22.
f f 23.26–32: Lv. 16.29–34.
g g 23.33–36: Dt. 16.13–15.
* Aquí
equivale a sábado.
h h 23.39–43: Ex. 23.16; 34.22.
[2]Reina
Valera Revisada (1960). 1998 (Lv 21.24-23.44). Miami: Sociedades Bı́blicas
Unidas.
[3]Reina
Valera Revisada (1960). 1998 (Pr 30.33-31.31). Miami: Sociedades Bı́blicas
Unidas.
Lectura
y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al
final de un año habrás leído toda la Biblia.
Marzo 13 Mat 14.22-36 / Lev 22-23 / Pro 31
San Mateo 14.22-36
Jesús anda sobre el mar
(Mr. 6.45–52; Jn. 6.15–21)
22En seguida Jesús hizo a sus
discípulos entrar en la barca e ir delante de él a la otra ribera, entre tanto
que él despedía a la multitud. 23Despedida la multitud, subió al
monte a orar aparte; y cuando llegó la noche, estaba allí solo. 24Y
ya la barca estaba en medio del mar, azotada por las olas; porque el viento era
contrario. 25Mas a la cuarta vigilia de la noche, Jesús vino a
ellos andando sobre el mar. 26Y los discípulos, viéndole andar
sobre el mar, se turbaron, diciendo: ¡Un fantasma! Y dieron voces de miedo.
27Pero en seguida Jesús les habló, diciendo: ¡Tened ánimo; yo soy, no
temáis!
28Entonces le respondió Pedro, y
dijo: Señor, si eres tú, manda que yo vaya a ti sobre las aguas. 29Y
él dijo: Ven. Y descendiendo Pedro de la barca, andaba sobre las aguas para ir
a Jesús. 30Pero al ver el fuerte viento, tuvo miedo; y comenzando
a hundirse, dio voces, diciendo: ¡Señor, sálvame! 31Al momento
Jesús, extendiendo la mano, asió de él, y le dijo: ¡Hombre de poca fe! ¿Por qué
dudaste? 32Y cuando ellos subieron en la barca, se calmó el
viento. 33Entonces los que estaban en la barca vinieron y le
adoraron, diciendo: Verdaderamente eres Hijo de Dios.
Jesús sana a los enfermos en Genesaret
(Mr. 6.53–56)
34Y terminada la travesía, vinieron
a tierra de Genesaret. 35Cuando le conocieron los hombres de aquel
lugar, enviaron noticia por toda aquella tierra alrededor, y trajeron a él
todos los enfermos; 36y le rogaban que les dejase tocar solamente
el borde de su manto; y todos los que lo tocaron, quedaron sanos.[1]
Levítico 22-23
Santidad de las ofrendas
22
1Habló Jehová a Moisés, diciendo:
2Di a Aarón y a sus hijos que se abstengan de las cosas santas que los
hijos de Israel me han dedicado, y no profanen mi santo nombre. Yo Jehová.
3Diles: Todo varón de toda vuestra descendencia en vuestras generaciones,
que se acercare a las cosas sagradas que los hijos de Israel consagran a
Jehová, teniendo inmundicia sobre sí, será cortado de mi presencia. Yo Jehová.
4Cualquier varón de la descendencia de Aarón que fuere leproso, o
padeciere flujo, no comerá de las cosas sagradas hasta que esté limpio. El que
tocare cualquiera cosa de cadáveres, o el varón que hubiere tenido
derramamiento de semen, 5o el varón que hubiere tocado cualquier
reptil por el cual será inmundo, u hombre por el cual venga a ser inmundo, conforme
a cualquiera inmundicia suya; 6la persona que lo tocare será
inmunda hasta la noche, y no comerá de las cosas sagradas antes que haya lavado
su cuerpo con agua. 7Cuando el sol se pusiere, será limpio; y
después podrá comer las cosas sagradas, porque su alimento es. 8Mortecino
ni despedazado por fiera no comerá, contaminándose en ello. Yo Jehová. 9Guarden,
pues, mi ordenanza, para que no lleven pecado por ello, no sea que así mueran
cuando la profanen. Yo Jehová que los santifico.
10Ningún extraño comerá cosa
sagrada; el huésped del sacerdote, y el jornalero, no comerán cosa sagrada.
11Mas cuando el sacerdote comprare algún esclavo por dinero, éste podrá
comer de ella, así como también el nacido en su casa podrá comer de su alimento.
12La hija del sacerdote, si se casare con varón extraño, no comerá de la
ofrenda de las cosas sagradas. 13Pero si la hija del sacerdote
fuere viuda o repudiada, y no tuviere prole y se hubiere vuelto a la casa de su
padre, como en su juventud, podrá comer del alimento de su padre; pero ningún
extraño coma de él. 14Y el que por yerro comiere cosa sagrada,
añadirá a ella una quinta parte, y la dará al sacerdote con la cosa sagrada.
15No profanarán, pues, las cosas santas de los hijos de Israel, las
cuales apartan para Jehová; 16pues les harían llevar la iniquidad
del pecado, comiendo las cosas santas de ellos; porque yo Jehová soy el que los
santifico.
17También habló Jehová a Moisés,
diciendo: 18Habla a Aarón y a sus hijos, y a todos los hijos de
Israel, y diles: Cualquier varón de la casa de Israel, o de los extranjeros en
Israel, que ofreciere su ofrenda en pago de sus votos, o como ofrendas
voluntarias ofrecidas en holocausto a Jehová, 19para que sea
aceptado, ofreceréis macho sin defecto de entre el ganado vacuno, de entre los
corderos, o de entre las cabras. 20Ninguna cosa en que haya
defecto ofreceréis, porque no será acepto por vosotros.a 21Asimismo,
cuando alguno ofreciere sacrificio en ofrenda de paz a Jehová para cumplir un
voto, o como ofrenda voluntaria, sea de vacas o de ovejas, para que sea
aceptado será sin defecto. 22Ciego, perniquebrado, mutilado,
verrugoso, sarnoso o roñoso, no ofreceréis éstos a Jehová, ni de ellos pondréis
ofrenda encendida sobre el altar de Jehová. 23Buey o carnero que
tenga de más o de menos, podrás ofrecer por ofrenda voluntaria; pero en pago de
voto no será acepto. 24No ofreceréis a Jehová animal con
testículos heridos o magullados, rasgados o cortados, ni en vuestra tierra lo
ofreceréis. 25Ni de mano de extranjeros tomarás estos animales
para ofrecerlos como el pan de vuestro Dios, porque su corrupción está en
ellos; hay en ellos defecto, no se os aceptarán.
26Y habló Jehová a Moisés,
diciendo: 27El becerro o el cordero o la cabra, cuando naciere,
siete días estará mamando de su madre; mas desde el octavo día en adelante será
acepto para ofrenda de sacrificio encendido a Jehová. 28Y sea vaca
u oveja, no degollaréis en un mismo día a ella y a su hijo. 29Y
cuando ofreciereis sacrificio de acción de gracias a Jehová, lo sacrificaréis
de manera que sea aceptable. 30En el mismo día se comerá; no
dejaréis de él para otro día. Yo Jehová.
31Guardad, pues, mis mandamientos,
y cumplidlos. Yo Jehová. 32Y no profanéis mi santo nombre, para
que yo sea santificado en medio de los hijos de Israel. Yo Jehová que os
santifico, 33que os saqué de la tierra de Egipto, para ser vuestro
Dios. Yo Jehová.
Las fiestas solemnes
(Nm. 28.16—29.40)
23
1Habló Jehová a Moisés, diciendo:
2Habla a los hijos de Israel y diles: Las fiestas solemnes de Jehová,
las cuales proclamaréis como santas convocaciones, serán estas: 3Seis
días se trabajará, mas el séptimo día será de reposo,* santa convocación; ningún
trabajo haréis;a día de reposo* es
de Jehová en dondequiera que habitéis.
4Estas son las fiestas solemnes de
Jehová, las convocaciones santas, a las cuales convocaréis en sus tiempos:
5En el mes primero, a los catorce del mes, entre las dos tardes, pascua
es de Jehová.b 6Y a los quince días de este mes
es la fiesta solemne de los panes sin levadurac a Jehová; siete
días comeréis panes sin levadura. 7El primer día tendréis santa
convocación; ningún trabajo de siervos haréis. 8Y ofreceréis a
Jehová siete días ofrenda encendida; el séptimo día será santa convocación;
ningún trabajo de siervo haréis.
9Y habló Jehová a Moisés,
diciendo: 10Habla a los hijos de Israel y diles: Cuando hayáis
entrado en la tierra que yo os doy, y seguéis su mies, traeréis al sacerdote
una gavilla por primicia de los primeros frutos de vuestra siega. 11Y
el sacerdote mecerá la gavilla delante de Jehová, para que seáis aceptos; el
día siguiente del día de reposo* la mecerá. 12Y el día que
ofrezcáis la gavilla, ofreceréis un cordero de un año, sin defecto, en
holocausto a Jehová. 13Su ofrenda será dos décimas de efa de flor
de harina amasada con aceite, ofrenda encendida a Jehová en olor gratísimo; y
su libación será de vino, la cuarta parte de un hin. 14No comeréis
pan, ni grano tostado, ni espiga fresca, hasta este mismo día, hasta que hayáis
ofrecido la ofrenda de vuestro Dios; estatuto perpetuo es por vuestras edades
en dondequiera que habitéis.
15Y contaréis desde el día que
sigue al día de reposo,* desde el día en que ofrecisteis la gavilla de
la ofrenda mecida; siete semanas cumplidas serán. 16Hasta el día
siguiente del séptimo día de reposo* contaréis cincuenta días; entonces
ofreceréis el nuevo grano a Jehová. 17De vuestras habitaciones
traeréis dos panes para ofrenda mecida, que serán de dos décimas de efa de flor
de harina, cocidos con levadura, como primicias para Jehová. 18Y
ofreceréis con el pan siete corderos de un año, sin defecto, un becerro de la
vacada, y dos carneros; serán holocausto a Jehová, con su ofrenda y sus
libaciones, ofrenda encendida de olor grato para Jehová. 19Ofreceréis
además un macho cabrío por expiación, y dos corderos de un año en sacrificio de
ofrenda de paz. 20Y el sacerdote los presentará como ofrenda
mecida delante de Jehová, con el pan de las primicias y los dos corderos; serán
cosa sagrada a Jehová para el sacerdote. 21Y convocaréis en este
mismo día santa convocación; ningún trabajo de siervos haréis; estatuto
perpetuo en dondequiera que habitéis por vuestras generaciones.d
22Cuando segareis la mies de
vuestra tierra, no segaréis hasta el último rincón de ella, ni espigarás tu
siega; para el pobre y para el extranjero la dejarás. Yo Jehová vuestro Dios.e
23Y habló Jehová a Moisés,
diciendo: 24Habla a los hijos de Israel y diles: En el mes
séptimo, al primero del mes tendréis día de reposo, una conmemoración al son de
trompetas, y una santa convocación. 25Ningún trabajo de siervos
haréis; y ofreceréis ofrenda encendida a Jehová.
26También habló Jehová a Moisés, diciendo:
27A los diez días de este mes séptimo será el día de expiación;f
tendréis santa convocación, y afligiréis vuestras almas, y ofreceréis ofrenda
encendida a Jehová. 28Ningún trabajo haréis en este día; porque es
día de expiación, para reconciliaros delante de Jehová vuestro Dios. 29Porque
toda persona que no se afligiere en este mismo día, será cortada de su pueblo.
30Y cualquiera persona que hiciere trabajo alguno en este día, yo
destruiré a la tal persona de entre su pueblo. 31Ningún trabajo
haréis; estatuto perpetuo es por vuestras generaciones en dondequiera que
habitéis. 32Día de reposo será a vosotros, y afligiréis vuestras
almas, comenzando a los nueve días del mes en la tarde; de tarde a tarde
guardaréis vuestro reposo.
33Y habló Jehová a Moisés,
diciendo: 34Habla a los hijos de Israel y diles: A los quince días
de este mes séptimo será la fiesta solemne de los tabernáculosg
a Jehová por siete días. 35El primer día habrá santa convocación;
ningún trabajo de siervos haréis. 36Siete días ofreceréis ofrenda
encendida a Jehová; el octavo día tendréis santa convocación, y ofreceréis
ofrenda encendida a Jehová; es fiesta, ningún trabajo de siervos haréis.
37Estas son las fiestas solemnes de
Jehová, a las que convocaréis santas reuniones, para ofrecer ofrenda encendida
a Jehová, holocausto y ofrenda, sacrificio y libaciones, cada cosa en su
tiempo, 38además de los días de reposo* de Jehová, de vuestros
dones, de todos vuestros votos, y de todas vuestras ofrendas voluntarias
que acostumbráis dar a Jehová.
39Pero a los quince días del mes
séptimo, cuando hayáis recogido el fruto de la tierra, haréis fiesta a Jehová
por siete días;h el primer día será de reposo, y el octavo día
será también día de reposo. 40Y tomaréis el primer día ramas con
fruto de árbol hermoso, ramas de palmeras, ramas de árboles frondosos, y sauces
de los arroyos, y os regocijaréis delante de Jehová vuestro Dios por siete
días. 41Y le haréis fiesta a Jehová por siete días cada año; será
estatuto perpetuo por vuestras generaciones; en el mes séptimo la haréis.
42En tabernáculos habitaréis siete días; todo natural de Israel habitará
en tabernáculos, 43para que sepan vuestros descendientes que en
tabernáculos hice yo habitar a los hijos de Israel cuando los saqué de la
tierra de Egipto. Yo Jehová vuestro Dios.
44Así habló Moisés a los hijos de
Israel sobre las fiestas solemnes de Jehová.[2]
Proverbios
31
Exhortación a un rey
31
1Palabras del rey
Lemuel; la profecía con que le enseñó su madre.
2 ¿Qué, hijo
mío? ¿y qué, hijo de mi vientre?
¿Y qué, hijo de mis deseos?
3 No des a
las mujeres tu fuerza,
Ni tus caminos a lo que
destruye a los reyes.
4 No es de
los reyes, oh Lemuel, no es de los reyes beber vino,
Ni de los príncipes la sidra;
5 No sea que
bebiendo olviden la ley,
Y perviertan el derecho de
todos los afligidos.
6 Dad la
sidra al desfallecido,
Y el vino a los de amargado
ánimo.
7 Beban, y
olvídense de su necesidad,
Y de su miseria no se acuerden
más.
8 Abre tu
boca por el mudo
En el juicio de todos los
desvalidos.
9 Abre tu
boca, juzga con justicia,
Y defiende la causa del pobre
y del menesteroso.
Elogio de la mujer virtuosa
10 Mujer
virtuosa, ¿quién la hallará?
Porque su estima sobrepasa
largamente a la de las piedras preciosas.
11 El corazón
de su marido está en ella confiado,
Y no carecerá de ganancias.
12 Le da ella
bien y no mal
Todos los días de su vida.
13 Busca lana
y lino,
Y con voluntad trabaja con sus
manos.
14 Es como
nave de mercader;
Trae su pan de lejos.
15 Se levanta
aun de noche
Y da comida a su familia
Y ración a sus criadas.
16 Considera
la heredad, y la compra,
Y planta viña del fruto de sus
manos.
17 Ciñe de
fuerza sus lomos,
Y esfuerza sus brazos.
18 Ve que van
bien sus negocios;
Su lámpara no se apaga de
noche.
19 Aplica su
mano al huso,
Y sus manos a la rueca.
20 Alarga su
mano al pobre,
Y extiende sus manos al
menesteroso.
21 No tiene
temor de la nieve por su familia,
Porque toda su familia está
vestida de ropas dobles.
22 Ella se
hace tapices;
De lino fino y púrpura es su
vestido.
23 Su marido
es conocido en las puertas,
Cuando se sienta con los
ancianos de la tierra.
24 Hace telas,
y vende,
Y da cintas al mercader.
25 Fuerza y
honor son su vestidura;
Y se ríe de lo por venir.
26 Abre su
boca con sabiduría,
Y la ley de clemencia está en
su lengua.
27 Considera
los caminos de su casa,
Y no come el pan de balde.
28 Se levantan
sus hijos y la llaman bienaventurada;
Y su marido también la alaba:
29 Muchas
mujeres hicieron el bien;
Mas tú sobrepasas a todas.
30 Engañosa es
la gracia, y vana la hermosura;
La mujer que teme a Jehová,
ésa será alabada.
31 Dadle del
fruto de sus manos,
Y alábenla en las puertas sus
hechos. [3]
[1]Reina
Valera Revisada (1960). 1998 (Mt 14.21-36). Miami: Sociedades Bı́blicas
Unidas.
a a 22.20: Dt. 17.1.
* Aquí equivale a sábado.
a a 23.3: Ex. 20.8–10; 23.12; 31.15; 34.21;
35.2; Dt. 5.12–14.
* Aquí equivale a sábado.
b b 23.5: Ex. 12.1–13; Dt. 16.1–2.
c c 23.6–8: Ex. 12.14–20; 23.15; 34.18; Dt.
16.3–8.
* Aquí equivale a sábado.
* Aquí equivale a sábado.
* Aquí
equivale a sábado.
d d 23.15–21: Ex. 23.16; 34.22; Dt. 16.9–12.
e e 23.22: Lv. 19.9–10; Dt. 24.19–22.
f f 23.26–32: Lv. 16.29–34.
g g 23.33–36: Dt. 16.13–15.
* Aquí
equivale a sábado.
h h 23.39–43: Ex. 23.16; 34.22.
[2]Reina
Valera Revisada (1960). 1998 (Lv 21.24-23.44). Miami: Sociedades Bı́blicas
Unidas.
[3]Reina
Valera Revisada (1960). 1998 (Pr 30.33-31.31). Miami: Sociedades Bı́blicas
Unidas.
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