04 de Marzo
¡Cómo encontrar tu propósito en la Vida!
¡Con la Palabra de Dios!
Por Riqui Ricón*
Y dijo Moisés a la
congregación: Esto es lo que Jehová ha mandado hacer. Entonces
Moisés hizo acercarse a Aarón y a sus hijos, y los lavó con agua (Lev 8.5-6).
Todos los días,
al comenzar tu devocional, recuerda que la Biblia es la Palabra de Dios y que
esto quiere decir que todo lo que está escrito en ella salió de la boca de Dios
y fue escrito para tu beneficio y edificación.
Puesto que en
la Biblia está descrito el Plan de Dios para tu salvación y redención, todo lo
escrito en ella apunta hacia Jesucristo; hacia Su muerte y resurrección, con
las cuales te hizo libre de la ley del pecado y de la muerte y te dio Su propia
Vida, la Vida Eterna, haciendo de ti un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo.
Por lo tanto, recuerda también que al leer el Antiguo Testamento debes hacerlo
a la luz de lo que dice el Nuevo Testamento y no al revés.
Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo
adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de
las tinieblas a su luz admirable (1 Ped 2.9).
De acuerdo a la
Escritura, tú fuiste rescatado(a) por Dios mediante la Sangre de Su Hijo con el
propósito de ser hecho(a) rey (reina) y sacerdote (sacerdotisa), para que
ejerzas dicho real sacerdocio en este tu tiempo sobre la tierra.
No eres un(a)
fracasado(a), ni dejado(a), ni abandonado(a), ni mediocre sino todo lo
contrario: ¡Eres linaje escogido por Dios!
Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador. Todo
pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo
limpiará, para que lleve más fruto. Ya vosotros estáis limpios por
la palabra que os he hablado (Jua 15.1-3).
Al igual que al
sumo sacerdote Aarón y a sus hijos se les lavó y purificó con agua, tú ya
fuiste lavado(a) y purificado(a) mediante la Palabra de Dios.
Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado (Jn 15.3).
Cuando crees el
Evangelio, éste actua como el agua más limpia y te lava y te purifica.
Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de
agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios (Jua 3.5).
Tú naciste del
agua y del Espíritu. Fue la Palabra de Dios la que gestó tu Nuevo Nacimiento como Hijo(a) de Dios.
siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la
palabra de Dios que vive y permanece para siempre (1 Ped 1.23).
Dios te ama tanto que prefirió
entregar a Su propio Hijo antes que perderte a ti.
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito,
para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque
no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo
sea salvo por él (Jn 3.16-17).
El sacrificio
de Jesús va más allá del mero perdón de tus pecados. Jesucristo murió en esa
cruz para ofrecerte una Vida totalmente Nueva y diferente (desde luego que
primero tuvo que anular con Su propia Vida la condena de muerte que pendía
sobre ti).
De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas
pasaron; he aquí todas son hechas nuevas (2 Cor 5.17).
Tú, al igual
que Aarón, tienes ahora un gran ministerio y porvenir. Por tu fe en la Palabra
de Dios y en el sacrificio de Jesús has sido adoptado(a) en la familia del
Padre y estás habilitado(a) para realizar una muy importante labor dentro del
Reino de Dios.
De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él
las hará también; y aún mayores hará, porque yo voy al Padre (Jua 14.12).
¡Estás
destinado(a) a llevar una Vida de grandeza, de Plenitud y desarrollo!
Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león
rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar; al cual resistid
firmes en la fe (1 Ped 5.8-9a).
Satanás
intentará por todos los medios evitar que tú puedas creer esto. Te recordará tu
vida pasada y tus pecados señalándote que eres indigno(a) e incapaz, para tratar
así de anular tu fe con miedo, duda y condenación.
Sin embargo,
toma en cuenta que Satanás ha sido
homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay
verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre
de mentira (Jn 8.44).
¡Todo,
absolutamente todo, lo que el demonio te diga es mentira!
La Buena
Noticia es que TODO lo que tú ahora eres está Escrito en la Palabra de Dios y
por lo tanto ES LA VERDAD. Además, no se adquirió ni depende de las cosas que tú
hiciste en el pasado; no se adquirió ni depende de las cosas que estés haciendo
en el presente o puedas hacer en el futuro, sino que se adquirió y depende
totalmente de lo que Cristo Jesús hizo por ti al morir y resucitar.
y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y
pueblo y nación; y nos has hecho para nuestro Dios reyes y
sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra (Apo 5.9b-10).
¡Tú eres
EXACTAMENTE la persona que Dios DICE en Su Palabra que AHORA ERES! Un(a)
Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo destinado(a) a realizar grandes cosas para
tu Padre celestial.
Y yendo, predicad, diciendo: El reino de los cielos se ha acercado. Sanad
enfermos, limpiad leprosos, resucitad muertos, echad fuera demonios; de gracia
recibisteis, dad de gracia (Mat 10.7-8).
¡Es por eso que
has sido ungido(a)!
pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo,
y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último
de la tierra (Hch 1.8).
¡Es por eso que
todo te saldrá bien!
Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien,
esto es, a los que conforme a su propósito son llamados (Ro 8.28).
Tú nunca has
sido un ser humano producto de la casualidad o del destino. Dios te ha amado
desde antes de la fundación del mundo y ahora eres Su Hijo(a).
¡Un(a) Hijo(a)
del Dios Altísimo que tiene propósito y destino en este mundo!
Oremos en voz audible:
Amado Padre celestial, nunca
dejaré de agradecerte Tu Gran Amor por mí, que estando yo muerto(a) en delitos
y pecados me diste Vida juntamente con Cristo. ¡Por
Gracia soy salvo(a)! ¡Abba, Padre! Amado Dios, hoy puedo, con plena certeza y
absoluta confianza, llamarte Padre mío. Señor Jesús, Tu Sangre preciosa fue
derramada en esa cruz para que yo fuese justificado(a); Tu resurrección me
abrió el camino a la Vida Eterna para que yo fuese adoptado(a) Hijo(a) de Dios,
según el puro afecto de Tu Voluntad. ¡Mil gracias, Señor Jesús! He sido
limpiado(a) y purificado(a) con Tu Palabra. ¡Soy heredero(a) de Dios y
coheredero(a) con Cristo! He sido predestinado(a) para ser hecho(a) conforme a
Tu imagen, mi Señor Jesucristo, para que ahora Tú seas mi hermano mayor.
Gracias, muchas gracias Señor. Me has hecho un rey (reina) y sacerdote
(sacerdotisa) para reinar sobre todo problema y dificultad en este mundo, aquí
en la tierra, en este tiempo. Gracias, precioso Espíritu Santo, porque Tú estás
aquí conmigo habilitándome con Tu Poder para que pueda hacer las mismas cosas
que Jesús hizo y aún mayores. Ahora sé que TODO lo puedo pues mayor eres Tú,
que estás en mí y conmigo que el que está en el mundo. ¡Me has dado propósito y
destino! Así que, creo y declaro con toda certeza de fe que yo, _____________
(tu nombre aquí), saldré más que vencedor de todo problema, enfermedad o
aflicción. ¡Soy sano(a)! ¡Soy libre! ¡Soy próspero(a)! ¡Soy Hijo(a) de Dios!
¡Soy feliz! ¡Gracias Padre! Bendigo Tu Nombre y declaro que lo mejor de mi vida
ya comenzó. En el nombre de Jesús. Amén
Nota Importante:
¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo
establezco una relación con el Todopoderoso?
Sólo haz la siguiente oración en
voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a
Dios:
Señor Jesús, yo creo que eres el
Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis
pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí
acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa
derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a
entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi
único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios
Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a
Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido
de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más
estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C. Peredo
Jaime © 2012
Lectura
y Meditación de la Palabra de Dios
Haz
estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Marzo
4 Mat 10.1-25
/
Lev 7-8 / Pro 22
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