¡Cómo encontrar tu propósito en la Vida!
¡Con la Palabra de Dios!
Por Riqui Ricón*
Y dijo Moisés a la
congregación: Esto es lo que Jehová ha mandado hacer. Entonces
Moisés hizo acercarse a Aarón y a sus hijos, y los lavó con agua (Lev 8.5-6).
Todos los días,
al comenzar tu devocional, recuerda que la Biblia es la Palabra de Dios y que
esto quiere decir que todo lo que está escrito en ella salió de la boca de Dios
y fue escrito para tu beneficio y edificación.
Puesto que en
la Biblia está descrito el Plan de Dios para tu salvación y redención, todo lo
escrito en ella apunta hacia Jesucristo; hacia Su muerte y resurrección, con
las cuales te hizo libre de la ley del pecado y de la muerte y te dio Su propia
Vida, la Vida Eterna, haciendo de ti un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo.
Por lo tanto, recuerda también que al leer el Antiguo Testamento debes hacerlo
a la luz de lo que dice el Nuevo Testamento y no al revés.
Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo
adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de
las tinieblas a su luz admirable (1 Ped 2.9).
De acuerdo a la
Escritura, tú fuiste rescatado(a) por Dios mediante la Sangre de Su Hijo con el
propósito de ser hecho(a) rey (reina) y sacerdote (sacerdotisa), para que
ejerzas dicho real sacerdocio en este tu tiempo sobre la tierra.
No eres un(a)
fracasado(a), ni dejado(a), ni abandonado(a), ni mediocre sino todo lo
contrario: ¡Eres linaje escogido por Dios!
Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador. Todo
pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo
limpiará, para que lleve más fruto. Ya vosotros estáis limpios por
la palabra que os he hablado (Jua 15.1-3).
Al igual que al
sumo sacerdote Aarón y a sus hijos se les lavó y purificó con agua, tú ya
fuiste lavado(a) y purificado(a) mediante la Palabra de Dios.
Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado (Jn 15.3).
Cuando crees el
Evangelio, éste actua como el agua más limpia y te lava y te purifica.
Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de
agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios (Jua 3.5).
Tú naciste del
agua y del Espíritu. Fue la Palabra de Dios la que gestó tu Nuevo Nacimiento como Hijo(a) de Dios.
siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la
palabra de Dios que vive y permanece para siempre (1 Ped 1.23).
Dios te ama tanto que prefirió
entregar a Su propio Hijo antes que perderte a ti.
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito,
para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque
no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo
sea salvo por él (Jn 3.16-17).
El sacrificio
de Jesús va más allá del mero perdón de tus pecados. Jesucristo murió en esa
cruz para ofrecerte una Vida totalmente Nueva y diferente (desde luego que
primero tuvo que anular con Su propia Vida la condena de muerte que pendía
sobre ti).
De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas
pasaron; he aquí todas son hechas nuevas (2 Cor 5.17).
Tú, al igual
que Aarón, tienes ahora un gran ministerio y porvenir. Por tu fe en la Palabra
de Dios y en el sacrificio de Jesús has sido adoptado(a) en la familia del
Padre y estás habilitado(a) para realizar una muy importante labor dentro del
Reino de Dios.
De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él
las hará también; y aún mayores hará, porque yo voy al Padre (Jua 14.12).
¡Estás
destinado(a) a llevar una Vida de grandeza, de Plenitud y desarrollo!
Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león
rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar; al cual resistid
firmes en la fe (1 Ped 5.8-9a).
Satanás
intentará por todos los medios evitar que tú puedas creer esto. Te recordará tu
vida pasada y tus pecados señalándote que eres indigno(a) e incapaz, para tratar
así de anular tu fe con miedo, duda y condenación.
Sin embargo,
toma en cuenta que Satanás ha sido
homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay
verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre
de mentira (Jn 8.44).
¡Todo,
absolutamente todo, lo que el demonio te diga es mentira!
La Buena
Noticia es que TODO lo que tú ahora eres está Escrito en la Palabra de Dios y
por lo tanto ES LA VERDAD. Además, no se adquirió ni depende de las cosas que tú
hiciste en el pasado; no se adquirió ni depende de las cosas que estés haciendo
en el presente o puedas hacer en el futuro, sino que se adquirió y depende
totalmente de lo que Cristo Jesús hizo por ti al morir y resucitar.
y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y
pueblo y nación; y nos has hecho para nuestro Dios reyes y
sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra (Apo 5.9b-10).
¡Tú eres
EXACTAMENTE la persona que Dios DICE en Su Palabra que AHORA ERES! Un(a)
Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo destinado(a) a realizar grandes cosas para
tu Padre celestial.
Y yendo, predicad, diciendo: El reino de los cielos se ha acercado. Sanad
enfermos, limpiad leprosos, resucitad muertos, echad fuera demonios; de gracia
recibisteis, dad de gracia (Mat 10.7-8).
¡Es por eso que
has sido ungido(a)!
pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo,
y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último
de la tierra (Hch 1.8).
¡Es por eso que
todo te saldrá bien!
Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien,
esto es, a los que conforme a su propósito son llamados (Ro 8.28).
Tú nunca has
sido un ser humano producto de la casualidad o del destino. Dios te ha amado
desde antes de la fundación del mundo y ahora eres Su Hijo(a).
¡Un(a) Hijo(a)
del Dios Altísimo que tiene propósito y destino en este mundo!
Oremos en voz audible:
Amado Padre celestial, nunca
dejaré de agradecerte Tu Gran Amor por mí, que estando yo muerto(a) en delitos
y pecados me diste Vida juntamente con Cristo. ¡Por Gracia
soy salvo(a)! ¡Abba, Padre! Amado Dios, hoy puedo, con plena certeza y absoluta
confianza, llamarte Padre mío. Señor Jesús, Tu Sangre preciosa fue derramada en
esa cruz para que yo fuese justificado(a); Tu resurrección me abrió el camino a
la Vida Eterna para que yo fuese adoptado(a) Hijo(a) de Dios, según el puro
afecto de Tu Voluntad. ¡Mil gracias, Señor Jesús! He sido limpiado(a) y
purificado(a) con Tu Palabra. ¡Soy heredero(a) de Dios y coheredero(a) con
Cristo! He sido predestinado(a) para ser hecho(a) conforme a Tu imagen, mi
Señor Jesucristo, para que ahora Tú seas mi hermano mayor. Gracias, muchas
gracias Señor. Me has hecho un rey (reina) y sacerdote (sacerdotisa) para
reinar sobre todo problema y dificultad en este mundo, aquí en la tierra, en
este tiempo. Gracias, precioso Espíritu Santo, porque Tú estás aquí conmigo
habilitándome con Tu Poder para que pueda hacer las mismas cosas que Jesús hizo
y aún mayores. Ahora sé que TODO lo puedo pues mayor eres Tú, que estás en mí y
conmigo que el que está en el mundo. ¡Me has dado propósito y destino! Así que,
creo y declaro con toda certeza de fe que yo, _____________ (tu nombre aquí),
saldré más que vencedor de todo problema, enfermedad o aflicción. ¡Soy sano(a)!
¡Soy libre! ¡Soy próspero(a)! ¡Soy Hijo(a) de Dios! ¡Soy feliz! ¡Gracias Padre!
Bendigo Tu Nombre y declaro que lo mejor de mi vida ya comenzó. En el nombre de
Jesús. Amén
Nota Importante:
¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo
establezco una relación con el Todopoderoso?
Sólo haz la siguiente oración en
voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a
Dios:
Señor Jesús, yo creo que eres el
Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis
pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí
acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa
derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a
entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi
único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios
Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a
Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido
de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más
estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C. Peredo
Jaime © 2012
Tres Recomendaciones:
Lo que acabas de suceder al reconocer a Jesucristo como el Señor y
Salvador de tu vida, de acuerdo con La Palabra de Dios, es que has Nacido de
Nuevo, ya no más como un ser humano común y corriente, sujeto a la ley del
pecado y de la muerte, sino que ahora eres un(a) legítimo(a) y auténtico(a)
Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo, exactamente igual a Jesucristo, quien ahora
es tu Hermano Mayor. Por lo tanto, te hago estas tres importantísimas
recomendaciones:
1.
Orar. Orar es platicar con Dios. Así que, búscate
un lugar tranquilo donde puedas comenzar a platicar todas tus cosas con Él.
Hazlo de forma audible y notarás como Dios siempre responderá a tu corazón.
2.
Leer y meditar la Palabra de Dios. La Biblia es La
Palabra de Dios, así que, consigue una Biblia y comienza a leerla y meditarla.
¿Cómo empezar? Es muy sencillo. Dependiendo del día que sea hoy, busca en el
programa de lectura “La Biblia en un año” y realiza las lecturas
correspondientes. Este programa lo puedes obtener en: A
Través de La Biblia En Un Ano (palabradehonor.org) Notarás que el
programa está arreglado para imprimirlo como un cuadernillo.
3.
En oración con Dios, tu Padre, busca y únete a una
iglesia o congregación cristiana donde enseñen la Palabra de Dios en base a las
Buenas Noticias que son el Evangelio de Jesucristo.
*Ricardo C. Peredo
Jaime © 2020
Lectura
y Meditación de la Palabra de Dios
Haz
estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Marzo 4 Mat 10.1-25
/
Lev 7-8 / Pro 22
RV60
Lectura
y Meditación de la Palabra de Dios
Haz
estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Marzo 4 Mat 10.1-25
/
Lev 7-8 / Pro 22
San
Mateo 10.1-25
Elección de los doce apóstoles
(Mr. 3.13–19; Lc. 6.12–16)
10
1Entonces llamando a sus doce discípulos, les dio autoridad
sobre los espíritus inmundos, para que los echasen fuera, y para sanar toda
enfermedad y toda dolencia. 2Los nombres de los doce apóstoles son
estos: primero Simón, llamado Pedro, y Andrés su hermano; Jacobo hijo de
Zebedeo, y Juan su hermano; 3Felipe, Bartolomé, Tomás, Mateo el
publicano, Jacobo hijo de Alfeo, Lebeo, por sobrenombre Tadeo, 4Simón
el cananista, y Judas Iscariote, el que también le entregó.
Misión de los doce
(Mr. 6.7–13; Lc. 9.1–6)
5A estos doce envió Jesús, y les dio instrucciones, diciendo:
Por camino de gentiles no vayáis, y en ciudad de samaritanos no entréis,
6sino id antes a las ovejas perdidas de la casa de Israel. 7Y
yendo, predicad, diciendo: El reino de los cielos se ha acercado. 8Sanad
enfermos, limpiad leprosos, resucitad muertos, echad fuera demonios; de gracia
recibisteis, dad de gracia. 9No os proveáis de oro, ni plata, ni
cobre en vuestros cintos;a 10ni de alforja
para el camino, ni de dos túnicas, ni de calzado, ni de bordón; porque el
obrero es digno de su alimento.b 11Mas en
cualquier ciudad o aldea donde entréis, informaos quién en ella sea digno, y
posad allí hasta que salgáis. 12Y al entrar en la casa,
saludadla. 13Y si la casa fuere digna, vuestra paz vendrá sobre
ella; mas si no fuere digna, vuestra paz se volverá a vosotros. 14Y
si alguno no os recibiere, ni oyere vuestras palabras, salid de aquella casa o
ciudad, y sacudid el polvo de vuestros pies.c 15De
cierto os digo que en el día del juicio, será más tolerable el castigo para la
tierra de Sodoma y de Gomorra,d que para aquella ciudad.e
Persecuciones venideras
16He aquí, yo os envío como a ovejas en medio de lobos;f
sed, pues, prudentes como serpientes, y sencillos como palomas. 17Y
guardaos de los hombres, porque os entregarán a los concilios, y en sus sinagogas
os azotarán; 18y aun ante gobernadores y reyes seréis llevados por
causa de mí, para testimonio a ellos y a los gentiles. 19Mas
cuando os entreguen, no os preocupéis por cómo o qué hablaréis; porque en
aquella hora os será dado lo que habéis de hablar. 20Porque no
sois vosotros los que habláis, sino el Espíritu de vuestro Padre que habla en
vosotros. 21El hermano entregará a la muerte al hermano, y el
padre al hijo; y los hijos se levantarán contra los padres, y los harán morir.g
22Y seréis aborrecidos de todos por causa de mi nombre;h
mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo.i 23Cuando
os persigan en esta ciudad, huid a la otra; porque de cierto os digo, que no
acabaréis de recorrer todas las ciudades de Israel, antes que venga el Hijo del
Hombre.
24El discípulo no es más que su maestro,j ni el
siervo más que su señor.k 25Bástale al
discípulo ser como su maestro, y al siervo como su señor. Si al padre de
familia llamaron Beelzebú,l ¿cuánto más a los de su
casa? [1]
Levítico
7-8
7
1Asimismo esta es la ley del sacrificio por la culpa; es cosa
muy santa. 2En el lugar donde degüellan el holocausto, degollarán
la víctima por la culpa; y rociará su sangre alrededor sobre el altar. 3Y
de ella ofrecerá toda su grosura, la cola, y la grosura que cubre los
intestinos, 4los dos riñones, la grosura que está sobre ellos, y
la que está sobre los ijares; y con los riñones quitará la grosura de sobre el
hígado. 5Y el sacerdote lo hará arder sobre el altar, ofrenda
encendida a Jehová; es expiación de la culpa. 6Todo varón de entre
los sacerdotes la comerá; será comida en lugar santo; es cosa muy santa.
7Como el sacrificio por el pecado, así es el sacrificio por la culpa;
una misma ley tendrán; será del sacerdote que hiciere la expiación con ella.
8Y el sacerdote que ofreciere holocausto de alguno, la piel del holocausto
que ofreciere será para él. 9Asimismo toda ofrenda que se cociere
en horno, y todo lo que fuere preparado en sartén o en cazuela, será del
sacerdote que lo ofreciere. 10Y toda ofrenda amasada con aceite, o
seca, será de todos los hijos de Aarón, tanto de uno como de otro.
11Y esta es la ley del sacrificio de paz que se ofrecerá a
Jehová: 12Si se ofreciere en acción de gracias, ofrecerá por
sacrificio de acción de gracias tortas sin levadura amasadas con aceite, y
hojaldres sin levadura untadas con aceite, y flor de harina frita en tortas
amasadas con aceite. 13Con tortas de pan leudo presentará su
ofrenda en el sacrificio de acciones de gracias de paz. 14Y de
toda la ofrenda presentará una parte por ofrenda elevada a Jehová, y será del
sacerdote que rociare la sangre de los sacrificios de paz. 15Y la
carne del sacrificio de paz en acción de gracias se comerá en el día que fuere
ofrecida; no dejarán de ella nada para otro día. 16Mas si el
sacrificio de su ofrenda fuere voto, o voluntario, será comido en el día que
ofreciere su sacrificio, y lo que de él quedare, lo comerán al día siguiente;
17y lo que quedare de la carne del sacrificio hasta el tercer día, será
quemado en el fuego. 18Si se comiere de la carne del sacrificio de
paz al tercer día, el que lo ofreciere no será acepto, ni le será contado;
abominación será, y la persona que de él comiere llevará su pecado.
19Y la carne que tocare alguna cosa inmunda, no se comerá; al
fuego será quemada. Toda persona limpia podrá comer la carne; 20pero
la persona que comiere la carne del sacrificio de paz, el cual es de Jehová,
estando inmunda, aquella persona será cortada de entre su pueblo. 21Además,
la persona que tocare alguna cosa inmunda, inmundicia de hombre, o animal inmundo,
o cualquier abominación inmunda, y comiere la carne del sacrificio de paz, el
cual es de Jehová, aquella persona será cortada de entre su pueblo.
22Habló más Jehová a Moisés, diciendo: 23Habla a
los hijos de Israel, diciendo: Ninguna grosura de buey ni de cordero ni de
cabra comeréis. 24La grosura de animal muerto, y la grosura del
que fue despedazado por fieras, se dispondrá para cualquier otro uso, mas no la
comeréis. 25Porque cualquiera que comiere grosura de animal, del
cual se ofrece a Jehová ofrenda encendida, la persona que lo comiere será
cortada de entre su pueblo. 26Además, ninguna sangre comeréis en
ningún lugar en donde habitéis, ni de aves ni de bestias. 27Cualquiera
persona que comiere de alguna sangre, la tal persona será cortada de entre su
pueblo.a
28Habló más Jehová a Moisés, diciendo: 29Habla a
los hijos de Israel y diles: El que ofreciere sacrificio de paz a Jehová,
traerá su ofrenda del sacrificio de paz ante Jehová. 30Sus manos
traerán las ofrendas que se han de quemar ante Jehová; traerá la grosura con el
pecho; el pecho para que sea mecido como sacrificio mecido delante de Jehová.
31Y la grosura la hará arder el sacerdote en el altar, mas el pecho será
de Aarón y de sus hijos. 32Y daréis al sacerdote para ser elevada
en ofrenda, la espaldilla derecha de vuestros sacrificios de paz. 33El
que de los hijos de Aarón ofreciere la sangre de los sacrificios de paz, y la
grosura, recibirá la espaldilla derecha como porción suya. 34Porque
he tomado de los sacrificios de paz de los hijos de Israel el pecho que se mece
y la espaldilla elevada en ofrenda, y lo he dado a Aarón el sacerdote y a sus
hijos, como estatuto perpetuo para los hijos de Israel. 35Esta es
la porción de Aarón y la porción de sus hijos, de las ofrendas encendidas a
Jehová, desde el día que él los consagró para ser sacerdotes de Jehová,
36la cual mandó Jehová que les diesen, desde el día que él los ungió de
entre los hijos de Israel, como estatuto perpetuo en sus generaciones.
37Esta es la ley del holocausto, de la ofrenda, del sacrificio
por el pecado, del sacrificio por la culpa, de las consagraciones y del
sacrificio de paz, 38la cual mandó Jehová a Moisés en el monte de
Sinaí, el día que mandó a los hijos de Israel que ofreciesen sus ofrendas a
Jehová, en el desierto de Sinaí.
Consagración de Aarón y de sus hijos
(Ex. 29.1–37)
8
1Habló Jehová a Moisés, diciendo: 2Toma a Aarón y
a sus hijos con él, y las vestiduras, el aceite de la unción, el becerro de la
expiación, los dos carneros, y el canastillo de los panes sin levadura; 3y
reúne toda la congregación a la puerta del tabernáculo de reunión. 4Hizo,
pues, Moisés como Jehová le mandó, y se reunió la congregación a la puerta del
tabernáculo de reunión.
5Y dijo Moisés a la congregación: Esto es lo que Jehová ha
mandado hacer. 6Entonces Moisés hizo acercarse a Aarón y a sus
hijos, y los lavó con agua. 7Y puso sobre él la túnica, y le ciñó
con el cinto; le vistió después el manto, y puso sobre él el efod, y lo ciñó
con el cinto del efod, y lo ajustó con él. 8Luego le puso encima
el pectoral, y puso dentro del mismo los Urim y Tumim. 9Después
puso la mitra sobre su cabeza, y sobre la mitra, en frente, puso la lámina de
oro, la diadema santa, como Jehová había mandado a Moisés.
10Y tomó Moisés el aceite de la unción y ungió el tabernáculo
y todas las cosas que estaban en él, y las santificó. 11Y roció de
él sobre el altar siete veces, y ungió el altar y todos sus utensilios, y la
fuente y su base, para santificarlos. 12Y derramó del aceite de la
unción sobre la cabeza de Aarón, y lo ungió para santificarlo. 13Después
Moisés hizo acercarse los hijos de Aarón, y les vistió las túnicas, les ciñó
con cintos, y les ajustó las tiaras, como Jehová lo había mandado a Moisés.
14Luego hizo traer el becerro de la expiación, y Aarón y sus
hijos pusieron sus manos sobre la cabeza del becerro de la expiación, 15y
lo degolló; y Moisés tomó la sangre, y puso con su dedo sobre los cuernos del
altar alrededor, y purificó el altar; y echó la demás sangre al pie del altar,
y lo santificó para reconciliar sobre él. 16Después tomó toda la
grosura que estaba sobre los intestinos, y la grosura del hígado, y los dos
riñones, y la grosura de ellos, y lo hizo arder Moisés sobre el altar. 17Mas
el becerro, su piel, su carne y su estiércol, lo quemó al fuego fuera del
campamento, como Jehová lo había mandado a Moisés.
18Después hizo que trajeran el carnero del holocausto, y Aarón
y sus hijos pusieron sus manos sobre la cabeza del carnero; 19y lo
degolló; y roció Moisés la sangre sobre el altar alrededor, 20y
cortó el carnero en trozos; y Moisés hizo arder la cabeza, y los trozos, y la
grosura. 21Lavó luego con agua los intestinos y las piernas, y
quemó Moisés todo el carnero sobre el altar; holocausto de olor grato, ofrenda
encendida para Jehová, como Jehová lo había mandado a Moisés.
22Después hizo que trajeran el otro carnero, el carnero de las
consagraciones, y Aarón y sus hijos pusieron sus manos sobre la cabeza del
carnero. 23Y lo degolló; y tomó Moisés de la sangre, y la puso
sobre el lóbulo de la oreja derecha de Aarón, sobre el dedo pulgar de su mano
derecha, y sobre el dedo pulgar de su pie derecho. 24Hizo
acercarse luego los hijos de Aarón, y puso Moisés de la sangre sobre el lóbulo
de sus orejas derechas, sobre los pulgares de sus manos derechas, y sobre los
pulgares de sus pies derechos; y roció Moisés la sangre sobre el altar
alrededor.
25Después tomó la grosura, la cola, toda la grosura que estaba
sobre los intestinos, la grosura del hígado, los dos riñones y la grosura de
ellos, y la espaldilla derecha. 26Y del canastillo de los panes
sin levadura, que estaba delante de Jehová, tomó una torta sin levadura, y una
torta de pan de aceite, y una hojaldre, y las puso con la grosura y con la
espaldilla derecha. 27Y lo puso todo en las manos de Aarón, y en
las manos de sus hijos, e hizo mecerlo como ofrenda mecida delante de Jehová.
28Después tomó aquellas cosas Moisés de las manos de ellos, y las hizo
arder en el altar sobre el holocausto; eran las consagraciones en olor grato,
ofrenda encendida a Jehová. 29Y tomó Moisés el pecho, y lo meció,
ofrenda mecida delante de Jehová; del carnero de las consagraciones aquella fue
la parte de Moisés, como Jehová lo había mandado a Moisés.
30Luego tomó Moisés del aceite de la unción, y de la sangre
que estaba sobre el altar, y roció sobre Aarón, y sobre sus vestiduras, sobre
sus hijos, y sobre las vestiduras de sus hijos con él; y santificó a Aarón y sus
vestiduras, y a sus hijos y las vestiduras de sus hijos con él.
31Y dijo Moisés a Aarón y a sus hijos: Hervid la carne a la
puerta del tabernáculo de reunión; y comedla allí con el pan que está en el
canastillo de las consagraciones, según yo he mandado, diciendo: Aarón y sus
hijos la comerán. 32Y lo que sobre de la carne y del pan, lo
quemaréis al fuego. 33De la puerta del tabernáculo de reunión no
saldréis en siete días, hasta el día que se cumplan los días de vuestras
consagraciones; porque por siete días seréis consagrados. 34De la
manera que hoy se ha hecho, mandó hacer Jehová para expiaros. 35A
la puerta, pues, del tabernáculo de reunión estaréis día y noche por siete
días, y guardaréis la ordenanza delante de Jehová, para que no muráis; porque
así me ha sido mandado. 36Y Aarón y sus hijos hicieron todas las
cosas que mandó Jehová por medio de Moisés. [2]
Proverbios 22
22
1 De
más estima es el buen nombre que las muchas riquezas,
Y la buena fama
más que la plata y el oro.
2 El
rico y el pobre se encuentran;
A ambos los
hizo Jehová.
3 El
avisado ve el mal y se esconde;
Mas los simples
pasan y reciben el daño.
4 Riquezas,
honra y vida
Son la
remuneración de la humildad y del temor de Jehová.
5 Espinos
y lazos hay en el camino del perverso;
El que guarda
su alma se alejará de ellos.
6 Instruye
al niño en su camino,
Y aun cuando
fuere viejo no se apartará de él.
7 El
rico se enseñorea de los pobres,
Y el que toma
prestado es siervo del que presta.
8 El
que sembrare iniquidad, iniquidad segará,
Y la vara de su
insolencia se quebrará.
9 El
ojo misericordioso será bendito,
Porque dio de
su pan al indigente.
10 Echa
fuera al escarnecedor, y saldrá la contienda,
Y cesará el
pleito y la afrenta.
11 El
que ama la limpieza de corazón,
Por la gracia
de sus labios tendrá la amistad del rey.
12 Los
ojos de Jehová velan por la ciencia;
Mas él
trastorna las cosas de los prevaricadores.
13 Dice
el perezoso: El león está fuera;
Seré muerto en
la calle.
14 Fosa
profunda es la boca de la mujer extraña;
Aquel contra el
cual Jehová estuviere airado caerá en ella.
15 La
necedad está ligada en el corazón del muchacho;
Mas la vara de
la corrección la alejará de él.
16 El
que oprime al pobre para aumentar sus ganancias,
O que da al
rico, ciertamente se empobrecerá.
Preceptos y amonestaciones
17 Inclina
tu oído y oye las palabras de los sabios,
Y aplica tu
corazón a mi sabiduría;
18 Porque
es cosa deliciosa, si las guardares dentro de ti;
Si juntamente
se afirmaren sobre tus labios.
19 Para
que tu confianza sea en Jehová,
Te las he hecho
saber hoy a ti también.
20 ¿No
te he escrito tres veces
En consejos y
en ciencia,
21 Para
hacerte saber la certidumbre de las palabras de verdad,
A fin de que
vuelvas a llevar palabras de verdad a los que te enviaron?
22 No
robes al pobre, porque es pobre,
Ni quebrantes
en la puerta al afligido;
23 Porque
Jehová juzgará la causa de ellos,
Y despojará el
alma de aquellos que los despojaren.
24 No
te entremetas con el iracundo,
Ni te acompañes
con el hombre de enojos,
25 No
sea que aprendas sus maneras,
Y tomes lazo
para tu alma.
26 No
seas de aquellos que se comprometen,
Ni de los que
salen por fiadores de deudas.
27 Si
no tuvieres para pagar,
¿Por qué han de
quitar tu cama de debajo de ti?
28 No
traspases los linderos antiguos
Que pusieron
tus padres.
29 ¿Has
visto hombre solícito en su trabajo? Delante de los reyes estará;
No estará
delante de los de baja condición. [3]
a a 10.7–15: Lc. 10.4–12.
b b 10.10: 1 Co. 9.14; 1 Ti. 5.18.
c c 10.14: Hch. 13.51.
d d 10.15: Gn. 19.24–28.
e e 10.15: Mt. 11.23–24.
f f 10.16: Lc. 10.3.
g g 10.17–21: Mr. 13.9–12; Lc. 12.11–12;
21.12–16.
h h 10.22: Mt. 24.9; Mr. 13.13; Lc. 21.17.
i i 10.22: Mt. 24.13; Mr. 13.13.
j
j 10.24: Lc. 6.40.
k
k 10.24: Jn. 13.16; 15.20.
l
l 10.25: Mt. 9.34; 12.24; Mr.
3.22; Lc. 11.15.
[1] Reina
Valera Revisada (1960). Miami : Sociedades Bı́blicas Unidas, 1998, S. Mt
9.38-10.25
a a 7.26–27: Gn.
9.4; Lv. 17.10–14; 19.26; Dt. 12.16, 23; 15.23.
[2] Reina
Valera Revisada (1960). Miami : Sociedades Bı́blicas Unidas, 1998, S. Lv
6.30-8.36
[3] Reina
Valera Revisada (1960). Miami : Sociedades Bı́blicas Unidas, 1998, S. Pr
21.31-22.29
Lectura
y Meditación de la Palabra de Dios
Haz
estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Marzo 4 Mat 10.1-25
/
Lev 7-8 / Pro 22
San
Mateo 10.1-25
Elección de los doce apóstoles
(Mr. 3.13–19; Lc. 6.12–16)
10
1Entonces llamando a sus doce discípulos, les dio autoridad
sobre los espíritus inmundos, para que los echasen fuera, y para sanar toda
enfermedad y toda dolencia. 2Los nombres de los doce apóstoles son
estos: primero Simón, llamado Pedro, y Andrés su hermano; Jacobo hijo de
Zebedeo, y Juan su hermano; 3Felipe, Bartolomé, Tomás, Mateo el
publicano, Jacobo hijo de Alfeo, Lebeo, por sobrenombre Tadeo, 4Simón
el cananista, y Judas Iscariote, el que también le entregó.
Misión de los doce
(Mr. 6.7–13; Lc. 9.1–6)
5A estos doce envió Jesús, y les dio instrucciones, diciendo:
Por camino de gentiles no vayáis, y en ciudad de samaritanos no entréis,
6sino id antes a las ovejas perdidas de la casa de Israel. 7Y
yendo, predicad, diciendo: El reino de los cielos se ha acercado. 8Sanad
enfermos, limpiad leprosos, resucitad muertos, echad fuera demonios; de gracia
recibisteis, dad de gracia. 9No os proveáis de oro, ni plata, ni
cobre en vuestros cintos;a 10ni de alforja
para el camino, ni de dos túnicas, ni de calzado, ni de bordón; porque el
obrero es digno de su alimento.b 11Mas en
cualquier ciudad o aldea donde entréis, informaos quién en ella sea digno, y
posad allí hasta que salgáis. 12Y al entrar en la casa,
saludadla. 13Y si la casa fuere digna, vuestra paz vendrá sobre
ella; mas si no fuere digna, vuestra paz se volverá a vosotros. 14Y
si alguno no os recibiere, ni oyere vuestras palabras, salid de aquella casa o
ciudad, y sacudid el polvo de vuestros pies.c 15De
cierto os digo que en el día del juicio, será más tolerable el castigo para la
tierra de Sodoma y de Gomorra,d que para aquella ciudad.e
Persecuciones venideras
16He aquí, yo os envío como a ovejas en medio de lobos;f
sed, pues, prudentes como serpientes, y sencillos como palomas. 17Y
guardaos de los hombres, porque os entregarán a los concilios, y en sus sinagogas
os azotarán; 18y aun ante gobernadores y reyes seréis llevados por
causa de mí, para testimonio a ellos y a los gentiles. 19Mas
cuando os entreguen, no os preocupéis por cómo o qué hablaréis; porque en
aquella hora os será dado lo que habéis de hablar. 20Porque no
sois vosotros los que habláis, sino el Espíritu de vuestro Padre que habla en
vosotros. 21El hermano entregará a la muerte al hermano, y el
padre al hijo; y los hijos se levantarán contra los padres, y los harán morir.g
22Y seréis aborrecidos de todos por causa de mi nombre;h
mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo.i 23Cuando
os persigan en esta ciudad, huid a la otra; porque de cierto os digo, que no
acabaréis de recorrer todas las ciudades de Israel, antes que venga el Hijo del
Hombre.
24El discípulo no es más que su maestro,j ni el
siervo más que su señor.k 25Bástale al
discípulo ser como su maestro, y al siervo como su señor. Si al padre de
familia llamaron Beelzebú,l ¿cuánto más a los de su
casa? [1]
Levítico
7-8
7
1Asimismo esta es la ley del sacrificio por la culpa; es cosa
muy santa. 2En el lugar donde degüellan el holocausto, degollarán
la víctima por la culpa; y rociará su sangre alrededor sobre el altar. 3Y
de ella ofrecerá toda su grosura, la cola, y la grosura que cubre los
intestinos, 4los dos riñones, la grosura que está sobre ellos, y
la que está sobre los ijares; y con los riñones quitará la grosura de sobre el
hígado. 5Y el sacerdote lo hará arder sobre el altar, ofrenda
encendida a Jehová; es expiación de la culpa. 6Todo varón de entre
los sacerdotes la comerá; será comida en lugar santo; es cosa muy santa.
7Como el sacrificio por el pecado, así es el sacrificio por la culpa;
una misma ley tendrán; será del sacerdote que hiciere la expiación con ella.
8Y el sacerdote que ofreciere holocausto de alguno, la piel del holocausto
que ofreciere será para él. 9Asimismo toda ofrenda que se cociere
en horno, y todo lo que fuere preparado en sartén o en cazuela, será del
sacerdote que lo ofreciere. 10Y toda ofrenda amasada con aceite, o
seca, será de todos los hijos de Aarón, tanto de uno como de otro.
11Y esta es la ley del sacrificio de paz que se ofrecerá a
Jehová: 12Si se ofreciere en acción de gracias, ofrecerá por
sacrificio de acción de gracias tortas sin levadura amasadas con aceite, y
hojaldres sin levadura untadas con aceite, y flor de harina frita en tortas
amasadas con aceite. 13Con tortas de pan leudo presentará su
ofrenda en el sacrificio de acciones de gracias de paz. 14Y de
toda la ofrenda presentará una parte por ofrenda elevada a Jehová, y será del
sacerdote que rociare la sangre de los sacrificios de paz. 15Y la
carne del sacrificio de paz en acción de gracias se comerá en el día que fuere
ofrecida; no dejarán de ella nada para otro día. 16Mas si el
sacrificio de su ofrenda fuere voto, o voluntario, será comido en el día que
ofreciere su sacrificio, y lo que de él quedare, lo comerán al día siguiente;
17y lo que quedare de la carne del sacrificio hasta el tercer día, será
quemado en el fuego. 18Si se comiere de la carne del sacrificio de
paz al tercer día, el que lo ofreciere no será acepto, ni le será contado;
abominación será, y la persona que de él comiere llevará su pecado.
19Y la carne que tocare alguna cosa inmunda, no se comerá; al
fuego será quemada. Toda persona limpia podrá comer la carne; 20pero
la persona que comiere la carne del sacrificio de paz, el cual es de Jehová,
estando inmunda, aquella persona será cortada de entre su pueblo. 21Además,
la persona que tocare alguna cosa inmunda, inmundicia de hombre, o animal inmundo,
o cualquier abominación inmunda, y comiere la carne del sacrificio de paz, el
cual es de Jehová, aquella persona será cortada de entre su pueblo.
22Habló más Jehová a Moisés, diciendo: 23Habla a
los hijos de Israel, diciendo: Ninguna grosura de buey ni de cordero ni de
cabra comeréis. 24La grosura de animal muerto, y la grosura del
que fue despedazado por fieras, se dispondrá para cualquier otro uso, mas no la
comeréis. 25Porque cualquiera que comiere grosura de animal, del
cual se ofrece a Jehová ofrenda encendida, la persona que lo comiere será
cortada de entre su pueblo. 26Además, ninguna sangre comeréis en
ningún lugar en donde habitéis, ni de aves ni de bestias. 27Cualquiera
persona que comiere de alguna sangre, la tal persona será cortada de entre su
pueblo.a
28Habló más Jehová a Moisés, diciendo: 29Habla a
los hijos de Israel y diles: El que ofreciere sacrificio de paz a Jehová,
traerá su ofrenda del sacrificio de paz ante Jehová. 30Sus manos
traerán las ofrendas que se han de quemar ante Jehová; traerá la grosura con el
pecho; el pecho para que sea mecido como sacrificio mecido delante de Jehová.
31Y la grosura la hará arder el sacerdote en el altar, mas el pecho será
de Aarón y de sus hijos. 32Y daréis al sacerdote para ser elevada
en ofrenda, la espaldilla derecha de vuestros sacrificios de paz. 33El
que de los hijos de Aarón ofreciere la sangre de los sacrificios de paz, y la
grosura, recibirá la espaldilla derecha como porción suya. 34Porque
he tomado de los sacrificios de paz de los hijos de Israel el pecho que se mece
y la espaldilla elevada en ofrenda, y lo he dado a Aarón el sacerdote y a sus
hijos, como estatuto perpetuo para los hijos de Israel. 35Esta es
la porción de Aarón y la porción de sus hijos, de las ofrendas encendidas a
Jehová, desde el día que él los consagró para ser sacerdotes de Jehová,
36la cual mandó Jehová que les diesen, desde el día que él los ungió de
entre los hijos de Israel, como estatuto perpetuo en sus generaciones.
37Esta es la ley del holocausto, de la ofrenda, del sacrificio
por el pecado, del sacrificio por la culpa, de las consagraciones y del
sacrificio de paz, 38la cual mandó Jehová a Moisés en el monte de
Sinaí, el día que mandó a los hijos de Israel que ofreciesen sus ofrendas a
Jehová, en el desierto de Sinaí.
Consagración de Aarón y de sus hijos
(Ex. 29.1–37)
8
1Habló Jehová a Moisés, diciendo: 2Toma a Aarón y
a sus hijos con él, y las vestiduras, el aceite de la unción, el becerro de la
expiación, los dos carneros, y el canastillo de los panes sin levadura; 3y
reúne toda la congregación a la puerta del tabernáculo de reunión. 4Hizo,
pues, Moisés como Jehová le mandó, y se reunió la congregación a la puerta del
tabernáculo de reunión.
5Y dijo Moisés a la congregación: Esto es lo que Jehová ha
mandado hacer. 6Entonces Moisés hizo acercarse a Aarón y a sus
hijos, y los lavó con agua. 7Y puso sobre él la túnica, y le ciñó
con el cinto; le vistió después el manto, y puso sobre él el efod, y lo ciñó
con el cinto del efod, y lo ajustó con él. 8Luego le puso encima
el pectoral, y puso dentro del mismo los Urim y Tumim. 9Después
puso la mitra sobre su cabeza, y sobre la mitra, en frente, puso la lámina de
oro, la diadema santa, como Jehová había mandado a Moisés.
10Y tomó Moisés el aceite de la unción y ungió el tabernáculo
y todas las cosas que estaban en él, y las santificó. 11Y roció de
él sobre el altar siete veces, y ungió el altar y todos sus utensilios, y la
fuente y su base, para santificarlos. 12Y derramó del aceite de la
unción sobre la cabeza de Aarón, y lo ungió para santificarlo. 13Después
Moisés hizo acercarse los hijos de Aarón, y les vistió las túnicas, les ciñó
con cintos, y les ajustó las tiaras, como Jehová lo había mandado a Moisés.
14Luego hizo traer el becerro de la expiación, y Aarón y sus
hijos pusieron sus manos sobre la cabeza del becerro de la expiación, 15y
lo degolló; y Moisés tomó la sangre, y puso con su dedo sobre los cuernos del
altar alrededor, y purificó el altar; y echó la demás sangre al pie del altar,
y lo santificó para reconciliar sobre él. 16Después tomó toda la
grosura que estaba sobre los intestinos, y la grosura del hígado, y los dos
riñones, y la grosura de ellos, y lo hizo arder Moisés sobre el altar. 17Mas
el becerro, su piel, su carne y su estiércol, lo quemó al fuego fuera del
campamento, como Jehová lo había mandado a Moisés.
18Después hizo que trajeran el carnero del holocausto, y Aarón
y sus hijos pusieron sus manos sobre la cabeza del carnero; 19y lo
degolló; y roció Moisés la sangre sobre el altar alrededor, 20y
cortó el carnero en trozos; y Moisés hizo arder la cabeza, y los trozos, y la
grosura. 21Lavó luego con agua los intestinos y las piernas, y
quemó Moisés todo el carnero sobre el altar; holocausto de olor grato, ofrenda
encendida para Jehová, como Jehová lo había mandado a Moisés.
22Después hizo que trajeran el otro carnero, el carnero de las
consagraciones, y Aarón y sus hijos pusieron sus manos sobre la cabeza del
carnero. 23Y lo degolló; y tomó Moisés de la sangre, y la puso
sobre el lóbulo de la oreja derecha de Aarón, sobre el dedo pulgar de su mano
derecha, y sobre el dedo pulgar de su pie derecho. 24Hizo
acercarse luego los hijos de Aarón, y puso Moisés de la sangre sobre el lóbulo
de sus orejas derechas, sobre los pulgares de sus manos derechas, y sobre los
pulgares de sus pies derechos; y roció Moisés la sangre sobre el altar
alrededor.
25Después tomó la grosura, la cola, toda la grosura que estaba
sobre los intestinos, la grosura del hígado, los dos riñones y la grosura de
ellos, y la espaldilla derecha. 26Y del canastillo de los panes
sin levadura, que estaba delante de Jehová, tomó una torta sin levadura, y una
torta de pan de aceite, y una hojaldre, y las puso con la grosura y con la
espaldilla derecha. 27Y lo puso todo en las manos de Aarón, y en
las manos de sus hijos, e hizo mecerlo como ofrenda mecida delante de Jehová.
28Después tomó aquellas cosas Moisés de las manos de ellos, y las hizo
arder en el altar sobre el holocausto; eran las consagraciones en olor grato,
ofrenda encendida a Jehová. 29Y tomó Moisés el pecho, y lo meció,
ofrenda mecida delante de Jehová; del carnero de las consagraciones aquella fue
la parte de Moisés, como Jehová lo había mandado a Moisés.
30Luego tomó Moisés del aceite de la unción, y de la sangre
que estaba sobre el altar, y roció sobre Aarón, y sobre sus vestiduras, sobre
sus hijos, y sobre las vestiduras de sus hijos con él; y santificó a Aarón y sus
vestiduras, y a sus hijos y las vestiduras de sus hijos con él.
31Y dijo Moisés a Aarón y a sus hijos: Hervid la carne a la
puerta del tabernáculo de reunión; y comedla allí con el pan que está en el
canastillo de las consagraciones, según yo he mandado, diciendo: Aarón y sus
hijos la comerán. 32Y lo que sobre de la carne y del pan, lo
quemaréis al fuego. 33De la puerta del tabernáculo de reunión no
saldréis en siete días, hasta el día que se cumplan los días de vuestras
consagraciones; porque por siete días seréis consagrados. 34De la
manera que hoy se ha hecho, mandó hacer Jehová para expiaros. 35A
la puerta, pues, del tabernáculo de reunión estaréis día y noche por siete
días, y guardaréis la ordenanza delante de Jehová, para que no muráis; porque
así me ha sido mandado. 36Y Aarón y sus hijos hicieron todas las
cosas que mandó Jehová por medio de Moisés. [2]
Proverbios 22
22
1 De
más estima es el buen nombre que las muchas riquezas,
Y la buena fama
más que la plata y el oro.
2 El
rico y el pobre se encuentran;
A ambos los
hizo Jehová.
3 El
avisado ve el mal y se esconde;
Mas los simples
pasan y reciben el daño.
4 Riquezas,
honra y vida
Son la
remuneración de la humildad y del temor de Jehová.
5 Espinos
y lazos hay en el camino del perverso;
El que guarda
su alma se alejará de ellos.
6 Instruye
al niño en su camino,
Y aun cuando
fuere viejo no se apartará de él.
7 El
rico se enseñorea de los pobres,
Y el que toma
prestado es siervo del que presta.
8 El
que sembrare iniquidad, iniquidad segará,
Y la vara de su
insolencia se quebrará.
9 El
ojo misericordioso será bendito,
Porque dio de
su pan al indigente.
10 Echa
fuera al escarnecedor, y saldrá la contienda,
Y cesará el
pleito y la afrenta.
11 El
que ama la limpieza de corazón,
Por la gracia
de sus labios tendrá la amistad del rey.
12 Los
ojos de Jehová velan por la ciencia;
Mas él
trastorna las cosas de los prevaricadores.
13 Dice
el perezoso: El león está fuera;
Seré muerto en
la calle.
14 Fosa
profunda es la boca de la mujer extraña;
Aquel contra el
cual Jehová estuviere airado caerá en ella.
15 La
necedad está ligada en el corazón del muchacho;
Mas la vara de
la corrección la alejará de él.
16 El
que oprime al pobre para aumentar sus ganancias,
O que da al
rico, ciertamente se empobrecerá.
Preceptos y amonestaciones
17 Inclina
tu oído y oye las palabras de los sabios,
Y aplica tu
corazón a mi sabiduría;
18 Porque
es cosa deliciosa, si las guardares dentro de ti;
Si juntamente
se afirmaren sobre tus labios.
19 Para
que tu confianza sea en Jehová,
Te las he hecho
saber hoy a ti también.
20 ¿No
te he escrito tres veces
En consejos y
en ciencia,
21 Para
hacerte saber la certidumbre de las palabras de verdad,
A fin de que
vuelvas a llevar palabras de verdad a los que te enviaron?
22 No
robes al pobre, porque es pobre,
Ni quebrantes
en la puerta al afligido;
23 Porque
Jehová juzgará la causa de ellos,
Y despojará el
alma de aquellos que los despojaren.
24 No
te entremetas con el iracundo,
Ni te acompañes
con el hombre de enojos,
25 No
sea que aprendas sus maneras,
Y tomes lazo
para tu alma.
26 No
seas de aquellos que se comprometen,
Ni de los que
salen por fiadores de deudas.
27 Si
no tuvieres para pagar,
¿Por qué han de
quitar tu cama de debajo de ti?
28 No
traspases los linderos antiguos
Que pusieron
tus padres.
29 ¿Has
visto hombre solícito en su trabajo? Delante de los reyes estará;
No estará
delante de los de baja condición. [3]
a a 10.7–15: Lc. 10.4–12.
b b 10.10: 1 Co. 9.14; 1 Ti. 5.18.
c c 10.14: Hch. 13.51.
d d 10.15: Gn. 19.24–28.
e e 10.15: Mt. 11.23–24.
f f 10.16: Lc. 10.3.
g g 10.17–21: Mr. 13.9–12; Lc. 12.11–12;
21.12–16.
h h 10.22: Mt. 24.9; Mr. 13.13; Lc. 21.17.
i i 10.22: Mt. 24.13; Mr. 13.13.
j
j 10.24: Lc. 6.40.
k
k 10.24: Jn. 13.16; 15.20.
l
l 10.25: Mt. 9.34; 12.24; Mr.
3.22; Lc. 11.15.
[1] Reina
Valera Revisada (1960). Miami : Sociedades Bı́blicas Unidas, 1998, S. Mt
9.38-10.25
a a 7.26–27: Gn.
9.4; Lv. 17.10–14; 19.26; Dt. 12.16, 23; 15.23.
[2] Reina
Valera Revisada (1960). Miami : Sociedades Bı́blicas Unidas, 1998, S. Lv
6.30-8.36
[3] Reina
Valera Revisada (1960). Miami : Sociedades Bı́blicas Unidas, 1998, S. Pr
21.31-22.29
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