17 de Junio
¡Con FE! ¡Con acción de gracias y alabanzas!
Por Riqui Ricón*
2Sa 7:4-12 NVI Pero
aquella misma noche la palabra del SEÑOR vino a Natán y le dijo: (5)
«Ve y dile a mi siervo David que así dice el SEÑOR: “¿Serás tú acaso
quien me construya una casa para que yo la habite? (6)
Desde el día en que saqué a los israelitas de Egipto, y hasta el día de
hoy, no he habitado en casa alguna, sino que he andado de acá para allá, en una
tienda de campaña a manera de santuario.
(7) Todo el tiempo que anduve con
los israelitas, cuando mandé a sus gobernantes que pastorearan a mi pueblo
Israel, ¿acaso le reclamé a alguno de ellos el no haberme construido una casa
de cedro?” (8) »Pues bien, dile a mi siervo David que así
dice el SEÑOR Todopoderoso: “Yo te saqué del redil para que, en vez de cuidar
ovejas, gobernaras a mi pueblo Israel.
(9) Yo he estado contigo por
dondequiera que has ido, y por ti he aniquilado a todos tus enemigos. Y ahora
voy a hacerte tan famoso como los más grandes de la tierra. (10)
También voy a designar un lugar para mi pueblo Israel, y allí los
plantaré para que puedan vivir sin sobresaltos. Sus malvados enemigos no
volverán a humillarlos como lo han hecho desde el principio, (11) desde
el día en que nombré gobernantes sobre mi pueblo Israel. Y a ti te daré
descanso de todos tus enemigos.” »Pero ahora el SEÑOR te hace saber que será él
quien te construya una casa. (12) “Cuando tu vida llegue a su fin y vayas a
descansar entre tus antepasados, yo pondré en el trono a uno de tus propios
descendientes, y afirmaré su reino.
La actitud de David es muy acorde
con su humanidad (es lo que cualquier ser humano haría), él quiere construir
para Dios un lugar físico y tangible donde se le pueda adorar; un lugar donde
se pueda acudir para buscar Su Presencia y en que Él de Verdad esté ahí. Sólo
existe un problema:
2Cr 6:18 RV60 Mas ¿es verdad que Dios habitará con el hombre en
la tierra? He aquí, los cielos y los cielos de los cielos no te
pueden contener: ¿cuánto menos esta casa que he edificado?
¿Podrá un ser humano, mortal,
limitado y finito, a través de sus cinco sentidos, percibir, comunicarse y
comprender a Dios que es Eterno, Ilimitado e Infinito? ¿Será verdad que Dios
puede vivir con los hombres sobre la tierra? Si el cielo, en toda su
inmensidad, no puede contenerle, ¡cuánto menos un templo construido por seres
mortales, limitados y finitos!
Hch 17:24-25 RV60 El Dios
que hizo el mundo y todas las cosas que en él hay, siendo Señor del cielo y de la tierra, no habita en templos hechos por manos
humanas, (25) ni es honrado por manos de hombres, como si necesitase de algo; pues él es quien da a todos vida y aliento y
todas las cosas.
Durante mucho tiempo, el arca de
la alianza (el antiguo pacto), moró bajo una tienda de campaña (el tabernáculo
de reunión), y la Presencia de Dios era buscada ahí, y se manifestaba ahí. Y aunque
parecía que Dios estaba muy a gusto así, David quería más de Dios. Quería
honrarle y tenerle más cerca de sí.
¿No será este tu caso el día de
hoy? ¿No será que tú también quieres honrarle y estar más cerca de Él? Si no
fuera así, no estarías leyendo esta meditación.
2Sa 7:8-10 NTV »Ahora
ve y dile a mi siervo David: “Esto ha declarado el SEÑOR de los Ejércitos
Celestiales: te saqué de cuidar ovejas en los pastos y te elegí para que fueras
el líder de mi pueblo Israel. (9) He estado contigo dondequiera que has ido y
destruí a todos tus enemigos frente a tus propios ojos. ¡Ahora haré que tu
nombre sea tan famoso como el de los grandes que han vivido en la tierra! (10)
Le daré una patria a mi pueblo Israel y lo estableceré en un lugar
seguro donde nunca será molestado. Las naciones malvadas no lo oprimirán como
lo hicieron en el pasado.
En este día en que anhelas más de
Su Presencia, Dios te hace saber que:
1. Él te redimió y liberó de la esclavitud en la que
vivías, para hacerte totalmente libre.
Efe 2:1-10
NTV Antes
ustedes estaban muertos a causa de su desobediencia y sus muchos pecados. (2)
Vivían en pecado, igual que el resto de la gente, obedeciendo al diablo
—el líder de los poderes del mundo invisible* —, quien es el espíritu que actúa
en el corazón de los que se niegan a obedecer a Dios. (3)
Todos vivíamos así en el pasado, siguiendo los deseos de nuestras
pasiones y la inclinación de nuestra naturaleza pecaminosa. Por nuestra propia
naturaleza, éramos objeto del enojo de Dios igual que todos los demás. (4)
Pero Dios es tan rico en misericordia y nos amó tanto (5)
que, a pesar de que estábamos muertos por causa de nuestros pecados, nos
dio vida cuando levantó a Cristo de los muertos. (¡Es sólo por la gracia de
Dios que ustedes han sido salvados!)
(6) Pues nos levantó de los
muertos junto con Cristo y nos sentó con él en los lugares celestiales, porque
estamos unidos a Cristo Jesús. (7) De modo que, en los tiempos futuros, Dios
puede ponernos como ejemplos de la increíble riqueza de la gracia y la bondad
que nos tuvo, como se ve en todo lo que ha hecho por nosotros, que estamos
unidos a Cristo Jesús. (8) Dios los salvó por su gracia cuando creyeron.
Ustedes no tienen ningún mérito en eso; es un regalo de Dios. (9) La
salvación no es un premio por las cosas buenas que hayamos hecho, así que
ninguno de nosotros puede jactarse de ser salvo. (10) Pues
somos la obra maestra de Dios. Él nos creó de nuevo en Cristo Jesús, a fin de
que hagamos las cosas buenas que preparó para nosotros tiempo atrás.
2.
Él te eligió para que reines y hagas grandes cosas.
Apo 5:9-10
RV60 y
cantaban un nuevo cántico, diciendo: Digno
eres de tomar el libro y de abrir sus sellos;
porque tú fuiste inmolado, y con
tu sangre nos has redimido para Dios, de
todo linaje y lengua y pueblo y nación;
(10) y nos has hecho para nuestro
Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre
la tierra.
1Pe 2:9
RV60 Mas vosotros sois linaje
escogido, real sacerdocio, nación santa,
pueblo adquirido por Dios, para que
anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz
admirable.
Jua 14:12
RV60 De
cierto, de cierto os digo: El que en mí
cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aun mayores hará, porque yo voy al Padre.
3.
Él nunca te ha dejado, ni te dejará.
Isa 43:1-7
NTV Pero
ahora, oh Jacob, escucha al SEÑOR, quien te creó. Oh Israel, el que te formó dice:
«No tengas miedo, porque he pagado tu rescate; te he llamado por tu nombre;
eres mío. (2) Cuando pases por aguas profundas, yo estaré
contigo. Cuando pases por ríos de dificultad, no te ahogarás. Cuando pases por
el fuego de la opresión, no te quemarás; las llamas no te consumirán. (3)
Pues yo soy el SEÑOR, tu Dios, el Santo de Israel, tu Salvador. Yo di a
Egipto como rescate por tu libertad; en tu lugar di a Etiopía* y a Seba. (4)
Entregué a otros a cambio de ti. Cambié la vida de ellos por la tuya,
porque eres muy precioso para mí. Recibes honra, y yo te amo. (5)
»No tengas miedo, porque yo estoy contigo. Te reuniré a ti y a tus hijos
del oriente y del occidente. (6) Les diré al norte y al sur: “Traigan a mis
hijos e hijas de regreso a Israel desde los rincones más lejanos de la
tierra. (7) Traigan a todo el que me reconoce como su
Dios, porque yo los he creado para mi gloria. Fui yo quien los formé”».
Sal 23:4
RV60 Aunque
ande en valle de sombra de muerte, No
temeré mal alguno, porque tú estarás
conmigo; Tu vara y tu cayado me infundirán aliento.
Mat
28:18-20 RV60 Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el
cielo y en la tierra. (19) Por tanto,
id, y haced discípulos a todas
las naciones, bautizándolos en el nombre
del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; (20)
enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los
días, hasta el fin del mundo. Amén.
4.
Tus enemigos (angustia, aflicción, tristeza, soledad,
pobreza, enfermedad, etc.), no prevalecerán contra ti.
Isa
54:15-17 RVC Si alguno conspira contra ti, no será con mi ayuda; el que contra ti
conspire, caerá muerto ante tus propios ojos.
(16) Yo he creado al herrero, al
que atiza las ascuas en el fuego y saca luego la herramienta para hacer su
obra; y yo he creado también al destructor, para que destruya. (17)
No saldrá victoriosa ninguna arma que se forje contra ti. Y tú
condenarás a toda lengua que en el juicio se levante contra ti. Ésta es la
herencia de los siervos del Señor. Su salvación viene de mí. Yo, el Señor, lo
he dicho.
Sal 27:1-3
RV60 Jehová es mi luz y mi
salvación; ¿de quién temeré? Jehová es la fortaleza de mi vida; ¿de quién he de atemorizarme? (2) Cuando
se juntaron contra mí los malignos, mis
angustiadores y mis enemigos, Para comer
mis carnes, ellos tropezaron y cayeron. (3) Aunque
un ejército acampe contra mí, No temerá mi corazón; Aunque contra mí se levante guerra, Yo estaré confiado.
Rom
8:35-37 RV60 ¿Quién nos separará del amor de Cristo?
¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre,
o desnudez, o peligro, o espada?
(36) Como está escrito: Por
causa de ti somos muertos todo el tiempo;
Somos contados como ovejas de matadero. (37)
Antes, en todas estas cosas somos
más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Pero ahora el SEÑOR te hace saber que será él quien te construya una
casa.
¿Cuál es la casa que Dios me
construye?
1. Su propio templo dentro de ti.
2. Tu descendencia, tu linaje.
1. ¡El
Templo del Señor!
1Co 6:19-20 RV60 ¿O
ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? (20)
Porque habéis sido comprados por precio;
glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro
espíritu, los cuales son de Dios.
Por lo que Jesús hizo por Amor a
ti, al morir en la cruz y resucitar venciendo a la muerte y al pecado, Dios
hizo de ti Su propio templo. ¡Ahora tú eres el templo del Espíritu Santo y le
perteneces a Dios!
2Co 6:16 NTV ¿Y qué
clase de unión puede haber entre el templo de Dios y los ídolos? Pues nosotros
somos el templo del Dios viviente. Como dijo Dios: «Viviré en ellos y caminaré
entre ellos. Yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo.
Ahora, verdaderamente, Dios vive
en ti y contigo.
1Co 6:17 RV60 Pero el
que se une al Señor, un espíritu es con
él.
1Jn 4:4 RV60 Hijitos,
vosotros sois de Dios, y los
habéis vencido; porque mayor es el que
está en vosotros, que el que está en el
mundo.
Así que, ¿quién le puede construir
a Dios una casa de descanso?
Isa 66:1 DHH El
Señor dice: "El cielo es mi trono y la tierra es el estrado de mis pies.
¿Dónde podrán construirme una casa? ¿Dónde podrán hacerme un lugar de descanso?
¡Es por Amor a ti y en Honor a Su
Palabra que Dios mismo construyó en ti Su lugar de reposo!
2Cr 7:15-16 Mis ojos estarán abiertos y mis oídos
atentos a cada oración que se eleve en este lugar. Pues he elegido este templo
y lo he apartado para que sea santo, un lugar donde mi nombre será honrado para
siempre. Lo vigilaré sin cesar, porque es muy preciado a mi corazón (NTV).
2. Ahora bien, ¿Cómo te construye
Dios una casa?
2Sa 7:12-16 NVI “Cuando
tu vida llegue a su fin y vayas a descansar entre tus antepasados, yo pondré en
el trono a uno de tus propios descendientes, y afirmaré su reino. (13)
Será él quien construya una casa en mi honor, y yo afirmaré su trono
real para siempre. (14) Yo
seré su padre, y él será mi hijo. Así que, cuando haga lo malo, lo castigaré
con varas y azotes, como lo haría un padre.
(15) Sin embargo, no le negaré mi
amor, como se lo negué a Saúl, a quien abandoné para abrirte paso. (16)
Tu casa y tu reino durarán para siempre delante de mí; tu trono quedará
establecido para siempre.” »
¡Con mi familia! ¡Con mi linaje,
con mi descendencia!
Hch 16:31 NVI —Cree en el Señor Jesús; así
tú y tu familia serán salvos —le contestaron.
¡Dios ha comprometido Su Palabra
que te salvará a ti y a toda tu casa! Si Dios lo dijo, entonces Él lo va a
hacer, si Dios lo habló, entonces Él lo va a ejecutar.
Isa 59:21 RV60 Y este
será mi pacto con ellos, dijo Jehová: El
Espíritu mío que está sobre ti, y mis
palabras que puse en tu boca, no
faltarán de tu boca, ni de la boca de
tus hijos, ni de la boca de los hijos de
tus hijos, dijo Jehová, desde ahora y para siempre.
Sin importar dónde están o lo que
estén haciendo, ten por seguro que tus hijos vendrán a Cristo Jesús, pues fiel
ES el que lo prometió, el cual también lo cumplirá.
Isa 49:20-25 NVI Los
hijos que dabas por perdidos todavía te dirán al oído: “Este lugar es demasiado
pequeño para mí; hazme lugar para poder vivir.”
(21) Y te pondrás a pensar:
“¿Quién me engendró estos hijos? Yo no tenía hijos, era estéril, desterrada y
rechazada; pero a éstos, ¿quién los ha criado? Me había quedado sola, pero
éstos, ¿de dónde han salido?” »
(22) Así dice el SEÑOR
omnipotente: «Hacia las naciones alzaré mi mano, hacia los pueblos levantaré mi
estandarte. Ellos traerán a tus hijos en sus brazos, y cargarán a tus hijas en
sus hombros. (23) Los reyes te adoptarán como hijo, y sus
reinas serán tus nodrizas. Se postrarán ante ti rostro en tierra, y lamerán el
polvo que tú pises. Sabrás entonces que yo soy el SEÑOR, y que no quedarán
avergonzados los que en mí confían.»
(24) ¿Se le puede quitar el botín
a los guerreros? ¿Puede el cautivo ser rescatado del tirano? (25) Pero así dice el SEÑOR: «Sí, al guerrero se
le arrebatará el cautivo, y del tirano se rescatará el botín; contenderé con
los que contiendan contigo, y yo mismo
salvaré a tus hijos.
¡Dios mismo salvará a tus hijos!
Pro 11:21 NTV Los
malvados seguramente recibirán castigo, pero
los hijos de los justos serán liberados.
Tú fuiste hecho(a) justicia de
Dios en Cristo Jesús [¡eres justo(a)!], por lo tanto, ¡tus hijos serán
liberados!
Isa 54:11-13 RV60 Pobrecita, fatigada con tempestad, sin consuelo;
he aquí que yo cimentaré tus piedras sobre carbunclo, y sobre zafiros te fundaré. (12)
Tus ventanas pondré de piedras preciosas, tus puertas de piedras de carbunclo, y toda tu muralla de piedras preciosas. (13) Y todos tus hijos serán enseñados por
Jehová; y se multiplicará la paz de tus
hijos.
Así que,
Heb 10:23 RV60 Mantengamos
firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que prometió.
¡Asombroso!
David quería hacer una casa de
piedra, pero hoy, Dios hace de ti una casa espiritual, para salvar a toda tu familia.
Como te darás cuenta, la comunión
con Dios, la intimidad en Su Presencia, está garantizada, no por lo que tú
puedas hacer o construir para Él, sino por lo que Cristo Jesús YA HIZO para ti.
¡Todo por Amor a ti!
Sal 100:1-5 RV60 Cantad alegres a Dios, habitantes de toda la tierra. (2) Servid
a Jehová con alegría; Venid ante su presencia
con regocijo. (3) Reconoced que Jehová es Dios; Él nos
hizo, y no nosotros a nosotros
mismos; Pueblo suyo somos, y ovejas de su prado. (4) Entrad
por sus puertas con acción de gracias,
Por sus atrios con alabanza;
Alabadle, bendecid su nombre. (5) Porque
Jehová es bueno; para siempre es su
misericordia, Y su verdad por todas las
generaciones.
Oremos en voz audible:
Amado Padre celestial, en este día quiero
agradecerte por tanto y tan gran Amor, que siendo yo como era Tú hayas entregado
a Tu Hijo Jesucristo para salvarme a mí y a toda mi casa. Gracias porque siendo
Tú, Dios Todopoderoso, creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y
lo invisible, has hecho de mí el lugar de Tu Presencia. Tú estás en mí y
conmigo, lo que me honra y me permite conocerte. Gracias porque no me has dado
un espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que me has dado
espíritu de adopción y hoy puedo con toda confianza decirte Abba Padre, Papá,
Papito. Gracias porque has hecho de mí un(a) auténtico(a) y legítimo(a) Hijo(a)
de Dios Nacido(a) de Nuevo. Por lo tanto, puedo confiar en Ti y vivir en paz,
pues aunque en el mundo tendré aflicciones, de TODAS ellas saldré más que
vencedor(a) por medio de Tu Amor. Así que me determino a vivir la Vida plena y
asombrosa de un(a) Hijo(a) del Rey. Creo y declaro que, ¡Soy sano(a)! ¡Soy
libre! ¡Soy próspero(a)! ¡Soy dichoso(a)! ¡Haré de mi vida una vida que valga
la pena vivirse! En el nombre de Jesús. Amén.
Nota Importante:
¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco
una relación con el Todopoderoso?
Sólo haz la siguiente oración en voz audible
poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a Dios:
Señor Jesús, yo creo que eres el Hijo de
Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis pecados,
y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí acepto.
¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa derramada
hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a entrar
porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi único y
suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios Poderoso, pues
con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a Vida, he sido
trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido de Nuevo!
¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más estaré
solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C. Peredo Jaime © 2011
Lectura y
Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas
lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Junio 17 Mar 3.20-35 / 2 Sam
7-8 / Dan 4
Marcos
3.20-35
La blasfemia contra
el Espíritu Santo
(Mt. 12.22–32; Lc. 11.14–23)
20Y se agolpó de nuevo la gente, de modo que ellos ni aun podían comer pan. 21Cuando
lo oyeron los suyos, vinieron para prenderle; porque decían: Está fuera de sí. 22Pero
los escribas que habían venido de Jerusalén decían que tenía a Beelzebú, y que
por el príncipe de los demonios echaba fuera los demonios. 23Y
habiéndolos llamado, les decía en parábolas: ¿Cómo puede Satanás echar fuera a
Satanás? 24Si un reino está dividido contra sí mismo, tal reino no
puede permanecer. 25Y si una casa está dividida contra sí misma, tal
casa no puede permanecer. 26Y si Satanás se levanta contra sí mismo,
y se divide, no puede permanecer, sino que ha llegado su fin. 27Ninguno
puede entrar en la casa de un hombre fuerte y saquear sus bienes, si antes no
le ata, y entonces podrá saquear su casa.
28De cierto os digo que todos los pecados serán perdonados a los hijos de los
hombres, y las blasfemias cualesquiera que sean; 29pero cualquiera
que blasfeme contra el Espíritu Santo, no tiene jamás perdón, sino que es reo
de juicio eterno. 30Porque ellos habían dicho: Tiene espíritu
inmundo.
La madre y los
hermanos de Jesús
(Mt. 12.46–50; Lc. 8.19–21)
31Vienen después sus hermanos y su madre, y quedándose afuera, enviaron a
llamarle. 32Y la gente que estaba sentada alrededor de él le dijo:
Tu madre y tus hermanos están afuera, y te buscan. 33El les
respondió diciendo: ¿Quién es mi madre y mis hermanos? 34Y mirando a
los que estaban sentados alrededor de él, dijo: He aquí mi madre y mis
hermanos. 35Porque todo aquel que hace la voluntad de Dios, ése es
mi hermano, y mi hermana, y mi madre.
2
Samuel 7-8
Pacto
de Dios con David
(1 Cr. 17.1–27)
7
1Aconteció que cuando ya el rey habitaba en su casa, después que Jehová le
había dado reposo de todos sus enemigos en derredor, 2dijo el rey al
profeta Natán: Mira ahora, yo habito en casa de cedro, y el arca de Dios está
entre cortinas. 3Y Natán dijo al rey: Anda, y haz todo lo que está
en tu corazón, porque Jehová está contigo.
4Aconteció aquella noche, que vino palabra de Jehová a Natán, diciendo: 5Ve
y di a mi siervo David: Así ha dicho Jehová: ¿Tú me has de edificar casa en que
yo more? 6Ciertamente no he habitado en casas desde el día en que
saqué a los hijos de Israel de Egipto hasta hoy, sino que he andado en tienda y
en tabernáculo. 7Y en todo cuanto he andado con todos los hijos de
Israel, ¿he hablado yo palabra a alguna de las tribus de Israel, a quien haya
mandado apacentar a mi pueblo de Israel, diciendo: ¿Por qué no me habéis
edificado casa de cedro? 8Ahora, pues, dirás así a mi siervo David:
Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Yo te tomé del redil, de detrás de las
ovejas, para que fueses príncipe sobre mi pueblo, sobre Israel; 9y
he estado contigo en todo cuanto has andado, y delante de ti he destruido a
todos tus enemigos, y te he dado nombre grande, como el nombre de los grandes
que hay en la tierra. 10Además, yo fijaré lugar a mi pueblo Israel y
lo plantaré, para que habite en su lugar y nunca más sea removido, ni los
inicuos le aflijan más, como al principio, 11desde el día en que
puse jueces sobre mi pueblo Israel; y a ti te daré descanso de todos tus
enemigos. Asimismo Jehová te hace saber que él te hará casa. 12Y
cuando tus días sean cumplidos, y duermas con tus padres, yo levantaré después
de ti a uno de tu linaje, el cual procederá de tus entrañas, y afirmaré su
reino. 13El edificará casa a mi nombre, y yo afirmaré para siempre
el trono de su reino. 14Yo le seré a él padre, y él me será a mí
hijo. Y si él hiciere mal, yo le castigaré con vara de hombres, y con azotes de
hijos de hombres; 15pero mi misericordia no se apartará de él como
la aparté de Saúl, al cual quité de delante de ti. 16Y será afirmada
tu casa y tu reino para siempre delante de tu rostro, y tu trono será estable
eternamente. 17Conforme a todas estas palabras, y conforme a toda
esta visión, así habló Natán a David.
18Y entró el rey David y se puso delante de Jehová, y dijo: Señor Jehová,
¿quién soy yo, y qué es mi casa, para que tú me hayas traído hasta aquí? 19Y
aun te ha parecido poco esto, Señor Jehová, pues también has hablado de la casa
de tu siervo en lo por venir. ¿Es así como procede el hombre, Señor Jehová? 20¿Y
qué más puede añadir David hablando contigo? Pues tú conoces a tu siervo, Señor
Jehová. 21Todas estas grandezas has hecho por tu palabra y conforme
a tu corazón, haciéndolas saber a tu siervo. 22Por tanto, tú te has
engrandecido, Jehová Dios; por cuanto no hay como tú, ni hay Dios fuera de ti,
conforme a todo lo que hemos oído con nuestros oídos. 23¿Y quién
como tu pueblo, como Israel, nación singular en la tierra? Porque fue Dios para
rescatarlo por pueblo suyo, y para ponerle nombre, y para hacer grandezas a su
favor, y obras terribles a tu tierra, por amor de tu pueblo que rescataste para
ti de Egipto, de las naciones y de sus dioses. 24Porque tú
estableciste a tu pueblo Israel por pueblo tuyo para siempre; y tú, oh Jehová,
fuiste a ellos por Dios. 25Ahora pues, Jehová Dios, confirma para
siempre la palabra que has hablado sobre tu siervo y sobre su casa, y haz
conforme a lo que has dicho. 26Que sea engrandecido tu nombre para
siempre, y se diga: Jehová de los ejércitos es Dios sobre Israel; y que la casa
de tu siervo David sea firme delante de ti. 27Porque tú, Jehová de
los ejércitos, Dios de Israel, revelaste al oído de tu siervo, diciendo: Yo te
edificaré casa. Por esto tu siervo ha hallado en su corazón valor para hacer
delante de ti esta súplica. 28Ahora pues, Jehová Dios, tú eres Dios,
y tus palabras son verdad, y tú has prometido este bien a tu siervo. 29Ten
ahora a bien bendecir la casa de tu siervo, para que permanezca perpetuamente
delante de ti, porque tú, Jehová Dios, lo has dicho, y con tu bendición será
bendita la casa de tu siervo para siempre.
David extiende sus
dominios
(1 Cr. 18.1–13)
8
1Después de esto, aconteció que David derrotó a los filisteos y los sometió,
y tomó David a Meteg-ama de mano de los filisteos.
2Derrotó también a los de Moab, y los midió con cordel, haciéndolos tender
por tierra; y midió dos cordeles para hacerlos morir, y un cordel entero para
preservarles la vida; y fueron los moabitas siervos de David, y pagaron
tributo.
3Asimismo derrotó David a Hadad-ezer hijo de Rehob, rey de Soba, al ir éste
a recuperar su territorio al río Eufrates. 4Y tomó David de ellos
mil setecientos hombres de a caballo, y veinte mil hombres de a pie; y
desjarretó David los caballos de todos los carros, pero dejó suficientes para
cien carros. 5Y vinieron los sirios de Damasco para dar ayuda a
Hadad-ezer rey de Soba; y David hirió de los sirios a veintidós mil hombres. 6Puso
luego David guarnición en Siria de Damasco, y los sirios fueron hechos siervos
de David, sujetos a tributo. Y Jehová dio la victoria a David por dondequiera
que fue. 7Y tomó David los escudos de oro que traían los siervos de
Hadad-ezer, y los llevó a Jerusalén. 8Asimismo de Beta y de Berotai,
ciudades de Hadad-ezer, tomó el rey David gran cantidad de bronce.
9Entonces oyendo Toi rey de Hamat, que David había derrotado a todo el
ejército de Hadad-ezer, 10envió Toi a Joram su hijo al rey David,
para saludarle pacíficamente y para bendecirle, porque había peleado con
Hadad-ezer y lo había vencido; porque Toi era enemigo de Hadad-ezer. Y Joram
llevaba en su mano utensilios de plata, de oro y de bronce; 11los
cuales el rey David dedicó a Jehová, con la plata y el oro que había dedicado
de todas las naciones que había sometido; 12de los sirios, de los
moabitas, de los amonitas, de los filisteos, de los amalecitas, y del botín de
Hadad-ezer hijo de Rehob, rey de Soba.
13Así ganó David fama. Cuando regresaba de derrotar a los sirios, destrozó a
dieciocho mil edomitas en el Valle de la Sal. 14Y puso guarnición en
Edom; por todo Edom puso guarnición, y todos los edomitas fueron siervos de
David. Y Jehová dio la victoria a David por dondequiera que fue.
Oficiales de David
(2 S. 20.23–26; 1 Cr. 18.14–17)
15Y reinó David sobre todo Israel; y David administraba justicia y equidad a
todo su pueblo. 16Joab hijo de Sarvia era general de su ejército, y
Josafat hijo de Ahilud era cronista; 17Sadoc hijo de Ahitob y
Ahimelec hijo de Abiatar eran sacerdotes; Seraías era escriba; 18Benaía
hijo de Joiada estaba sobre los cereteos y peleteos; y los hijos de David eran
los príncipes.
Daniel 4
La
locura de Nabucodonosor
4
1Nabucodonosor rey, a todos los pueblos, naciones y lenguas que moran en
toda la tierra: Paz os sea multiplicada. 2Conviene que yo declare
las señales y milagros que el Dios Altísimo ha hecho conmigo. 3¡Cuán
grandes son sus señales, y cuán potentes sus maravillas! Su reino, reino
sempiterno, y su señorío de generación en generación.
4Yo Nabucodonosor estaba tranquilo en mi casa, y floreciente en mi palacio. 5Vi
un sueño que me espantó, y tendido en cama, las imaginaciones y visiones de mi
cabeza me turbaron. 6Por esto mandé que vinieran delante de mí todos
los sabios de Babilonia, para que me mostrasen la interpretación del sueño. 7Y
vinieron magos, astrólogos, caldeos y adivinos, y les dije el sueño, pero no me
pudieron mostrar su interpretación, 8hasta que entró delante de mí
Daniel, cuyo nombre es Beltsasar, como el nombre de mi dios, y en quien mora el
espíritu de los dioses santos. Conté delante de él el sueño, diciendo: 9Beltsasar,
jefe de los magos, ya que he entendido que hay en ti espíritu de los dioses
santos, y que ningún misterio se te esconde, declárame las visiones de mi sueño
que he visto, y su interpretación. 10Estas fueron las visiones de mi
cabeza mientras estaba en mi cama: Me parecía ver en medio de la tierra un
árbol, cuya altura era grande. 11Crecía este árbol, y se hacía
fuerte, y su copa llegaba hasta el cielo, y se le alcanzaba a ver desde todos
los confines de la tierra. 12Su follaje era hermoso y su fruto
abundante, y había en él alimento para todos. Debajo de él se ponían a la
sombra las bestias del campo, y en sus ramas hacían morada las aves del cielo,
y se mantenía de él toda carne.
13Vi en las visiones de mi cabeza mientras estaba en mi cama, que he aquí un
vigilante y santo descendía del cielo. 14Y clamaba fuertemente y
decía así: Derribad el árbol, y cortad sus ramas, quitadle el follaje, y
dispersad su fruto; váyanse las bestias que están debajo de él, y las aves de
sus ramas. 15Mas la cepa de sus raíces dejaréis en la tierra, con
atadura de hierro y de bronce entre la hierba del campo; sea mojado con el
rocío del cielo, y con las bestias sea su parte entre la hierba de la tierra. 16Su
corazón de hombre sea cambiado, y le sea dado corazón de bestia, y pasen sobre
él siete tiempos. 17La sentencia es por decreto de los vigilantes, y
por dicho de los santos la resolución, para que conozcan los vivientes que el
Altísimo gobierna el reino de los hombres, y que a quien él quiere lo da, y
constituye sobre él al más bajo de los hombres. 18Yo el rey
Nabucodonosor he visto este sueño. Tú, pues, Beltsasar, dirás la interpretación
de él, porque todos los sabios de mi reino no han podido mostrarme su
interpretación; mas tú puedes, porque mora en ti el espíritu de los dioses
santos.
19Entonces Daniel, cuyo nombre era Beltsasar, quedó atónito casi una hora, y
sus pensamientos lo turbaban. El rey habló y dijo: Beltsasar, no te turben ni
el sueño ni su interpretación. Beltsasar respondió y dijo: Señor mío, el sueño
sea para tus enemigos, y su interpretación para los que mal te quieren. 20El
árbol que viste, que crecía y se hacía fuerte, y cuya copa llegaba hasta el
cielo, y que se veía desde todos los confines de la tierra, 21cuyo
follaje era hermoso, y su fruto abundante, y en que había alimento para todos,
debajo del cual moraban las bestias del campo, y en cuyas ramas anidaban las
aves del cielo, 22tú mismo eres, oh rey, que creciste y te hiciste
fuerte, pues creció tu grandeza y ha llegado hasta el cielo, y tu dominio hasta
los confines de la tierra. 23Y en cuanto a lo que vio el rey, un
vigilante y santo que descendía del cielo y decía: Cortad el árbol y
destruidlo; mas la cepa de sus raíces dejaréis en la tierra, con atadura de
hierro y de bronce en la hierba del campo; y sea mojado con el rocío del cielo,
y con las bestias del campo sea su parte, hasta que pasen sobre él siete
tiempos; 24esta es la interpretación, oh rey, y la sentencia del
Altísimo, que ha venido sobre mi señor el rey: 25Que te echarán de
entre los hombres, y con las bestias del campo será tu morada, y con hierba del
campo te apacentarán como a los bueyes, y con el rocío del cielo serás bañado;
y siete tiempos pasarán sobre ti, hasta que conozcas que el Altísimo tiene
dominio en el reino de los hombres, y que lo da a quien él quiere. 26Y
en cuanto a la orden de dejar en la tierra la cepa de las raíces del mismo
árbol, significa que tu reino te quedará firme, luego que reconozcas que el
cielo gobierna. 27Por tanto, oh rey, acepta mi consejo: tus pecados
redime con justicia, y tus iniquidades haciendo misericordias para con los
oprimidos, pues tal vez será eso una prolongación de tu tranquilidad.
28Todo esto vino sobre el rey Nabucodonosor. 29Al cabo de doce
meses, paseando en el palacio real de Babilonia, 30habló el rey y
dijo: ¿No es ésta la gran Babilonia que yo edifiqué para casa real con la
fuerza de mi poder, y para gloria de mi majestad? 31Aún estaba la
palabra en la boca del rey, cuando vino una voz del cielo: A ti se te dice, rey
Nabucodonosor: El reino ha sido quitado de ti; 32y de entre los
hombres te arrojarán, y con las bestias del campo será tu habitación, y como a
los bueyes te apacentarán; y siete tiempos pasarán sobre ti, hasta que reconozcas
que el Altísimo tiene el dominio en el reino de los hombres, y lo da a quien él
quiere. 33En la misma hora se cumplió la palabra sobre
Nabucodonosor, y fue echado de entre los hombres; y comía hierba como los
bueyes, y su cuerpo se mojaba con el rocío del cielo, hasta que su pelo creció
como plumas de águila, y sus uñas como las de las aves.
34Mas al fin del tiempo yo Nabucodonosor alcé mis ojos al cielo, y mi razón
me fue devuelta; y bendije al Altísimo, y alabé y glorifiqué al que vive para
siempre, cuyo dominio es sempiterno, y su reino por todas las edades. 35Todos
los habitantes de la tierra son considerados como nada; y él hace según su
voluntad en el ejército del cielo, y en los habitantes de la tierra, y no hay
quien detenga su mano, y le diga: ¿Qué haces? 36En el mismo tiempo
mi razón me fue devuelta, y la majestad de mi reino, mi dignidad y mi grandeza
volvieron a mí, y mis gobernadores y mis consejeros me buscaron; y fui
restablecido en mi reino, y mayor grandeza me fue añadida. 37Ahora yo
Nabucodonosor alabo, engrandezco y glorifico al Rey del cielo, porque todas sus
obras son verdaderas, y sus caminos justos; y él puede humillar a los que andan
con soberbia.
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