¡Cómo alcanzar la Bendición de Dios!
20 de Febrero
¡Creyéndole a Dios! ¡Creyendo Su
Palabra!
Por Riqui Ricón*
La bendición de Jehová es la que enriquece, Y no añade tristeza con ella (Pro 10.22).
En estos
tiempos tan desafiantes (emocionantes diría yo), mucha gente quiere saber dónde
está y cómo obtener la Bendición de Dios. Piensan que si logran conseguir que
Dios los bendiga entonces serán capaces de vencer los retos que enfrentan.
Las palabras
Bendición y Bendecir provienen de la unión de dos palabras: las palabra bien, y
la palabra decir o dicho. Así, la palabra Bendición (del latín bene dictus), significa bien dicho o buen dicho; y la palabra Bendecir (del
latín bene dicere), significa bien decir.
Entonces, en
base a sus orígenes, la Bendición de Dios no es otra cosa más que el Buen dicho
de Dios, esto es, las cosas buenas que Dios ha dicho.
Entonces Jehová respondió a Moisés: ¿Acaso se ha acortado la mano de
Jehová? Ahora verás si se cumple mi palabra,
o no (Núm 11.23).
La Bendición de
Dios son las palabras de bien que Dios ha dicho, acerca de ti, en Su Palabra,
La Biblia. Y todas ellas, se cumplirán.
El cielo y la tierra pasarán, pero
mis palabras no pasarán (Luc 21.33).
Primero el
cielo y la tierra dejarán de existir, antes que Dios deje de cumplir una sola
de Sus Palabras de Bendición que Él ha expresado en Su Palabra, La Biblia.
Ahora pues, Jehová Dios, tú eres Dios, y tus palabras son verdad, y tú has prometido este bien a tu
siervo. Ten ahora a bien bendecir la casa de tu siervo,
para que permanezca perpetuamente delante de ti, porque tú, Jehová Dios, lo has dicho, y con tu bendición será bendita la casa de tu siervo para siempre (2 S 7.28-29).
La Palabra de
Dios, La Biblia, es La Verdad, y puesto que tú sabes que todas las Palabras que
salen de la Boca de Dios se cumplen, sin faltar alguna de ellas, entonces, por
simple lógica, TODAS las buenas Palabras que Dios ha dicho acerca de ti se van
a cumplir, ¡sin lugar a dudas!
Y vino a él, y he aquí que él estaba junto a su holocausto, y con él los
príncipes de Moab; y le dijo Balac: ¿Qué ha dicho Jehová? Entonces
él tomó su parábola, y dijo: Balac, levántate y oye; Escucha mis palabras, hijo
de Zipor: Dios no es hombre, para que
mienta, Ni hijo de hombre para que se arrepienta. Él dijo, ¿y no hará? Habló,
¿y no lo ejecutará? He aquí, he recibido orden
de bendecir; El dio bendición, y no podré revocarla (Núm 23.17-20).
¡La Bendición de Dios ES
irrevocable!
La Biblia es la Palabra de
Dios y no miente, contiene TODA la Bendición de Dios, pues en ella están las
Palabras que han salido de la boca de Dios.
Así que, la Bendición de Dios,
que es la que enriquece y no añade tristeza en ella, está a tu alcance y mucho
más cerca de lo que te imaginas.
Sal 119:89-90 NVI Tu
palabra, SEÑOR, es eterna, y está firme en los cielos. (90)
Tu fidelidad permanece para siempre; estableciste la tierra, y quedó
firme.
La Palabra de Dios es
infalible, eterna e inmutable; La Bendición YA fue dicha y puedes darte cuenta
que Dios no necesita estar pendiente de tu conducta para ver si eres digno
merecedor de una Palabra de Bendición. ¡No! La Palabra de Dios es la Bendición
de Dios y tiene poder y autoridad para hacerse cumplir a sí misma.
¡La Bendición es la Palabra de
Amor que Dios ha proferido acerca de ti!
Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová,
pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis (Jer 29.11).
Dios
te desea paz y no mal, por eso Él te ha bendecido, Él ha hablado y decretado el
bien para tu vida.
No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación
de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de
Dios, agradable y perfecta (Rom 12.2).
Por
lo tanto, no amoldes tus pensamientos a la forma como el mundo piensa, sino
cambia tu forma de pensar, renueva tu pensamiento con La Palabra de Dios, con
la Bendición, para que compruebes la voluntad de Dios.
¡Su
voluntad para contigo es buena, agradable y perfecta!
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito,
para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su
Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él (Jua 3.16-17).
¡Dios
te ama tanto que prefirió entregar a su propio Hijo antes que perderte a ti!
MIREN CUÁNTO NOS ama el Padre
celestial que permite que seamos llamados hijos de Dios. ¡Y lo mas maravilloso
es que de veras lo somos! Naturalmente, como la mayoría de la gente no conoce a
Dios, no comprende por qué lo somos (1 Jua 3.1 BAD).
Dios te ama tanto que aunque
tú estabas muerto(a) en delitos y pecados, te dio vida juntamente con Cristo
Jesús para llamarte (bendecirte), Su propio(a) Hijo(a).
He aquí yo envío mi Ángel delante de ti para que te guarde en el camino, y
te introduzca en el lugar que yo he preparado (Exo 23.20).
La Buena Palabra de Dios (La
Bendición) ha enviado ángeles delante de ti para que te guarden y te guíen en
todos tus caminos.
Mas a Jehová vuestro Dios serviréis, y él bendecirá tu pan y tus aguas; y
yo quitaré toda enfermedad de en medio de ti. No habrá mujer que aborte,
ni estéril en tu tierra; y yo completaré el número de tus días (Exo 23.25-26).
Ahora, gracias a lo que Jesús
hizo por Amor a ti, al morir en esa cruz y resucitar para justificarte,
perdonarte y darte Nueva Vida, eres un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo y
La Bendición de Dios enriquece tu Vida otorgándote salud y larga vida.
Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas
salud, así como prospera tu alma (3 Jua 2).
¡La Bendición ya fue dicha! Es
Palabra de Dios y está ahí, a tu alcance, cerca de ti, para seguirte y
alcanzarte: Que seas prosperado(a) en todas las cosas, que tengas salud y que
prospere tu alma.
El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos
nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas? (Ro 8.32).
¡Todas
las cosas!
Si
puedes creer, ¡al que cree todo le es posible!
Oremos
en voz audible:
Amado
Padre celestial, que hermoso es saberme tan amado(a) por Ti. ¡Gracias por tanto
y tan grande Amor! En verdad te estoy muy agradecido(a). Gracias porque el
principio de la sabiduría es este Amor que nos relaciona a Ti y a mí. Gracias
por hacerme Tu Hijo(a). Gracias porque a pesar de mis circunstancias Tú me
aumentas mis días y me añades años de vida. Señor Jesús, por Tu sacrificio de
Amor, por tu Sangre preciosa derramada hasta la última gota, ahora yo he pasado
de muerte a vida y ¡Tú me has trasladado de las tinieblas a Tu Luz admirable!
¡Puedo vivir la Vida que compraste para mí! Así que, en todo problema,
enfermedad o aflicción, yo, ____________ (tu nombre aquí), soy más que
vencedor(a), pues TODO lo puedo en Cristo que me fortalece y aunque ande en valle
de sombra y de muerte NO VOY A TEMER mal alguno porque Tú, Jesús, estás
conmigo. Tu vara y tu cayado me infundirán
aliento. Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores; Unges
mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando. Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán
todos los días de mi vida, Y en Tu casa, oh Señor, moraré por largos días. ¡Soy
sano(a)! ¡Soy libre! ¡Soy próspero(a)! ¡Soy dichoso(a)! ¡Soy un(a) Hijo(a) de
Dios Nacido(a) de Nuevo! En el nombre de Jesús. Amén.
Nota Importante:
¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo
establezco una relación con el Todopoderoso?
Sólo haz la siguiente oración en
voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a
Dios:
Señor Jesús, yo creo que eres el
Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis
pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí
acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa
derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a
entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi
único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios
Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a
Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido
de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más
estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.
Tres Recomendaciones:
Lo que acabas de suceder al reconocer a Jesucristo como el Señor y
Salvador de tu vida, de acuerdo con La Palabra de Dios, es que has Nacido de
Nuevo, ya no más como un ser humano común y corriente, sujeto a la ley del
pecado y de la muerte, sino que ahora eres un(a) legítimo(a) y auténtico(a)
Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo, exactamente igual a Jesucristo, quien ahora
es tu Hermano Mayor. Por lo tanto, te hago estas tres importantísimas
recomendaciones:
1.
Orar. Orar es platicar con Dios. Así que, búscate
un lugar tranquilo donde puedas comenzar a platicar todas tus cosas con Él.
Hazlo de forma audible y notarás como Dios siempre responderá a tu corazón.
2.
Leer y meditar la Palabra de Dios. La Biblia es La
Palabra de Dios, así que, consigue una Biblia y comienza a leerla y meditarla.
¿Cómo empezar? Es muy sencillo. Dependiendo del día que sea hoy, busca en el
programa de lectura “La Biblia en un año” y realiza las lecturas
correspondientes. Este programa lo puedes obtener en: A
Través de La Biblia En Un Ano (palabradehonor.org) Notarás que el
programa está arreglado para imprimirlo como un cuadernillo.
3.
En oración con Dios, tu Padre, busca y únete a una
iglesia o congregación cristiana donde enseñen la Palabra de Dios en base a las
Buenas Noticias que son el Evangelio de Jesucristo.
*Ricardo C. Peredo
Jaime © 2020
*Ricardo C. Peredo
Jaime © 2011
Lectura
y Meditación de la Palabra de Dios
Haz
estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Febrero 20 Mat 2 / Ex 22-23 / Pro 10
RV60
Lectura
y Meditación de la Palabra de Dios
Haz
estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Febrero 20 Mat 2 / Ex 22-23 / Pro 10
San
Mateo 2
La visita de los magos
2
1Cuando Jesús nació en Belén de
Judea en días del rey Herodes, vinieron del oriente a Jerusalén unos magos,
2diciendo: ¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque su
estrella hemos visto en el oriente, y venimos a adorarle. 3Oyendo
esto, el rey Herodes se turbó, y toda Jerusalén con él. 4Y
convocados todos los principales sacerdotes, y los escribas del pueblo, les
preguntó dónde había de nacer el Cristo. 5Ellos le dijeron: En
Belén de Judea; porque así está escrito por el profeta:
6 Y tú,
Belén, de la tierra de Judá,
No eres la
más pequeña entre los príncipes de Judá;
Porque de ti
saldrá un guiador,
Que
apacentará2 a mi pueblo Israel.a
7Entonces Herodes, llamando en
secreto a los magos, indagó de ellos diligentemente el tiempo de la aparición
de la estrella; 8y enviándolos a Belén, dijo: Id allá y averiguad
con diligencia acerca del niño; y cuando le halléis, hacédmelo saber, para que
yo también vaya y le adore. 9Ellos, habiendo oído al rey, se fueron;
y he aquí la estrella que habían visto en el oriente iba delante de ellos,
hasta que llegando, se detuvo sobre donde estaba el niño. 10Y al
ver la estrella, se regocijaron con muy grande gozo. 11Y al entrar
en la casa, vieron al niño con su madre María, y postrándose, lo adoraron; y
abriendo sus tesoros, le ofrecieron presentes: oro, incienso y mirra. 12Pero
siendo avisados por revelación en sueños que no volviesen a Herodes, regresaron
a su tierra por otro camino.
Matanza de los niños
13Después que partieron ellos, he
aquí un ángel del Señor apareció en sueños a José y dijo: Levántate y toma al
niño y a su madre, y huye a Egipto, y permanece allá hasta que yo te diga;
porque acontecerá que Herodes buscará al niño para matarlo. 14Y
él, despertando, tomó de noche al niño y a su madre, y se fue a Egipto,
15y estuvo allá hasta la muerte de Herodes; para que se cumpliese lo que
dijo el Señor por medio del profeta, cuando dijo: De Egipto llamé a mi Hijo.b
16Herodes entonces, cuando se vio
burlado por los magos, se enojó mucho, y mandó matar a todos los niños menores
de dos años que había en Belén y en todos sus alrededores, conforme al tiempo
que había inquirido de los magos. 17Entonces se cumplió lo que fue
dicho por el profeta Jeremías, cuando dijo:
18 Voz fue
oída en Ramá,
Grande lamentación, lloro y gemido;
Raquel que llora a sus hijos,
Y no quiso ser consolada, porque perecieron.c
19Pero después de muerto Herodes,
he aquí un ángel del Señor apareció en sueños a José en Egipto, 20diciendo:
Levántate, toma al niño y a su madre, y vete a tierra de Israel, porque han
muerto los que procuraban la muerte del niño. 21Entonces él se
levantó, y tomó al niño y a su madre, y vino a tierra de Israel. 22Pero
oyendo que Arquelao reinaba en Judea en lugar de Herodes su padre, tuvo temor
de ir allá; pero avisado por revelación en sueños, se fue a la región de
Galilea, 23y vino y habitó en la ciudad que se llama Nazaret,d
para que se cumpliese lo que fue dicho por los profetas, que habría de ser
llamado nazareno.e[1]
Exodo
22-23
Leyes sobre la restitución
22
1Cuando alguno hurtare buey u
oveja, y lo degollare o vendiere, por aquel buey pagará cinco bueyes, y por aquella
oveja cuatro ovejas.
2Si el ladrón fuere hallado
forzando una casa, y fuere herido y muriere, el que lo hirió no será culpado de
su muerte. 3Pero si fuere de día, el autor de la muerte será reo
de homicidio. El ladrón hará completa restitución; si no tuviere con qué, será
vendido por su hurto. 4Si fuere hallado con el hurto en la mano,
vivo, sea buey o asno u oveja, pagará el doble.
5Si alguno hiciere pastar en campo
o viña, y metiere su bestia en campo de otro, de lo mejor de su campo y de lo
mejor de su viña pagará.
6Cuando se prendiere fuego, y al
quemar espinos quemare mieses amontonadas o en pie, o campo, el que encendió el
fuego pagará lo quemado.
7Cuando alguno diere a su prójimo
plata o alhajas a guardar, y fuere hurtado de la casa de aquel hombre, si el
ladrón fuere hallado, pagará el doble. 8Si el ladrón no fuere
hallado, entonces el dueño de la casa será presentado a los jueces, para que se
vea si ha metido su mano en los bienes de su prójimo.
9En toda clase de fraude, sobre
buey, sobre asno, sobre oveja, sobre vestido, sobre toda cosa perdida, cuando
alguno dijere: Esto es mío, la causa de ambos vendrá delante de los jueces; y
el que los jueces condenaren, pagará el doble a su prójimo.
10Si alguno hubiere dado a su
prójimo asno, o buey, u oveja, o cualquier otro animal a guardar, y éste
muriere o fuere estropeado, o fuere llevado sin verlo nadie; 11juramento
de Jehová habrá entre ambos, de que no metió su mano a los bienes de su
prójimo; y su dueño lo aceptará, y el otro no pagará. 12Mas si le
hubiere sido hurtado, resarcirá a su dueño. 13Y si le hubiere sido
arrebatado por fiera, le traerá testimonio, y no pagará lo arrebatado.
14Pero si alguno hubiere tomado
prestada bestia de su prójimo, y fuere estropeada o muerta, estando ausente su
dueño, deberá pagarla. 15Si el dueño estaba presente no la pagará.
Si era alquilada, reciba el dueño el alquiler.
Leyes humanitarias
16Si alguno engañare a una doncella
que no fuere desposada, y durmiere con ella, deberá dotarla y tomarla por
mujer. 17Si su padre no quisiere dársela, él le pesará plata
conforme a la dote de las vírgenes.a
18A la hechicerab
no dejarás que viva.
19Cualquiera que cohabitare con
bestia, morirá.c
20El que ofreciere sacrificio a
dioses excepto solamente a Jehová, será muerto.d
21Y al extranjero no engañarás ni
angustiarás, porque extranjeros fuisteis vosotros en la tierra de Egipto.
22A ninguna viuda ni huérfano afligiréis.e
23Porque si tú llegas a afligirles, y ellos clamaren a mí, ciertamente
oiré yo su clamor; 24y mi furor se encenderá, y os mataré a
espada, y vuestras mujeres serán viudas, y huérfanos vuestros hijos.
25Cuando prestares dinero a uno de
mi pueblo, al pobre que está contigo, no te portarás con él como logrero, ni le
impondrás usura.f 26Si tomares en
prenda el vestido de tu prójimo, a la puesta del sol se lo devolverás. 27Porque
sólo eso es su cubierta, es su vestido para cubrir su cuerpo. ¿En qué dormirá?
Y cuando él clamare a mí, yo le oiré, porque soy misericordioso.g
28No injuriarás a los jueces,12
ni maldecirás al príncipe de tu pueblo.h
29No demorarás la primicia de tu
cosecha ni de tu lagar.
Me darás el primogénito de tus hijos.30Lo
mismo harás con el de tu buey y de tu oveja; siete días estará con su madre, y
al octavo día me lo darás.
31Y me seréis varones santos. No
comeréis carne destrozada por las fierasi en el campo;
a los perros la echaréis.
23
1No admitirás falso rumor.a
No te concertarás con el impío para ser testigo falso. 2No
seguirás a los muchos para hacer mal, ni responderás en litigio inclinándote a
los más para hacer agravios; 3ni al pobre distinguirás en su
causa.b
4Si encontrares el buey de tu
enemigo o su asno extraviado, vuelve a llevárselo. 5Si vieres el
asno del que te aborrece caído debajo de su carga, ¿le dejarás sin ayuda? Antes
bien le ayudarás a levantarlo.c
6No pervertirás el derecho de tu
mendigo en su pleito. 7De palabra de mentira te alejarás, y no
matarás al inocente y justo; porque yo no justificaré al impío. 8No
recibirás presente; porque el presente ciega a los que ven, y pervierte las
palabras de los justos.d
9Y no angustiarás al extranjero; porque
vosotros sabéis cómo es el alma del extranjero, ya que extranjeros fuisteis en
la tierra de Egipto.e
10Seis años sembrarás tu tierra, y
recogerás su cosecha; 11mas el séptimo año la dejarás libre, para
que coman los pobres de tu pueblo; y de lo que quedare comerán las bestias del
campo; así harás con tu viña y con tu olivar.f
12Seis días trabajarás, y al
séptimo día reposarás,g para que descanse tu buey y
tu asno, y tome refrigerio el hijo de tu sierva, y el extranjero. 13Y
todo lo que os he dicho, guardadlo. Y nombre de otros dioses no mentaréis, ni
se oirá de vuestra boca.
Las tres fiestas anuales
(Ex. 34.18–26; Dt. 16.1–17)
14Tres veces en el año me
celebraréis fiesta. 15La fiesta de los panes sin levadura
guardarás.h Siete días comerás los panes sin levadura,
como yo te mandé, en el tiempo del mes de Abib, porque en él saliste de Egipto;
y ninguno se presentará delante de mí con las manos vacías. 16También
la fiesta de la siega, los primeros frutos de tus labores,i que
hubieres sembrado en el campo, y la fiesta de la cosecha a la salida del año,
cuando hayas recogido los frutos de tus labores del campo.j
17Tres veces en el año se presentará todo varón delante de Jehová el
Señor.
18No ofrecerás con pan leudo la sangre
de mi sacrificio, ni la grosura de mi víctima quedará de la noche hasta la
mañana.
19Las primicias de los primeros
frutos de tu tierra traerás a la casa de Jehová tu Dios.k No
guisarás el cabrito en la leche de su madre.l
El Angel de Jehová enviado para guiar a Israel
20He aquí yo envío mi Angel delante
de ti para que te guarde en el camino, y te introduzca en el lugar que yo he
preparado. 21Guárdate delante de él, y oye su voz; no le seas
rebelde; porque él no perdonará vuestra rebelión, porque mi nombre está en él.
22Pero si en verdad oyeres su voz e
hicieres todo lo que yo te dijere, seré enemigo de tus enemigos, y afligiré a
los que te afligieren.
23Porque mi Angel irá delante de
ti, y te llevará a la tierra del amorreo, del heteo, del ferezeo, del cananeo,
del heveo y del jebuseo, a los cuales yo haré destruir. 24No te
inclinarás a sus dioses, ni los servirás, ni harás como ellos hacen; antes los
destruirás del todo, y quebrarás totalmente sus estatuas. 25Mas a
Jehová vuestro Dios serviréis, y él bendecirá tu pan y tus aguas; y yo quitaré
toda enfermedad de en medio de ti. 26No habrá mujer que aborte, ni
estéril en tu tierra; y yo completaré el número de tus días. 27Yo
enviaré mi terror delante de ti, y consternaré a todo pueblo donde entres, y te
daré la cerviz de todos tus enemigos. 28Enviaré delante de ti la
avispa, que eche fuera al heveo, al cananeo y al heteo, de delante de ti.
29No los echaré de delante de ti en un año, para que no quede la tierra
desierta, y se aumenten contra ti las fieras del campo. 30Poco a
poco los echaré de delante de ti, hasta que te multipliques y tomes posesión de
la tierra. 31Y fijaré tus límites desde el Mar Rojo hasta el mar
de los filisteos, y desde el desierto hasta el Eufrates; porque pondré en tus
manos a los moradores de la tierra, y tú los echarás de delante de ti. 32No
harás alianza con ellos, ni con sus dioses. 33En tu tierra no
habitarán, no sea que te hagan pecar contra mí sirviendo a sus dioses, porque
te será tropiezo.[2]
Proverbios
10
Contraste entre el justo y el malvado
10
1 Los
proverbios de Salomón.
El hijo sabio alegra al padre,
Pero el hijo necio es tristeza
de su madre.
2 Los tesoros
de maldad no serán de provecho;
Mas la justicia libra de
muerte.
3 Jehová no
dejará padecer hambre al justo;
Mas la iniquidad lanzará a los
impíos.
4 La mano
negligente empobrece;
Mas la mano de los diligentes enriquece.
5 El que
recoge en el verano es hombre entendido;
El que duerme en el tiempo de
la siega es hijo que avergüenza.
6 Hay
bendiciones sobre la cabeza del justo;
Pero violencia cubrirá la boca
de los impíos.
7 La memoria
del justo será bendita;
Mas el nombre de los impíos se
pudrirá.
8 El sabio de
corazón recibirá los mandamientos;
Mas el necio de labios caerá.
9 El que
camina en integridad anda confiado;
Mas el que pervierte sus
caminos será quebrantado.
10 El que
guiña el ojo acarrea tristeza;
Y el necio de labios será
castigado.
11 Manantial
de vida es la boca del justo;
Pero violencia cubrirá la boca
de los impíos.
12 El odio
despierta rencillas;
Pero el amor cubrirá todas las
faltas.a
13 En los
labios del prudente se halla sabiduría;
Mas la vara es para las
espaldas del falto de cordura.
14 Los sabios
guardan la sabiduría;
Mas la boca del necio es
calamidad cercana.
15 Las
riquezas del rico son su ciudad fortificada;
Y el desmayo de los pobres es
su pobreza.
16 La obra del
justo es para vida;
Mas el fruto del impío es para
pecado.
17 Camino a la
vida es guardar la instrucción;
Pero quien desecha la
reprensión, yerra.
18 El que
encubre el odio es de labios mentirosos;
Y el que propaga calumnia es
necio.
19 En las
muchas palabras no falta pecado;
Mas el que refrena sus labios
es prudente.
20 Plata
escogida es la lengua del justo;
Mas el corazón de los impíos
es como nada.
21 Los labios
del justo apacientan a muchos,
Mas los necios mueren por
falta de entendimiento.
22 La
bendición de Jehová es la que enriquece,
Y no añade tristeza con ella.
23 El hacer
maldad es como una diversión al insensato;
Mas la sabiduría recrea al
hombre de entendimiento.
24 Lo que el
impío teme, eso le vendrá;
Pero a los justos les será
dado lo que desean.
25 Como pasa
el torbellino, así el malo no permanece;
Mas el justo permanece para
siempre.
26 Como el
vinagre a los dientes, y como el humo a los ojos,
Así es el perezoso a los que
lo envían.
27 El temor de
Jehová aumentará los días;
Mas los años de los impíos
serán acortados.
28 La
esperanza de los justos es alegría;
Mas la esperanza de los impíos
perecerá.
29 El camino
de Jehová es fortaleza al perfecto;
Pero es destrucción a los que
hacen maldad.
30 El justo no
será removido jamás;
Pero los impíos no habitarán
la tierra.
31 La boca del
justo producirá sabiduría;
Mas la lengua perversa será
cortada.
32 Los labios del
justo saben hablar lo que agrada;
Mas la boca de los impíos
habla perversidades.[3]
2 O, regirá.
a a 2.6: Mi. 5.2.
b b 2.15: Os. 11.1.
c c 2.18: Jer. 31.15.
d d 2.23: Lc. 2.39.
e e 2.23: Is. 11.1.
[1] Reina
Valera Revisada (1960). Miami : Sociedades Bı́blicas Unidas, 1998, S. Mt
1.25-2.23
a a 22.16–17: Dt. 22.28–29.
b b 22.18: Dt. 18.10–11.
c
c 22.19: Lv. 18.23; 20.15–16;
Dt. 27.21.
d d 22.20: Dt. 17.2–7.
e e 22.21–22: Ex. 23.9; Lv. 19.33–34; Dt. 24.17–18;
27.19.
f
f 22.25: Lv. 25.35–38; Dt.
15.7–11; 23.19–20.
g
g 22.26–27: Dt. 24.10–13.
12 O, a Dios.
h h 22.28: Hch. 23.5.
i
i 22.31: Lv. 17.15.
a
a 23.1: Ex. 20.16; Lv.
19.11–12; Dt. 5.20.
b
b 23.3: Lv. 19.15.
c
c 23.4–5: Dt. 22.1–4.
d
d 23.6–8: Lv. 19.15; Dt.
16.19.
e e 23.9: Ex. 22.21; Lv. 19.33–34; Dt.
24.17–18; 27.19.
f f 23.10–11: Lv. 25.1–7.
g g 23.12: Ex. 20.9–11; 31.15; 34.21; 35.2;
Lv. 23.3; Dt. 5.13–14.
h h 23.15: Ex. 12.14–20; Lv. 23.6–8; Nm.
28.17–25.
i
i 23.16: Lv. 23.15–21; Nm.
28.26–31.
j
j 23.16: Lv. 23.39–43.
k k 23.19: Dt. 26.2.
l l 23.19: Dt. 14.21.
[2] Reina
Valera Revisada (1960). Miami : Sociedades Bı́blicas Unidas, 1998, S. Ex
21.36-23.33
a a 10.12: Stg. 5.20; 1 P. 4.8.
[3] Reina
Valera Revisada (1960). Miami : Sociedades Bı́blicas Unidas, 1998, S. Pr
9.18-10.32
Lectura
y Meditación de la Palabra de Dios
Haz
estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Febrero 20 Mat 2 / Ex 22-23 / Pro 10
San
Mateo 2
La visita de los magos
2
1Cuando Jesús nació en Belén de
Judea en días del rey Herodes, vinieron del oriente a Jerusalén unos magos,
2diciendo: ¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque su
estrella hemos visto en el oriente, y venimos a adorarle. 3Oyendo
esto, el rey Herodes se turbó, y toda Jerusalén con él. 4Y
convocados todos los principales sacerdotes, y los escribas del pueblo, les
preguntó dónde había de nacer el Cristo. 5Ellos le dijeron: En
Belén de Judea; porque así está escrito por el profeta:
6 Y tú,
Belén, de la tierra de Judá,
No eres la
más pequeña entre los príncipes de Judá;
Porque de ti
saldrá un guiador,
Que
apacentará2 a mi pueblo Israel.a
7Entonces Herodes, llamando en
secreto a los magos, indagó de ellos diligentemente el tiempo de la aparición
de la estrella; 8y enviándolos a Belén, dijo: Id allá y averiguad
con diligencia acerca del niño; y cuando le halléis, hacédmelo saber, para que
yo también vaya y le adore. 9Ellos, habiendo oído al rey, se fueron;
y he aquí la estrella que habían visto en el oriente iba delante de ellos,
hasta que llegando, se detuvo sobre donde estaba el niño. 10Y al
ver la estrella, se regocijaron con muy grande gozo. 11Y al entrar
en la casa, vieron al niño con su madre María, y postrándose, lo adoraron; y
abriendo sus tesoros, le ofrecieron presentes: oro, incienso y mirra. 12Pero
siendo avisados por revelación en sueños que no volviesen a Herodes, regresaron
a su tierra por otro camino.
Matanza de los niños
13Después que partieron ellos, he
aquí un ángel del Señor apareció en sueños a José y dijo: Levántate y toma al
niño y a su madre, y huye a Egipto, y permanece allá hasta que yo te diga;
porque acontecerá que Herodes buscará al niño para matarlo. 14Y
él, despertando, tomó de noche al niño y a su madre, y se fue a Egipto,
15y estuvo allá hasta la muerte de Herodes; para que se cumpliese lo que
dijo el Señor por medio del profeta, cuando dijo: De Egipto llamé a mi Hijo.b
16Herodes entonces, cuando se vio
burlado por los magos, se enojó mucho, y mandó matar a todos los niños menores
de dos años que había en Belén y en todos sus alrededores, conforme al tiempo
que había inquirido de los magos. 17Entonces se cumplió lo que fue
dicho por el profeta Jeremías, cuando dijo:
18 Voz fue
oída en Ramá,
Grande lamentación, lloro y gemido;
Raquel que llora a sus hijos,
Y no quiso ser consolada, porque perecieron.c
19Pero después de muerto Herodes,
he aquí un ángel del Señor apareció en sueños a José en Egipto, 20diciendo:
Levántate, toma al niño y a su madre, y vete a tierra de Israel, porque han
muerto los que procuraban la muerte del niño. 21Entonces él se
levantó, y tomó al niño y a su madre, y vino a tierra de Israel. 22Pero
oyendo que Arquelao reinaba en Judea en lugar de Herodes su padre, tuvo temor
de ir allá; pero avisado por revelación en sueños, se fue a la región de
Galilea, 23y vino y habitó en la ciudad que se llama Nazaret,d
para que se cumpliese lo que fue dicho por los profetas, que habría de ser
llamado nazareno.e[1]
Exodo
22-23
Leyes sobre la restitución
22
1Cuando alguno hurtare buey u
oveja, y lo degollare o vendiere, por aquel buey pagará cinco bueyes, y por aquella
oveja cuatro ovejas.
2Si el ladrón fuere hallado
forzando una casa, y fuere herido y muriere, el que lo hirió no será culpado de
su muerte. 3Pero si fuere de día, el autor de la muerte será reo
de homicidio. El ladrón hará completa restitución; si no tuviere con qué, será
vendido por su hurto. 4Si fuere hallado con el hurto en la mano,
vivo, sea buey o asno u oveja, pagará el doble.
5Si alguno hiciere pastar en campo
o viña, y metiere su bestia en campo de otro, de lo mejor de su campo y de lo
mejor de su viña pagará.
6Cuando se prendiere fuego, y al
quemar espinos quemare mieses amontonadas o en pie, o campo, el que encendió el
fuego pagará lo quemado.
7Cuando alguno diere a su prójimo
plata o alhajas a guardar, y fuere hurtado de la casa de aquel hombre, si el
ladrón fuere hallado, pagará el doble. 8Si el ladrón no fuere
hallado, entonces el dueño de la casa será presentado a los jueces, para que se
vea si ha metido su mano en los bienes de su prójimo.
9En toda clase de fraude, sobre
buey, sobre asno, sobre oveja, sobre vestido, sobre toda cosa perdida, cuando
alguno dijere: Esto es mío, la causa de ambos vendrá delante de los jueces; y
el que los jueces condenaren, pagará el doble a su prójimo.
10Si alguno hubiere dado a su
prójimo asno, o buey, u oveja, o cualquier otro animal a guardar, y éste
muriere o fuere estropeado, o fuere llevado sin verlo nadie; 11juramento
de Jehová habrá entre ambos, de que no metió su mano a los bienes de su
prójimo; y su dueño lo aceptará, y el otro no pagará. 12Mas si le
hubiere sido hurtado, resarcirá a su dueño. 13Y si le hubiere sido
arrebatado por fiera, le traerá testimonio, y no pagará lo arrebatado.
14Pero si alguno hubiere tomado
prestada bestia de su prójimo, y fuere estropeada o muerta, estando ausente su
dueño, deberá pagarla. 15Si el dueño estaba presente no la pagará.
Si era alquilada, reciba el dueño el alquiler.
Leyes humanitarias
16Si alguno engañare a una doncella
que no fuere desposada, y durmiere con ella, deberá dotarla y tomarla por
mujer. 17Si su padre no quisiere dársela, él le pesará plata
conforme a la dote de las vírgenes.a
18A la hechicerab
no dejarás que viva.
19Cualquiera que cohabitare con
bestia, morirá.c
20El que ofreciere sacrificio a
dioses excepto solamente a Jehová, será muerto.d
21Y al extranjero no engañarás ni
angustiarás, porque extranjeros fuisteis vosotros en la tierra de Egipto.
22A ninguna viuda ni huérfano afligiréis.e
23Porque si tú llegas a afligirles, y ellos clamaren a mí, ciertamente
oiré yo su clamor; 24y mi furor se encenderá, y os mataré a
espada, y vuestras mujeres serán viudas, y huérfanos vuestros hijos.
25Cuando prestares dinero a uno de
mi pueblo, al pobre que está contigo, no te portarás con él como logrero, ni le
impondrás usura.f 26Si tomares en
prenda el vestido de tu prójimo, a la puesta del sol se lo devolverás. 27Porque
sólo eso es su cubierta, es su vestido para cubrir su cuerpo. ¿En qué dormirá?
Y cuando él clamare a mí, yo le oiré, porque soy misericordioso.g
28No injuriarás a los jueces,12
ni maldecirás al príncipe de tu pueblo.h
29No demorarás la primicia de tu
cosecha ni de tu lagar.
Me darás el primogénito de tus hijos.30Lo
mismo harás con el de tu buey y de tu oveja; siete días estará con su madre, y
al octavo día me lo darás.
31Y me seréis varones santos. No
comeréis carne destrozada por las fierasi en el campo;
a los perros la echaréis.
23
1No admitirás falso rumor.a
No te concertarás con el impío para ser testigo falso. 2No
seguirás a los muchos para hacer mal, ni responderás en litigio inclinándote a
los más para hacer agravios; 3ni al pobre distinguirás en su
causa.b
4Si encontrares el buey de tu
enemigo o su asno extraviado, vuelve a llevárselo. 5Si vieres el
asno del que te aborrece caído debajo de su carga, ¿le dejarás sin ayuda? Antes
bien le ayudarás a levantarlo.c
6No pervertirás el derecho de tu
mendigo en su pleito. 7De palabra de mentira te alejarás, y no
matarás al inocente y justo; porque yo no justificaré al impío. 8No
recibirás presente; porque el presente ciega a los que ven, y pervierte las
palabras de los justos.d
9Y no angustiarás al extranjero; porque
vosotros sabéis cómo es el alma del extranjero, ya que extranjeros fuisteis en
la tierra de Egipto.e
10Seis años sembrarás tu tierra, y
recogerás su cosecha; 11mas el séptimo año la dejarás libre, para
que coman los pobres de tu pueblo; y de lo que quedare comerán las bestias del
campo; así harás con tu viña y con tu olivar.f
12Seis días trabajarás, y al
séptimo día reposarás,g para que descanse tu buey y
tu asno, y tome refrigerio el hijo de tu sierva, y el extranjero. 13Y
todo lo que os he dicho, guardadlo. Y nombre de otros dioses no mentaréis, ni
se oirá de vuestra boca.
Las tres fiestas anuales
(Ex. 34.18–26; Dt. 16.1–17)
14Tres veces en el año me
celebraréis fiesta. 15La fiesta de los panes sin levadura
guardarás.h Siete días comerás los panes sin levadura,
como yo te mandé, en el tiempo del mes de Abib, porque en él saliste de Egipto;
y ninguno se presentará delante de mí con las manos vacías. 16También
la fiesta de la siega, los primeros frutos de tus labores,i que
hubieres sembrado en el campo, y la fiesta de la cosecha a la salida del año,
cuando hayas recogido los frutos de tus labores del campo.j
17Tres veces en el año se presentará todo varón delante de Jehová el
Señor.
18No ofrecerás con pan leudo la sangre
de mi sacrificio, ni la grosura de mi víctima quedará de la noche hasta la
mañana.
19Las primicias de los primeros
frutos de tu tierra traerás a la casa de Jehová tu Dios.k No
guisarás el cabrito en la leche de su madre.l
El Angel de Jehová enviado para guiar a Israel
20He aquí yo envío mi Angel delante
de ti para que te guarde en el camino, y te introduzca en el lugar que yo he
preparado. 21Guárdate delante de él, y oye su voz; no le seas
rebelde; porque él no perdonará vuestra rebelión, porque mi nombre está en él.
22Pero si en verdad oyeres su voz e
hicieres todo lo que yo te dijere, seré enemigo de tus enemigos, y afligiré a
los que te afligieren.
23Porque mi Angel irá delante de
ti, y te llevará a la tierra del amorreo, del heteo, del ferezeo, del cananeo,
del heveo y del jebuseo, a los cuales yo haré destruir. 24No te
inclinarás a sus dioses, ni los servirás, ni harás como ellos hacen; antes los
destruirás del todo, y quebrarás totalmente sus estatuas. 25Mas a
Jehová vuestro Dios serviréis, y él bendecirá tu pan y tus aguas; y yo quitaré
toda enfermedad de en medio de ti. 26No habrá mujer que aborte, ni
estéril en tu tierra; y yo completaré el número de tus días. 27Yo
enviaré mi terror delante de ti, y consternaré a todo pueblo donde entres, y te
daré la cerviz de todos tus enemigos. 28Enviaré delante de ti la
avispa, que eche fuera al heveo, al cananeo y al heteo, de delante de ti.
29No los echaré de delante de ti en un año, para que no quede la tierra
desierta, y se aumenten contra ti las fieras del campo. 30Poco a
poco los echaré de delante de ti, hasta que te multipliques y tomes posesión de
la tierra. 31Y fijaré tus límites desde el Mar Rojo hasta el mar
de los filisteos, y desde el desierto hasta el Eufrates; porque pondré en tus
manos a los moradores de la tierra, y tú los echarás de delante de ti. 32No
harás alianza con ellos, ni con sus dioses. 33En tu tierra no
habitarán, no sea que te hagan pecar contra mí sirviendo a sus dioses, porque
te será tropiezo.[2]
Proverbios
10
Contraste entre el justo y el malvado
10
1 Los
proverbios de Salomón.
El hijo sabio alegra al padre,
Pero el hijo necio es tristeza
de su madre.
2 Los tesoros
de maldad no serán de provecho;
Mas la justicia libra de
muerte.
3 Jehová no
dejará padecer hambre al justo;
Mas la iniquidad lanzará a los
impíos.
4 La mano
negligente empobrece;
Mas la mano de los diligentes enriquece.
5 El que
recoge en el verano es hombre entendido;
El que duerme en el tiempo de
la siega es hijo que avergüenza.
6 Hay
bendiciones sobre la cabeza del justo;
Pero violencia cubrirá la boca
de los impíos.
7 La memoria
del justo será bendita;
Mas el nombre de los impíos se
pudrirá.
8 El sabio de
corazón recibirá los mandamientos;
Mas el necio de labios caerá.
9 El que
camina en integridad anda confiado;
Mas el que pervierte sus
caminos será quebrantado.
10 El que
guiña el ojo acarrea tristeza;
Y el necio de labios será
castigado.
11 Manantial
de vida es la boca del justo;
Pero violencia cubrirá la boca
de los impíos.
12 El odio
despierta rencillas;
Pero el amor cubrirá todas las
faltas.a
13 En los
labios del prudente se halla sabiduría;
Mas la vara es para las
espaldas del falto de cordura.
14 Los sabios
guardan la sabiduría;
Mas la boca del necio es
calamidad cercana.
15 Las
riquezas del rico son su ciudad fortificada;
Y el desmayo de los pobres es
su pobreza.
16 La obra del
justo es para vida;
Mas el fruto del impío es para
pecado.
17 Camino a la
vida es guardar la instrucción;
Pero quien desecha la
reprensión, yerra.
18 El que
encubre el odio es de labios mentirosos;
Y el que propaga calumnia es
necio.
19 En las
muchas palabras no falta pecado;
Mas el que refrena sus labios
es prudente.
20 Plata
escogida es la lengua del justo;
Mas el corazón de los impíos
es como nada.
21 Los labios
del justo apacientan a muchos,
Mas los necios mueren por
falta de entendimiento.
22 La
bendición de Jehová es la que enriquece,
Y no añade tristeza con ella.
23 El hacer
maldad es como una diversión al insensato;
Mas la sabiduría recrea al
hombre de entendimiento.
24 Lo que el
impío teme, eso le vendrá;
Pero a los justos les será
dado lo que desean.
25 Como pasa
el torbellino, así el malo no permanece;
Mas el justo permanece para
siempre.
26 Como el
vinagre a los dientes, y como el humo a los ojos,
Así es el perezoso a los que
lo envían.
27 El temor de
Jehová aumentará los días;
Mas los años de los impíos
serán acortados.
28 La
esperanza de los justos es alegría;
Mas la esperanza de los impíos
perecerá.
29 El camino
de Jehová es fortaleza al perfecto;
Pero es destrucción a los que
hacen maldad.
30 El justo no
será removido jamás;
Pero los impíos no habitarán
la tierra.
31 La boca del
justo producirá sabiduría;
Mas la lengua perversa será
cortada.
32 Los labios del
justo saben hablar lo que agrada;
Mas la boca de los impíos
habla perversidades.[3]
2 O, regirá.
a a 2.6: Mi. 5.2.
b b 2.15: Os. 11.1.
c c 2.18: Jer. 31.15.
d d 2.23: Lc. 2.39.
e e 2.23: Is. 11.1.
[1] Reina
Valera Revisada (1960). Miami : Sociedades Bı́blicas Unidas, 1998, S. Mt
1.25-2.23
a a 22.16–17: Dt. 22.28–29.
b b 22.18: Dt. 18.10–11.
c
c 22.19: Lv. 18.23; 20.15–16;
Dt. 27.21.
d d 22.20: Dt. 17.2–7.
e e 22.21–22: Ex. 23.9; Lv. 19.33–34; Dt. 24.17–18;
27.19.
f
f 22.25: Lv. 25.35–38; Dt.
15.7–11; 23.19–20.
g
g 22.26–27: Dt. 24.10–13.
12 O, a Dios.
h h 22.28: Hch. 23.5.
i
i 22.31: Lv. 17.15.
a
a 23.1: Ex. 20.16; Lv.
19.11–12; Dt. 5.20.
b
b 23.3: Lv. 19.15.
c
c 23.4–5: Dt. 22.1–4.
d
d 23.6–8: Lv. 19.15; Dt.
16.19.
e e 23.9: Ex. 22.21; Lv. 19.33–34; Dt.
24.17–18; 27.19.
f f 23.10–11: Lv. 25.1–7.
g g 23.12: Ex. 20.9–11; 31.15; 34.21; 35.2;
Lv. 23.3; Dt. 5.13–14.
h h 23.15: Ex. 12.14–20; Lv. 23.6–8; Nm.
28.17–25.
i
i 23.16: Lv. 23.15–21; Nm.
28.26–31.
j
j 23.16: Lv. 23.39–43.
k k 23.19: Dt. 26.2.
l l 23.19: Dt. 14.21.
[2] Reina
Valera Revisada (1960). Miami : Sociedades Bı́blicas Unidas, 1998, S. Ex
21.36-23.33
a a 10.12: Stg. 5.20; 1 P. 4.8.
[3] Reina
Valera Revisada (1960). Miami : Sociedades Bı́blicas Unidas, 1998, S. Pr
9.18-10.32
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