26 de Julio
¡Ciertamente tú lo verás y lo disfrutarás!
Por Riqui Ricón*
Dijo entonces Eliseo: Oíd palabra de Jehová: Así dijo Jehová: Mañana a
estas horas valdrá el seah de flor de harina un siclo, y dos seahs de cebada un
siclo, a la puerta de Samaria. Y un príncipe sobre cuyo brazo el rey se apoyaba, respondió al varón de
Dios, y dijo: Si Jehová hiciese ahora ventanas en el cielo, ¿sería esto así? Y
él dijo: He aquí tú lo verás con tus ojos, mas no comerás de ello (2 R 7.1-2).
Desde el momento que Adán y Eva tomaron la
decisión de creerle a Satanás en lugar de creerle a Dios y hasta el día de hoy,
siempre ha habido quienes repiten el mismo error: hacen caso omiso a la Palabra
de Dios y deciden no creerle a Él sino creer a lo que ven con sus propios ojos
o a lo que piensan y sienten de acuerdo a la situación o a su experiencia.
¡Fatal error! Lo mismo le sucedió al príncipe
en cuyo brazo el rey se apoyaba de la historia del profeta Eliseo y la
liberación de la ciudad de Samaria.
¿Por qué sucede esto? Encuentro dos respuestas
a esta pregunta; respuestas que son totalmente diferentes una de la otra, y la
diferencia se basa en cual sea tu posición delante de Dios.
Primero, tenemos a los incrédulos, quienes por
su naturaleza caída y pecaminosa, no quieren ni pueden escuchar a Dios (Ro
8.7). A éstos Dios les ama tanto que prefirió entregar a Su propio Hijo para
pagar sus pecados antes que perderlos por toda la eternidad.
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito,
para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.
Porque no envió Dios a su
Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él (Jn 3.16-17).
A Dios no le
importan tus pecados lo que realmente le importa es darte la mismísima Vida de
Cristo Jesús; una Vida rica y abundante.
Pero Dios, que es rico en
misericordia, por su gran amor con que nos amó,
aun estando nosotros muertos
en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo
(por gracia sois salvos),
y juntamente con él nos
resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo
Jesús, para mostrar en los
siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con
nosotros en Cristo Jesús (Efe 2.4-7).
Por otro lado están los llamados creyentes,
aquellos que han aceptado a Jesús como Señor y Salvador de sus vidas y que por
lo tanto han Nacido de Nuevo, pero que ignorantes del significado y poder de la
Biblia, la Palabra de Dios, pueden ser engañados y apartados de la Verdad por
los problemas, las aflicciones o por el pecado que aún se manifiesta en sus
vidas.
La Biblia te advierte sobre esta ignorancia,
esta falta de interés hacia la Palabra de Dios.
Mi pueblo fue destruido,
porque le faltó conocimiento (Os 4.6a).
Jamás debes olvidar que tú eres un(a) Hijo(a)
de Dios Nacido(a) de Nuevo gracias al Amor que Él te tiene y no por alguna
acción, mérito o atributo que tú hayas tenido antes.
Pero cuando se manifestó la bondad de Dios
nuestro Salvador, y su amor para con los hombres,
nos salvó, no por obras
de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el
lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo,
el cual derramó en
nosotros abundantemente por Jesucristo nuestro Salvador,
para que justificados por
su gracia, viniésemos a ser herederos conforme a la esperanza de la vida eterna (Ti 3.4-7).
La Vida Plena y
Abundante a la que ahora tienes derecho de participar no la obtuviste por obras
de justicia sino por el gran Amor y la Gracia que Dios tu Padre ha derramado
sobre ti.
siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la
palabra de Dios que vive y permanece para siempre (1 P 1.23).
¡Tú has Nacido de Nuevo por la Palabra de Dios!
El Amor y sacrificio de Jesús, Su muerte y
resurrección, son tan completos y acabados, tan perfectos y poderosos que, por
la Palabra de Dios, el hombre viejo, esa antigua naturaleza carnal y
pecaminosa, ya no existe más.
En contraposición a lo que dice la Biblia, que
es la Palabra de Dios y no miente, el engaño del diablo (y la ignorancia), está
en CREER que aún sigues siendo esa misma persona mala y pecadora. Como si el
sacrificio de Jesús apenas haya alcanzado para pagar los pecados de un periodo
de tu vida y todo lo demás (la justificación, santificación, perfección y nueva
naturaleza), sólo se cubrió simbólicamente con Su Sangre, quedando a tu cargo y
responsabilidad el logro y cumplimiento de semejantes objetivos.
De modo que si alguno
está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son
hechas nuevas. Y todo esto proviene de
Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo (2 Co 5.17-18a).
Permíteme aclarar que, aunque te preguntes
porqué sigues actuando o sintiéndote como un(a) pecador(a); o te preguntes
porqué sigues actuando o sintiéndote como derrotado(a) en tu andar con
Jesucristo, esa no es, ni será jamás, la Verdad.
Vosotros sois de vuestro
padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. El ha sido
homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay
verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre
de mentira (Jn 8.44).
Sin importar tu problemática o situación
actual, cualquier argumento contrario a lo que dice la Palabra de Dios acerca
de ti, tan sólo es lo que el diablo pretende hacerte sentir para que, afectando
tus emociones, lo llegues a creer. Él está tratando de ocultarte la Verdad con
todos los recursos que están a su alcance y, recuerda, que él es el padre de la
mentira.
La única Verdad es lo que Dios dice en Su
Palabra, la Biblia, acerca de ti. La única Verdad es lo que Dios dice en Su
Palabra, la Biblia, acerca de quién tú ahora eres por Cristo Jesús: Su especial
tesoro; un(a) Hijo(a) tan amado(a) por Él que te ama a ti de la misma forma en
que ama a Jesús Su Hijo.
yo en ellos y tú en mí.
Permite que alcancen la perfección en la unidad, y así el mundo reconozca que tú me enviaste y
que los has amado a ellos tal como me has amado a mí (Jn 17.23 NVI).
Él te ha dotado, nada más y nada menos, que
con Su Espíritu Santo y con Su Amor. Además, Su fe, Su Palabra y Su Unción
ahora están en ti y contigo.
Amado(a), ¡No hay forma en que puedas perder
en la Vida!
Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria
que ha vencido al mundo, nuestra fe.
¿Quién es el que vence al
mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios? (1 Jn 5.4-5).
Así que, no pongas tus
ojos, ni tu atención, en lo grande o difícil de tus problemas sino en el Amor y
la fidelidad de tu Padre. Él nunca te ha dejado, ni te dejará. Te ama tanto que
prefirió entregar a Su propio Hijo antes que perderte a ti y ahora Él mismo te
llama Hijo(a).
¡Fíjense qué gran amor nos ha dado el Padre, que se nos llame hijos de Dios! ¡Y lo somos!
El mundo no nos conoce,
precisamente porque no lo conoció a él (1 Jn 3.1 NVI).
Tú no eres como
ese príncipe en cuyo brazo el rey se
apoyaba. Tú SÍ
verás y disfrutarás las bendiciones del Señor porque has creído y conocido a Su
Amor. Tú has creído y conocido a Su
Poder y a Su Palabra.
Entonces respondiendo Jesús, les dijo: ¿No erráis por esto, porque ignoráis
las Escrituras, y el poder de Dios? (Mar 12.24).
Este es el único secreto
(y la única manera), para que hagas de tu Vida una Vida dichosa: ¡Confía en
Dios! ¡Confía en Su Palabra!
Jehová de los ejércitos, Dichoso el hombre que en ti confía (Sal 84.12).
Oremos en voz audible:
Amado Padre celestial, hoy quiero agradecerte
con la fe que me has dado. Quiero agradarte declarando la Verdad: Soy un(a)
Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo. Soy amado(a) Tuyo, mi Dios, y soy Tu
especial tesoro. No soy un pecador(a), ni un(a) fracasado(a), pues está
establecido claramente en la Palabra de Dios que soy Nueva creación y sin
importar los problemas, enfermedades y circunstancias de mi vida, yo,
_______________ (tu nombre aquí), en todas las cosas soy más que vencedor(a)
por medio de Aquel que me ha amado, ¡Cristo Jesús! Señor, Tú eres mi guardador
y el maligno no me toca. De todos mis pecados me arrepiento delante de Tu
Presencia, amado Padre, y te confieso mis pecados pues fiel y justo eres Tú
para perdonarme y limpiarme de toda iniquidad. Me determino a creerte y con Tu
ayuda, Espíritu Santo, creo y recibo mi identidad de Hija(o) del Rey. Por
tanto, creo y declaro de acuerdo a la Verdad, Tu Palabra es Verdad, que yo,
_______________ (tu nombre aquí), ¡Soy sano(a)! ¡Soy próspero(a)! ¡Soy feliz!
¡Soy libre! En el nombre de Jesús. Amén.
Nota Importante:
¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco
una relación con el Todopoderoso?
Sólo haz la siguiente oración en voz audible
poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a Dios:
Señor Jesús, yo creo que eres el Hijo de Dios.
Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis pecados, y yo
he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí acepto. ¡Sí
acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa derramada hasta
la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a entrar porque
quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi único y suficiente
Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios Poderoso, pues con esta
simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a Vida, he sido
trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido de Nuevo!
¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más estaré
solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C. Peredo Jaime © 2011
Lectura
y Meditación de la Palabra de Dios
Haz
estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Septiembre 24 1 Jn 2 / 2 Cr 35
/ Sal 89:38-52
1 Juan 2
Cristo, nuestro abogado
2 Hijitos
míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado,
abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo. 2 Y
él es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros,
sino también por los de todo el mundo. 3 Y en esto sabemos que
nosotros le conocemos, si guardamos sus mandamientos. 4 El que
dice: Yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la
verdad no está en él; 5 pero el que guarda su palabra, en éste
verdaderamente el amor de Dios se ha perfeccionado; por esto sabemos que
estamos en él. 6 El que dice que permanece en él, debe andar
como él anduvo.
El nuevo mandamiento
7 Hermanos,
no os escribo mandamiento nuevo, sino el mandamiento antiguo que habéis
tenido desde el principio; este mandamiento antiguo es la palabra que habéis
oído desde el principio. 8 Sin embargo, os escribo un
mandamiento nuevo, que es verdadero en él y en vosotros, porque las tinieblas
van pasando, y la luz verdadera ya alumbra. 9 El que dice que
está en la luz, y aborrece a su hermano, está todavía en tinieblas. 10 El
que ama a su hermano, permanece en la luz, y en él no hay tropiezo. 11 Pero
el que aborrece a su hermano está en tinieblas, y anda en tinieblas, y no sabe
a dónde va, porque las tinieblas le han cegado los ojos. 12 Os
escribo a vosotros, hijitos, porque vuestros pecados os han sido perdonados por
su nombre. 13 Os escribo a vosotros, padres, porque conocéis al
que es desde el principio. Os escribo a vosotros, jóvenes, porque habéis
vencido al maligno. Os escribo a vosotros, hijitos, porque habéis conocido al
Padre. 14 Os he escrito a vosotros, padres, porque habéis
conocido al que es desde el principio. Os he escrito a vosotros, jóvenes,
porque sois fuertes, y la palabra de Dios permanece en vosotros, y habéis
vencido al maligno. 15 No améis al mundo, ni las cosas que
están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. 16 Porque
todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y
la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. 17 Y
el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece
para siempre.
El anticristo
18 Hijitos,
ya es el último tiempo; y según vosotros oísteis que el anticristo viene, así
ahora han surgido muchos anticristos; por esto conocemos que es el último
tiempo. 19 Salieron de nosotros, pero no eran de nosotros;
porque si hubiesen sido de nosotros, habrían permanecido con nosotros; pero
salieron para que se manifestase que no todos son de nosotros. 20 Pero
vosotros tenéis la unción del Santo, y conocéis todas las cosas. 21 No
os he escrito como si ignoraseis la verdad, sino porque la conocéis, y porque
ninguna mentira procede de la verdad. 22 ¿Quién
es el mentiroso, sino el que niega que Jesús es el Cristo? Este es anticristo,
el que niega al Padre y al Hijo. 23 Todo aquel que niega al
Hijo, tampoco tiene al Padre. El que confiesa al Hijo, tiene también al Padre. 24 Lo
que habéis oído desde el principio, permanezca en vosotros. Si lo que habéis
oído desde el principio permanece en vosotros, también vosotros permaneceréis
en el Hijo y en el Padre. 25 Y esta es la promesa que él nos
hizo, la vida eterna. 26 Os he escrito esto sobre los que os
engañan. 27 Pero la unción que vosotros recibisteis de él
permanece en vosotros, y no tenéis necesidad de que nadie os enseñe; así como
la unción misma os enseña todas las cosas, y es verdadera, y no es mentira,
según ella os ha enseñado, permaneced en él. 28 Y ahora,
hijitos, permaneced en él, para que cuando se manifieste, tengamos confianza,
para que en su venida no nos alejemos de él avergonzados. 29 Si
sabéis que él es justo, sabed también que todo el que hace justicia es nacido
de él.
2 Crónicas 35
Josías celebra la
pascua
(2 R. 23.21-23)
35 Josías
celebró la pascua a Jehová en Jerusalén, y sacrificaron la pascua a los catorce
días del mes primero. 2 Puso también a los sacerdotes en sus
oficios, y los confirmó en el ministerio de la casa de Jehová. 3 Y
dijo a los levitas que enseñaban a todo Israel, y que estaban dedicados a
Jehová: Poned el arca santa en la casa que edificó Salomón hijo de David, rey
de Israel, para que no la carguéis más sobre los hombros. Ahora servid a Jehová
vuestro Dios, y a su pueblo Israel. 4 Preparaos según las
familias de vuestros padres, por vuestros turnos, como lo ordenaron David rey
de Israel y Salomón su hijo. 5 Estad en el santuario según la
distribución de las familias de vuestros hermanos los hijos del pueblo, y según
la distribución de la familia de los levitas. 6 Sacrificad
luego la pascua; y después de santificaros, preparad a vuestros hermanos para
que hagan conforme a la palabra de Jehová dada por medio de Moisés. 7 Y
dio el rey Josías a los del pueblo ovejas, corderos y cabritos de los rebaños,
en número de treinta mil, y tres mil bueyes, todo para la pascua, para todos
los que se hallaron presentes; esto de la hacienda del rey. 8 También
sus príncipes dieron con liberalidad al pueblo y a los sacerdotes y levitas. Hilcías,
Zacarías y Jehiel, oficiales de la casa de Dios, dieron a los sacerdotes, para
celebrar la pascua, dos mil seiscientas ovejas y trescientos bueyes. 9 Asimismo
Conanías, y Semaías y Natanael sus hermanos, y Hasabías, Jeiel y Josabad, jefes
de los levitas, dieron a los levitas, para los sacrificios de la pascua, cinco
mil ovejas y quinientos bueyes. 10 Preparado así el servicio,
los sacerdotes se colocaron en sus puestos, y asimismo los levitas en sus
turnos, conforme al mandamiento del rey. 11 Y sacrificaron la
pascua; y esparcían los sacerdotes la sangre recibida de mano de los levitas, y
los levitas desollaban las víctimas. 12 Tomaron luego del
holocausto, para dar conforme a los repartimientos de las familias del pueblo,
a fin de que ofreciesen a Jehová según está escrito en el libro de Moisés; y
asimismo tomaron de los bueyes. 13 Y asaron la pascua al fuego
conforme a la ordenanza; mas lo que había sido santificado lo cocieron en
ollas, en calderos y sartenes, y lo repartieron rápidamente a todo el pueblo. 14 Después
prepararon para ellos mismos y para los sacerdotes; porque los sacerdotes,
hijos de Aarón, estuvieron ocupados hasta la noche en el sacrificio de los
holocaustos y de las grosuras; por tanto, los levitas prepararon para ellos
mismos y para los sacerdotes hijos de Aarón. 15 Asimismo los
cantores hijos de Asaf estaban en su puesto, conforme al mandamiento de David,
de Asaf y de Hemán, y de Jedutún vidente del rey; también los porteros
estaban a cada puerta; y no era necesario que se apartasen de su ministerio,
porque sus hermanos los levitas preparaban para ellos. 16 Así
fue preparado todo el servicio de Jehová en aquel día, para celebrar la pascua
y para sacrificar los holocaustos sobre el altar de Jehová, conforme al
mandamiento del rey Josías. 17 Y los hijos de Israel que
estaban allí celebraron la pascua en aquel tiempo, y la fiesta solemne de los
panes sin levadura por siete días. 18 Nunca fue celebrada una
pascua como esta en Israel desde los días de Samuel el profeta; ni ningún rey
de Israel celebró pascua tal como la que celebró el rey Josías, con los
sacerdotes y levitas, y todo Judá e Israel, los que se hallaron allí,
juntamente con los moradores de Jerusalén. 19 Esta pascua fue
celebrada en el año dieciocho del rey Josías.
Muerte de Josías
(2 R. 23.28-30)
20 Después
de todas estas cosas, luego de haber reparado Josías la casa de Jehová, Necao
rey de Egipto subió para hacer guerra en Carquemis junto al Eufrates; y salió
Josías contra él. 21 Y Necao le envió mensajeros, diciendo:
¿Qué tengo yo contigo, rey de Judá? Yo no vengo contra ti hoy, sino contra la
casa que me hace guerra; y Dios me ha dicho que me apresure. Deja de oponerte a
Dios, quien está conmigo, no sea que él te destruya. 22 Mas
Josías no se retiró, sino que se disfrazó para darle batalla, y no atendió a
las palabras de Necao, que eran de boca de Dios; y vino a darle batalla en el
campo de Meguido. 23 Y los flecheros tiraron contra el rey
Josías. Entonces dijo el rey a sus siervos: Quitadme de aquí, porque estoy
gravemente herido. 24 Entonces sus siervos lo sacaron de aquel
carro, y lo pusieron en un segundo carro que tenía, y lo llevaron a Jerusalén,
donde murió; y lo sepultaron en los sepulcros de sus padres. Y todo Judá y
Jerusalén hicieron duelo por Josías. 25 Y Jeremías endechó en
memoria de Josías. Todos los cantores y cantoras recitan esas lamentaciones
sobre Josías hasta hoy; y las tomaron por norma para endechar en Israel, las
cuales están escritas en el libro de Lamentos. 26 Los demás
hechos de Josías, y sus obras piadosas conforme a lo que está escrito en la ley
de Jehová, 27 y sus hechos, primeros y postreros, he aquí están
escritos en el libro de los reyes de Israel y de Judá.
Salmos 89:38-52
38 Mas
tú desechaste y menospreciaste a tu ungido,
Y te has airado con él.
Y te has airado con él.
39 Rompiste
el pacto de tu siervo;
Has profanado su corona hasta la tierra.
Has profanado su corona hasta la tierra.
40 Aportillaste
todos sus vallados;
Has destruido sus fortalezas.
Has destruido sus fortalezas.
41 Lo
saquean todos los que pasan por el camino;
Es oprobio a sus vecinos.
Es oprobio a sus vecinos.
42 Has
exaltado la diestra de sus enemigos;
Has alegrado a todos sus adversarios.
Has alegrado a todos sus adversarios.
43 Embotaste
asimismo el filo de su espada,
Y no lo levantaste en la batalla.
Y no lo levantaste en la batalla.
44 Hiciste
cesar su gloria,
Y echaste su trono por tierra.
Y echaste su trono por tierra.
45 Has
acortado los días de su juventud;
Le has cubierto de afrenta. Selah
Le has cubierto de afrenta. Selah
46 ¿Hasta
cuándo, oh Jehová? ¿Te esconderás para siempre?
¿Arderá tu ira como el fuego?
¿Arderá tu ira como el fuego?
47 Recuerda
cuán breve es mi tiempo;
¿Por qué habrás creado en vano a todo hijo de hombre?
¿Por qué habrás creado en vano a todo hijo de hombre?
48 ¿Qué
hombre vivirá y no verá muerte?
¿Librará su vida del poder del Seol? Selah
¿Librará su vida del poder del Seol? Selah
49 Señor,
¿dónde están tus antiguas misericordias,
Que juraste a David por tu verdad?
Que juraste a David por tu verdad?
50 Señor,
acuérdate del oprobio de tus siervos;
Oprobio de muchos pueblos, que llevo en mi seno.
Oprobio de muchos pueblos, que llevo en mi seno.
51 Porque
tus enemigos, oh Jehová, han deshonrado,
Porque tus enemigos han deshonrado los pasos de tu ungido.
Porque tus enemigos han deshonrado los pasos de tu ungido.
52 Bendito
sea Jehová para siempre.
Amén, y Amén. ms LIBRO IV
Amén, y Amén. ms LIBRO IV
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