24 de Marzo
¡Solamente di la Palabra!
Por Riqui Ricón*
Viendo esto
los discípulos, decían maravillados: ¿Cómo es que se secó en seguida la
higuera? Respondiendo Jesús, les dijo:
De cierto os digo, que si tuviereis fe, y no dudareis, no sólo haréis esto de
la higuera, sino que si a este monte dijereis: Quítate y échate en el mar, será
hecho. Y todo lo que pidiereis en oración, creyendo,
lo recibiréis (Mat 21.20-22).
En este específico tiempo de la
historia humana, no solamente es interesante, sino vital, que comprendas la
importancia de la función que la FE tiene en tu vida. La FE es la fuerza
espiritual más poderosa del universo y se encuentra a entera disposición de
TODAS y TODOS las Hijas e Hijos de Dios Nacidos de Nuevo.
¿Puede alguien recibir todo lo
que pide en oración? ¡Claro! Jesús lo dijo así. Sólo tienes que comprender que
la FE fluye de la Palabra de Dios, pues es inherente, totalmente dependiente, a
Ella.
Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que
se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan (He 11.6).
Es cierto que sin FE es
TOTALMENTE imposible agradar a Dios, la
buena noticia es que a Dios se le puede agradar, que existe un camino, una
forma, una manera, para agradar al dueño y Señor del Universo, y esto es,
mediante tu FE.
¡Dios es galardonador de aquellos
que le buscan! Y, de acuerdo a la Biblia, que es la Palabra de Dios, y no
miente, tú, mi amada(o), le vas a encontrar.
Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo aquel que pide,
recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá (Mat 7.7-8).
Existe otra fuerza igualmente
poderosa, pero COMPLETAMENTE OPUESTA a la FE, y es el temor, el miedo. El temor
a que Dios no te escuche por alguna razón, a no ser digno, a que la Biblia no
sea verdad, a la pobreza, a la enfermedad, a la muerte, etc., etc. La FE fluye
de la Verdad, que es la Palabra de Dios. El miedo y el temor son el fruto de
escuchar y atender las palabras de engaño y de mentira.
Y oyeron la voz de Jehová Dios que se paseaba en el huerto, al aire del
día; y el hombre y su mujer se escondieron de la presencia de Jehová Dios entre
los árboles del huerto. Mas Jehová Dios llamó al hombre, y le dijo: ¿Dónde estás tú? Y él
respondió: Oí tu voz en el huerto, y tuve miedo, porque estaba desnudo; y me
escondí (Gen 3.8-10).
El miedo y el temor producen la
duda e incredulidad en tu corazón, con las cuales tu FE es anulada.
Cuando Jesús caminaba sobre las
aguas de un mar embravecido, Pedro le solicitó si eres tú, manda que yo vaya a ti sobre las
aguas. Y él dijo: Ven. Y descendiendo Pedro de la barca, andaba sobre las aguas
para ir a Jesús. Pero al ver el fuerte viento, tuvo miedo; y comenzando a hundirse, dio
voces, diciendo: ¡Señor, sálvame! Al momento Jesús, extendiendo la mano, asió de él, y le dijo: ¡Hombre de
poca fe! ¿Por qué dudaste? (Mat 14.28-31).
Nota que son las circunstancias, las
que percibes de la realidad con tus sentidos, las que te producen temor para
hacerte dudar de la Palabra de Dios. Pedro ya tenía una buena idea de que la FE
estaba ligada a la Palabra de Jesús, por ese motivo le solicitó manda que yo vaya a ti sobre las aguas.
Entonces Eliseo le envió un mensajero, diciendo: Ve y lávate siete veces
en el Jordán, y tu carne se te restaurará, y serás limpio. Y Naamán se
fue enojado, diciendo: He aquí yo decía para mí: Saldrá él luego, y estando en
pie invocará el nombre de Jehová su Dios, y alzará su mano y tocará el lugar, y
sanará la lepra. Abana y Farfar, ríos de Damasco, ¿no son mejores que todas las aguas de
Israel? Si me lavare en ellos, ¿no seré también limpio? Y se volvió, y se fue
enojado. Mas sus criados se le acercaron y le hablaron diciendo: Padre mío, si el
profeta te mandara alguna gran cosa, ¿no la harías? ¿Cuánto más, diciéndote:
Lávate, y serás limpio? El entonces descendió, y se zambulló siete veces en el Jordán, conforme
a la palabra del varón de Dios; y su carne se volvió como la carne de un niño,
y quedó limpio (2 R 5.10-14).
Como en el caso de Amán y Eliseo,
uno de los problemas, con algunos creyentes, es que están más dispuestos a
creer a declaraciones vehementes o a manifestaciones físicas del poder de Dios
que a la simple hermosura de Su Palabra:
Y él dijo: Ven.
Recuerda siempre que el pecado
original no fue la desobediencia sino la incredulidad a la Palabra de Dios, a
lo que Él había dicho, que fue contrapuesto por lo que la serpiente les dijo.
Esto, y no otra cosa, fue el pecado original, el cual dio a luz la
desobediencia. Puedo imaginar a Eva, en esos momentos, llena de temor y duda,
pensando en su corazón: “Dios nos dijo esto, pero este bicho raro dice otra
cosa, ¿quién de los dos dirá la VERDAD? ¿A quién de los dos le voy a CREER?”
¿Te das cuenta porque la fe viene
de escuchar y creer la Palabra de Dios, que es la Verdad, mientras que el temor
y la duda surgen de escuchar y creer las voces de mentira? El centurión romano le
dijo a Jesús, Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo; solamente di la palabra, y mi criado sanará. Porque también yo soy hombre bajo autoridad, y tengo bajo mis órdenes
soldados; y digo a éste: Ve, y va; y al otro: Ven, y viene; y a mi siervo: Haz
esto, y lo hace. Al oírlo Jesús, se maravilló, y dijo a los que le seguían: De cierto os
digo, que ni aun en Israel he hallado tanta fe (Mat 8.8-10).
Jesús se maravilló de la FE de
este romano, que fluía del conocimiento que un soldado tiene de la Palabra de Autoridad.
La Biblia es la Verdad, pues es la Palabra de Dios y la Autoridad Máxima de
todo el Universo, de lo visible y de lo invisible.
Lo realmente fabuloso, de acuerdo
a la Biblia, que es la palabra de Dios, y no miente, es que, tu Dios y Padre,
al Amarte y redimirte por medio de Su Hijo Jesucristo para hacerte Hija(o)
Suya(o), YA TE HA DOTADO de esa medida de fe en Cristo Jesús.
Oremos en voz audible:
Amado Padre celestial, hoy te doy
gracias, pues entiendo que, además de ser justificado por la sangre de Jesús y
perdonado de todos mis pecados por Tu Amor, Tú me has hecho un(a) Hija(o) Tuya(o)
llena(o) de FE. Hoy sé que puedo confiar totalmente en Tú Palabra. Me propongo,
con Tu ayuda, Espíritu Santo, hacer de la Biblia la norma máxima de mi vida; la
pondré en mi mente, boca y corazón, pues sé que en ella está el poder para
creer. Sé también que, como a Josué,
por atender Tu Palabra, me irá bien y haré prosperar mi camino. Y aunque hoy
esté enfrentando problemas y aflicciones, yo declaró en Tu nombre Jesucristo
que saldré adelante en libertad y victoria, en salud y prosperidad pues escrito
está acerca de mí que en todas las cosas soy más que vencedor(a) por medio de
Aquel que me ama, Cristo Jesús. Resisto y hecho fuera de mi vida toda
enfermedad, pobreza, tristeza, depresión, soledad, temor y angustia. Cubro todo
mi ser, espíritu, alma y cuerpo, con la Sangre de Jesús y llamo y recibo toda
la salud, amor, paz y gozo que Tú, Jesucristo, compraste para mí al morir en la
cruz. ¡Soy sana(o)! ¡Soy libre! ¡Soy un(a) Hija(o) de Dios Nacida(o) de Nuevo!
Gracias a Ti, Señor Jesús. Amén.
*Ricardo C. Peredo
Jaime © 2011
Lectura
y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al
final de un año habrás leído toda la Biblia.
Marzo
24 Mat
21.1-27 / Núm 17-18 / Ecl 11
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