12 de Junio
¡Creyéndole a Dios creyendo Su Palabra!
Por Riqui Ricón*
Y el Dios de paz aplastará en breve a Satanás bajo vuestros pies. La
gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vosotros
(Ro 16.20).
La Biblia, que es la Palabra de
Dios y no miente, te enseña que aunque Satanás está derrotado, al ser él el
padre de la mentira, persiste en infundirte miedo para que así creas sus
mentiras y él pueda, con tu temor, robarte, matarte y destruirte.
Eso es lo que tu adversario el
diablo intenta todos los días, a cada momento, sin embargo,
Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en
temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos:
¡Abba, Padre! El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu,
de que somos hijos de Dios. Y si hijos, también herederos;
herederos de Dios y coherederos con Cristo
(Ro 8.15-17a).
La única Verdad (la que
cuenta), es que tú eres un(a) Hijo(a) real y legítimo(a) de Dios Todopoderoso.
¡Eres amado(a) de Dios! ¡Eres Su especial tesoro! ¡Eres heredero(a) de Dios y
coheredero(a) juntamente con Cristo Jesús!
Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo,
nacido de mujer y nacido bajo la ley, para que redimiese a los que
estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos. Y
por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo,
el cual clama: ¡Abba, Padre! Así que ya no eres esclavo, sino hijo;
y si hijo, también heredero de Dios por medio de Cristo
(Ga 4.4-7).
La única Verdad es que, ¡Tú no
eres un(a) esclavo(a) para estar otra vez en temor! ¡Eres un(a) Hijo(a) de Dios
Nacido(a) de Nuevo! ¡Eres heredero(a) del Padre y coheredero(a) con Cristo
Jesús! ¡Tu relación con Él ha dejado de ser la de Creador a creatura y ahora tu
relación con Dios es de Padre a Hijo(a)!
Te invito a que por un momento
cierres tus ojos y en verdad medites esto. Por un lado tienes esos feos
problemas que estás enfrentando, quizá un diagnóstico médico adverso que te ata
a alguna enfermedad incurable como la diabetes; o una situación económica
realmente desesperante; sin trabajo; tu matrimonio en crisis o al punto del
divorcio; hijos rebeldes que se han ido de casa; falta de comunicación;
tristeza; soledad; etc. Por el otro lado, tienes la Palabra de Dios, la Palabra
de Honor del Todopoderoso, del Creador del cielo y de la tierra, de todo lo
visible y lo invisible quien te asegura:
o Porque
de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo
aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque
no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo
sea salvo por él (Jn 3.16-17). Esto es, no vine a tu vida a condenarte sino a
traerte Paz, pues te amo tanto que preferí entregar a mi propio Hijo antes que
perderte a ti.
o
¡Fíjense
qué gran amor nos ha dado el Padre, que
se nos llame hijos de Dios! ¡Y lo
somos! El mundo no nos conoce, precisamente porque no lo conoció a él (1 Jn 3.1
NVI). Estos es, ahora tú eres mi Hijo(a)
amado(a).
o
Todo lo
puedes en Cristo que te fortalece (Fil 4.13). Ánimo Hijo(a), no hay nada que tú no puedas hacer.
o En todas
las cosas eres más que vencedor(a) por medio de Aquel que te amó, Cristo Jesús (Ro
8.37). No temas, He hecho de ti un(a)
Verdadero(a) Campeón(a) y ten por cierto que en cualquier problema, angustia o
enfermedad que te encuentres, tú vas a vencer.
o Ciertamente
lleve tus enfermedades y sufrí tus dolores y por mis heridas ya fuiste tú sanado(a) (Isa
53.4-5). No temas, cree solamente. Yo ya
te he sanado y vas a triunfar sobre esa y cualquier otra enfermedad.
o Hijito(a),
tú eres mío(a) y ya los has vencido, porque mayor soy Yo, que vivo en ti y
contigo, que el que está en el mundo (1 Jn 4.4). No te He dejado ni te dejaré. Yo estoy contigo, y si Dios es contigo,
¿quién contra ti?
Esta, mi amado(a), es la certeza
de lo que estás esperando, la convicción de aquello que aún no has visto. Esta
es la Paz que sobrepasa todo entendimiento, la Paz que aplastará en breve a
Satanás debajo de tus pies. Puesto que Dios, tu Padre, no puede mentir, tienes
la total certeza que si Él lo dijo, entonces Dios lo va hacer; si Él lo habló,
entonces Dios lo va a ejecutar.
Y el Dios de paz aplastará en breve a Satanás bajo vuestros pies. La
gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vosotros
(Ro 16.20).
La
Gracia es todo lo que Dios te ha dado por medio de Jesucristo. La Gracia es el
Poder y la Autoridad que te habilitan para cumplir Su Voluntad; es el Poder y
la Autoridad que ya tienes por ser un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo y
que te habilitan para establecer el reino de Dios en esta tierra y pongas a los
enemigos de Jesucristo por estrado de Sus pies.
Jehová dijo a mi Señor: Siéntate a mi diestra, Hasta que ponga a tus
enemigos por estrado de tus pies (Sal 110.1).
Tú
eres un(a) Hijo(a) del Rey y has sido dejado(a) en esta tierra con propósito de
reino. Como administrador y ejecutor de los bienes y de la Palabra de tu Padre,
todo lo cual es tu propia herencia.
Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por
medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios (2
Co 5.20).
Satanás está vencido y desde luego
que no quiere ser aplastado. Su única estrategia posible es distraerte de la
Verdad. Para esto, grita y chilla todas sus mentiras lo más fuerte que puede:
te vas a morir; esta vez no podrás salir adelante; Dios no está contigo; eres
un fracaso; hipócrita te vas a condenar; lo has perdido todo; si en verdad
fueras hijo(a) de Dios no harías eso, etc. Todo lo que pretende es que dejes de
mirar la Verdad, que dejes de creerle a Dios para creer sus mentiras y así
infundirte miedo y anular tu fe.
Por eso, es la Paz que Dios te da,
al tener absoluta confianza en Su Palabra, lo que en breve aplastará a Satanás
debajo de tus pies.
Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre
queréis hacer. Él ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en
la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla;
porque es mentiroso, y padre de mentira
(Jn 8.44).
Recuerda siempre esto,
las mentiras del diablo son eficaces sólo cuando las comienzas a creer. Satanás
desea que prestes atención a tus acciones, pensamientos y emociones en lugar de
que atiendas a las acciones de Dios quien por Amor a ti pagó TODOS tus pecados
muriendo en la cruz, venció a la muerte y resucitó para darte la Herencia de
un(a) Hijo(a) de Dios: la Vida Eterna.
Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león
rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar; al cual
resistid firmes en la fe (1 P 5.8-9a).
Establece de una vez por
todas en tu corazón que tu salvación, la Vida Eterna de un(a) Hijo(a) de Dios,
no la adquiriste por algo que hiciste, estés haciendo o puedas hacer en el
futuro, sino por lo que Cristo Jesús hizo por Amor a ti.
Y cuando se levantaron por la mañana, salieron al desierto de Tecoa. Y
mientras ellos salían, Josafat, estando en pie, dijo: Oídme, Judá y moradores
de Jerusalén. Creed en Jehová vuestro Dios, y estaréis seguros; creed a sus
profetas, y seréis prosperados (2 Cro 20.20).
Así que, créele a Dios,
créele a Su Palabra, la Biblia, pues no son tus acciones, y mucho menos tus fracasos y
derrotas, lo que te define sino la Palabra de Dios.
Jehová de los ejércitos, Dichoso el hombre que en ti confía
(Sal 84.12).
Oremos en voz audible:
Amado Padre celestial, gracias por amarme
tanto que aún estando yo muerto(a) en delitos y pecados me diste Vida
juntamente con Cristo. Señor Jesús, por lo que hiciste por mí en esa cruz ahora
soy un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo. Soy heredero del Padre y
coheredero tuyo. ¡Mi vida está escondida con Cristo en Dios! Todos mis pecados
han sido purificados, soy justificado y he sido perdonado. ¡Soy un(a) Hijo(a)
del Rey! En el día que temo, Yo en ti confío. En Ti, mi Dios, alabaré Tu
palabra; En Ti he confiado; no temeré; ¿Qué puede hacerme el hombre? Señor Jesús, Tú eres mi luz y mi salvación;
¿de quién temeré? Tú eres la fortaleza de mi vida; ¿de quién he de
atemorizarme? Cuando se juntaron contra mí los malignos, mis angustiadores y
mis enemigos, Para comer mis carnes, ellos tropezaron y cayeron. Aunque un
ejército acampe contra mí, No temerá mi corazón; Aunque contra mí se levante
guerra, Yo estaré confiado. Tú eres
mi pastor; nada me faltará. En lugares de delicados pastos me harás descansar;
Junto a aguas de reposo me pastorearás. Confortarás mi alma; Me guiarás por
sendas de justicia por amor de Tu nombre y Aunque ande en valle de sombra de
muerte, No temeré mal alguno, porque tú estás conmigo; Tu vara y tu cayado me
infunden aliento. Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis
angustiadores; Unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando. Ciertamente
el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, Y en Tu casa,
mi Señor, moraré por largos días. Así que, Todo lo puedo en Cristo que me fortalece,
pues mayor es el que está en mí que el que está en el mundo y ese eres Tú,
Precioso Espíritu de Dios. No le daré lugar al diablo y a sus mentiras en mi
vida. ¡No voy a temer más! Echo fuera de mi vida toda ansiedad e
inquietud. ¡En todas las cosas soy más
que vencedor(a) por medio de Aquel que me amó, Cristo Jesús! ¡Ya he sido sanado(a)
por las heridas de Jesús! ¡He sido establecido(a) para reinar en esta vida por
la sangre de Jesús! No hay forma que pueda perder, pues Tú, mi Dios y Padre,
estás en mí y conmigo, y si Dios es conmigo, ¿quién contra mí? ¡Soy sano(a)!
¡Soy libre! ¡Soy próspero(a)! ¡Soy feliz! En el nombre de Jesús. Amén.
Nota Importante:
¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco
una relación con el Todopoderoso?
Sólo haz la siguiente oración en voz audible
poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a Dios:
Señor Jesús, yo creo que eres el Hijo de
Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis pecados,
y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí acepto.
¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa derramada
hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a entrar porque
quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi único y suficiente
Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios Poderoso, pues con esta
simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a Vida, he sido
trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido de Nuevo!
¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más estaré
solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C. Peredo Jaime © 2011
Lectura y
Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas
lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Junio 12 Ro 16 / 2 Sam
1 / Sal 72
Romanos
16
Saludos personales
16
1Os recomiendo además nuestra
hermana Febe, la cual es diaconisa de la iglesia en Cencrea; 2que
la recibáis en el Señor, como es digno de los santos, y que la ayudéis en
cualquier cosa en que necesite de vosotros; porque ella ha ayudado a muchos, y
a mí mismo.
3Saludad a Priscila y a Aquila,
mis colaboradores en Cristo Jesús, 4que expusieron su vida por mí;
a los cuales no sólo yo doy gracias, sino también todas las iglesias de los
gentiles. 5Saludad también a la iglesia de su casa. Saludad a
Epeneto, amado mío, que es el primer fruto de Acaya para Cristo. 6Saludad
a María, la cual ha trabajado mucho entre vosotros. 7Saludad a
Andrónico y a Junias, mis parientes y mis compañeros de prisiones, los cuales
son muy estimados entre los apóstoles, y que también fueron antes de mí en
Cristo. 8Saludad a Amplias, amado mío en el Señor. 9Saludad
a Urbano, nuestro colaborador en Cristo Jesús, y a Estaquis, amado mío.
10Saludad a Apeles, aprobado en Cristo. Saludad a los de la casa de
Aristóbulo. 11Saludad a Herodión, mi pariente. Saludad a los de la
casa de Narciso, los cuales están en el Señor. 12Saludad a Trifena
y a Trifosa, las cuales trabajan en el Señor. Saludad a la amada Pérsida, la
cual ha trabajado mucho en el Señor. 13Saludad a Rufo,
escogido en el Señor, y a su madre y mía. 14Saludad a Asíncrito, a
Flegonte, a Hermas, a Patrobas, a Hermes y a los hermanos que están con ellos.
15Saludad a Filólogo, a Julia, a Nereo y a su hermana, a Olimpas y a
todos los santos que están con ellos. 16Saludaos los unos a los
otros con ósculo santo. Os saludan todas las iglesias de Cristo.
17Mas os ruego, hermanos, que os
fijéis en los que causan divisiones y tropiezos en contra de la doctrina que
vosotros habéis aprendido, y que os apartéis de ellos. 18Porque
tales personas no sirven a nuestro Señor Jesucristo, sino a sus propios
vientres, y con suaves palabras y lisonjas engañan los corazones de los
ingenuos. 19Porque vuestra obediencia ha venido a ser notoria a
todos, así que me gozo de vosotros; pero quiero que seáis sabios para el bien,
e ingenuos para el mal. 20Y el Dios de paz aplastará en breve a
Satanás bajo vuestros pies. La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con
vosotros.
21Os saludan Timoteo mi colaborador, y Lucio, Jasón y Sosípater, mis parientes.
22Yo Tercio, que escribí la
epístola, os saludo en el Señor.
23Os saluda Gayo, hospedador mío y de toda la iglesia. Os saluda Erasto, tesorero
de la ciudad, y el hermano Cuarto.
24La gracia de nuestro Señor
Jesucristo sea con todos vosotros. Amén.
Doxología final
25Y al que puede confirmaros según
mi evangelio y la predicación de Jesucristo, según la revelación del misterio
que se ha mantenido oculto desde tiempos eternos, 26pero que ha
sido manifestado ahora, y que por las Escrituras de los profetas, según el
mandamiento del Dios eterno, se ha dado a conocer a todas las gentes para que
obedezcan a la fe, 27al único y sabio Dios, sea gloria mediante
Jesucristo para siempre. Amén.
2
Samuel 1
David oye de la muerte de Saúl
1
1Aconteció después de la muerte de
Saúl, que vuelto David de la derrota de los amalecitas, estuvo dos días en
Siclag. 2Al tercer día, sucedió que vino uno del campamento de
Saúl, rotos sus vestidos, y tierra sobre su cabeza; y llegando a David, se
postró en tierra e hizo reverencia. 3Y le preguntó David: ¿De
dónde vienes? Y él respondió: Me he escapado del campamento de Israel. 4David
le dijo: ¿Qué ha acontecido? Te ruego que me lo digas. Y él respondió: El
pueblo huyó de la batalla, y también muchos del pueblo cayeron y son muertos;
también Saúl y Jonatán su hijo murieron. 5Dijo David a aquel joven
que le daba las nuevas: ¿Cómo sabes que han muerto Saúl y Jonatán su hijo?
6El joven que le daba las nuevas respondió: Casualmente vine al monte de
Gilboa, y hallé a Saúl que se apoyaba sobre su lanza, y venían tras él carros y
gente de a caballo. 7Y mirando él hacia atrás, me vio y me llamó;
y yo dije: Heme aquí. 8Y me preguntó: ¿Quién eres tú? Y yo le
respondí: Soy amalecita. 9El me volvió a decir: Te ruego que te
pongas sobre mí y me mates, porque se ha apoderado de mí la angustia; pues mi
vida está aún toda en mí. 10Yo entonces me puse sobre él y le
maté, porque sabía que no podía vivir después de su caída; y tomé la corona que
tenía en su cabeza, y la argolla que traía en su brazo, y las he traído acá a
mi señor.
11Entonces David, asiendo de sus
vestidos, los rasgó; y lo mismo hicieron los hombres que estaban con él.
12Y lloraron y lamentaron y ayunaron hasta la noche, por Saúl y por Jonatán
su hijo, por el pueblo de Jehová y por la casa de Israel, porque habían caído a
filo de espada. 13Y David dijo a aquel joven que le había traído
las nuevas: ¿De dónde eres tú? Y él respondió: Yo soy hijo de un extranjero,
amalecita. 14Y le dijo David: ¿Cómo no tuviste temor de extender
tu mano para matar al ungido de Jehová? 15Entonces llamó David a
uno de sus hombres, y le dijo: Ve y mátalo. Y él lo hirió, y murió. 16Y
David le dijo: Tu sangre sea sobre tu cabeza, pues tu misma boca atestiguó
contra ti, diciendo: Yo maté al ungido de Jehová.
David endecha a Saúl y a Jonatán
17Y endechó David a Saúl y a
Jonatán su hijo con esta endecha, 18y dijo que debía enseñarse a
los hijos de Judá. He aquí que está escrito en el libro de
Jaser.
19 ¡Ha perecido la gloria de Israel sobre tus alturas!
¡Cómo han caído los valientes!
20 No lo anunciéis en Gat,
Ni deis las nuevas en las plazas de Ascalón;
Para que no se alegren las hijas de los filisteos,
Para que no salten de gozo las hijas de los incircuncisos.
21 Montes de Gilboa,
Ni rocío ni lluvia caiga sobre vosotros, ni seáis tierras de ofrendas;
Porque allí fue desechado el escudo de los valientes,
El escudo de Saúl, como si no hubiera sido ungido con aceite.
22 Sin sangre de los muertos, sin grosura de los valientes,
El arco de Jonatán no volvía atrás,
Ni la espada de Saúl volvió vacía.
23 Saúl y Jonatán, amados y queridos;
Inseparables en su vida, tampoco en su muerte fueron separados;
Más ligeros eran que águilas,
Más fuertes que leones.
24 Hijas de Israel, llorad por Saúl,
Quien os vestía de escarlata con deleites,
Quien adornaba vuestras ropas con ornamentos de oro.
25 ¡Cómo han caído los valientes en medio de la batalla!
¡Jonatán, muerto en tus alturas!
26 Angustia tengo por ti, hermano mío Jonatán,
Que me fuiste muy dulce.
Más maravilloso me fue tu amor
Que el amor de las mujeres.
27 ¡Cómo han caído los valientes,
Han perecido las armas de guerra!
Salmos 72
El reino de un rey justo
Para Salomón.
1 Oh Dios, da tus juicios al rey,
Y tu
justicia al hijo del rey.
2 El juzgará a tu pueblo con justicia,
Y a tus
afligidos con juicio.
3 Los montes llevarán paz al pueblo,
Y los
collados justicia.
4 Juzgará a los afligidos del pueblo,
Salvará a
los hijos del menesteroso,
Y aplastará al opresor.
5 Te temerán mientras duren el sol
Y la luna,
de generación en generación.
6 Descenderá como la lluvia sobre la hierba cortada;
Como el
rocío que destila sobre la tierra.
7 Florecerá en sus días justicia,
Y muchedumbre de paz, hasta
que no haya luna.
8 Dominará de mar a mar,
Y desde el
río hasta los confines de la tierra.
9 Ante él se postrarán los moradores del desierto,
Y sus
enemigos lamerán el polvo.
10 Los reyes de Tarsis y de las costas traerán presentes;
Los reyes de
Sabá y de Seba ofrecerán dones.
11 Todos los reyes se postrarán delante de él;
Todas las naciones le
servirán.
12 Porque él librará al menesteroso que clamare,
Y al
afligido que no tuviere quien le socorra.
13 Tendrá misericordia del pobre y del menesteroso,
Y salvará la
vida de los pobres.
14 De engaño y de violencia redimirá sus almas,
Y la sangre de ellos será
preciosa ante sus ojos.
15 Vivirá, y se le dará del oro de Sabá,
Y se orará
por él continuamente;
Todo el día
se le bendecirá.
16 Será echado un puñado de grano en la tierra, en las cumbres de los
montes;
Su fruto
hará ruido como el Líbano,
Y los de la
ciudad florecerán como la hierba de la tierra.
17 Será su nombre para siempre,
Se
perpetuará su nombre mientras dure el sol.
Benditas
serán en él todas las naciones;
Lo llamarán bienaventurado.
18 Bendito Jehová Dios, el Dios de Israel,
El único que
hace maravillas.
19 Bendito su nombre glorioso para siempre,
Y toda la
tierra sea llena de su gloria.
Amén y Amén.
20Aquí
terminan las oraciones de David, hijo de Isaí.
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