viernes, 14 de junio de 2019

¿Cuál es la Voluntad de Dios para tu Vida?



14  de Junio
¡Buena, Agradable y Perfecta!
Por Riqui Ricón*


Vino a él un leproso, rogándole; e hincada la rodilla, le dijo: Si quieres, puedes limpiarme. Y Jesús, teniendo misericordia de él, extendió la mano y le tocó, y le dijo: Quiero, sé limpio. Y así que él hubo hablado, al instante la lepra se fue de aquél, y quedó limpio (Mar 1.40-42).
No existe nada más hermoso, que experimentar el asombroso y maravilloso Amor que Dios siente por ti. Mira al ejemplo de este leproso, quien es el tipo perfecto del hombre y de la mujer que han sido pecadores. Él se encuentra afectado por la enfermedad más terrible de aquella época. Es un apestado, un marginado y repudiado por la sociedad. Él es la perfecta imagen de alguien quien al parecer, su vida ya estaba terminada. Había sido sentenciado y condenado.
A un hombre así (o a una mujer), sólo un milagro, sólo una intervención del Todopoderoso, podría devolver el sentido y propósito a su existencia, pero, ¿acaso querría Dios atender a un desventurado(a) como este(a)?
Sabemos que Dios todo lo puede y que no hay nada imposible para Él, pero, la pregunta que verdaderamente tienes que resolver este día es, ¿querrá Él ayudarte hoy? ¿Será la voluntad de Dios sanarte o rescatarte de ese hoyo donde te encuentras?
Insisto en que no hay nada más hermoso que el asombroso y maravilloso Amor que Dios siente por ti, pues así como Jesús no dudo un instante para tocar a aquel desventurado y asegurarle su Amor y Voluntad, sanándole al instante; de la misma forma, hoy, en este día, el mismo Jesús, Rey y Señor Soberano, te afirma a ti en Su Palabra, la Biblia, cuál es Su Amor y Voluntad para contigo.
Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma. Pues mucho me regocijé cuando vinieron los hermanos y dieron testimonio de tu verdad, de cómo andas en la verdad. No tengo yo mayor gozo que este, el oír que mis hijos andan en la verdad (3 Jn 2-4).
Así que, sea cual sea la situación o problema que estés enfrentando el día de hoy, necesitas saber y sobre todo creer que la Voluntad de tu Dios y Padre es ayudarte a que salgas más que vencedor(a) en todas las cosas.
¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz, para dejar de compadecerse del hijo de su vientre? Aunque olvide ella, yo nunca me olvidaré de ti (Isa 49.15).
Él no te ha dejado ni te dejará pues ahora, por medio de Jesús, tú eres Su Hijo(a) amado(a) y además tienes Su Santo Espíritu como amigo y consejero.
¿Qué hombre hay de vosotros, que si su hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿O si le pide un pescado, le dará una serpiente? Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan? (Mat 7.9-11).
¿Te das cuenta? Tu identidad, la Plenitud de quien ahora tú eres, fluye del gran Amor que Dios tiene por ti.
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él (Jn 3.16-17).
Dios te ama tanto que prefirió entregar a su propio Hijo para pagar por tus pecados, antes que perderte a ti.
Jesús como tu Rey, Señor y Salvador; y Dios como tu Padre amoroso, quieren entrar a tu vida no para condenarte o castigarte sino para ofrecerte un camino de salvación y una Vida de Plenitud sobre de esta tierra.
Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo (Jn 16.33).
La Vida Eterna, la Vida Plena, no significa que no vayas a tener problemas o aflicciones, pero sí quiere decir que, gracias a Cristo Jesús, ahora tienes al Espíritu Santo como la garantía de tu herencia en Dios y por lo tanto es seguro que saldrás más que vencedor(a) sobre todos los problemas, enfermedades o aflicciones que enfrentes.
¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? Como está escrito: Por causa de ti somos muertos todo el tiempo;  Somos contados como ovejas de matadero.   Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó (Ro 8.35-37).
¡Tú has Nacido de Nuevo para triunfar!
No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta (Ro 12.2).
¡Camba tu forma de pensar acerca de Dios y acerca de tu posición delante de Él para que compruebes que Su buena voluntad para contigo es agradable y perfecta!
MIREN CUÁNTO NOS ama el Padre celestial que permite que seamos llamados hijos de Dios. ¡Y lo mas maravilloso es que de veras lo somos! Naturalmente, como la mayoría de la gente no conoce a Dios, no comprende por qué lo somos  (1 Jn 3.1 BAD).
Ahora, por la Sangre de Jesús y por la Palabra del Señor, eres un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo y el Glorioso Espíritu de Dios ha hecho Su morada en ti y contigo. Tú no eres como ese leproso que sabía del Poder de Dios pero no estaba seguro si sería Su Voluntad sanarle o no. Tú conoces la Voluntad de tu Padre para contigo que es buena, agradable y perfecta.
¡No dudes más! ¡Jesús te ama!

Oremos audiblemente:
Amado Padre celestial, este día te doy gracias por tanto y tan grande amor con que me has amado. Señor Jesús, por Tu Sangre preciosa derramada en esa cruz pagaste todos mis pecados. ¡He sido justificado(a)! Con tu resurrección venciste al pecado y a la muere, y ahora yo, como un Hijo de Dios, he recibido la Vida Eterna, que es una Vida Nueva, Plena y Abundante. Gracias porque puedo ver, entender y creer cuánto me amas. No dudaré, pues yo sé, que sé, que Tu Voluntad para conmigo es buena, agradable y perfecta. Mi Dios, puedo, con la Verdad, que es Tu Palabra, hacer de mi vida una Vida que valga la pena vivirse. Espíritu Santo, que hermoso es saber que estás conmigo, que me acompañas de día y de noche. Tú eres mi garantía. Tú eres mi ayudador, mi amigo, mi consejero, mi maestro y mi todo. Ayúdame a despojarme del viejo(a) hombre (mujer), a renovarme en el espíritu de mi mente y a vestirme de este(a) Nuevo(a) Yo, que ha sido creado(a) según Dios en justicia y santidad de la verdad. Contigo, todo lo puedo. Contigo, soy más que vencedor(a) en todas las cosas. Lléname más y más de Ti, Señor. Sabiendo y creyendo esto, hoy puedo declarar, delante de Tu presencia, que yo, ______________ (tu nombre aquí), antes que nada, he sido lavado y comprado al precio de la Sangre de Jesús para ser hecho un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo. ¡Soy Eterno(a)! Por lo tanto, voy a vivir mi Vida Plena y Abundantemente porque es mi derecho. Todo problema, enfermedad o circunstancia adversa lo encararé con fe, con la certeza de quién ahora yo soy en Cristo Jesús. Yo confío en Dios, mi Padre, y creo toda Su Palabra. Así que, Todo lo puedo en Cristo que me fortalece, pues mayor es el que está en mí que el que está en el mundo y ese eres Tú, Precioso Espíritu de Dios. No le daré lugar al diablo y a sus mentiras en mi vida. ¡No voy a temer más! Echo fuera de mi vida toda ansiedad e inquietud.  ¡En todas las cosas soy más que vencedor(a) por medio de Aquel que me amó, Cristo Jesús! ¡Ya he sido sanado(a) por las heridas de Jesús! ¡He sido establecido(a) para reinar en esta vida por la sangre de Jesús! No hay forma que pueda perder, pues Tú, mi Dios y Padre, estás en mí y conmigo, y si Dios es conmigo, ¿quién contra mí? ¡Soy sano(a)! ¡Soy libre! ¡Soy próspero(a)! ¡Soy feliz! Jehová de los ejércitos, Dichoso el hombre que en ti confía. ¡Yo soy ese(a) hombre (mujer)! En el nombre de Jesús. Amén.
 Nota Importante:
¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco una relación con el Todopoderoso?
Sólo haz la siguiente oración en voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a Dios:
Señor Jesús, yo creo que eres el Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2011



Lectura y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.

Junio 14            Mar 1.21-45  /  2 Sam 3.2-39  /  Dan 2.1-23


Marcos 1.21-45
Un hombre que tenía un espíritu inmundo
(Lc. 4.31–37)
21Y entraron en Capernaum; y los días de reposo, entrando en la sinagoga, enseñaba. 22Y se admiraban de su doctrina; porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas. 23Pero había en la sinagoga de ellos un hombre con espíritu inmundo, que dio voces, 24diciendo: ¡Ah! ¿qué tienes con nosotros, Jesús nazareno? ¿Has venido para destruirnos? Sé quién eres, el Santo de Dios. 25Pero Jesús le reprendió, diciendo: ¡Cállate, y sal de él! 26Y el espíritu inmundo, sacudiéndole con violencia, y clamando a gran voz, salió de él. 27Y todos se asombraron, de tal manera que discutían entre sí, diciendo: ¿Qué es esto? ¿Qué nueva doctrina es esta, que con autoridad manda aun a los espíritus inmundos, y le obedecen? 28Y muy pronto se difundió su fama por toda la provincia alrededor de Galilea.

Jesús sana a la suegra de Pedro
(Mt. 8.14–15; Lc. 4.38–39)
29Al salir de la sinagoga, vinieron a casa de Simón y Andrés, con Jacobo y Juan. 30Y la suegra de Simón estaba acostada con fiebre; y en seguida le hablaron de ella. 31Entonces él se acercó, y la tomó de la mano y la levantó; e inmediatamente le dejó la fiebre, y ella les servía.

Muchos sanados al ponerse el sol
(Mt. 8.16–17; Lc. 4.40–41)
32Cuando llegó la noche, luego que el sol se puso, le trajeron todos los que tenían enfermedades, y a los endemoniados; 33y toda la ciudad se agolpó a la puerta. 34Y sanó a muchos que estaban enfermos de diversas enfermedades, y echó fuera muchos demonios; y no dejaba hablar a los demonios, porque le conocían.

Jesús recorre Galilea predicando
(Lc. 4.42–44)
35Levantándose muy de mañana, siendo aún muy oscuro, salió y se fue a un lugar desierto, y allí oraba. 36Y le buscó Simón, y los que con él estaban; 37y hallándole, le dijeron: Todos te buscan. 38El les dijo: Vamos a los lugares vecinos, para que predique también allí; porque para esto he venido. 39Y predicaba en las sinagogas de ellos en toda Galilea, y echaba fuera los demonios.

Jesús sana a un leproso
(Mt. 8.1–4; Lc. 5.12–16)
40Vino a él un leproso, rogándole; e hincada la rodilla, le dijo: Si quieres, puedes limpiarme. 41Y Jesús, teniendo misericordia de él, extendió la mano y le tocó, y le dijo: Quiero, sé limpio. 42Y así que él hubo hablado, al instante la lepra se fue de aquél, y quedó limpio. 43Entonces le encargó rigurosamente, y le despidió luego, 44y le dijo: Mira, no digas a nadie nada, sino ve, muéstrate al sacerdote, y ofrece por tu purificación lo que Moisés mandó, para testimonio a ellos. 45Pero ido él, comenzó a publicarlo mucho y a divulgar el hecho, de manera que ya Jesús no podía entrar abiertamente en la ciudad, sino que se quedaba fuera en los lugares desiertos; y venían a él de todas partes.


2 Samuel 3.2-39
Hijos de David nacidos en Hebrón
(1 Cr. 3.1–4)
2Y nacieron hijos a David en Hebrón; su primogénito fue Amnón, de Ahinoam jezreelita; 3su segundo Quileab, de Abigail la mujer de Nabal el de Carmel; el tercero, Absalón hijo de Maaca, hija de Talmai rey de Gesur; 4el cuarto, Adonías hijo de Haguit; el quinto, Sefatías hijo de Abital; 5el sexto, Itream, de Egla mujer de David. Estos le nacieron a David en Hebrón.

Abner pacta con David en Hebrón
6Como había guerra entre la casa de Saúl y la de David, aconteció que Abner se esforzaba por la casa de Saúl. 7Y había tenido Saúl una concubina que se llamaba Rizpa, hija de Aja; y dijo Is-boset a Abner: ¿Por qué te has llegado a la concubina de mi padre? 8Y se enojó Abner en gran manera por las palabras de Is-boset, y dijo: ¿Soy yo cabeza de perro que pertenezca a Judá? Yo he hecho hoy misericordia con la casa de Saúl tu padre, con sus hermanos y con sus amigos, y no te he entregado en mano de David; ¿y tú me haces hoy cargo del pecado de esta mujer? 9Así haga Dios a Abner y aun le añada, si como ha jurado Jehová a David, no haga yo así con él, 10trasladando el reino de la casa de Saúl, y confirmando el trono de David sobre Israel y sobre Judá, desde Dan hasta Beerseba. 11Y él no pudo responder palabra a Abner, porque le temía.
12Entonces envió Abner mensajeros a David de su parte, diciendo: ¿De quién es la tierra? Y que le dijesen: Haz pacto conmigo, y he aquí que mi mano estará contigo para volver a ti todo Israel. 13Y David dijo: Bien; haré pacto contigo, mas una cosa te pido: No me vengas a ver sin que primero traigas a Mical la hija de Saúl, cuando vengas a verme. 14Después de esto envió David mensajeros a Is-boset hijo de Saúl, diciendo: Restitúyeme mi mujer Mical, la cual desposé conmigo por cien prepucios de filisteos. 15Entonces Is-boset envió y se la quitó a su marido Paltiel hijo de Lais. 16Y su marido fue con ella, siguiéndola y llorando hasta Bahurim. Y le dijo Abner: Anda, vuélvete. Entonces él se volvió.
17Y habló Abner con los ancianos de Israel, diciendo: Hace ya tiempo procurabais que David fuese rey sobre vosotros. 18Ahora, pues, hacedlo; porque Jehová ha hablado a David, diciendo: Por la mano de mi siervo David libraré a mi pueblo Israel de mano de los filisteos, y de mano de todos sus enemigos. 19Habló también Abner a los de Benjamín; y fue también Abner a Hebrón a decir a David todo lo que parecía bien a los de Israel y a toda la casa de Benjamín.
20Vino, pues, Abner a David en Hebrón, y con él veinte hombres; y David hizo banquete a Abner y a los que con él habían venido. 21Y dijo Abner a David: Yo me levantaré e iré, y juntaré a mi señor el rey a todo Israel, para que hagan contigo pacto, y tú reines como lo desea tu corazón. David despidió luego a Abner, y él se fue en paz.

Joab mata a Abner
22Y he aquí que los siervos de David y Joab venían del campo, y traían consigo gran botín. Mas Abner no estaba con David en Hebrón, pues ya lo había despedido, y él se había ido en paz. 23Y luego que llegó Joab y todo el ejército que con él estaba, fue dado aviso a Joab, diciendo: Abner hijo de Ner ha venido al rey, y él le ha despedido, y se fue en paz. 24Entonces Joab vino al rey, y le dijo: ¿Qué has hecho? He aquí Abner vino a ti; ¿por qué, pues, le dejaste que se fuese? 25Tú conoces a Abner hijo de Ner. No ha venido sino para engañarte, y para enterarse de tu salida y de tu entrada, y para saber todo lo que tú haces.
26Y saliendo Joab de la presencia de David, envió mensajeros tras Abner, los cuales le hicieron volver desde el pozo de Sira, sin que David lo supiera. 27Y cuando Abner volvió a Hebrón, Joab lo llevó aparte en medio de la puerta para hablar con él en secreto; y allí, en venganza de la muerte de Asael su hermano, le hirió por la quinta costilla, y murió. 28Cuando David supo después esto, dijo: Inocente soy yo y mi reino, delante de Jehová, para siempre, de la sangre de Abner hijo de Ner. 29Caiga sobre la cabeza de Joab, y sobre toda la casa de su padre; que nunca falte de la casa de Joab quien padezca flujo, ni leproso, ni quien ande con báculo, ni quien muera a espada, ni quien tenga falta de pan. 30Joab, pues, y Abisai su hermano, mataron a Abner, porque él había dado muerte a Asael hermano de ellos en la batalla de Gabaón.
31Entonces dijo David a Joab, y a todo el pueblo que con él estaba: Rasgad vuestros vestidos, y ceñíos de cilicio, y haced duelo delante de Abner. Y el rey David iba detrás del féretro. 32Y sepultaron a Abner en Hebrón; y alzando el rey su voz, lloró junto al sepulcro de Abner; y lloró también todo el pueblo. 33Y endechando el rey al mismo Abner, decía:
¿Había de morir Abner como muere un villano?
     34     Tus manos no estaban atadas, ni tus pies ligados con grillos;
Caíste como los que caen delante de malos hombres.
Y todo el pueblo volvió a llorar sobre él. 35Entonces todo el pueblo vino para persuadir a David que comiera, antes que acabara el día. Mas David juró diciendo: Así me haga Dios y aun me añada, si antes que se ponga el sol gustare yo pan, o cualquiera otra cosa. 36Todo el pueblo supo esto, y le agradó; pues todo lo que el rey hacía agradaba a todo el pueblo. 37Y todo el pueblo y todo Israel entendió aquel día, que no había procedido del rey el matar a Abner hijo de Ner. 38También dijo el rey a sus siervos: ¿No sabéis que un príncipe y grande ha caído hoy en Israel? 39Y yo soy débil hoy, aunque ungido rey; y estos hombres, los hijos de Sarvia, son muy duros para mí; Jehová dé el pago al que mal hace, conforme a su maldad.

Daniel 2.1-23

Daniel interpreta el sueño de Nabucodonosor
2
1En el segundo año del reinado de Nabucodonosor, tuvo Nabucodonosor sueños, y se perturbó su espíritu, y se le fue el sueño. 2Hizo llamar el rey a magos, astrólogos, encantadores y caldeos, para que le explicasen sus sueños. Vinieron, pues, y se presentaron delante del rey. 3Y el rey les dijo: He tenido un sueño, y mi espíritu se ha turbado por saber el sueño. 4Entonces hablaron los caldeos al rey en lengua aramea: Rey, para siempre vive; di el sueño a tus siervos, y te mostraremos la interpretación. 5Respondió el rey y dijo a los caldeos: El asunto lo olvidé; si no me mostráis el sueño y su interpretación, seréis hechos pedazos, y vuestras casas serán convertidas en muladares. 6Y si me mostrareis el sueño y su interpretación, recibiréis de mí dones y favores y gran honra. Decidme, pues, el sueño y su interpretación. 7Respondieron por segunda vez, y dijeron: Diga el rey el sueño a sus siervos, y le mostraremos la interpretación. 8El rey respondió y dijo: Yo conozco ciertamente que vosotros ponéis dilaciones, porque veis que el asunto se me ha ido. 9Si no me mostráis el sueño, una sola sentencia hay para vosotros. Ciertamente preparáis respuesta mentirosa y perversa que decir delante de mí, entre tanto que pasa el tiempo. Decidme, pues, el sueño, para que yo sepa que me podéis dar su interpretación. 10Los caldeos respondieron delante del rey, y dijeron: No hay hombre sobre la tierra que pueda declarar el asunto del rey; además de esto, ningún rey, príncipe ni señor preguntó cosa semejante a ningún mago ni astrólogo ni caldeo. 11Porque el asunto que el rey demanda es difícil, y no hay quien lo pueda declarar al rey, salvo los dioses cuya morada no es con la carne.
12Por esto el rey con ira y con gran enojo mandó que matasen a todos los sabios de Babilonia. 13Y se publicó el edicto de que los sabios fueran llevados a la muerte; y buscaron a Daniel y a sus compañeros para matarlos. 14Entonces Daniel habló sabia y prudentemente a Arioc, capitán de la guardia del rey, que había salido para matar a los sabios de Babilonia. 15Habló y dijo a Arioc capitán del rey: ¿Cuál es la causa de que este edicto se publique de parte del rey tan apresuradamente? Entonces Arioc hizo saber a Daniel lo que había. 16Y Daniel entró y pidió al rey que le diese tiempo, y que él mostraría la interpretación al rey.
17Luego se fue Daniel a su casa e hizo saber lo que había a Ananías, Misael y Azarías, sus compañeros, 18para que pidiesen misericordias del Dios del cielo sobre este misterio, a fin de que Daniel y sus compañeros no pereciesen con los otros sabios de Babilonia. 19Entonces el secreto fue revelado a Daniel en visión de noche, por lo cual bendijo Daniel al Dios del cielo. 20Y Daniel habló y dijo: Sea bendito el nombre de Dios de siglos en siglos, porque suyos son el poder y la sabiduría. 21El muda los tiempos y las edades; quita reyes, y pone reyes; da la sabiduría a los sabios, y la ciencia a los entendidos. 22El revela lo profundo y lo escondido; conoce lo que está en tinieblas, y con él mora la luz. 23A ti, oh Dios de mis padres, te doy gracias y te alabo, porque me has dado sabiduría y fuerza, y ahora me has revelado lo que te pedimos; pues nos has dado a conocer el asunto del rey.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¿Qué piensas al respecto?