15
de Julio
¡A precio
de Sangre!
Por
Riqui Ricón*
Porque nosotros somos colaboradores de Dios, y
vosotros sois labranza de Dios, edificio de Dios (1 Co 3.9).
Si alguna
vez te has preguntado cuánto vales para Dios, ojalá te asombres al meditar en
esto: No existen tesoros en el universo que se puedan comparar a la más pequeña
e insignificante gota de la Sangre de Jesucristo el unigénito Hijo de Dios; y
el precio, el valor que el Padre dio a tu vida fue nada más y nada menos que
toda, hasta la última gota, de la Sangre de Su propio y amado Hijo, Jesús.
Y ellos serán míos, dice Jehová de los
ejércitos, en aquel día, cuando los reconozca públicamente y declare
abiertamente que son mis joyas (Mi propiedad particular, mi especial tesoro). Y
yo los perdone, como un hombre perdona la vida a su hijo que le sirve
¡Tú eres
el(la) amado(a) de Dios! ¡Tú eres Su Especial Tesoro!
Pero Dios es tan rico en misericordia
y nos amó tanto que, a pesar de que estábamos muertos por causa de nuestros
pecados, nos dio vida cuando levantó a Cristo de los muertos. (¡Es sólo por la
gracia de Dios que ustedes han sido salvados!) Pues nos levantó de los muertos
junto con Cristo y nos sentó con él en los lugares celestiales, porque estamos
unidos a Cristo Jesús. De modo que, en los tiempos futuros, Dios puede ponernos
como ejemplos de la increíble riqueza de la gracia y la bondad que nos tuvo,
como se ve en todo lo que ha hecho por nosotros, que estamos unidos a Cristo
Jesús (Efe 2.4-7 NTV).
¡Esto es lo
que tú vales para Dios!
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha
dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas
tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para
condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él (Jn
3.16-17).
¡Dios te
Valora tanto que prefirió entregar a Su propio Hijo, Jesús, a que pagara todos
tus pecados antes que perderte a ti!
Aún más
asombroso es leer en Su Palabra, que no miente, la Biblia, que tú has sido
declarado(a) Hijo(a) y colaborador(a) Suyo(a).
¡Tú eres
labranza de Dios y edificio de Él!
MIREN CUÁNTO NOS ama el Padre
celestial que permite que seamos llamados hijos de Dios. ¡Y lo mas maravilloso
es que de veras lo somos! Naturalmente, como la mayoría de la gente no conoce a
Dios, no comprende por qué lo somos (1 Jn 3.1
BAD).
Así que,
cuando el diablo venga a cuestionarte, intentando poner duda en tu corazón con
pensamientos como: ¿tú? Si no eres nadie. Has fracasado y seguirás fracasando,
además eres un(a) hipócrita pues ni eres santo(a), ni justo(a), ni nada de eso.
Eres un(a) vil pecador(a). Y además, bla, bla, bla... Entonces, en esos
momentos pararte firmemente en tu fe; créele a Dios creyendo Su Palabra y
declárale al diablo, en su misma carota, que tú eres lo más valioso(a) que Dios
tiene en esta tierra: un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo.
El [Satanás] ha
sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no
hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y
padre de mentira (Jn 8.44).
Muéstrale a
ese mentiroso que Dios mismo ha declarado en Su Palabra que tú Naciste de Nuevo
no de simiente corruptible sino de la incorruptible semilla que es la Palabra
de Dios que vive y permanece para siempre.
Pues han nacido de nuevo pero no a una
vida que pronto se acabará. Su nueva vida durará para siempre porque proviene
de la eterna y viviente palabra de Dios (1 P 1.23 NTV).
Recuérdale
que todo aquel que CREE en Jesús como el Señor y Salvador de su Vida, no se pierde
sino que tiene ¡Vida Eterna!
Hazle saber
que tú has sido establecido(a) por el dueño y Señor del universo como
colaborador(a) Suyo(a) para reinar en esta vida y sobre de esta tierra.
y cantaban un nuevo cántico, diciendo: Digno eres de tomar el libro y de
abrir sus sellos; porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido
para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación; y nos has hecho para
nuestro Dios reyes y sacerdotes, y
reinaremos sobre la tierra (Apo 5.9-10).
Aclárale
que tú vas a reinar sobre toda enfermedad, aflicción o enfermedad que él
(Satanás) te quiera echar encima pues mayor es Dios que está en ti y contigo,
que el que está en el mundo.
Hijitos, vosotros sois de Dios, y los
habéis vencido; porque mayor es el que está en vosotros, que el que está en el
mundo (1 Jn 4.4).
Recuérdale
en sus narices que la Sangre de Cristo Jesús es el precio con el cual fuiste
comprado(a) y establecido(a) como Hijo(a) del Reino.
Forjad
espadas de vuestros azadones, lanzas de vuestras hoces; diga el débil:
Fuerte soy (Jo 3.10).
Esta es la Palabra de Dios y sí, puedes gritarlo: ¡Fuerte Soy!
Antes, en todas estas cosas somos más
que vencedores por medio de aquel que nos amó (Ro 8.37).
No permitas que Satanás use las circunstancias adversas para hacerte
sentir débil, enfermo(a) o fracasado(a), pues, al fin y al cabo, por la Palabra
de Dios, sabes que sabes, que de toda aflicción, problema o enfermedad saldrás
más que vencedor(a) por medio de Aquel que te amó, Cristo Jesús.
Así que, pase
lo que pase y suceda lo que suceda, toma la espada del Espíritu que es la
Palabra de Dios y declárate a ti mismo(a), fuerte y pleno(a) en Cristo Jesús.
Oremos en
voz audible:
Amado Padre
celestial, en este momento quiero honrarte aceptando y recibiendo esa preciosa
identidad que me has dado como Hijo(a) Tuyo(a). Creo y por lo tanto declaro que
soy lo(a) más valioso(a) que tienes sobre la tierra. He conocido y creído el
Amor que Tú, oh Dios, tienes por mí. Señor Jesús, no voy a permitir que el
espíritu de temor y duda me haga soltar lo que con tanto Amor pagaste por mí en
esa cruz: y esto es, el saber y creer que en Verdad soy un(a) Hija(o) legítimo(a)
del único Dios vivo y verdadero. Por tanto, nada ni nadie me puede vencer; nada
ni nadie me puede separar de Tu Amor que es en Cristo Jesús mi Señor. Contigo
ya he vencido al mundo. ¡Soy sano(a)! ¡Soy libre! ¡Soy próspero(a)! ¡Soy
dichoso(a)! ¡Soy un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo! Gracias Señor Jesús,
te amo con todo mi corazón. Amén.
Nota Importante:
¿Cómo me
hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco una relación con el Todopoderoso?
Sólo haz la
siguiente oración en voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que
le estás diciendo a Dios:
Señor
Jesús, yo creo que eres el Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen
María para pagar todos mis pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te
digo el día de hoy que sí acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí
acepto Tu Sangre preciosa derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro
mi corazón y te invito a entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y
para siempre Tú seas mi único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi
Señor. Gracias, Dios Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe
he pasado de muerte a Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz
admirable. ¡Hoy he Nacido de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú
eres mi Padre! ¡Nunca más estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el
nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo
C. Peredo Jaime © 2011
Lectura y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al final de un
año habrás leído toda la Biblia.
Septiembre 14 Jn
16:4b-33/ 2 Cr 24/ Sal 81
Juan 16:4-33
4 Mas os he dicho estas cosas, para
que cuando llegue la hora, os acordéis de que ya os lo había dicho.
La obra del
Espíritu Santo
Esto
no os lo dije al principio, porque yo estaba con vosotros. 5 Pero
ahora voy al que me envió; y ninguno de vosotros me pregunta: ¿A dónde vas? 6 Antes,
porque os he dicho estas cosas, tristeza ha llenado vuestro corazón. 7 Pero
yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me fuera, el
Consolador no vendría a vosotros; mas si me fuere, os lo enviaré. 8 Y
cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio. 9 De
pecado, por cuanto no creen en mí; 10 de justicia, por cuanto
voy al Padre, y no me veréis más; 11 y de juicio, por cuanto el
príncipe de este mundo ha sido ya juzgado. 12 Aún tengo muchas
cosas que deciros, pero ahora no las podéis sobrellevar. 13 Pero
cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no
hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará
saber las cosas que habrán de venir. 14 El me glorificará;
porque tomará de lo mío, y os lo hará saber. 15 Todo lo que
tiene el Padre es mío; por eso dije que tomará de lo mío, y os lo hará saber.
La tristeza se
convertirá en gozo
16 Todavía un poco, y no me veréis; y de
nuevo un poco, y me veréis; porque yo voy al Padre. 17 Entonces
se dijeron algunos de sus discípulos unos a otros: ¿Qué es esto que nos dice:
Todavía un poco y no me veréis; y de nuevo un poco, y me veréis; y, porque yo
voy al Padre? 18 Decían, pues: ¿Qué quiere decir con: Todavía
un poco? No entendemos lo que habla. 19 Jesús conoció que
querían preguntarle, y les dijo: ¿Preguntáis entre vosotros acerca de esto que
dije: Todavía un poco y no me veréis, y de nuevo un poco y me veréis? 20 De
cierto, de cierto os digo, que vosotros lloraréis y lamentaréis, y el mundo se
alegrará; pero aunque vosotros estéis tristes, vuestra tristeza se convertirá
en gozo. 21 La mujer cuando da a luz, tiene dolor, porque ha
llegado su hora; pero después que ha dado a luz un niño, ya no se acuerda de la
angustia, por el gozo de que haya nacido un hombre en el mundo. 22 También
vosotros ahora tenéis tristeza; pero os volveré a ver, y se gozará vuestro
corazón, y nadie os quitará vuestro gozo. 23 En aquel día no me
preguntaréis nada. De cierto, de cierto os digo, que todo cuanto pidiereis al
Padre en mi nombre, os lo dará. 24 Hasta ahora nada habéis
pedido en mi nombre; pedid, y recibiréis, para que vuestro gozo sea cumplido.
Yo he vencido al
mundo
25 Estas cosas os he hablado en
alegorías; la hora viene cuando ya no os hablaré por alegorías, sino que
claramente os anunciaré acerca del Padre. 26 En aquel día
pediréis en mi nombre; y no os digo que yo rogaré al Padre por vosotros, 27 pues
el Padre mismo os ama, porque vosotros me habéis amado, y habéis creído que yo
salí de Dios. 28 Salí del Padre, y he venido al mundo; otra vez
dejo el mundo, y voy al Padre. 29 Le dijeron sus discípulos: He
aquí ahora hablas claramente, y ninguna alegoría dices. 30 Ahora
entendemos que sabes todas las cosas, y no necesitas que nadie te pregunte; por
esto creemos que has salido de Dios. 31 Jesús les respondió:
¿Ahora creéis? 32 He aquí la hora viene, y ha venido ya, en que
seréis esparcidos cada uno por su lado, y me dejaréis solo; mas no estoy solo,
porque el Padre está conmigo. 33 Estas cosas os he hablado para
que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he
vencido al mundo.
2 Crónicas 24
Reinado de Joás de
Judá
(2 R. 12.1-21)
24 De siete
años era Joás cuando comenzó a reinar, y cuarenta años reinó en Jerusalén. El
nombre de su madre fue Sibia, de Beerseba. 2 E hizo Joás lo
recto ante los ojos de Jehová todos los días de Joiada el sacerdote. 3 Y
Joiada tomó para él dos mujeres; y engendró hijos e hijas. 4 Después
de esto, aconteció que Joás decidió restaurar la casa de Jehová. 5 Y
reunió a los sacerdotes y los levitas, y les dijo: Salid por las ciudades de
Judá, y recoged dinero de todo Israel, para que cada año sea reparada la casa
de vuestro Dios; y vosotros poned diligencia en el asunto. Pero los levitas no
pusieron diligencia. 6 Por lo cual el rey llamó al sumo
sacerdote Joiada y le dijo: ¿Por qué no has procurado que los levitas traigan
de Judá y de Jerusalén la ofrenda que Moisés siervo de Jehová impuso a la
congregación de Israel para el tabernáculo del testimonio? 7 Porque
la impía Atalía y sus hijos habían destruido la casa de Dios, y además habían
gastado en los ídolos todas las cosas consagradas de la casa de Jehová. 8 Mandó,
pues, el rey que hiciesen un arca, la cual pusieron fuera, a la puerta de la
casa de Jehová; 9 e hicieron pregonar en Judá y en Jerusalén,
que trajesen a Jehová la ofrenda que Moisés siervo de Dios había impuesto a Israel
en el desierto. 10 Y todos los jefes y todo el pueblo se
gozaron, y trajeron ofrendas, y las echaron en el arca hasta llenarla. 11 Y
cuando venía el tiempo para llevar el arca al secretario del rey por mano de
los levitas, cuando veían que había mucho dinero, venía el escriba del rey, y
el que estaba puesto por el sumo sacerdote, y llevaban el arca, y la vaciaban,
y la volvían a su lugar. Así lo hacían de día en día, y recogían mucho dinero, 12 y
el rey y Joiada lo daban a los que hacían el trabajo del servicio de la casa de
Jehová; y tomaban canteros y carpinteros que reparasen la casa de Jehová, y
artífices en hierro y bronce para componer la casa. 13 Hacían,
pues, los artesanos la obra, y por sus manos la obra fue restaurada, y
restituyeron la casa de Dios a su antigua condición, y la consolidaron. 14 Y
cuando terminaron, trajeron al rey y a Joiada lo que quedaba del dinero, e
hicieron de él utensilios para la casa de Jehová, utensilios para el servicio,
morteros, cucharas, vasos de oro y de plata. Y sacrificaban holocaustos
continuamente en la casa de Jehová todos los días de Joiada. 15 Mas
Joiada envejeció, y murió lleno de días; de ciento treinta años era cuando
murió. 16 Y lo sepultaron en la ciudad de David con los reyes,
por cuanto había hecho bien con Israel, y para con Dios, y con su casa. 17 Muerto
Joiada, vinieron los príncipes de Judá y ofrecieron obediencia al rey; y el rey
los oyó. 18 Y desampararon la casa de Jehová el Dios de sus
padres, y sirvieron a los símbolos de Asera y a las imágenes esculpidas.
Entonces la ira de Dios vino sobre Judá y Jerusalén por este su pecado. 19 Y
les envió profetas para que los volviesen a Jehová, los cuales les amonestaron;
mas ellos no los escucharon. 20 Entonces el Espíritu de Dios
vino sobre Zacarías hijo del sacerdote Joiada; y puesto en pie, donde estaba
más alto que el pueblo, les dijo: Así ha dicho Dios: ¿Por qué quebrantáis los
mandamientos de Jehová? No os vendrá bien por ello; porque por haber dejado a
Jehová, él también os abandonará. 21 Pero ellos hicieron
conspiración contra él, y por mandato del rey lo apedrearon hasta matarlo, en
el patio de la casa de Jehová. 22 Así el rey Joás no se acordó
de la misericordia que Joiada padre de Zacarías había hecho con él, antes mató
a su hijo, quien dijo al morir: Jehová lo vea y lo demande. 23 A
la vuelta del año subió contra él el ejército de Siria; y vinieron a Judá y a
Jerusalén, y destruyeron en el pueblo a todos los principales de él, y enviaron
todo el botín al rey a Damasco. 24 Porque aunque el ejército de
Siria había venido con poca gente, Jehová entregó en sus manos un ejército muy
numeroso, por cuanto habían dejado a Jehová el Dios de sus padres. Así ejecutaron
juicios contra Joás. 25 Y cuando se fueron los sirios, lo
dejaron agobiado por sus dolencias; y conspiraron contra él sus siervos a causa
de la sangre de los hijos de Joiada el sacerdote, y lo hirieron en su cama, y
murió. Y lo sepultaron en la ciudad de David, pero no en los sepulcros de los
reyes. 26 Los que conspiraron contra él fueron Zabad hijo de
Simeat amonita, y Jozabad hijo de Simrit moabita. 27 En cuanto
a los hijos de Joás, y la multiplicación que hizo de las rentas, y la
restauración de la casa de Jehová, he aquí está escrito en la historia del
libro de los reyes. Y reinó en su lugar Amasías su hijo.
Salmos 81
Bondad de Dios y
perversidad de Israel
Al músico
principal; sobre Gitit. Salmo de Asaf.
81 Cantad con gozo a
Dios, fortaleza nuestra;
Al Dios de Jacob aclamad con júbilo.
Al Dios de Jacob aclamad con júbilo.
2 Entonad canción, y tañed el pandero,
El arpa deliciosa y el salterio.
El arpa deliciosa y el salterio.
3 Tocad la trompeta en la nueva luna,
En el día señalado, en el día de nuestra fiesta solemne.
En el día señalado, en el día de nuestra fiesta solemne.
4 Porque estatuto es de Israel,
Ordenanza del Dios de Jacob.
Ordenanza del Dios de Jacob.
5 Lo constituyó como testimonio en
José
Cuando salió por la tierra de Egipto.
Oí lenguaje que no entendía;
Cuando salió por la tierra de Egipto.
Oí lenguaje que no entendía;
6 Aparté su hombro de debajo de la
carga;
Sus manos fueron descargadas de los cestos.
Sus manos fueron descargadas de los cestos.
7 En la calamidad clamaste, y yo te
libré;
Te respondí en lo secreto del trueno;
Te probé junto a las aguas de Meriba. Selah
Te respondí en lo secreto del trueno;
Te probé junto a las aguas de Meriba. Selah
8 Oye, pueblo mío, y te amonestaré.
Israel, si me oyeres,
Israel, si me oyeres,
9 No habrá en ti dios ajeno,
Ni te inclinarás a dios extraño.
Ni te inclinarás a dios extraño.
10 Yo soy Jehová tu Dios,
Que te hice subir de la tierra de Egipto;
Abre tu boca, y yo la llenaré.
Que te hice subir de la tierra de Egipto;
Abre tu boca, y yo la llenaré.
11 Pero mi pueblo no oyó mi voz,
E Israel no me quiso a mí.
E Israel no me quiso a mí.
12 Los dejé, por tanto, a la
dureza de su corazón;
Caminaron en sus propios consejos.
Caminaron en sus propios consejos.
13 !!Oh, si me hubiera oído mi
pueblo,
Si en mis caminos hubiera andado Israel!
Si en mis caminos hubiera andado Israel!
14 En un momento habría yo
derribado a sus enemigos,
Y vuelto mi mano contra sus adversarios.
Y vuelto mi mano contra sus adversarios.
15 Los que aborrecen a Jehová se
le habrían sometido,
Y el tiempo de ellos sería para siempre.
Y el tiempo de ellos sería para siempre.
16 Les sustentaría Dios con lo
mejor del trigo,
Y con miel de la peña les saciaría.
Y con miel de la peña les saciaría.
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