3 de Mayo
¡Por tu elocuente Mediador!
Por Riqui Ricón*
Si tuviese cerca de él
Algún elocuente mediador muy escogido, Que anuncie al hombre su deber; Que le
diga que Dios tuvo de él misericordia, Que lo libró de descender al sepulcro,
Que halló redención; Su carne será más tierna que la del niño, Volverá a los
días de su juventud. Orará a Dios, y éste le amará, Y verá su faz con júbilo;
Y restaurará al hombre su justicia. El mira sobre los hombres; y al que
dijere: Pequé, y pervertí lo recto, Y no me ha aprovechado, Dios redimirá su
alma para que no pase al sepulcro, Y su vida se verá en luz. He aquí, todas
estas cosas hace Dios Dos y tres veces con el hombre, Para apartar su alma del
sepulcro, Y para iluminarlo con la luz de los vivientes
(Job 33. 23-30).
Que hermoso y reconfortante es saber que tú cuentas
con ese escogido y elocuente mediador: Cristo Jesús.
Por Él, puedes estar seguro(a) que el Amor y
la misericordia de Dios son abundantes para contigo y has hallado redención.
¡Jesús te ha librado de descender al sepulcro! ¡Ha pagado todos tus pecados!
Porque
la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo
Jesús Señor nuestro (Ro 6.23).
Has sido justificado(a), perdonado(a) y
creado(a) de Nuevo (mas ahora como un(a) Hijo(a) de Dios), para poder estar
delante de Su Presencia limpio(a) y sin mancha, como lavado(a) en la preciosa
Sangre de tu Señor, Rey y Salvador.
Justificados,
pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor
Jesucristo; por quien también tenemos entrada por la fe a esta
gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria
de Dios (Ro 5. 1-2).
Ahora
puedes, con toda confianza, acercarte a tu Dios y Padre para alcanzar
misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.
Acerquémonos, pues,
confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia
para el oportuno socorro (He 4.16).
La Biblia, que es la Palabra de Dios y no
miente, te asegura que cuando tú oras a Dios, Él te escucha; y no solamente te
escucha sino que, mientras tú oras, tu mediador, Jesucristo, presenta tu
oración delante del Padre para hablar a tu favor.
Pacientemente
esperé a Jehová, Y se inclinó a mí, y oyó mi clamor. Y me hizo sacar del pozo
de la desesperación, del lodo cenagoso; Puso mis pies sobre peña, y enderezó
mis pasos. Puso luego en mi boca cántico nuevo, alabanza a nuestro Dios. Verán
esto muchos, y temerán, Y confiarán en Jehová (Sal
40.1-3).
Así que, no permitas que nada, ni nadie, ni
enfermedad, ni circunstancias difíciles y ni aún el pecado, te desanimen para
cada día buscar la comunión con Dios en la oración y a través de la lectura y la
meditación de Su Palabra.
Nunca
se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche
meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está
escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien (Jos
1.8).
Dios, en Su infinito
Amor por ti, te enseña en Su Palabra la manera en que tú puedes hacer prosperar
tu camino y que todo te salga bien: ¡Haz de la lectura y meditación de la
Biblia la norma máxima de tu vida! ¡Medita en Ella de día y de noche!
Así
que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios (Ro
10.17).
La fe ES cuando lees y
meditas la Biblia.
Porque la fe viene cuando se escucha con atención el
mensaje que predicamos acerca de Jesucristo (Ro 10.17 CST).
Por tu fe, por creerle a Dios, creyendo Su
Palabra, puedes vivir confiadamente por siempre.
Así que vivimos confiados
siempre… (porque por fe andamos, no por vista) (2 Co 5.6a, 7).
Tú necesitas fe para
vivir en victoria siempre y la fe viene por escuchar continuamente y con
atención el mensaje de la Palabra de Dios.
Jehová
de los ejércitos, Dichoso el hombre que en ti confía (Sal
84.12).
Y recuerda, si has cometido pecado no
huyas de Dios, corre hacia Él porque,
Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar
nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad (1
Jn 1.9).
Él no te ha dejado, ni te dejará. Su
propósito para contigo es que tengas una vida llena de luz y plenitud.
Así es, puedes gritarlo si quieres: ¡Vivo en
la Luz!
¿Quién
acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica. ¿Quién
es el que condenará? Cristo es el que murió; más aun, el que también resucitó,
el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por
nosotros. ¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o
angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? Como
está escrito: Por causa de ti somos muertos todo el tiempo; Somos contados como
ovejas de matadero. Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por
medio de aquel que nos amó. Por lo cual estoy seguro de que ni la
muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente,
ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa
creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro
(Ro 8. 33-39).
¡Jesús es un elocuente
mediador muy escogido que intercede por ti a la diestra de Dios!
Oremos en voz audible:
Amado Padre celestial, ¿qué puedo decir a
todo esto? Solamente que te amo, que conocerte a Ti, conocer Tu Palabra y Tu
Amor para conmigo, es lo mejor que me ha sucedido. Creo y recibo Tu Amor.
Gracias por ese elocuente y escogido mediador que me has dado. ¡Gracias Jesús!
Hoy puedo enfrentar cualquier problema o circunstancia sabiendo quién soy yo y
quién está conmigo. Soy un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo y no Nací de
Nuevo de una simiente corruptible sino de la incorruptible semilla que es Tu
Palabra que vive y permanece para siempre. Creo y declaro firmemente que yo,
__________ (tu nombre aquí), tengo la Vida Eterna que Tú, Jesucristo, compraste
para mí. Creo y declaro firmemente que Dios, el Espíritu Santo, está en mí y conmigo;
y si Tú, oh Dios, estás conmigo ¿quién contra mí? ¡Todo lo puedo en Cristo que
me fortalece! ¡En toda angustia, problema o enfermedad soy más que vencedor(a)
por medio de Aquel que me amó, Cristo Jesús! ¡Soy
sano(a)! ¡Soy libre! ¡Soy próspero(a)! ¡Soy dichoso(a)! ¡Gracias Padre! ¡Muchas Gracias! En el nombre de Jesús.
Amén.
Nota Importante:
¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco
una relación con el Todopoderoso?
Sólo haz la siguiente oración en voz audible
poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a Dios:
Señor Jesús, yo creo que eres el Hijo de
Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis pecados,
y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí acepto.
¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa derramada
hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a entrar
porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi único y
suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios Poderoso, pues
con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a Vida, he sido
trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido de Nuevo!
¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más estaré
solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C. Peredo Jaime © 2012
Lectura y
Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas
lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Mayo 3 Hch 15. 22-41
/
Jue 1 / Job 33
Hechos
15. 22-41
22Entonces
pareció bien a los apóstoles y a los ancianos, con toda la iglesia, elegir de
entre ellos varones y enviarlos a Antioquía con Pablo y Bernabé: a Judas que
tenía por sobrenombre Barsabás, y a Silas, varones principales entre los
hermanos; 23y escribir por conducto de ellos: Los apóstoles y los ancianos y los
hermanos, a los hermanos de entre los gentiles que están en Antioquía, en Siria
y en Cilicia, salud. 24Por cuanto hemos oído que algunos que han salido de nosotros, a los
cuales no dimos orden, os han inquietado con palabras, perturbando vuestras
almas, mandando circuncidaros y guardar la ley, 25nos ha
parecido bien, habiendo llegado a un acuerdo, elegir varones y enviarlos a
vosotros con nuestros amados Bernabé y Pablo, 26hombres que
han expuesto su vida por el nombre de nuestro Señor Jesucristo. 27Así que
enviamos a Judas y a Silas, los cuales también de palabra os harán saber lo
mismo. 28Porque ha parecido bien al Espíritu Santo, y a nosotros, no imponeros
ninguna carga más que estas cosas necesarias: 29que os
abstengáis de lo sacrificado a ídolos, de sangre, de ahogado y de fornicación;
de las cuales cosas si os guardareis, bien haréis. Pasadlo bien.
30Así, pues, los
que fueron enviados descendieron a Antioquía, y reuniendo a la congregación,
entregaron la carta; 31habiendo leído la cual, se regocijaron por
la consolación. 32Y Judas y Silas, como ellos también eran
profetas, consolaron y confirmaron a los hermanos con abundancia de palabras.
33Y pasando algún tiempo allí, fueron despedidos en paz por los
hermanos, para volver a aquellos que los habían enviado. 34Mas a
Silas le pareció bien el quedarse allí. 35Y Pablo y Bernabé
continuaron en Antioquía, enseñando la palabra del Señor y anunciando el
evangelio con otros muchos.
Pablo se separa de Bernabé, y comienza su segundo viaje misionero
36Después de
algunos días, Pablo dijo a Bernabé: Volvamos a visitar a los hermanos en todas
las ciudades en que hemos anunciado la palabra del Señor, para ver cómo están.
37Y Bernabé quería que llevasen consigo a Juan, el que tenía por
sobrenombre Marcos; 38pero a Pablo no le parecía bien llevar
consigo al que se había apartado de ellos desde Panfilia, y no
había ido con ellos a la obra. 39Y hubo tal desacuerdo entre
ellos, que se separaron el uno del otro; Bernabé, tomando a Marcos, navegó a
Chipre, 40y Pablo, escogiendo a Silas, salió encomendado por los
hermanos a la gracia del Señor, 41y pasó por Siria y Cilicia,
confirmando a las iglesias.
Jueces
1
Judá y Simeón capturan a Adoni-bezec
1
1Aconteció
después de la muerte de Josué, que los hijos de Israel consultaron a Jehová,
diciendo: ¿Quién de nosotros subirá primero a pelear contra los cananeos?
2Y Jehová respondió: Judá subirá; he aquí que yo he entregado la tierra
en sus manos. 3Y Judá dijo a Simeón su hermano: Sube conmigo al
territorio que se me ha adjudicado, y peleemos contra el cananeo, y yo también
iré contigo al tuyo. Y Simeón fue con él. 4Y subió Judá, y Jehová
entregó en sus manos al cananeo y al ferezeo; e hirieron de ellos en Bezec a
diez mil hombres. 5Y hallaron a Adoni-bezec en Bezec, y pelearon
contra él; y derrotaron al cananeo y al ferezeo. 6Mas Adoni-bezec
huyó; y le siguieron y le prendieron, y le cortaron los pulgares de las manos y
de los pies. 7Entonces dijo Adoni-bezec: Setenta reyes, cortados
los pulgares de sus manos y de sus pies, recogían las migajas debajo de mi
mesa; como yo hice, así me ha pagado Dios. Y le llevaron a Jerusalén, donde
murió.
Judá conquista Jerusalén y Hebrón
8Y combatieron
los hijos de Judá a Jerusalén y la tomaron, y pasaron a sus habitantes a filo
de espada y pusieron fuego a la ciudad. 9Después los hijos de Judá
descendieron para pelear contra el cananeo que habitaba en las montañas, en el
Neguev, y en los llanos. 10Y marchó Judá contra el cananeo que
habitaba en Hebrón, la cual se llamaba antes Quiriat-arba; e hirieron a Sesai,
a Ahimán y a Talmai.
Otoniel conquista Debir y
recibe a Acsa
(Jos. 15.15–19)
11De allí fue a
los que habitaban en Debir, que antes se llamaba Quiriat-sefer. 12Y
dijo Caleb: El que atacare a Quiriat-sefer y la tomare, yo le daré Acsa mi hija
por mujer. 13Y la tomó Otoniel hijo de Cenaz, hermano menor de
Caleb; y él le dio Acsa su hija por mujer. 14Y cuando ella se iba
con él, la persuadió que pidiese a su padre un campo. Y ella se bajó del asno,
y Caleb le dijo: ¿Qué tienes? 15Ella entonces le respondió:
Concédeme un don; puesto que me has dado tierra del Neguev, dame también fuentes
de aguas. Entonces Caleb le dio las fuentes de arriba y las fuentes de abajo.
Extensión de las conquistas de Judá y de Benjamín
16Y los hijos del
ceneo, suegro de Moisés, subieron de la ciudad de las palmeras con los hijos de
Judá al desierto de Judá, que está en el Neguev cerca de Arad; y fueron y
habitaron con el pueblo. 17Y fue Judá con su hermano Simeón, y
derrotaron al cananeo que habitaba en Sefat, y la asolaron; y pusieron por
nombre a la ciudad, Horma. 18Tomó también Judá a Gaza con su
territorio, Ascalón con su territorio y Ecrón con su territorio. 19Y
Jehová estaba con Judá, quien arrojó a los de las montañas; mas no pudo arrojar
a los que habitaban en los llanos, los cuales tenían carros herrados. 20Y
dieron Hebrón a Caleb, como Moisés había dicho; y él arrojó de allí a los tres
hijos de Anac. 21Mas al jebuseo que habitaba en
Jerusalén no lo arrojaron los hijos de Benjamín, y el jebuseo habitó con los
hijos de Benjamín en Jerusalén hasta hoy.
José conquista Bet-el
22También la casa
de José subió contra Bet-el; y Jehová estaba con ellos. 23Y la
casa de José puso espías en Bet-el, ciudad que antes se llamaba Luz. 24Y
los que espiaban vieron a un hombre que salía de la ciudad, y le dijeron:
Muéstranos ahora la entrada de la ciudad, y haremos contigo misericordia.
25Y él les mostró la entrada a la ciudad, y la hirieron a filo de
espada; pero dejaron ir a aquel hombre con toda su familia. 26Y se
fue el hombre a la tierra de los heteos, y edificó una ciudad a la cual llamó
Luz; y este es su nombre hasta hoy.
Extensión de las conquistas de Manasés y de Efraín
27Tampoco Manasés
arrojó a los de Bet-seán, ni a los de sus aldeas, ni a los de Taanac y sus
aldeas, ni a los de Dor y sus aldeas, ni a los habitantes de Ibleam y sus
aldeas, ni a los que habitan en Meguido y en sus aldeas; y el cananeo persistía
en habitar en aquella tierra. 28Pero cuando Israel se sintió
fuerte hizo al cananeo tributario, mas no lo arrojó.
29Tampoco Efraín
arrojó al cananeo que habitaba en Gezer, sino que habitó el cananeo en medio de
ellos en Gezer.
Extensión de las conquistas de las demás tribus
30Tampoco Zabulón
arrojó a los que habitaban en Quitrón, ni a los que habitaban en Naalal, sino
que el cananeo habitó en medio de él, y le fue tributario.
31Tampoco Aser
arrojó a los que habitaban en Aco, ni a los que habitaban en Sidón, en Ahlab,
en Aczib, en Helba, en Afec y en Rehob. 32Y moró Aser entre los
cananeos que habitaban en la tierra; pues no los arrojó.
33Tampoco Neftalí
arrojó a los que habitaban en Bet-semes, ni a los que habitaban en Bet-anat,
sino que moró entre los cananeos que habitaban en la tierra; mas le fueron
tributarios los moradores de Bet-semes y los moradores de Bet-anat.
34Los amorreos
acosaron a los hijos de Dan hasta el monte, y no los dejaron descender a los
llanos. 35Y el amorreo persistió en habitar en el monte de Heres,
en Ajalón y en Saalbim; pero cuando la casa de José cobró fuerzas, lo hizo
tributario. 36Y el límite del amorreo fue desde la subida de
Acrabim, desde Sela hacia arriba.
Job 33
Eliú censura a Job
33
1 Por tanto, Job, oye ahora mis razones,
Y escucha
todas mis palabras.
2 He aquí yo abriré ahora mi boca,
Y mi lengua
hablará en mi garganta.
3 Mis razones declararán la rectitud de mi corazón,
Y lo que
saben mis labios, lo hablarán con sinceridad.
4 El espíritu de Dios me hizo,
Y el soplo
del Omnipotente me dio vida.
5 Respóndeme si puedes;
Ordena tus
palabras, ponte en pie.
6 Heme aquí a mí en lugar de Dios, conforme a tu dicho;
De barro fui
yo también formado.
7 He aquí, mi terror no te espantará,
Ni mi mano se agravará sobre
ti.
8 De cierto tú dijiste a oídos míos,
Y yo oí la
voz de tus palabras que decían:
9 Yo soy limpio y sin defecto;
Soy
inocente, y no hay maldad en mí.
10 He aquí que él buscó reproches contra mí,
Y me tiene
por su enemigo;
11 Puso mis pies en el cepo,
Y vigiló todas mis sendas.
12 He aquí, en esto no has hablado justamente;
Yo te
responderé que mayor es Dios que el hombre.
13 ¿Por qué contiendes contra él?
Porque él no
da cuenta de ninguna de sus razones.
14 Sin embargo, en una o en dos maneras habla Dios;
Pero el
hombre no entiende.
15 Por sueño, en visión nocturna,
Cuando el
sueño cae sobre los hombres,
Cuando se
adormecen sobre el lecho,
16 Entonces revela al oído de los hombres,
Y les señala
su consejo,
17 Para quitar al hombre de su obra,
Y apartar
del varón la soberbia.
18 Detendrá su alma del sepulcro,
Y su vida de que perezca a
espada.
19 También sobre su cama es castigado
Con dolor
fuerte en todos sus huesos,
20 Que le hace que su vida aborrezca el pan,
Y su alma la
comida suave.
21 Su carne desfallece, de manera que no se ve,
Y sus
huesos, que antes no se veían, aparecen.
22 Su alma se acerca al sepulcro,
Y su vida a
los que causan la muerte.
23 Si tuviese cerca de él
Algún
elocuente mediador muy escogido,
Que anuncie
al hombre su deber;
24 Que le diga que Dios tuvo de él misericordia,
Que lo libró
de descender al sepulcro,
Que halló
redención;
25 Su carne será más tierna que la del niño,
Volverá a
los días de su juventud.
26 Orará a Dios, y éste le amará,
Y verá su
faz con júbilo;
Y restaurará
al hombre su justicia.
27 El mira sobre los hombres; y al que dijere:
Pequé, y
pervertí lo recto,
Y no me ha
aprovechado,
28 Dios redimirá su alma para que no pase al sepulcro,
Y su vida se
verá en luz.
29 He aquí, todas estas cosas hace Dios
Dos y tres
veces con el hombre,
30 Para apartar su alma del sepulcro,
Y para
iluminarlo con la luz de los vivientes.
31 Escucha, Job, y óyeme;
Calla, y yo
hablaré.
32 Si tienes razones, respóndeme;
Habla,
porque yo te quiero justificar.
33 Y si no, óyeme tú a mí;
Calla, y te
enseñaré sabiduría.
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