13 de Marzo
¡Cómo
enfrentar a tus fantasmas!
¡Creyéndole
a Dios, creyendo Su Palabra!
Por Riqui Ricón*
“Y los
discípulos, viéndole andar sobre el mar, se turbaron, diciendo: ¡Un fantasma! Y dieron voces de miedo. (27) Pero en seguida
Jesús les habló, diciendo: ¡Tened ánimo; yo soy, no temáis! (28) Entonces le respondió Pedro, y dijo: Señor,
si eres tú, manda que yo vaya a ti sobre las aguas. (29) Y él dijo: Ven. Y
descendiendo Pedro de la barca, andaba sobre las aguas para ir a Jesús. (30)
Pero al ver el fuerte viento, tuvo miedo; y comenzando a hundirse, dio voces,
diciendo: ¡Señor, sálvame! (31) Al momento Jesús, extendiendo la mano, asió de
él, y le dijo: ¡Hombre de poca fe! ¿Por
qué dudaste?” (Mat 14:26-33 RV60).
En este episodio de la vida de Jesús, Dios te
hace notar dos cosas importantes, que te son de gran utilidad en el diario
vivir como un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo:
1. ¡No tengas miedo a nada ni a nadie! El miedo
anula tu FE y te pone en manos de tu enemigo el diablo. “Pero Jesús, luego que oyó lo que se decía, dijo al principal de la
sinagoga: No temas, cree solamente”
(Mar 5:36 RV60). Creerle a Dios, creyendo Su Palabra. ¡Este es el secreto para
la victoria!
Recuerda que estás peleando la buena batalla
de la FE y Satanás necesita, urgentemente, atemorizarte, meterte miedo, “Así como los hijos de una familia son de la
misma carne y sangre, así también Jesús fue de carne y sangre humanas, para
derrotar con su muerte al que tenía poder para matar, es decir, al diablo. De
esta manera ha dado libertad a todos los que por miedo a la muerte viven como
esclavos durante toda la vida” (Heb 2:14-15 DHH). Dios es muy claro en Su
Palabra: ¡Tener miedo a la muerte significa vivir una vida de esclavitud! La
Buena Noticia, el Evangelio, es que Jesús ya venció al pecado (y por lo tanto a
la muerte), y esa victoria está a tu alcance por medio de tu FE, que es creerle
a Dios, creyendo Su Palabra.
Sin embargo, si el diablo consigue meterte
miedo, entonces podrá anular tu FE y mantenerte esclavo(a) del temor, “Pues ustedes no han recibido un espíritu de
esclavitud que los lleve otra vez a tener miedo, sino el Espíritu que los hace
hijos de Dios. Por este Espíritu nos dirigimos a Dios, diciendo: "¡Abbá!
¡Padre!" y este mismo Espíritu se une a nuestro espíritu para dar
testimonio de que ya somos hijos de Dios” (Rom 8:15-16 DHH).
Es precisamente tu identidad de Hijo(a) de
Dios Nacido(a) de Nuevo lo que te permite mantenerte firme y victorioso(a) ante
las acechanzas del demonio. “Sed sobrios,
y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda
alrededor buscando a quien devorar” (1Pe 5:8 RV60). Satanás es mentiroso y
padre de mentira desde el principio, él NO ES un león, sino que aparenta ser
como león. Sea cual sea el problema, aflicción o enfermedad que hoy estás
enfrentando, sólo es una apariencia magnificada, engrandecida, por el mentiroso,
para amedrentarte, atemorizarte, y que, en lugar de creerle a Dios, creyendo Su
Palabra, tus sentidos y emociones sean tan afectados que comiences a darle
lugar al miedo y a creer que esta vez no hay salida y que vas a sucumbir.
Esto último
podemos evitarlo fácilmente si ponemos toda nuestra confianza en Dios y en Su
Palabra. “Tú guardarás en completa paz a
aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado. Confiad en
Jehová perpetuamente, porque en Jehová el Señor está la fortaleza de los siglos”
(Isa 26:3-4 RV60).
Así que, ¡No
tengas miedo a nada ni a nadie! Pues Cristo Jesús está en ti y contigo:
“y he aquí yo estoy con vosotros todos los
días, hasta el fin del mundo. Amén”
(Mat 28:20 RV60).
2. La condicional del diablo tiene el propósito
de hacerte dudar que en Verdad ERES un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo. “También fueron crucificados con él dos
bandidos, uno a su derecha y otro a su izquierda. (39)
Los que pasaban lo insultaban, meneando la cabeza (40) y
diciendo: –¡Tú ibas a derribar el templo
y a reconstruirlo en tres días! ¡Si eres
Hijo de Dios, sálvate a ti mismo y bájate de la cruz! (41)
De la misma manera se burlaban de él los jefes de los sacerdotes y los
maestros de la ley, junto con los ancianos. Decían: (42)
–Salvó a otros, pero a sí mismo no puede salvarse. Es el Rey de Israel:
¡pues que baje de la cruz, y creeremos en él!
(43) Ha puesto su confianza en Dios: ¡pues que
Dios lo salve ahora, si de veras lo quiere! ¿No nos ha dicho que es Hijo de
Dios?” (Mat
27:38-43 DHH).
Esta es una de
las estrategias favoritas de Satanás para meterte miedo y hacerte dudar de tu
Identidad como Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo, utiliza a las personas, los
problemas y las aflicciones para burlarse y hacerte creer que es una tontería
poner tu confianza en Dios y en Su Palabra.
Sin embargo,
gracias a Dios, Cristo Jesús nos dejó en La Biblia Su ejemplo para saber como
encarar la condicional del diablo: “si en verdad eres Hijo(a) de Dios…”.
Entonces Jesús
fue llevado por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el diablo. (2) Y
después de haber ayunado cuarenta días y cuarenta noches, tuvo hambre. (3) Y
vino a él el tentador, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en
pan. (4)
Él respondió y
dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de
Dios. (5)
Entonces el diablo le llevó a la santa ciudad, y le puso sobre el pináculo del templo, (6) y
le dijo: Si eres Hijo de Dios, échate abajo;
porque escrito está: A sus
ángeles mandará acerca de ti, y, En sus manos te sostendrán, Para que no tropieces con tu pie en
piedra. (7) Jesús
le dijo: Escrito está también: No tentarás al Señor tu Dios (Mat_4:1-7 RV60).
Pon mucha atención, pues la única forma de
combatir y echar fuera de tu vida al miedo es hablando, confesando y
declarando, La Palabra de Dios, pues el miedo es lo contrario a la FE y la FE
viene a tu Vida fluyendo de La Palabra de Dios.
“Así que la fe viene como resultado de oír
el mensaje, y el mensaje que se oye es la palabra de Cristo” (Rom 10:17
NVI).
Sólo creyéndole a Dios, creyendo Su Palabra,
te puedes levantar con plena certeza y confianza para encarar los problemas,
enfermedades y aflicciones que el mundo te arroja todos los días.
“Y muchas veces le echa en el fuego y en el
agua, para matarle; pero si
puedes hacer algo, ten
misericordia de nosotros, y ayúdanos.
(23) Jesús le dijo: Si puedes creer, al que cree todo le es
posible” ( Mar_9:22-23 RV60).
Este padre de familia fue a ver a Jesús para
pedirle un milagro en favor de su hijo, sin embargo, por lo fuerte y difícil de
su situación, albergaba dudas en su corazón. La respuesta que Jesús le dio fue
sencilla y directa: “No se trata de si Yo puedo hacer algo por ti, pues Yo
soy Dios y todo lo puedo, más bien se trata de si tú puedes creer. Se trata de
si en verdad crees que La Biblia es Mi Palabra, La Palabra de Dios”.
Así que, sea cual sea el problema, enfermedad
o aflicción que hoy estás enfrentando, confía en Dios, confía en Su Palabra. Él
nunca te ha dejado ni te dejará. Él te ama tanto que prefirió entregar a Su
único Hijo antes que perderte a ti.
“Porque de tal manera amó Dios al mundo,
que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se
pierda, mas tenga vida eterna” (Jua 3:16 RV60).
Dado que todo esto es verdad, entonces la
consecuencia lógica es inevitable:
“¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra
nosotros? El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos
nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?” (Rom 8:31-32
RV60).
Así que, te animo a que no temas, cree
solamente. No mires la braveza de las olas ni la fiereza del viento, mira a
Jesús, mira a Su Palabra, y sostente caminando sobre las aguas.
Oremos en voz audible:
Amado Padre
celestial, que hermoso es saber y creer lo que hiciste por Amor a mí. Gracias
por no haber escatimado a Tu propio Hijo Jesús, sino que lo entregaste por mí.
Señor Jesús, muchas gracias porque Tú, siendo
en forma de Dios, no estimaste el ser igual a Dios como cosa a que aferrarte,
sino que Te despojaste a Ti mismo, tomando forma de siervo, hecho
semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, Te
humillaste a Ti mismo, haciéndote obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.
Gracias porque con Tu muerte y resurrección, destruiste por medio de la muerte
al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo, y así,
me has hecho libre, pues yo, por el temor de la muerte estaba durante toda mi
vida sujeto(a) a servidumbre. ¡Porque Tú moriste, mi vieja naturaleza, mi
viejo(a) yo, murió contigo! ¡Porque Tú vives, yo también vivo! ¡La Vida Eterna
que Tú tienes, es la misma que adquiriste para mí! ¡Puedo dejar de temerle a la
muerte! ¡La muerte ya no se enseñorea más de mí! ¡Gracias! ¡Muchas gracias,
Señor Jesús! Ahora puedo, con toda certeza declarar que, ¡Soy
sano(a)! ¡Soy libre! ¡Soy próspero(a)! ¡Soy más que vencedor(a)! ¡Todo lo puedo
en Cristo! Y, por la Sangre de Jesús, soy dichoso(a) para vivir una vida plena
y abundante. Muchas gracias, Señor Jesús. Gracias por esta Nueva Vida en
Plenitud que ahora tengo. Gracias por mi sanidad. Gracias por mi salud. Gracias
por mi prosperidad. Gracias por el Amor, la paz y el gozo que ahora disfruto.
¡Gracias por mi Victoria sobre la muerte! ¡Ya no tengo temor! ¡Estoy
asegurado(a)! ¡Tú eres mi escudo! En el nombre de Jesús. Amén
Nota Importante:
¿Cómo me
hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco una relación con el Todopoderoso?
Sólo haz la
siguiente oración en voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que
le estás diciendo a Dios:
Señor
Jesús, yo creo que eres el Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen
María para pagar todos mis pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te
digo el día de hoy que sí acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí
acepto Tu Sangre preciosa derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro
mi corazón y te invito a entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y
para siempre Tú seas mi único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi
Señor. Gracias, Dios Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe
he pasado de muerte a Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz
admirable. ¡Hoy he Nacido de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú
eres mi Padre! ¡Nunca más estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el
nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo
C. Peredo Jaime © 2012
Lectura
y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al
final de un año habrás leído toda la Biblia.
Marzo 13 Mat 14.22-36 / Lev 22-23 / Pro 31
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