5 de Junio
¡Eres escogido(a) de Dios!
Por Riqui Ricón*
No ha desechado Dios a su pueblo, al cual desde antes conoció. ¿O no
sabéis qué dice de Elías la Escritura, cómo invoca a Dios contra Israel,
diciendo: Señor, a tus profetas han dado muerte, y tus altares han
derribado; y sólo yo he quedado, y procuran matarme? Pero ¿qué le dice la
divina respuesta? Me he reservado
siete mil hombres, que no han doblado la rodilla delante de Baal. Así también
aun en este tiempo ha quedado un remanente escogido
por gracia. Y si por gracia, ya no es por obras; de otra
manera la gracia ya no es gracia. Y si por obras, ya no es gracia; de otra
manera la obra ya no es obra. ¿Qué pues? Lo que buscaba Israel, no lo ha
alcanzado; pero los escogidos sí lo
han alcanzado, y los demás fueron endurecidos
(Ro 11.2-7).
Sin lugar a dudas, tú has sido
escogido(a) para alcanzar la salvación y la Vida Eterna que Dios tu Padre,
tenía reservadas para ti. Y esto solamente porque Él te ama. ¡Sólo por la Gracia
de Dios!
Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos
amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida
juntamente con Cristo (por gracia sois salvos), y juntamente con
él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con
Cristo Jesús, para mostrar en los siglos venideros las abundantes
riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús. Porque
por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don
de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe. Porque
somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios
preparó de antemano para que anduviésemos en ellas
(Efe 2.4-10).
Realmente es asombroso
lo que aquí dice la Biblia acerca de ti: Pero Dios es tan rico en misericordia y te amó tanto que, a pesar de
que tú estabas muerto(a) por causa de tus pecados, Él te dio vida cuando
levantó a Cristo de los muertos. (¡Es sólo por la gracia de Dios que tú has
sido salvado(a)!) Pues Dios te levantó de los muertos junto con Cristo y te
sentó con él en los lugares celestiales, porque estás unido(a) a Cristo Jesús.
De modo que, en los tiempos futuros, Dios puede ponerte como ejemplo de la
increíble riqueza de la gracia y la bondad que te tuvo, como se ve en todo lo
que ha hecho por ti, que estás unido(a) a Cristo Jesús. Dios te salvó por su
gracia cuando creíste. Tú no tienes ningún mérito en eso; sino que es un regalo
de Dios. La salvación no es un premio por las cosas buenas que tú hayas hecho,
así que no puedes presumir de ser salvo(a). Pues tú eres la obra maestra de
Dios. Él te creó de nuevo en Cristo Jesús, a fin de que hagas todas las cosas
buenas que Él preparó para ti mucho tiempo atrás.
¡Realmente eres escogido(a) de
Dios!
Basta con que recuerdes que Dios
te ama tanto que prefirió entregar a Su propio Hijo, para pagar todos tus pecados,
antes que perderte a ti.
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito,
para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque
no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo
sea salvo por él (Jn 3.16).
Aun estando tú muerto(a) en
delitos y pecados, Él te dio vida juntamente con Cristo. ¡Por Gracia eres salvo(a)!
Esto quiere decir que, por Gracia tienes derecho a la Vida Eterna, la cual es,
sin lugar a dudas, ¡una Vida Plena y Abundante!
El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido
para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia
(Jn 10.10).
De acuerdo a la Biblia, que es la
Palabra de Dios y no puede mentir, Dios te resucitó juntamente con Su Hijo
Jesucristo, y asimismo te hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo
Jesús. ¡Asombroso! Esto es el Evangelio. ¡Buenas Noticias!
Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien,
esto es, a los que conforme a su propósito son llamados. Porque a
los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes
a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos
(Ro 8.28-29).
¡Wow! Es evidente que, ¡Tú eres
escogido(a) de Dios!
Por el gran Amor con que Dios te
ha amado has sido justificado(a) en la Sangre de Jesús. Por ese mismo Amor has
sido perdonado(a) de todos tus pecados y has resucitado juntamente con Cristo
para recibir el regalo de la Vida Eterna.
Ésta, la Vida Eterna, es derecho
exclusivo del unigénito Hijo de Dios, Cristo Jesús, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando
el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios
(He 12.2), para así renunciar a su posición privilegiada de ser el único Hijo
de Dios y compartir contigo ese privilegio haciendo de ti un(a) Hijo(a) de Dios
Nacido(a) de Nuevo.
Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús,
el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como
cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma
de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición
de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y
muerte de cruz (Fil 2.5-8).
Ahora Jesús es el primogénito
entre muchos hermanos, de los cuales tú eres uno(a) de ellos. Ahora tú posees
una Nueva Naturaleza, eres un(a) Hija(o) de Dios Nacida(o) de Nuevo. Ahora has
Nacido de Nuevo no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de
Dios que vive y permanece para siempre (1
P 1.23).
Has sido escogido(a) con
un propósito divino y, hoy, debes comprender que no es cualquier cosa la que
Jesús hizo al morir en esa cruz por Amor a ti. ¡Jesús no fue a la cruz sólo
para pagar tus pecados! No se trata de un borrón
y cuenta nueva, de un volver a empezar. ¡No, nada de eso! La justificación
de tus pecados con Su muerte apenas fue el requisito necesario para algo mucho
mayor, algo mucho más grande y excelente: ¡que seas hecho(a) conforme a la
imagen de Jesús para que tú y Él sean hermanos!
No imiten las conductas ni las costumbres de este mundo, más bien dejen
que Dios los transforme en personas nuevas al cambiarles la manera de pensar.
Entonces aprenderán a conocer la voluntad de Dios para ustedes, la cual es
buena, agradable y perfecta (Ro 12.2 NTV).
¡Cambia tu forma de pensar acerca
de ti mismo(a)! ¡Dios no te ha dejado ni te dejará jamás! ¡Tú eres Su Hijo(a)
Amado(a)! Su buena voluntad para contigo es agradable y perfecta. Él se ha
comprometido, en un Nuevo Pacto en la Sangre de Jesús, a hacer de ti Nueva
creatura. Dios se comprometió a hacer de ti espíritu nuevo; a darte un corazón
nuevo y a poner dentro de ti, ¡Su Santo Espíritu!
MIREN CUÁNTO NOS ama el Padre celestial que permite que seamos llamados
hijos de Dios. ¡Y lo mas maravilloso es que de veras lo somos! Naturalmente,
como la mayoría de la gente no conoce a Dios, no comprende por qué lo somos (1 Jn 3.1 BAD).
Nada en tu vida es casualidad y
aunque en este mundo tendrás aflicciones, puedes confiar en Jesús, Él ha
vencido al mundo. Así que, ten paz en Cristo, pues Dios, tu Padre, ha
comprometido Su Palabra en que todas las cosas te ayudan a bien, pues conforme
a Su propósito has sido llamado(a) Hijo(a) de Dios.
Bienaventurado el que tú escogieres y atrajeres a ti, Para que habite en
tus atrios; Seremos saciados del bien de tu casa, De tu santo templo. Con
tremendas cosas nos responderás tú en justicia, Oh Dios de nuestra salvación,
Esperanza de todos los términos de la tierra, Y de los más remotos confines del
mar (Sal 65.4-5).
Dios te escogió y te atrajo hacia
Si para que habites en Su Presencia. Él es quien perdona todas tus iniquidades, El que sana todas
tus dolencias; El que rescata del hoyo tu vida, El que te corona de favores y
misericordias; El que sacia de bien tu boca De modo que te rejuvenezcas como
el águila (Sal 103.3-5).
Sea cual sea la
situación que estés enfrentando el día de hoy, puedes confiar en Dios, puedes
creerle a Su Palabra, pues Dios no es
hombre, para que mienta, Ni hijo de hombre para que se arrepienta. El dijo, ¿y
no hará? Habló, ¿y no lo ejecutará? He aquí, ha dado orden de bendecirte; El
dio bendición, y nada, ni nadie podrá revocarla (Num 23.19-20).
No pongas tus ojos, ni
pensamientos, ni emociones en lo grande de tus problemas, Confía en Jehová, y haz el bien; Y habitarás en la tierra, y te
apacentarás de la verdad. Deléitate asimismo en Jehová, Y él te concederá las
peticiones de tu corazón. Encomienda a Jehová tu camino, Y confía en él; y él
hará. Exhibirá tu justicia como la luz, Y tu derecho como el mediodía (Sal
36.3-6).
Pues, al fin de cuentas,
tú eres lo mejor que Dios tiene en esta tierra, tú eres Su Hijo(a) Amado(a).
Oremos en voz audible:
Amado Padre celestial, hoy quiero
agradecerte por el maravilloso regalo de saber que no tengo que esperar a ir al
cielo para vivir como un(a) Hijo(a) del Rey. Gracias. Señor Jesús, por lo que
hiciste por mí al morir en la cruz y resucitar, venciendo a la muerte, para
darme Vida Nueva; no puedo dejar de recordarlo cada día, pues por tu Gran Amor
con que me has amado tengo derecho a la Vida Eterna, Vida Nueva, plena y
abundante. Gracias porque, de acuerdo a Tu Palabra, la Biblia, ya la puedo
comenzar a experimentar y vivir, hoy, aquí y ahora. Así que, con Tu ayuda,
Espíritu Santo, me determino hoy a no permitir que pensamientos de fracaso,
derrota, desanimo, temor, amargura y ninguna otra mentira me vengan a robar, a
despojar de lo que legítimamente es mío: mi Herencia y mi Identidad de Hijo(a)
Tuyo(a), oh Dios. Tu Palabra es la Verdad: ¡Todo lo puedo en Cristo que me
fortalece! ¡En todas las cosas soy más que vencedor(a) por medio de Tu Amor,
Señor Jesús! ¡Tú suplirás todo lo que me falta conforme a Tus riquezas en
gloria! Así
que, Satanás, tú vienes a mí con problemas y
enfermedades y aflicciones; mas yo vengo a ti en el nombre de Jesús, el Señor
de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel, a quien tú has
provocado. Dios, mi Padre, te entregará hoy en mi mano, y yo te
venceré, y te cortaré la cabeza. ¡Soy sano(a)! ¡Soy libre! ¡Soy próspero(a)!
¡Soy dichoso(a)! ¡Soy un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo! En el nombre de
Jesús. Amén.
Nota Importante:
¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco
una relación con el Todopoderoso?
Sólo haz la siguiente oración en voz audible
poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a Dios:
Señor Jesús, yo creo que eres el Hijo de
Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis pecados,
y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí acepto.
¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa derramada
hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a entrar
porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi único y
suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios Poderoso, pues
con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a Vida, he sido
trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido de Nuevo!
¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más estaré
solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C. Peredo Jaime © 2011
Lectura y
Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas
lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Jun 5 Ro 11.1-24 / 1 Sam
20 / Sal 65
Romanos
11.1-24
El remanente de Israel
11
1Digo, pues: ¿Ha
desechado Dios a su pueblo? En ninguna manera. Porque también yo soy israelita,
de la descendencia de Abraham, de la tribu de Benjamín. 2No
ha desechado Dios a su pueblo, al cual desde antes conoció. ¿O no sabéis qué
dice de Elías la Escritura, cómo invoca a Dios contra Israel, diciendo: 3Señor,
a tus profetas han dado muerte, y tus altares han derribado; y sólo yo he
quedado, y procuran matarme? 4Pero ¿qué le
dice la divina respuesta? Me he reservado siete mil hombres, que no han doblado
la rodilla delante de Baal. 5Así también aun
en este tiempo ha quedado un remanente escogido por gracia. 6Y si
por gracia, ya no es por obras; de otra manera la gracia ya no es gracia. Y si
por obras, ya no es gracia; de otra manera la obra ya no es obra.
7¿Qué pues? Lo
que buscaba Israel, no lo ha alcanzado; pero los escogidos sí lo han alcanzado,
y los demás fueron endurecidos; 8como está escrito: Dios les dio
espíritu de estupor, ojos con que no vean y oídos con que no oigan, hasta el
día de hoy. 9Y David dice:
Sea vuelto su convite en trampa y en red,
En tropezadero y en retribución;
10 Sean oscurecidos sus ojos para que no vean,
Y agóbiales la espalda para siempre.
La salvación de los gentiles
11Digo, pues:
¿Han tropezado los de Israel para que cayesen? En ninguna manera; pero por su
transgresión vino la salvación a los gentiles, para provocarles a celos.
12Y si su transgresión es la riqueza del mundo, y su defección la
riqueza de los gentiles, ¿cuánto más su plena restauración?
13Porque a
vosotros hablo, gentiles. Por cuanto yo soy apóstol a los gentiles, honro mi
ministerio, 14por si en alguna manera pueda provocar a celos a los
de mi sangre, y hacer salvos a algunos de ellos. 15Porque si su
exclusión es la reconciliación del mundo, ¿qué será su admisión, sino vida de
entre los muertos? 16Si las primicias son santas, también lo es la
masa restante; y si la raíz es santa, también lo son las ramas.
17Pues si algunas
de las ramas fueron desgajadas, y tú, siendo olivo silvestre, has sido
injertado en lugar de ellas, y has sido hecho participante de la raíz y de la
rica savia del olivo, 18no te jactes contra las ramas; y si te jactas,
sabe que no sustentas tú a la raíz, sino la raíz a ti. 19Pues las
ramas, dirás, fueron desgajadas para que yo fuese injertado. 20Bien;
por su incredulidad fueron desgajadas, pero tú por la fe estás en pie. No te
ensoberbezcas, sino teme. 21Porque si Dios no perdonó a las ramas
naturales, a ti tampoco te perdonará. 22Mira, pues, la bondad y la
severidad de Dios; la severidad ciertamente para con los que cayeron, pero la
bondad para contigo, si permaneces en esa bondad; pues de otra manera tú también
serás cortado. 23Y aun ellos, si no permanecieren en incredulidad,
serán injertados, pues poderoso es Dios para volverlos a injertar. 24Porque
si tú fuiste cortado del que por naturaleza es olivo silvestre, y contra
naturaleza fuiste injertado en el buen olivo, ¿cuánto más éstos, que son las
ramas naturales, serán injertados en su propio olivo?
1
Samuel 20
Amistad de David y Jonatán
20
1Después David
huyó de Naiot en Ramá, y vino delante de Jonatán, y dijo: ¿Qué he hecho yo?
¿Cuál es mi maldad, o cuál mi pecado contra tu padre, para que busque mi vida?
2El le dijo: En ninguna manera; no morirás. He aquí que mi padre ninguna
cosa hará, grande ni pequeña, que no me la descubra; ¿por qué, pues, me ha de
encubrir mi padre este asunto? No será así. 3Y David volvió a
jurar diciendo: Tu padre sabe claramente que yo he hallado gracia delante de
tus ojos, y dirá: No sepa esto Jonatán, para que no se entristezca; y
ciertamente, vive Jehová y vive tu alma, que apenas hay un paso entre mí y la
muerte. 4Y Jonatán dijo a David: Lo que deseare tu alma, haré por
ti. 5Y David respondió a Jonatán: He aquí que mañana será nueva
luna, y yo acostumbro sentarme con el rey a comer; mas tú dejarás que me esconda en
el campo hasta la tarde del tercer día. 6Si tu padre hiciere
mención de mí, dirás: Me rogó mucho que lo dejase ir corriendo a Belén su
ciudad, porque todos los de su familia celebran allá el sacrificio anual.
7Si él dijere: Bien está, entonces tendrá paz tu siervo; mas si se
enojare, sabe que la maldad está determinada de parte de él. 8Harás,
pues, misericordia con tu siervo, ya que has hecho entrar a tu siervo en pacto
de Jehová contigo; y si hay maldad en mí, mátame tú, pues no hay necesidad de
llevarme hasta tu padre. 9Y Jonatán le dijo: Nunca tal te suceda;
antes bien, si yo supiere que mi padre ha determinado maldad contra ti, ¿no te
lo avisaría yo? 10Dijo entonces David a Jonatán: ¿Quién me dará
aviso si tu padre te respondiere ásperamente? 11Y Jonatán dijo a
David: Ven, salgamos al campo. Y salieron ambos al campo.
12Entonces dijo
Jonatán a David: ¡Jehová Dios de Israel, sea testigo! Cuando le haya preguntado
a mi padre mañana a esta hora, o el día tercero, si resultare bien para con
David, entonces enviaré a ti para hacértelo saber. 13Pero si mi
padre intentare hacerte mal, Jehová haga así a Jonatán, y aun le añada, si no
te lo hiciere saber y te enviare para que te vayas en paz. Y esté Jehová
contigo, como estuvo con mi padre. 14Y si yo viviere, harás
conmigo misericordia de Jehová, para que no muera, 15y no
apartarás tu misericordia de mi casa para siempre. Cuando
Jehová haya cortado uno por uno los enemigos de David de la tierra, no dejes
que el nombre de Jonatán sea quitado de la casa de David. 16Así
hizo Jonatán pacto con la casa de David, diciendo: Requiéralo Jehová de la mano
de los enemigos de David. 17Y Jonatán hizo jurar a David otra vez,
porque le amaba, pues le amaba como a sí mismo.
18Luego le dijo
Jonatán: Mañana es nueva luna, y tú serás echado de menos, porque tu asiento
estará vacío. 19Estarás, pues, tres días, y luego descenderás y
vendrás al lugar donde estabas escondido el día que ocurrió esto mismo, y
esperarás junto a la piedra de Ezel. 20Y yo tiraré tres saetas
hacia aquel lado, como ejercitándome al blanco. 21Luego enviaré al
criado, diciéndole: Ve, busca las saetas. Y si dijere al criado: He allí las
saetas más acá de ti, tómalas; tú vendrás, porque paz tienes, y nada malo hay,
vive Jehová. 22Mas si yo dijere al muchacho así: He allí las
saetas más allá de ti; vete, porque Jehová te ha enviado. 23En
cuanto al asunto de que tú y yo hemos hablado, esté Jehová entre nosotros dos
para siempre.
24David, pues, se
escondió en el campo, y cuando llegó la nueva luna, se sentó el rey a comer
pan. 25Y el rey se sentó en su silla, como solía, en el asiento
junto a la pared, y Jonatán se levantó, y se sentó Abner al lado de Saúl, y el
lugar de David quedó vacío.
26Mas aquel día
Saúl no dijo nada, porque se decía: Le habrá acontecido algo, y no está limpio;
de seguro no está purificado. 27Al siguiente día, el segundo día
de la nueva luna, aconteció también que el asiento de David quedó vacío. Y Saúl
dijo a Jonatán su hijo: ¿Por qué no ha venido a comer el hijo de Isaí hoy ni
ayer? 28Y Jonatán respondió a Saúl: David me pidió encarecidamente
que le dejase ir a Belén, 29diciendo: Te ruego que me dejes ir,
porque nuestra familia celebra sacrificio en la ciudad, y mi hermano me lo ha
mandado; por lo tanto, si he hallado gracia en tus ojos, permíteme ir ahora
para visitar a mis hermanos. Por esto, pues, no ha venido a la mesa del rey.
30Entonces se
encendió la ira de Saúl contra Jonatán, y le dijo: Hijo de la perversa y
rebelde, ¿acaso no sé yo que tú has elegido al hijo de Isaí para confusión
tuya, y para confusión de la vergüenza de tu madre? 31Porque todo
el tiempo que el hijo de Isaí viviere sobre la tierra, ni tú estarás firme, ni
tu reino. Envía pues, ahora, y tráemelo, porque ha de morir. 32Y
Jonatán respondió a su padre Saúl y le dijo: ¿Por qué morirá? ¿Qué ha hecho?
33Entonces Saúl le arrojó una lanza para herirlo; de donde entendió
Jonatán que su padre estaba resuelto a matar a David. 34Y se
levantó Jonatán de la mesa con exaltada ira, y no comió pan el segundo día de la
nueva luna; porque tenía dolor a causa de David, porque su padre le había
afrentado.
35Al otro día, de
mañana, salió Jonatán al campo, al tiempo señalado con David, y un muchacho
pequeño con él. 36Y dijo al muchacho: Corre y busca las saetas que
yo tirare. Y cuando el muchacho iba corriendo, él tiraba la saeta de modo que
pasara más allá de él. 37Y llegando el muchacho adonde estaba la
saeta que Jonatán había tirado, Jonatán dio voces tras el muchacho, diciendo:
¿No está la saeta más allá de ti? 38Y volvió a gritar Jonatán tras
el muchacho: Corre, date prisa, no te pares. Y el muchacho de Jonatán recogió
las saetas, y vino a su señor. 39Pero ninguna cosa entendió el
muchacho; solamente Jonatán y David entendían de lo que se trataba. 40Luego
dio Jonatán sus armas a su muchacho, y le dijo: Vete y llévalas a la ciudad.
41Y luego que el muchacho se hubo ido, se levantó David del lado del
sur, y se inclinó tres veces postrándose hasta la tierra; y besándose el uno al
otro, lloraron el uno con el otro; y David lloró más. 42Y Jonatán
dijo a David: Vete en paz, porque ambos hemos jurado por el nombre de Jehová,
diciendo: Jehová esté entre tú y yo, entre tu descendencia y mi descendencia,
para siempre. Y él se levantó y se fue; y Jonatán entró en la ciudad.
Salmos 65
La generosidad de Dios en la
naturaleza
Al músico principal. Salmo. Cántico de David.
1 Tuya es la alabanza en Sion, oh Dios,
Y a ti se
pagarán los votos.
2 Tú oyes la oración;
A ti vendrá
toda carne.
3 Las iniquidades prevalecen contra mí;
Mas nuestras
rebeliones tú las perdonarás.
4 Bienaventurado el que tú escogieres y atrajeres a ti,
Para que
habite en tus atrios;
Seremos
saciados del bien de tu casa,
De tu santo templo.
5 Con tremendas cosas nos responderás tú en justicia,
Oh Dios de
nuestra salvación,
Esperanza de
todos los términos de la tierra,
Y de los más
remotos confines del mar.
6 Tú, el que afirma los montes con su poder,
Ceñido de
valentía;
7 El que sosiega el estruendo de los mares, el estruendo de sus ondas,
Y el
alboroto de las naciones.
8 Por tanto, los habitantes de los fines de la tierra temen de tus
maravillas.
Tú haces alegrar las salidas
de la mañana y de la tarde.
9 Visitas la tierra, y la riegas;
En gran
manera la enriqueces;
Con el río
de Dios, lleno de aguas,
Preparas el
grano de ellos, cuando así la dispones.
10 Haces que se empapen sus surcos,
Haces
descender sus canales;
La ablandas
con lluvias,
Bendices sus
renuevos.
11 Tú coronas el año con tus bienes,
Y tus nubes
destilan grosura.
12 Destilan sobre los pastizales del desierto,
Y los
collados se ciñen de alegría.
13 Se visten de manadas los llanos,
Y los valles
se cubren de grano;
Dan voces de
júbilo, y aun cantan.
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